
SOBERANÍA DE NAVARRA by Nabartzale bilduma. Este es el correo para escritos, artículos, comentarios y sugerencias. Los artículos, escritos y comentarios deben estar debidamente firmados por su autor o autora en formato Word. Solo se publicaran aquellos escritos que estén realizados desde la independencia y soberanía de su autor o autora siguiendo los criterios editoriales de los miembros de NABARRAKO BURUJABETASUN-SOBERANÍA DE NAVARRA. nabartzale@gmail.com
2010/05/04
2010/05/03
Iruinea, mayo de 2010
Iñigo Saldise Alda
Ejercicio de libertad
Soberanía de Navarra
Partiendo de la base que nuestra existencia debe estar marcada por nuestro derecho a ejercer nuestra libertad, siendo a su vez también responsables de cada una de nuestras acciones, llegamos rápida y claramente a la conclusión de que una persona libre no es quien hace lo que quiere, sino quien hace lo que debe hacer. No hay que confundir libertad con libertinaje, llegando a la conclusión de que la legítima libertad se manifiesta en aquel que hace lo que debe hacer.
El verdadero sentido de la libertad se logra a través de implicarse y comprometerse con lo que evidentemente se ama. Así, por ejemplo, una persona es libre de votar o no, pero si decide votar, asume automáticamente el compromiso primario de la aceptación de esas urnas en las que deposita su voto, legitimando así con su libre ejercicio el resultado que ello acarrea. Por supuesto se es libre para formar o simplemente pertenecer a un partido político o no, pero si finalmente se decide formarlo, tenerlo o pertenecer a él, se asume instantáneamente la aceptación del estado donde dicho partido quiera presentarse, sumado además a la responsabilidad de formar integralmente de dicho estado. Se es libre de decidir entrar a trabajar para tal o cual estado, pero si decidimos aceptar una nacionalidad, adquirimos de inmediato el compromiso de realizar una labor exclusiva, cuidadosa, efectiva y diligente por el bien de una sola nación.
La dimensión de nuestra libertad nos la da la responsabilidad y el compromiso con aquello que amamos o adoramos, y esto lo decidimos en nuestra diaria y personal labor política. Así pues, solamente quien es responsable de sus actos, puede llegar si quiere a identificar el verdadero sentido de la libertad. Todo dirigente político, bien de gobierno, bien un secretario de partido, bien un cabeza de organización o bien un miembro de una comisión, en el preciso instante en que se hace cargo de su puesto, debe asumir plenamente la responsabilidad que esto conlleva, de lo contrario, si sólo utiliza el poder que le otorga dicho cargo, sencillamente hay que recordarle que no ha entendido la enorme dimensión de su ocupación.
Hay que entender rápidamente que la auténtica libertad se ejerce participando, enlazándonos con lo que amamos, adoramos, queremos y respetamos. La libertad sin compromiso no existe, existe el libertinaje. También hay que saber, que todo ser humano lleva su propia e individual esencia de libertad. Nos pueden encarcelar por nuestros pensamientos políticos, privarnos con ello de nuestra libertad física, pero nadie podrá arrebatarnos nuestra libertad interior o nuestro mundo intelectual, político e incluso espiritual.
Debemos obligarnos a ejercer nuestra enorme capacidad de decisión. Defender con la vida misma, si es preciso, nuestro derecho incuestionable a la libertad, pues sin ella objetivamente no podríamos vivir o subsistir como individuos y como nación. Hay que asumir el compromiso real de lo que esto evidentemente significa. Trabajando consigo mismo en la realización de nuestro propio ser político, pues esto nos hará saber quien es el único responsable de lo que hacemos o dejemos de hacer, por lo que no podremos culpar a los demás de nuestros continuos fracasos en post de la soberanía e independencia.
No dudemos que somos nosotros nuestros propios arquitectos o constructores. Nosotros indudablemente trazamos y establecemos nuestra propia manera de pensar. Solventamos por nosotros mismos la estrategia con la cual zanjar las acciones diarias, la manera de relacionarnos con los demás y palpablemente asumimos ante la sociedad nuestra propia responsabilidad. Todas las acciones conllevan unos valores y una capacidad de participar activamente o incluso de no hacerlo. ¡El poder y la fuerza de la libertad están en la responsabilidad! Por tanto, debemos llegar a la clara y sencilla deducción, que la recuperación de la plena libertad mediante la absoluta independencia y la total soberanía del Estado de Nabarra, pasan en primer lugar por el consciente y libre ejercicio de no votar en unas urnas impuestas por unos imperios claramente impositivos y colonizadores, como lo son la república de Francia y el reino de España.
Ejercicio de libertad
Soberanía de Navarra
Partiendo de la base que nuestra existencia debe estar marcada por nuestro derecho a ejercer nuestra libertad, siendo a su vez también responsables de cada una de nuestras acciones, llegamos rápida y claramente a la conclusión de que una persona libre no es quien hace lo que quiere, sino quien hace lo que debe hacer. No hay que confundir libertad con libertinaje, llegando a la conclusión de que la legítima libertad se manifiesta en aquel que hace lo que debe hacer.
El verdadero sentido de la libertad se logra a través de implicarse y comprometerse con lo que evidentemente se ama. Así, por ejemplo, una persona es libre de votar o no, pero si decide votar, asume automáticamente el compromiso primario de la aceptación de esas urnas en las que deposita su voto, legitimando así con su libre ejercicio el resultado que ello acarrea. Por supuesto se es libre para formar o simplemente pertenecer a un partido político o no, pero si finalmente se decide formarlo, tenerlo o pertenecer a él, se asume instantáneamente la aceptación del estado donde dicho partido quiera presentarse, sumado además a la responsabilidad de formar integralmente de dicho estado. Se es libre de decidir entrar a trabajar para tal o cual estado, pero si decidimos aceptar una nacionalidad, adquirimos de inmediato el compromiso de realizar una labor exclusiva, cuidadosa, efectiva y diligente por el bien de una sola nación.
La dimensión de nuestra libertad nos la da la responsabilidad y el compromiso con aquello que amamos o adoramos, y esto lo decidimos en nuestra diaria y personal labor política. Así pues, solamente quien es responsable de sus actos, puede llegar si quiere a identificar el verdadero sentido de la libertad. Todo dirigente político, bien de gobierno, bien un secretario de partido, bien un cabeza de organización o bien un miembro de una comisión, en el preciso instante en que se hace cargo de su puesto, debe asumir plenamente la responsabilidad que esto conlleva, de lo contrario, si sólo utiliza el poder que le otorga dicho cargo, sencillamente hay que recordarle que no ha entendido la enorme dimensión de su ocupación.
Hay que entender rápidamente que la auténtica libertad se ejerce participando, enlazándonos con lo que amamos, adoramos, queremos y respetamos. La libertad sin compromiso no existe, existe el libertinaje. También hay que saber, que todo ser humano lleva su propia e individual esencia de libertad. Nos pueden encarcelar por nuestros pensamientos políticos, privarnos con ello de nuestra libertad física, pero nadie podrá arrebatarnos nuestra libertad interior o nuestro mundo intelectual, político e incluso espiritual.
Debemos obligarnos a ejercer nuestra enorme capacidad de decisión. Defender con la vida misma, si es preciso, nuestro derecho incuestionable a la libertad, pues sin ella objetivamente no podríamos vivir o subsistir como individuos y como nación. Hay que asumir el compromiso real de lo que esto evidentemente significa. Trabajando consigo mismo en la realización de nuestro propio ser político, pues esto nos hará saber quien es el único responsable de lo que hacemos o dejemos de hacer, por lo que no podremos culpar a los demás de nuestros continuos fracasos en post de la soberanía e independencia.
No dudemos que somos nosotros nuestros propios arquitectos o constructores. Nosotros indudablemente trazamos y establecemos nuestra propia manera de pensar. Solventamos por nosotros mismos la estrategia con la cual zanjar las acciones diarias, la manera de relacionarnos con los demás y palpablemente asumimos ante la sociedad nuestra propia responsabilidad. Todas las acciones conllevan unos valores y una capacidad de participar activamente o incluso de no hacerlo. ¡El poder y la fuerza de la libertad están en la responsabilidad! Por tanto, debemos llegar a la clara y sencilla deducción, que la recuperación de la plena libertad mediante la absoluta independencia y la total soberanía del Estado de Nabarra, pasan en primer lugar por el consciente y libre ejercicio de no votar en unas urnas impuestas por unos imperios claramente impositivos y colonizadores, como lo son la república de Francia y el reino de España.
2010/05/02
Iruinea, mayo de 2010
Iñigo Saldise Alda
Cadenas, conquista, descolonización, nacionalismo, el rey español y la incorporación
NABARRAKO BURUJABETZA KOMISIOA
En mi diario proceso de exploración de la red de redes, me pude encontrar, hace unas semanas, con un escrito nada despreciable, ya que en el se puede intuir el desasosiego entre el nacionalismo español, de la demanda interpuesta ante el Comité Especial de los 24 de las Naciones Unidas, por la Casa Real de Nabarra contra el reino de España y la república de Francia, cuyo título es el siguiente: El Comité de Descolonización de la ONU acuerda estudiar el caso de Navarra.
Antes de entrar en la materia de descolonización, junto a una imagen del escudo del estado español, nos detallan el papel importantísimo que tuvo nuestro rey Sancho VII de Nabarra, conocido como el Fuerte, en la batalla de las Navas de Tolosa del año 1212. Especial mención realizan a las cadenas que aparecen en el cuarto cuadrante del blasón español, las cuales ciertamente, no fueron incluidas en el escudo del Reino de Nabarra, hasta una vez asentada la ocupación militar española en los territorios de la Nabarra surpirenaica mediante la imposición inquisitorial de la Contrarreforma Católica y su arte Barroco.
A continuación nos habla de la conquista de Nabarra, eso si, Nabarra castellanizada con la letra v y el término conquista entre comillas. Hacen especial hincapié en la creación por parte de las instituciones españolas impuestas a los nabarros, de una Comisión cuyo fin es la conmemoración del V centenario de 1512, fecha de la incorporación a la Corona de Castilla. El autor o autores del escrito, corrige(n) esta frase realizada en la rueda de prensa, ya que como bien indica(n) este suceso de anexión ilegítima, se realizó en el año 1515, concretamente en las cortes castellanas de la ciudad española de Burgos.
Tras esto, estos falsos defensores de Nabarra, arremeten de tildar como nacionalismo vasco el trabajo de auténticos patriotas nabarros, encaminado ciertamente a desmantelar la falsedad informativa proveniente de los nacionalistas y patriotas españoles, con respecto a la invasión sin previa declaración de guerra, supremacía de número, conquista con genocidio y colonización, realizada por las tropas castellano(-leonesas) y aragonesas, es decir, españolas. En este punto, reconocen que la demanda interpuesta en su día por la Casa Real de Nabarra y secundada por la Comisión Soberanista de Nabarra no es badalí. En dicho texto, incluyen un párrafo escrito en su día por el Regente de Nabarra, donde indicaba que sería el Pueblo Nabarro, una vez en plena independencia y soberanía, quien en las urnas decidirá su estructuración estatal.
Tal vez en su día, la Demanda interpuesta desde la Casa Real de Nabarra, a estos nacionalistas y patriotas españoles, no les llamó mucho la atención, pero al existir una Comisión que puede ser considerada como representación de la Nación Nabarra, su preocupación o temor, ha ocasionado una reacción visceral, ya habitual entre dichos nacionalistas y patriotas españoles, de falsas acusaciones de tufillo nacionalista vasco a lo nabarro. A su vez, una vez más a lo largo de nuestra historia política, la negación absoluta de estos patriotas españoles, de la invasión sin previa declaración de guerra, con supremacía de número, conquista con genocidio y colonización, de las tierras nabarras que van desde Atapuerca hasta La Guardia, les hace afirmar, sin ningún tipo de pudor, la expresión “voluntaria entrega” de Araba y Gipuzkoa, más la herencia del Señorío de Bizkaia para los reyes de Castilla y León, olvidando en este último punto, la traición y deserción del tenente nabarro de la comarca de Bizkaia, solo equiparable a la realizada por gran parte de la facción beaumontesa en el año 1512.
Si esto no fuera suficiente para asegurar el control de las mentes de la colonia de Nabarra al sur del Pirineo, rápidamente pasan a falsear, al más puro estilo del rey español Fernando II de Aragón, la legitimidad de Don Juan Carlos de Borbón y Borbón tiene sobre el Reino de Nabarra. Oculta(n) el claro testamento del año 1607 realizado por el rey de Nabarra y Francia, Enrique de Bourbon y Albret, donde la titularidad de la Corona de Nabarra se especifica claramente que vuelve a la Casa Albret; pero si eso no fuera suficiente, obvian mencionar el Tratado de Utrecht del año 1714, por el cual la rama borbónica de los Anjou, a la que pertenece Don Juan Carlos I de España, renunció a la Corona de Nabarra, ratificando con ello la renuncia que en su día realizo Louis XIII de Francia, no solo para él, sino para todos sus herederos en el año 1610, es decir, para toda la casa de Bourbon o Borbón.
Así llegamos a la defendida incorporación de Nabarra a la corona de Castilla, por parte del nacionalismo español; la cual vino por una conquista militar española, justificada fanáticamente por el nacionalismo y patriotismo español como necesaria, ya que los reyes legítimos del Estado de Nabarra, siempre según ellos, eran pro-franceses. Esta necia idea está basada en un falsificado tratado de Blois y unas bulas papales inexistentes en los Archivos Pontificios. Por cierto, las Cortes de Nabarra legítimas y por ende legales, fueron disueltas por el rey invasor español en el mismo año 1512 y un año después, el Falsario instauró de forma ilegal unas nuevas Cortes formadas por sus leales partidarios, traidores a Nabarra, que lo nombraron de forma falsificada e ilegítima como rey de Nabarra. Ya en el mencionado año 1515, en las cortes de Burgos y sin presencia de nabarro alguno, los españoles unieron de forma unilateral al Reino de Nabarra a la corona de Castilla; pero nada de union aque principal como reiteradamente afirman, pues cierto es que esta terminología es inventada varios siglos después de la consabida conquista genocida.
Para concluir, el autor o autores de dicha escritura lisérgica, intentando de nuevo colonizar, calmar y narcotizar a la sociedad Nabarra, practicando la más vil de las estrategias, la mentira, secuela ésta del negacionismo histórico, nos habla(n) de la política utilizada para la descolonización en la ONU, la cual es cierta, pero dichos apartados que él o ellos presentan, solo son aplicables a la aceptación de sus falsas premisas y no a los planteamientos histórico-políticos correctos, los cuales están expuestos en la Demanda interpuesta por la Casa Real de Nabarra y a la que se ha adherido la Comisión Soberanista de Nabarra.
Iñigo Saldise Alda, Secretario General de NBK
Cadenas, conquista, descolonización, nacionalismo, el rey español y la incorporación
NABARRAKO BURUJABETZA KOMISIOA
En mi diario proceso de exploración de la red de redes, me pude encontrar, hace unas semanas, con un escrito nada despreciable, ya que en el se puede intuir el desasosiego entre el nacionalismo español, de la demanda interpuesta ante el Comité Especial de los 24 de las Naciones Unidas, por la Casa Real de Nabarra contra el reino de España y la república de Francia, cuyo título es el siguiente: El Comité de Descolonización de la ONU acuerda estudiar el caso de Navarra.
Antes de entrar en la materia de descolonización, junto a una imagen del escudo del estado español, nos detallan el papel importantísimo que tuvo nuestro rey Sancho VII de Nabarra, conocido como el Fuerte, en la batalla de las Navas de Tolosa del año 1212. Especial mención realizan a las cadenas que aparecen en el cuarto cuadrante del blasón español, las cuales ciertamente, no fueron incluidas en el escudo del Reino de Nabarra, hasta una vez asentada la ocupación militar española en los territorios de la Nabarra surpirenaica mediante la imposición inquisitorial de la Contrarreforma Católica y su arte Barroco.
A continuación nos habla de la conquista de Nabarra, eso si, Nabarra castellanizada con la letra v y el término conquista entre comillas. Hacen especial hincapié en la creación por parte de las instituciones españolas impuestas a los nabarros, de una Comisión cuyo fin es la conmemoración del V centenario de 1512, fecha de la incorporación a la Corona de Castilla. El autor o autores del escrito, corrige(n) esta frase realizada en la rueda de prensa, ya que como bien indica(n) este suceso de anexión ilegítima, se realizó en el año 1515, concretamente en las cortes castellanas de la ciudad española de Burgos.
Tras esto, estos falsos defensores de Nabarra, arremeten de tildar como nacionalismo vasco el trabajo de auténticos patriotas nabarros, encaminado ciertamente a desmantelar la falsedad informativa proveniente de los nacionalistas y patriotas españoles, con respecto a la invasión sin previa declaración de guerra, supremacía de número, conquista con genocidio y colonización, realizada por las tropas castellano(-leonesas) y aragonesas, es decir, españolas. En este punto, reconocen que la demanda interpuesta en su día por la Casa Real de Nabarra y secundada por la Comisión Soberanista de Nabarra no es badalí. En dicho texto, incluyen un párrafo escrito en su día por el Regente de Nabarra, donde indicaba que sería el Pueblo Nabarro, una vez en plena independencia y soberanía, quien en las urnas decidirá su estructuración estatal.
Tal vez en su día, la Demanda interpuesta desde la Casa Real de Nabarra, a estos nacionalistas y patriotas españoles, no les llamó mucho la atención, pero al existir una Comisión que puede ser considerada como representación de la Nación Nabarra, su preocupación o temor, ha ocasionado una reacción visceral, ya habitual entre dichos nacionalistas y patriotas españoles, de falsas acusaciones de tufillo nacionalista vasco a lo nabarro. A su vez, una vez más a lo largo de nuestra historia política, la negación absoluta de estos patriotas españoles, de la invasión sin previa declaración de guerra, con supremacía de número, conquista con genocidio y colonización, de las tierras nabarras que van desde Atapuerca hasta La Guardia, les hace afirmar, sin ningún tipo de pudor, la expresión “voluntaria entrega” de Araba y Gipuzkoa, más la herencia del Señorío de Bizkaia para los reyes de Castilla y León, olvidando en este último punto, la traición y deserción del tenente nabarro de la comarca de Bizkaia, solo equiparable a la realizada por gran parte de la facción beaumontesa en el año 1512.
Si esto no fuera suficiente para asegurar el control de las mentes de la colonia de Nabarra al sur del Pirineo, rápidamente pasan a falsear, al más puro estilo del rey español Fernando II de Aragón, la legitimidad de Don Juan Carlos de Borbón y Borbón tiene sobre el Reino de Nabarra. Oculta(n) el claro testamento del año 1607 realizado por el rey de Nabarra y Francia, Enrique de Bourbon y Albret, donde la titularidad de la Corona de Nabarra se especifica claramente que vuelve a la Casa Albret; pero si eso no fuera suficiente, obvian mencionar el Tratado de Utrecht del año 1714, por el cual la rama borbónica de los Anjou, a la que pertenece Don Juan Carlos I de España, renunció a la Corona de Nabarra, ratificando con ello la renuncia que en su día realizo Louis XIII de Francia, no solo para él, sino para todos sus herederos en el año 1610, es decir, para toda la casa de Bourbon o Borbón.
Así llegamos a la defendida incorporación de Nabarra a la corona de Castilla, por parte del nacionalismo español; la cual vino por una conquista militar española, justificada fanáticamente por el nacionalismo y patriotismo español como necesaria, ya que los reyes legítimos del Estado de Nabarra, siempre según ellos, eran pro-franceses. Esta necia idea está basada en un falsificado tratado de Blois y unas bulas papales inexistentes en los Archivos Pontificios. Por cierto, las Cortes de Nabarra legítimas y por ende legales, fueron disueltas por el rey invasor español en el mismo año 1512 y un año después, el Falsario instauró de forma ilegal unas nuevas Cortes formadas por sus leales partidarios, traidores a Nabarra, que lo nombraron de forma falsificada e ilegítima como rey de Nabarra. Ya en el mencionado año 1515, en las cortes de Burgos y sin presencia de nabarro alguno, los españoles unieron de forma unilateral al Reino de Nabarra a la corona de Castilla; pero nada de union aque principal como reiteradamente afirman, pues cierto es que esta terminología es inventada varios siglos después de la consabida conquista genocida.
Para concluir, el autor o autores de dicha escritura lisérgica, intentando de nuevo colonizar, calmar y narcotizar a la sociedad Nabarra, practicando la más vil de las estrategias, la mentira, secuela ésta del negacionismo histórico, nos habla(n) de la política utilizada para la descolonización en la ONU, la cual es cierta, pero dichos apartados que él o ellos presentan, solo son aplicables a la aceptación de sus falsas premisas y no a los planteamientos histórico-políticos correctos, los cuales están expuestos en la Demanda interpuesta por la Casa Real de Nabarra y a la que se ha adherido la Comisión Soberanista de Nabarra.
Iñigo Saldise Alda, Secretario General de NBK
2010/05/01
Estado de Nabarra, la mentira y el negacionismo
J.M.Unzueta
Estado de Nabarra, la mentira y el negacionismo
Soberanía de Navarra
“Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad.”
“Mentir, mentir, mentir… algo siempre queda.”
Joseph Goebbels Ministro de propaganda de la Alemania Nazi
Una mentira es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa o parcial, esperando que los oyentes le crean, ocultando siempre la realidad en forma parcial o total. Una cierta oración puede ser una mentira si el interlocutor piensa que es falsa o que oculta parcialmente la verdad. En función de la definición, una mentira puede ser una falsedad genuina o una verdad selectiva, exagerar una verdad o incluso la verdad, si la intención es engañar o causar una acción en contra de los intereses del oyente. Las ficciones, aunque falsas, no se consideran mentiras. Mentir es decir una mentira. A las personas que dicen una mentira, especialmente a aquellas que las dicen frecuentemente, se las califica de mentirosas. Mentir implica un engaño intencionado.
El negacionismo es la distorsión ilegítima del registro histórico de tal manera que ciertos eventos aparecen sea de forma más favorable o desfavorable, mientras que el revisionismo histórico se ocupa de la corrección legítima del conocimiento existente sobre un evento histórico. Este artículo se centrará únicamente en el primero, i.e. el tipo ilegítimo que constituye la negación de los crímenes históricos: el negacionismo.
A diferencia de la propaganda, que apela a las emociones, el revisionismo apela al intelecto, usando varias técnicas ilegítimas para proponer un punto de vista. Estas técnicas incluyen presentar como documentos genuinos a unos falsos, inventar razones ingeniosas, pero no plausibles para desconfiar de documentos genuinos, atribuir sus propias conclusiones a libros y otras fuentes que digan lo contrario, manipular series estadísticas para apoyar sus puntos de vista y traducir mal deliberadamente textos en otros idiomas. Hay que destacar que los herederos del imperialismo franco-español-vaticanista, donde la enfermedad de la mentira y el negacionismo lo llevan en los genes.
A partir de la conquista y genocidio del Estado Baskón de Nabarra, la mentira y el negacionismo son las armas preferidas y utilizadas hasta nuestros días por el frente imperialista (franco-español-vaticanista). Las citas de Joseph Goebbels encierran a la perfección la filosofía de ambos términos, estas citas fueron enunciadas en el Siglo XX, pero en la práctica el frente imperialista y más antiguamente todas las religiones en especial la católica la han utilizado profusamente.
Hoy los herederos del imperio franco-español-vaticanista, en ellos no distingo entre “derecha, izquierda, sindicatos y conferencia episcopal” todos ellos se han lanzado en una cruzada cuesta abajo y sin frenos a potenciar la “mentira y el negacionismo” en una auténtica guerra de genocidio cultural, los ejemplos son palpables los sufrimos a diario, esta cruzada se acrecentó a partir de que el tribunal de derechos humanos de la UE fallara a favor del Estado Español en su demanda de ilegalizaciones contra según ellos el entramado de la lucha armada, de esta forma se creen legitimados para realizar toda clase de tropelías y desmanes (Nuestros líderes o Jauntxos no se enteran o no quieren enterarse y algunos de ellos incluso están siendo co-responsables de estas acciones) son como decía nuestro compatriota F.Krutwig un espécimen de descastados e infrarobotizados .
Llevamos mil años soportando el peso y la presión del imperialismo Franco-Español-Vaticanista y en los tiempos presentes en que su decadencia es manifiesta, peor aun por haberlos legitimado siendo los responsables una casta de políticos y sindicalistas llamados abertzales, observando las actuaciones de algunos de ellos, más bien parece que han degenerado en el peor espécimen humano, la de “mercenarios de la política”.
Antes de terminar no tengo más remedio que insertar este párrafo extraído de uno de sus últimos artículos de nuestro compatriota y estatalista nabarro Alots Gezuraga que dice así:
No se puede estar en misa y repicando, participar en unas elecciones es legitimar a los que la ganan y al rey Borbón puesto ahí por un dictador (¿cuántos republicanos votan y aceptan por tanto sin rubor al monarca vitalicio?). Participar en unas elecciones que nunca puedes ganar, objetivamente, sólo es de malos políticos o de políticos corruptos. Mientras España no reconozca al pueblo vasco como sujeto político, y nuestros derechos sean garantizados, no se puede participar en la construcción de España, es un suicidio seguro, o en término de mus, una “muerte dulce”. Esa vía, es una vía muerta.
El artículo completo de Alots Gezuraga ver en: http://www.osoa.net/Articles/neocarlistas.pdf
En nuestro camino hacia la recuperación de la “SOBERANIA” y el Estadodo Baskón de Nabarra, no hay atajos; debemos de resetearnos el cerebro; vuelta al origen del conflicto y trabajar codo con codo todos, tomando como referente el“Paradigma Nabarro”, la territorialidad “desde Atapuerca hasta Foix (Andorra) y desde Burdeos hasta el Moncayo” y el modelo legislador del “Derecho Pirenaico y su antes leyes que reyes” de esta manera volveremos a ser libres en un estado independiente y solidario.
Estado de Nabarra, la mentira y el negacionismo
Soberanía de Navarra
“Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad.”
“Mentir, mentir, mentir… algo siempre queda.”
Joseph Goebbels Ministro de propaganda de la Alemania Nazi
Una mentira es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa o parcial, esperando que los oyentes le crean, ocultando siempre la realidad en forma parcial o total. Una cierta oración puede ser una mentira si el interlocutor piensa que es falsa o que oculta parcialmente la verdad. En función de la definición, una mentira puede ser una falsedad genuina o una verdad selectiva, exagerar una verdad o incluso la verdad, si la intención es engañar o causar una acción en contra de los intereses del oyente. Las ficciones, aunque falsas, no se consideran mentiras. Mentir es decir una mentira. A las personas que dicen una mentira, especialmente a aquellas que las dicen frecuentemente, se las califica de mentirosas. Mentir implica un engaño intencionado.
El negacionismo es la distorsión ilegítima del registro histórico de tal manera que ciertos eventos aparecen sea de forma más favorable o desfavorable, mientras que el revisionismo histórico se ocupa de la corrección legítima del conocimiento existente sobre un evento histórico. Este artículo se centrará únicamente en el primero, i.e. el tipo ilegítimo que constituye la negación de los crímenes históricos: el negacionismo.
A diferencia de la propaganda, que apela a las emociones, el revisionismo apela al intelecto, usando varias técnicas ilegítimas para proponer un punto de vista. Estas técnicas incluyen presentar como documentos genuinos a unos falsos, inventar razones ingeniosas, pero no plausibles para desconfiar de documentos genuinos, atribuir sus propias conclusiones a libros y otras fuentes que digan lo contrario, manipular series estadísticas para apoyar sus puntos de vista y traducir mal deliberadamente textos en otros idiomas. Hay que destacar que los herederos del imperialismo franco-español-vaticanista, donde la enfermedad de la mentira y el negacionismo lo llevan en los genes.
A partir de la conquista y genocidio del Estado Baskón de Nabarra, la mentira y el negacionismo son las armas preferidas y utilizadas hasta nuestros días por el frente imperialista (franco-español-vaticanista). Las citas de Joseph Goebbels encierran a la perfección la filosofía de ambos términos, estas citas fueron enunciadas en el Siglo XX, pero en la práctica el frente imperialista y más antiguamente todas las religiones en especial la católica la han utilizado profusamente.
Hoy los herederos del imperio franco-español-vaticanista, en ellos no distingo entre “derecha, izquierda, sindicatos y conferencia episcopal” todos ellos se han lanzado en una cruzada cuesta abajo y sin frenos a potenciar la “mentira y el negacionismo” en una auténtica guerra de genocidio cultural, los ejemplos son palpables los sufrimos a diario, esta cruzada se acrecentó a partir de que el tribunal de derechos humanos de la UE fallara a favor del Estado Español en su demanda de ilegalizaciones contra según ellos el entramado de la lucha armada, de esta forma se creen legitimados para realizar toda clase de tropelías y desmanes (Nuestros líderes o Jauntxos no se enteran o no quieren enterarse y algunos de ellos incluso están siendo co-responsables de estas acciones) son como decía nuestro compatriota F.Krutwig un espécimen de descastados e infrarobotizados .
Llevamos mil años soportando el peso y la presión del imperialismo Franco-Español-Vaticanista y en los tiempos presentes en que su decadencia es manifiesta, peor aun por haberlos legitimado siendo los responsables una casta de políticos y sindicalistas llamados abertzales, observando las actuaciones de algunos de ellos, más bien parece que han degenerado en el peor espécimen humano, la de “mercenarios de la política”.
Antes de terminar no tengo más remedio que insertar este párrafo extraído de uno de sus últimos artículos de nuestro compatriota y estatalista nabarro Alots Gezuraga que dice así:
No se puede estar en misa y repicando, participar en unas elecciones es legitimar a los que la ganan y al rey Borbón puesto ahí por un dictador (¿cuántos republicanos votan y aceptan por tanto sin rubor al monarca vitalicio?). Participar en unas elecciones que nunca puedes ganar, objetivamente, sólo es de malos políticos o de políticos corruptos. Mientras España no reconozca al pueblo vasco como sujeto político, y nuestros derechos sean garantizados, no se puede participar en la construcción de España, es un suicidio seguro, o en término de mus, una “muerte dulce”. Esa vía, es una vía muerta.
El artículo completo de Alots Gezuraga ver en: http://www.osoa.net/Articles/neocarlistas.pdf
En nuestro camino hacia la recuperación de la “SOBERANIA” y el Estadodo Baskón de Nabarra, no hay atajos; debemos de resetearnos el cerebro; vuelta al origen del conflicto y trabajar codo con codo todos, tomando como referente el“Paradigma Nabarro”, la territorialidad “desde Atapuerca hasta Foix (Andorra) y desde Burdeos hasta el Moncayo” y el modelo legislador del “Derecho Pirenaico y su antes leyes que reyes” de esta manera volveremos a ser libres en un estado independiente y solidario.
2010/04/30
2010/04/29
NABARRA. Reflexiones de un patriota

Bueno, tras la realización de numerosos artículos entorno a nuestra Patria Nabarra y por la insistencia de familiares y amigos, os presento mi primer libro, cuyo título lo dice todo. El precio del mismo son 32€. Su compra se puede realizar de foma exclusiva por internet, a través de esta dirección:
http://www.lulu.com/product/tapa-blanda/nabarra-reflexiones-de-un-patriota/10795383
Además de las reflexiones con las cuales intento colaborar en la recuperación de la plena soberanía del Estado de Nabarra, en su interior se contemplan también unos mapas histórico-políticos, a todo color, realizados por nuestro compatriota Eneko del Castillo.
2010/04/25
2010/04/24
Iruinea, abril de 2010
Iñigo Saldise Alda
Orígenes; identidad cultural y jurídica
Soberanía de Navarra
Hoy a comienzos del siglo XXI, los habitantes de esta parte o zona de Europa nos transportamos a través del espacio temporal por dos itinerarios, uno que nos sumerge en nuestro pasado y otro que intenta deslumbrar un futuro libre y propio. Para alcanzar próximamente un futuro libre y propio, se necesitan las enseñanzas histórico-políticas necesarias, junto a las raíces de nuestra existencia, para así poder proyectar las permutaciones y las evoluciones necesarias en vías del desarrollo, en un proceso continuo de forja y conocimiento, en el cual sobresale no sólo el ámbito de lo material, sino incluso también la llamada voz de la espiritualidad. Y desde tales principios, podemos acercarnos a la obra de nuestros fundadores, los pueblos vascos que habitaron nuestra bella Europa. Ese espacio geográfico y cultural integrado por una misma nación lingüística emparentada con el euskara, que según el ruso Kart Boucha y el argentino Gandía se extendía desde el Cáucaso al Atlántico y desde el norte de África al norte de Europa en los periodos del paleolítico y neolítico, hasta la entrada de los pueblos indoeuropeos. Esos primitivos pueblos vascos lograron subsistir en amplias zonas en entorno al Pirineo; concretamente, desde el río Garona al norte, hasta el sistema ibérico por el sur, sin significar con ello, la existencia de una frontera política entre galos y vasco-aquitanos por un lado y vasco-ibéricos con celtibéricos o hispano-celtas por otro.
Así, la primera organización de nuestros antepasados fue durante la Iª Edad de Hierro. Esta estaba basada en la propiedad comunal de la tierra, teniendo como característica principal el reparto equitativo de todos los bienes, donde la mayoría de la población poseía unos niveles ecuánimes de recursos económicos. Los poblados de aquellos pueblos vascos abarcaban poca extensión, debido principalmente a la presión militar celta, pero abundaban en las dos vertientes del Pirineo y en la costa del Atlántico. Estos territorios fueron habitados por pequeños grupos, los cuales formaban en sí mismos, auténticas unidades sociológicas completas, cuyos miembros estaban relacionados entre sí por lazos claramente normativos y culturales. Esta es una clara realidad jurídica, denominada comunidad vecinal, con la cual se encuentran los romanos.
La entrada del imperio romano en las tierras de los pueblos vascos, no significó la desaparición del euskara, signo cultural principal que los unía. A diferencia de los pueblos celtas, los pueblos vascos mantuvieron una estrecha relación con los romanos, basada en la amistad y una franca colaboración a pesar de aislados enfrentamientos, lo que les permitió recuperar territorios perdidos ante las tardías acometidas guerreras de los pueblos celtas. Incluso mercenarios de los pueblos vascos, enrolados en legiones romanas, participaron en la guerra contra los britanos, como lo atestiguan varias tumbas de la época que se encuentran en las proximidades de la actual London. Las características del territorio de estos pueblos vascos, hizo que la romanización no fuera homogénea. Las comunidades vecinales vasconas subsistieron durante la imposición jurídica de la época romana. Esto fue posible por ser poblaciones con una organización vecinal, que asemejaron con relativa facilidad los esbozos jurídicos del municipio romano en materia de comercio, por lo que únicamente fueron las nuevas relaciones socioeconómicas las que se basaron en el derecho romano, sin eliminar el antiquísimo Derecho Pirenaico, basado en las costumbres y tradiciones prehistóricas, propias de los nativos europeos, los vascos.
BIBLIOGRAFÍA
ALTUNA ENZUNZA, Aitzol. Toponimia Vasca en Europa, 2006
ALTUNA ENZUNZA, Aitzol. Los pueblos vascos al entrar en la historia, 2008
ARIZNABARRETA, Joseba. Pueblo y Poder. Cuadernos para la reconstrucción de la razón, 2007
GORROSTERRATZU, Xabier. Noticia de las dos Vasconias: prólogo del traductor, 1929
LACASTA ESTAUN, Gartzen. El Euskera en el Alto Aragón, 1994
MEZQUIRIZ IRUJO, Mª Angeles. El periodo romano en la Vasconia Peninsular, 1997
NUÑEZ ASTRAIN, Luis. El euskera arcaico. Extensión y parentesco, 2002
OIHENART, Arnauld. Noticia de las dos Vasconias, la Ibérica y la Aquitana, 1929
JIMENO JURIO, José María. Historia del euskera, 1997
SALDISE ALDA, Iñigo. Los Fueros. El derecho Pirenaico del Estado de Navarra, 2009
SORAUREN, Mikel. Historia de Navarra, el Estado vasco. 1999
URZAINQUI MINA, Tomás. Orígenes del Derecho Pirenaico, 1993
Orígenes; identidad cultural y jurídica
Soberanía de Navarra
Hoy a comienzos del siglo XXI, los habitantes de esta parte o zona de Europa nos transportamos a través del espacio temporal por dos itinerarios, uno que nos sumerge en nuestro pasado y otro que intenta deslumbrar un futuro libre y propio. Para alcanzar próximamente un futuro libre y propio, se necesitan las enseñanzas histórico-políticas necesarias, junto a las raíces de nuestra existencia, para así poder proyectar las permutaciones y las evoluciones necesarias en vías del desarrollo, en un proceso continuo de forja y conocimiento, en el cual sobresale no sólo el ámbito de lo material, sino incluso también la llamada voz de la espiritualidad. Y desde tales principios, podemos acercarnos a la obra de nuestros fundadores, los pueblos vascos que habitaron nuestra bella Europa. Ese espacio geográfico y cultural integrado por una misma nación lingüística emparentada con el euskara, que según el ruso Kart Boucha y el argentino Gandía se extendía desde el Cáucaso al Atlántico y desde el norte de África al norte de Europa en los periodos del paleolítico y neolítico, hasta la entrada de los pueblos indoeuropeos. Esos primitivos pueblos vascos lograron subsistir en amplias zonas en entorno al Pirineo; concretamente, desde el río Garona al norte, hasta el sistema ibérico por el sur, sin significar con ello, la existencia de una frontera política entre galos y vasco-aquitanos por un lado y vasco-ibéricos con celtibéricos o hispano-celtas por otro.
Así, la primera organización de nuestros antepasados fue durante la Iª Edad de Hierro. Esta estaba basada en la propiedad comunal de la tierra, teniendo como característica principal el reparto equitativo de todos los bienes, donde la mayoría de la población poseía unos niveles ecuánimes de recursos económicos. Los poblados de aquellos pueblos vascos abarcaban poca extensión, debido principalmente a la presión militar celta, pero abundaban en las dos vertientes del Pirineo y en la costa del Atlántico. Estos territorios fueron habitados por pequeños grupos, los cuales formaban en sí mismos, auténticas unidades sociológicas completas, cuyos miembros estaban relacionados entre sí por lazos claramente normativos y culturales. Esta es una clara realidad jurídica, denominada comunidad vecinal, con la cual se encuentran los romanos.
La entrada del imperio romano en las tierras de los pueblos vascos, no significó la desaparición del euskara, signo cultural principal que los unía. A diferencia de los pueblos celtas, los pueblos vascos mantuvieron una estrecha relación con los romanos, basada en la amistad y una franca colaboración a pesar de aislados enfrentamientos, lo que les permitió recuperar territorios perdidos ante las tardías acometidas guerreras de los pueblos celtas. Incluso mercenarios de los pueblos vascos, enrolados en legiones romanas, participaron en la guerra contra los britanos, como lo atestiguan varias tumbas de la época que se encuentran en las proximidades de la actual London. Las características del territorio de estos pueblos vascos, hizo que la romanización no fuera homogénea. Las comunidades vecinales vasconas subsistieron durante la imposición jurídica de la época romana. Esto fue posible por ser poblaciones con una organización vecinal, que asemejaron con relativa facilidad los esbozos jurídicos del municipio romano en materia de comercio, por lo que únicamente fueron las nuevas relaciones socioeconómicas las que se basaron en el derecho romano, sin eliminar el antiquísimo Derecho Pirenaico, basado en las costumbres y tradiciones prehistóricas, propias de los nativos europeos, los vascos.
BIBLIOGRAFÍA
ALTUNA ENZUNZA, Aitzol. Toponimia Vasca en Europa, 2006
ALTUNA ENZUNZA, Aitzol. Los pueblos vascos al entrar en la historia, 2008
ARIZNABARRETA, Joseba. Pueblo y Poder. Cuadernos para la reconstrucción de la razón, 2007
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SALDISE ALDA, Iñigo. Los Fueros. El derecho Pirenaico del Estado de Navarra, 2009
SORAUREN, Mikel. Historia de Navarra, el Estado vasco. 1999
URZAINQUI MINA, Tomás. Orígenes del Derecho Pirenaico, 1993
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