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2011/09/29

Amaiur, 1522-2011

Amaiur, 1522-2011
Iñigo Saldise Alda

Cuando hablamos de Amaiur, en la totalidad de la masa sociopolítica formada por nacionalistas, independetistas, soberanistas, estatalistas y legitimistas nabarros y nabarras, se mueven diferentes sentimientos que van desde el orgullo a la tristeza. Orgullo debido al reconocido valor y patriotismo de aquellos 200 nabarros que recuperaron el castillo de Amaiur en nombre del legítimo rey Enrique II de Nabarra, haciéndose fuertes en él, resistiendo y combatiendo al invasor español entre los años 1521 y 1522. Y tristeza finalmente por su derrota ante la superioridad militar y numérica-más de 10.000 soldados experimentados españoles asediaron y atacaron violentamente a esos 200 jóvenes patriotas nabarros-, de las tropas del virrey extranjero impuesto por el emperador Carlos I de España y V de Alemania, para la Nabarra ocupada. Este virrey bárbaro era el conde de Miranda y la capitulación de los patriotas nabarros, defensores de pendón rojo de Nabarra en el castillo de Amaiur, ocurrió el 22 de julio del año 1522.

Este mes de septiembre del año 2011, los partidos nacionalistas vascos a excepción del Partido Nacionalista Vasco, que manifiestamente son continuadores también de la ideología aranista o paradigma bizkaitarra, originado a finales del siglo XIX, estoy hablando por si hay alguien que no lo sabe de Eusko Alkartasuna y Alternatiba, que junto a agentes independientes de la izquierda conocida como abertzale, conformaron la coalición Bildu en las pasadas elecciones municipales y forales, unas elecciones sancionadas por el rey Juan Carlos I de España, no pasemos por alto este importante dato político, llevadas a cabo en las provincias españolas de Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra, se han unido al también partido nacionalista vasco de Aralar, creando así una nueva coalición ante las elecciones del próximo 20 de noviembre para las Cortes del Estado español-Congreso y Senado-. Para ello han tomado como nombre o marca electoral para esta nueva coalición, el de Amaiur.

Esta nueva coalición nacionalista vasca se ha manifestado una vez más como soberanista y de izquierdas. Este último dato ideológico, secundario en mi parecer soberanista nabarro, ha servido de excusa, simple pero indudablemente buscada por el segundo partido más antiguo existente en el Estado español, el PNV, para así no formar parte de la misma. Sea como fuere, una vez más no existe la tan ansiada unidad de acción dentro del marco político-institucional utilizado desde su origen por el nacionalismo vasco, el cual acepta las reglas de juego del imperio colonialista español, es decir, aceptación de su blindada Constitución-mirar el artículo segundo de la misma-o en palabras más suaves de los miembros de esa coalición, “(…) partiendo de la situación jurídico-política vigente”.

Ciertamente la aceptación del marco jurídico-político español no es algo nuevo por parte del nacionalismo vasco desarrollado desde la ideología aranista o paradigma bizkaitarra, ya que desde la fundación del PNV, con los posteriores partidos y coaliciones nacionalistas vascas-izquierdas, centro, derecha, que más da-siempre se ha manifestado su dependencia absoluta con respecto a las instituciones coloniales y colonialistas del imperio español. Triste y lamentablemente más de un siglo después de la irrupción del nacionalismo vasco, éste sigue estando muy alejado del ejemplo patriótico llevado a cabo por aquellos 200 jóvenes, miembros de la Nación nabarra, en el castillo de Amaiur. En primer lugar no servían y no aceptaban al emperador invasor español, en segundo lugar y tan importante como el punto anterior, su política bélica, algo natural en aquella época, partía de la premisa de la independencia y de la política y jurisprudencia propia o nabarra.

Dicho esto, cada cual es muy libre de elegir un nombre u otro, incluso para una marca electoral que se pueda votar en las urnas españolas-y/o francesas-, pero lo que está muy claro, para cualquier nacionalista, independentista, soberanista, estatalista y legitimista nabarro y nabarra, es que en este caso están manchando la memoria de aquellos que lucharon por la libertad, la independencia y la soberanía del Estado nabarro. Unos nombres que no debemos olvidar. Estos eran entre otros, Jaime Belaz de Medrano, su hijo Luís, Miguel de Xabier, Juan de Jaso, Luís de Mauleon, Víctor de Mauleon, el señor de Azcona, el señor de Sada, Juan de Olloki, Alain de Bertiz, Pierres de Zozaia, el señor de Jaurola, Tristán de Maia, León Ezpeleta, etc., etc. Para todos ellos… Amaiur, luz perpetua.

PATRIA Y SIMBOLOS

PATRIA Y SIMBOLOS
Nabargorri; Nabarrako Burujabetza Aukeran-Alternativa Soberanista Nabarra

El concepto de “patria” es de tradición greco-romana, para hacer después referencia al conjunto formado por Roma, el territorio, el Estado el pueblo romano, y posteriormente casi toda Europa. El significado de patria, en la antigüedad, representaba algo tangible, cercano y practico. Es un concepto distinto al de nación y gens.

En la antigüedad el Estado era la ciudad y también la patria, los individuos se identificaban vitalmente con el pueblo y a la ciudad, pero mediante el Estado nación se identificaban con patria. Ciceron dijo, “la patria es aquel lugar donde se esta bien”, que para un romano como el podía ser cualquier lugar de su amplio imperio.

Las fuente documentales navarras recogen este concepto, donde se aprecia ya un sentido político de la sociedad nacional, en el que confluyen, patria, pueblo, nación y estado. Así lo refleja el lema de los Infanzones Nabarros, cuyo lugar estratégico de reunión era Obanos: “pro libertate patria gens libera state” – por la libertad de la patria (estado) que la sociedad (nación) permanezca libre, o en la inscripción de la campana de Najera: “honor a dios y libertad de la patria” o en el derecho pirenaico: “secundum morem patrie”.


En el siglo X se dice del rey de Pamplona , Sancho Garces (905-925), que es el señor y gobernador de la patria y protector del pueblo:

“Hecho esto, después de varios años, viviendo todavía aquel (Fortun Garces) Dios erige al rey Sancho Garces señor y gobernador de la patria y protector del pueblo, y reina de Pamplona y en Deyo. Reino durante veinte años y murió.”
El rey Sancho IV, el de Peñalen, (1054-1076) manifiesta en una donación al monasterio de Leire:

(…) quod fuerunt mihi rogadores al Deum intibulatione que advenit mihi cum seniroibus patrie mea (L63,1961)
(…) para que los monjes recen a Dios por mi en los problemas que tengo con los señores de mi patria”

Texto premonitorio de su muerte, llevada a cabo por sus hermanos quince años después.


Evolucion de simbolo nacional


El sol de ocho brazos

Al menos desde el siglo X aparecen representaciones del sol de ocho brazos relacionados con el reino de Pamplona. En esta imagen de la ciudad de Estella aparece arriba a la izquierda, escudo clásico con punta conopial y tiracol (tiracol: correa del escudo con la que se colgaba al cuello. Con el clavo del que pendía en las casas, formaba parte de los primeros escudos esculpidos en piedra, dando la sensación de colgar de la pared como si fuera el utilizado en la guerra. En "Le Chevalier de la Charrette", escrita por Chrétien de Troyes entre 1177-1181, se narra que Lancelot colgó a la puerta de la posada su escudo rojo, según era costumbre). En el campo cinco estrellas de ocho puntas y bordura de aspas. Se atribuye a la familia Echávarri, y puede verse en una casa de la calle San Nicolás.

Arriba a la derecha, escudo de la tapa de un sepulcro en un lucillo en la fachada del Santo Sepulcro. Partido, con una estella de ocho puntas y un lobo en cada lado. Se cree que pertenece a la familia de García Pérez de Estella (García del Peaje), de quien hemos visto anteriormente un sello.

Abajo a la izquierda, escudo procedente de un edificio de la plaza de los Fueros, que hoy puede verse en una caseta en las huertas de Valdelobos. No se a qué linaje pertenece, pero, buscando analogías, la media luna y la estrella de ocho puntas forma parte del escudo de Villaba, población que en su fundación recibió el fuero del burgo de San Nicolás de Pamplona. También forma parte del sello de este burgo, por lo que veo una tendencia de las poblaciones de francos por el uso de la estrella.
Abajo a la derecha, lápida sepulcral existente en el altar mayor del Santo Sepulcro. Cuartelado: 1 y 4 una estrella de ocho puntas, 2 y 3 un bandado de ocho. Lleva la inscripción "LOS ECHAVARIS DE ESTA VILLA DE ESTELLA AÑO DE MCCCCLXV

La evolucion del crismon


En la anterior imagen se ve, según Louis Charpentier, la evolución del crismón. Siguiéndolas de izquierda a derecha podemos ver: 1º) el símbolo egipcio de la vida eterna; 2º) el símbolo anterior con el bucle cerrado; 3º) convertido en la letra griega "ro" (P), a la que se le ha añadido las letras Alfa y Omega; 4º) el conjunto anterior con la letra griega "ji" (X); y 5º) una S latina que puede ser la serpiente trepadora del símbolo del caduceo.

El carbunclo

A lo largo del siglo XII los ocho brazos toman formas flamigeras y florales, conformando lo que se denomino carbunclo. Este era una piedra preciosa, el rubi, al que se le atribuian propiedades mágicas, como la capacidad como el de iluminar en la noche. Algunos heraldistas y autores han mantenido este símbolo entre los enigmas, para evitar su identificación con nabarra. Sin embargo, casi siempre que aparece el carbunclo en la simbología y, posteriormente, en la heraldica europea, esta ubicado en un contexto que nabarro, sea por su presencia en acontecimientos europeos, como los de la batalla de Orreaga, los Concilios o las Cruzadas, o en representaciones del conjunto de los reinos europeos. Hoy sin embargo, algunos autores ligados a expresiones políticas o intelectuales del nacionalismo español, insisten en despojar al carbunclo de cualquier carácter representativo, llegando a afirmar que no era mas que un simple refuerzo metálico en el escudo.


El escudo estatal en Nabarra

Lo que afirmamos es la incuestionable existencia de un símbolo propio que, en lo fundamental a mantenido durante mas de diez siglos la misma estructura, modificando su representación plástica en varios modelos perfectamente reconocibles y relacionados, y que adquiere su forma casi definitiva en la numerosa representación existente en la catedral románica de Tudela.

El símbolo del Estado nabarro tiene su origen en los antiguos y abundantes símbolos solares –que evolucionaron hasta el carbunclo de ocho brazos- y que con ligeras variantes (a veces solo, o acompañado de la luna creciente) han llegado a formar parte de mucho escudos de ciudades, pueblo, y villas tabarros. Dicho escudo se utiliza desde SanchoVI, siendo Teobaldo I cuando comienzan a representarse las barras pomeladas que serán característicos y exclusivos del escudo del Estado nabarro hasta la perdida definitiva de la independencia en 1620.

El cronista español de la conquista de 1512, Correa, describe a la bandera que va en cabeza del ejercito navarro de color rojo con barras doradas. Son muchas las representaciones del escudo estatal de Nabarra que tienen fechas anteriores a la de la batalla de las Navas de Tolosa del año 1212; San Miguel de Estella (1160) Catedral de Chartres(1180), Monasterio de Monreale en Sicilia(1183), biblia de Pamplona(1189), o la pila bautismal de Iturmendi (S XII) contradiciendo el mito de las cadenas, que realmente no son representadas como tales hasta mediados del siglo XVI, consecuencia, de la invasión y conquista a sangre y fuego por las tropas castellano-leonesas catalano-aragonesas con el beneplácito del Estado del Vaticano.

Como hemos visto, el escudo del Estado Nabarro ha evolucionado durante mas de mil años, partiendo de los abundantes símbolos solares que han perdurado hasta nuestros días, y evolucionado hacia el carbunclo de ocho brazos y el carbunclo de barras pomeladas, que tras la conquista Irán transformándose en cadenas. Este ha sido el único símbolo político vasco utilizado de forma general y permanente para representar el Estado europeo de Nabarra

Otros símbolos políticos

El árbol cruz

Puede tratarse de una reproducción de la cruz alzada o de mando que aportan los monarcas en la mano como símbolo de su poder. Esta cruz aparece representada con mástil, mas o menos largo, y unas flores o ramas a los lados a manera de árbol, en moneda desde Sancho III , el mayor, que permanecieron como distintivas de la dinastía en Aragón.



La terraza

Garcia el de Nájera (1035-1054) utilizo la “terraza” (un jarrón con azucenas/flor de lis), como símbolo personal.Hay quienes creen que este símbolo utilizado en algunos santuarios, solamente representa la advocación de María para representar su pureza ignorando su origen y su representación de Nabarra.

La flor de lis

La flor de lis esta representada en documentos navarros a lo largo del siglo XII, y a partir de 1234, con los Teobaldos (Champaña), formara parte del escudo del Reino, siguiéndoles las casas de Francia (Valois), de Evreux y de Labrit (Albret). Tras la conquista castellana, la flor de lis se convirtió en seña de identidad de los Agramonteses frente a los ocupantes que utilizaban el águila imperial.


El águila / arrano de Sancho VII

En los ultimos veinticinco años se ha creado cierta mitologia en torno al águila de Sancho VII como emblema mas antiguo y genuino de Nabarra. Esta interpretación es equivocada y refuerza la pretensión del nacionalismo español de negar la existencia del simbolo nacional de ocho brazos anterior a Sancho el Fuerte. Mientras que el llamado arrano beltza es un simbolo utilizado por Sancho VII (1194-1234) como sello personal tal y como se especifica en la firma de sus documentos. Los escudos de Nabarra en la catedral de Tudela, ciudad de resistencia real, son la mejor prueba de ello.

Bibliografia:
Navarra Estado Europeo
Sasua
Wikipedia

http://alternativasoberanistanabarra.blogspot.com/2011/09/patria-y-simbolos.html

2011/09/25

¿7 de julio San Fermín?

¿7 de julio San Fermín?
Carlos Segura Eguzquiza

Un poco de historia. La primera vez que se celebraron siete días de fiestas fue al final del verano de 1324 por privilegio del rey de Navarra Carlos I. Posteriormente y pasados unos cuantos años, quedaron fijados como fiestas, oficialmente, el día 25 de septiembre, festividad de San Fermín, obispo y mártir, copatrón de Pamplona junto a San Saturnino como es sabido, de este último la fiesta se celebra el 29 de noviembre. Así continuó durante muchísimos años hasta ser conquistados y masacrados en 1512 por los castellanoaragoneses. Pasados tres años de su conquista, decidió el invasor cambiarnos de fecha las fiestas, argumentando con el pretexto del tiempo, pasarlas a julio. A priori la idea no parece tan mala, pero lo que verdaderamente resulta una humillación más a los navarros es que el día de julio que eligieron no fue un día cualquiera, sino que da la casualidad de que eligieron el día 7 de julio, coincidente con el mismo día que las Cortes de Castilla en Burgos y sin tan siquiera un navarro presente en el acto, se añadieron a su botín oficialmente el Reino de Navarra.

Por eso, para mí y por respeto a mi pueblo, las verdaderas fiestas de San Fermín las celebro en las que mal llamadas San Fermín Chiquito, que de chiquito nada, es San Fermín el único, el otro es como celebrar la masacre y la unión por la fuerza de las armas del invasor. No obstante, se me ocurre un arreglo. Podríamos cambiarle a las fiestas del 7 de julio el nombre de fiestas de San Fermín, por el de fiestas de Hemingway. Aunque desde luego éste dista mucho de ser beato y mucho más aun santo. Para comprobarlo, es suficiente con entrar en Internet y poner Hemingway y los 122. Veréis qué sorpresa con el pájaro este. Pero bueno, no hay que ser ingrato, y a pesar de tener el sujeto sus cosillas, también debemos reconocer que gracias a él y sólo a él, tenemos una semana de turismo de lo más selectivo, con el famoso lema de: Pamplona ciudad sin ley. Y que gracias al caudal que deja dicho turismo, podemos vivir el resto del año. Así que si encima ponemos ese museo tan bonito de toros o vacas, estará Pamplona todo el año colapsado por el turismo ¡Qué buena idea! Respecto al amigo Hemingway, más vale que no somos unos ingratos y sus méritos para con nuestra ciudad, en parte, se lo hemos reconocido con un monumento (que no es paja).

http://www.noticiasdenavarra.com/2011/09/24/opinion/cartas-al-director/7-de-julio-san-ferminr

2011/09/19

El imperialismo lingüístico ayer como hoy

El imperialismo lingüístico ayer como hoy
Alots Gezuraga, Errigoiti(Nabarra)

Juan de Beriayn, párroco de Uterga, (Valle de Izarbe, Alta Navarra), decía en su libro “Doctrina Christiana en romance y bascuence” de 1626 editado en Iruña-Pamplona: “(…) escribo en bascuence, porque no ha habido nación en todo el mundo, que no haya premiado la lengua natural de la patria y enseñarla en las secuelas a leer y escribir. Según esto, razón es que nosotros estimamos nuestra lengua bascongada”.

En “Vasconia” (1962) Federico Krutwig aseguraba que: “Introducen el castellano o el francés, rebajando moralmente al vasco quien, grotescamente vestido de español o francés, no es más que hombre de tercera categoría”.

El imperialismo lingüístico sólo es una parte del imperialismo aunque es una de las puntas de lanza del mismo; viene desde antiguo pero en el presente sigue ocupando páginas en los periódicos y acalorados comentarios imperialistas.

Se entiende muy bien la política castellana y después española respecto a los idiomas de su Imperio leyendo el prólogo del libro que en 1492 escribió Antonio Nebrija por mandato de Isabel la Católica, con este libro se intentaba unificar el castellano (crear un castellano “batua” que no consiguieron hasta el siglo XVIII con el francés Felipe V): “...muchos pueblos bárbaros y naciones de peregrinas lenguas, y con el vencimiento aquellos tenían necessidad de recibir las leies quel vencedor pone al vencido, y con ellas nuestra lengua”. Fue la política castellana en América como en el reino de Nabarra según fue conquistando y subyugando, así Nebrija señala en un escrito tras la conquista de Alta Navarra (1512-24) que “casi todos sus habitantes son vascones” (es decir, euskaldunes monolingües), e incluye como baskonas a ciudades que fueron conquistadas en el siglo XII como las riojanas Calahorra o la antigua capital del reino, Naiara-Nájera.

La opinión de Caro Baroja acerca de la frontera de los territorios de habla eusquérica en la Edad Media es que es la misma que en el año 1587, siglo XVI en el que fue totalmente invadido el reino baskón de Nabarra en su territorio peninsular y donde comienza un nuevo retroceso del euskera. El historiador ronkalés Estornés Lasa en su libro “Lo que No nos enseñaron”, señalaba cómo en ese año 1587, según un documento de la Diócesis de Pamplona, los pueblos que vivían en euskera eran 451 frente a los 58 romanzados (de éstos, la mayoría cuando no todos, en realidad eran bilingües como veremos).

En su reciente libro “La Guerra de Navarra”, Peio J. Monteano, tras analizar todos los documentos a su alcance sobre la conquista de Alta Navarra, es de la misma opinión; entre los documentos y libros estudiados, destaca “La bula de rendición de cautivos”, la cual “permite por primera vez realizar un mapa lingüístico de (Alta) Navarra a principios del siglo XVI que, entre otras cosas, muestra que la erosión de la lengua vasca había sido mínima durante el bajo medievo”, es decir, mientras el reino fue libre. Se trataba de una bula para una nueva recaudación en la Diócesis de Pamplona que dividía en 3 zonas la parte del reino recién invadida (Alta Navarra) según estuvieran más o menos romanzadas: “Así pues, el euskera era, en la primera mitad del siglo XVI, la lengua hegemónica en al reino, nada menos que 8 de cada 10 navarros habitaban en el territorio donde predominaba”, es decir, el 80% eran euskaldunes monolingües.

Esta bula y otros muchos documentos, nos permiten trazar las fronteras del euskera sobre un mapa y observar cómo ha ido carcomiendo el imperialismo la “lingua navarrorum”, llegando hoy, cinco siglos después, a una situación lingüística que la UNESCO clasifica de “peligro de extinción” y distinta en cada región en las que el imperialismo dividió el reino de Nabarra: así, ninguna persona es monolingüe en este idioma y tan sólo sobre el 15% de la población de Alta Navarra sabe euskera (con el nombre imperialista de Comunidad Foral Navarra y donde el euskera está zonificado como siempre desde la invasión, siendo “no oficial” en el tercio sur donde sus hablantes no tienen derecho alguno sobre su idioma nativo), el 33% de la Nabarra Occidental sabe euskera (llamada “Comunidad Autónoma Vasca” y donde pasó el euskera a lengua “vulnerable” en el 2009 según la UNESCO, pero donde sigue padeciendo ataques furibundos como veremos) y el 30% de Iparralde es euskaldun (departamento Pays Basque y Beárn donde el euskera no es oficial y no tienen derecho alguno los euskaldunes por lo que sigue la pérdida de hablantes). Hoy en día ya no se habla euskera en otros territorios del reino donde era lengua nativa como son: Alto Aragón y Pirineo central, La Rioja, Castilla Vieja-La Bureba, Cantabria oriental o Gascuña, aunque con pequeñas poblaciones residuales en el Beárn: Eskuila, Aramitz, Inhaze, Arkantze y sobre todo Jeruntze.

Tras su invasión, destrucción de fortalezas, espolio a sus habitantes y sometimiento militar que duró varios siglos de forma férrea y que en realidad continúa, los alto navarros vivieron las políticas imperialistas sobre su idioma que ya habían dado frutos a los españoles en otras partes del reino nabarro conquistado anteriormente, como es el caso de La Rioja, donde la conocida “fazaña” o sentencia judicial de “Oiacastro” nos habla de estas políticas imperialistas sobre el idioma nabarro y donde el alcalde vetó en el siglo XIII, sobre 1239, a un merino (jefe de la policía o funcionario real) venido de Burgos a participar en un juicio, pues según los fueros de la villa era indispensable saber euskera para ello : “Esto es por fazanya que el Alcalde de Oia-Castro si le demandase ome de fuera de la Villa o de la Villa que el recudiese en vascuence.”

Desde la conquista española, la presión imperialista sobre el idioma nabarro o euskera es permanente y empieza por los cargos eclesiásticos y públicos tanto en Alta Navarra como en la Navarra Occidental, como eran entontes los veterinarios, jueces, merinos o policías etc. Pongamos varios ejemplos más :

Es revelador del uso habitual del euskera en el sur del reino de Nabarra el texto de un pleito de 1540 en el que el agricultor Pedro Petillas dice sobre el veterinario zamorano que trabajaba en la capital ribera (Tudela): “no sabe hablar ni entiende vascuence porque es natural castellano (…) por no entender suele buscar un intérprete y que en ello pasa trabajo y que le vendría muy bien saber hablar vascuence para recibir a los que va a su casa”, en ese mismo texto judicial se afirma que el euskera es “la lengua de la tierra”, es decir, el funcionario español (veterinario en este caso) logra intérpretes entre los propios ribereños bilingües y el idioma nabarro, incluso en la Ribera, se consideraba el euskera. En Lizarra(ra)-Estella en el año 1607 un documento eclesial comenta que: “El vicario no tiene las cualidades que se requieren para dicha parroquia por haber más de la tercera parte meramente vascongado y no saber romanz y el dicho cura no sabe bascuenz” .

La lucha de los naturales por su idioma nabarro o euskera en la administración pública ha sido permanente como evidente el retroceso que va padeciendo el euskera hasta nuestros días también este campo, así, en los tribunales eclesiásticos de Alta Navarra como en los civiles, se pedía saber el euskera (a diferencia de hoy en día), porque, como decía un informe de 1778 “más de la mitad de al reino era tierra vascongada (en el sentido que tenía entonces de monolingüe euskaldun)”; en otro informe un poco anterior (de 1745), se concluía que “casi todos los funcionarios de la Diputación (de Alta Navarra) eran navarros (en el sentido de vascoparlantes o euskaldunes que tenía entonces)”.

La política de imposición de cargos públicos españoles es una constante en la política imperialista española, que después se extendió a los maestros al surgir las escuelas de primera enseñanza. Sirva como ejemplo de esto último, el caso de un pueblo de la Nabarra Occidental tan euskaldun como Beasain y más en 1730, año del texto siguiente: “que no se les permita hablar en vascuence sino en castellano, poniendo anillo y castigándoles como se merecen”. Es un acuerdo entre el municipio y el maestro, a los vascos nos habían convencidos para entonces que nuestro idioma no servía como medio de transmisión de conocimientos. El que quiera leer muchos más ejemplos, los tiene en “El Libro negro del euskara” de Juan Mari Torrealdai.

Pero me interesa recalcar, por lo que luego veremos, la evolución del euskera en Olite. En Herriberri u Olite, en el año 1574 (por tanto más de 50 años después de la conquista española de estas tierras del reino nabarro), Beltrán de Garriz en la plaza del pueblo se subió al tablado y gritó a viva voz en euskera que todos los vecinos tenían yeguas en el zaguán de la casa de Pedro Ezpeleta del que el propio Beltrán era criado, y que fuesen a por ellas, que estaban en el corral . En el mismo Olite, en 1623 un presbítero pedía al Obispado licencia para confesar en euskera porque “los muchos vascongados (vasco parlantes o euskaldunes, según la terminología de entonces) que hay en dicha villa, y pastores de ella están muy desconsolados y se van a otros lugares a confesarse”. En 1768 el viajero Guiseppe Barety dice por la cercana Tafalla que “en esta ciudad se acaba el vizcaíno (euskera) y se empieza a hablar el español”, es decir, aunque -como es evidente-, habría gente en Tafalla que supiera euskera, predominaba en esta ciudad el romance. Paul Pierre Broca (1824-1880) comentaba en unos de sus libros que “un navarro de Olite afirmaba que en Olite hablaba en vasco con sus amigos cuando era pequeño”, por tanto, acababa de desaparecer la “lingua navarrorum” de esa comarca en menos de 300 años de colonización imperialista.

En pleno siglo XXI el imperialismo no se da por satisfecho y teme una recuperación del idioma nacional nabarro, por lo que actúa continuamente con saña contra su posible auge, a veces con disimulo argumental y cuando no cabe, no duda en usar la fuerza bruta (mediante sus jueces que se basan en su ejército como todo su Estado y no en el pueblo –básico en una democracia-).

Así, estos intentos de hacer que el funcionariado y el clero en tierras nabarras sean españoles y la punta de lanza de su lingüicidio, no son cosa del pasado como se pueda suponer. Recientemente en Osakidetza o sanidad pública de la Nabarra Occidental, se ha impuesto por la minoría española desde su administración en Vitoria-Gasteiz (seudo gobierno vasco), que los médicos no tengan que saber euskera para ejercer, por ejemplo, en Lekeitio (100% euskaldun y que vive en ese idioma), pues aducen los imperialistas dos cosas: que Lekeitio ya es bilingüe, lo cual no es más que una “profecía autocumplida” pues es la derivada de la etapa de colonización lingüística de la población monolingüe durante las guerras de los siglos XIX-XX y varias dictaduras (mi amama de Errigoiti murió monolingüe en 1989). El segundo motivo aducido en esta ocasión, es que para ser médico no hace falta saber euskera sino que lo importante son los conocimientos, lo cual es estrictamente cierto, como es cierto que apenas hay que saber castellano aunque se ejerza en España para atender bien a un paciente (con el vocabulario básico que se aprende en un par de meses es suficiente), por lo que, según ese argumento, podrían optar a la oferta gente de otros países como marroquíes o chinos, por ejemplo, ya que, según argumentan los imperialistas en este caso, lo importante es su capacitación profesional, ¿o no?, por lo que los exámenes se podrían hacer en inglés, el idioma internacional por antonomasia (casi puedo ver las sonrisas del lector).

La cuestión queda totalmente clarificada ese mismo mes cuando el imperialismo en otra parte de su “España invertebrada” ante una situación similar, cambia de argumento y usa justo el contrario al caso anterior, allí lo importante es ahora salvaguardar los derechos de los hablantes del castellano pero también que el idioma del imperio no pueda nunca ser remplazado por el idioma natural de Cataluña aunque los catalanes así lo quisieran. Así, en la enseñanza en Cataluña, el castellano debe de ser la lengua vehicular tanto como el idioma nativo o catalán, es decir, el imperialismo cae sin sonrojo en una gran contradicción: todos los jóvenes estudiantes saben catalán (ya no pueden usar el argumento discriminatorio o que es difícil su aprendizaje para el hijo del inmigrante español, ¡cómo si el castellano fuera fácil para los demás!) y para enseñar matemáticas o geografía el catalán sirve igual que el castellano (pese a quien le pese es una realidad), pero, ¿lo importante no era la capacitación, es decir, en este caso la calidad de la enseñanza y del profesorado? ¿Para qué exigir que los dos idiomas sean vehiculares? Aumenta el costo, es un esfuerzo añadido para el alumno etc. etc...

Lo que a los catalanes y nabarros nos dicen los jueces españoles es lo que de verdad subyace en todo este falso debate: en el imperio castellano, su idioma es preponderante a todos los demás idiomas, pero, ¿quién ha decidido que esto sea así? ¿Tienen derecho los españoles a imponer a euskaldunes y catalanes (o gallegos) su idioma por ser más o es simple fuerza bruta (imperialista)? O dicho de otra forma, ¿hemos podido elegir alguna vez ser o no españoles, tal y como ellos lo entienden (un idioma, una nación)? La respuesta para un nabarro y un catalán es evidente: no, a unos por imposición borbónica-centralista y a los otros por invasión primero e imposición borbónica-centralista después.

En una España democrática -que no es el caso y es ya inviable-, si un catalán o un nabarro quisiera ser atendido en uno de los idiomas oficiales de su territorio por la administración pública, debería de poder hacerlo, ello sólo es posible si en la administración pública y en cada categoría profesional hay al menos tantos funcionarios que conozcan ese idioma como población que demande la atención en el mismo.

Pero es que este mes hay más casos flagrantes de imperialismo lingüístico, en Olite se ha vivido el antepenúltimo episodio, los concejales de dos partidos políticos continuadores del partido único franquista (y no es una opinión pues en la misma sesión sus concejales se negaban a condenar el franquismo con sus 200.000 asesinatos, la existencia de esclavos durante el mismo o su intento de etnocidio y lingüicido entre otras muchas razones para ello), el PP y UPN, han decido eliminar el nombre baskón o nabarro de Herriberri y dejar sólo el latino de Olite, lo cual es tremendamente significativo, pues Olite, “Oligitum”, es el nombre que los visigodos (Suintila 621-631 ) dieron a la población amurallada que obligaron a construir a los propios nativos baskones en régimen de esclavitud tras derrotarlos y masacrarlos para poder así controlarlos, y que los reyes nabarros lograron liberar siglos después, por lo que le dieron el nombre de “Herriberri” o “Tierras nuevas”, tierras libres del imperialismo visigodo y después musulmán pero que hoy por hoy no lo son del imperialismo español.

F. Krutwig “La Cuestión Vasca” (1966): “Los hijos de las naciones opresoras tienen la maldita costumbre de condenar las justas reclamaciones de los pueblos oprimidos. Para ellos la única nación que tiene derechos dignos de ser respetados es la nación grande, la nación opresora”.

NABARRAKO ERESERKIA

Nabarra, reflexiones de un Patriota

Reflexiones de un Patriota by Iñigo Saldise Alda

ASKATASUNA = Baskoinak x Nafar Paradigma

"PRO LIBERTATE PATRIA GENS LIBERA STATE"

"Aberri askearen alde jende librea jaiki"

"De pie la gente libre a favor de la libertad de la patria"

Navarre shall be the wonder of the world

by WILLIAM SHAKESPEARE

EUSKARA-LINGUA NAVARRORUM

EUSKARA-LINGUA NAVARRORUM

©NABARTZALE BILDUMA 2011

©NABARTZALE BILDUMA 2011