Johanna (Juana) de
Evreux y Valois, princesa de Nabarra
Iñigo Saldise Alda
La princesa de Nabarra Johanna, nació en la capital del
Estado de Nabarra, Iruinea-Pamplona, en el año 1370. Fue la sexta en
descendencia, en orden cronológico, de
los hijos e hijas de los reyes de Nabarra Carlos de Evreux y Artois, y de la
princesa de France Juana de Valois y Luxenburgo.
Su posición en la opción hereditaria, junto a su género de
mujer, conllevo con las costumbres de la época, que recibiera una educación
supeditada al macho, siendo la mayor valedora de la misma su madre; Juana de
Nabarra y France fue su educadora según las machistas costumbres de la época y
controladora de las enseñanzas que la niña nabarra recibió de diferentes
fuentes, siendo en su mayoría francesas, después nabarras y algunas
castellanoleonesas o españolas.
Así pues, su infancia, preadolescencia y adolescencia, las
pasó entre el Palacio Real de Iruinea-Pamplona y los diversos castillos reales
existentes tanto en el Reino de Nabarra, como también en distintas plazas de la
Normandía, siguiendo las instrucciones educativas hacia las mujeres, inculcadas
por su madre la reina consorte de Nabarra, Juana de France.
Cuando Johanna de Evreux y Valois contaba con apenas 15
años, fue prometida por motivos políticos con Juan de Montfort y Flandes, duque
de Bretaña, el cual ya era viudo por dos veces. Los motivos no fueron por amor,
sino por intereses políticos y territoriales de su padre el rey de Nabarra,
Carlos de Evreux y Artois, junto al beneplácito del rey Carlos VI de France y
la aceptación del monarca Ricardo II de England.
El día 2 de octubre del año 1386, contando ya con la
“adulta” edad de 16, Johanna de Evreux y Valois, princesa de Nabarra, casó con
el duque de Bretaña y conde de Montfort de nombre Juan.
Tuvo una vida conyugal plena, ciertamente cargada de amor,
en la cual tuvo hasta nueve hijos e hijas en un periodo de 13 años, ya que Juan
de Bretaña murió en el año 1399, pasando a ser Johanna de Nabarra viuda y
regente del ducado de Bretaña.
Ciertamente, durante su matrimonio con el bretón, Johanna de
Nabarra se instiyuo de forma autodidacta en las formas de gobernación. Es más,
durante su periodo de Regencia, pese a las presiones externas, consiguió
mantener la paz en dicho ducado, es más, consiguió que el pueblo bretón viera
mejor, más boyante, con mayor poder adquisitivo y una menor imposición del
señor o señora ducal, al bajar el pago de los impuestos.
Con todo esto a su alrededor, siendo una bella princesa de
Nabarra, duquesa viuda y regente en nombre de su hijo-niño Juan de Montfot y
Evreux en Bretaña, recibió en su corte a un exiliado inglés, llamado Henry de
Gante y Lancaster, duque de Lancaster y conde de Richmond, oponente a la Corona
inglesa del rey Ricardo II de England.
Henry de Gante y Lancaster salió triunfante ese mismo año en
sus pretensiones por la corona brtánica en las mismísimas Cortes de parlamento
británico, y la duquesa viuda y regente de Bretaña Johanna de Nabarra, tras
conseguir que su tío, el rey de France y duque de Borgoña, Felipe de Valois y
Luxemburgo, fuera el protector de su
joven hijo Juan de Montfort y Evreux, el cual ya había sido aceptado legalmente
por las Cortes del ducado de Bretaña como su señor y duque, bienquisto la
proposición de matrimonio de guapo noble real inglés.
Dicha aceptación no fue política, ni supedidata a
necesidades políticas del rey de Nabarra, su hermano Carlos de Evreux y Valois
o Carlos III de Nabarra, sino que realmente estaba basa en el afecto y la
amistad desarrollada durante la estancia refugiada del inglés en la Corte del
ducado de Bretaña.
Pero Johanna de Nabarra expuso a Henry IV de England, que para
seguir adelante con dicha proposición, en orden los asuntos con la Iglesia de
Roma, una vez subsanados los que se referían a sus hijos y al ducado de
Bretaña. Así pues, na dispensación papal era necesaria para el matrimonio, que finalmente
se obtuvo en el año 1402, partiendo tras ello junto a sus hijas al Reino de
Inglaterra.
Fue concretamente el 7 de febrero del año 1403, cuando
Johanna de Nabarra se casó con Henry IV de England en la Catedral de
Winchester. Pero no fue hasta el día 26 del mismo mes, cuando tuvo lugar su
entrada formal a London, donde fue coronada reina de England.
La reina Johanna, tanto en las crónicas nabarras, como
bretonas o inglesas, fue descrita como hermosa, graciosa y majestuosa, pero
también como codicioso y bastante tacaña, siendo acusada por los nobles
ingleses por aceptar sobornos, casualmente por aquellos que no fueron
beneficiados por su gracia. Johanna de Nabarra prefería la compañía de su
séquito bretón, que causó ofensa a tal grado que sus cortesanos bretones fueron
exiliados por orden del Parlamento inglés una prohibición que el rey no pensaba
que podía oponerse a dada su delicada relación con los nobles ingleses.
En el año 1413, su esposo Henry IV de England murió,
sucediéndole en el trono inglés su hijastro Henry V. A decir verdad, Johanna tenía una relación
muy buena con su hijastro, ayudándole incluso en temas de gobernación del Reino
inglés. Incluso, Henry V de England le confió el puesto de regente de dicho
país durante su ausencia en el año 1415, pues marchó a guerrear a la Galia. A
su regreso, sin embargo, Henry V de England trajo al hijo de Johanna de
Nabarra, Arturo de Bretaña, con él como prisionero.
Como buena madre,
Johanna de Nabarra intentó que lo liberara sin éxito. Esto supuestamente dañó
su relación con Henry V de England. Ya en el año 1419, fue acusada de haber
contratado a dos magos para usar la brujería para envenenar al rey de England.
Su gran fortuna fue confiscada, y fue encarcelada en el castillo de Pevensey en
Sussex, England. Pero finalmente fue liberada por orden real de Henry V, en su
lecho de muerte, en el año 1422.
Después de su liberación, su inmensa fortuna le fue devuelta
a Johanna de Nabarra, y ella vivió el resto de su vida en silencio y
cómodamente con su propia Corte en el castillo de Nottingham, principalmente
formada por bretones, junto a ingleses y algún nabarro. Así durante el reinado
de Henry V de England y en el de su hijo, Henry VI de England… sin molestar, ni
llamar la atención, viviendo sin más.
Murió en el año 1437 en Havering-atte-Bower, termino de
Essex, y fue enterrada en la catedral de Canterbury junto a su segundo esposo
Henry IV de England.