El infiltrado
Iñigo Saldise Alda
Hace unos pocos días, una amiga mía me invitó a
través del Facebook, para un acto solidario con lxs niñxs de Etiopía.
Gustosamente acudí a dicha cita, y saboreé el compromiso solidario existente en
el mundo stake de Iruinea-Pamplona, la capital política de nuestro Estado
nabarro.
Cuando dejé la compañía esas bellísimas personas, lo
hice con una enorme sonrisa, al llenar mi alma soberanista nabarra, todas las
personas presentes, de esperanza en la humanidad. Algo que me puso “los pelos
como escarpias”, o lo que es lo mismo… con esta gente sí.
Pero toda bondad y corazón sincero, siempre
encuentra la maldad. Esto me ocurrió al poco de abandonar tan maravillosa
compañía. Concretamente cerca de un arco impuesto los invasores y colonialistas
españoles, lamentablemente me encontré con el primo de Luis María Martínez
Garate, actualmente el regente de la tienda de artículos religiosos MARTÍNEZ
ERRO.
Si, esa tienda donde se hicieron las listas de
aquellos y aquellas que fusilaron en la vuelta del Castillo en el año 1936.
Dicho individuo, tan español y fascista como su
padre, el cual participó en las listas de aquellos y aquellas que se debían
fusilar, cuando le llamé español, en alto y públicamente, contestó: “El infiltrado”.
Mi respuesta fue la siguiente… ESPAÑOL, nuevamente.
Pues sí, pero no. Sería un nabarro infiltrado en una
sociedad limitada española, como es lo que es NABARRALDE, S.L., si habría
firmado personalmente, y no con vuestras putas falsificaciones, ante un notario
o notaria X, tras haber aportado mis 6010,12€ que ingresé en vuestra cuenta
pensado que erais nabarros y nabarras como yo. Así que no yo un infiltrado,
sino que ustedes, fascistas, sois los infiltrados e infiltradas en la sociedad
Nabarra.
He aquí una nueva denuncia de que es y son realmente,
las personas que conforman la sociedad limitada, dada de alta en el REINO DE
ESPAÑA, y cuyo nombre me quema mi ser nabarro, pues su labor no es otra que la
de intentar controlar y eliminar al soberanismo nabarro; vamos como aquellos y
aquellas que montan o pertenecen a un partido político, me la sudan su sigas,
bajo la jurisprudencia española o francesa.