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Esta semana, concretamente el martes, 
la Asamblea General de las Naciones Unidas, sitas en New York, tuvo que atender 
tolerablemente el susodicho discurso del Sr. Rajoy, presidente del Gobierno 
colonialista español representando a la Corona de España. Ya sabíamos lo que iba 
a decir, pues desde siempre el Gobierno metropolitano de Madrid, cuando tiene 
problemas interiores de todo tipo, saca la conocida cantinela que ya enarbolaba 
el franquismo y la Falange con la cuestión de 
Gibraltar.
El Gobierno colonial español tiene en estos días graves problemas sociales y políticos. En las televisiones y en la prensa del mundo entero, se han comprobado en estos días los perennes horrores de la intervención de las fuerzas de policía española contra los manifestantes, especialmente contra aquellos que salieron a las calles de Madrid. Tiene también problemas en la metrópoli con el despertar de los Pueblos canario y catalán, que indudablemente luchan de manera justa por su autodeterminación e independencia, que les pertenece por Derecho propio y que deseamos que obtengan en pocos años.
En unos momentos donde la Corona española atraviesa una grave situación interna, a la vuelta de la esquina está ya el rescate por los disparates económicos de mandatos anteriores, socialistas e incluso de la actual derecha, que han tenido que sacar para despistar nuevamente lo de Gibraltar, cuando los anticolonialistas pensábamos, desde nuestra nobleza, que por fin la Corona española iba a reconocer ante la ONU que se aprestara a descolonizar, mediante un calendario a establecer, los territorios que ocupa desde hace siglos: la Nabarra surpirenaica, Islas Canarias, Ceuta, Melilla, Perejil, islas Chafarinas, islotes de Vélez de la Gomera, Alhucemas,…
El Sr. Rajoy, como todos 
los políticos de la Corona española, ignora con conocimiento de causa lo que 
dice el tratado en el que España cedió el peñón: 
Tratado de Utrecht. 
Cesión de Gibraltar a Inglaterra. Artículo X. 13 de julio de 1713: 
"El Rey Católico, por sí 
y por sus herederos y sucesores, cede por este tratado a la Corona de la Gran 
Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, 
juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la 
dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para 
siempre, sin excepción ni impedimento alguno". 
Por haber firmado este 
tratado, España recuperó la isla de Menorca, ocupada por los ingleses con motivo 
de la guerra de sucesión y abandonó por cesión y para siempre Gibraltar. Luego 
esto no es un caso de colonialismo ni Gibraltar una colonia. Lo que sucedió es 
que cuando se formaron las Naciones Unidas se pidió a todos los países que 
dieran el nombre de sus colonias y territorios, pero como Gibraltar los ingleses 
lo denominaban colonia, como otros territorios, se puso por error en la lista de 
la IV Comisión o Comité de Descolonización. Cuando entró el gobierno de Franco, 
le pidieron que diera la lista de colonias, y Madrid respondió que no tenía 
ninguna colonia, sino provincias de ultramar; por eso no se incluyó Canarias, 
Guinea, el Sahara, la Nabarra surpirenaica,…
La Corona española sabe 
cabalmente que cuando se programe oficialmente el caso de Nabarra ante la ONU, 
como se estaba preparando en el año 2006, las Naciones Unidas demandarán a la 
Corona española un calendario de descolonización. Pero es necesario saber que la 
posibilidad de que la demanda Nabarra prospere, depende de las necesarias 
movilizaciones populares, por supuesto unitarias entorno a la bandera colorada, 
que podamos organizar en Nabarra los patriotas, a favor de la independencia y en 
pro de la recuperación total de la plena 
soberanía.
Mirando nuestra situación 
actual, el hecho de que Nabarra siga dominada por la Corona española, ha 
supuesto la cesión de las Bardenas para polígono de tiro, como consecuencia del 
pacto de la OTAN. Como es nomotético, existen en esta colonia subdivida o 
fragmentada, unos denominados Gobiernos autónomos y/o forales, que desde luego 
no han protestado, sino como buenas instituciones colonialistas han hecho todo 
lo contrario. Esos dirigentes autonómicos y/ forales, solo se muestran 
interesados en los beneficios que han podido y puede seguir sacado, con la 
presencia de las naves y aviones de la OTAN, sus tripulaciones y negocios a 
instalado en los alrededores.
Los gobiernos y países 
demócratas y anticolonialistas existentes en las Naciones Unidas deben sopesar 
si es mejor que Nabarra siga siendo una colonia española y francesa o que se 
constituyan en un Estado independiente como ya lo era en el pasado, en una 
Nación soberana, es decir, lo que preconizamos los patriotas de la Comisión 
Soberanista de Nabarra (NBK-CSN), a ser posible como una República Federativa, 
de carácter Laico y regida por el igualitario Derecho Pirenaico, cuyo lema 
internacional ha sido y debe ser la neutralidad positiva y el respeto a todas 
las creencias, y cuya bandera es la bandera roja histórica del Estado de 
Nabarra. 
En base a estos 
principios, la Comisión Soberanista de Nabarra (NBK-CSN) reconoce y representa 
los diversos movimientos revolucionarios de innegable carácter anticolonialista 
existentes en el ya siglo XXI. Un siglo que debe ser el de la recuperación de 
las identidades de los Pueblos sometidos y sojuzgados en todos los continentes y 
servir finalmente para su liberación.
Por otro lado y volviendo 
al tema de la Asamblea General de las Naciones Unidas, no nos extraña el 
comportamiento dado por el representante de la Corona española, a la cual 
echaron los Pueblos sometidos en América y Oceanía, junto a la mayoría de 
África. Por lo tanto, es tarea de los nabarros ahora de echarlos de esta parte 
que aún colonizan, ya que la Corona de los Borbones de Anjou jamás se sentará 
por las buenas con los representantes independentistas y soberanistas existentes 
en esta colonia para establecer un calendario de descolonización, sobre todo 
cuando se siente arropada y protegida no solo por los grandes partidos políticos 
españoles PP y PSOE, sino por todos aquellos que la legitiman de manera 
consciente o inconsciente, pues finalmente apoyan a la monarquía, al centralismo 
y al colonialismo español.
Para concluir, debemos 
recordarnos a nosotros los nabarros y al resto del Mundo, que tanto los 
franceses como los españoles son centralistas y que nunca han comprendido, ni 
han querido comprender, el levantamiento de los Pueblos sometidos a su brutal 
imperialismo y al colonialismo en general. 
