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2009/12/31

Iruinea, diciembre de 2009

Iñigo Saldise Alda
Datos de una anexión violenta e ilegal (1512-1515)
Soberanía de Navarra

En el año 1512, el Reino de Nabarra era un Estado neutral, en unos tiempos donde la guerra era evidente entre el reino de Francia y la Liga Santísima, la cual estaba formada esta por el Papado, Venecia, España e Inglaterra. Catalina I de Foix y Juan III de Albret, reyes de Nabarra, mantenían desde varios años atrás, una política de neutralidad basada en alianzas basculantes entre el reino de España y el reino de Francia, pero el 10 de julio de ese mismo año, sin previa declaración de guerra, tropas invasoras españolas irrumpen violentamente en el pueblo navarro de Goizueta, dándose comienzo a la usurpación del Reino de Nabarra por parte del rey español, Fernando el Falsario.

Un gran contingente de experimentadas tropas españolas, se encontraba acampado en las puertas de la ciudad de Vitoria desde junio, a la espera de recibir la orden de atacar al Reino de Nabarra y sus habitantes. Los reyes de Nabarra seguían dispuestos a mantenerse neutrales, por lo que buscaron un acuerdo o tratado con Luís XII de Francia, muy similar a otros realizados con anterioridad con Fernando de España, pero el Falsario necesitaba justificar la invasión que había lanzado sobre Estado Pirenaico, por lo que el día 17 de julio presenta un tergiversado y claramente falso Tratado de Blois entre Nabarra y Francia, con el cual buscaba la excomunión de los cismáticos, según él, reyes de Nabarra, merecedores de ser despojados de su corona y del Reino. El verdadero Tratado de Blois salió a la luz realmente el día siguiente, pero eso no impidió que el rey de España diera la orden de marchar a sus tropas contra Nabarra.

Fabrique Álvarez de Toledo, duque de Alba, irrumpe en el Reino de Nabarra, al frente de las tropas española el día 19 de julio, entrando concretamente por la Burunba y Lekunberri. El ejército invasor español era numeroso y estaba formado por 1000 hombres de armas, 1000 caballeros bardados, 1500 caballeros ligeros, 12.000 infantes y 20 piezas de artillería. Antonio de Acuña, obispo de Zamora, pronto se une al grueso de las tropas españolas. Junto a él 400 hombres armados más, entre los que se encontraba el temido tercio de Bugía, conocido por los numerosos estragos realizados entre la población civil del norte de África. Junto a ellos se encontraba Luís IV de Beaumont, al cual el rey español le otorga los mismos títulos que le concedió a su padre. Estos eran el de Condestable de Nabarra y conde de Lerin, algo que solo podían otorgar los reyes legítimos de Nabarra. Luís IV de Beaumont iba junto a su cuñado el Duque de Nájera, capitaneando 700 coraceros reales españoles. El duque de Alba dividió al ejército invasor en tres poderosas columnas, dos de ellas capitaneadas por los coroneles Villalba y Renfijo, mientras que la tercera, era comandada por Luís IV de Beaumont.

El 20 de julio aparece el Monitorio Etsi hii y la Bula Pastor ille coelestis, realmente preparadas en la cancillería de Aragón, ya que a pesar de estar pedidas desde abril al emperador de Roma, estas aún no había llegado a las manos del rey de España. De todas formas el principal aliado del reino de España, el Papado, guarda un silencio cómplice.

Tras la toma de la capital, nuevas tropas españolas penetran en territorio del Reino vascón. Estas son las del arzobispo de Zaragoza, hijo natural o bastardo, del rey español Fernando el Falsario, encaminándose hacia la leal ciudad de Tutera. Las tropas españolas pudieron ser vistas en Cascante el día 31 de julio, bloqueando con ello la ciudad ribera. Ese mismo día, Fernando el Falsario publica un quimérico manifiesto intentando demostrar que la ocupación del Reino de Nabarra es conforme a los términos acordados en la Liga Santísima. Era un intento de darle un carácter de empresa santa y a la vez, buscaba con el una justificación, no solo ante los naturales del País vascón, sino también de cara a sus aliados, concretamente los ingleses, que observaban atónitos desde Pasajes la invasión española del Reino de Nabarra, ya que el objetivo de la Liga Santísima era la Guyena, en poder de Luís XII de Francia.

El 10 de agosto de ese mismo año, Fernando el Falsario aniquila las legítimas Cortes de Nabarra sitas en Iruñea, lo que provoca una postrera proclama del rey de Nabarra, Juan III de Albret, en Donapaleu el 30 de Septiembre, denunciando al rey español, por usurpador y tirano, ya que había ocupado de forma ilegal e ilegítima, mediante la fuerza de las armas, el neutral Reino de Nabarra. El voraz apetito imperial del rey de España, Fernando el Falsario, hace que desde la cancillería de Aragón se falsifique una segunda Bula, una vez ocupado el Reino de Nabarra, que lleva por nombre Exigit contumatiam, y vinculaba al Estado de Nabarra a la condición de colonia española, sirviendo hasta hoy día al estado español, para justificar toda suerte de atropellos y crímenes realizados por su inquisición, más la destrucción de los castillos navarros y la expulsión de la nobleza e intelectualidad humanista del territorio ocupado por soldados españoles, auténticos extranjeros en esta tierra.

Ante la pasividad mundial, Fernando el Falsario crea y sanciona unas nuevas Cortes, realmente hechas a sus propia medida el 13 de marzo del año 1513, las cuales, de forma ilegal y fraudulenta, lo titulan como rey de Navarra, lo que facilita cierta y posteriormente el trabajo de anexión del Reino de Navarra a la corona de Castilla, efectuado por el Falsario en las cortes españolas de Burgos el 7 de julio del año 1515, en donde no se encontraba ningún navarro, generando incluso las protestas y el encarcelamientote su leal escudero, Luís IV de Beaumont.

La aparición de una tercer Bula, etsi obstinati también es falsificación ante la complicidad pasiva de la Iglesia Católica, la cual mantenía un pacto con el reino de España debido a las cuantiosas deudas que acarreaba con este, en gran medida por las fastuosas obras que estaban realizando en el Vaticano. Esta Bula ya es una clara condenación de los reyes navarros, Catalina I de Foix y Juan III de Albret. Es muy probable que el emperador de Roma, Julio II, sólo proclamó la bula contra Luís XII de Francia, Universis Santae Matris Ecclesiae, pero lo que es seguro su silencio cómplice ante el expolio del Estado de Nabarra y la usurpación del rey español, Fernando el Falsario.


BIBLIOGRAFÍA

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2009/12/30

Estado de Nabarra, y los políticos

J.M.Unzueta
Estado de Nabarra, y los políticos
Soberania de Navarra

“El Dios del calvinista no exigía de sus fieles la realización de tales o cuales “buenas obras”, sino una santidad en el obrar elevada a sistema. Es necesario realizar un inmenso trabajo de educación política…no hay deber más importante que el de volvernos conscientes de esta misión”. Max Weber, Filósofo, Político y Científico alemán.

"Si el partido principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más conveniente para la conservación de vuestra dignidad está corrompido, debéis seguirle el humor y disculparlo. En tal caso, la honradez y la virtud son perniciosas."
Nicola Maquiavelo, Filósofo, Político, Poeta y Historiador florentino

La clase política imperialista del triunvirato (franco-español-vaticanista ) se le nota nerviosa. En el estado francés, el Presidente de la República Señor Sarkozi, ha clamado el grito en el cielo a causa de la crisis de la Identidad francesa, parece que el ardor nacionalista y de la “grander” por parte del pueblo francés, ya no funciona, y los políticos de todo el arco parlamentario le sigen al Presidente en la misma tónica, excepto los xenófobos del partido del Señor Le Pen, el cual está anclado en los tiempos de Juana de Arco. Además de los problemas nacionales en especial el de nuestro Estado Baskón de Nabarra que en el año 1620 fue conquistado genocidamente toda la Nabarra, cuya capital fue Pau, hoy bajo la bota del imperialismo del Estado francés.

En España, el problema todavía es mayor, a la crisis de identidad crónica que siempre ha tenido el Estado español desde siempre, hay que añadirle los problemas nacionales como Nabarra y Catalunya. Ciñéndome a Nabarra, desde que fuimos conquistados genocidamente por España el año 1512, dejamos de ser Estado referente en Europa, no hemos conocido mas que guerras de todo tipo además de un minucioso trabajo de corrupción mental muy bien organizado por los políticos de la genocida jerarquía vaticana perfectamente adiestrados. Los políticos imperialistas de “todo signo” han seguido en la misma estela del circo mediático, todos, incluidos los sindicatos que son “amarillos reflectantes”, su verborrea seudo izquierdosa raya en lo molesto.

Y como escribe nuestro compatriota Artemio Zarco en su columna semanal de “Zazpika”. Los alardes patrioteros de la clase política imperialista y los excesos, resultan empalagosos para quien no se regocijan con aquellos ni gusta de éstos. Si con los dulces se corre el riesgo de terminar diabético, con los alardes se propicia el fanatismo de los chovinistas. Son tanto más peligrosos cuando el complejo de superioridad del pasado y perdido esplendor se combina con el complejo de inferioridad del venido a menos.

Si se me disculpa el diagnóstico, aun a riesgo de provocar la despectiva sonrisa de los que más saben, la mezcla de ambos complejos se convierte en una desmesura esquizofrénica en la que se quiere reproducir el pasado glorioso negando el insatisfactorio presente.

Como me dijo no hace mucho un compatriota, tanto que los políticos seudo izquierdosos están con la copla del anti-nacionalismo propongámosles que dejen de ser españoles y franceses para ser de izquierdas, personalmente pienso que son los más nacionalistas y patrioteros de Europa, es imposible ser de izquierdas y al mismo tiempo defender el nacionalismo patriotero Hispano Francés.

El estado Vaticano, con sus políticos corruptores al frente se ven desbordados, sin mensaje y sin recursos ideológicos, recurren a los tópicos inquisitoriales que tan bien les ha ido en otros tiempos. Es la institución responsable máxima de la conquista y genocidio del Estado Baskón de Nabarra, por ser los inductores y el soporte ideológico de la operación y posterior corrupción mental de nuestro pueblo. Por ello pienso honestamente y con humildad, que una vez recuperada la Soberanía del Estado Baskón de Nabarra, habrá que exigir responsabilidades en un juicio internacional, al estilo de el celebrado en Nuremberg, pero al Estado Vaticano y sus políticos, por genocidio y corrupción mental a los ciudadanos navarros, además de exigir la devolución de todo el patrimonio usurpado a nuestro Estado.

Termino con algunos extractos de uno de los artículos de nuestro compatriota Iñigo Saldise que para el que lo quiera ver, está en su blog de Soberanía de Navarra: “Hoy no debemos, ni tampoco podemos mostrarnos divididos ante unos enemigos fríos y calculadores, que no solo están atentos a nuestros movimientos, sino que realmente utilizan todos los medios que tienen a su alcance para controlarlos, ya estén dentro de sus constituciones o no, porque para ello lo más importante es seguir manteniendo al Estado que fundaron los vascos, Nabarra, como una mera colonia, esclavizando así a un pueblo, persiguiendo sencillamente el exterminio de la cultura y lengua más antigua del continente. Por ello, la única opción que nos queda a los vascos, es unirnos comprometiéndonos todos los agentes culturales, lingüísticos, sociales, económicos, históricos y políticos, en la recuperación o reconstrucción del Estado de Nabarra, utilizando los caminos necesarios, en las Instituciones Internacionales, pues ya sabemos, aunque sea simplemente en nuestro subconsciente que estas vías democráticas no existen en los marcos constitucionales de los imperios francés, español”;-y añado yo-, “El Vaticano”.

Prosigue I. Saldise: “Debemos liberar nuestras mentes de todo aspecto introducido en las mismas por los imperios colonialistas español, francés, -y añado yo-, el Vaticano. Tenemos la obligación de trabajar juntos, aparcando nuestra ideología personal o partidaria, aparcando por el bien de nuestra labor, nuestras reivindicaciones republicanas, de izquierdas, centro o derechas y unirnos al órdago lanzado desde nuestra Casa Real de Nabarra, la cual ya ha mostrado su compromiso exclusivo por la recuperación de la plena Soberanía de este País en sus numerosos comunicados y acciones legales en los diferentes Tribunales y Organismos Internacionales”.


Euskal Herria da, gure herria
Nabarra da, gure Estatua


Gora Nabarrako Estatu Osoa!

Comunicado para General Conocimento al Pueblo Nabarro


CASA REAL DE NABARRA
Comunicado para General Conocimiento al Pueblo Nabarro
Diplomacia y relaciones

El título de Conde de Le Pulcre, cuyo titular fue D. Pierre de La Motte, Caballero de La Orden de San Juan de Jerusalén, Caballero de la Orden de San Michel, Caballero de la Orden del Croissant, Caballero de la Orden del Espíritu Santo, Comandeur de La Orden de San Hubert, Conde de La Motte-Messeme, Conde de Foix, Conde de Comminges, Conde de Bigorre, Duque de Loundun, Marqués de Sennones, Vizconde del Bearne, Co-Príncipe de Andorra, Legítimo Príncipe de Biana, y heredero por línea directa y vertical de los Reyes de Nabarra, que se presentó con título de Rey por haber sido asesinado su antecesor en el derecho del ejercicio, Don Enrique III de Nabarra (IV de Francia) y que en la segunda guerra mundial lideró, el famoso por sus hazañas, “Grupo La Motte” en la Resistencia Francesa, y que cuando fue liberado por el ejército francés de los alemanes que le tenían prisionero, fue reconocido con el título de “Comandante La Motte”, hizo honor a la pulcritud en sus obligaciones en lo que respecta al Reino de Nabarra asumiendo su responsabilidad en todo lo concerniente al mismo cuando el Jefe Custodio de la Casa de Foix, Don Timothy de Foix y Carmain, le reconoció en comunicado hecho público como legítimo heredero al Trono de Nabarra, y en comunicado hecho público a continuación dio las explicaciones suficientes sobre su actitud con respecto al Reino de Nabarra y presentó una demanda en las Instituciones Internacionales exigiendo la retirada del Reino de Nabarra de los estados español y francés, pues era su obligación defender los derechos del Reino a decidir por si mismo, aclarando que correspondía a los parlamentarios este derecho de decidir su forma de gobierno, con mutuo respeto entre todos ellos y la convivencia de que los trabajadores se sindicaran para la mejor defensa de sus intereses.

Don Pierre de La Motte que consideraba al que era noble de corazón, tan noble como el que más, nunca presumió de sus títulos y los que le conocieron como persona le apreciaron por su humanismo, dio las órdenes oportunas al personal que voluntariamente quería adscribirse a la Casa Real, para llevar la demanda a efecto por la vía del derecho internacional y aseguró en previsión Real la continuidad de la misma hasta resolución, nombrando Co-demandante a Don Blas de Beaumont Garrido, Duque de Beaumont-Evreux y cuando tuvo que hospitalizarse, nombrándole como Regente, para garantizar la continuación de la demanda hasta su resolución, en cumplimiento de sus órdenes, sin necesidad de que comparezca persona alguna, que los que voluntariamente se unan a la demanda en el momento que lo estimen oportuno, evitando así conjeturas y polémicas inútiles sobre quien está o debe de estar.

Así sin comprometer a quien no quiera comprometerse, se deben cumplir las órdenes de Don Pierre de La Motte, y será según los resultados obtenidos como irán sumando quienes lo estimen oportuno, libremente, convencidos del contenido de la causa, y no siendo de recibo ninguna conjetura sobre quien y cuando debe o no debe estar. Estas son las órdenes y existe la autoridad suficiente.

En todo esto resulta verdaderamente importante el trabajo que realice la Comisión Soberanista de Nabarra, que sí se ha adjuntado a la demanda de la Casa Real de Nabarra, la cual entonces ha solicitado y conseguido, con fecha de 17 de diciembre de 2.009, que las Naciones Unidas hayan certificado la adhesión de la Comisión Soberanista a dicha demanda, en todo lo que sea desarrollar cuantas conversaciones sean oportunas con Instituciones de la Historia, de la Cultura, de la Política y lo Sindical, para presentar en el año 2.010, en el que van a coincidir la venida de los observadores de Naciones Unidas, la presidencia española en la Comunidad Europea, la aclaración pública de que el derecho a decidir corresponde al Parlamento propio que hay que recuperar, que ya era, y que fue arrebatado por la fuerza de las armas de forma injusta e ilegal, con invasión militar con genocidio y colonización, delitos que no han prescrito, como no han prescrito nuestros derechos, pues no hay renuncia a los mismo, como consta en nuestra denuncia y como consta en la Justicia Internacional.

Esta comunicación se hace pública para General Conocimiento en la Ciudad de Iruña, Capital del Reino a día 30 de diciembre de 2.009.


Firmado Don Blas de Beaumont-Evreux, Regente y Co-demandante en las Instancias Internacionales.

2009/12/26

Iruinea, diciembre de 2009

Iñigo Saldise Alda
El momento de nuestro propio Estado
Soberanía de Navarra

“Necesitamos reconstruir y consolidar nuestro propio Estado”. Joseba Ariznabarreta

Ante la inminente llegada del V centenario de la conquista armada del Reino de Nabarra, el próximo año 2012, en el pueblo vasco se puede percibir una especial atención a todo lo relacionado con la historia política de nuestro Estado. A pesar de ser una efeméride triste para este pueblo, nos está sirviendo a los diferentes agentes soberanistas de este País, para ir concienciando a nuestros compatriotas o quizás, y gracias al interés de los mismos, nuestro pueblo comienza a despertarse del letargo provocado por una colonización imperialista, provenientes de la república de Francia y del reino de España.

A nuestro pueblo ya no lo engañan tan fácil. La labor, principalmente de conservación y subsistencia, realizada por los diferentes agentes sociopolíticos de Baskonia, tras la total desaparición de los mapas políticos europeos y por ende mundiales, del Estado de Nabarra, ha permitido que después de casi 500 años, nuestro movimiento Estatal siga vivo. A pesar de mantener el mayor mal histórico de este pueblo, que no es otro que su continua división. Ganboinos y oñacinos o agramonteses y beaumonteses, son dos claros ejemplos de ese mal endémico que ha sufrido nuestro pueblo y aún sigue persistiendo en nuestra nación, a pesar de las buenas señales que últimamente nos lanzamos, pero que ciertamente en la práctica, siguen sin plasmarse en la elaboración de una estrategia común en post de nuestro primordial objetivo, la recuperación de la soberanía plena para el Estado de Nabarra. No debemos sentirnos orgullosos de ese pasado lleno de enfrentamientos, pero tampoco debemos olvidarlo u ocultarlo, pues ello nos llevaría a repetirlo.

Hoy no debemos, ni tampoco podemos mostrarnos divididos ante unos enemigos fríos y calculadores, que no solo están atento a nuestros movimientos, sino que realmente utilizan todos los medios que tiene a su alcanzan para controlarlos, ya estén dentro de sus constituciones o no, porque para ellos lo más importante es seguir manteniendo al Estado que fundaron los vascos, Nabarra, como una mera colonia, esclavizando así a este pueblo, persiguiendo sencillamente el exterminio de la cultura y lengua más antiguas del continente. Por ello, la única opción que nos queda a los vascos, es unirnos, comprometiéndonos todos los agentes culturales, lingüísticos, sociales, económicos, históricos y políticos, en la recuperación o reconstrucción del Estado de Nabarra, utilizando los caminos necesarios, en las Instituciones Internacionales, pues ya sabemos, aunque sea simplemente en nuestro subconsciente, que estas vías democráticas no existen en los marcos constitucionales de los imperios francés y español.

Nuestro Estado, cuando desapareció de forma brutal por la imposición militar española y francesa, estaba estructurado por aquel entonces, como lo estaban la mayoría si atendemos a Maquiavelo “Los Estados y soberanías que han tenido y tienen autoridad sobre los hombres, fueron y son, o repúblicas o principados”, pero además, el Estado de Nabarra, fue un Reino próspero, culto y moderno, claramente humanista en una época en la cual la intransigencia religiosa y los signos autoritarios, eran claramente visibles en los reinos vecinos. Nuestra reivindicación soberanista emana del mismo y es precisamente esto, lo que puede y realmente debe unir a todos los sectores de este País.

Debemos liberar nuestras mentes de todo aspecto introducido en las mismas por los imperios colonialistas español y francés. Tenemos la obligación de trabajar juntos, aparcando nuestra ideología personal o partidaria, aparcando por el bien de nuestra labor, nuestras reivindicaciones republicanas, de izquierdas, centro o derechas y unirnos al órdago lanzado desde nuestra Casa Real de Nabarra. Solo así, desde una total transversalidad ideológica, podremos reconstruir nuestro Estado, basado en un igualitario Derecho Pirenaico, al cual está sujeta hasta la mismísima Casa Real de Nabarra, la cual ya ha mostrado su compromiso exclusivo por la recuperación de la plena soberanía de este País, en sus numerosos comunicados y acciones legales en los diferentes Tribunales y Organismos Internacionales.

Es el momento de unirnos por el bien común, es el momento de trabajar juntos, es el momento de olvidar viejas y absurdas rencillas, es el momento del realizar un correcto movimiento Estatal propio. Es el momento de ti, de mí y de todos los soberanistas de este País. Es el momento de este País, es el momento de la libertad. Ha llegado el momento de la recuperación y reconstrucción de nuestro propio Estado. En definitiva, es el momento de que el Estado de Nabarra vuelva a lucir en los mapas políticos europeos y mundiales.

2009/12/24

Estado de Navarra, legalidad y legitimidad

J.M.Unzueta
Estado de Navarra, legalidad y legitimidad
Soberania de Navarra

Si los españoles hablaran solo y exclusivamente de lo que saben, se produciría un gran silencio que les permitiría pensar. Manuel Azaña, Presidente de la II República española, y personaje muy ilustrado

El affaire de Aminatu Haidar ha sacado a relucir la caja de Pandora sobre el genocidio Saharaui y las contradicciones del imperialismo. Es curiosa la corrupción del lenguaje para justificar los desmanes genocidas contra un pueblo. Washington elogia la <> del rey Mohamed VI mientras Paris y Madrid ratifican a través de sendos comunicados oficiales, la legalidad de la ocupación marroquí del Sahara Occidental. Estos movimientos diplomáticos arrojan luz sobre el feliz desenlace del caso Aminatu Haidar. Una vez más se ve claramente la importancia que tienen los intereses geoestratégicos en las relaciones internacionales y en la corrupción del lenguaje.

En todo este affaire no se debe de olvidar el papel histórico jugado por el Estado español, en el proceso de
Descolonización del Sahara, las implicaciones de la monarquía española encarnada en aquel momento por el rey Juan Carlos, y sus negociaciones bajo manga con Hassan II rey de Marruecos mas la CIA de EEUU liderada entonces por Henry Kissinger, y la forma en que tuvo que salir el ejército de ocupación español con su honor mancillado, ante la avalancha de la marcha verde y el desamparo de la población Saharaui, ahora como siempre aprovechando el affaire Aminatu, toda la progresía hispana se vuelca en peregrinación a agasajar a la héroe Saharaui.

Aminatu Haidar ha demostrado ser una patriota y sujeto político de su País El Sahara, este territorio que era una colonia española sin ningún precedente de haber sido un País. Debido a las ansias expansionistas de sus vecinos Marruecos y Mauritania por hacerse con los ricos yacimientos de los fosfatos (Tercera reserva mundial) la población toma conciencia colectiva de País y exige la autodeterminación, y además tienen toda la legitimidad del mundo, ante esto la progresía hispana no dice ni pío, simplemente utilizan el conflicto para sacarse la foto, y ahí se acaba su progresismo.

Hablan de legalidad pero no se atreven a mencionar la palabra “legitimidad” aunque en el lenguaje corrupto se tiende a mezclar ambos conceptos. Sobre todo esto, los navarros sabemos bastante, al fin y a la postre esta experiencia del valeroso pueblo Saharaui la hemos sufrido y la seguimos sufriendo nosotros, Por ello entendemos de amarguras y frustraciones que una situación de estas características produce en el ánimo de un pueblo, pero también sabemos y ellos inclusive que la lucha tenaz al fin dará sus frutos.

Navarra que ha sido Estado, bastante antes que Francia y España y que fue conquistada a sangre y fuego, y la soberanía secuestrada por el triunvirato (Franco-Español-Vaticanista). Los partidos políticos, sindicatos, etc., de los estados del triunvirato llamados de izquierda, no dicen ni esta boca es mía, se les hace la boca agua cada vez que hablan de “democracia y autodeterminación, para los demás ” y además exigen condenas inquisitoriales de la violencia a diestro y siniestro. Con qué legitimidad hoy, las organizaciones e instituciones del triunvirato pueden exigir algo a nuestro pueblo.

Todos ellos son los herederos y cómplices actualizados de una de las mayores salvajadas genocidas realiza- das en Europa contra nuestro Pueblo, por ello son totalmente ilegítimos todas las organizaciones e instituciones del triunvirato dentro del Estado Baskón de Navarra. La única institución legal y legítima hoy en el Estado Baskón de Navarra, es la Casa Real de Nabarra en el exilio (único lugar posible para un gobierno de un Estado ocupado) y nuestro único representante reconocido mundialmente pues lo es por la Institución de las Casas Reales Europeas (por tanto jefes de otros estados).

Para terminar, no me queda más remedio que enunciar esta frase que me sale del alma, y que la mayoría de los que se sienten navarros estarán de acuerdo;

“A más Des ( franco-españolización-vaticanista ) mas navarrización progresista”

Euskal Herria da, gure herria
Nabarra da, gure Estatua


Gora Nabarrako Estatu Osoa!

2009/12/22

Reconstruyendo la razón

RECONSTRUYENDO LA RAZÓN
Alots Gezuraga, Barakaldo (Nabarra)

En la política vasca priman demasiadas veces los sentimientos sobre la razón y a menudo no somos capaces de razonar cual es nuestro interés como pueblo en los avatares del día a día. Como diría un buen amigo mío y maestro en estas cuestiones, los nabarros (nuestra nación política mundialmente reconocida) debemos de reconstruir la razón, este pueblo está tan colonizado, jibarizado en su capacidad de razonamiento, que no es capaz de pensar claramente sobre qué es lo que le impide conseguir la libertad y cual es el camino a seguir. Hay tantos ejemplos que pondré unos pocos leídos estos días en la prensa.

Las semanas pasadas en Berria se pedía que el pueblo vasco (nuestra nación cultural) le defendiera de la agresión totalitaria de la Guardia Civil que se ha empeñado, junto a grupos filo-fascistas españoles, que escribir en euskera y ser de ETA es lo mismo, como si un idioma llevara la maldad de forma intrínseca. Todo lo que no está en español es sospechoso de estar contra España, tal y como la conciben sus gobernantes apoyados en su pueblo: España es Una (idioma, cultura ¿?, gobierno) y ya no tan grande, pero de siempre, desde Adán y Eva y hasta el día del juicio final (destino universal), por lo que la aceptación de la existencia de los pueblos nabarro y catalán, indispensable para considerar a España una democracia homologable (anti-imperialismo), es una quimera que ni se plantea. No pude contenerme y en su página digital les pregunté a los editores de Berria: “Eta nork defendatzen du Euskal Herria?” ¿y quién nos defiende a nosotros, al pueblo vasco? Egunkaria no es más que una partícula de nuestro pueblo, un palpitar que se hizo periódico, pero no deja de ser un acto de agresión infinitamente menor que la invasión diaria de nuestro Estado, Nabarra, primera agresión y origen de las demás, donde hay que situar el cierre de Egunkaria. La reacción espontánea que siguió a la clausura arbitraria de Egunkaria -cuando no xenófoba- y las manifestaciones posteriores, han demostrado dos casas: una, nuestro pueblo está vivo y tiene fuerza, y dos, carecemos de una clase dirigente que canalice esa fuerza o poder mediante una estrategia adecuada hacia la libertad, que no es que sea algo que se pueda alcanzar, es que vivir sin libertad conduce inevitablemente a una muerte segura. La libertad es el primero de los derechos del ser humano y no uno más, también se puede llamar derecho de autodeterminación cuando hablamos del conjunto de seres humanos o pueblos en los que nos agrupamos in tempore.

Otra noticia de la semana pasada. En el Deia se hablaba de los inmigrantes, a los que llamaba “vascos” que llegaron hace 40-30 años a nuestras tierras (sobre todo de Bizkaia), y argumentaba lo mal que lo pasaron. De lo que todavía no he oído hablar jamás es de cómo vivimos aquella marea humana todos aquellos vascos que ya estábamos aquí. Aunque niño, recuerdo muy bien la construcción de 60 viviendas alrededor de la mía, en donde sólo había 2 familias vascas y 58 de todas las regiones de España. 40 años después, contradiciendo a Deia, los cabezas de familia de ninguna de esas 58 familias saben euskera o se identifican como vascos ni tienen la más remota idea de lo que es ser vasco. Para que nos hagamos una idea de lo que fue: es como si tras siglos de invasión China de España, en España donde hay actualmente unos 44 millones de habitantes, entraran de repente 50 millones de chinos, y el gobierno de España lo dirigiera Mao Tse Tung, el de la revolución “cultural” china, donde lo español no es que se permitiera o tolerara, sino que fuera perseguido pistola, sotana (o similar) y toga en mano. Aquí hubo una limpieza étnica, las provincias traidoras durante varias guerras, eran las más ricas de la península y las más densamente pobladas de… ¡toda Europa! No fue un invento de Franco (Pachi I), ya Stalin lo había hecho en Crimea y es muy habitual en la historia de la humanidad para acabar con un pueblo cuyo Estado se ha invadido y que quiere seguir siendo libre. Aparece, por ejemplo, en el Príncipe de Maquiavelo en el siglo XVI refiriéndose entre otros a Fernando de Aragón, el Falsario, quien había invadido con el duque de Alba a la cabeza el para entonces mutilado reino de Nabarra, y sobre el cual, el cardenal Cisneros, que era quien dirigiría el territorio invadido (miembro de destacado de la Iglesia católica), propuso desterrar a todos los alto nabarros por su resistencia a la brutal invasión -que incluyó violaciones, asesinatos masivos y todo tipo de excesos contra la población nabarra- a Andalucía y sustituirlos por andaluces. En Iparralde, la persecución sistemática del idioma llevó a deportaciones masivas tras la Revolución Francesa de vascos a zonas pantanosas e inhabitables de las Landas por el grave delito de no saber francés, y después por no querer luchar contra otros vascos de Hegoalde en la Guerra de la Convención (finales del siglo XVIII y principios del XIX respectivamente), sobre 4.000 vascos murieron en cada genocidio. No caben eufemismos, ni hablar de otra cosa que no sea una colonización brutal y dirigida, conducida a dejar todo “atado y bien atado”.

Otra “discusión” actual en la prensa ha sido la “creación de la nación desde la izquierda”. Aquí ya me he perdido, ¿podremos los vascos participar en esa nueva nación? ¿cómo se puede crear una nación? Los pueblos o naciones te los encuentras, pero es muy difícil crearlos, hoy por hoy requiere de una violencia muy superior a la que el pueblo vasco es capaz de desarrollar, así el Estado francés y el español llevan 200 años creando desde arriba sus naciones o Estados-nación totalitarios, lo que ha supuesto miles o millones de muertos entre los que nos hemos resistido a la lobotomía. Lo de “construir la nación” es de una contradicción tremenda: porque si la están construyendo es que no ha existido hasta ahora, lo cual es un disparate y argumento habitual de los imperialistas. Nacimos vascos y así moriremos orgullosos de haberlo sido, pasando el testigo a nuestros hijos, enseñándoles lo que nosotros hemos vivido, sobre lo que nuestros hijos, sin duda, añadirán nuevas cosas pero con el mismo fondo: el de la nación vasca. Otra cosa es crear los instrumentos necesarios para que el testigo siga muchas generaciones, y eso es hablar de construir nuestro Estado. Pero incluso así dicho es incorrecto. Durante un milenio los vascos o baskones fuimos conocidos como ciudadanos del Estado de Nabarra, hija del ducado baskón (año 600 al 1620). Por tanto, la frase sería “reconstruir nuestro Estado”, para ello debemos de potenciar los poderes sociales de nuestra nación: el poder ideológico, el económico y todo ello de cara a aumentar nuestro poder político.

Lo que ya es un submarino del imperialismo es anteponer o condicionar la libertad a que el resultante sea un Estado de izquierdas. Que me expliquen o nos den un ejemplo de semejante antigualla tras la caída del muro de Berlín, o bien se refieren simplemente a la izquierda socialdemócrata, lo cual es lo mismo que decir progresista en lo social y poco más en el resto, como los ejemplos escandinavos o germánicos, totalmente compatible con partidos de otras opciones ideológicas. Pero, ¿a qué viene condicionar la libertad si ésta es un absoluto en sí? o se tiene o no se tiene. Es decir, ¿nos quieren sacar de la bota del militar española para aplastarnos con su bota izquierda? Tiene que ser el propio pueblo vasco, una vez que se libere a sí mismo, el que decida qué quiere ser, o difícilmente se podrá conseguir la fuerza suficiente (poder) para romper las cadenas si lo que se vende es al parecer otro totalitarismo, otra dictadura. Y aunque, como dijo Mahatma Gandhi, el peor de los gobiernos propios es mejor que el mejor de los ajenos, es una perspectiva muy poco atrayente, suena más a “divide y vencerás”, pero los vencidos somos nosotros. Que me digan cuantos republicanos españoles han renunciado a ser españoles por que su jefe de Estado es un Borbón o cuantos no defenderían primero sus tierras españolas si fueran nuevamente invadidos por los franceses, sin condicionar su total apoyo a que se instaure una república; no se ha dado semejante apostasía ni siquiera en la dictadura franquista, primero eran españoles y luego intentaban cambiar al dictador para tener una democracia, sin conseguirlo hasta el presente. Es poner el carro delante de los bueyes.

Los vascos queremos la libertad porque somos vascos y no porque seamos de izquierdas, ¡como si un vasco de derechas, centro, anarquista o lo que sea no quisiera la libertad de su patria! En otro caso, dejaría de serlo, por innanición, para pasar a ser parte de los imperialistas. Pero reconstruyamos el marco estatal que necesitamos en democracia y que el pueblo decida cómo sea el gobierno que lo dirija en su nombre.

Incluso la Casa Real Nabarra en el exilio (único lugar posible para un gobierno de un Estado ocupado) y nuestro único representante reconocido mundialmente pues lo es por la Institución de las Casas Reales Europeas (por tanto jefes de otros Estados), lo tiene muy claro:

“(…) El Reino de España y la República de Francia han vulnerado sistemáticamente en relación con su colonia el Artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas y los intereses de sus habitantes, no cumpliendo las siguientes resoluciones de la O.N.U.: La R. 66 de 14 de Diciembre de 1946. La R. 344 (IV) de 2 de Diciembre de 1949. La R. 567 (VI) de 18 de Enero de 1952. La R. 742 (VIII) de 27 de Noviembre de 1953. La R. 1467 (XIV) de 12 de Diciembre de 1959. La R. 1514 de 14 de Diciembre de 1960 en donde se establece con claridad que la dominación o explotación extranjera constituye una denegación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y de la cooperación mundial. La R. 1541 de 15 de Diciembre de 1960, que reitera y además precisa el concepto de pueblo colonial, considerando tal aquél que no ha alcanzado aún la plenitud del gobierno propio y habita en un sistema político ocupante.(¿Hay mayor arbitrariedad que la invasión y conquista por las armas del Reino de Navarra por parte del Reino de España y la República de Francia?)”.

“(…) Deberán cesar inmediatamente por parte del Reino de España y la República de Francia todas las medidas represivas e inquisitoriales, debiéndose iniciar las negociaciones dialogadas y democráticas a fin de traspasar los poderes a la misma a los que fueron expoliados tras la expulsión del Reino Pirenaico. Una vez recuperada la soberanía secuestrada por los Estados español y francés, será en ese momento la ciudadanía quien elija democráticamente ante las URNAS su Status de gobierno, una Monarquía-Parlamentaria o República Democrática Socialista. (…)”.(Documentación facilitada por el Gabinete Diplomático de la Casa Real de Nabarra).

Que decida el pueblo nabarro, otra vez sujeto político libre, cómo quiere que sea su gobierno: si de izquierdas, si de derechas, si republicano, si presidencialista o si monarquía parlamentaria.

2009/12/16

Estado de Nabarra, el negacionismo integral.

J.M.Unzueta
Estado de Nabarra, el negacionismo integral.
Soberanía de Navarra

“Pueblo que a si mismo se ignora, es tal cual si no existiera”. Frase que dejó escrita nuestro ilustre compatriota Juan Iturralde y Suit a su íntimo amigo y compatriota a su vez, Arturo Kanpion.

Según el diccionario de Wikipedia, El negacionismo es la distorsión ilegítima del registro histórico de tal manera que ciertos eventos aparecen sea de forma más favorable o desfavorable, mientras que el revisionismo histórico se ocupa de la corrección legítima del conocimiento existente sobre un evento histórico

A diferencia de la propaganda imperialista que apela a las emociones, el revisionismo navarrero apela al intelecto, usando varias técnicas ilegítimas para proponer un punto de vista. Estas técnicas incluyen presentar como documentos navarros a unos falsos, inventar razones ingeniosas, pero no plausibles para desconfiar de documentos genuinos navarros, atribuir sus propias conclusiones a libros y otras fuentes que digan lo contrario, manipular series estadísticas para apoyar sus puntos de vista y traducir mal deliberadamente textos en otros idiomas.

Negacionismo no es solo quien justifica el genocidio o simplemente niega la existencia de los crímenes de lesa humanidad, cometidos por los regímenes totalitarios, como el franquista, sino, de forma especial, quien hoy los minimiza, con medias verdades, ocultaciones y falsedades.

El negacionismo es también utilizado por grupos de odio en Internet y sus efectos pueden encontrarse descrito en la literatura (por ejemplo, en la novela 1984 de Georges Orwel) En algunos países, el negacionismo de ciertos eventos históricos es considerado un delito.

En la sociedad actual el negacionismo y sus motivaciones están relacionadas con todo lo acontecido durante el Siglo XX, con los genocidios de los pueblos armenio, judío, rwandés y palestino. Sin restarle importancia a los acontecimientos genocidas que sucedieron en el transcurso del siglo pasado. En este artículo lo que quiero poner de relieve es el negacionismo sistemático de la conquista y genocidio del Estado Baskón de Nabarra, es un tema tabú para todo el entramado del triunvirato Franco-Español-Vaticanista. Tarde o temprano tendrán que abordar el contencioso navarro en parámetros de solución, dejando a un lado las simplezas infantiles, para las opiniones públicas alienadas de sus respectivas naciones pueden valer a corto plazo, pero no más.

El negacionismo de la conquista y genocidio del Estado Baskón de Nabarra por parte del triunvirato franco-español-vaticanista, busca de hecho obtener un sobreseimiento para lo que es admitido como un crimen y retirar a Navarra todo derecho a reparación alguna. El negacionismo puede así servir para proteger tanto a los actores de la conquista y genocidio, como a sus cómplices y herederos ideológicos.

Las tesis negacionistas se fundamentan muy a menudo en hechos maquillados o en la omisión deliberada de elementos de cargo. En consecuencia, se estima que sus tesis son producto de extremistas y falsificadores, con el fin de mostrar determinado hecho criminal como socialmente aceptable en su contexto.

En la actualidad las técnicas del negacionismo están ampliamente desarrolladas y documentadas, dentro de los manuales de contrainsurgencia, que el imperialismo en general ha desarrollado. Esta forma de dominación se ha aplicado en toda la historia de la humanidad, y nuestro pueblo no iba a ser una excepción.

La negación de nuestro pueblo comienza desde Orreaga, ya para entonces el Estado Vaticano no veía con buenos ojos el desarrollo de nuestro pais, pero a medida que Navarra se iba consolidando como Estado referente de la época, las desavenencias y conspiraciones se fueron multiplicando, El Estado Pontificio arcaico y cavernícola donde los hubiere, no paró en conformar una santa alianza antinavarrista y así se conformó el triunvirato “franco-español-vaticanista” de triste trayectoria para los intereses de nuestro Estado.

Es muy interesante lo que escribe nuestro compatriota T.Urzainqui en el artículo del 3 de diciembre de 2008 a propósito de una interpelación realizada a Jaime Ignacio Del Burgo en referencia al negacionisno sobre acontecimientos de la guerra civil en la Navarra reducida; El propósito real del negacionismo sobre el genocidio en Navarra es, en síntesis, distorsionar la verdad, mantenerse en el poder y eludir la justicia. En este caso concreto del Sr. del Burgo utilizando los medios del Estado español, como el Congreso de los Diputados, para promover la ocultación histórica y la propaganda negacionista.

Al día de hoy, esa fobia antinavarrista sigue intacta, incluso increchendo, las reacciones del imperialismo más cutre y cavernícola son patéticas, en la actual cruzada se han unido los mismos agentes que hace quinientos años lo hicieron. Ante una de las fechas más sangrientas de nuestra historia que se avecina, me refiero a la conquista y genocidio de Nabarra el año de la desgracia de 1512. El año 2012 se cumple el quinientos aniversario de esta brutal efeméride y el negacionismo sigue presente y más furibundo que nunca.

En la conquista y genocidio del Estado Baskón de Navarra se han dado cita, lo que yo les llamo los cuatro jinetes de la Apocalipsis: Conquista, Colonización, Alienación y Negacionismo, y de esta forma cerrar el círculo nabarricida y su total impunidad. “Pero para desgracia de los responsables de las tropelías genocidas y de sus herederos, semejantes salvajadas no prescriben”.

Euskal Herria da, gure Herria
Nabarra da, gure Estatua

Askatasuna = Baskoinak x Nafar Paradigma

2009/12/15

Iruinea, Diciembre de 2009


Iñigo Saldise Alda
Union aeque principaliter
Soberanía de Navarra

Se conoce con el término latino de union aeque principaliter, a una unión de igual a igual, mediante la cual eran tratados los reinos tras su alianza, asociación, federación, confederación o coalición bajo el mandato de un solo rey o soberano, pero siempre como entidades diferenciadas con la supuesta y consiguiente supervivencia de sus leyes, fueros y privilegios. Este es la base con la cual el nacionalismo español intenta una y otra vez, al más puro estilo del jefe de propaganda nazi, Josef Goebbles, justificar una invasión y ocupación militar (o si se prefiere conquista armada) jurídicamente ilegítima, llevada a cabo por el falsario Fernando de España, a través de preparar diferentes legitimaciones, éstas realizadas siempre de forma exclusiva por parte española y el implícito colaboracionismo necesario de naturales del país navarro, a lo largo de estos siglos oscuros para la verdadera libertad navarra, llegando incluso dicha defensa y justificación hasta hoy día, siendo el máximo defensor un abogado, político y escritor español, el señor don Jaime Ignacio del Burgo, el cual siempre se encuentra en la vanguardia nacionalista de la unidad del reino de España, llegando incluso a dejar a un lado su ideología conservadora si fuera menester, por el beneficio exclusivo de su única y verdadera patria, la española.

El señor don Jaime Ignacio del Burgo se basa precisamente en esta fórmula, union aeque principaliter, para argumentar la existencia remota en el tiempo de un "pacto" de igual a igual entre la actual Comunidad Foral de Navarra y el reino de España, pilastra de la mal llamada Ley Paccionada del año 1841 y de su "amejoramiento" del año 1982, que constituyen la quintaesencia de la ideología "navarrista" contemporánea, la cual está al extremo contrario del auténtico Navarrismo histórico, existente en el sobreviviente Reino soberano de Nabarra al norte del Pirineo, tras la invasión y ocupación militar entre los año 1512 y 1524 . Por consiguiente, rizando el rizo el señor don Jaime Ignacio del Burgo, la denominada disposición transitoria cuarta de la Carta Magna de la Constitución del reino de España del año 1978, sería a modo adicional, "una garantía para la libertad de Navarra", lo cual, ciertamente, está muy alejado o distante de la realidad, ya que nuestra libertad fue secuestrada hace ya casi 500 años.

Pese a que el señor don Jaime Ignacio de Burgo, haya bombardeado reiteradamente a la sociedad navarra con una unión de igual a igual entre España y Nabarra, en la escritura de año 1515, con la cual el falsario Fernando de España otorgaba sin aprobación navarra alguna el Reino de Nabarra que según él, había conquistado para su hija Juana, a la corona de Castilla, aparece dicha incorporación como un mero cambio dinástico, nada más, por lo que creo es interesante saber cuando aparece realmente el término union aeque principaliter y por tanto hoy, los navarros no debemos aceptar la personal apreciación nacionalista española realizada por el señor don Jaime Ignacio del Burgo o cualquier otro de sus compatriotas, que han hecho, hacen y seguirán haciendo, no solo para justificarse ante los navarros, sino incluso también ante el mundo.

Realmente, la expresión de unión de igual a igual o principal, aparece en un documento de Ley español del año 1645, una vez ya, que el Reino de Nabarra había sido eliminado de los mapas políticos tras la incorporación de mismo, también realizada de modo ilegal al reino de Francia, la cual fue llevada a cabo por Louis XIII de Bourbon. En dicho documento español, nos dice que “no fue por modo de supresión, sino por el de unión principal”. Pero el hecho real, es que la incorporación fue llevada a cabo a sangre y fuego, realmente sin fórmula alguna y ya en el siglo XVII en la Navarra residual, una vez perdido el referente soberano del norte del Pirineo y a continuación de pasar el periodo más caldeado de la post-incorporación, estando los patriotas navarros proscritos de todos los cargos públicos, de los castillos que continuaron en pie tras el mandato del cardenal Cisneros, etc., cuando la situación se fue normalizando, hay una especia de repunte identitario en el siglo XVII, al cual no le voy a llamar ni nacionalista, ni patriótico y ni siquiera navarrista, pero si se puede considerar como germen del fuerismo e incluso también posteriormente del regionalismo, al tratarse de un intento de recuperación de las señas de identidad propias, que con la incorporación a la corona de Castilla se habían difuminado, porque los cargos públicos y sobre todo entre el clero, obispos, etc., todo había pasado a ser castellano, señales principales y plausibles del contrafuero existente en las tierras ocupadas por los españoles.

Es pues en el siglo XVII cuando, al calor de este repunte de la identidad propia, pero amparado en las labores realizadas por el jurista español Juan de Solórzano y Pereyra, las cuales concluyentemente estaban encuadradas en la legitimación de la unión de las Indias americanas y el reino de España, por consiguiente nada que ver con el Reino de Nabarra, surge en el fuerismo el sintagma de unión principal, mientras que el término latino de union aeque principaliter nace realmente dos siglos después, concretamente en el siglo XIX, siendo acuñado por los fueristas de ese siglo y esto naturalmente, pasa a todas las enormes compilaciones de jurisprudencia existentes en la Navarra reducida ya a una mera provincia del reino español, también a todos los libros que se han publicado, etc., y que esgrimen actualmente como verdad suprema los regionalistas, auténticos patriotas españoles, intentando demostrar con dicho regimiento que el Reino de Nabarra se “incorporó” en el siglo XVI a la monarquía castellana, mejor dicho en España a secas, con una fórmula de unión principal de igual a igual; y de eso nada de nada.

2009/12/12

Navarra, y la alienación

J.M.Unzueta
Navarra, y la alienación
Soberanía de Navarra

“La libertad no hace felices a los hombres: los hace, sencillamente hombres” Manuel Azaña Presidente de la II República española y persona muy ilustrada.

Esta hermosa cita, hoy la reescribiría así: "La libertad no hace felices a los seres humanos: los hace, sencillamente humanos".

Según el diccionario de Wikipedia. La alienación o enajenación es el fenómeno de suprimir la personalidad, desposeer al individuo, controlando y anulando su libre albedrío, para hacer a la persona dependiente de lo dictado por otra persona, organización o la nación colonizadora.

La sociedad alienada, lo único que produce son individuos híbridos y pusilánimes, sin dignidad, completamente desarraigados de su ser como sujetos político, estos aunque parezca mentira son seres esclavos y acomplejados, al no tener ninguna referencia de su “quien soy” es muy fácil que esa carencia la resuelvan mediante la religión, el vil metal y el consumo compulsivo. La alienación anula totalmente toda capacidad de pensar en parámetros de desarrollar el raciocinio de uno mismo, por la sencilla razón de que todo lo que percibe está supeditado en base al paradigma del imperialista colonizador. Algunos alienados hablan como “profesores” acerca de su área de interés, y bajo el paraguas protector del Estado imperialista pueden tener éxito como políticos, periodistas, tertulianos, ect.

Hay cuatro tipos de alienación, mediante los cuales el individuo o una colectividad transforman su con- ciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición.

-Religiosa: resignándose a un dogma y justificando la consagración del dogma que frustra el desarrollo de individualización de la conciencia humana como sujeto político nacional navarro.
- Política: Se pertenece al Estado colonizador, y se consiente la expoliación y opresión por parte de su gobierno.
-Económica: En la cual los productos o medios producidos por el hombre dominan al individuo.
-Consumista: Compramos lo que la publicidad dicta, sin evaluación racional de la utilidad del producto, identificando la felicidad con el mero consumo.

En la teoría marxista de la alienación; Marx quien es deudor de la filosofía hegeliana, toma el término y lo aplica a la materialidad, en concreto a la explotación del proletariado y a las relaciones de propiedad privada. En su enfoque desde el marxismo al proceso de alienación, denominó “alienación” a las distorsiones que causaba la estructura de la sociedad capitalista en la naturaleza humana. Aunque era el actor el que padecía la alienación en la sociedad capitalista, Marx centró su análisis en las estructuras del capitalismo que causaban tal alienación.

Sin embargo Marx todo lo analiza desde el punto de vista puramente materialista, en donde todo comportamiento humano es el resultado de la búsqueda de un beneficio material, por ejemplo cuando una pareja se une en matrimonio no es por una emoción llamada “amor”, sino porque tanto el como la mujer obtienen un beneficio explotándose mutuamente, incluso el amor por los hijos es solamente una sublimación de la búsqueda de la seguridad económica en la vejez.

Cuando se tiene la cabeza bien amueblada, con la información bien documentada de la propia historia, ya no hay ningún peligro de contaminación de la enfermedad llamada “alienación”. Desde los años 70 del siglo pasado una nueva forma de alienar surgió. Fue de la mano de aquel ejército de seminaristas que habían descubierto la cuadratura del círculo en forma de Marx. Engels, Lenin y Stalin. Esto era posible debido a la ideología llena de mitos en la cual se les había adoctrinado, sin cultura histórica ni conciencia de sujeto político navarro. De esta forma con la tergiversación de todo referente, surgieron los nuevos ideólogos del social imperialismo que tanto daño causaron.

Así nacieron partidos políticos y movimientos como champiñones, al final la mayoría de esta fauna se ha integrado dentro de las organizaciones imperialistas, y al día de hoy los vemos en un espectro muy amplio, desde la pseudo izquierda imperialista hasta las fundaciones más fachas y retrógradas de Europa, sin olvidar que son los mayores adalides e ideólogos en la actividad más desnavarrizadora.

La conclusión es muy clara, en Navarra hoy prioritariamente debemos de recuperar el Paradigma Navarro es el mejor antídoto contra la contaminación imperialista y al mismo tiempo la medicina perfecta para desalinearse y definitivamente curarse de semejante epidemia.

Una vez recuperada la soberanía de Navarra (secuestrada en la actualidad) el Estado Baskón de Nabarra deberá poner coto a tanta anormalidad anti-“Sápiens” producida por el triunvirato "franco-español-vaticanista" y desarrollar un gran esfuerzo para curarnos de esta maldita enfermedad llamada “alienación” y volver a ser ciudadanos navarros libres y ejemplo de Pais en el mundo. Tenemos el plus de ser el pueblo más viejo de Europa y como predicaba el insigne y compatriota “Iparragirre”;

Eman eta zabalzazu munduan fruitua!
Hoy deberíamos de decir “ Eman eta zabalzazu jakintza Nafarroan eta gero munduan”

Gora Nabarrako Estatu Osoa!

2009/12/10

Iruinea, diciembre de 2009

Iñigo Saldise Alda
Objetivo y estrategia
Soberanía de Navarra

Ante la sociedad de este país, últimamente, se están presentando diferentes planes estratégicos, todos ellos encuadrados dentro del soberanismo, en los cuales se reclama como primer paso una obligada unidad de acción. A pesar de ello, continuamos cada uno por nuestro lado, mirando incluso primero nuestras ambiciones personales incentivadas por un ego claramente narcisista, el cual nos lleva a censurar y ocultar las estrategias de personas o grupos de nuestro país, cometiendo incluso el grave error de buscar la ilegitimidad del mensaje de nuestros propios compatriotas, el cual es tan soberanista como el de nosotros, lo que genera una lucha interna entre patriotas, muy dañina además para nuestro interés nacional, mientras nos observan y disfrutan frotándose las manos los imperialistas españoles y franceses, ya que así les facilitamos ciertamente y en gran medida, el trabajo de su maquinaria colonialista. Por ello, es nuestro deber y obligación, aparcar dichas pretensiones personales y buscar la creación de un bloque compacto y sin fisuras, desarrollando así el necesario primer paso con el cual poder alcanzar el objetivo, común a todos, de la recuperación plena de la soberanía para nuestro Estado.

El segundo paso que debemos realizar todos los agentes culturales, lingüísticos, económicos, sociales y políticos de este país, es la definición clara del objetivo final que perseguimos y una vez concretada dicha meta, preparar el consiguiente plan operativo con el cual poder diseñar la necesaria estrategia, común y global a nuestros intereses, pero que estas ambiciones particulares estén supeditadas al beneficio general o bien común, buscando así la vía correcta con la cual dar salida a las necesidades libertarias existentes en nuestro pueblo. Este objetivo debe corresponderse con la naturaleza del problema significativo que conlleva que nuestro histórico Estado, sea en la actualidad una mera colonia de los imperios español y francés, analizando detenidamente las causas histórico-políticas que nos han llevado a la triste situación actual, y que comenzaron con las diferentes invasiones, ocupaciones y amputaciones territoriales sufridas por el Reino o Estado de Nabarra, a las cuales hay que sumarle el continuado sometimiento político, eclesiástico, jurídico y policial sufrido por Euskal Herria hasta la actualidad.

El análisis de nuestra historia política, que siempre corresponde ser realizado desde una visión propia no contaminada así por agentes externos, facilita de gran modo la cohesión de nuestro mensaje soberanista, llegando así más fácilmente a todos los ámbitos socio-culturales del país, pues en dicha historia queda demostrada, sin discusión posible, una unidad política nacional existente en el pasado, siendo esta entorno al Estado de Nabarra. Algo realmente lejano en el tiempo y que durante muchos años permaneció aletargado dentro del imaginario del pueblo más antiguo de Europa, debido en gran medida a la represión continuada ejercida por los invasores y ocupantes extranjeros en este país, concretamente españoles y franceses. Esto, dio como resultado inevitable la búsqueda de otras teorías con las cuales poder alcanzar la libertad. Por ello, es una obligación con nuestra historia y sus personajes, el deber de analizar desde la perspectiva que nos otorga este paradigma navarro, los diferentes intentos libertarios realizados por nuestro pueblo, siempre examinándolos con el debido respecto, intentando no herir con ello las diversas sensibilidades existentes en nuestro país con sus diferentes actuaciones con las cuales buscaron la libertad, destacando entre ellas el foralismo con su máxima expresión en las guerras carlista del siglo XIX y el nacionalismo vasco de finales de ese mismo siglo, desarrollado por Luís y Sabino Arana Goiri.

Este estudio debe estar realizado siempre con el correcto matiz de la época que sucedieron dichos pensamientos y acciones, obviando sus errores y aprovechando sus correctos planteamientos, uniéndolos así al paradigma navarro, pues aunque haya agentes extranjeros o incluso del país que lo intenten negar, no cabe duda que son parte del mismo. Así pues, una vez marcado el objetivo exclusivo de la recuperación de la plena soberanía para nuestro Estado, Nabarra, debe comenzar un reparto de tareas y su correspondiente compromiso de acción entre todos los agentes soberanistas de este país, a través de una unidad operativa independiente, sería, responsable y abierta ante las aportaciones personales y partidistas, canalizando con ella y en una sola dirección, la fuerza de este pueblo y teniendo como única meta nuestra libertad.

Recuerdo permanete del secuestro de nuestra soberanía (Manu militari)

J.M.Unzueta
Recuerdo permanente del secuestro de nuestra soberania (Manu militari)
Soberanía de Navarra

El día de hoy es adecuado para al triunvirato imperialista “Franco-Español-Vaticanista” seguir recordándoles, una asignatura pendiente, la obligación ineludible de restituir al Estado Baskón de Nabarra la soberanía secuestrada (Manu militari). Esta es una exigencia legítima y universal, y para ello considero de vital importancia recordarles la “Declaración Universal de los derechos humanos” que se celebra todos los años el día 10 de Diciembre, y que el triunvirato imperialista la firmó, pero se la pasan continuamente por el arco del triunfo.

“Todo grupo o individuo que niegue estos derechos tiene responsabilidad penal internacional.
Todo grupo, sector o persona que niega al pueblo navarro su derecho a defenderse hasta que estos derechos sean aplicables está violando el artículo 28 y deberá pagar ante la historia su infamia."


PREÁMBULO

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;
Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;

Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;

Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;

Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad;

Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y

Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso;

LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

Declaración Universal

Sección I. Derecho a la existencia.

- Artículo 1. Todo pueblo tiene derecho a existir.

- Artículo 2. Todo pueblo tiene derecho al respeto de su identidad nacional y cultural.

- Artículo 3. Todo pueblo tiene el derecho de conservar en paz la posesión de su territorio y de retornar allí en caso de expulsión.

- Artículo 4. Nadie puede ser, debido a su identidad nacional o cultural, objeto de masacre, tortura, persecución, deportación, o expulsión, o ser sometido a condiciones de vida que puedan comprometer la identidad o la integridad del pueblo al que pertenece.

Sección II. Derecho a la autodeterminación política.

- Artículo 5. Todo pueblo tiene el derecho imprescriptible e inalienable a la autodeterminación. Él determina su status político con toda libertad y sin ninguna injerencia exterior.

- Artículo 6. Todo pueblo tiene el derecho de liberarse de toda dominación colonial o extranjera directa o indirecta y de todos los regímenes racistas.

- Artículo 7. Todo pueblo tiene derecho a un régimen democrático que represente al conjunto de los ciudadanos, sin distinción de raza, sexo, creencia o color, y capaz de asegurar el respeto efectivo de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales para todos.

Sección III. Derechos económicos de los pueblos.

- Artículo 8. Todo pueblo tiene un derecho exclusivo sobre sus riquezas y sus recursos naturales. Tiene derecho a recuperarlos si ha sido expoliado, y a cobrar las indemnizaciones injustamente pagadas.

- Artículo 9. Puesto que el progreso científico y técnico forma parte del patrimonio común de la humanidad, todo pueblo tiene el derecho de participar de él.

- Artículo 10. Todo pueblo tiene derecho a que su trabajo sea justamente evaluado, y a que los intercambios internacionales se hagan en condiciones de igualdad y equidad.

- Artículo 11. Todo pueblo tiene el derecho de darse el sistema económico y social que elija y de buscar su propia vía de desarrollo económico, con toda libertad y sin injerencia exterior.

- Artículo 12. Los derechos económicos antes enunciados deben ejercerse en un espíritu de solidaridad entre los pueblos del mundo y teniendo en cuenta sus respectivos intereses.

Sección IV. Derecho a la cultura.

- Artículo 13. Todo pueblo tiene el derecho de hablar su propia lengua, de preservar y desarrollar su propia cultura, contribuyendo así a enriquecer la cultura de la humanidad.

- Artículo 14. Todo pueblo tiene derecho a sus riquezas artísticas, históricas y culturales.

- Artículo 15. Todo pueblo tiene derecho a que no se le imponga una cultura extranjera.

Sección V. Derecho al medio ambiente y a los recursos comunes.

- Artículo 16. Todo pueblo tiene derecho a la conservación, la protección y el mejoramiento de su medio ambiente.

- Artículo 17. Todo pueblo tiene derecho a utilizar el patrimonio común de la humanidad, tal como la alta mar, el fondo de los mares, el espacio extra-atmosférico.

- Artículo 18. Al ejercer los derechos precedentes, todo pueblo debe tomar en cuenta la necesidad de coordinar las exigencias de su desarrollo económico con las de la solidaridad entre todos los pueblos del mundo.

Sección VI. Derechos de las minorías.

- Artículo 19. Cuando, en el seno de un Estado, un pueblo es una minoría, tiene derecho a que se respeten su identidad, sus tradiciones, su lengua y su patrimonio cultural.

- Artículo 20. Los miembros de la minoría deben gozar sin discriminación de los mismos derechos que los otros miembros del Estado, y participar en iguales condiciones que ellos en la vida pública.

- Artículo 21. Estos derechos deben ejercerse respetando los legítimos intereses de la comunidad en su conjunto, y no pueden servir de pretexto para atentar contra la integridad territorial y la unidad política del Estado, cuando éste actúa en conformidad con todos los principios enunciados en la presente declaración.

Sección VII. Garantías y sanciones.

- Artículo 22. Todo incumplimiento a las disposiciones de la presente declaración constituye una transgresión a las obligaciones para con toda la comunidad internacional.

- Artículo 23. Todo perjuicio que resulte de una trasgresión a la presente declaración debe ser íntegramente reparado por el causante.

- Artículo 24. Todo enriquecimiento en detrimento de un pueblo, por violación de las disposiciones de la presente declaración, debe dar lugar a la restitución de los beneficios así obtenidos. Lo mismo se aplicará a todos los beneficios excesivos obtenidos por inversiones de origen extranjero.

- Artículo 25. Todos los tratados, acuerdos o contratos desiguales, suscritos despreciando derechos fundamentales de los pueblos, no podrán tener ningún efecto.

- Artículo 26. Las cargas financieras exteriores que han llegado a ser excesivas e insoportables para los pueblos dejan de ser exigibles.

- Artículo 27. Los atentados más graves a los derechos fundamentales de los pueblos, sobre todo a su derecho a la existencia, constituyen crímenes internacionales que entrañan la responsabilidad penal individual de sus autores.

- Artículo 28. Todo pueblo cuyos derechos fundamentales sean gravemente ignorados tiene el derecho de hacerlos valer especialmente por la lucha política o sindical, e incluso, como última instancia, por el recurso a la fuerza.

- Artículo 29. Los movimientos de liberación deben tener acceso a las organizaciones internacionales y sus combatientes tienen derecho a ser protegidos por el derecho humanitario de la guerra.

- Artículo 30. El restablecimiento de los derechos fundamentales de un pueblo, cuando son gravemente ignorados, es un deber que se impone a todos los miembros de la comunidad internacional.

2009/12/08

Navarra, es la legitimidad histórica

J.M.Unzueta
Navarra, es la legitimidad histórica
Soberanía de Navarra

“El espíritu histórico no puede tener dudas de que ha llegado el tiempo de la resurrección y que precisamente los acontecimientos que parecieron haberse dirigido en contra de su activación y amenazaban con consumar su hundimiento, han sido los signos más favorables de su regeneración”. Friedrich Leopold von Hardenberg, Poeta y filósofo alemán.

Por la legitimidad histórica es por lo que tenemos que recuperar el Paradigma Navarro y asimilarlo, es la mejor terapia para curarnos de la enfermedad llamada "Alienación" producida deliberadamente por los Estados imperialistas de España, Francia y el Vaticano.

Cabe destacar la gran aportación de nuestro compatriota Sabino Arana Goiri, que después de la III guerra carlista y viendo como había quedado el País, fue él quien levantó la voz y el alma de este Pueblo, y a él debemos entre otros el mantenimiento y transmisión de la conciencia nacional vasca, por ello muchos símbolos y conceptos del nacionalismo Sabiniano deben ser integrados en el imaginario navarro.

Es la hora de deslegitimar a todo el entramado jurídico y político del imperialismo franco-español, para ello es fundamental quitarles todo argumento y en especial, el que continuamente nos pasan por delante de las narices, el clásico manido y recurrente de la violencia de ETA que ya hasta las siglas son obsoletas.

Es hora de que la clase política y sindical, verdaderamente progresista tome conciencia de que somos navarros y como tal nos comportemos, dejando al margen partidismos (izquierda, derecha, centro, ect.) y se de un paso al frente, dejando a un lado el “vil metal y las jubilaciones de oro” y trabajar como este pueblo sabe hacerlo, esto es, por la recuperación de nuestra soberanía secuestrada por el imperialismo franco- español y su mejor aliado el Emperador de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, también es el momento de que los jelkides dejen de hacerles el juego a los imperialistas, utilizando el término Euskadi, que al final y a la postre para los políticos y sindicatos imperialistas, lo vasco se reduce, al Euskadi tres en uno, la ikurriña, y el folclore cutre tipo Patxi el del bombo. Hoy el progresismo, internacionalismo ect, se llama “Luchar con la legitimidad en la mano por la recuperación de la Soberanía del Estado Baskón de Nabarra”.

Aprovecho este trabajo para insertar una parte extractada del artículo publicado en su blog por nuestro compatriota Iñigo Saldise, titulado Breves apuntes de la denuncia Navarra Internacional se refiere a la Demanda de Nabarra ante el Comité de Descolonización de la ONU y que me ha parecido muy interesante, dice así:

“El 18 de Febrero del año 2005 Don Blas de Beaumont, duque de Beaumont-Evreux, Delegado Regio de Don Pierre de la Motte-Messemé y jefe de la Casa Real de Nabarra, cursó el preámbulo de la demanda ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, dándole entrada a la demanda, este organismo sito en Grand Central Sta New York 10017, el 24 de Febrero del mismo año, donde se remite toda la documentación acreditada, bajo el amparo de las Leyes Internacionales. En dicha demanda, los codemandes don Pierre de la Motte-Messemé y Don Blas de Beaumont, denuncian a las potencias administrativas ocupantes, el reino de España y la república de Francia, por sus pretensiones de aprobar la Constitución Europea, pese a la contradicción a las normas del Derecho Internacional al pretenderse desde Europa regular territorios coloniales, entre ellos el Reino de Nabarra.

En el duodécimo punto de la demanda, la Casa Real de Nabarra llama la atención sobre el Derecho Internacional de Descolonización, el cual todavía, a día de hoy, no ha sido aplicado al Reino de Nabarra.

A pesar de las diferentes voces, no solo provenientes de los agentes políticos españoles y franceses, donde dan a entender de forma malintencionada un oculto deseo absolutista del legítimo heredero de los derechos históricos del Reino de Nabarra, las palabras que en su día realizó el demandante por Nabarra, Don Pierre de la Motte-Mesemé, son lo suficientemente aclaradoras de su carácter humanista y libertario.

Será el establecimiento de instituciones auténticamente representativas y democráticas, que garanticen que el gobierno se basa en el consentimiento de los ciudadanos, con las garantías efectivas de todos los derechos a la persona humana, en especial la libertad individual y de opinión, el reconocimiento de las personalidades de diversas comunidades naturales, con ejercicio, sobre bases democráticas, de las libertades sindicales, como la defensa de los trabajadores y sus derechos fundamentales, como igualmente organizar partidos políticos, guardando el respeto a los derechos de la oposición. Todo ello, según las reglas de la prudencia política, con la plena sinceridad por parte de todos y el compromiso de renunciar a toda violencia activa o pasiva”.


Euskal Herria da, gure Herria
Nabarra da, gure Estatua

Gora Nabarrako Estatu Osoa!

Iruinea, diciembre de 2009

Iñigo Saldise Alda
Pensamiento y realidad. Teoría y práctica
Soberanía de Navarra

El pasado 7 de diciembre del año 2009, algunos pudimos desayunar con la noticia de portada del diario GARA, que habría con un titular cuando menos esperanzador para los soberanistas de este país. Dicho encabezado, el cual era debido principalmente a los actos que se dieron en el palacio madrileño de la Moncloa, por la celebración anual del 6 de diciembre, efeméride de la aprobación por referéndum de la Carta Magna para la Constitución del reino de España tras la dictadura fascista del generalísimo Francisco Franco, decía con un ilusionarte y contundente titular, Las fuerzas abertzales reiteran su rechazo al marco español. Al día siguiente, esta vez la esperanza venía en las páginas interiores del periódico DIARIO DE NOTICIAS, donde aparecía un artículo titulado Las búsquedas del polo soberanista.

Realmente, y a pesar del gesto realizado por las fuerzas abertzales, el cual es meramente simbólico, los partidos políticos nacionalistas vascos nunca han rechazado frontalmente los marcos impuestos por españoles y franceses, ya que han participado activamente y continúan hoy día colaborando de forma activa, a excepción de distintos partidos dentro de izquierda abertzale, no por decisión propia de ellos, sino debido a unas ilegalizaciones provenientes de los tribunales españoles y europeos, en unas instituciones impuestas por el invasor español, no solo durante la denominada transición española, sino también de forma anterior a la dictadura fascista, más concretamente durante la II república de España e incluso antes, intentando siempre hacer valer unos derechos históricos del pueblo vasco, partiendo de un paradigma político claramente erróneo, al menos en sus cimientos históricos, es decir, de donde ciertamente emanan dichos derechos, debido en gran medida al imaginario que se venía arrastrando dentro del pueblo vasco, sustentado a pesar del intento de ruptura realizado por los hermanos Arana, sobre la defensa de los Fueros llevada a cabo por los carlistas, los cuales a su vez, defendían los supuestos derechos al trono del Reino de Nabarra de un miembro de la casa de Borbón, proporcionados tras la usurpación y suplantaciones de los mismos, realizada de forma ilegal y violenta por uno de ellos, concretamente Louis XIII de Francia, que mediante dicho acto sometió en el año 1620 a los hasta entonces navarros soberanos del norte del Pirineo.

Es cierto, que la visión que se ha creado a través de la historiografía nacionalista española, sobre los supuestos privilegios forales que poseemos los navarros dentro del reino de España, tiene una evidente carga negativa en la que subyacen una serie de estereotipos y prejuicios que siguen lamentablemente alimentado el actual ideal nacionalismo colectivo del estado español, en el cual, incluso, los navarros somos clasificados por los españoles bajo la etiqueta de privilegiados y por consiguiente, llenos de derechos dentro de dicho estado, el cual ciertamente nos fue impuesto manu militari, a pesar de que no se cansen de repetirnos una y otra vez, que se realizó mediante una “unión principal”. A pesar de que esta mentira no se sostenga tanto histórica como políticamente, ya que dicha unión realmente fue forzada y realizada de manera unilateral en las cortes españolas de la ciudad castellana de Burgos en el año 1515, sin contar además con presencia alguna de navarros, hoy día, en un marco igual de antidemocrático para nuestras nobles y legítimas reivindicaciones soberanistas, los partidos denominados nacionalistas vascos, siguen presentándose a las elecciones impuestas por el invasor, legitimándolas por consiguiente y mostrando una gran ingenuidad al tratar alcanzar desde dichas instituciones imperialistas españolas, la recuperación de la soberanía plena del Estado de Nabarra, lo cual podíamos hacer extensible a los partidos nacionalistas existentes en el imperio francés, con sus debidas y obligadas matizaciones.

Siendo realmente objetivos, y teniendo en cuenta las falsas fuentes histórico-políticas con las que ha venido bombardeando, desde las sucesivas y agresivas invasiones, con su consiguiente ocupación militar del territorio de Baskonia, a la mayor parte de la totalidad de la sociedad de Nabarra de ambos lados del Pirineo, podemos afirmar que incluso se ve como lógico llegar a pensar que se pude lograr dicho objetivo dentro de los marcos legislativos español y francés, físicamente impositivos, aunque inconscientemente sepamos o quizás a ciencia cierta, que ésta forma de actuar es errónea, pues nos aleja de forma irremediable, cada día que pasa, no hay más que repasar la historia, más de nuestro objetivo al entrar en la vorágine imperialista de las instituciones españolas y francesas, desde las cuales prohíben cualquier iniciativa soberanista, actuando tanto política, judicial y policialmente contra cualquier aspecto que haga temblar los frágiles cimientos de sus respectivos “estados de derecho”.

Así pues, para llevar a la práctica ese supuesto rechazo que nos dice el titular del GARA, los partidos vascos no deberían legitimar nunca al invasor español y francés, transformándose realmente en partidos navarros y para ello solo cabe una opción, muy sencilla, que es la de darse de baja definitivamente en las listas de agrupaciones políticas existentes en el reino de España y en la república de Francia y formar un bloque compacto, sin fisuras, al cual realmente si se le podía llamar entonces polo soberanista, como nos indica el DIARIO DE NOTICIAS.

Todos sabemos que no es nada fácil llevar a la práctica aquello que hemos teorizado e incluso, muchas veces llevar a efecto dicha teoría, traería el gran inconveniente del total control español y franceses de los diferentes ámbitos donde se practica la política diaria dentro de la totalidad del territorio vascón, con el claro indecoro que ello supondría para los únicos y pequeños logros conseguidos hasta hoy día, concretamente los conseguidos en materia lingüística y cultural. Por ello, habría que diseñar una estrategia estudiada y conjunta, por los diferentes agentes sociales, económicos, culturales, lingüísticos y políticos existentes en Baskonia, pero teniendo en cuenta y de forma muy clara, que no debemos alejarnos ni un solo centímetro de nuestro objetivo libertario final, el cual no es otro, que la recuperación plena de la soberanía del Estado de Nabarra.

2009/12/05

Iruinea, diciembre de 2009

Iñigo Saldise Alda
La Iglesia Católica y su gran deuda con Nabarra
Soberanía de Navarra

“Es mejor acostarse sin cenar que levantarse con deudas” Benjamin Franklin

La Iglesia Católica, a día de hoy sigue realizando un continuado saqueo sobre el patrimonio de los pueblos navarros, apropiándose mediante un proceso de privatización amparado por la jurisprudencia española, de diferentes iglesias, ermitas, casas, tierras y otros bienes públicos de los pueblos y ciudades de la actual Nabarra residual. Las cifras que conocemos sobre dicho expolio son alarmantes, concretamente 1086 de estos bienes navarros, han sido robados por la Iglesia Católica entre los años 1998 y 2008 contando con la necesaria complicidad española, según dio a conocer recientemente la Plataforma de la Defensa del Patrimonio Navarro. Está claro, visto lo visto, que el reino de España paga bien su compromisos negociados a lo largo de la historia con su más y siempre fiel aliada, la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Para conocer bien de donde viene dicha unión anti-navarra, debemos remontarnos a la primavera del año 824, cuando los vascones independientes o navarros crean el Reino de Pamplona tras alzar sobre el pavés a su líder, Eneko Aritza y titularlo así como rey, ante las continuas amenazas provenientes de francos y árabes, que ponían en serio peligro la existencia del pueblo más antiguo de Europa. Pese a ser un Estado cristiano, los primeros reyes de Pamplona o Nabarra, no dudaron aliarse con los Banu Qasi, vascones estos musulmanizados que vivían en torno a la ciudad de Tutera, los cuales habían mostrado el apoyo necesario para la formación del Reino vascón, todo ello, para combatir unidos al poder central del emirato musulmán cordobés y al afán expansionista del Imperio Carolingio, al cual el jefe de la Iglesia Católica, León III, en el año 800 le había otorgado el título de Protector de la Cristiandad.

La relación existente en los primeros tres siglos entre la Iglesia Católica y el Reino de Pamplona y Aragón, realmente se la puede considerar como buena y fluida, potenciándose la tendencia pre-romana con los reyes navarros Sancho V y Pedro I. Pero no es hasta el reinado de Alfonso I el Batallador cuando ésta alcanza al fin su mayor esplendor, gracias a incrementar de una manera bastante considerable, la relación existente hasta entonces entre la dinastía vascona que gobernaba Nabarra y el Papa o emperador católico de Roma. Pero también durante este reinado, Iruñea, volvía a ser la sede más importante del Estado vascón y su obispo se vincula directamente con el rey de Pamplona y Aragón, facilitando con dicho gesto, una renovación importante en los altos cargos eclesiásticos existentes en Nabarra, lo que a la postre significaría el comienzo del deterioro en las hasta entonces, buenas relaciones que se mantenía entre el Estado navarro y el heredero de San Pedro, jefe máximo de la Cristiandad Católica.

A la muerte de Alfonso I el Batallador, su extraño testamento trajo duras consecuencias para el Estado de los navarros. En su última voluntad, el rey vascón de Pamplona y Aragón, entregó los Reinos de Pamplona y Aragón a tres ordenes militares cristianas, el Santo Sepulcro, San Juan de Jerusalén y el Temple. La nobleza navarra se opuso y eligió como rey a García Ramírez el Restaurador, con la clara misión de reponer la monarquía vascona en los Reinos de Pamplona y Aragón; pero la intrusión del maestre de la orden del Temple y conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV al proponer a Ramiro el Monje que tenía la idea de crear un estado teocrático en Nabarra al estilo del Papado, contó con el inestimable apoyo del autotitulado emperador, Alfonso VII de León y Castilla, siendo por tanto Ramiro el mejor candidato al trono de Pamplona y Aragón para el emperador de Roma, lo que finalmente provocaría la división definitiva del antiguo condado vascón de Aragón, del resto del Estado navarro.

El Papa Benedicto IX, se negó a reconocer a García Ramírez como rey, otorgándole únicamente el título de dux, lo que facilitaba las pretensiones invasores de los reinos cristianos vecinos de los navarros, provocando así un continuo desmembramiento territorial del Estado navarro a lo largo del siglo XII. Sancho VI el Sabio, tampoco fue reconocido como rey por San León IX, lo que obligó al monarca vascón, entre otras muchas cosas, a cambiar el nombre del Reino de Pamplona por Nabarra, ya conocido y utilizado en tiempos de Sancho I. La Iglesia Católica tardó más de setenta años en reconocer el título de rey a los príncipes navarros y para entonces, los reinos de Castilla-León, Inglaterra, Aragón y Francia, ya habían comenzado a dar muestras de su desmesurado apetito imperial, invadido y ocupado numerosas tierras navarras, sometiendo a continuación a los naturales del país y asestando con ello la colonización, importante herida esta para la soberanía de Nabarra.

El año 1212 vuelven las continuas amenazadas de excomunión y una nueva retirada del título de rey de Nabarra desde la jefatura de la Iglesia Católica. Inocencio III facilitaría así nuevas invasiones de los hostiles vecinos que siempre han tenido los navarros, por ello, el monarca vascón Sancho VII el Fuerte, se ve obligado a luchar en la batalla de Las Navas de Tolosa junto al mayor enemigo histórico de los navarros, el rey de Castilla, Alfonso VIII, que en el año 1199 había invadido y ocupado la parte occidental del Estado vascón. Por el contrario, la jefatura Católica es comprensiva con el rey de León, el cual se negaba a asistir junto al resto de “aliados” cristianos contra los musulmanes y que gracias finalmente a Sancho VII de Nabarra, los cristianos lograron una importantísima victoria, la cual sirvió para cambiar decisivamente la balanza del poder religioso en la Península Ibérica, pero que desde la Iglesia Católica no se instó al reino de Castilla a desalojar y devolver las tierras ocupadas al Reino de Nabarra.

Hasta la invasión y ocupación española del año 1512, las relaciones entre la Iglesia Católica y los navarros podemos afirmar que se fueron estabilizando, siendo estas más o menos cordiales. El Reino de Nabarra participó activamente en varias cruzadas contra los musulmanes, junto a otros estados europeos, entre ellos el reino de Francia, además de asistir a los diferentes concilios organizados por orden del jefe de la Iglesia Católica. Es en mayo del año 1512, ante la incipiente amenaza militar proveniente del autotitulado rey de España, Fernando el Falsario, cuando la neutral Nabarra, mediante su Consejo Real, requiere el Pase o exequáter de las Bulas Pontificias por el Consejo, al estar el Reino de Nabarra totalmente asentado en el espacio de las naciones europeas. Esta petición realizada por parte de los navarros nunca fue atendida por Julio II, emperador de Roma y aliado acérrimo del maquiavélico Fernando de España.

Para facilitar las ansias invasoras de Fernando de España, el 21 de julio del año 1512, aparece la Bula, Pastor ille celestis, falseada esta, donde no se nombra directamente a los monarcas navarros, Catalina I de Foix y Juan III de Albret, pero en cambio, si se refiere a cierto veneno de herejía que afectaba a los cántabros y navarros, lo que no justificaba, ni de lejos, la invasión y ocupación del Reino de Nabarra por parte española. El voraz e insaciable apetito imperial del rey de España, Fernando el Falsario, hace que desde la Cancillería de Aragón se falsifique una segunda Bula ese mismo año, Exigit contumatiam, vinculada al Estado de Nabarra a la condición de colonia española y que ha servido hasta hoy día al estado español, para justificar toda suerte de atropellos y crímenes realizados por su inquisición, más la destrucción de los castillos navarros y la expulsión de la nobleza e intelectualidad humanista del territorio ocupado por soldados españoles, realmente extranjeros en la tierra de Baskonia. La tercer Bula, etsi obstinati también falsificada ante la complicidad pasiva de la Iglesia Católica, es ya una clara condenación de los reyes navarros, Catalina I de Foix y Juan III de Albret.

A pesar de que el jefe de la Iglesia Católica, Julio II, sólo proclamó la bula contra Luís XII de Francia, Universis Santae Matris Ecclesiae, y que las otras tres serían falsificadas por orden expresa del rey de España, Fernando el Falsario, la Iglesia Católica nunca se ha posicionado frontalmente contra la falsa historiografía española, mediante la cual los españoles defienden sus supuestos derechos de conquista, basados en la Bula, Exigit contumatiam, siendo precisamente ésta la que sirvió para asentar realmente la ocupación militar española en el Estado de Nabarra. En ella se dispensaba a los navarros bajo pena de excomunión, de continuar obedeciendo a sus legítimos y privativos reyes, Catalina I y Juan III, a quienes habían jurado "por fuero sacrosanto ancestral" lealtad, nunca jamás hasta entonces violado de manera unilateralmente. Con ella, el rey de España condenaba personalmente a los reyes de Nabarra, Catalina y Juan, más a todos los navarros que masivamente les defendían, por lo que el estado de España no dudó en imponer en esta tierra, su horrenda ley de excepción, la cual arruinó la evolución, claramente humanista desde los tiempos del príncipe Carlos de Biana, del pueblo navarro y devastó brutalmente nuestro territorio, al menos aquel situado al sur del Pirineo.

León X, sustituyó a Julio II como emperador de la cristiandad católica, siendo también un leal escudero para los intereses españoles en el recientemente ocupado Reino de Nabarra. Catalina I y Juan III de Albret, reyes de Nabarra, enviaron innumerables delegaciones a Roma, sede de la Iglesia Católica, las cuales en muchos casos, ni siquiera llegaron a ser recibidas por el mayor aliado que han contado los españoles en su expoliación del Reino de Nabarra. El ascenso al trono del Estado de Nabarra de Enrique II el Sangüesino, significó una mayor reivindicación por parte de los navarros hacia el emperador católico de Roma. León X debía obligar al reino de España a retirarse de las tierras ocupadas por su ejército al sur del Pirineo, pero León X, siguiendo con la mayor infamia de la mayor tradición católica, dio la espalda a los navarros. En diciembre del año 1521 moría León X sin haber hecho nunca nada en favor los navarros después que las tropas españolas hubieran invadido y ocupado de nuevo el Reino de Nabarra, tras derrotar y matar a más de 5000 navarros en las campas de Noain-Ezkirotz.

Por primera y última vez hasta el día de hoy, tras la ilegal invasión por parte española del Estado de Nabarra, un jefe de la Iglesia Católica se postulaba a favor de la causa de los navarros. Este fue Adriano VI, pero su repentina muerte en septiembre del año 1523, provocó que en Nabarra se celebraran funerales por su defunción. Esto fue aprovechado por los españoles, los cuales impidieron el nombramiento de navarros para altos cargos en la jerarquía eclesiástica en la Nabarra ocupada. Roma miraba a otro lado y volvía a ser el mayor aliado de los españoles, principales enemigos de los navarros.

La llega al trono católico de Clemente VII fue una mala noticia para los navarros. Enrique II de Albret fue hecho prisionero en la batalla de Pavía por las tropas imperiales de Carlos I de España y V de Alemania, junto a su amigo el rey de Francia. Tras la fuga del navarro, este se casa con la hermana de Francisco I de Francia, Margarita de Angulema, quien se encarga de potenciar el humanismo en la corte de Nabarra, algo que realmente aborrecía Clemente VII, el cual a pesar de estar prisionero del emperador español Carlos I desde el año 1527, fue cómplice activo en las decisiones del español, incluidas las que iban en contra de los navarros, que soportaron en dicho periodo la incansable y brutal caza de brujas por parte de la inquisición española. Pablo III, tras la muerte en el año 1534 de Clemente VII, toma las riendas del imperio católico. En un principio se posiciona con el reino de Francia, provocando un ligero enfrentamiento con el reino de España. Pese a ello, los navarros no consiguen ningún avance diplomático en sus reclamaciones políticas, principalmente en las concernientes a materia territorial. Solo se consigue la anulación del primer matrimonio de la princesa de Biana, Juana. La política anti-humanista del Papa, le enfrenta de lleno contra el Navarrismo incipiente de esa corte de la Nabarra soberana y a su vez, le lleva a aprobar reiteradamente el voraz apetito colonialista llevado a cabo por los invasores españoles, en las tierras navarras ocupadas del sur del Pirineo.

Tras su muerte toma el control del imperio cristiano, Julio III. Durante sus cinco años de reinado, éste no atiende ninguna reclamación proveniente del Estado soberano de Nabarra, ya que estaba centrado en el concilio de Trento, impulsado por su predecesor. Marcelo II apenas tuvo tiempo de atender alguna reclamación navarra, ya que no ostentó el cargo de jefe de la Iglesia Católica ni un mes. En cambio, el viejo y colérico Pablo IV, tras poner al mando del imperio católico de Roma en mayo del año 1555, pondera el denominado Reino del Terror, con el cual pretende combatir las reformas protestantes de Lutero y Calvino. El Navarrismo es un enemigo más al que combatir debido a la “rebeldía” de los navarros. Su carácter impulsivo le llevó incluso a realizar un boceto donde planteaba entregar la Nabarra soberana del norte del Pirineo a la monarquía católica española.

En diciembre del año 1559, la corona del Vaticano recae en Pío IV, el cual comienza una política de presión sobre Felipe II de España para buscar la resolución definitiva planteada por la legitimidad de los reyes privativos de Nabarra. Pedro de Albret llevó a Roma la carta de adhesión al nuevo papa de la reina Juana III de Albret y su marido Antonio I de Borbón. Pedro de Albert había sido elegido como el encargado de realizar las negociaciones pertinentes, con las cuales se restituirían al Reino Soberano de Nabarra las tierras ocupadas por las tropas españolas. En enero del año 1561, el jefe de la Iglesia Católica nombra a los reyes de Nabarra legítimos soberanos para todos los territorios de Baskonia, incluida las tierras ocupadas y devastadas por las tropas españolas y la inquisición. Pero, el estado de España reacciona, presiona y se interpone con falsedades y promesas en la resolución del conflicto. Roma entonces rechaza a todas las delegaciones provenientes del Estado de Nabarra. El emperador de Roma traiciona el juramento dado a los navarros, lo que provoca la entrada definitiva del Navarrismo religioso en el Reino Pirenaico, contando este con una base calvinista, pero con gran semejanza al Anglicanismo.

Su sucesor Pío V, fue el gran inquisidor del catolicismo precisamente en un momento en el cual, en el Estado Pirenaico de Nabarra se extendía la tolerancia religiosa y el respeto a las personas y opiniones. Después de él llegó al trono de Roma, Gregorio XIII. Este emperador católico, tras enterarse del asesinato a manos francesas de la reina Juana III de Nabarra, lo celebró abiertamente y posteriormente tras la matanza de San Bartolomé, ordenó que se cantara Te Deum en las iglesias de Roma. Sus aliados españoles, con su rey Felipe II al frente, también lo celebraron por todo lo alto. El nuevo emperador católico romano, Sixto V, se alió de nuevo con el reino de España. Por ello instó a la invasión de Inglaterra y de pasó, incentivado por su odio al humanismo navarro, condenando y excomulgando por hereje a Enrique III de Navarra. Sixto V realizó la condenación más clara que se ha realizado desde estado Pontificio contra el Navarrismo, mediante una bula que obligó firmar a 25 cardenales cristianos, católicos, apostólicos y romanos.

Urbano VII, Gregorio XIV e Inocencio IX, a penas pudieron hacer daño a los navarros, aunque intentaron incluir al Navarrismo dentro de la Reforma, ya que sus mandatos en el imperio católico fuero extremadamente cortos, llegando solo a sumar algo más de un año entre los tres. Su sucesor Clemente VIII, retiró la excomunión a Enrique de Borbón y Albret, pero solo como rey de Francia y manteniéndosela como rey de Nabarra, exigiéndole la imposición de una única doctrina, la católica, para el Reino Pirenaico de Nabarra, manifestando incluso que el edicto de Nantes era obra del mismísimo diablo. Este emperador de Roma, llegó a afirmar lo siguiente:

“(…) y del Navarrismo se reirán un día las futuras generaciones.”

León XI, nunca, objetivamente, llegó a preocuparse de los asuntos de los navarros, algo que si sucedió con Pablo V, el último emperador católico de Roma que se inmiscuyó en los asuntos de los navarros libres y soberanos. Pablo V llegó a mencionar en uno de sus conclaves, que habría más paz en el mundo si Enrique III de Nabarra y VI de Francia fuera asesinado, algo que finalmente llevó a efecto el ultra-católico jesuita Ravaillac en el año 1610. Tras la muerte de Margarita de Valois, Luís XIII de Francia, sin ninguna legitimidad al trono del Reino de Nabarra, invade y ocupa el Estado Pirenaico, el cual para satisfacción de españoles y principalmente del jefe de la Iglesia Católica, es declarado como parte de la Francia católica, completándose así la destrucción del Estado más humanista y libertario existente hasta entonces en toda Europa, cerniéndose desde entonces la oscuridad retrógrada del catolicismo sobre los navarros, facilitándose así la colonización de los imperios español y francés del Estado de Nabarra.

En marzo del año 2000, el jefe de la Iglesia Católica, Juan Pablo II, pidió públicamente perdón por siete errores históricos de su Iglesia, mediante la Bula Incarnationis Mysterium. A día de hoy, en el año 2009, el jefe de la Iglesia Católica es Benedicto XVI y todavía no ha pedio perdón a los navarros por la intolerancia, la violencia, los magnicidios de los jefes de Estado navarros con las guerras de religión como fondo, el abuso de la Inquisición, las reiteradas excomuniones a los reyes de Nabarra y su leales súbditos, su hostilidad contra la mitología vasc(on)a, su alianza con los estados que impiden el noble derecho soberanista de los navarros y la continua cerrazón cultural mostrada desde la Iglesia Católica. Pero realmente, por muy y muchos creyentes que haya entre nosotros, a los navarros no nos vale únicamente con vuestro perdón si este no está cargado de un gran arrepentimiento, plasmado solamente cuando vuestra Iglesia pague la enorme deuda histórica que tiene con el Estado de Nabarra. Pero… ¿Cuando la Iglesia Católica pagará la enorme deuda que tiene con los navarros y su Estado? Probablemente la respuesta sea nunca y por ello debemos atender de nuevo las palabras del gran dramaturgo inglés, William Shakespeare, que nos dijo El que muere paga todas sus deudas y así anhelar la total desaparición de la faz de la tierra de la gran secta de las sectas, por su ambición desmesurada e imperialismo infrenable, que ha alcanzado todo su poder mediante la hipocresía, la violencia, la intransigencia, el fanatismo, la intolerancia, el odio, el miedo, el robo, el asesinato, la incultura, la desconfianza y el terror, y que conocemos como la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

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Nabarra, reflexiones de un Patriota

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©NABARTZALE BILDUMA 2011

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