Escudo museo de Navarra
Iñigo Saldise Alda
En la portada del museo de Navarra nos encontramos un renacentista blasón, que rápidamente interpretamos como el escudo de Navarra. Esta portada está fechada en el año 1556, cuando aún era el Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia. Dicho hospital fue patrocinado por Remiro de Goñi y Gurpedi, siendo la portada realizada por Juan de Villareal.
Remiro de Goñi y Gurpide
Remiro de Goñi y Gurpide nació en Peralta en el año 1481. Hijo de una familia agramontesa, adinerada, que estuvo formada por un noble caballero, infanzón, palaciano y preferido, montero Real del monarca de Nabarra, conde de Foix y Bigorra, además de vizconde de Biarno-Bearne, de la casa de Foix, Francisco I Phebus y de su hermana la reina Catalina I de Nabarra, alcaide mayor de las fortalezas de Tafalla y Dicastillo, capitán de los valles de Guessallaz, Yerri y Goyni, señor y palaciano de Tirapu, Goyni, Anburzia-Salinas de Oro, Peralta, Bidaurre y Muez, llamado Martin de Goñi y Garro, que estuvo casado con una noble dama llamada María de Gurpide. También fue hermano del palaciano Martín de Goñi y Gurpide.
Remiro de Goñi y Gurpide obtuvo el grado de bachiller en Derecho Civil y Canónigo en la Universidad de Cahors en el año 1502. En el año 1505 cobraba las rentas de Peralta, teniendo dicha concesión familiar por un periodo de seis años. Remiro de Goñi y Gurpide estudió Derecho Canónico y Civil en Universidad de Tolosa-Toulouse doctorándose en ambos. A continuación pasó a ejercer de profesor en la misma y posteriormente en la Universidad de Caors-Cahors. Desarrolló dicha faceta de la docencia hasta el año 1511, eso sí, de forma conjunta a las responsabilidades contraídas desde el año 1509 con la sede metropolitana pamplonesa, momento en el cual entró a integrarse de forma definitiva en el cabildo de Iruinea-Pamplona.
Fue nombrado tesorero de la catedral iruñesa en el año 1510, al mismo tiempo de ser ordenado sacerdote. Un año antes la reina Catalina I de Nabarra le nombró miembro de su consejo Real y ordinario de su Casa.
Ante la invasión española del Reino de Nabarra, por pare de tropas españolas,Remiro de Goñi y Gurpide permaneció en la capital del Estado de nabarro a la expectativa ante la agresión extranjera y con la misión de informar de los movimientos de la soldadesca española a los reyes de Nabarra, copríncipes de Andorra, duques de Nemours, Gandía, Montblanc y Peñafiel, condes de Foix, Bigorra-Bigorre, Ribagorza y Peiregòrd, vizcondes del Biarno-Bearne, Nebosan-Nebouzan, Tursan, Marsan, Gabardan, Limòtges, Castellio de Farfanya y Tartas, además de señores de Albret, Catalina de Foix y Valois, y su esposo Juan de Albret y Rohan.
Remiro de Goyni y Gurpide fue uno de los habitantes de Iruinea-Pamplona, cuya población era de entre 6.000 y 10.000 personas, que pudo contemplar, desde las murallas de la ciudad, al ejército ocupante español formado por más de 15.000 hombres de armas, bien pertrechados y con una veintena de piezas de artillería de gran calibre, junto a un buen número de armas ligeras, estando entre ellos el marqués de Huéscar Luis IV de Beaumont.
El doctor en Derecho Canónico y Civil Remiro de Goñi y Gurpide, no solo pudo comprobrar, sino que realmente lo sufrió en sus propias carnes, como el Consejo del Reino de Nabarra, del cual era un importante miembro con la misión de llevar a cabo su modernización por orden de los reyes de Nabarra, quedaba suspendido por imperativo imperialista y colonial español, por mandato explícito del rey invasor católico y español Fernando de Trastámara y Enríquez, el uñas largas y falsario, llevado a cabo forma indudable e incontestable según los Fueros, Costumbres y Leyes del Estado de Nabarra, de manera totalmente ilegal, basada en la violencia, la coacción y el terror.
Ese mismo año, Remiro de Goñi y Gurpide fue expulsado de la capital nabarra junto a otros 200 lealistas y patriotas nabarros, marchando en busca de su hermano Martin de Goñi y Gurpide, el cual se encontraba en Tafalla para unirse a él. Ante la acometida del ejército español, los hermanos Goñi y Gurpide, junto a sus hombres y algunos vecinos de Tafalla, se replegaron al castillo de San Martin de Unx.
El 6 de diciembre del año 1512 y tras conocer la noticia del repliegue del ejército de liberación nabarro y de sus aliados franceses al vizcondado de Biarno-Bearne, Martin y Remiro de Goñi y Gurpide se reunieron en el castillo de Murillo el Fruto con otros nobles patriotas nabarros. Estos fueron el vizconde de Zolina León de Garro, el señor de Eza Dionisio de Eza y Mauleon, el merino de Lizarra-Estella, alcaide del castillo de Monjardin y de Santacara, señor de Learza, Iguzquiza, Agos, Orendain y Arroniz Juan Belaz de Medrano, el caballero Jaime Belaz de Medrano, el merino de Erriberri-Olite, ricohombre de Nabarra y vizconde de Valderro León de Ezpeleta, el alcaide del castillo de Peña Frantzes de Ezpeleta, el alcaide de las Cortes del Reino de Nabarra, doctor en Derecho Canónico y prior de Uxue-Ujué Martin de Rada, el ricohombre y alcaide del castillo de Murillo el Fruto Pierres de Rada, el señor de Lezaun Sebastián de Rada, el alcaide del castillo de San Martin de Unx Johan de Bergara, el alcaide del castillo de Miranda de Arga y señor de Rada Carlos de Mauleon y Nabarra, el almirante del valle de Erronkari-Roncal Juan Bereterra, el caballero Pedro de Nabarra y de las Cuevas, los secretarios Miguel de Alli y Juan de Boneta,...
Ante el cariz que iban tomando los acontecimientos, claramente contrarios para la causa patriótica nabarra, estos nobles, caballeros, religiosos y funcionarios nabarros, tanto agramonteses como beaumonteses, firmaron una carta que daban poderes al alcaide del castillo de Burgi Ladrón de Mauleon, padre de Carlos de Mauleon y Nabarra, junto al protonotario Martin de Jaureguizar, para prestar, en su nombre juramento de fidelidad al católico rey español Fernando II de Aragón y de Corsica-Córcega, I de Sicilia y de غرناطة-Granada y III de Napoli, regente de la Corona de Castilla y León, además de conde de Barcelona, como rey de Navarra, buscando solamente que no fueran confiscados sus bienes y posesiones, e incluso evitar algo peor, como ser torturados y asesinados por las fuerzas de ocupación españolas.
Mientras que Martin de Goñi y Gurpide se encaminó al vizcondado de Biarno-Bearne, junto a un grupico de nobles patriotas nabarros para presentarse de nuevo al servicio del rey consorte Juan III de Nabarra, Remiro de Goñi y Gurpide, junto al resto de nobles, los otros eclesiásticos y funcionarios, marchó a Iruinea-Pamplona.
El 18 de febrero del año 1513, Remiro de Goñi y Gurpide fue incluido en un nuevo perdón, con las caras intenciones de atraer a los patriotas nabarros para la causa española. Entre los que se encontraban también su hermano Martin de Goñi y Gurpide, Ladrón de Mauleon, Dionisio de Eza y Mauleon, el señor de Traibuenas Fernando de Baquedano, Juan Belaz de Medrano, el protonotario Martin de Jaureguizar, el secretario Real Miguel de Alli y el consejero Martin de Rada entre otros.
Cuando Remiro de Goñi y Gurpide fue nombrado miembro del Consejo Real de Nabarra por la reina Catalina I de Nabarra y su esposo el rey consorte Juan III de Nabarra, estos le dieron la misión de llevar a cabo una profunda restructuración del mismo. Sin embargo este incipiente proceso de modernización no pudo culminarse, debido a que tras la invasión militar española del año 1512, el católico rey de España rehusó en modificar de forma sustancial las instituciones nabarras, exclusivamente por motivos y razones de su conveniencia política colonialista.
Así pues, pese al perdón y entrado ya el año 1513 y para asegurase el control absoluto del mismo, el católico rey de España supeditó y finalmente suplantó las funciones de la figura de un nabarro como presidente del Consejo, poniendo por encima del mismo la figura de un regente español, para con ello colonizar el Consejo, vigilarlo y controlarlo, además e impedir las labores patrióticas nabarras de Remiro de Goñi y Gurpide y la de otros nabarros miembros del Consejo Real, hasta ser prácticamente apartados del mismo. Remiro de Goñi y Gurpide se centró entonces en su labor de tesorero de la catedral pamplonesa, especialmente en la ejecución de diversas obras en la misma.
El virrey español y por tanto extranjero para los nabarros, reunió Cortes en Iruinea-Pamplona el 23 de marzo. El brazo eclesiástico, primero en orden de llamamiento, debía estar encabezado por el obispo de Iruinea-Pamplona, pero éste se encontraba ausente al estar al lado de los reyes de Nabarra en el vizcondado de Biarno-Bearne. También por dicha diócesis debía acudir a Cortes como vicario general de sede metropolitana iruñesa Remiro de Goñi y Gurpide; pero fue censurada su presencia por los españoles, poniendo en su puesto a un nuevo vicario, por supuesto extranjero, cuyo nombre era Joanes Paulus Oliverius, siendo esto un ejemplo claro e inequívoco de Contrafuero e ilegalidad.
En el año 1516 hay un nuevo intento de liberación del Reino de Nabarra, mediante la expulsión de los españoles. Las villas de Erriberri-Olite, Tafalla y Zangotza-Sangüesa ya se habían confederado contra el invasor español. Entre los principales cabecillas de la rebelión nabarra realizada casi al unísono, estuvieron Miguel de Alli, el tesorero de la catedral de Iruinea-Pamplona Remiro de Goñi y Gurpide, Carlos de Mauleon y Nabarra, el vizconde de Valderro y barón de Ezpeleta León de Ezpeleta y Echauz, junto a los miembros del consejo de Erriberri-Olite; el alcaide y los jurados de Tafalla con Charles de Nabatz, Martin de Oregatz; además de los jurados sangüesinos Miguel de Aynues, Pedro de Lumbier y el maestre Lope de Liedena. Tras este alzamiento patriótico nabarro de esas villas, llegaron varios nobles a las mismas para conspirar en favor de la legitimidad nabarra. Entre ellos estaban Juan Belaz de Medrano, Alonso Carrillo de Peralta y Acuña, el embajador nabarro en la Corte del rey de España Ladrón de Mauleon, Fernando de Baquedano, Martin de Jaureguizar, y llegado desde el vizcondado de Biarno-Bearne Martin de Goñi y Gurpide.
El día 7 de febrero Alonso Carrillo de Peralta y Acuña, acompañado de los hermanos Goñi y Gurpide, junto a otros nobles nabarros, marchó a la ciudad de Iruinea-Pamplona con la intención de reunirse con Luis IV de Beaumont que la tenía bajo su control. La misión era la de convocar las Cortes del Estado de Nabarra y restituir a los legítimos reyes Catalina I y Juan III de Nabarra.
Alonso Carrillo de Peralta y Acuña se instaló prudentemente en Barasoain, concretamente en la casa de la familia Azpilcueta y Jaureguizar. Martin de Goñi y Gurpide continuo la marcha al norte para unirse al ejército de liberación comandado por el marischal de Nabarra Pedro de Nabarra y Lacarra. Entre otras cartas, portaba una de Alonso Carrillo de Peralta y Acuña, destinada a su hijo Antonio Carrillo de Peralta y Velasco, para que éste intercediera ante el rey consorte Juan III de Nabarra para su nombramiento como condestable del Reino. Remiro de Goñi y Gurpide se acercó a la ciudad de Iruinea-Pamplona para concertar los detalles de la reunión con Luis de Beaumont y Aragón-Álvarez. Pero para entonces la ciudad vascona volvía a estar bajo el control militar de las tropas invasoras españolas, capitaneadas por el sanguinario coronel Cristóbal de Villalba y González. Luis IV de Beaumont mostró entonces su adhesión a los españoles, y secundado por algunos de los miembros del consejo Real, proclamaron, ilícita, ilegal e ilegítimamente, a la loca reina española Juana de Trastámara-Aragón y Trastámara-Castilla, como reina de Navarra. Tras ello se retiró cobardemente a Gares-Puente la Reina.
Tras fracasar esta nueva intento legitimista y patriòtica nabarra, Remiro de Goñi y Gurpide conseguió “esconderse” dentro de la sede más episcopal que metropolitana ya al estar sometida a los designios coloniales españoles, de Iruinea-Pamplona. Mediante la utilización de correos mantuvo el contacto con su hermano.
En el año 1517, un licenciado español nacido en Granada de nombre Gonzalo de Salazar, realizó en la Navarra ocupada por los españoles un manuscrito, en el cual, señaló a Martin y Remiro de Goñi y Gurpide, entre otros, como dos de los principales cabecillas del levantamiento patriótico nabarro llevado a cabo el año anterior.Dicho manuscrito lleva por título: Memorial de las pesquisas que el licenciado Salazar hizo contra los navarros que entendieron en la Rebellion e Reboltamiento del Reyno de navarra contra olite tafalla sangüesa en general.
El licenciado español recomendó el inmediato encarcelamiento de aquellos que no se habían ido al vizcondado del Biarno-Bearne, pero Remiro de Goñi y Gurpide que vivía en Iruinea-Pamplona, no fue encerrado. Es más, ya en el año 1518, Remiro de Goyni y Gurpide fue nombrado arcediano de la Tabla de la catedral de iruñesa.
El 5 de febrero del año 1519 tuvo lugar en Iruinea-Pamplona el primer pleito que demandaba la validez de matrimonio en base esponsal de futuro con coito; esto es según el Derecho Pirenaico, realizar coito bajo promesa de matrimonio, ratificado a los ocho días con otro coito. Esta solicitud se realizó ante el doctor en Derecho Canónico y Civil, tesorero, vicario general y arcediano de la tabla de la catedral de Iruinea-Pamplona Remiro de Goñi y Gurpide. La súplica fue presentada por María de Arce contra Miguel de Artozqui. Remiro de Goñi y Gurpide, conocedor de las Leyes y Costumbres nabarras, se mostró a favor del matrimonio por coito que pedía María de Arce, pero un vicario extranjero, el español-veneciano Juan Rena, sentenció que no hubo matrimonio y de haberlo habido, éste quedaba anulado.
Ya a finales del año 1520, en un clima de rebelión patriótica nabarra, quedó vacante la sede episcopal pamplonesa tras la muerte del cardenal y obispo Amadeo de Albret y Châtillon (Blois-Bretagne). El día 17 de diciembre el virrey español de Navarra, duque de Nájera, conde de Teviño y señor de Amusco Antonio Manrique de Lara y Castro, junto a todos los clérigos (pro) españoles postularon al clérigo y arcediano de la tabla de la catedral de Iruinea-Pamplona Juan de Beaumont y Urtubia para el cargo. Diez días después hizo lo mismo el almirante de Castilla y León, conde de Melgar y señor de Medina de Rioseco Fabrique Enríquez de Velasco, cuando ya el día 20 de diciembre se había elegido obispo para la sede episcopal pamplonesa. El consejo episcopal iruñes, creyéndose metropolitano, tomó parte en un intento de elegir obispo al creerse en total autonomía pese a la ocupación militar y colonial española, como un Reino independiente con respecto al Reino de España vamos, saliendo legalmente elegido por votación el regidor de la diócesis pamplonesa Remiro de Goñi y Gurpide, que aceptó con las típicas protestas habituales de humildad.
Pero esta elección fue censurada casi inmediatamente por el imperialismo colonial español. Desde el Reino de España fue ilegitimada e invalidada por el emperador de los Romanos, augusto rey V de Deutschland-Alemania, rey I de España, de las Islas Canaryas, de las Indias y de las Islas y Tierras firmes del Mar Océano, Jerusalen, Magyarország-Hungría, usurpador de Navarra (IV), Sardìnnia-Cerdeña, Corsica-Corcega, Due Sicilie-Dos Sicilias, Dalmacija-Dalmacia, Hrvatska-Croacia, príncipe de Catalunya-Catalonha-Cataluña y Suevie, archiduque de Österreich-Austria, duque titular de Bourgogne, duque de Brabante, Limburg, Lëtzebuerg-Luxemburgo, Lothoringia, Corintia, Lothier-Herzogtum Niederlothringen-Baja Lorena, Carniola, Gueldres, Athenas y Neopatria, margrave del Heiliges Römisches Reich-Sacro Imperio Romano Germánico, marqués de Namur, Bourgogne, Oristán y Gociano, conde palatino del Franco Condado de Bourgogne, Henao, Olandia, Zelandia, Ferrete, Friburg, Hanurg, Rosellón, Hutfania y Langrave de Alsacia, conde de Barcelona, Flandes, Bourgogne, Artois, Auspurg, Charolais, Holland-Holanda y Zeeland-Zelanda, Vlaanderen-Flandes, Henegouwen-Henao, Tirol, señor de Vizcaya, de la Marcha Esclavonia, Puerto Haon, Molina, Salins, Triplo, Mechelen-Malinas, Friesland-Frisia, (…) gran maestre y caballero de la orden del Toisón de Oro Carlos de Gante o de Habsburgo, conocido como el emperador Carlos I de España y V de Alemania o simplemente el Cesar, el cual dio supremamente el obispado de Iruinea-Pamplona, escudándose en su privilegio como rey católico de España, ajeno eso en cualquier caso a la legalidad del Estado de Nabarra, al cardenal de Santa Romana de Chiesa, cardenal diácono de los Santos Sergio y Baco, protonotario apostólico y arzobispo de Cosenza, el romano Alessandro Cesarini, quien fue “ordenado” en calidad de administrador apostólico el día 27 de diciembre, mientras continuó potenciando el enfrentamiento en el cabildo pamplonés con la ayuda del virrey español de Navarra.
Con la nueva intentona legitimista y patriótica nabarra del año 1521, la salida del virrey o jefe colonial español de la ciudad de Iruinea-Pamplona, provocó una rebelión espontánea y patriótica entre todos los nabarros que la habitaban, incluido en la persona de Remiro de Goñi y Gurpide, ante los recelos de los (pro) españoles.
Remiro de Goñi y Gurpide, acudió a Atarrabia-Villava para presentarse ante el jefe del ejército de liberación. Concretamente ante el capitán general de los reyes de Francia y de Nabarra, conde de Montfòrt-Monfort y señor de Lesparre-Lesparrou-Asparroz-Asparrots André de Foix y Aidia de Lescun. Remiro de Goñi y Gurpide, como miembro de la catedral de Iruinea-Pamplona y del brazo eclesiástico, tomo juramento de los Fueros al lugarteniente en nombre de rey Enrique II de Nabarra.
El 30 de junio, domingo, en las campas de Noain, Ezkirotz-Esquiroz y Barbatain, tuvo inicio a las 14:00 horas una la batalla campal entre el ejército invasor del Reino imperial español de 30.000 hombres de armas españoles, frente al ejército de resistencia formando por nabarros y sus aliados franceses de apenas 8.000 patriotas nabarros y sus aliados franceses. En las tropas nabarras estuvo Remiro de Goñi y Gurpide.
Tras la derrota del ejército nabarro y sus aliados franceses, algunos pudieron escapar de la muerte o a la prisión, gracias a la ligereza de sus caballos,.Pedro de Nabarra y de la Cueva, Fabrique de Nabarra, Arnault de Agramont, Miguel de Jaso y Azpilcueta, Juan de Azpilcueta y Jaso, Martin de Goñi y Gurpide, Remiro de Goñi y Gurpide, Jaime Belaz de Medrano, Victor de Mauleon, Jaime de Iturmendi, Juan Urra, Juan Fernandiz de Egües, Valentin de Jaso y Lerroux-Lerrutz, junto a algunos otros más, que se refugiaron al norte del Pirineo tras pasar por diversos puertos de montaña, incluso por pasos bearno-aragoneses.
Ante una nueva intento legitimista y patriótica nabarra, Remiro de Goñi y Gurpide permaneció en la Corte de los nabarros en el vizcondado de Biarno-Bearne junto al legítimo rey Enrique II de Nabarra a modo de consejero, al ser buen conocedor de las Leyes y Costumbres del Estado de Nabarra.
En el año 1523 ante el ataque español de las Tierra de vascos y del vizcobdado de Biarno-Bearne, Remiro de Goñi y Gurpide, junto a aquellos patriotas nabarros que estaban junto al rey Enrique II de Nabarra, prepararon las defensas de Ortheze-Ortès y Paue-Pau, para hacerse fuerte y resistir la invasión española, consiguiendo con ello frenar la acometida imperial española.
El 29 de febrero del año 1524, el emperador Carlos I de España y V de Alemania, decretó un “perdón universal” para todos los nabarros. Eso si, con la condición de su sometimiento y la entrega de la fortaleza nabarra cantábrica de Hondarria-Fuenterrabia. En dicho “perdón” estaba incluido Remiro de Goñi y Gurpide.
Remiro de Goñi y Gurpide regreso a la ciudad de Iruinea-Pamplona en el año 1525, tras conocer en la ciudad de Paue-Pau el encarcelamiento del rey Enrique II de Nabarra, suceso ocurrido tras caer derrotado el monarca nabarro junto al rey François I de France en la batalla de Pavia. Pero allí dejó escritos diversos apuntes sobre el Derecho vascón y pirenaico, que sirvieron de bases para el futuro Fuero del Biarno-Bearne, el cual fue publicado años después, concretamente en el año 1551.
Ya de regreso a la ciudad de Iruinea-Pamplona, Remiro de Goñi y Gurpide se hizo cargo de la administración de la diócesis pamplonesa, ostentando nuevamente los cargos de tesorero y arcediano de la tabla de la catedral iruñesa. Siendo su primera labor la realización y/o copia de los estatutos de los vicarios tras el sínodo convocado por el administrador apostólico Alessandro Cesarini.
En abril del año 1530, Remiro de Goñi y Gurpide permutó con Juan Rena la tesorería de la catedral de Iruinea-Pamplona, por el arcedianato de Ursun. Un año después, intercedió e influyó por Franzes de Jaso y Azpilcueta, para que éste, familiar suyo, obtuviera una canonjía en la sede episcopal de Iruinea-Pamplona.
Remiro de Goñi y Gurpide fue el ejecutor de la bula tripartita en el monasterio y hospital de la Real Colegiata de Santa María de Orreaga-Roncesvalles. En Peralta construyó una capilla en honor a Santa Bárbara. Hasta su muerte tomó parte en numerosos procesos judiciales eclesiásticos y también civiles; aunque estos últimos, eso sí, siempre subordinados a los gobernantes españoles para la región de Navarra.
Remiro de Goñi y Gurpide siempre fue un hombre preocupado por la res-pública, como lo demuestra el que fuera el promotor y un cooperador decisivo, en la construcción privada del Hospital General de Nuestra Señora de la Misericordia. Para ello aportó desde los inicios de la construcción en el año 1545, hasta su conclusión en el año 1551, la cantidad de 7.000 ducados.
Publico dos obras, las cuales fueron editadas en Tolosa-Toulouse y en Lion-Lyon, en los años 1549 y 1550. La más importante fue la que trató sobre el subsidio caritativo, donde Remiro de Goñi y Gurpide reflexionó sobre de la inmunidad eclesiástica, destacando su defensa de la dispensa de las iglesias y los clérigos con respecto a las cargas tributarias de la autoridad civil, independientemente de la nacionalidad de esta última.
Remiro de Goñi y Gurpide murió en el año 1554 sin ver colocada la nueva fachada del hospital que él mismo había encargado. Fue enterrado en la capilla existente en el mismo edificio.
Juan de Villareal
Nacido como San Juan de Altuna y Alzola hacia el año 1517 en Urretxu-Villareal de Urrechua dentro del Reino de España. Hijo de Pedro de Altuna y María de Alzoza. Algunas veces firmaba como Juan de Villareal y Altuna, e incluso con los apellidos troncados. El 4 de febrero del año 1542, contrajo matrimonio con Juana de Iturbe. Tuvieron seis hijos, cuatro varones y dos féminas, todos ellos nacidos en Urretxu-Villareal de Urrechua.
Es en el año 1556 cuando se trasladó a Iruinea-Pamplona, donde realizó la portada renacentista del Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia, diseñada en un principio por Remiro de Goñi y Gurpide. En la orden de pago se le denomina como artillero del ejército español y entallador de la piedra, con residencia en la ciudad iruñesa.
Ostentó el cargo de veedor de obras de la catedral de Iruinea-Pamplona con carácter vitalicio desde el año 1563, que lo vanaglorió durante toda su vida y le obligó a recorrer la diócesis examinando, ordenando, trazando, realizando, corrigiendo y tasando, las variadas y diversas obras del obispado pamplonés.
Así, realizó diferentes planos y trazados para la construcción en el año 1564 de la parroquia de Santa Fe de Caparroso. En el año 1569 de la Natividad de Nuestra Señora de Garinoain. En el año 1571 la iglesia de San Miguel de Larraga, las capillas y la sacristía de San Esteban de Villanueva de Yerri, iglesia de Olza, parroquia de Eugui, iglesia de San Esteban de Oiartzun. Además de iglesias diseñó trazas para la construcción de varios cementerios, como los de Hirriberri Deierri-Villanueva de Yerri, Ezkaba-Ezcaba u Oskotz-Oscoz, y para las torres de las de la parroquia de Monteagudo, Arre o Antxoritz-Anchóriz.
Entre las tasaciones que llevó a cabo se encuentran las de los retablos de las parroquias de Piedramillera en el año 1565, Mues-Mués en el año 1566, Sarría en el año 1574, Otsagabia-Ochagavía en el año 1578, Amunarritz-Munárriz en el año 1579, Santsomain-Sansomáin en el año 1580 y Legaria en el año 1582.
Además de ejercer su cargo como veedor, contrató obras propias, como las realizadas en la parroquia de San Salvador de Lacunza en el año 1566, en la sacristía de la catedral de Pamplona en el año 1572 o en la capilla mayor de la iglesia de San Juan Bautista de Ibiricu en el año 1582.
Falleció en Iruinea-Pamplona el 7 de octubre del año 1584.
¿Es el escudo de Nabarra?
A pesar de la primera impresión, veo dos opciones para la inserción o no, de las cadenas en este blasón. La primera es que el autor de la portada, a modo particular, labrara dichas cadenas en memoria de las Navas de Tolosa, para ello debería ser conocedor de la leyenda o historia, en la cual Sancho VII el fuerte de Nabarra rompió las cadenas con las estaban encadenados los esclavos en el palenque que protegía a Miramamolin.
Otra, es que el promotor del hospital diseñara dicho escudo con las cadenas de la leyenda de Teodosio de Goñi, encadenado por orden papal como penitencia por el asesinato de sus padres. Estando vagando por Aralar, en una cueva se le apareció un dragón, lo que le hizo implorar al arcángel San Miguel, el cual bajó del cielo y mató al dragón, rompiéndose a continuación las cadenas que portaba, quedan liberado.
Además, por otro lado, este escudo lleva por bordura la cadena de Nabarra, según está dispuesto en el Privilegio de la Unión de Iruinea-Pamplona del año 1423, que heráldicamente es sobre gules filete pomelado de oro.