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2015/07/31

TRES PROCESOS DE LIBERACIÓN NACIONAL UN 15 DE AGOSTO

TRES PROCESOS DE LIBERACIÓN NACIONAL UN 15 DE AGOSTO
Aitzol Altuna Enzunza, Galdakao, Bizkaia, Nabarra Estatua.

En el continente asiático la India aprovechó la debilidad del ejército británico tras la Segunda Guerra Mundial para conseguir su independencia. La descolonización mental del Pueblo hindú fue llevada a cabo por Mahatma Gandhi, empezando por él mismo, tras tres años en Londres estudiando derecho y donde leyó el cristianismo socialista de John Ruskin -reformista laboral que abogaba por la pobreza y la sencillez como modos de vida-, pero, sobre todo, tras su viaje a Sudáfrica, donde vio cómo eran menospreciados sus compatriotas. Fue en estos viajes cuando Gandhi tomó conciencia de quién era y la situación real de colonización en la que vivía su Pueblo. Antes de estos hechos creía que la India sólo podía sobrevivir dentro del imperio británico, llegando a tomar parte en 1899 en guerra colonial contra los Boers holandeses en Sudáfrica como camillero del ejército británico, por lo que además fue condecorado.

En el año 1942 en Bombay, Gandhi, durante la resolución "Abandonen India", señaló el camino a la libertad a sus compatriotas: la desalienación mental. Para ello debían de seguir con el movimiento de desobediencia civil y actuar como una nación independiente de facto, es decir, no debían de obedecer las órdenes de los británicos y crear sus propios órganos de gobierno. La proclamación de la independencia de la India del Imperio Británico se produjo el 15 de agosto de 1947 tras numerosas sublevaciones del Pueblo hindú, algunas pacíficas y otras muchas armadas contra la opresión en la que vivía. El primer ministro de la república Pandi Jawaharlal Nehru, dijo aquella memorable noche: “Al filo de la medianoche, cuando el mundo duerme, la India despertará a la vida ya en libertad. Llega un momento, el cual se produce rara vez en la historia, cuando salimos de lo viejo para llegar a lo nuevo, cuando termina una era y cuando el alma de una nación, reprimida durante mucho tiempo, encuentra expresión.....Terminamos hoy un período de la mala fortuna y la India se descubre a sí misma de nuevo”.

La Asamblea constituyente terminó de redactar la constitución el 26 de noviembre de 1949, y en enero del siguiente año fue proclamada la república. En el año 1952, la India disfrutó de sus primeras elecciones generales verdaderas, es decir, no impuestas y controladas por los poderes ingleses. En la práctica, esto supone que la India es, tanto en la actualidad como en toda la historia de la humanidad, el mayor país del mundo donde se realizan elecciones y que pretende ser una democracia, lo cual es un reto permanente para un Pueblo que, sin alcanzarlo del todo jamás, lo diferencia del ya rendido a un gobierno en un Estado totalitario.

Otro 15 de agosto también quedará para la historia de los Pueblos oprimidos por el imperialismo. El americano Simón Bolívar vivió entre los años 1801-1802 durante un período de trece meses en el País de sus antepasados donde residió en Bilbao (con 18-19 años), una placa puesta en 1983 en Casco Viejo así lo recuerda. Fue durante esta estancia donde conoció a los hermanos Elhuyar de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País Vasco, así como a Valentín Foronda del Seminario de Bergara y de la Real Compañía de Filipinas, cuna de la ilustración y del modernismo económico en la península ibérica. La relación fue fructífera y se mantuvo a lo largo de los años, pues los ilustrados vascos ayudarán después a Simón a crear sus equivalentes americanos llamados “Sociedad de Amantes del País” y “Escuela de Minería”; incluso Luciano Elhuyar, hijo de uno de los químicos vascos descubridores del volframio, luchó y murió siguiendo a Bolívar por la independencia de la actual Colombia.

Simón Bolívar aprovechó su estancia en el País Vasco para comerciar pero también para visitar el árbol de Gernika, símbolo de las libertades vascas, junto a su pariente Pedro Antonio Bolívar de Mungia; en sus cartas personales, el caraqueño relata la emoción que le produjo visitar Bolibar en Bizkaia, el pueblo de donde partieron a América sus antepasados. De esta estancia y de su periplo por Francia y la península itálica entre 1803-1805, aprendió cosas como las que escribió de Montesquieu, el insigne gascón de la ilustración, autor del “Espíritu de la Leyes” (1750) y de la teoría de la división de los tres poderes: "Es más difícil, dice Montesquieu, sacar un Pueblo de la servidumbre que subyugar uno libre. Esta verdad está comprobada por los anales de todos los tiempos, que nos muestran las más de las naciones libres sometidas al yugo y muy pocas de las esclavas recobrar su libertad" (Simón Bolívar "Escritos políticos").

Este periplo por Europa le llevó a alcanzar su descolonización mental, ya que Bolívar -que se quedó huérfano de niño-, venía de una familia adinerada de altos funcionarios de la realeza borbónica con títulos de Marqués de Bolívar y vizconde de Cocorote; incluso de adolescente hizo carrera militar en el ejército español. El comienzo de su lucha contra el imperialismo tuvo su semilla un 15 de agosto del año 1805, cuando Simón Bolívar, “el libertador de América”, en el Monte Sacro de Roma ante su maestro de escuela el también caraqueño Simón Rodríguez gritó: “¡Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!”.

Otro 15 de agosto nos es más cercano a los europeos en general y los nabarros en particular. El gran rey franco Carlomagno llegó a Zaragoza en mayo o junio del año 778, pero la fortaleza de la rica ciudad musulmana Zaragoza que estaba sublevada no se rindió. Carlomagno la sitió con sus 10.000 soldados. El franco Carlomagno se sentía el nuevo emperador de Roma e intentaba extender el Sacro Imperio Germánico, lo que la historia conocerá como el Primer Reich.

Los baskones no parecían ofrecer resistencia. Pero cuando Carlomagno y su magnífico ejército salían ya a campo abierto en una fila desordenada de más de 10 kilómetros de vuelta a su país tras saquear Pamplona-Iruña, miles de baskones atacaron desde lo alto de las montañas al grueso del ejército carolingio, el prefecto de Bretaña y sobrino de Carlomagno, el duque Roldán, los guiaba. La victoria baskona fue total y Roldán murió en el fragor de la batalla. Según la tradición franca, los 12 pares de Francia, las 12 familias más importantes del reino franco, murieron en la misma.

El poeta sajón Agilberto, un siglo después de los hechos, versificó en cinco libros los acontecimientos, basándose en fuentes muy conocidas en su época: “como [Carlomagno] hubiera llegado, a su regreso, a la zona más interior del Pirineo y, con sus tropas exhaustas, estuviera ya franqueando los estrechos desfiladeros que se abren entre sus collados, los baskones con un ejército ligero y su duque o jefe de Estado a la cabeza, se atrevieron a tenderle una emboscada al pie de la cumbre de esas montañas e intentaron combatir de nuevo. En fin, habiendo atacado a la retaguardia del ejército del rey, primero abaten a los soldados con proyectiles, lanzados desde la altura de sus colinas. La desventaja del estrecho lugar puso a los francos en condiciones de inferioridad, aunque aventajaban a los atacantes en armas y en valor”.

Esta Batalla es el día de la independencia de Nabarra, “Askatasun Eguna”. Esta victoria supuso un respiro al imperialismo franco para los baskones y para muchos Pueblos europeos que quedó en los anales de la historia de Europa y creó las bases del Estado nabarro, el cual nacerá oficialmente desde el sur del ducado de Baskonia en el año 824, tras otra victoria baskona contra el hijo y nieto de Carlomagno, Ludovico Pío y Pipinio, otra vez en el desfiladero de Orreaga, cuando el Pueblo baskón se organizó de nuevo a modo de Estado encabezados por su caudillo Eneko Aritza, aliado con sus hermanos uterinos de los Banu Casi, terratenientes baskones del sur convertidos al Islam.

Nabarra dejó oficialmente de ser un Estado reconocido por todo el mundo en el año 1841, más de 1.000 años después de que los baskones lo crearan para su propio gobierno. Sucumbió, una vez más, ante las armas del ejército español, pese a estar el Pueblo nabarro alzado por la libertad y contra el imperialismo, es decir, por los Fueros o leyes del Estado nabarro que nos dimos mientras fuimos libres y que tan tenazmente conservaron nuestros antepasados.

2015/07/19

Bandericas

Bandericas
Iñigo Saldise Alda

Una vez más, la bandera inventada, repito inventada, por los hermanos Arana, esos bizkaitarras de los cojones, ha servido de arma para el nacionalespañolismo de los colonizadores. ¿Pero gente de mi nación étnica cultural sabéis lo que era en origen ese trapo? La bandera de la Vizcaya española.

Bien al lio de los medios colonizadores y colonizantes. No entiendo como mi bandera étnica-cultural está en el balcón de ese ayuntamiento que dicen nuestros, de todos los que vivimos en el país nabarros, y no la bandera gitana u otra, por ejemplo.

La historia de la bandera asimilada por mi pueblo étnico y cultural, lamentablemente por incultos en grado supremo del pueblo al que pertenezco y por ello incluso me avergüenzo, no es la bandera de otros y otras nabarros y nabarras, ¿los vascos y vascas somos racistas?.... yo pienso que no, si pensaría lo contrario sería un puto racista de mierda.

¿Hablar euskara te hace vasco o vasca? NO, al igual que hablar suajile o como se diga te hace ser suajile… ¿Creer que la nación negra es la mejor te hace ser negor? Igual lo entendéis mejor así.

Ser vasco o vasca no implica nacionalidad política alguna, si lo crees eres un racista de mierda.

Yo vasco, por genes, apellidos, cultura y más allá, soy nabarro de nación política por haber nacido y vivido en el ESTADO DE NABARRA, usurpado, colonizado por extranjeros y por dementes vascos y vascas sin cultura histórica. Yo quiero mi Estado, el nabarro, mientras haya dos putos Estados en este mundo de mierda.

¿Hablamos de bandericas?

2015/06/17

Navarra en las Cortes castellanas de Burgos de 1515

Navarra en las Cortes castellanas de Burgos de 1515
Pedro Esarte Muniain

El verano de 1515 cubrió los tres primeros años de la ocupación y fue el año de la absorción política del Estado de Navarra al imperio castellano en formación, y de plasmarse a nivel internacional su desaparición. El hecho se realizó a nombre de la reina Juana (madre de Fernando) como absorción privada y personal, tal como se plasmó en las citadas Cortes castellanas de Burgos.

Todo aquello que quiera reducir el impacto de la absorción del reino o Estado navarro a un suave aterrizaje de Navarra a Castilla, es un sucedáneo que pretende cubrir el engaño. Debido a la literatura oficial, parecía que iba a plasmar, dado que la empresa privada tuvo que competir con las instituciones, tanto en precios como en el ejercicio público, exposiciones y/o congresos.

No obstante debemos felicitarnos, tanto a nivel de editores, prensa, autores y expresiones populares de cómo con el relato de los acontecimientos hemos impuesto una derrota al sector oficial y para-oficial que no se esperaba.

Supongo ya, que tras estas elecciones, podemos dar por pasados a los mandatarios del régimen en Navarra y sus colaboradores, que institucionalmente gustaron de establecer unívocamente el término de “conquista de Navarra e incorporación a la corona de Castilla” como complementos de un solo hecho, cuando entre ambos discurre el espacio de tiempo de 3 años.

Creo que se ha acabado (y viene reflejándose como una realidad) como desde la época de los tiempos de Jesús Aizpún y Jaime Ignacio del Burgo, se daba como veraz que las Cortes de Castilla celebradas en Burgos constituyeron un pacto de igual a igual entre los reinos de Castilla y Navarra. El hecho de su dilatada y profusa propagación (hoy ya derrotada), consiste en sí misma un hecho político de trascendencia actual, dado al interés programático demostrado y fracasado, que llegó a ser materia prima y fundamental de una ideología en Navarra, y que le ha servido para mantener engañados a los navarros, gobernando durante el franquismo y el postfranquismo, cerca de 8 décadas.

Ante los hechos y algún relato retrospectivo, no podemos pensar que las Cortes de Navarra desplazaron a sus representantes hasta Burgos, solo por una materia que podían haber confiado a la reparación del virrey, y suponemos que aunque fuera verbalmente, se opusieron a la anexión de Navarra a Castilla. Los citados acuerdos que tomaron las Cortes castellanas de Burgos, afectaban (y afectaron) a Navarra. El silencio y la vuelta de vacío de dichos embajadores, fue pagado con la promesa de pagar las deudas contraídas y que se le reclamaban, dándoles la promesa de darles 4.000 ducados más (a parte del pago de la deuda a la ciudad de Pamplona), como esplendidez del rey, según quedó reflejada en la respuesta aportada y que nunca cumplió, ni en la donación, ni en el pago de la deuda.

Que estos hechos se descubran a 500 años después de ocurridos, nos revelan los intereses económicos y políticos que lo han ido ocultando. Y aunque todavía hay quienes manifiestan como incorrección dar luz a la verdad de los hechos ocurridos, su importancia y gravedad se ha ocultado con un enmascaramiento continuo de los hechos, que a lo largo de 500 años, se han ido superponiendo en los años siguientes como tapones, justificación y/o excusas de los anteriores. Todo hilvanado hasta el presente.

Falsedad tras falsedad, la justificación de la donación eclesial de Navarra no vale hoy para justificar la invasión, por lo que se sigue insistiendo en una supuesta guerra civil entre navarros, que no hay por dónde cogerla. Un reciente autor que publicó su versión de la conquista (2010), alardea de haber tomado los datos de documentos originales, cuando asienta la cifra de 563 alusiones a beamonteses y agramonteses, sin ningún autor coetáneo ni documento de la época que lo acredite, haciendo alusión a la existencia de dichas parcialidades. Es decir, el citado autor ha presumido de hacer un relato equidistante basado en datos coetáneos, cuando lo que ha realizado es una novela acoplada a su visión política.

En un reciente artículo sostiene el mismo autor, la existencia del “partido beamontés … (o) el mariscal y sus agramonteses …”, lo cual resulta totalmente falso, dado que ni existió partido beamontés ni de los agramonteses (Monteano en DIARIO DE NOTICIAS 11-VI-2015). También afirma que “el rey español accedió a algunas de las demandas… (de una representación navarra) ninguna de esas peticiones tenía calado político … y los despidió el 30 de junio”. Hace falta aclarar que el rey Fernando no atendió ninguna de las demandas presentadas por los embajadores navarros e hizo promesas que sabía no iba a cumplir.

La embajada navarra que fue a Burgos al tiempo de la celebración de las Cortes castellanas de Burgos de 1515, lo hizo en representación de un acuerdo unánime de las Cortes de Navarra (lo que desmitifica la existencia de agramonteses y beamonteses) llevando la lista de contrafueros sufridos, y demandando que fueran reparados. Los representantes de los Tres Brazos de las Cortes navarras fueron el abad de Iranzu don Rodrigo, el señor de Caderita Jaime Díaz y el alcalde de Corte Miguel de Aoiz. Más representativos y de primera fila, no podían ser.

Negar que los reparos de los agravios solicitados no contuvieran calado político, es ofender a la realidad, igual que se hace al decir que el rey Fernando accedió a algunas demandas (Monteano id.), pues no reparó ninguno de los agravios presentados, y solo les dio falsas promesas de pagar las deudas adquiridas y otorgarles más dinero.

Pero además Monteano oculta la calidad de la representación de los navarros, presentes en Burgos el 30 de junio: “un abad no muy relevante, un noble de segunda fila y un juez representante de Pamplona”, cuando como ya hemos dicho eran los máximos representantes de nuestras Cortes. Toda una suma de “errores”, difícilmente de creer que fueron casuales. Hasta ahora, en Navarra llevamos 500 años escribiendo nuestra historia con las plumas del vencedor.

Y la claridad y conocimiento de los hechos, es lo que me ha movido y me mueve a escribir el presente artículo, al mismo tiempo de denunciar falsos o incorrectos relatos, plasmados en aspectos degradantes de la historia de Navarra y vacíos, si han de verse desde el aspecto de aportar hechos positivos en todos sus aspectos.

El firmante es autor del libro ‘Fernando el Falsario’, PAMIELA 2012

2015/06/09

LA REVOLUCIÓN NABARRA DE 1564: LA LIBERTAD DE CULTO

LA REVOLUCIÓN NABARRA DE 1564: LA LIBERTAD DE CULTO
Aitzol Altuna Enzunza, Galdakao-Nabarra

“Nabarra fue el primer laboratorio de observación y aplicación del maquiavelismo” Manex Goyhenetche, doctor en historia.

La libertad en la que vivía Nabarra en los siglos XVI-XVII reducida a la merindad de ultrapuertos, molestaba a los integristas religiosos de aquellos siglos: España y Francia, los “Reyes Católicos” y “los Reyes Cristianísimos” respectivamente, según los títulos otorgados por el emperador espiritual del Vaticano. El coetáneo a los hechos, Nicolás Maquiavelo (1469-1527), en su famoso libro “El príncipe”, escribía sobre Fernando II de Aragón “el Falsario” y la invasión de Nabarra de 1512: “Para poder llevar a cabo empresas mayores, siempre sirviéndose de la religión, recurrió a una devota crueldad (…). El rey de España ha querido fortificarse en el reyno de Navarra, que ha conquistado y cuya posesión deseaba”.

Desde que Constantino I el Grande en el año 313 legalizara para todo el Imperio Romano el cristianismo y el Edicto de Tesalónica del emperador Teodosio en el 380 lo impusiera como único culto religioso, el papado y la Iglesia fueron instituciones paralelas a los propios Estados que se fueron creando en el occidente europeo tras la caída de Roma a manos de los Pueblos bárbaros. Era la “teoría de la dos espadas” implementada por el pontífice Gelasio I en el siglo V, por la que había dos grandes poderes, uno temporal y otro espiritual. El primero era el de los monarcas y estaba supeditado al segundo que era el de los papas. Así se creaba la ficción de la continuidad del Imperio Romano Occidental, aunque algunos monarcas aspiraron a juntar de nuevo los dos poderes, como fue el Sacro Imperio Romano Germánico o Primer Reich encabezado por el franco Carlomagno, pero su derrota a manos de las tropas baskonas el 15 de agosto del año 778 paró sus ansias imperialistas en el río Garona y al sur del Pirineo oriental.

Esta situación de las “dos espadas” se prolongó durante toda la Edad Media, eran épocas de Cruzadas contra los reinos musulmanes que acabaron en Asia con la toma de la capital del Imperio Romano Oriental a manos musulmanas del Imperio Otomano (Constantinopla-Estambul 1453) y en la península ibérica con la toma del reino de Granada por los ejércitos cristianos de una incipiente España (1512), hechos que han marcado la frontera de las dos grandes religiones “del libro” hasta el presente.

Tempranamente, Nabarra quedó cuestionada por la Iglesia católica cuando los infanzones nabarros se alzaron en 1134 contra el testamento que había escrito durante la recuperación de Baiona su rey Alfonso I “el Batallador”, por el cual, el reino baskón quedaba en manos de las órdenes religiosas (el Vaticano). Así es como los infanzones nabarros, nombraron a uno entre ellos como nuevo rey, llamado Garçea Ramírez “el Restaurador”. Este hecho sin precedentes cuestionaba el poder papal, por lo que durante un tiempo los reyes de Nabarra no fueron admitidos por el Vaticano más que como “dux”. Esta situación duró hasta las Navas de Tolosa del año 1212, donde Sancho VII el Fuerte volvió a regañadientes al redil vaticanista y luchó, aliado con los otros reyes católicos peninsulares y mercenarios europeos venidos de todas partes, contra el infiel musulmán. Su participación fue precisamente a cambio de su reconocimiento como rey por el Vaticano y la reinstauración del reino recientemente ocupado en su parte occidental, donde el castellano Alfonso VIII se valió del cuestionamiento papal sobre la soberanía del reino para “obtenerlo” y “adquirirlo”, según las palabras de su escribano Ximénez de Rada.

La libertad religiosa no fue posible en Europa hasta el siglo XVI y fue precisamente Nabarra el primer Estado donde oficialmente se practicó. Hasta la conquista de 1512-24, los ritos paganos precristianos de la religión vasca pervivieron libres de la Inquisición Vaticana sincretizados dentro del cristianismo. La libertad de culto aunque no era oficial, alcanzaba a judíos y a musulmanes, siendo el reino baskón refugio de muchos huidos de la persecución que padecían en Castilla (Edicto de Granada de 1492). Esta laxitud en cuestiones religiosas era una realidad que no existía en los reinos circunvecinos, lo que provocaba el rechazo de papas y de muchos integristas católicos. La falsas bulas acuñadas por Fernando “el Falsario” contra los reyes de Nabarra por su relación con los “cristianísimos” reyes de Francia a los que acusaba de permitir o flirtear con el protestantismo, sólo buscaban fingir el consentimiento del Vaticano, el rey espiritual, en la brutal conquista y el magnicidio posterior contra los nabarros de los españoles con sus temidos tercios imperiales.

Muerta su primera esposa en 1504, llamada Isabel I de Castilla “la Católica”, se casó Fernando II de Aragón el Falsario al año siguiente con la francesa Germana de Foix, pariente de los reyes de Nabarra y 45 años más joven que él. Tras la conquista de Nabarra, el rey católico Fernando el Falsario y su mujer Germana de Foix, introdujeron el integrismo religioso y la persecución política contra los antimperialistas que defendían el reino mediante la Inquisición Española (creada por los “Reyes Católicos” 1474), ya que los tribunales civiles alargaban los procesos y ponían en peligro el veredicto. Es así como la familia de los agramonteses padeció incluso la quema en la hoguera de sus miembros, al ser más fácil juzgarlos por herejes que como rebeldes por defender la soberanía del reino baskón frente al imperialismo español.

El último rey de la Nabarra libre peninsular, el euskaldun Enrique II de Albret “el sangüesino” (1503-1555), estaba casado con la infanta francesa Margarita de Nabarra (1492-1549), la gran reina del renacimiento y del libre pensamiento, además de una gran escritora, con la que tuvo a la reina Juana III de Nabarra, pues en Nabarra no había “ley sálica” y las mujeres podían reinar en el pequeño reino nabarro, unido a los Estados de Bearne y Andorra que configuraban la corona nabarra (además tenían otros títulos nobiliarios por tierras baskonas de Tartas, Marsan, Bigorra y Albret, pero dependientes del rey de Francia).

La reina Juana III de Albret o Labrit (1528-1572), empezó la reforma protestante mediante las ordenanzas de Nerac de 1560. En esta reforma de Nerac de la reina Juana, se establecía elementos tan revolucionarios como el uso a horas diferentes de las iglesias, donde hasta entonces sólo se procesaba el culto católico, por protestantes y católicos. Nerac era la capital del señorío de Albret, Gascuña (antiguo territorio nabarro y del ducado de Baskonia), territorio originario de los últimos reyes de Nabarra, que en esos tiempos hacía de corte del reino, alejada del peligro español, y donde refugiaron Margarita y después Juana a todos los librepensadores que huían del integrismo católico francés, como Marot, Lefèvre d’Etaples, Rabelais, Calvino o los libertinos espirituales, tal y como lo explica el doctor en historia Jon Oria en su libro “Calvino y la Corte de los Labrit de Navarra”. Decía la Reina Juana III: “Para lograr libertad de conciencia para todos, estoy dispuesta a la buena batalla y a no regatear esfuerzos. La causa es tan santa y sagrada que yo creo que Dios me fortalecerá con su poder (…). Porque es ya el tiempo de salir de Egipto, atravesar el Mar Rojo, y rescatar a la Iglesia de Cristo de en medio de las ruinas del trono de toda soberbia, la inmoral Babilonia”.

En el libro “El reino de Navarra en su encrucijada”, el gipuzkoano José María Olaizola escribía a finales del siglo pasado cómo se produjo la conversión de la soberana: “El año 1560, en la cena de Navidad, la reina Juana abjuró en Pau de la religión romana e ingresó en la Reforma (…). No así su marido Antonio de Borbón, conde Angulema, que llegó a traicionar a su mujer entregándosela al rey español Felipe II y a los católico romanos a cambio de ser nombrado rey de Alta Navarra, tras adjurar de su esposa y casarse con María Estuardo de Escocia en la isla de Cerdeña. Pero murió Antonio en 1562 sin que se cumplieran lo acordado. Felipe II planeó invadir Baja Navarra, el Beárn e incluso los territorios en manos de Francia de Juana III, para lo que pidió su excomunión al papa Pío IV (1559-1565): “Nos la declaramos inhábil para conservar el reino de Navarra, el principado de cualquier Estado, de cualquier dominio, el que sea (…) que sean y puedan ser dado a los que convenga mejor a sus Santidad (…)”.

Su esposo el duque de Vendome y primer Borbón en acceder a una corona, intentó por tanto asesinar a la reina Juana por orden del nieto de Fernando el Falsario, el rey español Felipe II; curiosamente el rey Habsburgo o Austria con el que estuvo prometida Juana antes casarse con el Borbón. El francés Borbón y el germánico Austria, pese a su inmenso poder, no pudieron con la que llamaban de forma despectiva “vaca”, pues al nacer la Corte española exclamó: “La oveja (Margarita) ha parido la vaca (Juana)”, en referencia burlesca a las dos vacas pirenaicas del escudo de Bearne.

En 1564 dio la reina baskona el paso definitivo al otorgar la libertad de conciencia a ambas comunidades religiosas y, por tanto, proclamó la libertad de culto por primera vez en un europeo tras casi 1200 años de integrismo religioso: “Todos nuestros súbditos podrán vivir con libertad de conciencia, indiferentemente de la calidad y religión que posean (…) hemos tenido siempre la intención y voluntad de conservarlos y mantenerlos en una tal libertad y protección, tanto de personas como de bienes, que no fueran de un lado ni de otro forzados sin razón”. Era una revolución religiosa que tocó los cimientos de los grandes Estados europeos y que provocó una reacción similar a la que después logrará la Revolución Francesa.

Estas medidas que conllevaron a decretar finalmente la libertad de culto, provocaron una lucha intestina que duró veinte años con los católicos habitantes de Zuberoa, pertenecientes al vizcondado del Bearne, y que se extendió a Francia en las llamadas “Tres Guerras de Religión” (1562-1570 La Paz de Sanit-Germain de Laye). El ejército francés llegó a invadir Baja Navarra en persecución de los hugonotes o calvinistas y la reina les hizo frente tras vender sus joyas para lograr un ejército de mercenarios y mantener la libertad del, para entonces, muy mermado reino nabarro.

La reina Juana decretó en 1571 la reforma calvinista como religión de Estado en Baja Navarra y el Bearne. En ese mismo año el cura labortano de Beraskoitz Joanes Leizarraga, por mandato de la reina Juana III de Albert y el sínodo de Pau (capital de Bearne y último emplazamiento del parlamento nabarro), tradujo el Nuevo Testamento al euskara en su versión protestante, tomando para su traducción la versión griega de Erasmo de Rotterdam y publicándolo en la Rochelle. Pocos años antes, la reina baskona había mandado traducir al bearnés el catecismo de Calvino (1563) y construir la academia protestante de Orthez (1566 Bearne).

Perseguida por la inquisición católica y por el rey de España, fue probablemente asesinada (envenenada) y enterrada en Vendome, a pesar de que en su testamento dice que debe de ser enterrada en la catedral de Lescar junto a su familia, antes de ser finalmente trasladados sus restos mortales en la catedral de Iruña-Pamplona como fue su deseo y antes el de su padre, donde deben reposar todos los reyes y reinas de Nabarra tras su recuperación por el Pueblo nabarro de su soberanía de las garras del imperialismo español y francés. Decía la gran reina de Nabarra: “Estamos dispuestos a morir todos nosotros antes que abandonar a nuestro Dios y a nuestra religión (en Francia se conocía a los hugonotes como “la Religión”), la cual no podemos mantener sin que se permita su adoración pública, igual que no puede vivir el cuerpo humano sin agua o comida”.

Por tanto, la libertad de culto llegó a Nabarra 34 años antes del Edicto de Nantes de 1598, cuando el hijo de Juana, llamado Enrique III “el bearnés” en Nabarra y el “nabarro” en Francia (Pau 1553-París 1610, el cual había participado en su juventud en la segunda y tercera “Guerra de Religión”), accedió la corona francesa, lo que le supuso su muerte a manos de un sicario del Vaticano. En España el primer e infructuoso intento de decretar la libertad de culto fue en una fecha tan tardía como 1890.

La inquina de los Estados poderosos del momento, harán una herejía de la libertad de culto, además de una nueva excusa para hacer desaparecer el pequeño reino pirenaico de Nabarra-Foix-Bearne, lo que quedaba de nuestro ducado de Baskonia y de su hija la Nabarra Osoa; sin su Estado que lo ampare, comenzó también el proceso de asimilación y desaparición del Pueblo que los creó y sustentó durante más de 1000 años (600-1620).

2015/05/30

Lancelot de Nabarra y Esparza

Lancelot de Nabarra y Esparza
Iñigo Saldise Alda

Heráldica: Escudo cuartelado en cruz. 1º y 4º de gules carbunclo de oro cerrado y pomelado que es de Nabarra. 2º y 3º de plata tres bandas de gules.

Llamado también Lanzarot, nació en abril del año 1386 siendo hijo bastardo del rey Carlos III de Nabarra y de Maria Miguel de Esparza. Fue separado de su madre a los cuatro años tras ser obligada ésta a ingresar en un convento de mujeres de la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalem, situado en Bargota.

Lancelot de Nabarra y Esparza fue entonces puesto bajo la tutela o responsabilidad de Garcia Lopiz de Lizasoain, tesorero del Reino de Nabarra y nombrado ayo del bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza, en cuya casa y también en el castillo de Garaino-Saldise, vivió su infancia junto a su nodriza la marquesa de Ostas. Su iniciación en los estudios y las letras fue llevada a cabo por el abad de Zubiurrutia Garcia Ximenez de Ballarin, el cual había sido nombrado capellán del bastardo por el rey Carlos III de Nabarra.

Ya en el año 1397, fue enviado a la Escuela de Gramática de Iruinea-Pamplona, que estaba dirigida, como maestro de estudio, por Andreu de Aibar.

Entrado ya el año 1403, el rey Carlos III de Nabarra envió a su hijo bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza a la Universidad de Tolosa-Toulouse, donde tradicionalmente estudiaban la mayor parte de los hijos de la nobleza del Reino de Nabarra de la época, respondiendo así a los deseos formulados por su padre en su primer testamento, en los cuales le ordenó a Lancelot de Nabarra y Esparza seguir la carrera eclesiástica, a lo que contribuyó el monarca nabarro con el envío de grandes cantidades de libros, doctrinales y dogmáticos en la fe cristiana católica.

“Item, queremos et ordenamos que Lancelot, nuestro fijo bastart,
el quoal nos cognoscemos et tenemos por tal, et lo habemos inviado a Estudio
sea ordenado a ser clerigo,
et por aprender et continuar su dicto estudio hasta que eill parta de todo,
que eill haya cada ainno la suma de dineros que li habemos ordenado
cada aino por su estudio.
Et cada que el obispado de Pomplona acaesca vacar,
eil seyendo digno para eillo, procuren et tracten li sea proveido del dicto obispado”

A partir de ese deseo personal del rey de Carlos III de Nabarra, tanto el monarca del estado vascón como su hijo bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza, comenzaron una labor muy afanosa por lograr la sede obispal y metropolitana de Iruinea-Pamplona, la cual duró largo tiempo.

Pero el Papa Luna Benedicto XIII de Avignon, rechazó la petición del rey de los nabarros y solo le otorgó al bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza los cargos de notario apostólico, arcediano de Calahorra y sacristán de Vich en el año 1404. También le concedió el privilegio de altar portátil y una pensión anual de 1.500 florines sobre la mesa episcopal de Iruinea-Pamplona, así como la rectoría de San Pedro de Monfort perteneciente a la diócesis de Rouen.

A la hora de tomar posesión del arcedianato de Calahorra por parte de Lancelot de Nabarra y Esparza, surgieron diversos problemas con el Reino de Castilla y León, que tardará dos años en dar el consentimiento.

Obtenido éste de los regentes del niño rey de dos años Juan II de Castilla y León, fue en el año 1407 cuando el consejero del rey Carlos III de Nabarra Juan Garcia de Larraya, y el notario nabarro Martin Miguel de Elzaburu, marcharon a tomar posesión del puesto para el bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza, pero fracasando de nuevo ante la belicosa actitud de los castellanoleones de Calahorra.

Finalmente sería un nuevo enviado llamado Guillemot del Rin quien, tras ser obstaculizado en un primer momento, consiguió finalmente el objetivo marcado por el rey del Estado de Nabarra y el mandado del Papa Luna.

Un año antes, concretamente en agosto del año 1406, murió en Mónaco el iruinsheme cardenal Miguel de Çalba, titular de la mitra pamplonesa. El rey Carlos III de Nabarra envió inmediatamente al Papa Luna sucesivos mensajeros en pos de la mitra para su hijo bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza.

Primero envió a Juanco de Lizasoain y siete meses después, por medio de Sancho García de Artajo, que fue al encuentro del Papa Luna a la ciudad de Marsella, obteniendo el mismo resultado negativo para las pretensiones del rey Carlos III de Nabarra.

Ya en agosto del año 1408, una embajada del Estado de Nabarra formada por el propio Lancelot de Nabarra y Esparza, Per Arnaut de Garro, Diego de Baquedano y Pierres de Peralta, se presentó en Perpignan-Perpinyá. Ya por entonces, la situación de Benedicto XIII de Avignon era muy difícil, se encontraba prácticamente aislado de todos, ya que incluso hasta los cardenales que le habían seguido más decididamente apoyaban ahora a Gregorio XIV de Roma y se encontraban preparando el concilio en Pisa.

El rey Carlos III de Nabarra, quería aprovechar la difícil posición del Papa Luna, haciendo le ver el temor de perder el único apoyo verdaderamente cierto o real que tenía, el de los nabarros. Por ello Benedicto XIII de Avignon no tiene entonces otra opción que conceder la silla pamplonesa al bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza, si bien con la estricta condición de que no recibiera la consagración episcopal.

Así pues, Lancelot de Nabarra y Esparza gobernó la diócesis metropolitana de Iruinea-Pamplona a título de vicario general, nuncio, colector apostólico y administrador perpetuo de la diócesis.

A estos productivos y beneficiosos cargos, Lancelot de Nabarra y Esparza tuvo que añadir el decorativo y fastuoso título de Patriarca de Alexandria.

Durante su episcopado se transformaron las dependencias del cabildo, construidas primitivamente por el obispo Arnalt II Barbazan, entre los años 1317 a 1355,  convirtiendo la casa del Arcediano de la cámara en auténtico palacio episcopal, adyacente al templo catedralicio y más cómodo como tal que el primer palacio, el conocido como de San Pedro.

En el año 1412 Lancelot de Nabarra y Esparza figuraba como testigo en el segundo y definitivo testamento de su padre, fechado en Gares-Puente la Reina en septiembre de este año.

Lancelot de Nabarra y Esparza asistió junto a su hermano consanguíneo y también bastardo, el marischal de Nabarra Godofre de Nabarra, a la coronación del rey Fernando I de Aragón llevada a cabo en Zaragoza en el año 1414. También junto a ellos se encontraban el barón de Luxa Arnaut de Luxa, el vizconde de Baigorry-Baiguer Jean de Echauz, Oger de Mauleon, Guillén Arnaut de Santa María, Beltrán de Ezpeleta y Juan de Ezpeleta, el merino de La Ribera Martin Henriquiz de Lacarra, y el maestrehostal del rey de Nabarra Pierres de Bergara. Esto le impidió asistir a las Cortes de Erriberri-Olite, donde fue representado por el vicario general de la diócesis de Iruinea-Pamplona Martin de Eusa.

En el año 1415 marchó junto con su hermano el marischal de Nabarra Godofre de Nabarra, al vizcondado de Bearno, en apoyo del conde de Foix, aportando personalmente Lancelot de Nabarra y Esparza numerosos hombres de armas.

En el año 1418, Lancelot de Nabarra y Esparza amplió el castillo de Arazuri con ayuda del rey Carlos III de Nabarra, recibiendo 1.000 florines para dichas obras.

El patriarca de Alexandria, vicario general, nuncio, colector apostólico y administrador perpetuo de la diócesis metropolitana de Iruinea-Pamplona, notario apostólico, arcediano de Calahorra y sacristán de Vich  Lancelot de Nabarra y Esparza falleció en Erriberri-Olite el día 8 de enero del año 1420.

Fue un hombre que llevó una vida muy irregular y costó enormes sumas a la hacienda o Tesorería del Reino de Nabarra. Pese a su hábito religioso, Lancelot de Nabarra y Esparza dejó dos hijos ilegítimos y numerosas deudas. 

2015/05/23

S. Garcia Lopis de Roncheva

S. Garcia Lopis de Roncheva
Iñigo Saldise Alda

Heráldica: Escudo cuartelado en cruz. 1º y 4º de gules lobo de sable. 2º y 3º de azur panela de plata.

Nacido entorno al año 1363 en el poblado de San Nicolás de Iruinea-Pamplona, dentro del seno de una familia burguesa, enriquecida por el comercio y bien situada en el ámbito social, además de próxima a la Corona de Nabarra. Por ello, Garcia Lopez de Roncesvalles fue instruido por su padre, el Colector de la Caridad de Iruinea-Pamplona Lope de Roncesvalles, desde muy temprana edad en el arte del comercio y del dinero. El origen de su linaje familiar se encuentra en la villa o burgo de Roncesvalles, en Auritz-Burguete.

A comienzos de la década de los años 80 de ese siglo XIV, Garcia Lopez de Roncesvalles se casó con Maria Motza, hija-heredera de un importante burgués y comerciante, también del poblado de San Nicolás, llamado  Pascual Motza.

En el año 1386, Garcia Lopez de Roncesvalles ejercía ya como lugarteniente de su suegro, en la ocupación de sus funciones como recibidor de la Merindad de las Montañas.

El propio Pascual Motza, Oidor de Comptos y Consejero Real desde el año 1390, acabó de introducir a Garcia Lopez de Roncesvalles en las altas esferas en el privilegiado círculo de la administración de la Corona de Nabarra.

Gracia Lopez de Roncesvalles fue nombrado Tesorero del Reino de Nabarra el día 4 de diciembre del año 1403 por el rey Carlos III de Nabarra; cargo que mantuvo hasta su muerte.

Ya como Tesorero Real, Garcia Lopez de Roncesvalles tuvo que confeccionar los distintos volúmenes de Comptos correspondientes a los años de su gestión. Como prólogo al volumen de Comptos del año 1404, el que inauguraba su labor y que finalmente fue confeccionado en el año 1405, incluyó a modo de prólogo una Crónica del Reino de Nabarra. Ese libro fue presentado en la Cámara de Comptos el día 30 de abril del año 1409, ante los oidores de los Comptos del rey Carlos III de Nabarra Pascual Motza, Juan de Athaondo y Pedro Garcia Eguirior

Su gran labor y entrega en el cargo, le permitió disfrutar de la confianza de los monarcas, Carlos III, Blanca I y Juan II. Por sus trabajos recibió copiosos salarios, o donativos en metálico por parte de los reyes nabarros. También poseyó el palacio de Oriz, el cual legó a su hija Maria Garcia Motza, pero debido a sus deudas tuvo que enajenar sus heredades de Celigueta, Izco y Mugueta en el año 1415, para que con sus beneficios, poder liquidar sus deudas.

La procedencia de sus honorarios por el desempeño del cargo de Tesorero del Reino de Nabarra, era desde el año 1417 las rentas del bailío de Artaxona, que constaba de 100 sueldos de carlines prietos anuales, las de la escribanía del Rey de Nabarra en Iruinea-Pamplona, unas 50 libras carlines, y las de la pecha de los labradores de Tiebas, que anualmente eran 6 libras, 3 sueldos, 1 dinero de carlines prietos, 20 cahíces de trigo y 30 de avena.

El Tesorero Real y segundo Cronista del Reino de Nabarra Garcia Lopez de Roncesvalles, falleció el día 25 de julio del año 1437, siendo enterrado en la iglesia de San Nicolás.


NABARRAKO ERESERKIA

Nabarra, reflexiones de un Patriota

Reflexiones de un Patriota by Iñigo Saldise Alda

ASKATASUNA = Baskoinak x Nafar Paradigma

"PRO LIBERTATE PATRIA GENS LIBERA STATE"

"Aberri askearen alde jende librea jaiki"

"De pie la gente libre a favor de la libertad de la patria"

Navarre shall be the wonder of the world

by WILLIAM SHAKESPEARE

EUSKARA-LINGUA NAVARRORUM

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©NABARTZALE BILDUMA 2011

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