Los condes de Lerin
Iñigo Saldise Alda
Edicto del rey Carlos
III de Nabarra sobre la instauración del condado de Lerin.
“Carlos por la Gracia de Dios Rey de Nabarra duque de
Nemours, á todos los presentes et adveníentes que las presentes letras veran et
oirant salut. Como el humanat linage se ha inducido naturalmente aque los
hombres devan desear et pensar en exaltamineto, et augmentamiento del Estado,
et honor de los fijos descendientes deellos, et poner, et exaltar aquellos
acrescentamiento et supereminencia de dignidad et honra et sea asi que por
mandato et consentimineto ha seido tratado et firmado Matrimonio entre Dª Juana
de Nabarra nuestra fixa natural de una parte et Luis de Beaumont fixo de Mosen
Charles de Beaumont Alferez de nuestro Regno de la otra et por contemplacion
del dicho Matrimonio et facex honor a los dichos Dª Juana et Luis havemos
exigido instituido et creado ala dicha Dª Juana por Condesa et le habemos dado
titulo et nombre de Condesa como en adelante se faxia mención; facemos saver
que Nos por el natural amor que habemos a nuestra dicha fija queriendola poner
en honor et dignidad, movido por las causas et razones sobredichas et otras que
sean luengas a exponer et declarar; de nuestra cierta ciencia, movimiento
propio General, especial et autoridad a la dicha Dª Juana hacemos dado et damos
por la presente en dono perpetuo para ella et para sus herederos et
descendentes de ella en legitimo matrimonio en la mejor et mas segura formas et
manera que á utilidad seguridad et
provecho la dicha Dª Juana se puede decir et interpretar, las Villas fortalezas
et lugares aquí de yuso nombramos et declaramos con todas las pechas Censos
tributos et deveres et otras cuales quiera derechos anos pertenecientes en
aquellas, en qualquiera manera et por qualquier titulo causa et razon et con
los homicidios, Xixantenas et otras calonias qualesquier et con la Jurisdicion
vaja et mediana et con el poder suficiente a poner et disponer facer, et
desfacer Alcaides Bayles et otros qualesquiera oficiales que nos podriamos
poner antes esta presente donación et con todas et qualesquiera otras rentas et
derechos anos pertenecientes et pertenecer devientes en qualquier manera en los
dichos lugares et sus términos et en cada uno deellos; los quales lugares son
los que se siguen.
Primero nuestra villa de Lerin et nuestra villa de Sesma, et
el lugar de Cirauqui, et el lugar de Eslava, et el lugar de Sada: et havemos
exijido instituido et creado et por las presentes exijimos et creamos et
instituimos nombre et titulo de Condado sobre los dichos lugares et ala dicha
Dª Juana havemos dado et damos el titulo por las presentes titulo de Condesa, et
queremos et ordenamos que de aquí en adelante ella se intitule et nombre
Condesa de Lerin et todos los dichos lugares hayan a ser et sean del dicho
Condado et de su pertenencia toda vez los dichos lugares derechos et rentas
sobre dichas no podrán ser heredados sino por la dicha Dª Juana et los
descendientes de ella en legitimo Matrimonio, et hira el dicho Herencio
deaquellos et del dicho Condado a perpetuo de mayor en mayor prefijiendo los
Machos a las Fembras, puesto que fueren los Machos de menor edad que las
fembras et mandamos a nuestros amados et fieles thesorero, Procuradores,
Patrimonial, et fiscal, et recividores, et acada uno deellos que a present son,
et a perpetuo seran et aquellos quien otros nuestros oficiales, et subditos,
aquien pertenezca que ala dicha Dª Juana pongan et fangan poner en posesión et
thenencia pacifica de los dichos Lugares de Lerin, Sesma, Cirauqui, Eslav,a et
Sada con todas sus pechas, Ventas, deveres derechos, et pertenencias
sobredichas, homicidios, medios homicidios, Xixantenas, Vaja et media
Jurisdicion, et des qualesquiera otros
derechos et rentas sobredichas anos pertenecientes en los dichos lugares et sus
términos salvo las altas Justicias et la soberanidat et el resort que reservamos
anos; et impungimos, requerimos et mandamos alos Reyes herederos de nuestro
dicho Regno de Nabarra, que a la dicha Dª Juana et a sus dichos herederos
descendientes de ella como dicho es, dejen sufran et consientan gozar et
aprovecharse de esta nuestra presente donacion et de todo lo contenido en ella
franca et libre aperpetuo como de heredad et cosas propias suyas sin le facer,
ni consentir por fecho, estorbo, empachamiento alguno en continuo en tiempo
alguno en alguna manera; et a nuestros amados et fieles las gentes oydores de
nuestros Comptos mandamos que las ligneas facientes mencion de dichos lugares
de Lerin, Sesma, Cirauqui, Eslava, et Sada, de sus ventas et otros derechos
sobredichos que nos havemos et haver debemos en aquellos, borren et Cancellen
de los libros de nuestra Camara de Comptos et spesa et Procurador, Patrimonial,
et Una Vez para siempre tengan por quitos et descargados de aquellos para
siempre á nuestro dicho thesorero et Procurador Patrimonial presentes et
venideros por testimonio de las presentes Vidimus, o copra deellas reportamos
en nuestra Tesoreria una vez tan solamente sin dificultad ni contradicion
alguna en alguna manera, no obstant qualquier Fuero, privilegios, ordenanzas
estatutos o defensas por nos o por nuestros predecesores osubsesores fechas,
òfacederas et quales quiera impugnancias que podrian ser fechas contralo
contenido en las presentes ò nada de aquellas las quales de nuestra cresta
ciencia, poderío et autoridad Nª enquanto podran derogar alo contenido en las
presentes Nos por tenor de aquellas revocamos, Casamos et anullamos. En
testimonio deesto Nos havemos fecho Sellar las presentes en pendiente en lazo
de seda et cera berde de nuestro gran sello dela Chancilleria. Data en nuestra
villa de Olite a veinte cinco dias del Mes de Agosto anno del Nacimiento de Nuestro
Señor Mil quatrocientos veinte et
quatro.
Por el Rey; presentes el obispo de Pamplona, Mosen Pierres
de Peralta et otros muchos.
Lys de Falces.”
Heráldica Juana de Nabarra y Esparza:
Escudo cuartelado en cruz. 1º de gules
carbunclo de oro cerrado y pomelado que es de Nabarra, 2º de oro una banda de
sable que es de Eslaba, 3º de plata una faja de gules acompañada de tres lobos de sable, puestos 2
y 1 que es de Esparza, y 4º de gules creciente volteado de plata, campana de
plata que es de Sada.
Heráldica Luis de Beaumont y Curton:
Escudo losangeado de oro y azur que es de
Beaumont.
El 25 de agosto del
año 1424 fue creado el condado de Lerin por el rey de Nabarra y duque de
Nemours Carlos de Evreux y Capétiens, nombrado como rey Carlos III de Nabarra,
para su hija natural o bastarda, señora palaciana de Eslaba y Sada Juana de
Nabarra y Esparza. Fue un regalo para su hija natural de suelta por viudedad, por
su boda ese mismo día con su primo Luis de Beaumont y Curton.
Juana de Nabarra y
Esparza contaba con solo cinco años, mientras que Luis de Beaumont y Curton
tenía doce.
Para ello, el rey de
Nabarra tuvo que conseguir la dispensa necesaria y obligada por parte del papa
Martin V, firmada y sellada el 10 de agosto, debido al parentesco directo.
La reina Blanca I de
Nabarra confirmó el título de condesa de Lerin a Juana de Nabarra y Esparza en
la villa de Tafalla el día 19 de noviembre del año 1425. Además reconoció por privilegio
Real y en virtud del derecho de su esposa, a Luis de Beaumont y Curton como
conde de Lerin jure oxiris.
En virtud del mandato
Real, el día 6 de mayo del año 1426, el tutor de la niña y condesa de Lerin
Juana de Nabarra y Esparza, tomó posesión de la villa de Lerin.
Inicialmente, el
condado de Lerin estuvo dotado con todas las pechas y derechos, junto a la jurisdicción
mediana y baja de los pueblos y términos de Lerin, Eslaba, Sesma, Sada y
Cirauqui, siendo éstas antiguas tierras de realengo o pertenecientes al Reino
de Nabarra, por estar bajo jurisdicción del legítimo rey o de la legítima reina,
los cuales supeditados a su vez al Fuero de Nabarra, verdadero escudo del
Pueblo nabarro.
Heráldica del condado de Lerin:
Escudo cuartelado en cruz 1ºy 4º de gules
carbunclo de oro cerrado y pomelado que es de Nabarra y trae de Juana de Nabarra
y Esparza, 2º y 3º losangeado de oro y azur que es de Beaumont y trae de Luis
de Beaumont y Curton.
Luis de Beaumont y Curton, 1er conde de Lerin jure oxiris
Luis de Beaumont y
Curton nació en el año 1414, fue el hijo heredero-primogénito del Alférez del Estandarte
Real de Nabarra, Ricohombre del Reino de Nabarra, Caballero de la Orden del
Lebrel Blanco, señor de Asiain, San Martin de Unx, Casteillon, Beire, Mauleon,
Arroniz, Mistala, Benilloba, Noailhan y Mendabia, señor consorte de Curton y
Guiche, además de tenente de Laburdi-Labord-Libourne Charlot de
Beaumont-Nabarra y Lizarazu, que se casó en segundas nupcias con la señora de
Curton y Guiche Anne de Curton y Albret.
El 15 de mayo del año
1429, el conde consorte de Lerin Luis de Beaumont y Curton, acudió por tal
distinción nobiliaria del Reino de Nabarra, a la coronación de los reyes Blanca
I y Juan II, celebrada en la catedral de Iruinea-Pamplona. Tras dicho acto fue nombrado
por el rey consorte Juan II de Nabarra, Ricohombre de Nabarra, Capitán de Iruinea-Pamplona,
de la Merindad de las Montañas y de la Merindad de Zangotza.
En octubre de ese
mismo año, el Ricohombre de Nabarra, Capitán de Iruinea-Pamplona, de la
Merindad de las Montañas, de la Merindad de Zangotza-Sangüesa y conde consorte
de Lerin Luis de Beaumont y Curton, se puso al mando de 200 hombres de
Erronkari-Roncal, ballesteros en su mayoría, participando en la defensa del
Reino de Nabarra. Concretamente en su frontera occidental, ante la invasión por
parte de tropas castellanoleonesas de la Sonsierra de Nabarra.
Dicha acción militar,
de estricto carácter defensivo, se prolongó durante los primeros meses del año
1430, retirándose Luis de Beaumont y Curton a villa de Lerin, cabeza del condado,
consumando su matrimonio con Juana de Nabarra y Esparza. Ya en el año 1432
nació en Lerin su primogénito Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza. El Ricohombre
de Nabarra y conde consorte de Lerin ya por entonces, se intitulaba así mismo
como Condestable de Nabarra.
Tras la muerte de su
padre acaecida ese mismo año, el Ricohombre de Nabarra, Capitán de
Iruinea-Pamplona, de la Merindad de las Montañas, de la Merindad de
Zangotza-Sangüesa y conde consorte de
Lerin Luis de Beaumont y Curton, heredó sus títulos, palacios, casas, señoríos,
pechas, jardines, ganado y tierras. Por ello se hizo cargo también de las
posesiones que tenía su padre en la Tierra de Bascos o Ultrapuertos,
perteneciente a su vez a la de Merindad de las Montañas.
Pero por otro lado, ni
el puesto de Alférez del Estandarte Real de Nabarra y tampoco el título de
Caballero de la Orden del Lebrel Blanco, ya que el cargo político-militar y el título
honorífico de Caballero de la mencionada Orden, no eran, ni habían sido a lo
largo de la historia, tradicional y legalmente hereditarios. Lo mismo le pasó
con la tenencia de Laburdi-Labord-Labourne, que fue dada por el rey inglés al
señor de Saint-Pées, Augerot de Saint-Pées.
Recibió también, pero
esta vez ya de forma oficial, el cargo político-militar de Condestable de
Nabarra, al serle reconocido por el rey consorte de Nabarra, infante de Aragón
y duque de Peñafiel Juan de Trastámara y Sánchez de Castilla, casado con la
reina propietaria del Estado de Nabarra Blanca de Evreux y Trastámara o Blanca
I de Nabarra.
El 29 de junio de ese
año, el Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde consorte de Lerin
Luis de Beaumont y Curton, prestó juramento por el castillo de Mauleon y como gobernador
de Xiberoa-Sola, ante el rey Henry IV de England.
A pesar de que el día
12 de febrero del año 1434, el rey Henry IV de England, también intitulado II
de France, donó el castillo de Mauleon y la tenencia de Laburdi-Labord-Labourde
al fiscal y gran chambelán de England, duque de Gloucester y conde de Pembroke
Humphrey de Lancaster, el Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde
consorte de Lerin Luis de Beaumont y Curton, mantuvo el cargo de teniente del
castillo de Mauleon.
La muerte de su abuela
materna ocurrida en el año 1438, provocó que el conde consorte de Lerin tuviera
que hacerse cargo desde entonces de los señoríos de Guiche y Curton.
Históricamente los señoríos de Guiche y Agramont habían estado en conflicto debido
a unas tierras de pasto, y con la toma de posesión del conde consorte de Lerin
las cosas no cambiaron, ya que Luis de Beaumont y Curton pasó a aliarse con el
señor de Luxa Arnauton de Luxa, enemigo del señor de Agramont y Bidaxen
Frantzes de Agramont.
El infante de Aragón y
duque de Peñafiel Juan de Trastámara y Sánchez de Castilla, tras la muerte de su
esposa la reina Blanca I de Nabarra ocurrida en el año 1441, usurpó el trono a
su legítimo heredero el príncipe de Biana Carlos de Trastámara y Evreux. Pero
éste aceptó la situación al ser nombrado Regente y Lugarteniente General del
Reino de Nabarra. Por consiguiente esto no supuso una ruptura con el Condestable
de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde consorte de Lerin Luis de Beaumont y
Curton, bien beneficiado durante esos años por el usurpador rey Juan II de Nabarra.
El día 18 de octubre
del año 1443, el Regente y Lugarteniente General del Reino de Nabarra y príncipe
de Biana Carlos de Trastámara y Evreux, donó un palacio sito en Gares-Puente la
Reina, a su muy amado tío el Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra, conde
consorte de Lerin, señor de Asiain, San Martin de Unx, Beire, Casteillon, Mauleon,
Arroniz, Mistala, Benilloba, Noailhan, Mendabia, Curton y Guiche Luis de
Beaumont y Curton.
El día 8 de agosto del
año 1444, el rey Henry VI de England, a modo de agradecimiento por los
servicios prestados por el Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y
conde consorte de Lerin Luis de Beaumont y Curton, erigió en baronía el señorío de Guiche.
El 1 de septiembre del
año 1446, el príncipe Carlos de Biana mandó el pago de 10.000 florines de oro,
que todavía se le adeudaban al Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde
consorte de Lerin, por la dote de su esposa la condesa de Lerin Juana de
Nabarra y Esparza.
El día 18 de noviembre
del mismo año, el rey Henry IV de England escribió un mandato a los habitantes
del vizconde de Xiberoa-Soule, para que rindieran vasallaje feudal y comenzaran
a pagar los impuestos al conde de Benauges y Kendal-Candal, vizconde de
Castillon y Meilles, de captan de Buch y caballero de la orden de la Jarretière-Jarretera Jean de Foix-Candale,
a quien donó la castellanía de Mauleon y el gobierno de Xiberoa-Sola.
Ese mismo día convocó
al Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde consorte de Lerin para
entregar el castillo de Mauleon. Pero Luis de Beaumont y Curton se negó a
obedecer el mandato del rey inglés, quien finalmente le permitió seguir en la
castellanía de Mauleon, hasta el pago de los costes de reparación del castillo,
valorados estos en 2.000 libras esterlinas. Esto se llevó a cabo, mediante
carta firmada y sellada por el propio rey inglés, el día 16 de mayo del año
1447.
En julio de ese mismo
año, el usurpador rey Juan II de
Nabarra se volvió a casar con una noble castellana perteneciente a una rama
bastarda de la Casa Real de Castilla y León. Era la señora de Casarrubios del
Monte Juana Enríquez y Fernández de Córdoba, a la cual nombró Regente del Reino
de Nabarra y su Lugarteniente General para el Reino de Nabarra, tras destituir
en dicho cargo al príncipe de Biana, el cual realmente era el legítimo heredero
de la Corona de Nabarra, Carlos de Trastámara y Evreux.
Inicialmente tampoco
esto supuso una ruptura del condestable de Nabarra y conde consorte de Lerin
Luis de Beaumont y Curton, con el rey usurpador.
Eso sí, el conde consorte de Lerin ordenó a sus dos hijos entrar al servicio
del príncipe Carlos de Biana. Sus nombres eran Luis y Carlos de Beaumont y
Nabarra-Esparza.
El príncipe de Biana
ya contaba a su favor con un hermano del Condestable de Nabarra, Ricohombre de
Nabarra y conde consorte de Lerin. Este fue el Canciller del Reino de Nabarra,
Camarlengo Mayor y Capitán General del Reino de Nabarra, Consejero personal del príncipe de Biana,
Prior, Caballero y Fraile de la Orden Religiosa y Militar de los Hospitalarios
de San Juan de Jerusalen, señor de Milagro, Santacara, Murillo el Fruto y
Corella, además de los castillos de Tiebas y Cascante, Juan de Beaumont y
Curton.
El príncipe de Biana
Carlos de Trastámara y Evreux, confirmó el día 18 de marzo del año 1448, la
erección del condado de Lerin hecha por su abuelo el rey difunto Carlos III de
Nabarra, a su caro y bien amado tío Luis de Beaumont y Curton, con la
jurisdicción criminal de las villas y lugares del condado, incluso también le
concedió el mismo tipo de jurisdicción en los términos de Mendabia, Allo,
Dicastillo y Arronitz.
En junio del año 1449,
el Teniente General francés de la Guyenne, copríncipe de Andorra, conde de Foix
y Bigorra, vizconde de Bearno, Marsan, Nebosan-Néobuzan, Villemer, Lautrec,
Narbona y Castelbòn-Castellbò Gaston de Foix-Grailly y Albret, casado don la
infanta de Nabarra Leonor de Trastámara y Evreux, sitió la ciudad de Mauleon
con 700 lanzas y 10.000 arqueros. Luis de Beaumont y Curton se encerró en el
castillo, resistiendo hasta mediados de septiembre.
Finalmente capituló la
plaza fuerte una vez pérdida toda esperanza de rescate por parte de tropas de
apoyo inglesas. A cambió logró salvar las vidas y disfrutarlas en libertad,
tanto para él como para sus hombres, siempre y cuando no tomaran las armas,
durante un período de un año, contra el rey Charles VII de France.
El rey Henry IV de
England entendió que la capitulación realizada por el conde consorte de Lerin fue
una traición. Por ello, mandó mediante carta del día 19 de noviembre de ese
mismo año 1449, la confiscación de las tierras de la baronía de Guiche, además
de los señoríos de Noailhan y Curton, este último con castillo incluido. Luis
de Beaumont y Curton había confiado la defensa del castillo de Curton a Juan
Pérez de Donamaria, el cual se rindió también ante el Teniente General francés
de la Guyenne Gaston de Foix-Grailly y Albret, el día 21 de noviembre, sin
conocer las órdenes enviadas por el rey inglés.
Es en el año 1450 cuando
el Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de Lerin Luis de Beaumont
y Curton, se posicionó abiertamente por el príncipe Carlos de Biana,
mostrándose totalmente a favor de su causa legitimista. En gran medida tomo esa
decisión porque se había ordenado por parte del usurpador rey Juan II de Nabarra, la confiscación del castillo y señorío
de Mendabia. Éste ordenó devolvérselos a Iñigo Ortiz de Eztunica, propietario
del mismo hasta que lo abandonó en el año 1429. Así pues, el conde consorte de
Lerin ocupó la fortaleza, impidiendo la toma de posesión de la misma al miembro
del linaje de los Eztunica, al habérsela donado a perpetuidad la reina Blanca I
de Nabarra a su padre Charlot de Beaumont-Nabarra y Lizarazu en el año 1430.
En marzo del año 1451,
tropas castellanoleonesas invadieron y ocuparon algunas tierras del Reino de
Nabarra. Así pues, el Ricohombre de Nabarra y conde consorte de Lerin, bajo el
cargo de Condestable de Nabarra, acudió junto al Capitán General de Nabarra, su
hermano el Prior Juan, a socorrer a la villa de Biana, defendida brillantemente
por Pierres de Peralta y Ezpeleta.
Los beumonteses logrando
poner fin al sitio que sufrían sus habitantes. Eso sí, de forma pactada. Dicho
cerco fue realizado por unas tropas invasoras castellanoleonesas muy superiores
en número a las tropas nabarras de agramonteses y beaumonteses.
El día 8 de septiembre
de ese año, el Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde consorte
de Lerin, estuvo junto al príncipe Carlos de Biana durante la firma de un tratado
con los castellanoleoneses en busca de una alianza militar, para así expulsar
del trono al usurpador rey Juan II de
Nabarra.
Esto supuso la gota definitiva
que hizo sobrar el vaso. Así se dio paso a una guerra abierta entre los
partidarios del legítimo heredero de la Corona de Nabarra y príncipe de Biana y
los partidarios del rey usurpador rey
de Nabarra.
Tras ello, el
Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde consorte de Lerin,
capitaneó junto al príncipe Carlos de Biana, un contingente de tropas
beaumontesas y luxetanas, que contaban con el apoyo la caballería
castellanoleonesa. A continuación sitiaron la ciudad de Lizarra-Estella, donde
se encontraba la mujer del usurpador, Regente del Reino de Nabarra,
Lugarteniente General del Reino de Nabarra y señora de Casarrubios del Monte Juana
Enríquez y Fernández de Córdoba, la cual estaba embarazada de su primer hijo.
El castillo y la plaza
fuerte estellica, fueron defendidos con éxito por el agramontés Juan Fernández
de Baquedano, junto a sus deudos y parientes. Además la preñada castellanoleonesa,
tras varias acciones militares fuera de la protección de las murallas de la
ciudad de Lizarra-Estella, realizadas por Juan Fernández de Baquedado y los
suyos contra los beaumonteses, consiguió escapar del cerco y poner rumbo a la
villa de Aibar.
El Condestable de
Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde consorte de Lerin, junto al príncipe
Carlos de Biana y sus tropas, levantaron el cerco y persiguieron a la gestante
castellanoleonesa.
Así pues, el día 23 de
octubre de ese mismo año, tuvo lugar la batalla de Aibar. Por un lado el
príncipe Carlos de Biana, sus partidarios luxetanos y/o beaumonteses con el
Condestable de Nabarra y conde consorte de Lerin a la cabeza, y con la
colaboración de la caballería castellanoleonesa; y el usurpador rey de
Nabarra, sus partidarios agramonteses, con los nabarras y con los peraltas, que
contaban también con el apoyo de milicias aragonesas.
Durante el combate,
los hombres del conde consorte de Lerin se aproximaron peligrosamente hasta la
posición que tenía en el campo de batalla el usurpador rey de Nabarra. Pero el hijo bastado o natural del
usurpador Alonso de Aragón-Trastámara y Escobar, dirigió a 30 lanceros
aragoneses hacia el flanco de los hombres del conde consorte de Lerin, a los
cuales les pilló por sorpresa y rompieron la formación., desequilibrando a
todas las tropas del príncipe Carlos de Biana, que fue apresado por el propio
bastardo de Aragón. Esto generó un caos absoluto entre los luxetanos y
beaumonteses leales al príncipe Carlos de Biana, acelerándose con ello el final
de la batalla.
La batalla duró poco,
y además hubo muy poco derramamiento de sangre, corriendo el conde consorte de
Lerin la misma suerte que su jefe el príncipe Carlos de Biana, es decir, fueron
capturados.
Tras ello y por orden
del rey usurpador Juan II de Nabarra,
sus bienes fueron confiscados y entregados al bastardo Alonso de Aragón-Trastámara
y Escobar. Además, el usurpador rey de Nabarra le despojó del rango de Ricohombre de
Nabarra. También le retiró el cargo de Condestable de Nabarra, el cual fue a
parar al Ricohombre de Nabarra, Maestre de Hostal, Mayordomo y Consejero Real,
Barón de Marcilla, señor de Peralta, Funes, Carcar, Andosilla, Falces, Undiano,
Azagra y Caparroso Pierres de Peralta y Ezpeleta.
Pese a ello, el
príncipe Carlos de Biana le siguió nombrando a su caro amado tío como Condestable
de Nabarra. Al ser conde consorte de Lerin, el condado se salvó de ser
confiscado, permaneciendo en él la condesa Juana de Nabarra y Esparza.
El día 23 de mayo del
año 1453, se acordó con las Cortes de Aragón la liberación del príncipe de
Biana Carlos de Trastámara y Evreux, tras pasar en calidad de preso por los
castillos de Tafalla, Tutera-Tudela, Mallen, Monterrey-Monroy y finalmente a
Zaragoza. A cambio, Luis de Beaumont y Curton permaneció en calidad de rehén y
esta vez junto a sus hijos Luis y Carlos, desde el día 22 de junio.
Estando encarcelado en
el Reino de Aragón y pese a tener los bienes confiscados, el conde consorte de
Lerin permutó con su hermano el Prior de los Hospitalarios, el señorío de
Casteillon por los lugares de Atondo, Murco y Orkoien, próximos al palacio de
Asiain.
A primeros de
septiembre el año 1456, murió Juana de Nabarra y Esparza, primera condesa
titular de condado de Lerin y señora de Eslaba y Sada. Su esposo Luis de
Beaumont y Curton, junto a sus hijos Luis y Carlos de Beaumont y
Nabarra-Esparza, se encontraban presos en condición de rehenes en el Reino de
Aragón. Fue enterrada en la catedral de Iruinea-Pamplona.
Con ello, las pechas y
sueldos del condado de Lerin pasaron, por confiscación, al bastardo Alonso de
Aragón-Trastámara y Escobar.
En el pacto que se
hizo en el salón de las Cortes del Principado de Cataluyna-Cataluña, el día 26
de enero del año 1460, en presencia del Canciller del principado de
Cataluyna-Cataluña Roger de Pallars, se decidió y obligó al rey Juan II de
Aragón, Sicilia, Sardinia-Cerdeña y usurpador
de Nabarra, a liberar al conde viudo de Lerin Luis de Beaumont y Curton, también
a sus hijos Luis y Carlos, junto a los demás caballeros legitimistas del
príncipe de Biana y Girona-Gerona, que permanecían en calidad de rehenes.
Incluso en dicho acuerdo, se tocó el tema de la restitución de todos sus
estados, palacios, casas, tierras, jardines, ganado, etc., menos la
condestablía de Nabarra, como así fue.
Tras su liberación, el
conde viudo de Lerin, junto a su hermano el Prior de los Hospitalarios de San
Juan de Jerusalen en el Estado de Nabarra, y el capitán Menaut de Beaumont y Erbiti, hijo del Prior de
los Hospitalarios, estuvieron en la ciudad condal de Barcelona junto al
príncipe de Biana y Girona-Gerona Carlos de Trastámara y Evreux.
En aquel momento, lo
más importante para los partidarios del príncipe nabarro parecía volver a
casarlo. Por ello, el Prior Juan de Beaumont envió un mensajero al Reino de
Portugal para pedir la mano de la princesa Catalina de Avis y Trastámara,
siendo escoltado hasta la frontera nabarro-castellana por el conde viudo de
Lerin Luis de Beaumont y Curton. Pero ya la misión había variado y la nueva
consistía en conseguir como prometida a la infanta de Castilla y León Isabel de
Trastámara y Avis-Portugal.
El conde viudo de
Lerin y sus hijos, tras retornar al Estado nabarro, siguieron atentos los
acontecimientos que se iban dando en el principado de Cataluyna-Cataluña. Así
pues, conocieron rápidamente la noticia de un nuevo encarcelamiento del
príncipe de Biana y Girona-Gerona Carlos de Trastámara y Evreux, ocurrido el
día 2 de diciembre.
El conde viudo de
Lerin marchó inmediatamente al Reino de Castilla y León en busca de ayuda con
la cual liberar al príncipe nabarro. Al frente de un ejército castellanoleonés,
el conde viudo de Lerin invadió el Reino de Aragón, por el sector de Borja.
Realizaron varias escaramuzas por esas tierras regresando pronto al Reino de
Castilla y León.
Ya en marzo del año
1461, el conde viudo de Lerin junto a un ejército castellanoleonés, invadió el
Reino de vascón por la Sonsierra de Nabarra, ocupando Laguardia, San Vicente de
la Sonsierra y Los Arcos. Poniendo a continuación cerco a la villa de Biana. El
Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra, Maestre de Hostal, Mayordomo y
Consejero Real, barón de Marcilla, señor de Peralta, Funes, Carcar, Andosilla,
Falces, Undiano, Azagra y Caparroso Pierres de Peralta y Ezpeleta, rindió finalmente
la plaza a los invasores castellanoleoneses en julio de ese año.
El 23 de septiembre de
ese año murió el príncipe Carlos de Biana y Girona-Gerona o Aragón,
convirtiéndose la infanta de Nabarra Blanca en la legítima heredera de la
Corona de Nabarra. Pero ésta se encontraba prisionera de su padre el usurpador en el castillo-palacio de
Erriberri-Olite. El conde viudo de Lerin Luis de Beaumont y Curton, de
inmediato se postuló a su favor, al igual que el resto de beaumonteses.
Así pues, como cabeza
del bando beaumontés, el conde consorte de Lerin, volvió a las tierras de Espayna-España,
buscando sellar una nueva alianza con el rey castellanoleonés Enrique IV. Nuevamente
dicho pacto era contra el rey Juan II de Aragón y usurpador Nabarra. El principal objetivo era el de coronar a la
infanta de Nabarra y princesa de Biana Blanca de Trastámara y Evreux.
Es precisamente en la
ciudad espaynola de Madrid, donde se encontraba negociando con los
castellanoleoneses, cuando murió el conde viudo de Lerin Luis de Beaumont y
Curton; concretamente el día 28 de mayo del año 1462, privado de su patrimonio
y bienes.
Unos jueces del Reino
de Aragón y del Reino de Castilla y León, ajenos y analfabetos a la realidad
jurídica del Estado de Nabarra, sentenciaron que dicho patrimonio, castillos y
bienes, fueran restituidos en la persona de su hermano el Prior de la Orden de
los Hospitalarios de Jerusalen Juan de Beaumont y Curton, junto a aquellos de
su parcialidad.
Además, desde su gran incultura
con respecto al Fuero, a las Leyes y Costumbres del Estado de Nabarra, pero
mostrando su siempre intrínseco carácter imperial y colonial, los mencionados
jueces espaynoles, a modo de injerencia en unos asuntos que nos les concernía
pues eran nabarros, exigieron la restitución del oficio de Condestable de
Nabarra y de la dignidad de Ricohombre de Nabarra, en la persona de su hijo
heredero-primogénito Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza. Además al heredero del
condado de Lerin, el rey usurpador de
Nabarra, debía restituirle todas sus posesiones y bienes, que le habían sido
confiscadas en el año 1450.
Dichos mandatos eran y
son ilegales en el Reino-Estado de Nabarra, careciendo de fundamento legal
nabarro alguno, al ser extranjeros, pese a ser Juan de Trastámara y Sánchez de
Castilla, el legítimo rey de Aragón, Sicilia y Sardinia-Cerdeña, procedente de
las tierras espaynolas y de un linaje castellanoleonés.
Dichos jueces
espaynoles (barcelonargoneses y castellanoleoneses) dictaron dicha sentencia el
día 23 de abril del año 1463.
Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza, 2º conde de Lerin
Heráldica de Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza, como
heredero del condado de Lerin: Escudo cuartelado en cruz 1ºy 4º de gules carbunclo de oro cerrado y
pomelado que es de Nabarra, 2º y 3º losangeado de oro y azur que es de
Beaumont. Sobre el todo que es del condado de Lerin y puesto en jefe lambel
recortado a tres pendientes de plata indicativo que su padre estaba con vida.
Nació en la villa de
Lerin en el año 1432. Fue educado junto a su hermano Carlos, en el arte de las
armas, acompañando a su padre Luis de Beaumont y Curton, cada vez que se
presentaba una ocasión propicia.
En el año 1447, a la
edad de 15 años, entró al servicio de legítimo heredero a la Corona de Nabarra
y príncipe de Biana Carlos de Trastámara y Evreux. Como era de esperar, le
acompañó su Carlos de Beaumont y Nabarra-Esparza, un año más joven que él.
En el año 1450, Luis
de Beaumont y Nabarra-Esparza, tomó por las armas la ciudad de Iruinea-Pamplona
en nombre del príncipe de Biana. La insurrección contra el rey usurpador Juan II de Nabarra se
planificó y ejecutó desde varias casas y palacios de la Nabarreria,
pertenecientes todos ellos a su padre el Condestable de Nabarra, Ricohombre de
Nabarra y conde consorte de Lerin.
El obispo de Iruinea-Pamplona
Mattin de Peralta, leal al usurpador
rey de Nabarra, excomulgó a Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza junto a los demás
cabecillas beaumonteses que participaron en el levantamiento de
Iruinea-Pamplona, en nombre del príncipe Carlos de Biana. El propio rey usurpador de Nabarra mandó la
confiscación de sus bienes y rentas.
Permaneció controlando
la ciudad cabeza del Reino de Nabarra en nombre del príncipe Carlos de Biana, bajo
los autoimpuestos cargos de Capitán General y Lugarteniente del príncipe de
Biana, hasta el año 1453.
Ese año, Luis de
Beaumont y Nabarra-Esparza se entregó a los agramonteses para facilitar la
liberación del príncipe Carlos de Biana. Fue llevado prisionero en condición de
rehén al castillo de Monterrey-Monroy, junto a su hermano Carlos. Allí se
unieron a su padre, el cual llevaba preso por orden del usurpador rey Juan II de Nabarra desde el año 1451. Permanecieron presos hasta el año 1460.
En el pacto que se
hizo en el salón de la Generalitat del Principado de Cataluyna-Cataluña, en
presencia del Canciller de dicho Principado Roger de Pallars, el día 26 de
enero del año 1460, se decidió y se obligó al rey Juan II de Aragón, Sicilia,
Sardinia-Cerdeña y usurpador de
Nabarra, para liberar a Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza, a su hermano Carlos
y a su padre el conde viudo de Lerin Luis de Beaumont y Curton, junto a los
demás caballeros legitimistas del príncipe de Biana y Girona-Gerona, que permanecían
prisioneros en calidad de rehenes.
Ya en tierras del
Estado de Nabarra, tan pronto como llegó la noticia de que el príncipe de Biana
y Girona-Gerona, además de Lugarteniente del Principado de Cataluyna-Cataluña
Carlos de Trastámara y Evreux, había entrado de forma triunfal en la ciudad
condal el día 12 de marzo del año 1461, los beamonteses con Luis de
Beaumont y Nabarra-Esparza al frente, se sublevaron otra vez contra el rey usurpador de Nabarra y pasaron a tomar
la villa de Irunberri-Lumbier.
Tras la muerte de su
padre el día 28 de mayo del año 1462, como heredero universal suyo que fue,
comenzó a titularse legítimamente como conde de Lerin. Por otro lado, los
bienes y pechas se hallaban en posesión del rey Juan II de Aragón, Sicilia,
Sardinia-Cerdeña y usurpador de
Nabarra.
Heráldica de Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza como II
conde de Lerin: Escudo
cuartelado en cruz 1ºy 4º de gules carbunclo de oro cerrado y pomelado que es
de Nabarra, 2º y 3º losangeado de oro y azur que es de Beaumont. Todo del
condado de Lerin.
Luis de Beaumont y
Nabarra-Esparza podía haber ostentado el título de conde de Lerin de forma
legal tras la muerte de su madre en el año 1456, a semejanza del título de rey
de Nabarra para el príncipe Carlos de Biana, pero no lo hizo por respeto a su
padre.
Hasta la muerte en
extrañas circunstancia de la princesa de Biana e infanta de Aragón Blanca de
Trastámara y Evreux, ocurrida el 2 de diciembre del año 1464, el conde de Lerin
Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza defendió más o menos, los derechos legítimos
de ésta a la Corona de Nabarra. Por ello continuó al mando del ejército
beaumontés. Eso sí, compartiendo el liderato del mismo con su tío el Prior de
la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalen Juan de Beaumont y
Curton.
Esta defensa, no tan
ciega y firme de los legítimos derechos de la la princesa Blanca de Biana,
comenzó a verse acompañada por diversas intrigas y cuando menos sospechosos
pactos, donde realmente el conde de Lerin buscó incesantemente su beneficio
personal.
Pero para esta vez,
los intentos bélicos se vieron frenados porque las tropas castellanas, ya no
eran ya un apoyo para sus pretensiones, pues el objetivo inmediato de la
soldadesca espaynola era mantener bajo estandarte del Reino de Castilla y León
la Sonsierra de Nabarra.
Además, debido a
diversos tratados y a un arbitraje del rey Louis XI de France del día 23 de
abril del año 1463, en el cual sentenciaba en la ciudad de Baiona-Bayonne que
tanto en el Reino de Nabarra como en el Principado de Cataluyna-Cataluña, los
beaumonteses por un lado y los catalanes por el otro, debían aceptar a Juan II
de Aragón, Sicilia, Sardinia-Cerdeña y usurpador de Nabarra, como su rey. Por
otro lado, la Merindad de Lizarra-Estella debía ser entregada al rey Enrique IV
de Castilla y León.
Pero también, en dicho
arbitraje se estipuló que todos los señoríos y bienes de los cabecillas
beaumonteses debían serles restituidos.
Ante tal caótico y
enmarañado jumelage de acuerdos, pactos y arbitrajes, el condado de Lerin
pasaba a ser castellanoleonés; pero finalmente la Merindad de Lizarra-Estella
no fue entregada al monarca espaynol, ya que tanto agramonteses como
beaumonteses se opusieron a ello.
Por esto, el rey Juan
II de Aragón, Sicilia, Sardinia-Cerdeña y usurpador
de Nabarra, intentó atraerse a su vera a los beaumonteses, prometiendo entre
otras cosas, más donaciones y nombramientos que lo estipulado en el arbitraje
de Baiona-Bayonne. Como por ejemplo, el cargo de Condestable de Nabarra y la dignidad
de Ricohombre de Nabarra al cabeza visible de estos en el Reino de Nabarra, el conde
de Lerin Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza.
La infanta de Nabarra
Leonor de Trastámara y Evreux, que se titulaba así misma como princesa primogénita, heredera de Nabarra,
infanta de Aragón y Sicilia, condesa de Foix y Bigorra, señora de Bearno,
Lugarteniente General del serenísimo y muy reputado señor y padre el rey Juan
II de Nabarra, también firmó por su cuenta una tregua con el conde de Lerin
en el año 1463, con la cual buscaba el apoyo del conde de Lerin para alcanzar
la Corona de Nabarra. Todo ello mientras mantenía en prisión, concretamente en
la torre de Moncada del castillo de Orthez propiedad de su esposo Gaston de
Foix-Grailly y Albret, a la legítima heredera de Nabarra, princesa de Biana e
infanta de Aragón, su hermana Blanca de Trastámara y Evreux.
El conde de Lerin Luis
de Beaumont y Nabarra-Esparza, acudió a Tarragona a primeros de noviembre del
año 1464. Supremamente en dicha ciudad catalanaragonesa, se firmó un pacto a
modo de concordia, por el cual el conde de Lerin recuperó sus señoríos,
palacios, casas y castillos, con sus rentas y pechas, además de la
jurisprudencia baja y media. También recibió el cargo de Condestable de Nabarra
y el rango de Ricohombre de Nabarra, como le había prometido el rey Juan II de
Aragón y usurpador de Nabarra, junto
a las tenencias de los castillos de Larraga, San Martin de Unx y Grañon. El de
Lerin, permutó el castillo de San Martin de Unx por una cesión de 10 años de
las pechas y sueldos de la villa de Artaxona. También recibió 20.000 escudos
para abastecer sus fortalezas. Además el rey usurpador de Nabarra dio una excepción general de los impuestos del
Reino de Nabarra, durante un periodo de 10 años, a todos los pueblos y villas
que pertenecían a la persona del conde de Lerin, el cual comenzó a verse como
un verdadero “príncipe soberano”.
También se le
restituyeron los bienes y señoríos al Prior de la Orden de los Hospitalarios de
San Juan de Jerusalen Juan de Beaumont y Curton; incluso el compromiso por
parte del rey Juan II de Aragón, Sicilia, Sardinia-Cerdeña y usurpador de Nabarra llegó más allá, al
acordarse la realización de unas Cortes de Nabarra unitarias, donde se
debatiría el derecho a la Corona de Nabarra, de la princesa de Biana e infanta
de Aragón Blanca de Trastámara y Evreux, a realizarse tras una obligada liberación.
Todo esto se firmó en
Tarragona el día 22 de noviembre del año 1464 con la mediación del obispo de
Iruinea-Pamplona Nicolás de (Eguia y) Echabarri, pero antes de la convocatoria
de las Cortes de los tres estados Generales del Reino de Nabarra, se comunicó la
muerte de la legítima heredera a la Corona de Nabarra, la princesa Blanca de
Biana. Una muerte en extrañas circunstancias y además, ocurrida más que posiblemente tras ser
envenenada por una dama de compañía de su hermana, la infanta de Nabarra, Aragón y Sicilia, condesa de Foix y Bigorra,
además de señora del Bearno Leonor de Trastámara y Evreux.
El Condestable de
Nabarra, Ricohombre de Nabarra, conde de Lerin, señor de Asiain, San Martin de
Unx, Beire, Arroniz, Mistala, Benilloba y Mendabia Luis de Beaumont y
Nabarra-Esparza, se dedicó a poner al día sus haciendas, pero sin dejar de
batallar a los agramonteses, a los
cuales odiaba con toda su alma tras años de lucha y padecimiento de cárcel,
pues según él, ellos eran los máximos responsables de los males que desangraban
al Reino de Nabarra, por encima incluso del rey Juan II de Aragón, Sicilia,
Sardinia-Cerdeña y usurpador de
Nabarra.
Aun así y todo, con el
retiro de su tío el Prior de los Hospitalarios del mando del partido
beaumontés, y al no contar con el apoyo de los castellanoleoneses, el
Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de Lerin, entre el día 10
de abril y el día 14 de agosto del año 1465, negoció varias treguas con los
agramonteses por un lado y un acuerdo con la princesa Leonor de Biana, que pese
a otorgándose mutuas compensaciones, significó que prácticamente quedaba dividido
el Reino de Nabarra en dos facciones irreconciliables.
En dichas
negociaciones, el Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de
Lerin Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza, estuvo acompañado por sus
lugartenientes el Justiciado de la ciudad de Iruinea-Pamplona Charles de
Atienza y el señor de Olcoz Arnaldo de Onza.
Ante tal situación y
debido a su total desconfianza hacia el rey Louis XI de France, e incluso hacia
sus aliados agramonteses, el rey Juan II de Aragón, Sicilia, Sardinia-Cerdeña y
usurpador de Nabarra, entabló
negociaciones unilaterales con el Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra
y conde de Lerin Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza.
El Condestable de
Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de Lerin, inicialmente se mostró reacio
a un posible matrimonio con una de las hijas bastardas o naturales de rey Juan
II de Aragón, Sicilia, Sardinia-Cerdeña y usurpador
de Nabarra. Pero ante las diversas acciones política llevadas a cabo por la
princesa de Biana e infanta de Aragón Leonor de Trastámara y Evreux, que llevó
a cabo ésta con la reina consorte de Aragón, Sicilia, Sardinia-Cerdeña y
consorte-usurpadora de Nabarra Juan
Enríquez y Fernández de Córdoba, junto con otras diferentes con uno de los
cabecillas del partido agramontés, concretamente el Ricohombre de Nabarra,
Maestre de Hostal, Mayordomo y Consejero Real, barón de Marcilla, señor de
Peralta, Funes, Carcar, Andosilla, Falces, Undiano, Azagra y Caparroso Pierres
de Peralta y Ezpeleta muy, pero muy odiado por el de Lerin, éste comenzó a ver
las cosas de otra manera.
Por todo esto
principalmente, las nombradas negociaciones con rey el usurpador de Nabarra, fueron
largas y se saldaron finalmente con el matrimonio de la hija bastarda o natural
de éste, llamada Leonor de Aragón-Trastámara y Álvarez, con el amenazado por
casi todos los lados y jefe la facción beaumontesa, Condestable de Nabarra,
Ricohombre de Nabarra y conde de Lerin, el día 22 de enero del año 1468.
La dote de Leonor de
Aragón-Trastámara y Álvarez constó de 15.000 florines y también de la
importante legitimación de la prometida como hija de pleno derecho, por parte
del rey de Aragón, Sicilia, Sardinia-Cerdeña y usurpador de Nabarra.
La boda fue oficiada
por el arzobispo de Tarragona y Patriarca de Alejandría Pedro de Urrea, y tras
ella los condes de Lerin fueron a vivir al palacio de la Alxaferia de Zaragoza.
Además el rey usurpador de Nabarra
hizo entrega al de Lerin, el día 3 de febrero, de los cuarteles e impuestos de
sus posesiones por un plazo de 20 años. También de la villa y castillos de
Larraga, con su jurisdicción civil y criminal, junto a la confirmación de unas
pechas que había recibido de la princesa Leonor de Biana.
Por poco tiempo
estuvieron los condes de Lerin en Zaragoza, ya que el 21 de junio del año 1469,
sin permiso del rey de Aragón, Sardinia-Cerdeña y usurpador de Nabarra, tomaron rumbo a la villa de Lerin.
El 16 de agosto del año
1470, el rey Juan II de Aragón, Sardinia-Cerdeña y usurpador de Nabarra, pidió por carta a su hijo el rey de Sicilia, príncipe
de Girona-Gerona y Gobernador de Cataluyna-Cataluña Fernando de Trastámara y
Enríquez, esposado con su prima segunda la princesa de Asturias Isabel de
Tratámara y Avis-Portugal, la cantidad de 1.400 florines para el Condestable de
Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de Lerin Luis de Beaumont y
Nabarra-Esparza.
El Condestable de
Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de Lerin, recibió el día 10 de enero del
año 1471, la villa de Andosilla, donada esta vez por la princesa Leonor de
Biana y por su marido Gaston de Foix-Grailly y Albret.
Luis de Beaumont y
Nabarra-Esparza, mientras continuaba con sus enfrentamientos bélicos,
sangrientos, contra los agramonteses, especialmente contra su alter ego en las
filas del partido contrario Pierres de Peralta y Ezpeleta, paso a integrar
dentro del condado de Lerin, de forma más que irregular por no decir directamente
ilegal, las villas de Carcar, Andosilla, Mendabia, Allo y Dicastillo. Para
dicho acto unilateral, contó con la permisibilidad del rey usurpador de Nabarra y cierta mirada de recelo en la princesa
Leonor de Biana.
Además, entre tanto, la
relación de los condes de Lerin con el rey de Sicilia, príncipe de
Girona-Gerona y Gobernador de Cataluyna-Cataluña Fernando de Trastámara y
Enríquez, fue cada vez más fluida desde el mismo día en el que se casó Luis de
Beaumont y Nabarra-Esparza con la hermana de sangre, por parte de padre, del príncipe
aragonés nacido en Sos.
El día 11 de agosto
tuvieron lugar unas Cortes beaumontesas en la ciudad de Iruinea-Pamplona, a las
que asistió el Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de Lerin.
En ellas protestaron con dureza el tratado de Erriberri-Olite llevado a cabo el
30 de mayo, donde se les perdonó de todo a los agramonteses mediante una
clausura universal.
“(…) qualesquiera crimenes, excesos, robos, muertes,
resistencias, desobediencias, maleficios, delitos, quando quiera graves y enormes,
del menor hasta el mayor, y aunque fuere de lesa majestad en el primer cabo
hechos, cometidos y perpetrados hasta la presente jornada.”
Dicha censura fue en
nombre de la ciudad de Iruinea-Pamplona y esas Cortes reunidas en ella. Tras
ello, el Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de Lerin,
abandonó la ciudad cabeza del Reino de Nabarra, dejando el mandato expreso a su
hermano el señor de Echalecu y Saint Pée Felipe de Beaumont y Nabarra-Esparza,
de impedir la toma de la ciudad por los agramonteses y por la princesa Leonor
de Biana.
El Oidor de la Cámara
de Comptos Juan de Atondo, el señor palaciano de Artaxona y Olleta Miguel de
Ollacarizceta y otros agramonteses residentes en la ciudad, tramaron el abrir
de noche la puerta de la Zapatería la princesa Leonor de Biana y sus
partidarios. El Regidor cabo de la población Miguel de Ugarra, que tenía la
llave, prometió abrirla. El Marischal de Nabarra, vizconde de Muruzabal, señor
de Val-de-Izarbe y palaciano de Eusa Pedro de Nabarra y Peralta, capitaneó la
arriesgada empresa y en la noche convenida se presentó delante de la puerta.
El Regidor Miguel de Ugarra
se retrasó en la hora acordada, y el Marischal de Nabarra impaciente, ordenó a
los caballeros que le acompañaban que comenzaran a descerrajar y romper la
puerta. Casualmente pasaba un muchacho hornero, quien tras oír el estruendo, dio
la voz de alarma. Los vigías beaumonteses hacen
sonar las campanas de San Cernin.
Abierta ya la puerta
por el Regidor Miguel de Ugarra, entraron los agramonteses, pero antes de que
tomasen los lugares estipulados con las prevenciones convenientes, se
refugiaron en la Cámara de Comptos, el Marischal de Nabarra concretamente se
refugió en la Torre del rey. Cayeron sobre ellos gran multitud de contrarios, a
quienes capitaneaba el señor de Echalecu y Saint Pée Felipe de Beaumont y
Nabarra-Esparza. Los mataron a casi todos, y concretamente al Marischal de
Nabarra lo cosieron a puñaladas.
Por otro lado hicieron
prisionero al hijo de Marischal de
Nabarra Felipe de Nabarra y Lacarra. El Oidor de la Cámara de Comptos Juan de
Atondo y el señor palaciano de Artaxona y Olleta Miguel de Ollacallizceta,
lograron escapar, mientras que el Regidor Miguel de Ugarra fue ajusticiado,
junto con otros agramonteses, por los coléricos beaumonteses.
La puerta de la
Zapatería comenzó a llamarse desde ese día como la puerta de la Traición por
parte agramontesa, mientras que por parte de los beaumonteses la denominaron puerta de la Lealtad.
Todo esto, sumado a la
no devolución de la villa de Artaxona a la Corona de Nabarra y el
recrudecimiento nuevamente de las acciones militares llevadas a cabo por el
conde de Lerin y los suyos, fueron motivo más que suficiente para que se le
destituyera otra vez del cargo de Condestable de Nabarra, y se le desposeyera
de la distinción de Ricahombría de Nabarra, y se confiscaran sus haciendas y
bienes. Ordenadas dichas acciones por parte de la princesa Leonor de Biana,
viuda de Gaston de Foix-Grailly y Albret.
Incluso, la princesa
Leonor hizo formar una causa contra el conde de Lerín y contra su hermano
Felipe de Beaumont y Nabarra-Esparza por el asesinato del Marischal de Nabarra.
También a todos los demás de su bandería beaumontesa, declarándolos culpables
de lesa majestad y por ello fueron condenados a muerte.
Nuevamente las
haciendas y rentas del conde de Lerin, junto al cargo de Condestable de
Nabarra, fueron a parar al Ricohombre de Nabarra, Maestre de Hostal, Mayordomo
y Consejero Real, barón de Marcilla, señor de Peralta, Funes, Carcar,
Andosilla, Falces, Undiano, Azagra y Caparroso Pierres de Peralta y Ezpeleta.
También se le retiró
la dignidad de Ricohombre de Nabarra al conde de Lerin.
En enero del año 1473,
tras comprobar que el conde de Lerin y sus partidarios seguían combatiendo contra
todos aquellos que no fueran ellos, la princesa Leonor de Nabarra buscó
congraciarse con él.
A finales de ese mes,
el conde de Lerin y Charles de Atienza se instalaron en el castillo de Aibar,
que estaba bajo custodia del también beaumontés Charles de Aoiz. A su vez, la
princesa de Biana permaneció en el castillo-palacio de Erriberri-Olite.
Las negociaciones
fueron lentas y confusas, enmarañándose sobre todo en las compensaciones que
debían darse al conde de Lerin y los suyos. Dichas conversaciones, llevadas a
cabo de manera intermitente, se alargaron hasta el año 1474.
En eso que entró en
acción, a modo de injerencia, el rey de Sicilia, príncipe de Girona-Gerona y
Gobernador de Cataluyna-Cataluña Fernando de Trastámara y Enríquez. Este acto
intrusivo para el Reino de Nabarra fue realizado en verano de ese año, tras
recibir un informe preparado por su súbdito el conde de Medinacelli Luis de la
Cerda y de la Vega, casado en el año 1471 con la hija natural y en viudedad de
ya difunto Carlos de Trástamara y Evreux, la señora de Bebinzana Ana de
Nabarra-Trastámara y Armendariz, la cual quería hacer valer sus supuestos
Derechos a la Corona de Nabarra desde el año 1473. Además, se encontraba en
negociaciones con el conde de Lerin.
Así pues, el conde de
Medinacelli pretendía que el rey consorte de Castilla y León le apoyase en sus
pretensiones, pero el rey consorte espaynol se negó a prestar ninguna ayuda a
los condes, aunque mantuvo con el conde de Lerin su amistad y concordia, pues a
su juicio, la paz del Reino de Nabarra exigía la intervención de la casa de
Beaumont. Así pues, el conde consorte de Castilla y León, obligó al conde de
Medinacelli a conformarse con una compensación.
Por otro lado, las negociaciones
que mantenía la princesa de Biana y el conde de Lerin, finalizaron el 4 de
agosto con la firma del tratado de Eraso, aunque a los pocos días se quedó en
papel mojado.
El 15 de enero del año
1475, el rey de Sicilia, príncipe de Girona-Gerona y Gobernador de
Catalyuna-Cataluña Fernando de Trastámara y Enríquez, tras la coronación como
reina de Castilla y León de su esposa Isabel de Trastámara y Avis-Portugal,
recibió una carta de su padre el rey Juan II de Aragón, Sardinia-Cerdeña y usurpador de Nabarra, instándole, entre
otros asuntos, que devolviese al Reino de Nabarra las plazas ocupadas por los
castellanoleoneses, algo que no hizo el rey consorte de Castilla y León.
Por otro lado, busco
la cooperación del rey usurpador de
Nabarra, para que se postulase a favor de él, en el asunto de la sucesión a la
Corona de Nabarra. También recibió a los procuradores del conde de Lerin en
Medina del Campo, donde les aseguró que iba a mantener todos los compromisos
contraídos con el conde de Lerin. Es más, en caso de una invasión militar
proveniente del Reino de France, el rey consorte de Castilla y León le daría
como refuerzo al conde de Lerin, que no al Reino de Nabarra, 1.200 caballos y
1.ooo peones castellanoleoneses.
Por otro lado, ante la
guerra de sucesión en el Reino de Castilla y León y un ataque de tropas
francesas de Alano de Albret y Rohan a la plaza fuerte castellanoleonesa de
Hondarribia-Fuenterrabía, la princesa Leonor de Biana acusó de pactar con los
franceses ante el rey usurpador de
Nabarra, al conde de Lerin Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza.
“(…) la entrada plena para Estella y Nabarra. (…) trabajan
para se juntar con los dichos franceses para dañar a los dichos señores rye
(Juan II el usurpador) y princesa (Leonor) (…).”
En junio del año 1476,
el rey de Sicilia, rey consorte de Castilla y León, príncipe de Girona-Gerona y
Gobernador de Cataluyna-Cataluña Fernando de Trastámara y Enríquez, llamó a la
ciudad de Vitoria-Gasteiz al conde de Lerin Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza
y al barón de Marcilla Pierres de Peralta y Ezpeleta. El llamamiento tuvo como
pretexto intentar algún tipo de arreglo entre ambos, pero en realidad era para
avanzar en su plan, ya concebido de apoderarse del Reino de Nabarra.
El conde de Lerin puso
la suerte del partido beaumontés al servicio del rey consorte de Castilla y
León. Algo que ratificó de nuevo el
conde de Lerin, en el mes de septiembre. El lugar también fue la ciudad de
Vitoria-Gasteiz.
El día 2 de octubre en
Santa María de Mimanos, a las afueras de Tutera-Tudela, el conde de Lerin y el
barón de Marcilla, se prometieron recíprocamente la paz en las condiciones que
habrían de dictar conjuntamente los reyes de Castilla y León con el rey de
Aragón.
El día 3 de octubre,
en la ciudad de Tutera-Tudela, durante un acuerdo que buscaba un frente contra
el Reino de France, concertado con su padre el rey Juan II de Aragón,
Sardinia-Cerdeña y usurpador de
Nabarra, el rey de Sicilia, rey consorte de Castilla y León, príncipe de Girona-Gerona
y Gobernador de Cataluyna-Cataluña, comenzó a mostrar abiertamente sus más
firmes deseos de hacerse con el Reino de Nabarra tras la muerte de su padre,
sin importar la forma para ello.
También mostró
públicamente su apoyo a su fiel aliado y cuñado, el conde de Lerin Luis de
Beaumont y Nabarra-Esparza, que acudió a la ciudad junto a su eterno enemigo el
barón de Marcilla Pierres de Peralta y Ezpeleta, tras su pacto del día anterior.
La princesa Leonor de
Biana, en cambio no fue invitada pero fue representada por el barón de
Marcilla. Al final se le confirmó como heredera a la Corona de Nabarra y a
continuación en la línea de sucesión, a su nieto Francisco Febus de Foix y
Valois, representado desde la ciudad de Pau, por su madre la infanta de France Madeleine
de France-Valois y Anjou.
“(…) empeño mi palabra de rey [de Sicilia, consorte de
Castilla y León] con juramento de amparar al conde [de Lerin] y su parentela y
no consentir cos que le sea perjudicial (…).”
Con este apoyo rey
consorte de Castilla y León consiguió que los beumonteses le entregaran las
plazas fuertes de Biana, Gares-Puente la Reina, Araquil, Irunberri-Lumbier,
Torralba, Eztuniga, Artaxona, Larraga, Lerin, Mendabia, Adosilla y otras de
menor importancia, a sus tropas espaynolas del Reino de Castilla y León.
Y para colmo, por si
no fuera poco, los gastos de esas fortalezas ocupadas por la soldadesca
espaynola, debían correr de la arcas de la Tesorería del Reino de Nabarra, algo
que sancionó la princesa Leonor de Biana a continuación, prometiendo
satisfacerlos sin opción a reclamación alguna.
El rey consorte de
Castilla y León, expresó ese apoyo hacia el conde de Lerin, no para apaciguar
la lucha fratricida existente en el Estado de Nabarra, sino para posicionarse
dentro del Reino de Nabarra y también dar mayor continuidad a la guerra entre
agramonteses y beaumontes. Ahora de una manera más brutal, sanguinaria y con
mayor crudeza si cabe, siendo los principales sufridores de la misa el Pueblo
llano de Nación de Nabarra.
Por ello, el rey
consorte de Castilla y León solo colocó una guarnición de tropas espaynolas en
la ciudad de Iruinea-Pamplona, formada por 150 lanzas a las órdenes de un noble
castellanoleonés; el conde de Monteagudo y señor de Almazán Pedro González de
Mendoza y Luna.
Durante el año 1477,
el conde de Lerin y los suyos ejercieron en libertad y a su antojo en el
gobierno de sus respectivas parcelas, contando con la protección del rey
consorte de Castilla y León. Así pues, el partido beaumontés continuó la guerra
contra el partido agramontés y se apoderaron de la villa de Eztuniga, mientras
el rey consorte de Castilla y León tomaba disposiciones en el Reino de Nabarra
que no le correspondían, como pronunciamiento de Alcalde y Juez de la Corte de Nabarra
para el bachiller Larrutia, tras la muerte de su anterior poseedor el doctor
Sada.
También e igualmente
sin Derecho y en Contrafuero, el rey consorte de Castilla y León encomendó al
conde de Lerin y a Miguel de Ansa, que procediesen a examinar y reparar las
fortificaciones de la ciudad de Iruinea-Pamplona. Por ello prometió a Juan de
Ribera, uno de sus principales oficiales militares beaumonteses de la ciudad,
un cargo de oidor en la Cámara de Comptos, cuando éste quedase vacase. Incluso
se atrevió a cobrar en la ciudad de Iruinea-Pamplona los cuarteles y demás
rentas reales. También entregó a señor de Echalecu y Saint Pée Felipe de
Beaumont y Nabarra-Esparza, por supuesto de forma tan fraudulenta y violenta como
lo hecho anteriormente, el gobierno de Huarte Araquil.
A mediados del año
1478, el conde de Lerin, junto al Merino de Lizarra-Estella Pero Lope de
Baquedano, quien se había pasado al partido beaumontés tras el asesinato, llevada
a cabo por parte del barón de Marcilla, del obispo de Iruinea-Pamplona Nicolás
de (Eguia y) Echabarri, ocurrido el día 23 de noviembre del año 1469, y que
como a otros muchos nuevos partidarios de los Beaumont, habían sido despojados
de sus propiedades por mandato de la princesa Leonor de Biana, llegaron a
ofrecer la ciudad y la fortaleza de Lizarra-Estella al rey consorte de Castilla
y León.
El día 19 de enero del
año 1479 murió el rey Juan II de Aragón, Sardinia-Cerdeña y usurpador de Nabarra. Inmediatamente,
Leonor se hizo proclamar reina de Nabarra, infanta de Aragón y de Sicilia,
duquesa de Nemours, Gandía, Montblanc y Peñafiel, condesa de Foix, Bigorra y
Ribagorza, además de señora de Bearno y Balaguer.
El día 28 de enero fue
coronada como reina Leonor I de Nabarra, pero el 12 de febrero murió. Por tanto
los derechos de Corona de Nabarra recayeron en su nieto de 11 años, el príncipe
de Biana, copríncipe de Andorra, conde de Foix y Bigorra, vizconde del Bearno,
Marsan y Castelbón-Castellbó Francisco Febus de Foix y Valois.
El conde de Lerin y
demás beaumonteses, no manifestaron inicialmente ninguna duda del Orden Jurídico
sobre el Derecho a la Corona de Nabarra del príncipe Francisco Febus de Biana,
aunque siguieron recalcitrantes y testarudos en su obediencia a los acuerdos que
tenían con el rey de Aragón y Sicilia, rey consorte de Castilla y León, conde
de Barcelona y señor consorte de Vizcaya Fernando de Trastámara y Enríquez.
Por la minoría de edad
del príncipe Francisco Febus de Biana, la infanta de France Madeleine de
France-Valois y Anjou, se convirtió en la Reina Regente del Estado de Nabarra,
de los condados de Foix y Bigorre, junto al vizcondado del Bearno. Ésta se
encontró el Reino de Nabarra totalmente dividido.
Por un lado, los beaumonteses
capitaneados por el conde de Lerin estaban en posesión de la ciudad de
Iruinea-Pamplona, de la Merindad de las Montañas y de varias plazas de
importancia en la Tierra llana del Reino, además de estar totalmente entregados
a la causa de un extranjero, el rey de Aragón y Sicilia, rey consorte de
Castilla y León, conde de Barcelona y señor consorte de Vizcaya Fernando de
Trastámara y Enríquez.
Mientras que las
Merindades de Erriberri-Olite, Zangotza-Sangüesa y Tutera-Tudela, estaban
dominadas por los agramonteses, cuyos jefes eran el Marsichal de Nabarra Felipe
de Nabarra y Lacarra, junto al barón de Marcilla Pierres de Peralta y Ezpeleta.
Este partido era seguidor del príncipe Francisco Febus de Biana y legítimo
heredero a la Corona de Nabarra.
La reina Regente del
Estado de Nabarra nombró al infante de Nabarra, Cardenal y Obispo de Arlés
Pierres de Foix y Trastámara, consejero para la Regencia. Así pues, los
Gobernadores de Nabarra para el Reino vascón eligieron unos Lugartenientes en
marzo. Estos fueron el obispo de Coserans-Causerans Jean de Lasalle, el
Senescal y Lugarteniente de Carcasone,
señor de Gléon, Trelles, Durban y Jonquières Guillaume de Gléon y el Doctor en
Teología Pees Michel, aceptados por los agramonteses y rechazados por los
beaumonteses que ni siquiera acudieron a las Cortes sitas en la villa de
Tafalla.
En sucesivas y rápidas
acciones bélicas, el conde de Lerin y los suyos se apoderaron de la villa de
Gares-Puente la Reina primero. A continuación también tomaron las villas de
Larraga y Miranda de Arga.
Los Gobernadores de
Nabarra ante tan caótica situación, por la cual peligraba el acceso a la Corona
del Reino de Nabarra del príncipe Francisco Febus de Biana por culpa de los
beaumonteses, firmaron con el conde de Lerin la concordia de Aoiz el día 17 de
septiembre, la cual se compuso de 52 capítulos, de los cuales eran directamente
relativos al conde de Lerin:
“(…) Lo primero que se le restituyessen todos los honores,
Ricombrias, Officios, prerrogativas y pensiones, que su Padre solia gozar, y
poseer en Nabarra, y en cuanto al
Officio de Condestablia, y diferencia que el tenia con Mossen Pierres de
Peralta se decidiesse por árbitros, y en cuanto á las Baronias de Curton y
Guizen harian los mayores esfuerzos con el Rey de Francia, para que se
restituyesse; á cuyo fin despacharían embaxador:
Lo segundo que las tenencias de Viana, Castillos de Garoino, Irulegi, Peña de
Bullona le quedasen al Conde: Lo tercero, que en todas sus Villas, lugares y
fortalezas no fuesse obligado á recibir
guarniciones como de antes estaba concertado con el Señor Principe D.
Gaston: Lo quarto le hicieron gracia, y merced de la propiedad del Castillo de
Monjardin con la Valle de Santestevan, de que se espediera privilegio: Lo
quinto, que se le confirmasse la merced de la Villa, y fortaleza de Larraga: Lo
sexto, que se le restituyesse la Villa, y Castillo de San Martin como lo tuvo
su Padre y abuelo, bolviendo el dicho Conde la Villa de Artaxona, que tenia en
prendas de S. Martin, y no cumpliendosse
esto le quedase en propiedad la Villa de Artaxona: Lo septimo que se le
restituyesen la fortaleza de Eslava con sus pertenencias, y los lugares de Uxue
y Sada, como su Padre, y abuelo lo poseyan: Lo octavo, que gozasse los
quarteles, y alcabalas de todos sus Estados durante el tiempo de su vida, y la
de su hixo, y heredero, según el apuntamiento tomado con el Señor Rey de
Castilla: lo nono, que, si se hiziesse ordenanza de lanzas, se le sentasse, y
pagasse al Conde como á otro del Reino: Lo decimo, que no fuesse tenido de ir
en persona á llamamiento ninguno del Señor Rey, ó de su Lugar Teniente, ó de su
Consejo, y fuesse tenido como Procurador: Lo undecimo, que el Palacio, que
tenia el Conde en la Villa de Huart de Valdaraquil pudiera poner casero á su
libre voluntad, á quien mas gustasse: Lo duodecimo, que se le confirmassen
todas las mercedes, que tenia: Lo tercerdecimo, que aviendose poner Gobernador,
y Lugar Teniente por el Señor Rey, fuesse persona natural, y acepte al Conde:
Lo quartodecimo, que todas la confiscaciones hechas por el Señor Rey D. Juan,
su hija Doña Leonor, y por ellos de bienes, muebles, ó rayces del Conde fuessen
todas por nullas, como si no fuesen escritas. (…)”
La concordia, pacto o
tregua general entre beaumonteses y agramonteses, debía sellarse o ratificarse
mediante el matrimonio del Marischal de Nabarra Felipe de Nabarra y Lacarra,
con una hija del conde de Lerin llamada Catalina de Beaumont y Aragón-Álvarez.
A los seis meses y aun
si llevarse a cabo formal y legalmente el contrato matrimonial, con el cual se ratificaba
y legitimaba la concordia de Aoiz, Felipe de Nabarra y Lacarra se dirigía un
día desde la villa de Zangotza-Sangüesa a la de Villafranca. Estando
concretamente cerca del Monasterio de la Oliva, cayó en una emboscada comandada
por el propio padre de su prometida, el conde de Lerin. Al intentar huir, el Marischal
de Nabarra cayó de su caballo, con tan mala fortuna que quedarse justo a los
pies del conde de Lerin, al cual saludo cortésmente:
“¡Ah Señor primo! Dios esté con usted”.
A lo que le respondió el conde de Lerin:
“Y con usted y con Viana, Innoble caballero”.
Al mismo tiempo el
conde de Lerin comenzó a clavarle una y otra vez la lanza que portaba, hasta conseguir
con su colérica, brutal, sangrienta y violenta acción, matar al prometido de su
hija el Marischal de Nabarra; un acto de venganza contra aquel que en su día,
en cumplimiento de los mandatos de la ya difunta princesa Leonor de Biana,
había tomado la villa de Biana que el conde de Lerin usurpaba con el
consentimiento militar castellanoleonés.
La cerrazón de ese atroz
y realmente sin sentido asesinato, perpetrado por un vengativo y cabezón conde
de Lerin, la concordia por la cual él era el principal y mayor beneficiado,
quedó rota de ipso facto y con ello, la
frágil tregua alcanzada llegó a su fin en marzo del año 1480.
El Reino de Nabarra volvía
a vivir y sufrir una situación de continua revuelta, donde las escaramuzas y los
enfrentamientos bélicos, entre beaumonteses y agramonteses, estaban a la orden
del día, causados por el debilitamiento del poder Real. Ardiles, masacres y
engaños de todo tipo se sucedieron, favorecidos por la laguna de poder que
primaba la astucia, las picardías y la facultad de maniobrar del conde de Lerin,
sin mirar la legitimidad de los medios.
En ese mal ambiente
reinante, el Gobernador de Nabarra, infante de Nabarra, Cardenal y Obispo de
Arlés Pierres de Foix y Tratámara, pese a la edad del príncipe Francisco Febus
de Biana, propuso su coronación y para que pudiera llevarse a cabo convocó a
las Cortes de Nabarra en la ciudad de Iruinea-Pamplona, feudo beaumontés, para el
día 20 de octubre del año 1480, con el objetivo exclusivo de preparar la llegada
del príncipe Francisco Febus de Biana.
El conde de Lerin aparentemente
no se opuso, pero pese a ello, los Gobernadores de Nabarra tomaron debidas
precauciones. También se votaron de inmediato impuestos para
cubrir los gastos y para acuñar moneda.
Así pues, el día 3 de
noviembre del año 1481, el heredero a la Corona de Nabarra entró en la ciudad
de Iruinea-Pamplona para ser titulado de forma legal rey de Nabarra. Con él
entraron 1500 caballeros y una multitud de infantes, casi todos del vizcondado
de Bearno. El perverso conde de Lerin, en un acto más simbólico que real,
entregó las llaves dela ciudad al joven
monarca.
El día 8 de diciembre
de ese año, concretamente en la catedral de Iruinea-Pamplona, fue donde se
realizó la ceremonia solemne de la coronación, encontrándose presentes todas
las personalidades del Reino vascón, Agramont, Luxa, Peralta, Lerin, Beaumont,
Ezpeleta, Domezain, Lacarra, Artieda, Nabarra,…
Esto no supuso la paz
y el sosiego deseado por el Pueblo de Nación de Nabarra y por sus Gobernantes,
ya que en el interior del Reino vascón crecieron con mayor intensidad los
enfrentamientos. Ante la inestabilidad interior en el Estado de Nabarra, el rey
de Nabarra, copríncipe de Andorra, duque de Nemours, Gandia, Montblanc y
Peñafiel, conde de Foix y Bigorra, vizconde del Bearno, Marsan y
Castelbón-Castellbó y señor de la ciudad de Balaguer Francisco Febus de Foix y
Valois, regreso a Pau en febrero del año 1482.
El Gobernador de
Nabarra, infante de Nabarra, Cardenal y Obispo de Arlés Pierres de Foix y
Tratámara, junto a su hermano el infante de Nabarra, conde de Cortes y Montfort
Jaime de Foix y Trastámara, intentaron apaciguar los ánimos del conde de Lerín
y del Marischal de Nabarra, vizconde de Muruzabal y señor de Val-de-Izarbe y
Eusa Pedro de Nabarra y Lacarra. Tanto agramonteses como beamonteses habían tomado
castillos y fortalezas del Reino vascón, intentando con ello afianzar sus
posiciones estratégicas y políticas.
El rey de Nabarra era
cotizado por espaynoles y franceses. El rey de Aragón y Sicilia, rey consorte
de Castilla y León, además de conde de Barcelona, quería que se casase con su
hija la infanta de Castilla y León Juana de Trastámara-Aragón y Trastámara-Castilla,
mientras que el rey Louis XI de France quería que se casara con la reina
destronada de Castilla y León, la Excelente
Senhora Juana de Trastámara-Castilla y Avis-Portugal, conocida como la Beltraneja, enemiga de los reyes de
Castilla y León a los cuales disputaba los Derechos al trono espaynol.
Un agente del conde de
Lerin envenenó al niño-adolescente de 15 años, rey de Nabarra, copríncipe de
Andorra, conde de Foix y Bigorra, vizconde del Bearno, Marsan y
Castelbón-Castellbó Francisco Febus de Foix y Valois, quien murió el día 20 de
enero del año 1483. El conde de Lerin cumplió con ello y a raja tabla, las
órdenes directas recibidas del rey consorte de Castilla y León.
Así pues, su hermana
la infanta de Nabarra, una niña-doncella de 13 años, llamada Catalina de Foix y
Trastámara pasó a ser princesa de Biana y legítima heredera a la Corona de
Nabarra. A pesar de su corta edad, fue jurada como Reina de Nabarra en las
Cortes de Nabarra en la ciudad de Iruinea-Pamplona el día 10 de febrero y tras
ello fue reconocida por el vizcondado de Bearno el día 14 del mismo mes. El
condado de Bigorra lo hizo el día 12 de marzo y el de Foixel día 20 del mismo
mes.
Nuevamente, al igual
que sucediera con su difunto hermano, la niña-doncella de 13 años, reina de
Nabarra, coprincesa de Andorra, duquesa de Nemours, Gandia, Montblanc y
Peñafiel, condesa de Foix y Bigorra, vizcondesa del Bearno, Marsan y
Castelbón-Castellbó y señora de la ciudad de Balaguer Catalina de Foix y
Trastámara, se vio como objeto del deseo imperialista y de sus intereses
políticos por el Reino de France y por el Reino de Castilla y León, desde donde
buscaron un matrimonio ventajoso a sus exclusivos intereses.
El conde de Lerin hizo
grandes esfuerzos junto a su parcialidad para que la reina de Nabarra se casase
con el príncipe de Asturias Juan de Trastámara-Aragón y Trastámara-Castilla,
cumpliendo así con los deseos y mandadas de su amo, el rey consorte de Castilla
y León, pero su madre, de nuevo Regente y Gobernadora de Nabarra, la infanta de
France Madeleine de France-Valois y Anjou, se opuso escudándose en la abultada
diferencia de edad.
El conde de Lerin
envió a algunos de sus tenientes con esa noticia a la Corte espaynola en el
Reino de Castilla y León, donde ofrecieron la Corona de Nabarra al rey de
Aragón y Sicilia, rey consorte de Castilla y León, conde de Barcelona y señor
consorte de Vizcaya, su patrocinador y amo Fernando de Trastámara y Enríquez,
tras informarle de la negativa de la Gobernadora de Nabarra.
El conde de Lerin
exigió a la reina de Castilla y León Isabel de Trastámara y Avis-Portugal, que
le entregase 200 lanzas para comenzar la guerra y lograr la mano de la reina de
Nabarra para el príncipe de Asturias. La reina de Castilla y León le exigió
también los castillos de Lizarra-Estella, Gares-Puente la Reina e
Iruinea-Pamplona. En la contraoferta del conde de Lerin, éste pidió las villas
de Laguardia y los Arcos, junto a una pensión de medio millón.
Pese a marcharse de
las conversaciones rabioso el conde de Lerin, prometió a la reina espaynola
Isabel de Castilla y León, secundar los proyectos castellanoleoneses, por lo
que reunió las Cortes de su facción, que enviaron una embajada ante la
Gobernadora de Nabarra, de que reconsiderase al pretendiente castellanoleonés y
en caso de denegar al pretendiente espaynol, el conde de Lerin y los suyos le
proclamarían rey de Nabarra, entregando sus castillos y fortalezas a los
espaynoles y recibiendo a cambio Laguardia.
El conde de Lerin,
siguiendo los designios marcados por su amo y señor el rey consorte de Castilla
y León, se entrevistó con el Virrey de Nabarra, Cardenal y Obispo Pierres de
Foix y Trastámara, que ante las promesas del rey espaynol, entre las que se
encontraba el arzobispado de Zaragoza, cambió de idea y presentó como mejor
opción de matrimonia, a la Gobernadora de Nabarra, la figura del príncipe de
Asturias.
El conde de Lerin
recibió por dicha labor, una merced por parte de los reyes espaynoles de 1.200
florines de oro anuales, durante todo lo que le restase de vida.
El Condestable de
Nabarra y barón de Marcilla Pierres de Peralta y Ezpeleta, pidió al conde de
Lerin reunir las Cortes de Nabarra en Tutera-Tudela, para hacer algunas
innovaciones en el Reino vascón. Además firmemente le prometió al jefe de los
beaumonteses, que los agramonteses aprobarían el envío de delegados ante la
Gobernadora de Nabarra, para así zanjar la cuestión del matrimonio de la reina
de Nabarra.
Por otro lado el rey
Louis de France presentó a varios candidatos, siendo el mejor postulado era el
conde de Angulême y Perigord Charles de Orleans-Valois y Rohan, inaceptable
para el conde de Lerin y también rechazado por el poderoso y rico noble gascón,
conde de Graves y Castres, vizconde de Tartas y señor de Albret Alano de Albret
y Rohan, quien había enviado peticiones de matrimonio en nombre de su propio
pretendiente, su hijo Juan de Albret y Châtillon.
El rey de France murió
en agosto del año 1483, lo que fue aprovechado por la Gobernadora de Nabarra
para atar y concertar el matrimonio con el joven noble gascón, Juan de Albret y
Châtillon, con el visto bueno del jefe agramontés y Marischal de Nabarra Pedro
de Nabarra y Lacarra, arruinando con ello los planes del jefe de los
beaumonteses y conde de Lerin, pero especialmente los deseos del amo de este
último, el espaynol rey de Aragón y Sicilia, consorte de Castilla y León, conde
de Barcelona y señor consorte de Vizcaya Fernando de Trastámara y Enríquez .
Por ello el conde de
Lerin se reorganizó y en octubre del mismo año, atacó como medio de represalia la
villa de Gares-Puenta la Reina.
El conde de Lerin,
recién comenzado el año 1484, no reconocía al nuevo Virrey de Nabarra el
infante de Nabarra, conde de Cortes y Montfort Jaime de Foix y Trastámara.
Tampoco obedecía al Consejo Real de Nabarra, y solo reconoció al anterior
virrey de Nabarra, cardenal y obispo de Arlés Pierres de Foix y Trastámara,
declaradamente partidario de los reyes de Castilla y León, los cuales bien
pagaban.
Las Cortes
beaumontesas siguieron los pasos y mandadas del conde de Lerin, negándose a
recibir a la Gobernadora de Nabarra, o a cualquier delegación Real de Nabarra,
no aceptando incluso a ningún otro Virrey y Gobernador que no fuera el cardenal
y obispo Pierres de Foix y Trastámara. Las Cortes agramontesas en cambio
solicitaron el retraso de la decisión de la Regenta-Gobernadora, mientras,
insólitamente, enviaban una embajada al rey Charles VIII de France.
El 5 de febrero el
poderoso conde de Graves y Castres, vizconde de Tartas y señor de Albret Alano
de Albret y Rohan, recibió en su protección al conde de Lerin, con singulares
muestras de amor, llamándole primo y recordándole su antiguo parentesco.
Cuando las posiciones
están más o menos marcas, saltó la sorpresa concretamente desde la ciudad de Tutera-Tudela.
El Condestable de Nabarra y barón de Marcilla Piarres de Peralta y Ezpeleta,
prestó vasallaje al rey consorte de Castilla y León por el castillo de la
ciudad, ante la más que amenazante presencia de un ejército barcelonaragonés en
la vecina ciudad de Tarazona. La sagaz y cabal Regente y Gobernadora de
Nabarra, e infanta de France Madeleine de France-Valois y Anjou, comunicó
entonces por medio de dos embajadas enviadas a la corte espaynola, que el
matrimonio con el príncipe de Asturias era imposible.
Así pues, ante un inesperado apaciguamiento general, finalmente el contrato matrimonial de la reina de Nabarra con Juan de Albret y Châtillon se ratificó, poniéndose fin a todas las maniobras e intentos de complots por parte del conde de Lerin.
El día 16 de febrero
del mismo año, se celebró por fin la boda en la catedral de Lescar. A
continuación y ante el asombro de todos, de los agramonteses
del Marsichal de Nabarra y de los beaumonteses del conde de Lerin, la
Regente-Gobernadora de Nabarra nombró Virrey-Gobernador del Reino de Nabarra al
conde de Graves y Castres, vizconde de Tartas y señor de
Albret Alano de Albret y Rohan. Este gascón auténtico
era poco banal y un político muy experimentado, iniciando su papel de Gobernador
con buen juicio, extraordinaria inteligencia, enorme calma y gran perseverancia,
conociendo desde su primer día en el cargo que su fecha de caducidad era cuando
su hijo accediera a la mayoría de edad.
El día 8
de febrero del año 1485, el conde de Lerin y los principales hombres de su
facción, acudieron a la ciudad de Pau. Allí firmaron con los nuevos reyes de
Nabarra, que aún estaban sin coronar de manera oficial en la catedral de
Iruinea-Pamplona, un nuevo tratado, por el cual el conde de Lerin recuperaba el
oficio de Condestable de Nabarra y la dignidad de Ricohombre de Nabarra, junto
a las prerrogativas y pensiones que tenían su padre y abuelo.
Era
realmente una recuperación de la concordia de Aoiz del año 1479, pero en esta,
además, se confirmaron para su hermano el señor de Arazuri Juan de Beaumont y
Nabarra-Esparza, las gracias que tenía en Eztuniga, Valdelana, Castillonuevo y
Piedra Millera; y para su otro hermano Guillaurmes de Beaumont y
Nabarra-Esparza, el señorío de Monteagudo y la Alcaldía Mayor del Mercado de la
ciudad de Iruinea-Pamplona.
Luis de
Beaumont y Aragón-Álvarez se casó el día 16 de septiembre con Brianda Manrique
de Lara y Castro, tras haber sido concertado su matrimonio por su padre el
conde de Lerin con el padre de la dama castellanoleonesa, el duque de Nájera,
conde de Teviño y señor de Amusco Pedro Manrique de Lara y Sandoval.
El conde
de Lerin vio con ello incrementado su poder, hinchando así su soberbia, aunque
también facilitó un extenso periodo de paz, al menos comparado con las treguas,
pactos, concordias y demás anteriores, aunque también influyó en ello la
ocupación plena en la guerra de Granada de su amo el rey consorte de Castilla y
León.
Esta
nueva concordia se ratificó a comienzos del año 1492, y el 5 de noviembre del
año siguiente, se le confirmó nuevamente en la ciudad de Iruinea-Pamplona por
el Virrey-Gobernador de Nabarra Alano de Albret y Rohan, añadiéndosele esta
vez, que también se restituyera la villa
de Zangotza-Sangüesa al Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde
de Lerin. También se le dio, en juro de heredad perpetuo, la villa de Artaxona,
con sus vasallos y rentas en lugar de la baronía de Curton, que no se le podía
entregar.
También el Condestable
de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de Lerin consiguió el cargo de Juez
para su primo el señor de Santa Cara Graciano de Beaumont y Lacarra. También quedó q prohibida la entrada a los
agramonteses en las villas beaumontesas, a excepción de la ciudad de
Iruinea-Pamplona por motivo de la coronación y se prohibió el acceso al Reino vascón
y pirenaico a todos los extranjeros, si estos resultaban molestos para los
reyes espaynoles de Aragón, Sicilia, Castilla y León, junto a Granada.
Luis de Beaumont y
Nabarra-Esparza, con la única idea de llevar a cabo una nueva humillación, esta
vez publica, de los reyes de Nabarra, el día 21 de diciembre del año 1493,
ordenó cerrar las puertas de Iruinea-Pamplona al séquito Real. Pero los
monarcas nabarros hicieron una admirable lección de autodominio ante la actitud
provocadora del traicionero Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y
conde de Lerin, y se retiraron a refugiarse al pueblo de Egües, donde pasaron
una cruda noche en la efeméride de la Natividad de Jesús de Nazaret.
Finalmente y con la entrada del año nuevo, los reyes de Nabarra entraron en la ciudad de Iruinea-Pamplona, cabeza del Reino vascón y pirenaico.
La ceremonia de la
coronación logró formalizarse en la catedral de Santa María la Real el día 13
de enero del año 1494, reuniéndose una multitud jamás vista hasta entonces, en
ese frío día pero alegre domingo. El obispo de Cousans Jran de Lasalle fue el
clérigo que oficio el rito cristiano-católico, ante la prudente ausencia del
cardenal y obispo de Iruinea-Pamplona Caesar de Borgia y Cattanei. Las ausencias
más significativas fueron las de los obispos de Calahorra y Tarazona, los
abades de Montearagón y Nájera-Naiara, que estaban obligados a acudir al
pertenecer a la diócesis de paplonesa, pero los monarcas espaynoles de Castlla
y León no permitieron asistir. Si en cambio, estuvo presente su fiel siervo
Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza.
La ceremonia propiamente política realizada antes que al eclesíastica, reunió a los monarcas nabarros con el venerable agramontés, Canciller en funciones de Nabarra, Presidente del Consejo Real de Nabarra, Alcalde Mayor de la Corte, Maestre de la Cámara de Comptos, señor de Idocin, señor consorte de Xabier y Azpilcueta y Doctor en Leyes Juan de Jaso y Atondo, que aceptó el juramento en nombre de los tres estados.
Tras realizarse la
ceremonia de coronación, el pueblo nabarro, que aguardaba a pesar del frío
existente la salida de los recientemente coronados, los reyes Catalina y Juan
de Nabarra, en las calles próximas a la catedral de Santa María la Real en la
Nabarreria, cantó unos coplas en busca de una reconciliación de los monarcas
nabarros y el huraño condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de
Lerin.
Labrit eta errege..........................Labrit y el Rey
Aita seme dirade..........................Son Padre e Hijo
Kondestable jauna!......................¡Y el señor Condestable!
Arbizate anaie..............................Que lo consideren como hermano.
El pueblo nabarro creía que con los reyes de Nabarra en la capital del Estado vasco y pirenaico, sería posible un acuerdo con el oscuro, Condestable de Nabarra, Ricohombre de Nabarra y conde de Lerin. Pero Luis de Beaumont y Nabarra-Evreux, impaciente e irritado, se retiró, sin asistir a las celebraciones, a su feudo en Lerin, donde espero nuevas órdenes de su amo el rey consorte de Castilla y León.
En la fortaleza de la villa
de Lerin permaneció durante largo tiempo, dignándose solo de vez en cuando a
visitar a los reyes nabarros, pero por lo general se dedicó a rumiar en voz
baja. Pero su bulimia de poder era inagotable, por lo que hizo de nuevo acto de
presencia. El conde de Lerin arrastró al resto de beaumonteses y se reanudaron
los enfrentamientos, esta vez de forma directa y frontal contra la reina Catalina
I de Nabarra y el rey consorte Juan III de Nabarra, que contaron con el apoyo
total de los agramonteses. El rey consorte de Castilla y León incentivaba,
desde la distancia, la desfachatez del Condestable de Nabarra, Ricohombre de
Nabarra y conde de Lerin.
Los reyes de Nabarra reaccionaron
contra las pretensiones del jefe beaumontés, quitándole el sello de caballero
nabarro, la distinción de Ricohombre de Nabarra y el oficio de Condestable de
Nabarra, incautándole además, más de 1.000 ovejas para avituallamiento del
ejército Real. Las fortalezas del conde de Lerin también fueron derruidas.
En marzo del año 1495,
los reyes de Nabarra acordaron con el rey consorte de Castilla y León, que el
conde de Lerin saliese del territorio del Estado de Nabarra, desterrado junto a
sus dos hijos, Luis y Fernando de Beaumont y Aragón-Álvarez.
El rey consorte de
Castilla y León era bastante más maquiavélico que Luis de Beaumont y
Nabarra-Esparza, y así para controlar al demoníaco conde de Lerin, acepto que
éste fuera confinado en el reino de espaynol de Castilla y León. Eso sí,
cómodamente instalado y además le otorgó un marquesado formado por la villa de
Huescar, Velez el Blanco, Velez el Rubio, Caxar y Castilleja, con todos sus
vasallos, ostentando el título hereditario de marqués de Huescar.
En el año 1500, ante unas nuevas presiones del rey consorte de Castilla y León, los reyes de Nabarra tuvieron que restituir al conde de Lerin las posesiones y oficios que tenía a día de la coronación de los reyes de Nabarra Catalina I y Juan III.
Así pues, el conde de
Lerin tras volver a su marquesado de Huescar, tras guerrear a los moros
sublevados contra los reyes Católicos en las Alpuxarras, escribió el día 25 de
agosto, una carta muy humilde a los reyes de Nabarra, desde la ciudad de
Granada, ofreciéndose a volver a su servicio, algo que realmente nunca había
estado.
Posterior a esto, tras
una conferencia del rey consorte Juan III de Nabarra, mantenida con los espaynoles
reyes Católicos en la ciudad de Sevilla ya en el año 1501, los monarcas nabarros
otorgaron el perdón total al conde de Lerin y al resto miembros de la cábala
beaumontesa. Realmente Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza no tenía
voluntad de retornar al Estado de Nabarra, pero cumplió fielmente las órdenes
de su amo el rey consorte de Castilla y León.
Tras un quinquenio de
relativa paz dentro del Estado de Nabarra, el despótico marqués de Huescar y conde
de Lerin, volvió a declarar la guerra a los reyes de Nabarra en el año 1506.
Ese mismo año el duque
de Valentinois logró fugarse de la prisión-castillo espaynola en el Reino de
Castilla y León, llamada de la Mota. Para lograrlo contó con la colaboración de
un noble castellano, el duque de Benavente y conde de Mayorga Alonso Pimentel y
Pacheco. Este sobornó a través del confesor de Caesar de Borgia y Cattanei,
fray San Martín, al criado del alcaide de la fortaleza espaynola García de
Mayona. A pesar de que fueron descubiertos y la soga por la que se deslizaba el
romano fue cortada, los hombres del conde de Benavente que le esperaban fuera,
lograron sacarlo del foso, lo montaron a caballo y lo llevaron a Pozálvez,
dentro de las tierras del noble castellano, el cual era amigo personal de los
reyes de Nabarra.
Con la firme intención
de conseguir embarcar para llegar al Reino de Nabarra, el duque de Valentinois
abandonó las tierras del noble castellano fingiendo ser un mercader. Una vez en Santander se disfrazó de nuevo y
acompañado de unos comerciantes vascos embarcó en un navío. El estado de la mar
le impidió continuar más allá de Castro Urdiales. Es entonces cuando
decidió alquilar tres mulas en convento
de Santa Clara y llegó al Estado de Nabarra tras pasar Bermio, Vergara, Atallo
y después de atravesar el puerto de montaña de Azpiroz, llegó finalmente a
Iruinea-Pamplona. Esto ocurrió el día 3 de diciembre del año 1506, donde fue
recibido y acogido por su cuñado el rey consorte
de Nabarra, Juan de Albret y Châtillon.
El rey consorte Juan III de Nabarra, le nombró inmediatamente Condestable de Nabarra y Capitán General del Reino. Su misión fue clara, la de defender las fronteras del Estado de Nabarra contra ataques provenientes las tierras del Reino de Castilla y León. Y a su vez, lograr detener al desleal conde de Lerin, por su actitud belicosa, sediciosa, traidora y desleal hacia la Corona, el Estado, la Nación y la Patria Nabarra.
Con sus nuevos
oficios, Caesar de Borgia y Cattanei partió inmediatamente hacia la frontera a
comienzos del año 1507, sitiando a su paso la plaza de Larraga, leal al traidor
beaumontés. Esta fortaleza estaba confiada por el conde de Lerin a Ogier de
Berastegi, quien era uno de sus capitanes. Una vez tomada, salió al encuentro
del conde de Lerin hasta Mendabia, muy cerca de Biana, plaza legal del
patrimonio de la Corona de Nabarra, la cual estaba ocupada por Luis de Beaumont
y Nabarra-Esparza. La villa de Biana además, estaba siendo reclamada por el
Reino de Castilla y León.
El Condestable de
Nabarra y Capitán General del Reino contó para su tarea militar, con un
ejército formado por mil caballeros, doscientos lanceros, ciento treinta
hombres de armas y cinco mil infantes, más alguna pieza de artillería. La
intención era rendir el castillo de la localidad de Biana por hambre. Pero el conde
de Lerin consiguió avituallar la fortaleza de Biana donde estaba su hijo Luis
de Beaumont y Aragón Álvarez desde el castillo de Mendabia, en dos ocasiones. En
la segunda los renegados beaumonteses aprovecharon una espantosa tempestad,
mientras que Caesar Borgia y Cattanei, que estaba poco habituado a la rudeza de
las tropas nabarras, mantuvo a sus hombres cobijados.
La alarma sonó en la localidad el día 9 de mayo. El Condestable de Nabarra, Capitan General del Reino y duque de Valentinois Caesar de Borgia y Cattanei, sobrecogido se vistió rápidamente y tomó las armas. Subió en su silla de montar y sin dar órdenes ni a su escolta, salió a toda velocidad del recinto por la puerta y el bulevar de la Solana, soltando innumerables blasfemias y gritando a pleno pulmón:
“¿Dónde está? ¿Dónde está este condecillo?”
Pero tres de los guardianes del conde de Lerin, entre ellos Garcés de Agreda y Pedro de Allo, esperaron al Capitán General del ejército nabarro en un barranco, donde el primero de ellos consiguió traspasar al Condestable de Nabarra Caesar Borgia y Cattanei con una lanza, al no llevar puesto éste la cota de malla. El incidente duró ciertamente una exhalación. Rápidamente el ropaje, el escudo, la armadura y el armamento del Condestable de Nabarra, Capitán General de Reino y duque de Valentinois, fueron robados, dejando únicamente el cadáver desnudo en el campo de batalla.
La espada y el escudo
fueron llevados por sus asesinos a la capilla mayor de la iglesia de Lerin,
donde fueron colgados en el pilar de la parte de los evangelios.
Nada más ser informado, en ese mismo año 1507, el rey de Nabarra se presentó en el lugar conocido como la Barranca Salada, donde se encontró el cadáver desnudo de su cuñado el Capitán General y Condestable de Nabarra, príncipe de Andria y Venafro, duque de Valentinois y Romagna, señor de Piombino, Camerino y Urnino Caesar de Borgia y Cattanei. Éste estaba muy ensangrentado y totalmente acribillado de heridas. Tras ordenar cubrir el cuerpo con una manta, Juan de Albret ordenó su traslado a la iglesia de Santa María en Biana, y dispuso que se erigiera una tumba monumental en dicho lugar.
Tras este brutal
incidente, la situación se agravó con gran rapidez en el Reino de Nabarra. El
rey consorte Juan III de Nabarra asoló todas las tierras pertenecientes al
conde de Lerin, tomando la villa y fortaleza de Lerin. Mandó arrasar sus casas,
arrancar sus viñas y talar sus bosques y a continuación, hizo lo mismo con las
demás plazas y castillos, obligando con ello que el conde de Lerin, tras perder
todos sus bienes, saliese de su escondite y con ello apresarlo por los hombres
del agramontés, caballero de Nabarra, señor de Anburzia-Salinas de Oro y Bidaurre,
además de señor consorte de Liberri Martin de Goyni y Gurpide.
Fue juzgado en la
ciudad de Baiona e inicialmente condenado a muerte, pero dicha pena fue
conmutada por su desnaturalización y la de sus herederos, de la condición
política de nabarros. También la eliminación del condado de Lerin, cuyo título
pasaba a la Corona de Nabarra en las personas de los reyes de Nabarra Catalina
y Juan, mientras que todas las posesiones de Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza,
tando del condado como otras, pasaron directamente a ser tierras de Realengo o
del Estado de Nabarra.
A mediados de junio, el
marqués de Huescar Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza marchó a las tierras del
Reino de Aragón, con un gran número de partidarios, la mayoría de ellos lacayos
suyos, algunos parientes y agentes del bando beaumontés, entre ellos, por
supuesto, su hijo Luís de Beaumont y Aragón-Álvarez.
El espaynol y Católico,
rey de Aragón, Sicilia y Napoli, Gobernador de Castilla y León, además de conde
de Barcelona Fernando de Trastámara y Enríquez, envió en el mes de septiembre a
su Embajador y Secretario Real Lope de Chonchillos y Quintana, a la Corte del
Reino de Nabarra, con una solicitud para la restitución, plena de derechos,
títulos, oficios y demás, del marqués de Huescar Luis de Beaumont y
Nabarra-Esparza y demás desnaturalizados por el tribunal nabarro de Baiona.
Los reyes Catalina I y
Juan III de Nabarra se mostraron inexorables.
EL marqués de Huescar
Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza murió en Aranda de Jarque el día 16 de
noviembre del año 1508, quebrado por la vejez, entristecido por la rendición
del castillo de Biana a los agramonteses y porque la villa Larraga también había
restablecido su obediencia al rey consorte Juan III de Nabarra.
Fue un diabólico hombrecillo,
ambicioso, rabioso y testarudo, que sin ningún lugar a dudas tuvo una gran
responsabilidad en las posteriores desgracias que sobrevinieron al Reino vascón
y pirenaico de Nabarra. Hombre de pequeña estatura, aspecto atroz y dotado de
una fuerza poco común para su tamaño, teniendo todas las cualidades necesarias
para ser un soldado, arrojo, audacia e indomable empeño. Hombre duro que no
conoció nunca lo que era la piedad. Inmoral, torturaba a sus prisioneros sin
escrúpulo alguno, violando incluso la fe jurada.
Tuvo una ambición insaciable, la cual le consumió por dentro. Llegó incluso a sospechar que tenía legitimidad de aspirar a portar la Corona de Nabarra. Luis de Beaumont y Nabarra-Esparza no se detuvo ante el crimen para saciar sus venganzas. Terminó sus días como un traidor a su País de nacimiento, el Estado de Nabarra. Incluso se puso al frente de tropas castellanoleonesas que atacaron al Reino de Nabarra. Genio malvado del Reino vascón y pirenaico.
Así pues, dentro de la
legalidad del Estado de Nabarra, basada en los Fueros, Usos y Costumbres del
Reino, el condado de Lerin y el título de conde de Lerin desaparecieron al
concluir el año 1507.
Su cuerpo fue
depositado por su hijo Luis de Beaumont y Aragón-Álvarez en el monasterio cisterciense
de Biruela, tras llegar del Reino de France, donde se encontraba
capitaneando a 1.500 lanzas otorgadas
por el rey Louis XI de France, con firmes intenciones y deseos de invadir el
Reino de Nabarra.
A continuación, el
marqués de Huescar Luis de Beaumont y Aragón-Álvarez, se puso al servicio del
espaynol y Católico, rey de Aragón, Sicilia y Napoli, Gobernador de Castilla y
León, además de conde de Barcelona Fernando de Trastámara y Enríquez.
Heráldica de Luis de Beaumont y Aragón-Álvarez 1:
Escudo losangeado de oro y azur que es de
Beaumont.
Heráldica de Luis de
Beaumont y Aragón-Álvarez 2: Escudo cuartelado en cruz. 1º y 4º losangelado de oro y azur que es de
Beaumont. 2º y 3º cuartelado en cruz; a) de gules un castillo de oro, almenado
de tres almenas y donjonado de tres torres, cada una con tres almenas de lo
mismo mazonado de sable y aclarado de azur, que trae de Castilla b) de oro
cuatro palos de gules que trae de Aragón c) cuartelado en sotuer 1 y 4 de oro
cuatro palos de gules que trae de Aragón 2 y 3 de plata águila de sable armada de gules
que trae de Suabia, el todo es y trae de Sicilia d) de plata (otros dicen oro)
león de púrpura coronado de oro que trae de León. El todo de 2º y 3º por
donación del rey de Aragón, Sicilia y Napoli, Gobernador de Castilla y León, además
de conde de Barcelona Fernando de Tratámara y Enríquez (otros dicen que son las
armas del marquesado de Huescar, de ahí que en el cuartel de León otorguen el
campo de oro, otros con ese mismo detalle en el campo de León, dicen que son
las armas de una rama bastarda de Trastámara).
Comunicado ante los
Estado Generales de Nabarra de los reyes Catalina I y Juan III, explicando en
una parte del mismo, la acción jurídica contra el último conde legítimo de
Lerin. La otra parte, presenta una proposición Real para preparar la defensa
ante una posible e inminente invasión por tropas del rey Louis XI de France.
“El rey y la reyna
Mucho quisieramos si posible fuera escudarnos de os dar la
affrenta que reçebis con estejuntamiento, considerados los travajos grandes que
vosotros y todo nuestro pueblo recebidos tiene estos dias pasados a causa del
proceymiento, castigo y execution que contra don Luys de Beamonte, conde de
Lerin, se a fecho y en poner a nuestra mano y obediencia y debaxo de nuestra
justitia los castillos, fortalezas, villas, lugares y tierra que el tenia, en
lo qual tanbien nos havemos sentido afrenta todavía en haver llegado al cabo de
nuestra intention y empresa y haver unido y assosegado nuestro reyno mediante
vuestra ayuda y buen esfuerço devemos todos holgar d’ello agradeciendos siempre
la creçida affection y voluntad que en todos nuestros subdictos havemos
conoçido y visto, la qual sin duda estimamos mucho y nos quedara siempre en
reçente memoria para todo lo que a este regno a quien vosotros representaes
cumpliere.
Y quedando
lo susodicho a una parte, la causa prinçipal porque os havemos mandado juntar
si es por los muchos havises que continaumente teniamos de la mala voluntad que
el rey de Françia a nos y a nuestras cosas mostrava por la pendencia que con su
sobrino tenemos, y a esta causa, pocos dias ha le embiamos a nuestro mastrostal
Gabriel por le remostrar algo de nuestra justiffication y por saber lo cierto
de su intençion, al qual recibio aspramente y olvidando la buenas obras,
alianças, deuda y amiztad tan antiga que esta nuestra casa y los reyes d’este
regno predescessores nuestros y nos han tenido fecho y agoardado con la casa y
reyes de Francia y a menos que nos les ayamos dado causa ni ocasion para ello
ni sin saber por que se ha declarado contra nos tanto que ha mandado en las
senescalias de Guianna pregonar la guerra contra nos, sin duda quedamos de tan
grande novedat fecha sin conçierto e sin dicernir la causa porque ni preferir
requestas ni ninguna solempnidat de las que para hun semejante acto se requieren
muy maravilladas y por esto havemos acordado embiar nuestra embaxada al dicho
rey por justiffication nuestra y entendemos por todas las vias y medios que
podieremos no venir en rompimiento con el y esto entendemos rogarle con mucha
instançia, visto quanta parte de nuestro estado y senorios esta debaxo de su
mando y justiçia.
Y en caso que el dicho rey quisiesse continuar lo que
publica y proceyr contra nos y danarnos para lo qual sabemos ha seydo los dias
passados y aun agora inçitado por algunos malos subdictos nuestros que llenan
sus tractos e intelligençias con el dicho su sobrino y con el sera forçado que
tomando a Dios delante con la buena querella y justiçia que tenemos y con el
esfuerço, favor e ayuda de vosotros principalmente y de los otros subdictos
nuestros parientes, amigos y aliados entendamos en nos defender de quien quiere
que fuerça y demasio nos quisiere attentar y fazer, para lo qual se requiere
buen avis deliveration y consejo, el qual esperamos que vosotros nos dareys tal
y tan bueno que combenga a la conservation y deffension de nuestra Corona y
estado y de vosotros y de los otros subdictos nuestros como siempre lo
acostubrastes fazer.
Y como quiere que para lo tal se requiera gasto muy grande,
attendido el trabajo y gasto ya dicho que suffrido haveys, no entendemos por
agora fatigar ni cargar mas nuestro pueblo, aunque sepamos empennar alguna
pieça de nuestro estado y casa, todavia vista la falta grande que de toda
manera de armas en este regno ay, sera menester entender y mirar en ello y dar
forma como cada ciudad, villa, valle y lugar de aquel se aya luego de proveyr y
juntamente con esto en cada una de aquellas se aya de fazer alarde y
apercebimiento para que en semejante affrenta sepamos de que gente podremos ser
ayudados y servidos y tanbien en la reparation y fortiffication de las dichas
villas y plaças.
Anno mil quinientos y
siete, a seys dias del mes de julio en la villa de la Puent de la Reyna los
reyes nuestros sennores fizieron la presente proposicion a los Tres Estados del
regno que presentes se fallaron”
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