SOBERANÍA DE NAVARRA by Nabartzale bilduma. Este es el correo para escritos, artículos, comentarios y sugerencias. Los artículos, escritos y comentarios deben estar debidamente firmados por su autor o autora en formato Word. Solo se publicaran aquellos escritos que estén realizados desde la independencia y soberanía de su autor o autora siguiendo los criterios editoriales de los miembros de NABARRAKO BURUJABETASUN-SOBERANÍA DE NAVARRA. nabartzale@gmail.com
2007/12/31
Iruñea, Diciembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Arrano Beltza y la bandera colorada
Nabarralde
La presencia del Arrano Beltza como símbolo del reino de Navarra no se puede constatar con rotundidad. En todo caso, si hubiera hondeado en los castillos de Maule, Agramont, Tutera, Naiara, Iruñea,… como nos dice Patxi Zabaleta, desde Eneko Aritza hasta Sancho VII “El Fuerte”, esta bandera nunca habría sido amarilla (o de oro), sino roja (o gules), color de los vasco(ne)s independientes o navarros.
Es Telesforo Monzón quien, en una interpretación personal, crea la actual bandera del Arrano Beltza. El color amarillo es debido al color amarillento, envejecido por el tiempo y el humo de las velas, del papel donde aparece la silueta del águila que toma como referencia. Algo parecido al “morenico” copatrón de la C.F. de Navarra, que cuando sufrió una restauración se comprobó que era blanco.
En el tapiz del Palacio de Navarra, donde vemos a Sancho VII rompiendo las cadenas en la batalla de las Navas de Tolosa, también aparece un escudo con el Arrano Beltza, con fondo amarillo. Un tapiz realizado por Vicente Pascual, entre el año 1950 y 1952. Mientras, en la vidriera donde está enterrado el monarca vasco(n), en Orreaga, los escudos con el Arrano Beltza son todos sobre fondo rojo. Esta vidriera se hizo con motivo del VII centenario de la famosa batalla, concretamente en el año 1912.
El padre Moret, en su obra Annales de Reyno de Navarra, nos dice que el Arrano Beltza era utilizado a modo personal por los reyes de Navarra, anteriores a Sancho VII, siempre sobre un fondo rojo. Tenemos referencias escritas de esta firma o escudo real desde el reinado de Sancho VII.
Faustino Menéndez Pidal y Javier Martínez de Aguirre, en el libro editado por el Gobierno de Navarra, nos indican que este escudo aparece en el original de la concesión de los fueros a Viana, del año 1219. Para dar credibilidad a su teoría, en la cual el Arrano Beltza proviene del hermano de la reina Margarita, Riquer de L’Aigle, nos dice que la villa de Corella posee un escudo, desde el siglo XIV, donde aparece un águila atrapando un conejo, escudo del tal Riquer de un siglo antes.
Lo que no nos dicen, es decir, lo que nos ocultan a los navarros, es que el escudo del Arrano Beltza, como tal, aparece por ejemplo en Errigoitia, actual provincia de Bizkaia. Un águila negra sobre fondo rojo. Muy semejante al que porta un macero de la Diputación Foral de Navarra.
En ese mismo libro se oculta también la existencia de la bandera que aparece en el Libro de reconoscimento de todos los Reynos, del siglo XIV, por lo que nunca podrán hilvanar la trayectoria de una bandera colorada, que acabó siendo el estandarte del movimiento de Karl Marx y Friedrich Engels, base de los movimientos revolucionarios del mundo, cuya roja bandera y no su cinta, está inspirada en la bandera colorada que portaban 300 navarros en su intento de reconquista de Iruñea, como nos dice el cronista español del Duque de Alba, Correa. Una relación mostrada por Federico Krutwing en su libro Vasconia.
2007/12/22
2007/12/20
Las Palmas de G.C., Diciembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
De sobremesa en Canarias
Nabarralde
Durante mi estancia en la isla de Gran Canaria tuve el placer de ser invitado a una auténtica cena canaria, siendo las papas arrugadas, bañadas con mojo picón, el plato que más a gusto saboreé. Un plato sencillo, substancioso y picantón, muy parecido al carácter abierto de las gentes de esta tierra.
En total nos encontrábamos 11 personas que, tras la copiosa y exquisita cena, nos dividimos en dos grupos. Mientras unos disfrutaban del karaoke, los demás nos quedamos de sobremesa, comenzando un debate político. Al principio me mantuve al margen, ya que se referían a política canaria y española, sin realizar ninguna referencia a Navarra, nuestro Estado.
Tras una media hora, un participante en el debate no pudo evitar referirse al régimen foral que mantiene la C.F. de Navarra, poco solidario con el resto del Reino de España. Enseguida les contesté que durante los próximos cinco años debemos pagar como tributo de conquista la nada despreciable cifra de 700 millones de Euros, 116.457.600.000 millones de las antiguas pesetas. A continuación les pregunté cuánto pagaba la provincia de G.C., a lo cual no supieron o no quisieron contestar.
Les indiqué que ese régimen foral no tiene nada que ver con los Fueros o leyes navarras, que regían a los navarros libres y soberanos. Por encima les hablé de la extensa historia de los navarros, cuyo nombre debemos a los francos, ya que así llamaron a los vasco(ne)s independientes.
Esto provocó la ya tan habitual pregunta y la consiguiente afirmación: "¿Los vascos son navarros? Yo pensaba que los vascos querían incorporar Navarra a Euskadi". Le comenté que el Estado que hemos tenido (y tenemos) los vasco(ne)s fue (y es) Navarra. Una Navarra no como la actual, sino con mucho más territorio, teniendo unas fronteras mucho más extensas a la par de naturales, que las conocidas y obligadas en la actualidad, reducidas por invasiones y ocupaciones militares, realizadas a lo largo de siglos, concretamente desde 1054.
Una atenta compañera de mesa me dijo que esos eran otros tiempos, la Edad Media, que quedaban muy lejos. Tras sonreírme ligeramente, pues esperaba algo así, le dije: "eso no justifica la invasión y ocupación militar de mi país, como tampoco se podía justificar el genocidio realizado por los españoles a los aborígenes canarios".
Les informé de las continuas agresiones de las fronteras de Navarra, provocando amputaciones territoriales que se pagarían con la total pérdida de la independencia para el Estado de los navarros. Esto provocó que por falta del conocimiento de la existencia de un Estado propio, a finales del siglo XIX, por medio de la figura de Sabino Arana, surgiera una búsqueda inapropiada de la independencia, a través de un nacionalismo que se inventa un nombre para un estado, con una nueva y bella bandera. Incluso comienza equivocadamente su planteamiento en cuestión territorial, intentándolo subsanar posteriormente, con su célebre "Zazpiak Bat" (siete en uno), pero con la gran aportación de potenciar una conciencia nacional vasca, con la que poder iniciar una nueva recuperación de la soberanía del Estado navarro.
También les dije que en 2012, los españoles están preparando las celebraciones de la invasión de la Navarra reducida, junto a la Merindad de Ultrapuertos. Para ello continúan con sus manipulaciones históricas, ocultando la verdadera historia, cambiándola por falsedades y mentiras, buscando con ello y de una forma incansable, desde las primeras conquistas y amputaciones del Estado vasco(n), una legitimidad inexistente ante la sociedad navarra y ante el resto de sociedades del mundo.
Un participante del debate se mostró receptivo a mis explicaciones que, por el contrario, a pesar de no compartir el resto, no pudieron ser rebatidas. Tras esta amena y democrática experiencia, nos fuimos a conocer los lugares de moda de la capital canaria. Este nuevo amigo se declaró independentista canario, y se sorprendió por mis conocimientos de la cultura y la historia de los pueblos aborígenes canarios. Sobre todo cuando le recordé que el último "rey", llamado Bentejui, se suicidó antes de entregarse a los españoles, tras haber sido derrotados sus guerreros, como sacrificio a sus dioses.
Ya de retirada, junto al edificio conocido como Basconia, pude observar una pintada muy explícita del sentimiento real de dos pueblos. Uno exterminado y otro oprimido por los descendientes del mito visigótico. La pequeña pintada, a la par de explícita, dice lo siguiente: "Guanches y vascones, de los godos hasta los cojones".
2007/12/07
Iruñea, Diciembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
¿Cinta o bandera?
Nabarralde
El pasado 7 de Diciembre apareció en cartas al director del Diario de Noticias, una réplica a mi artículo “Una bandera colorada”, publicado en el mismo periódico en el día de Navarra. El autor, Andoni Esparza Leibar, saca de contexto un par de párrafos, al ocultar en su carta el autor del que saco la información, con su libro. Este libro se titula Vasconia y es de Federico Krutwig.
Recoge en dicha carta una propuesta encontrada en el libro de Francis Wheel, sobre Karl Marx, en la cual éste propuso a los miembros de la Liga Comunista llevar una cinta roja sobre sus abrigos. Bien, pero una cinta no es lo mismo que una bandera. Posteriormente en la Comuna de París sí aparece una bandera roja, la que señala Krutwig, y es tomada como inspiración por Marx y Engels para su propio movimiento.
Es lamentable que, para reforzar la pobreza de su carta, el señor Andoni Esparza, echara mano de una ocurrencia estúpida que nada tiene que ver con el artículo que escribí. No sé de dónde saca que Karl Marx fuera (o alguien pretendiera que fue) descendiente de la Casa Real de Navarra. Parece que en nuestra tierra no se puede hablar de lo propio sin ridiculizarlo o menospreciarlo con sinsorgadas.
Página del Diario de Noticias:
http://www.noticiasdenavarra.com/ediciones/2007/12/07/opinion/d07opi4.1084314.php#1
¿Cinta o bandera?
Nabarralde
El pasado 7 de Diciembre apareció en cartas al director del Diario de Noticias, una réplica a mi artículo “Una bandera colorada”, publicado en el mismo periódico en el día de Navarra. El autor, Andoni Esparza Leibar, saca de contexto un par de párrafos, al ocultar en su carta el autor del que saco la información, con su libro. Este libro se titula Vasconia y es de Federico Krutwig.
Recoge en dicha carta una propuesta encontrada en el libro de Francis Wheel, sobre Karl Marx, en la cual éste propuso a los miembros de la Liga Comunista llevar una cinta roja sobre sus abrigos. Bien, pero una cinta no es lo mismo que una bandera. Posteriormente en la Comuna de París sí aparece una bandera roja, la que señala Krutwig, y es tomada como inspiración por Marx y Engels para su propio movimiento.
Es lamentable que, para reforzar la pobreza de su carta, el señor Andoni Esparza, echara mano de una ocurrencia estúpida que nada tiene que ver con el artículo que escribí. No sé de dónde saca que Karl Marx fuera (o alguien pretendiera que fue) descendiente de la Casa Real de Navarra. Parece que en nuestra tierra no se puede hablar de lo propio sin ridiculizarlo o menospreciarlo con sinsorgadas.
Página del Diario de Noticias:
http://www.noticiasdenavarra.com/ediciones/2007/12/07/opinion/d07opi4.1084314.php#1
2007/12/04
Iruñea, Diciembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Milenios de invasiones
Nabarralde
Tras leer el librico seudo histórico, titulado Milenios de convivencia, editado por el Gobierno de la C.F. de Navarra, y escrito por Luis Javier Fortún Pérez de Ciriza, me he decidido a escribir este breve artículo para denunciar una nueva acción encaminada a ocultar la verdadera historia de esta tierra y sus gentes. La convivencia que el autor y su editor nos dicen viene impuesta por invasiones, más o menos violentas, realizadas a este país a lo largo de milenios.
Ya en la introducción, firmada por el Gobierno de Navarra, nos dicen que la historia común de un pueblo conforma el carácter específico de su colectividad. Este carácter constituye a su vez las claras y arraigadas señal de su identidad. A continuación pasamos a leer, como un latigazo de autoridad, la utilización del nombre político de nuestro Estado, Navarra, que no aparecerá como tal hasta el reinado del vasco(n) Sancho VI “El Sabio”, el cual es utilizado como sujeto de una cultura y forma de ser propias, influenciada por otros pueblos, culturas y tendencias.
A pesar de la afirmación realizada, concerniente a que esto supone una (falsa) conservación del patrimonio, nunca se puede llegar a realizar la afirmación que nos encontramos en dicha introducción, que pretende asemejarse a la que en su día afirmó William Shakespeare: “Navarra será la admiración del Mundo”, ya que Navarra actualmente no es un Estado soberano como cuando incluyó este inglés dicha frase en su obra titulada: “Trabajos de amor perdidos”.
Desde esta misma introducción nos venden la información que nos encontramos en los siguientes cuatro capítulos, más la genealogía dinástica que aparece al final del libro. Una narración engañosa de lo ocurrido en la historia del pueblo que creó, por las circunstancias políticas que les rodearon a principios del siglo IX, el reino de Pamplona. En su interior encontramos perlas como las de “vascones españoles” o “navarros”, otorgando esta falsa afirmación a fuentes francas de finales del siglo VIII. Eso sí, careciendo de bibliografía que poder consultar.
En un principio mi indignación fue tal que me puse a escribir un montón de correcciones, apreciaciones y aportaciones de datos realmente importantes, hasta que entendí cuál era la verdadera intención del librico, que ni siquiera ha sido editado en la lengua de los navarros o euskara. La intención es repasar unos hechos históricos escritos por los españoles, tratando de justificar la invasión militar de las tropas castellano-aragonesas del Falsario, con el Duque de Alba y el desertor Luis de Beaumont al frente de las castellanas y el obispo de Zaragoza al frente de las aragonesas.
Este librico oculta de continuo las agresiones militares a lo largo de este último milenio, silencia la existencia del Ducado de Vasconia, semilla del Reino de Pamplona, olvida el incumplimiento de al menos dos Tratados fronterizos por parte de Castilla, tapa la verdadera extensión del Reino de Pamplona y posterior Navarra, niega la ingerencia en la política del Estado navarro, realizada en numerosas ocasiones por otros estados, como ejemplo el papal con sus bulas, y pasa de largo de la unidad a ambos lados del Pirineo bajo el Reino de Pamplona y también de Navarra.
También oculta la existencia de tenencias pertenecientes al Reino y no hereditarias, da credibilidad a un falso testamento, mientras oculta otros testamentos, ignora la Corte navarra legítima situada en Pau, dando credibilidad a unas cortes ilegítimas y en contrafuero al existir un Virrey y tropas extranjeras en la Navarra reducida, se legitima unas dinastías que no la tienen, y defiende la mal llamada Ley Paccionada... Entre otras cosas, demuestra las clarísimas intenciones del escritor de este panfleto.
Este panfleto político se encamina a preparar las celebraciones de la invasión militar de 1512, que ocasionó una pérdida insalvable para la existencia del Estado soberano de los navarros, pese a mantenerse durante un siglo más, al norte de los Pirineos. El año 2012 pretenden que sea un año de celebración a costa de los navarros, ya que Navarra es un tema de estado para los españoles y máximo exponente del paradigma de su unidad nacional.
Este panfleto no es el principio, sino la continuidad de las diferentes acciones que realizan los españoles desde la invasión, todas ellas encaminadas a legitimarse ante la sociedad navarra (algo que, como el “Domuit vascones”, no acaban de conseguir). La lectura de este panfleto me reafirma en mis creencias, es decir, que durante estos siglos de ocupación la ocultación de la verdad, escuchar medias verdades, más falsedades y mentiras, es la constante con las cuales convivimos o sufrimos los navarros.
2007/11/26
Iruñea, Noviembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Trebiño
Nabarralde
El estatuto de la comunidad autónoma de Castilla-León impide que Trebiño se desvincule de la provincia de Burgos y pase a integrarse en Araba. Un deseo de la mayoría de los habitantes de Trebiño, plasmado durante y tras la dictadura franquista con mayor fuerza. Este es un ejemplo claro de la llamada democracia española, heredera de la dictadura del generalísimo.
El Diputado en Cortes, Olabarria, denunció tras conversar en esas Cortes del Reino de España con políticos del P.P. que "el enclave de Treviño se ha convertido para algunos partidos en el paradigma de la unidad de España".
Respetando siempre la elección de los habitantes de ese condado, cuya opción es la de integrarse en la provincia de Araba, pasemos a ver cuales son sus antecedentes históricos para reivindicar su inclusión en ese territorio vasco. Comencemos por la organización territorial (moderna) del Reino de España.
En el año 1833 se formula la división del territorio de España en forma de provincias, como hemos llegado a la actualidad, sumándose a ellas la provincia de Navarra, tras la conversión forzada del Reino, tras la derrota de la primera guerra carlista y la Ley mal llamada Paccionada. En esta división el condado de Trebiño fue integrado en la provincia castellana de Burgos.
Previamente, en el año 1646 se intentó (re)incorporar el condado a la Hermandad, otros dicen provincia, de Álava. Para algunos este dato demuestra la unidad de Treviño y Álava, comparándola con la real incorporación de Oñate a Guipúzcoa o las Encartaciones a Vizcaya, siempre bajo la estructura estatal del Reino de España.
En 1417, Vitoria, Salvatierra y Treviño conformaron la Hermandad dentro de la corona castellana. Este régimen de Hermandad es la continuidad del creado en el año 1358. En ella participaban no sólo ciudades o villas de la actual Álava, sino otras villas, pueblos y ciudades que, al igual que las alavesas, formaron parte del Reino de Pamplona o Navarra. Así: Logroño, Nájera, Santo Domingo, Miranda, Briones, Salinas de Añana, Salinillas, Labastida, Portilla, Lapuebla de Arganzón, Peñacerrada, Santa Cruz de Campezo y Haro.
Si acudimos al origen, nos podemos preguntar quién fundó y otorgó fueros a la villa de Trebiño. Pero aún antes, hay que citar otro hecho importante. En dicha localidad existía un castillo defensivo navarro; en diferentes documentos podemos encontrar a sus tenentes o funcionarios, en forma de alcaides, desde el año 1076. En el siglo XII, concretamente en el año 1161, el rey vasco(n), Sancho VI “el Sabio”, concede el título de villa a Trebiño. Este dato lo podemos encontrar en una inscripción de la ermita, antigua iglesia, de San Juan.
Durante la conquista de 1200, esta villa navarra, con su castillo, aguantó las acometidas de las tropas invasoras castellanas. Nunca fue rendida, pero las circunstancias estratégicas de la guerra obligaron a su intercambio por otras plazas navarras situadas más en el interior del territorio navarro, y por ello más peligrosas en cuanto avanzadilla castellana. La imposibilidad de poder enviar ayuda a los sitiados de Gasteiz, tras más de nueve meses de asedio castellano, fue una de las claves de la entrega de la inexpugnable villa de Treviño, lo cual significó una perdida incuestionable para la posterior defensa de la soberanía del Estado de los vasco(ne)s, Navarra.
2007/11/23
Iruñea, Noviembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Banderas: unas impuestas, otra querida y otra deseada
Nabarralde
Antes de leer un interesante artículo de Gaizka Amorrortu Bóveda en Deia, titulado: “¿Por qué nos imponen su bandera?”, ya tenía la respuesta. Una respuesta obvia, sencilla: porque nos vencieron militarmente y ocuparon. Una vez leído en su totalidad, me ha dado motivos para este artículo, con el cual pretendo aportar y colaborar con algunos matices y comentarios.
Los vascos del sur de los Pirineos, divididos en dos Comunidades, nos vemos obligados a ver como ondea la bandera del Reino de España, estado que nos invadió con sus ejércitos, en Ayuntamientos, Casas de Juntas y Diputaciones Forales, sin olvidarnos de los cuarteles, comisarías, Delegaciones del Gobierno y demás instituciones españolas. Algunos Ayuntamientos han escapado, de diferentes maneras, al obligatorio alzamiento de la enseña de España, hasta hace poco, desafiando unas leyes que no son nuestras.
Por otra parte, los vascos del norte de los Pirineos se ven obligados a saludar la bandera tricolor de la República de Francia. Este otro estado, al igual que el español, utilizó la violencia y la fuerza de las armas para apropiarse de los restos del Estado soberano, que permanecía representando a los vascos libres, ante las grandes potencias imperiales que les rodeaban. Aumentó su presión tanto política como militar tras la revolución francesa.
La bandera del Reino de España, como la de la República de Francia, son banderas impuestas en territorio conquistado. Desde los primeros territorios invadidos, siempre han realizado una destrucción de aquellos símbolos que recordaran a nuestro Estado soberano. La falta de símbolos, o mejor dicho, el desconocimiento de los símbolos propios y de la existencia de nuestro Estado, ocasionó la invención de un nombre para nuestro país y, cómo no, de una bandera que lo representara.
En un principio la nueva bandera representaba a un territorio pequeño. A pesar de los confusos significados de sus colores y forma, fue rápidamente asimilada por la mayoría del pueblo vasco. Su aceptación fue amplia al sur del Pirineo, pero también al norte, donde se la podía ver ondear al viento, sobre todo durante la dictadura franquista. Muchos arriesgaron, y no sólo la libertad, al colocarla en montañas, grúas, paredes, farolas…
En la actualidad esta bandera es oficial en la Comunidad Autónoma Vasca, dentro del Reino de España. Sólo en esa comunidad es legal izarla en Ayuntamientos, Casa de Juntas y Diputaciones. Incluso está en comisarías, Delegaciones del Gobierno y demás instituciones del Estado español, eso sí, junto a la hispana. Mientras, en la Comunidad Foral de Navarra, como al norte del Pirineo, está prohibida su colocación en los edificios públicos.
Esta bandera nunca ha representado a un Estado y en actualidad pertenece a una comunidad interna del Reino de España. El pueblo vasco la reconoce como un símbolo propio, pero no de nuestro Estado. Hay bastantes vascos repartidos por el mundo que, junto a la bandera de nuestro pueblo, alzan la de sus respectivos estados, como México, Argentina o EE.UU. Esta bandera –ikurriña- pretendía ser la del Estado libre de los vascos y se ha quedado en un signo comparable a los de los diferentes pueblos nativos o indígenas que hay en el mundo.
Mientras, en la Comunidad Foral de Navarra, al igual que en la C.A.V., nos vemos obligados a ver ondear la bandera española. No se nos permite colocar la ikurriña, ya que es la bandera oficial de otra Comunidad. En su lugar se eleva una bandera asimilada por los invasores, que sí representó en su día al Estado de los vasco(ne)s. Es una bandera colorada, la bandera del Estado de Navarra. Pero muchos han olvidado que fue –que es- la nuestra.
Artículo del Deia: http://www.deia.com/es/impresa/2007/11/22/bizkaia/iritzia/419598.php?despiece=1
Banderas: unas impuestas, otra querida y otra deseada
Nabarralde
Antes de leer un interesante artículo de Gaizka Amorrortu Bóveda en Deia, titulado: “¿Por qué nos imponen su bandera?”, ya tenía la respuesta. Una respuesta obvia, sencilla: porque nos vencieron militarmente y ocuparon. Una vez leído en su totalidad, me ha dado motivos para este artículo, con el cual pretendo aportar y colaborar con algunos matices y comentarios.
Los vascos del sur de los Pirineos, divididos en dos Comunidades, nos vemos obligados a ver como ondea la bandera del Reino de España, estado que nos invadió con sus ejércitos, en Ayuntamientos, Casas de Juntas y Diputaciones Forales, sin olvidarnos de los cuarteles, comisarías, Delegaciones del Gobierno y demás instituciones españolas. Algunos Ayuntamientos han escapado, de diferentes maneras, al obligatorio alzamiento de la enseña de España, hasta hace poco, desafiando unas leyes que no son nuestras.
Por otra parte, los vascos del norte de los Pirineos se ven obligados a saludar la bandera tricolor de la República de Francia. Este otro estado, al igual que el español, utilizó la violencia y la fuerza de las armas para apropiarse de los restos del Estado soberano, que permanecía representando a los vascos libres, ante las grandes potencias imperiales que les rodeaban. Aumentó su presión tanto política como militar tras la revolución francesa.
La bandera del Reino de España, como la de la República de Francia, son banderas impuestas en territorio conquistado. Desde los primeros territorios invadidos, siempre han realizado una destrucción de aquellos símbolos que recordaran a nuestro Estado soberano. La falta de símbolos, o mejor dicho, el desconocimiento de los símbolos propios y de la existencia de nuestro Estado, ocasionó la invención de un nombre para nuestro país y, cómo no, de una bandera que lo representara.
En un principio la nueva bandera representaba a un territorio pequeño. A pesar de los confusos significados de sus colores y forma, fue rápidamente asimilada por la mayoría del pueblo vasco. Su aceptación fue amplia al sur del Pirineo, pero también al norte, donde se la podía ver ondear al viento, sobre todo durante la dictadura franquista. Muchos arriesgaron, y no sólo la libertad, al colocarla en montañas, grúas, paredes, farolas…
En la actualidad esta bandera es oficial en la Comunidad Autónoma Vasca, dentro del Reino de España. Sólo en esa comunidad es legal izarla en Ayuntamientos, Casa de Juntas y Diputaciones. Incluso está en comisarías, Delegaciones del Gobierno y demás instituciones del Estado español, eso sí, junto a la hispana. Mientras, en la Comunidad Foral de Navarra, como al norte del Pirineo, está prohibida su colocación en los edificios públicos.
Esta bandera nunca ha representado a un Estado y en actualidad pertenece a una comunidad interna del Reino de España. El pueblo vasco la reconoce como un símbolo propio, pero no de nuestro Estado. Hay bastantes vascos repartidos por el mundo que, junto a la bandera de nuestro pueblo, alzan la de sus respectivos estados, como México, Argentina o EE.UU. Esta bandera –ikurriña- pretendía ser la del Estado libre de los vascos y se ha quedado en un signo comparable a los de los diferentes pueblos nativos o indígenas que hay en el mundo.
Mientras, en la Comunidad Foral de Navarra, al igual que en la C.A.V., nos vemos obligados a ver ondear la bandera española. No se nos permite colocar la ikurriña, ya que es la bandera oficial de otra Comunidad. En su lugar se eleva una bandera asimilada por los invasores, que sí representó en su día al Estado de los vasco(ne)s. Es una bandera colorada, la bandera del Estado de Navarra. Pero muchos han olvidado que fue –que es- la nuestra.
Artículo del Deia: http://www.deia.com/es/impresa/2007/11/22/bizkaia/iritzia/419598.php?despiece=1
2007/11/20
Iruñea, Noviembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
El fraude Foral
Nabarralde
Los defensores de la conquista militar en la Navarra reducida o C.F. braman a los cuatro vientos el beneficio que conlleva la unidad forzada para el último territorio que mantiene la referencia del Estado de los vasco(ne)s. Su última “hazaña” es la referida a materia económica en Noviembre de 2007, basándose en ese inexistente pacto, en el cual la Navarra reducida trata de igual a igual al reino imperialista de España.
Un pacto obligado, que se divide en quinquenios, por el cual la C.F. de Navarra realiza una aportación solidaria, siempre según los españoles, al conjunto del estado que mantiene la ocupación militar en los territorios navarros del sur de los Pirineos. Desde las instituciones de la C.F., donde se encuentran los partidos mal llamados navarros, sucedáneos del Partido Popular español, insisten en la vuelta a la normalidad, retardada por unos años, por las enemistades entre la derecha española y el P.S.O.E.
Para U.P.N. y su falsa escisión en forma de C.D.N., disfraces del P.P. en la Navarra reducida, este acto de aportación económica, no solidaria, sino obligada e impuesta tras la conquista militar, es el acto que mejor refleja la singularidad de la C.F.N. dentro del reino de España. Según ellos, tras tres años de malas relaciones institucionales, esto significa una vuelta a algo que siempre ha caracterizado a ambas administraciones.
U.P.N., al igual que el C.D.N., esconden tras la defensa del falso pacto, impuesto por España, con su Constitución y la llamada Ley Paccionada, la carga económica que significa para la Navarra reducida, en especial para sus ciudadanos y ciudadanas. Pero no son los únicos, ya que desde el P.S.O.E. también se defiende esta imposición, diciendo que el pactismo es el camino. Un camino que conlleva la pérdida de identidad, no sólo económica, sino política también, para la Navarra reducida.
También en el Parlamento Europeo la derecha española defiende la particularidad impuesta para la Navarra reducida. Ante la propuesta realizada desde el grupo de los verdes, por E.A., saltan en defensa de esa particularidad para la C.F.N. Llegando a compararla con la particular hacienda de las islas portuguesas de las Azores.
A su vez, critican el equivocado planteamiento de E.A., que comienza diciendo: “The four Basque provinces…”. Con ello pretenden desmontar el paradigma aranista que realiza E.A., el cual nos dice que para mantener el régimen económico de las provincias de Bizkaia, Alaba, Gipuzkoa y Navarra, es necesario que estos conformen un Estado soberano dentro de la Comunidad Europea.
Los españoles insisten en la particularidad de cada Diputación provincial, y llegan a afirmar que, para que mantuvieran sus particularidades, no deberían formar un estado, sino cuatro. Una vez más buscan la división de los navarros, división ocasionada por las conquistas militares de su estado. No nos recuerdan que dichas haciendas son heredadas del Fuero del reino de Navarra.
En resumen, la C.F. de Navarra tendrá que aportar 700 millones de euros al año, durante al menos, cinco años. Esto supone una sangría considerable para los bolsillos de la ciudadanía navarra. Mientras estos políticos, mal llamados navarros, engordan sus bolsillos a costa de la defensa de la conquista militar del Estado de Navarra.
2007/11/14
Iruñea, Noviembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Gentes con Derecho
Nabarralde
En los últimos tiempos nos estamos acostumbrando a escuchar la expresión estado de derecho. Esta referencia se hace no sólo desde las instituciones del reino de España, sino de cualquier partido español. Con ello, además de pretender justificar las diferentes conquistas militares sobre nuestro Estado, también les sirve para negar el derecho del pueblo vasco a ser soberano.
Un derecho reflejado en el 2º punto de la resolución 1514 de las Naciones Unidas, el 14 de Diciembre de 1960. Dicho punto dice lo siguiente:
“Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural”.
Para muchos vascos ésta es la vía de la consecución de la creación de un Estado vasco. Una vía basada en las ideas de finales del siglo XIX, de Sabino Arana. Se puede decir que todos los partidos nacionalistas vascos, ya sean de derecha, centro o izquierda, que buscan la independencia, siguen fieles a la idea heredada de este paradigma.
A pesar de existir la resolución de las N.U., desde el estado español niegan esta posibilidad. Achacan la falta de existencia de un Estado vasco en la historia, utilizando en nuestra contra las equivocadas ideas del paradigma aranista. Un paradigma en el cual, la creación y conformación de ese Estado independiente, llamado Euzkadi, no tiene una base histórica en que sostenerse, entre otros muchos errores.
Pero no se quedan ahí, sino que van más allá al afirmar la existencia de un mismo planteamiento en la actualidad, principalmente por parte de los partidos nacionalistas vascos, de aquellos planteamientos que mantenía Arana a finales del siglo XIX. Prestan principal y maliciosa atención a un planteamiento habitual contemporáneo de Arana, respecto a la división y diferencia humana en razas. Un planteamiento que no se da en la actualidad en ningún partido nacionalista vasco. Con ello tachan de racistas a los partidarios de este paradigma, buscando ilegitimar la idea independentista para un nuevo estado, importándoles muy poco, como siempre, lo que digan las N.U.
En la C.F.N. existen unos partidos políticos, malamente llamados navarros, que han creado otro paradigma. Este se basa en ese supuesto estado de derecho del reino de España y en la falsa unión pactada entre el Estado navarro y el español. Dicen defender el Fuero navarro, algo que ellos mismo se han encargado de eliminar. Para ello tergiversan la historia del Estado navarro, buscando siempre su beneficio, el cual es contrario al Derecho de los navarros. Pero hay algo que no pueden esconder, y es la realidad histórica y política de la existencia de un Estado para los navarros.
Repasando la historia, podremos comprobar que se dio una unidad política de los diferentes territorios vasco(ne)s dentro del Reino de Pamplona o Navarra. Una unidad estatal, la cual nos da el Derecho histórico y político de recuperar la soberanía para nuestro Estado. Con este paradigma orientado en recuperar un Estado propio, los españoles y franceses no tendrán argumentos con los cuales negar a los habitantes de esta tierra el derecho a ser independientes.
A su vez, esta vía no la pueden tachar de racista, ya que en ella no sólo los vascos son navarros. A pesar del origen político de este término, que empleaban los francos para designar y diferenciar a los vasco(ne)s independientes de los que tenían sometidos, la evolución posterior a lo largo de la historia nos demuestra la existencia de navarros de otras etnias, pueblos o naciones. El ser navarros les convertía en sujetos de Derecho. Por lo tanto, la recuperación del Estado de Navarra nos convertirá verdaderamente en ciudadanos, y significará que realmente, seamos gentes con Derecho.
Gentes con Derecho
Nabarralde
En los últimos tiempos nos estamos acostumbrando a escuchar la expresión estado de derecho. Esta referencia se hace no sólo desde las instituciones del reino de España, sino de cualquier partido español. Con ello, además de pretender justificar las diferentes conquistas militares sobre nuestro Estado, también les sirve para negar el derecho del pueblo vasco a ser soberano.
Un derecho reflejado en el 2º punto de la resolución 1514 de las Naciones Unidas, el 14 de Diciembre de 1960. Dicho punto dice lo siguiente:
“Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural”.
Para muchos vascos ésta es la vía de la consecución de la creación de un Estado vasco. Una vía basada en las ideas de finales del siglo XIX, de Sabino Arana. Se puede decir que todos los partidos nacionalistas vascos, ya sean de derecha, centro o izquierda, que buscan la independencia, siguen fieles a la idea heredada de este paradigma.
A pesar de existir la resolución de las N.U., desde el estado español niegan esta posibilidad. Achacan la falta de existencia de un Estado vasco en la historia, utilizando en nuestra contra las equivocadas ideas del paradigma aranista. Un paradigma en el cual, la creación y conformación de ese Estado independiente, llamado Euzkadi, no tiene una base histórica en que sostenerse, entre otros muchos errores.
Pero no se quedan ahí, sino que van más allá al afirmar la existencia de un mismo planteamiento en la actualidad, principalmente por parte de los partidos nacionalistas vascos, de aquellos planteamientos que mantenía Arana a finales del siglo XIX. Prestan principal y maliciosa atención a un planteamiento habitual contemporáneo de Arana, respecto a la división y diferencia humana en razas. Un planteamiento que no se da en la actualidad en ningún partido nacionalista vasco. Con ello tachan de racistas a los partidarios de este paradigma, buscando ilegitimar la idea independentista para un nuevo estado, importándoles muy poco, como siempre, lo que digan las N.U.
En la C.F.N. existen unos partidos políticos, malamente llamados navarros, que han creado otro paradigma. Este se basa en ese supuesto estado de derecho del reino de España y en la falsa unión pactada entre el Estado navarro y el español. Dicen defender el Fuero navarro, algo que ellos mismo se han encargado de eliminar. Para ello tergiversan la historia del Estado navarro, buscando siempre su beneficio, el cual es contrario al Derecho de los navarros. Pero hay algo que no pueden esconder, y es la realidad histórica y política de la existencia de un Estado para los navarros.
Repasando la historia, podremos comprobar que se dio una unidad política de los diferentes territorios vasco(ne)s dentro del Reino de Pamplona o Navarra. Una unidad estatal, la cual nos da el Derecho histórico y político de recuperar la soberanía para nuestro Estado. Con este paradigma orientado en recuperar un Estado propio, los españoles y franceses no tendrán argumentos con los cuales negar a los habitantes de esta tierra el derecho a ser independientes.
A su vez, esta vía no la pueden tachar de racista, ya que en ella no sólo los vascos son navarros. A pesar del origen político de este término, que empleaban los francos para designar y diferenciar a los vasco(ne)s independientes de los que tenían sometidos, la evolución posterior a lo largo de la historia nos demuestra la existencia de navarros de otras etnias, pueblos o naciones. El ser navarros les convertía en sujetos de Derecho. Por lo tanto, la recuperación del Estado de Navarra nos convertirá verdaderamente en ciudadanos, y significará que realmente, seamos gentes con Derecho.
2007/11/08
Iruñea, Noviembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Una bandera colorada
Nabarralde
En el año 1910, Arturo Campión junto a Oloriz y Altadill diseñan la actual bandera para la Navarra reducida, siendo aprobada ese mismo año por la Diputación Foral. Esta es reinstituida en el año 1982, al establecerse en la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral que la bandera de Navarra (C.F.) es roja con el escudo en el centro.
El escudo de su interior ha sufrido diferentes modificaciones durante el siglo XX, siempre impuestas por la estructura del estado español, que mantiene el sometimiento sobre los territorios navarros del sur de los Pirineos. Con corona real borbónica, con corona encastillada de la república española o con una cruz laureada durante la dictadura franquista. Pero en todos los casos, siempre se ha mantenido invariable el color de la bandera.
Hay innumerables versiones de donde proviene el color rojo de nuestra bandera. Basándonos en una de ellas, llegaríamos a la deducción de que el color de bandera de nuestro Estado, casi con toda seguridad, proviene del rojo escudo de Sancho VI "El Sabio", ya que es en su época cuando comienza a aparecer la heráldica navarra.
Federico Krutwing, en su libro Vasconia, nos cuenta que durante una sublevación popular contra Luis XIV, cuyo centro principal fue la capital gascona de Burdeos, la población enarbola su propia bandera contra la tiranía proveniente de París. Esta bandera o enseña de identidad y reconocimiento popular es roja.
Se trata de la bandera heredada del Estado de Navarra a través de la casa de Albret. En el siglo XIX, durante la sublevación de los burgueses en tiempos de la Restauración, esta bandera roja pasa a ser el símbolo de la Comuna de París. El símbolo de esta Comuna es tomada por Marx y Engels como estandarte para su movimiento Internacional. La roja bandera del Estado de Navarra es la fuente de inspiración de las banderas revolucionarias populares del mundo.
Volviendo a esta bandera navarra y a pesar de algunas afirmaciones, claramente malintencionadas, que datan la bandera de Navarra a principios del siglo XX, la bandera de los navarros existe, al menos, desde el siglo XIV. De hecho la encontramos en el Libro del conoscimento de todos los Reynos, editado en ese siglo.
Las tropas castellanas, desde las murallas de la ocupada Iruñea, contemplaron dicha bandera entre las tropas navarras de reconquista en el año 1512. No tenemos más que leer en las crónicas del español Correa, que describe la bandera a la cual 300 navarros juraron no desamparar: "una bandera colorada con ciertas bandas de oro en ella…".
Estas bandas doradas no son más que la representación medieval del escudo. Actualmente se puede afirmar que hay varias representaciones de la bandera de nuestro Estado. La diferencia siempre depende de la representación del escudo. La "oficial" es aquella diseñada en el año 1910. Una bandera dócil para el estado que nos conquistó militarmente. Yo, en cambio, me quedo con esa bandera colorada que representa a la Navarra libre y soberana.
Una bandera colorida per Iñigo Saldise Alda
l'any 1910, Arturo Campión al costat de Oloriz i Altadill dissenyen l'actual bandera per a la Navarresa reduïda, sent aprovada aquest mateix any per la Diputació foral. Aquesta és reinstituida en l'any 1982, a l'establir-se en la Llei Orgànica de Reintegració i Amejoramiento del Règim Foral que la bandera de Navarra (C.F.) és vermella amb l'escut en el centre. L'escut del seu interior ha sofert diferents modificacions durant el segle XX, sempre imposades per l'estructura de l'Estat espanyol, que manté la submissió sobre els territoris navarresos del sud dels Pirineus.
Amb corona real borbònica, amb corona encastillada de la república espanyola o amb una creu laureada durant la dictadura franquista. Però en tots els casos, sempre s'ha mantingut invariable el color de la bandera. Hi ha innombrables versions d'on prové el color vermell de la nostra bandera. Basant-nos en una d'elles, arribaríem a la deducció que el color de bandera del nostre Estat, gairebé amb tota seguretat, prové del vermell escut de Sancho VI El Savi, ja que és en la seva època quan comença a aparèixer l'heràldica navarresa.
Federico Krutwing, en seu llibre Vasconia, ens conta que durant una revolta popular contra Luis XIV, el centre principal de la qual va ser la capital gascona de Burdeos, la població enarbora la seva pròpia bandera contra la tirania provinent de París. Aquesta bandera o ensenya d'identitat i reconeixement popular és vermella.
Es tracta de la bandera heretada de l'Estat de Navarra a través de la casa de Albret. En el segle XIX, durant la revolta dels burgesos en temps de la Restauració, aquesta bandera vermella passa a ser el símbol de la Comuna de París. El símbol d'aquesta Comuna és presa per Marx i Engels com estendard per al seu moviment internacional. La vermella bandera de l'Estat de Navarra és la font d'inspiració de les banderes revolucionàries populars del món.
Tornant a aquesta bandera navarresa i a pesar d'algunes afirmacions, clarament malintencionades, que daten la bandera de Navarresa a principis del segle XX, la bandera dels navarresos existeix, almenys, des del segle XIV. De fet la trobem en el Llibre del conoscimento de tots els Reynos, editat en aquest segle.
Les tropes castellanes, des de les muralles de l'ocupada Iruñea, van contemplar aquesta bandera entre les tropes navarreses de reconquesta en l'any 1512. No tenim més que llegir en les cròniques de l'espanyol Correa, que descriu la bandera a la qual 300 navarresos van jurar no desemparar: "Una bandera colorida amb certes bandes d'or en ella…".
Aquestes bandes daurades no són més que la representació medieval de l'escut. Actualment es pot afirmar que hi ha diverses representacions de la bandera del nostre Estat. La diferència sempre depèn de la representació de l'escut. La "oficial" és aquella dissenyada en l'any 1910. Una bandera dòcil per a l'Estat que ens va conquistar militarment. Jo, en canvi, em quedo amb aquesta bandera colorida que representa a la Navarresa lliure i sobirana.
http://www.racocatala.cat/forum/llegir.php?idf=9&fil=5629
A red flag by Iñigo Saldise Alda
In the year 1910, along with Arturo Campión Olóriz Altadill design and the current flag for Navarre reduced, the same year was approved by the Diputación Foral. This is reinstituida in 1982, to settle in the Organic Law of Rehabilitation and Enhancement of the Foral Regime that the flag of Navarre (CF) is red coat in the middle.
The shield of its interior has undergone various modifications in the twentieth century, ever imposed by the structure of the Spanish state, which maintains subjugation on the territories of Navarre south of the Pyrenees. With Bourbon royal crown, with encastillada crown of the Spanish republic or with a red Laureate during the Franco dictatorship. But in all cases, it has always remained the same colour of the flag.
There are countless versions of which come from our red flag. Based on one of them, come to the deduction that the colour flag of our State, almost certainly comes from the red shield of Sancho VI the Wise "because it is in his time when it begins to appear heraldry Navarre .
Krutwing Federico, in his book Vasconia, tells us that during a popular uprising against Louis XIV, whose principal place was the capital gascona Bordeaux, people flying its own flag against tyranny from Paris. This flag or teaches identity and recognition popular is red.
This is the flag inherited from the State of Navarre through the house Albret. In the nineteenth century, during the uprising of the bourgeoisie during the Restoration, this red flag becomes a symbol of the Paris Commune. The symbol of this Commune is taken by Marx and Engels as a banner for International movement. The red flag of the State of Navarre is the source of inspiration for the popular revolutionary flags of the world.
Returning to this flag Navarre and despite some claims, clearly malicious, that the flag of Navarre dating to the early twentieth century, the flag of Navarre there at least since the fourteenth century. In fact can be found in the Book of conoscimento all Reynos, published in this century.
The Spanish troops from the walls of the occupied Iruñea, contemplated such a flag between troops Navarre reconquest in the year 1512. We only have to read in the chronicles of the Spanish Correa, describing the flag to which 300 Navarre vowed not forsake "a red flag with certain bands of gold in it…."
These gold bands are just the representation medieval shield. Today we can say that there are several representations of the flag of our State. The difference always depends on the representation of the shield. The "official" is one designed in 1910. A flag for the docile state that we won militarily. I, however, I remain with that red flag that represents the Navarre free and sovereign.
Айниго Saldise Alda
А красный флаг
В 1910 году, наряду с Артуро Campión Olóriz Алтадиль дизайн и нынешний флаг для Наварра сокращены, в том же году был одобрен Diputación Foral. Это reinstituida в 1982 году, чтобы поселиться в органический закон о реабилитации и повышению надежности Foral Режима, что флаг Наварра (CF) на красном пальто в середине.
Щит его интерьер претерпел различные изменения в двадцатом веке, когда введенные в структуре испанского государства, которое поддерживает игу на территории провинции Наварра к югу от Пиренеев. Что Бурбон королевской короной, с encastillada венец на испанском языке республики или с красным лауреат во время диктатуры Франко. Но во всех случаях, он всегда оставался тем же цвета флага.
Есть бесчисленные варианты, которые поступают из наших красный флаг. Основываясь на одном из них, прийти на вычет, что цвета флага нашего государства, почти наверняка происходит от красного щит Санчо VI Мудрый ", поскольку он в свое время, когда он начинает появляться геральдики Наварра.
Krutwing Федерико, в своей книге Vasconia, рассказывает нам о том, что во время народного восстания против Людовика XIV, чье основное место был столицей gascona Бордо, люди, летевший своим флагом против тирании из Парижа. Этот флаг или учит личности и признание популярен красный цвет.
Это флаг, унаследованных от государства Наваррский через дом Альбрет. В девятнадцатом веке, во время восстания буржуазия в ходе реставрации, это красный флаг стал символом Парижской Коммуны. Символом этого Коммуна принимается Маркса и Энгельса как знамя для международного движения. Красный флаг государства Наварра является источником вдохновения для популярной революционные флаги мира.
Возвращаясь к этим флагом Наварра, и, несмотря на некоторые претензии, явно опасный, что флаг Наварра знакомств в начале ХХ века, флаг Наварра существуют по крайней мере, с четырнадцатого века. В действительности, можно найти в книге conoscimento все Reynos, опубликованные в этом столетии.
Испанские войска из стены на оккупированных Iruñea, предусмотрено такое флаг между войсками Наварра возвращения в 1512 году. Мы только читать в летописи в испанском Корреа, описывающих флага, в которой 300 Наварра поклялся не оставит "красный флаг с некоторыми бандами золота в ней…".
Эти золотые полосы только представительство средневекового щита. Сегодня мы можем сказать, что существует несколько представлений флаг нашего государства. Разница всегда зависит от представительства щитом. В "официальных" является одним разработан в 1910 году. А флаг на docile заявить, что мы выиграли в военном отношении. Я, однако, я по-прежнему в том, что красный флаг, который представляет собой Наварра свободным и суверенным.
Iñigo Saldise Alda
Un drapeau rouge
En l'an 1910, avec Arturo Campión Olóriz Altadill conception et de l'actuel drapeau de la Navarre réduit, la même année, a été approuvé par la Diputación Foral. Ceci est reinstituida en 1982, pour s'installer dans la loi organique de rénovation et d'amélioration du régime foral que le drapeau de la Navarre (FC) est manteau rouge au milieu.
Le bouclier de son intérieur a subi diverses modifications au cours du XXe siècle, jamais imposées par la structure de l'État espagnol, qui maintient la subjugation sur les territoires de la Navarre au sud des Pyrénées. Avec Bourbon couronne royale, avec encastillada couronne de la république ou espagnol avec un lauréat du rouge au cours de la dictature de Franco. Mais dans tous les cas, il est toujours restée la même couleur du drapeau.
Il existe d'innombrables versions qui viennent de notre drapeau rouge. Sur la base de l'un d'eux, arrivé à la déduction que la couleur du drapeau de notre Etat, presque certainement provient du bouclier rouge de Sanche VI le Sage ", car il est dans son temps quand il commence à apparaître l'héraldique Navarre.
Krutwing Federico, dans son livre Basque, nous raconte que lors d'un soulèvement populaire contre Louis XIV, dont le centre était la capitale gascona Bordeaux, les gens battant son propre pavillon contre la tyrannie de Paris. Ce drapeau ou enseigne l'identité et la reconnaissance populaire est rouge.
C'est le drapeau hérité de l'Etat de Navarre grâce à la maison d'Albret. Au XIXe siècle, pendant le soulèvement de la bourgeoisie durant la Restauration, ce drapeau rouge devient le symbole de la Commune de Paris. Le symbole de cette commune est prise par Marx et Engels comme une bannière pour le mouvement international. Le drapeau rouge de l'État de la Navarre est la source d'inspiration de la populaire révolutionnaire drapeaux du monde.
Le retour à ce drapeau Navarre et en dépit de certaines revendications, clairement malicieux, que le drapeau de la Navarre datant du début du XXe siècle, le drapeau de la Navarre là au moins depuis le XIVe siècle. En fait, peut être trouvé dans le livre de conoscimento tous Reynos, publié au cours de ce siècle.
Les troupes espagnoles aux murailles de Pampelune occupés, contemplé un tel drapeau entre troupes Navarre reconquête de l'année 1512. Il suffit de lire dans les chroniques de l'espagnol Correa, décrivant le drapeau de la Navarre dont 300 juré de ne pas abandonner «un drapeau rouge avec certaines bandes de l'or en elle…».
Ces bandes de l'or ne sont que la représentation médiévale bouclier. Aujourd'hui, nous pouvons dire qu'il existe plusieurs représentations du drapeau de notre Etat. La différence dépend toujours de la représentation de l'écu. Les «officiels» est l'un conçu en 1910. Un drapeau pour la docile que nous avons gagné militairement. J'ai, cependant, je reste avec ce drapeau rouge qui représente la Navarre libre et souverain.
2007/11/06
Iruñea, Noviembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
NAFARROA 2012
Nabarralde
En el año 1512, las tropas españolas al mando del Duque de Alba invaden el reino de Navarra, en busca de su total desaparición de los mapas políticos del mundo. Esta invasión militar no es la primera agresión al Estado vasco(n), sino una continuación a innumerables invasiones e ingerencias en su política interna.
Ruptura de tratados fronterizos, magnicidios, compra y soborno de funcionarios… son las armas que siempre ha utilizado el insaciable apetito imperial castellano. Incontables alianzas con otros reinos, buscando la repartición de los territorios navarros, falsedad en documentos para conseguir la complicidad del Estado papal, juramento de unos fueros para negarlos y eliminarlos a continuación, creación de leyes especiales encaminadas a negar el derecho de los navarros…
El cercano año 2012 se cumplirán quinientos años de la ocupación militar de la capital de Navarra. Una ocupación que ocasionó que las Cortes legítimas navarras se asentaran en Pau durante más de un siglo. Las instituciones de la Navarra reducida o C.F.N. se preparan para celebrar, junto a los invasores, las conquista y aniquilación del reino de Navarra.
El gobierno de dicha Comunidad están constituido por partidos que se dicen defensores de los derechos de Navarra. En su lugar lo que se cumple son unos deberes con el Reino que nos ha conquistado militarmente. Unos deberes ilegítimos, muy exigentes en materia económica, pero sobre todo intolerables en materia política.
La ideología de estos partidos, malamente llamados navarros, es la heredada del colaboracionismo realizado por la mayoría de los beaumonteses en la invasión de 1512. Se resume en la prioridad de conservar sus puestos, no preocupándoles pactar con el partido socialista obrero español o cualquier otro que les mantenga en el poder, vendiendo así el derecho de los navarros a ser independientes.
Estos partidos nos contarán, una vez más, que las tropas españolas junto a los beaumonteses intervinieron en el reino soberano de Navarra para expulsar a los franceses. Esta constante de los españoles de guiar y “defender” los derechos de los navarros es la manera que tienen de ocultar sus ansias de expansión y dominación, mediante sus leyes, cultura, idioma y nacionalidad.
Queda poco para alcanzar esa fecha. Una fecha triste para nuestro pueblo, pero que debe ser informativa y reivindicativa. No caeremos en el error de pensar que en 1512 comenzó la conquista de nuestro Estado. Viene de atrás. 1054, 1076, 1200, entre otras, son fechas que no deben ser olvidadas. Los españoles y franceses ocultarán siempre estos hechos. Si nos les queda otra, mentirán sobre ellos, propiciando la división ocasionada por sus conquistas, para debilitar la unión vasca e impedir la recuperación de la independencia.
Esta ocultación, desinformación y desvirtuación de nuestra realidad política favoreció la aparición de un nacionalismo vasco que emprendió su búsqueda y formulación por vías equivocadas, olvidando el estado que ya existió y nos representó ante los demás pueblos soberanos europeos. Este derrotero equivocado viene de perillas a los españoles, pues paradójicamente les permite adueñarse de la simbología del Estado que nos representó durante ocho siglos, y, a los traidores, presentarse como herederos de aquello que traicionaron.
El rapto de la bandera roja de nuestro Estado se hizo más patente que nunca en una manifestación, no hace mucho, por las calles de la vieja Iruñea. Una vez más, los españoles venían a defender nuestros fueros, esos fueros que ellos mismos habían aniquilado. Enarbolando la bandera de su Estado y la roja de la C.F.N., estos supuestos defensores de la libertad venían a recordarnos que somos los que ellos nos digan, lo que nos permitan, no lo que nosotros libremente queramos ser.
Queda poco para una fecha tan señalada. Una fecha que desde el reino de España intentarán controlar, una vez más. Cada día que pase debemos recordarnos a nosotros mismos que somos navarros. Yo, particularmente, en mi mente tengo una imagen que nos dejó escrita para la posteridad un cronista castellano. En ella veo a 300 navarros que juraron no desamparar una bandera colorada, la bandera de la Navarra libre y soberana.
NAFARROA 2012
Nabarralde
En el año 1512, las tropas españolas al mando del Duque de Alba invaden el reino de Navarra, en busca de su total desaparición de los mapas políticos del mundo. Esta invasión militar no es la primera agresión al Estado vasco(n), sino una continuación a innumerables invasiones e ingerencias en su política interna.
Ruptura de tratados fronterizos, magnicidios, compra y soborno de funcionarios… son las armas que siempre ha utilizado el insaciable apetito imperial castellano. Incontables alianzas con otros reinos, buscando la repartición de los territorios navarros, falsedad en documentos para conseguir la complicidad del Estado papal, juramento de unos fueros para negarlos y eliminarlos a continuación, creación de leyes especiales encaminadas a negar el derecho de los navarros…
El cercano año 2012 se cumplirán quinientos años de la ocupación militar de la capital de Navarra. Una ocupación que ocasionó que las Cortes legítimas navarras se asentaran en Pau durante más de un siglo. Las instituciones de la Navarra reducida o C.F.N. se preparan para celebrar, junto a los invasores, las conquista y aniquilación del reino de Navarra.
El gobierno de dicha Comunidad están constituido por partidos que se dicen defensores de los derechos de Navarra. En su lugar lo que se cumple son unos deberes con el Reino que nos ha conquistado militarmente. Unos deberes ilegítimos, muy exigentes en materia económica, pero sobre todo intolerables en materia política.
La ideología de estos partidos, malamente llamados navarros, es la heredada del colaboracionismo realizado por la mayoría de los beaumonteses en la invasión de 1512. Se resume en la prioridad de conservar sus puestos, no preocupándoles pactar con el partido socialista obrero español o cualquier otro que les mantenga en el poder, vendiendo así el derecho de los navarros a ser independientes.
Estos partidos nos contarán, una vez más, que las tropas españolas junto a los beaumonteses intervinieron en el reino soberano de Navarra para expulsar a los franceses. Esta constante de los españoles de guiar y “defender” los derechos de los navarros es la manera que tienen de ocultar sus ansias de expansión y dominación, mediante sus leyes, cultura, idioma y nacionalidad.
Queda poco para alcanzar esa fecha. Una fecha triste para nuestro pueblo, pero que debe ser informativa y reivindicativa. No caeremos en el error de pensar que en 1512 comenzó la conquista de nuestro Estado. Viene de atrás. 1054, 1076, 1200, entre otras, son fechas que no deben ser olvidadas. Los españoles y franceses ocultarán siempre estos hechos. Si nos les queda otra, mentirán sobre ellos, propiciando la división ocasionada por sus conquistas, para debilitar la unión vasca e impedir la recuperación de la independencia.
Esta ocultación, desinformación y desvirtuación de nuestra realidad política favoreció la aparición de un nacionalismo vasco que emprendió su búsqueda y formulación por vías equivocadas, olvidando el estado que ya existió y nos representó ante los demás pueblos soberanos europeos. Este derrotero equivocado viene de perillas a los españoles, pues paradójicamente les permite adueñarse de la simbología del Estado que nos representó durante ocho siglos, y, a los traidores, presentarse como herederos de aquello que traicionaron.
El rapto de la bandera roja de nuestro Estado se hizo más patente que nunca en una manifestación, no hace mucho, por las calles de la vieja Iruñea. Una vez más, los españoles venían a defender nuestros fueros, esos fueros que ellos mismos habían aniquilado. Enarbolando la bandera de su Estado y la roja de la C.F.N., estos supuestos defensores de la libertad venían a recordarnos que somos los que ellos nos digan, lo que nos permitan, no lo que nosotros libremente queramos ser.
Queda poco para una fecha tan señalada. Una fecha que desde el reino de España intentarán controlar, una vez más. Cada día que pase debemos recordarnos a nosotros mismos que somos navarros. Yo, particularmente, en mi mente tengo una imagen que nos dejó escrita para la posteridad un cronista castellano. En ella veo a 300 navarros que juraron no desamparar una bandera colorada, la bandera de la Navarra libre y soberana.
2007/10/29
Iruñea, Octubre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Etxeko lanak eginda
Nabarralde
Mus jokalarien hizkeran esanda, euskal nazionalista askok Espainiako estatuaren aurkako ordagotzat hartu dute Ibarretxe lehendakariak 2008ko urriaren 25ean demokrazia osoz egin nahi duen herri kontsulta. Egia esateko, «hiruko enbido» soila da, enbido bana EAE Euskal Autonomia Erkidegoko probintzia bakoitzeko; Espainiako Gobernuak erantzun dio dagoeneko enbido horri, berrogeita hamaikako enbido bat gehiagorekin.
Espainiako eskuinak, sozialisten gobernuarekiko oposizioan izaki, argiago jokatu du, eta ordago handira eskatu. Ibarretxe jaunak, eta nahiago nuke oker banengo, ezezkoa erantzungo dio. Esparru inposatu baina legezko horretan, espainolek gaizki esaten diotenez, galdua dago partida.
Erreferendum horretan, baldin eta kontsulta egitea lortzen bada, EAEko euskal herritarrek bakarrik erabili ahal izango dute bozkatzeko eskubidea. Ni bezalako euskal herritarrek, alegia beste erkidego batzuetakoek -Espainiakoek nahiz Frantziako Errepublikakoek-, ezin izango dute bozkatzeko eskubidea baliatu; beraz, ez daiteke esan Euskal Herriari egingo diotenik kontsulta, baizik eta EAEko herritarrei.
Halakorik gertatuko balitz, eta Espainiako Gobernuak erreferendum hori onartuko balu ere -bere Konstituzioak dioenaren kontra, eta Espainiako eskuinaren presioari amore eman gabe-, hark ez luke ezertara behartuko. Erkidego horretako herritar guztiek bozkatzen badute ere beren lehendakariaren proposamena, proposamen hori baztertu egingo dute, emaitza jakin baino lehen ere -diot nik, ausarki-.
Sinesgaitza egiten zait, bestalde, Ibarretxe jauna alde batera geratu izana bere alderdiak ezker abertzalearekin -Espainiako epaitegiek eta jarduneko gobernuak legez kanpo utzitakoarekin- izandako negoziazioetan. Sinetsita nago begirale gisa ez ezik, Euskal Herri ia osoa egon zen bezala, erabakietan esku hartuz egon eta jardun zela bilera haietan.
Nik, EAEko lehendakari gisa, bide demokratikoak aldezten ditut gure Estatua berreskuratu ahal izateko. Badakit, ordea, hori ezinezkoa dela EAEtik, gure lurraldea konkistatu ostean inposaketa gailendu baitzen, eta funtzionario desertoreek Espainiako subiranotasuna onartu zutenez geroztik, ezinezkoa zaigu gure nahi eta eskubide independista lortzea Espainiaren gaur egungo lege esparruan, ezen ez demokratikoan.
Heredentzia madarikatu horren ispilu da Gernikako Batzar Etxean dagoen margolana, zeinak ageri baitu Bizkaiko jaunak Fernando II.a Katolikoa Aragoikoa faltsutzaileari, eta Espainiako Erresumaren sustatzaile nagusiari, egindako basailutza. Horrek legezko eragozpena dakarkio EAEri Espainiako Estatuaren barnean, Lakuan aldarrikatzen duten subiranotasun ideia erdietsi ahal izateko.
Behin etxeko lan horiek eginik, Espainiako estatuaren mende gaudenok aukera bakarra daukagu, zeina demokratikoa baita, eta legezkotasunaren barnean baitago, militarren konkista bortxazkoak inposaturikoan. Aukera hori, hain zuzen ere, gaizki esanda Foru Hobekuntza deituriko horretan dago NFE Nafarroako Foru Erkidegoaren barnean, eta Lege Itundua delakoa da. NFE da gure Estatuko lurralde hondarra, hari berari erreferentzia egiten dion lurralde bakarra.
Espero dut euskaldun guztiok etxeko lanak eginda izatea. Kontsulta egin aurretik ere, nahiz eta kontsulta horretarako, niri, Euskal Herrian jaiotako beste hainbati bezala -eta ez diot herritarri, ez baitago herritar gisa ditugun eskubideak bermatuko dizkigun Estaturik-, ez didan inork deirik egin. Espero eta nahi dut, halaber, gaur egungo Nafarroa murriztuan bizi ez diren euskaldunek beren instituzioei eskatzea Nafarroako Foru Erkidegora lot edo sar daitezela berriro ere; horixe baita gure Estatu independentearen, Nafarroaren, erreferente bakarra.
Espero eta nahi dut gaur egungo Nafarroa murriztuan bizi ez diren euskaldunek beren instituzioei eskatzea Nafarroako Foru Erkidegora lot edo sar daitezela berriro ere; horixe baita gure Estatu independentearen, Nafarroaren, erreferente bakarra.
(Erredakzioan itzulia BERRIA)
Iñigo Saldise Alda
Con los deberes hechos
Nabarralde
Hablando en términos de mus, muchos nacionalistas vascos consideran un órdago al Estado español la consulta que el lehendakari Ibarretxe pretende que se realice democráticamente el 25 de Octubre del 2008. En realidad es un simple “tres envido”, uno por cada provincia que conforma la C.A.V., que ya ha sido contestado por el gobierno español con un cincuenta y un envido más.
La derecha española, que está en la oposición al gobierno socialista, ha sido mucho más clara lanzando un órdago a la grande. El señor Ibarretxe, ojalá me equivoque, contestará con un no quiero. En ese marco legal impuesto, que los españoles malamente llaman democrático, la partida está perdida.
Los vascos de la C.A.V. son los únicos, en el caso que la consulta siga adelante, que podrán ejercer su derecho a votar en ese referéndum. Los vascos como yo, de otras comunidades, tanto en el reino de España como en la república de Francia, no podremos ejercer dicho derecho; por lo tanto no se puede hablar de una consulta al pueblo vasco-Euskal Herria-, sino a los ciudadanos de la C.A.V.
Llegado el caso, aunque dicho referéndum sea aceptado desde el gobierno español, a pesar que contradiga a su Constitución, y sin ceder a la presión de la derecha española, nunca podrá ser vinculante. Aunque todos los vascos de dicha comunidad voten la propuesta de su lehendakari, ésta será rechazada, incluso me atrevo a decir antes de conocerse el resultado.
Por otro lado me cuesta creer que el señor Ibarretxe se encontrara apartado de las negociaciones que mantuvo su partido con la izquierda abertzale ilegalizada por los tribunales españoles y el partido en el gobierno. Estoy convencido que no sólo estuvo de observador, como lo ha estado la mayoría del pueblo vasco, sino que participó en las decisiones que tomaba su partido en dichas reuniones.
Yo, como el lehendakari de la C.A.V., defiendo las vías democráticas para recuperar nuestro Estado. Sé que desde la C.A.V. es imposible lograrlo, ya que la imposición tras la conquista de nuestro territorio, más la aceptación de la soberanía española por los funcionarios desertores, han llevado a la imposibilidad, en el actual marco legal español, que no democrático, a alcanzar nuestro deseo y derecho independentista.
Esta maldita herencia la encontramos plasmada en el cuadro de la casa de Juntas de Gernika, donde podemos ver el vasallaje que realiza el señor de Bizkaia al católico Fernando II de Aragón, el falsario, regente de Castilla y principal impulsor del reino de España. Esto significa un impedimento legal para la C.A.V., dentro del estado español, donde poder alcanzar la idea soberanista, que promulgan en Lakua.
Con estos deberes realizados, los vascos que estamos sometidos por el estado español sólo tenemos una opción que, a la par de democrática, se puede considerar dentro su legalidad, impuesta por la violencia de la conquista militar. Esta opción se encuentra en el mal llamado Amejoramiento del Fuero, en la C.F.N., y es la ley impuesta conocida como Ley Paccionada. La C.F.N. es el resto territorial de nuestro Estado, el único territorio que mantiene la referencia al mismo.
Espero que todos los vascos tengamos los deberes hechos. Incluso antes de la consulta, a la cual, al igual que muchos otros naturales de Euskal Herria (y no ciudadanos, porque no tenemos un Estado que garantice nuestros derechos de ciudadanía), no estoy llamado. Espero y deseo que los vascos que no residen actualmente en la Navarra reducida pidan a sus instituciones la anexión o reintegración a la C.F.N., la última referencia que queda de nuestro Estado independiente, Navarra.
Etxeko lanak eginda
Nabarralde
Mus jokalarien hizkeran esanda, euskal nazionalista askok Espainiako estatuaren aurkako ordagotzat hartu dute Ibarretxe lehendakariak 2008ko urriaren 25ean demokrazia osoz egin nahi duen herri kontsulta. Egia esateko, «hiruko enbido» soila da, enbido bana EAE Euskal Autonomia Erkidegoko probintzia bakoitzeko; Espainiako Gobernuak erantzun dio dagoeneko enbido horri, berrogeita hamaikako enbido bat gehiagorekin.
Espainiako eskuinak, sozialisten gobernuarekiko oposizioan izaki, argiago jokatu du, eta ordago handira eskatu. Ibarretxe jaunak, eta nahiago nuke oker banengo, ezezkoa erantzungo dio. Esparru inposatu baina legezko horretan, espainolek gaizki esaten diotenez, galdua dago partida.
Erreferendum horretan, baldin eta kontsulta egitea lortzen bada, EAEko euskal herritarrek bakarrik erabili ahal izango dute bozkatzeko eskubidea. Ni bezalako euskal herritarrek, alegia beste erkidego batzuetakoek -Espainiakoek nahiz Frantziako Errepublikakoek-, ezin izango dute bozkatzeko eskubidea baliatu; beraz, ez daiteke esan Euskal Herriari egingo diotenik kontsulta, baizik eta EAEko herritarrei.
Halakorik gertatuko balitz, eta Espainiako Gobernuak erreferendum hori onartuko balu ere -bere Konstituzioak dioenaren kontra, eta Espainiako eskuinaren presioari amore eman gabe-, hark ez luke ezertara behartuko. Erkidego horretako herritar guztiek bozkatzen badute ere beren lehendakariaren proposamena, proposamen hori baztertu egingo dute, emaitza jakin baino lehen ere -diot nik, ausarki-.
Sinesgaitza egiten zait, bestalde, Ibarretxe jauna alde batera geratu izana bere alderdiak ezker abertzalearekin -Espainiako epaitegiek eta jarduneko gobernuak legez kanpo utzitakoarekin- izandako negoziazioetan. Sinetsita nago begirale gisa ez ezik, Euskal Herri ia osoa egon zen bezala, erabakietan esku hartuz egon eta jardun zela bilera haietan.
Nik, EAEko lehendakari gisa, bide demokratikoak aldezten ditut gure Estatua berreskuratu ahal izateko. Badakit, ordea, hori ezinezkoa dela EAEtik, gure lurraldea konkistatu ostean inposaketa gailendu baitzen, eta funtzionario desertoreek Espainiako subiranotasuna onartu zutenez geroztik, ezinezkoa zaigu gure nahi eta eskubide independista lortzea Espainiaren gaur egungo lege esparruan, ezen ez demokratikoan.
Heredentzia madarikatu horren ispilu da Gernikako Batzar Etxean dagoen margolana, zeinak ageri baitu Bizkaiko jaunak Fernando II.a Katolikoa Aragoikoa faltsutzaileari, eta Espainiako Erresumaren sustatzaile nagusiari, egindako basailutza. Horrek legezko eragozpena dakarkio EAEri Espainiako Estatuaren barnean, Lakuan aldarrikatzen duten subiranotasun ideia erdietsi ahal izateko.
Behin etxeko lan horiek eginik, Espainiako estatuaren mende gaudenok aukera bakarra daukagu, zeina demokratikoa baita, eta legezkotasunaren barnean baitago, militarren konkista bortxazkoak inposaturikoan. Aukera hori, hain zuzen ere, gaizki esanda Foru Hobekuntza deituriko horretan dago NFE Nafarroako Foru Erkidegoaren barnean, eta Lege Itundua delakoa da. NFE da gure Estatuko lurralde hondarra, hari berari erreferentzia egiten dion lurralde bakarra.
Espero dut euskaldun guztiok etxeko lanak eginda izatea. Kontsulta egin aurretik ere, nahiz eta kontsulta horretarako, niri, Euskal Herrian jaiotako beste hainbati bezala -eta ez diot herritarri, ez baitago herritar gisa ditugun eskubideak bermatuko dizkigun Estaturik-, ez didan inork deirik egin. Espero eta nahi dut, halaber, gaur egungo Nafarroa murriztuan bizi ez diren euskaldunek beren instituzioei eskatzea Nafarroako Foru Erkidegora lot edo sar daitezela berriro ere; horixe baita gure Estatu independentearen, Nafarroaren, erreferente bakarra.
Espero eta nahi dut gaur egungo Nafarroa murriztuan bizi ez diren euskaldunek beren instituzioei eskatzea Nafarroako Foru Erkidegora lot edo sar daitezela berriro ere; horixe baita gure Estatu independentearen, Nafarroaren, erreferente bakarra.
(Erredakzioan itzulia BERRIA)
Iñigo Saldise Alda
Con los deberes hechos
Nabarralde
Hablando en términos de mus, muchos nacionalistas vascos consideran un órdago al Estado español la consulta que el lehendakari Ibarretxe pretende que se realice democráticamente el 25 de Octubre del 2008. En realidad es un simple “tres envido”, uno por cada provincia que conforma la C.A.V., que ya ha sido contestado por el gobierno español con un cincuenta y un envido más.
La derecha española, que está en la oposición al gobierno socialista, ha sido mucho más clara lanzando un órdago a la grande. El señor Ibarretxe, ojalá me equivoque, contestará con un no quiero. En ese marco legal impuesto, que los españoles malamente llaman democrático, la partida está perdida.
Los vascos de la C.A.V. son los únicos, en el caso que la consulta siga adelante, que podrán ejercer su derecho a votar en ese referéndum. Los vascos como yo, de otras comunidades, tanto en el reino de España como en la república de Francia, no podremos ejercer dicho derecho; por lo tanto no se puede hablar de una consulta al pueblo vasco-Euskal Herria-, sino a los ciudadanos de la C.A.V.
Llegado el caso, aunque dicho referéndum sea aceptado desde el gobierno español, a pesar que contradiga a su Constitución, y sin ceder a la presión de la derecha española, nunca podrá ser vinculante. Aunque todos los vascos de dicha comunidad voten la propuesta de su lehendakari, ésta será rechazada, incluso me atrevo a decir antes de conocerse el resultado.
Por otro lado me cuesta creer que el señor Ibarretxe se encontrara apartado de las negociaciones que mantuvo su partido con la izquierda abertzale ilegalizada por los tribunales españoles y el partido en el gobierno. Estoy convencido que no sólo estuvo de observador, como lo ha estado la mayoría del pueblo vasco, sino que participó en las decisiones que tomaba su partido en dichas reuniones.
Yo, como el lehendakari de la C.A.V., defiendo las vías democráticas para recuperar nuestro Estado. Sé que desde la C.A.V. es imposible lograrlo, ya que la imposición tras la conquista de nuestro territorio, más la aceptación de la soberanía española por los funcionarios desertores, han llevado a la imposibilidad, en el actual marco legal español, que no democrático, a alcanzar nuestro deseo y derecho independentista.
Esta maldita herencia la encontramos plasmada en el cuadro de la casa de Juntas de Gernika, donde podemos ver el vasallaje que realiza el señor de Bizkaia al católico Fernando II de Aragón, el falsario, regente de Castilla y principal impulsor del reino de España. Esto significa un impedimento legal para la C.A.V., dentro del estado español, donde poder alcanzar la idea soberanista, que promulgan en Lakua.
Con estos deberes realizados, los vascos que estamos sometidos por el estado español sólo tenemos una opción que, a la par de democrática, se puede considerar dentro su legalidad, impuesta por la violencia de la conquista militar. Esta opción se encuentra en el mal llamado Amejoramiento del Fuero, en la C.F.N., y es la ley impuesta conocida como Ley Paccionada. La C.F.N. es el resto territorial de nuestro Estado, el único territorio que mantiene la referencia al mismo.
Espero que todos los vascos tengamos los deberes hechos. Incluso antes de la consulta, a la cual, al igual que muchos otros naturales de Euskal Herria (y no ciudadanos, porque no tenemos un Estado que garantice nuestros derechos de ciudadanía), no estoy llamado. Espero y deseo que los vascos que no residen actualmente en la Navarra reducida pidan a sus instituciones la anexión o reintegración a la C.F.N., la última referencia que queda de nuestro Estado independiente, Navarra.
2007/10/25
Iruñea, Octubre de 2007
Iñigo Saldise Alda
I have a dream
Nabarralde
“Yo tengo un sueño” es el título con que se conoce el discurso que realizó Martin Luter King Jr., tras la marcha del millón de hombres. Es probablemente el discurso más famoso de este predicador, defensor de los derechos civiles. Desde la escalinata del monumento a Lincoln, de una manera poderosa y elocuente, nos expuso su deseo de convivencia entra la nación negra y blanca, dentro de su estado. Para ello invocaba la Declaración de Independencia para los Estados Unidos de Norte América.
Yo como vasco también tengo un sueño. En él, la nación vasca se une, olvidando sus ideologías y diferencias sociales, en busca de la recuperación de la soberanía para nuestro Estado. También caminamos junto a los miembros de otras naciones, que respetan y abrazan nuestra cultura, enseñándonos la suya, unidos en pos de la tan ansiada independencia de los vascos.
Quiero despertar de la pesadilla que me impide soñar. La pesadilla de continuar sometido, sin poder disfrutar del bello sueño de la libertad sin opresores. La pesadilla de ver cómo la lengua de los navarros está siendo aniquilada. Tengo ganas de dejar de gritar en esos oscuros sueños donde no hay futuro para nuestro pueblo. Quiero poder soñar que nuestra nación está unida, para que así pueda volver a ser dueña de su destino.
Tengo el sueño de que los estados democráticos atienden a nuestra reivindicación, presionando a los estados que nos impiden recuperar lo que nos han quitado por la violencia de las armas y la imposición de sus leyes, poco (por no decir nada) democráticas para nuestra nación. Tengo el sueño de ver llegar la primavera para el pueblo vasco.
Tengo el sueño de ver a nuestros representantes políticos en el marco mundial de las Naciones Unidas. Tengo el sueño de viajar por este bello planeta con un pasaporte propio, y no uno prestado o, peor, impuesto. Tengo el sueño de que la presidencia de la Comunidad Europea esté en manos de nuestro representante alguna vez. Tengo el sueño de ver a nuestros deportistas tras la bandera roja en las olimpiadas.
Tengo el sueño de que toda la nación vasca tenga el mismo sueño que yo. Tengo el sueño de que los pueblos o naciones que conviven con nosotros, busquen a nuestro lado la recuperación de la soberanía para ese estado que nos representó ante los demás europeos durante ocho siglos.
Tengo el sueño de recuperar la soberanía para el Estado de Navarra. Se que este sueño es posible y para alcanzarlo debemos empezar por buscar la unidad de nuestra nación. Con ello podremos despertar un día cercano, en esa bella realidad, tan merecida como necesaria para nuestro pueblo. En definitiva quiero despertarme siendo simplemente navarro.
2007/10/23
Iruñea, Octubre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Erreferenduma? Auzia Nafarroa da
Nabarralde
Espainiako nazionalismoan erreakzio andana eragin du EAEko herritarrei kontsulta egiteko Ibarretxe lehendakariak egindako proposamenak. Ibarretxe jaunaren plan (berri?) honek Espainiako erresumako gobernuaren oposizio gogorra izan du, espainiar gobernuburuari aurkeztu aurretik ere bai, agian plan hori Ibarretxeren lehenbiziko eta bakarra den planaren jarraipena delako.
Espainiar eskuinak, frankismoaren oinordekoak, batasun espainiarraren defendatzailerik handienak garrasi egin du. Bere haserrea bere espainiar patriotismo inperialistaren tamainakoa da. Kontsulta, onartua baldin bada, espainiar estatuko herritar guztiengana zabaldu behar da, edo beraiek esaten duten moduan, espainiar guztiengana. Alegia, espainiar sentimendu patriotikoaren alfonbrapean ezkutatu nahi dute kontsultaren bitartez agerian utzi nahi dena eta espainiar guztiek ongi dakitena: EAEko euskaldunak (eta gainontzeko erkidegokoek), gehiengo nagusiak, ez direla espainiar sentitzen, ez direla espainiar.
Lau haizeetara diote espainiar Konstituzioak ez duela uzten batasun nazionalaren gaineko kontsultarik egiten, erkidego batean izan edo estatu osoan. Batasun hori eztabaidaezina da konstituzio horren arabera, eta gogorarazten digute espainiar inperioaren «barneko» ezein lurralderen bereizketari aurre egiteko dagoela espainiar armada.
Egiazki, gobernu sozialistak eta eskuinak arrazoi dute: diktadura militar frankistatik jasotako marko estu horretan ezinezkoa da kontsulta hori egitea. Ibarretxe jaunaren saio demokratikoa gorabehera, kontsulta hori, egun, ezinezkoa da egitea espainiar legeriaren barruan.
Espainiar marko konstituzional horretan badago bide bat Nafarroako Foru Erkidegoa EAEn barneratzeko. Espainiar eskuina aukera horren aurka dago, berek bakarrik dakiten arrazoiren batengatik. Neu ere, gure estatua berreskuratzearen alde nagoen euskaldun bezala, Konstituzioaren xedapen horren aurka nago. Espainiarrek xedapen hori onartu zuten inperioaren konkistei eusteko, aurrera aterako balitz, Nafarroaren subiranotasuna berreskuratzea ezinezkoa litzatekeelako.
EAEn sartuta, NFEk 1841eko Ley Paccionada deritzona hausteko aukerarik gabe geratuko litzateke. 1841eko lege hori haustea litzateke gure estatuaren subiranotasuna berreskuratzeko aukera bakarra, geurea ez den legeriaren baitan. Nafarroaren auzia Estatu auzi da espainiarrentzat. Horixe da Espainiako erresumako egitura hormigoizkoan dagoen arrakala bakarra. Independentzia nahi dute EAEko euskaldunek presio egin beharko lukete Nafarroako Foru Erkidegoan sar daitezen. Horren bitartez lortu ahalko genuke gure estatuaren, Nafarroaren, subiranotasuna berreskuratzea.
(Erredakzioan itzulia BERRIA)
Iñigo Saldise Alda
¿Referéndum? La cuestión es Navarra
Nabarralde
La propuesta del Lehendakari Ibarretxe de realizar una consulta a la ciudadanía de la Comunidad Autónoma vasca ha traído innumerables reacciones dentro del nacionalismo español. Este ¿nuevo? plan del señor Ibarretxe ha supuesto una oposición frontal por parte del gobierno del reino de España, incluso antes de ser presentada al presidente del gobierno español, tal vez porque dicho plan sea una continuidad del primer y único plan Ibarretxe.
La derecha española, la heredera del franquismo, defensora como ninguna de la unidad nacional española, una vez más, ha puesto el grito en el cielo. Su indignación es tan alta como su patriotismo imperial español. La consulta, en caso de que sea permitida, debe ser realizada al conjunto de ciudadanos del estado español, como dicen ellos a todos los españoles. Con ello ocultar bajo el sentimiento patriótico español que los vascos de la C.A.V. (esto es extensible a otras comunidades), en su inmensa mayoría, lo que se pretende demostrar con dicho referéndum, algo que los españoles ya saben, que ni se sienten, ni son españoles los vascos de dicha comunidad.
Braman a los cuatro vientos que la Constitución española no contempla la posibilidad de realizar un referéndum sobre la unidad nacional, ya sea en una comunidad o a la totalidad del estado español. Esta unidad es indiscutible según dicha constitución, recordándonos, además, que el ejército está para impedir cualquier intento de secesión de algún territorio “perteneciente” al Imperio español.
Realmente tanto el gobierno socialista como la derecha tienen razón en que es imposible realizar dicha consulta, dentro de ese estrecho marco, heredero de la dictadura militar franquista. Pese al intento democrático del señor Ibarretxe, esta consulta, actualmente, es imposible realizarla dentro de la legalidad española.
En dicho marco constitucional español existe una vía para la incorporación de la Comunidad Foral de Navarra por parte de la C.A.V. La derecha española se opone a dicha posibilidad por algún motivo que sólo ellos saben y yo, como vasco que busca recuperar la soberanía de nuestro estado, también me opongo a dicha transitoria. Los españoles aceptaron la inclusión de dicha transitoria, la cual les favorece considerablemente en sus planteamientos de conservar las conquistas de su Imperio, pues de llevarse a cabo, la recuperación de la soberanía de Navarra se vería anulada.
Esta incorporación llevaría la pérdida de la opción, desde la C.F.N., de romper “el pacto” impuesto mediante la Ley Paccionada de 1841. Esta posibilidad es la única vía, dentro de una legalidad que no es nuestra, de recuperar la soberanía de nuestro estado. La cuestión navarra es una cuestión de estado para los españoles. Esta es la única grieta en la estructura hormigonada del reino de España. Los vascos de la C.A.V. que buscan la independencia deberían presionar para ser anexionados dentro de la C.F.N., desde donde podemos alcanzar la recuperación de la soberanía, de nuestro estado, Navarra.
Erreferenduma? Auzia Nafarroa da
Nabarralde
Espainiako nazionalismoan erreakzio andana eragin du EAEko herritarrei kontsulta egiteko Ibarretxe lehendakariak egindako proposamenak. Ibarretxe jaunaren plan (berri?) honek Espainiako erresumako gobernuaren oposizio gogorra izan du, espainiar gobernuburuari aurkeztu aurretik ere bai, agian plan hori Ibarretxeren lehenbiziko eta bakarra den planaren jarraipena delako.
Espainiar eskuinak, frankismoaren oinordekoak, batasun espainiarraren defendatzailerik handienak garrasi egin du. Bere haserrea bere espainiar patriotismo inperialistaren tamainakoa da. Kontsulta, onartua baldin bada, espainiar estatuko herritar guztiengana zabaldu behar da, edo beraiek esaten duten moduan, espainiar guztiengana. Alegia, espainiar sentimendu patriotikoaren alfonbrapean ezkutatu nahi dute kontsultaren bitartez agerian utzi nahi dena eta espainiar guztiek ongi dakitena: EAEko euskaldunak (eta gainontzeko erkidegokoek), gehiengo nagusiak, ez direla espainiar sentitzen, ez direla espainiar.
Lau haizeetara diote espainiar Konstituzioak ez duela uzten batasun nazionalaren gaineko kontsultarik egiten, erkidego batean izan edo estatu osoan. Batasun hori eztabaidaezina da konstituzio horren arabera, eta gogorarazten digute espainiar inperioaren «barneko» ezein lurralderen bereizketari aurre egiteko dagoela espainiar armada.
Egiazki, gobernu sozialistak eta eskuinak arrazoi dute: diktadura militar frankistatik jasotako marko estu horretan ezinezkoa da kontsulta hori egitea. Ibarretxe jaunaren saio demokratikoa gorabehera, kontsulta hori, egun, ezinezkoa da egitea espainiar legeriaren barruan.
Espainiar marko konstituzional horretan badago bide bat Nafarroako Foru Erkidegoa EAEn barneratzeko. Espainiar eskuina aukera horren aurka dago, berek bakarrik dakiten arrazoiren batengatik. Neu ere, gure estatua berreskuratzearen alde nagoen euskaldun bezala, Konstituzioaren xedapen horren aurka nago. Espainiarrek xedapen hori onartu zuten inperioaren konkistei eusteko, aurrera aterako balitz, Nafarroaren subiranotasuna berreskuratzea ezinezkoa litzatekeelako.
EAEn sartuta, NFEk 1841eko Ley Paccionada deritzona hausteko aukerarik gabe geratuko litzateke. 1841eko lege hori haustea litzateke gure estatuaren subiranotasuna berreskuratzeko aukera bakarra, geurea ez den legeriaren baitan. Nafarroaren auzia Estatu auzi da espainiarrentzat. Horixe da Espainiako erresumako egitura hormigoizkoan dagoen arrakala bakarra. Independentzia nahi dute EAEko euskaldunek presio egin beharko lukete Nafarroako Foru Erkidegoan sar daitezen. Horren bitartez lortu ahalko genuke gure estatuaren, Nafarroaren, subiranotasuna berreskuratzea.
(Erredakzioan itzulia BERRIA)
Iñigo Saldise Alda
¿Referéndum? La cuestión es Navarra
Nabarralde
La propuesta del Lehendakari Ibarretxe de realizar una consulta a la ciudadanía de la Comunidad Autónoma vasca ha traído innumerables reacciones dentro del nacionalismo español. Este ¿nuevo? plan del señor Ibarretxe ha supuesto una oposición frontal por parte del gobierno del reino de España, incluso antes de ser presentada al presidente del gobierno español, tal vez porque dicho plan sea una continuidad del primer y único plan Ibarretxe.
La derecha española, la heredera del franquismo, defensora como ninguna de la unidad nacional española, una vez más, ha puesto el grito en el cielo. Su indignación es tan alta como su patriotismo imperial español. La consulta, en caso de que sea permitida, debe ser realizada al conjunto de ciudadanos del estado español, como dicen ellos a todos los españoles. Con ello ocultar bajo el sentimiento patriótico español que los vascos de la C.A.V. (esto es extensible a otras comunidades), en su inmensa mayoría, lo que se pretende demostrar con dicho referéndum, algo que los españoles ya saben, que ni se sienten, ni son españoles los vascos de dicha comunidad.
Braman a los cuatro vientos que la Constitución española no contempla la posibilidad de realizar un referéndum sobre la unidad nacional, ya sea en una comunidad o a la totalidad del estado español. Esta unidad es indiscutible según dicha constitución, recordándonos, además, que el ejército está para impedir cualquier intento de secesión de algún territorio “perteneciente” al Imperio español.
Realmente tanto el gobierno socialista como la derecha tienen razón en que es imposible realizar dicha consulta, dentro de ese estrecho marco, heredero de la dictadura militar franquista. Pese al intento democrático del señor Ibarretxe, esta consulta, actualmente, es imposible realizarla dentro de la legalidad española.
En dicho marco constitucional español existe una vía para la incorporación de la Comunidad Foral de Navarra por parte de la C.A.V. La derecha española se opone a dicha posibilidad por algún motivo que sólo ellos saben y yo, como vasco que busca recuperar la soberanía de nuestro estado, también me opongo a dicha transitoria. Los españoles aceptaron la inclusión de dicha transitoria, la cual les favorece considerablemente en sus planteamientos de conservar las conquistas de su Imperio, pues de llevarse a cabo, la recuperación de la soberanía de Navarra se vería anulada.
Esta incorporación llevaría la pérdida de la opción, desde la C.F.N., de romper “el pacto” impuesto mediante la Ley Paccionada de 1841. Esta posibilidad es la única vía, dentro de una legalidad que no es nuestra, de recuperar la soberanía de nuestro estado. La cuestión navarra es una cuestión de estado para los españoles. Esta es la única grieta en la estructura hormigonada del reino de España. Los vascos de la C.A.V. que buscan la independencia deberían presionar para ser anexionados dentro de la C.F.N., desde donde podemos alcanzar la recuperación de la soberanía, de nuestro estado, Navarra.
2007/10/15
Iruñea, Octubre de 2007
Iñigo Saldise Alda
¿Quién es navarro?
Nabarralde
En la actualidad se considera navarros a todos los nacidos en esa provincia del Reino de España, estructurada en forma de Comunidad Foral, que conocemos como Navarra (reducida). Ésta es una imposición, por las invasiones y las acciones políticas de los Estados que nos intentan someter. Con dicha imposición, plasmada en la división de nuestro territorio, dicha división no es sólo entre el estado francés y español, sino a su vez, dentro de dichos imperios, se dirige a la continua manipulación de nuestra historia, para legitimar (ilegítimamente) sus conquistas militares e imponer sus leyes “especiales para los navarros”, siempre buscando la ocultación del estatus político del término navarro y de nuestro estado, Navarra.
Con la ocultación de la existencia de los (políticamente) navarros, la República de Francia intenta justificar su anexión del reino de Navarra, que ordenó un monarca francés, allá a comienzos del siglo XVII. Pero con ocasión de la revolución francesa, los navarros del norte de los Pirineos se esforzaron por recuperar la soberanía de Navarra, un estado mermado, pero soberano, al norte de los Pirineos.
Esta rebelión navarra fue aplastada por el ejército francés, en defensa de la revolución, una revolución tan imperial como la del mismísimo reino de Francia. Dicha acción militar, que se alargó a lo largo de los años, hasta llegar a la actualidad, conllevó una perdida del término político de navarros para los habitantes de esas tierras.
Antes, durante y después de estos sucesos, en la Navarra del sur de los Pirineos, los españoles se encargaron de amputar territorios al reino de Pamplona, Navarra, hasta conseguir dominarlo por completo. Estas sucesivas conquistas, con la consiguiente imposición política, han conducido al olvido del estatus político para gran parte del pueblo vasco(n), que fundó a principios del siglo IX el reino de Pamplona, posteriormente conocido con el nombre de Navarra.
En dicho estado no sólo habitaban los vasco(ne)s, sino que otros pueblos vivían en él y lucharon por mantener la soberanía de nuestro estado. Los ejemplos de rebelión y unidad colectiva son continuos en la Navarra del sur de los Pirineos. Claro ejemplo de ello lo tenemos en las llamadas guerras carlistas.
En la actualidad, por desgracia, muchos descendientes de los fundadores de nuestro estado no se reconocen como navarros. La imposición cultural e histórica, ejercida por los estados español y francés, está patente e interiorizada en el sentimiento de la mayoría de nuestro pueblo. De ahí la búsqueda errática e inapropiada que algunos siguen para recuperar la soberanía, para ser independientes y dueños de nuestro destino.
En el territorio de la Comunidad Foral de Navarra, casi la inmensa mayoría de sus habitantes se sienten navarros. Este sentimiento debe ser fortalecido y puesto en común, en el sentido de aclarar su fundamento, sus razones, a la vez que evidenciar que tiene un fin natural y apropiado: el de formar de nuevo nuestro propio estado. En un mundo globalizado, multicultural, debemos buscar la unidad y la supervivencia de nuestras diferentes culturas, siempre encaminadas en la recuperación del Estado de Navarra.
Con esto quiero llegar a la conclusión de que navarro es aquél que dentro de las históricas tierras de nuestro país, no sólo busca, sino lucha por la recuperación del estado que representó a los vascones, dentro del marco político de Europa y el mundo. De paso quiero recordar que todos los vascos somos navarros, abrazando a aquellos pueblos o naciones que quieren ser navarros, para lo cual buscan la recuperación de la soberanía de nuestro Estado, Navarra.
¿Quién es navarro?
Nabarralde
En la actualidad se considera navarros a todos los nacidos en esa provincia del Reino de España, estructurada en forma de Comunidad Foral, que conocemos como Navarra (reducida). Ésta es una imposición, por las invasiones y las acciones políticas de los Estados que nos intentan someter. Con dicha imposición, plasmada en la división de nuestro territorio, dicha división no es sólo entre el estado francés y español, sino a su vez, dentro de dichos imperios, se dirige a la continua manipulación de nuestra historia, para legitimar (ilegítimamente) sus conquistas militares e imponer sus leyes “especiales para los navarros”, siempre buscando la ocultación del estatus político del término navarro y de nuestro estado, Navarra.
Con la ocultación de la existencia de los (políticamente) navarros, la República de Francia intenta justificar su anexión del reino de Navarra, que ordenó un monarca francés, allá a comienzos del siglo XVII. Pero con ocasión de la revolución francesa, los navarros del norte de los Pirineos se esforzaron por recuperar la soberanía de Navarra, un estado mermado, pero soberano, al norte de los Pirineos.
Esta rebelión navarra fue aplastada por el ejército francés, en defensa de la revolución, una revolución tan imperial como la del mismísimo reino de Francia. Dicha acción militar, que se alargó a lo largo de los años, hasta llegar a la actualidad, conllevó una perdida del término político de navarros para los habitantes de esas tierras.
Antes, durante y después de estos sucesos, en la Navarra del sur de los Pirineos, los españoles se encargaron de amputar territorios al reino de Pamplona, Navarra, hasta conseguir dominarlo por completo. Estas sucesivas conquistas, con la consiguiente imposición política, han conducido al olvido del estatus político para gran parte del pueblo vasco(n), que fundó a principios del siglo IX el reino de Pamplona, posteriormente conocido con el nombre de Navarra.
En dicho estado no sólo habitaban los vasco(ne)s, sino que otros pueblos vivían en él y lucharon por mantener la soberanía de nuestro estado. Los ejemplos de rebelión y unidad colectiva son continuos en la Navarra del sur de los Pirineos. Claro ejemplo de ello lo tenemos en las llamadas guerras carlistas.
En la actualidad, por desgracia, muchos descendientes de los fundadores de nuestro estado no se reconocen como navarros. La imposición cultural e histórica, ejercida por los estados español y francés, está patente e interiorizada en el sentimiento de la mayoría de nuestro pueblo. De ahí la búsqueda errática e inapropiada que algunos siguen para recuperar la soberanía, para ser independientes y dueños de nuestro destino.
En el territorio de la Comunidad Foral de Navarra, casi la inmensa mayoría de sus habitantes se sienten navarros. Este sentimiento debe ser fortalecido y puesto en común, en el sentido de aclarar su fundamento, sus razones, a la vez que evidenciar que tiene un fin natural y apropiado: el de formar de nuevo nuestro propio estado. En un mundo globalizado, multicultural, debemos buscar la unidad y la supervivencia de nuestras diferentes culturas, siempre encaminadas en la recuperación del Estado de Navarra.
Con esto quiero llegar a la conclusión de que navarro es aquél que dentro de las históricas tierras de nuestro país, no sólo busca, sino lucha por la recuperación del estado que representó a los vascones, dentro del marco político de Europa y el mundo. De paso quiero recordar que todos los vascos somos navarros, abrazando a aquellos pueblos o naciones que quieren ser navarros, para lo cual buscan la recuperación de la soberanía de nuestro Estado, Navarra.
2007/10/12
Iruñea, Octubre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Imperios (VI)
Nabarralde
Navarra ¿Un Imperio?
Transcurría el año 824 cuando los vascones, por las circunstancias políticas que les rodearon, fundaron el Reino de Pamplona. Su primer rey, Eneko Aritza. Estas circunstancias eran la invasión y presión de francos por el norte y de musulmanes por el sur. En un territorio mermado por las invasiones, los vascones intentan sobrevivir y para ello se organizan políticamente en forma de Reino.
Mientras, los vascones de la ribera del Ebro se convierten a la religión del Islam, traída por los invasores. Son los llamados Banu Qasi, que buscan su autonomía dentro del Califato de Córdoba. Estos vascones musulmanizados mantienen estrechas relaciones con los vascones del Reino de Pamplona, más aún por las agresiones carolingias. Con ello se asientas las bases que mantendrían independiente el Estado de Navarra, a lo largo de ocho siglos.
Durante el reinado del “señor de vascones”, el Rey Sancho III “El Mayor”, se firma el Tratado fronterizo con el Condado de Castilla, donde se marca la frontera occidental del estado de los vasco(ne)s. Una frontera entre los pueblos de la etnia vasca y los pueblos celtíberos, patente y señalada en tiempos de los romanos. Este rey es el único que se auto titula “imperator in Naiara”, como podemos comprobarlo en las monedas que acuñó en su reinado.
Por el norte, la Gascuña está dentro del Reino de Pamplona, como nos indican los cronistas francos, al dar el título de dux Navarrae, al conde de Gascuña. Es una época de esplendor para los navarros, que se mantienen independientes a ambos lados del Pirineo, dominando la mayoría del mismo.
Sólo durante el reinado de Alfonso I “El Batallador”, se recuperaron estas fronteras y otras que pertenecieron a los vascones en la antigüedad. Se firma el Tratado de Támara, en 1127, entre dicho rey y su homónimo castellano, Alfonso VII. Durante este reinado se recuperan los territorios de la ribera del Ebro, bajo dominio musulmán. En dicho tratado, “El Batallador” renuncia al título de Emperador. Gascuña y Tolosa (Toulouse) están dentro del Reino de Pamplona.
Estas dos etapas del estado de los navarros, en forma de reino de Pamplona, son las más próximas a las que se les puede considerar un Imperio. Este territorio era el natural de los navarros o vascones, muy anteriores a las invasiones sufridas por verdaderos Imperios. El cambio de nombre a Navarra se produce para un territorio mermado por las invasiones e ingerencias de otros estados o reinos, con ansias imperialistas. Esto se produce durante el reinado de Sancho VI “El Sabio”.
En la actualidad, los seudohistoriadores españoles y franceses ocultan estos datos, intentando mantener el sometimiento de sus respectivos Imperios. La negación del estatus políticos de los vascos ha llegado a tal punto que muchos vascos no saben que políticamente son navarros. Pero gracias a la labor de grandes historiadores de nuestro país, esto está empezando a cambiar. Navarra no es un Imperio, simplemente es el estado de los vascos.
BIBLIOGRAFÍA
ESARTE Pedro, Vasconia en el siglo XII. De Reino de Pamplona a Reino de Navarra, 2004.
NARBAITZ Pierre, Navarra o cuando los vascos tenían reyes, 2007
SERRANO Bixente, Navarra. Las tramas de la historia, 2006
SORAUREN Mikel, Historia de Navarra, el Estado Vasco, 1999.
URZAINQUI Tomás, Navarra, sin fronteras impuestas, 2002.
URZAINQUI Tomás, Navarra Estado europeo, 2003.
2007/10/05
Iruñea, Octubre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Imperios (V)
Nabarralde
Reino de Inglaterra, las garras del Imperio británico
Son los francos los que dan el nombre de "tierra de anglos", en latín Anglae terra, a lo que los romanos llamaban Britania. Esta tierra fue invadida tanto por pueblos celtas, como por germánicos, principalmente anglos, sajones y jutos, que con el paso del tiempo se fusionaron.
En el siglo XI la invasión de los normandos genera un cambio de poder dentro del reino de Inglaterra. En el siglo XII la unión matrimonial entre Enrique Plantagenet y Leonor de Aquitania impulsa que el reino de Inglaterra se apodere de Aquitania y Gascuña, lo que provoca una separación de estos territorios del resto del Reino de Navarra, realizada en gran medida por la fuerza de las armas. Claro ejemplo de ello es la toma de Baiona. Los documentos de los ingleses de esa época hablan de "nuestros terrenos en Wasconia". También, durante este reinado, comienzan la invasión de Irlanda.
La lucha por reconquistar los territorios occidentales del Reino de Navarra, ocupados por el emergente imperio castellano, lleva al rey Sancho VI "El Sabio" a acceder al laudo arbitral de Londres, entre Castilla y Navarra. Hay que señalar que Enrique II de Inglaterra es cuñado del rey castellano, Alfonso VIII, y negó las justas reclamaciones de los navarros. Entretanto la Merindad de Ultrapuertos vuelve al Reino de Navarra.
El nombramiento de un nuevo señor de Aquitania, Ricardo "Corazón de León", trae consecuencias para los territorios navarros del norte de los Pirineos. La separación de los reyes ingleses provoca que Leonor de Aquitania, madre de Ricardo, lo enfrente a su padre. La insurrección de los jefes locales provoca varios desembarcos en Baiona y Burdeos. Estos continuados intentos de insurrección por parte de los navarros del norte de los Pirineos siempre irán seguidos de duras campañas de castigo y sumisión. El asentamiento del imperio inglés comienza a ser patente a partir de este reinado.
Para proteger su conquista, busca un nuevo aliado y lo encuentra con la unión matrimonial con la hija del rey Sancho VI de Navarra, Berengaria o Berenguela. El futuro rey de Navarra, su cuñado Sancho VII "El Fuerte", se encarga de defender los territorios de su cuñado, tras promesa de Sancho VI. Entre las defensas se podría destacar la del puerto de Baiona y la frontera contra condes franceses.
La enemistad entre Navarra e Inglaterra vuelve a gestarse tras la recuperación y defensa de la Merindad de Ultrapuertos. Esta se acentúa con el ascenso al trono navarro de las dinastías francesas. Desde mediados del siglo XIII la relación transcurre entre pactos y enfrentamientos. El siglo XIV es un siglo de numerosos enfrentamientos.
La guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia llega a su fin en 1453 con la conquista de Baiona por parte de los franceses, apoyados por los castellanos, mientras que los navarros apoyaban a los ingleses. Se da fin a tres siglos de dominio británico, para gestarse su sustitución por el de la Gran Francia.
LÓPEZ, Rafael. Navarre shall be… La Tierra del Euskera y las Islas Británicas, 2004
URZAINQUI, Tomás. Navarra sin fronteras impuestas, 2002
Imperios (V)
Nabarralde
Reino de Inglaterra, las garras del Imperio británico
Son los francos los que dan el nombre de "tierra de anglos", en latín Anglae terra, a lo que los romanos llamaban Britania. Esta tierra fue invadida tanto por pueblos celtas, como por germánicos, principalmente anglos, sajones y jutos, que con el paso del tiempo se fusionaron.
En el siglo XI la invasión de los normandos genera un cambio de poder dentro del reino de Inglaterra. En el siglo XII la unión matrimonial entre Enrique Plantagenet y Leonor de Aquitania impulsa que el reino de Inglaterra se apodere de Aquitania y Gascuña, lo que provoca una separación de estos territorios del resto del Reino de Navarra, realizada en gran medida por la fuerza de las armas. Claro ejemplo de ello es la toma de Baiona. Los documentos de los ingleses de esa época hablan de "nuestros terrenos en Wasconia". También, durante este reinado, comienzan la invasión de Irlanda.
La lucha por reconquistar los territorios occidentales del Reino de Navarra, ocupados por el emergente imperio castellano, lleva al rey Sancho VI "El Sabio" a acceder al laudo arbitral de Londres, entre Castilla y Navarra. Hay que señalar que Enrique II de Inglaterra es cuñado del rey castellano, Alfonso VIII, y negó las justas reclamaciones de los navarros. Entretanto la Merindad de Ultrapuertos vuelve al Reino de Navarra.
El nombramiento de un nuevo señor de Aquitania, Ricardo "Corazón de León", trae consecuencias para los territorios navarros del norte de los Pirineos. La separación de los reyes ingleses provoca que Leonor de Aquitania, madre de Ricardo, lo enfrente a su padre. La insurrección de los jefes locales provoca varios desembarcos en Baiona y Burdeos. Estos continuados intentos de insurrección por parte de los navarros del norte de los Pirineos siempre irán seguidos de duras campañas de castigo y sumisión. El asentamiento del imperio inglés comienza a ser patente a partir de este reinado.
Para proteger su conquista, busca un nuevo aliado y lo encuentra con la unión matrimonial con la hija del rey Sancho VI de Navarra, Berengaria o Berenguela. El futuro rey de Navarra, su cuñado Sancho VII "El Fuerte", se encarga de defender los territorios de su cuñado, tras promesa de Sancho VI. Entre las defensas se podría destacar la del puerto de Baiona y la frontera contra condes franceses.
La enemistad entre Navarra e Inglaterra vuelve a gestarse tras la recuperación y defensa de la Merindad de Ultrapuertos. Esta se acentúa con el ascenso al trono navarro de las dinastías francesas. Desde mediados del siglo XIII la relación transcurre entre pactos y enfrentamientos. El siglo XIV es un siglo de numerosos enfrentamientos.
La guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia llega a su fin en 1453 con la conquista de Baiona por parte de los franceses, apoyados por los castellanos, mientras que los navarros apoyaban a los ingleses. Se da fin a tres siglos de dominio británico, para gestarse su sustitución por el de la Gran Francia.
LÓPEZ, Rafael. Navarre shall be… La Tierra del Euskera y las Islas Británicas, 2004
URZAINQUI, Tomás. Navarra sin fronteras impuestas, 2002
2007/10/01
Iruñea, Octubre de 2007
Iñigo Saldise Alda
El puzzle navarro
Nabarralde
En una jornada sobre Organización del Territorio pude reafirmarme en la creencia, gracias a las ponencias e intervenciones de los diferentes participantes en ese interesante debate, de que el mayor problema que tenemos en este país es la división impuesta por los estados que nos intentan someter.
Pero hay que reconocer que esos estados que nos dominan no son nuestro único obstáculo. A la división, no solo interestatal, a la que nos vemos impuestos, se añade nuestra asimilación de las divisiones en esos estados. Según se define en ese seminario, se nos impone un marco, que además de obligado por las divisiones estatales en vigor, no corresponde al territorio natural e histórico de nuestro pueblo. Yo, particularmente, me niego a asimilar las conquistas militares de gran parte de nuestro territorio y para colmo, en ese espacio reducido, contemplar las divisiones a las que nos han sometido.
Es correcto buscar una organización de nuestro territorio, pero para ello, me parece imprescindible saber cuál es ese espacio. Para ello, y no nos queda otra, debemos recurrir a nuestra historia. La República de Francia y el Reino de España buscarán siempre la ocultación y falsificación de nuestro pasado, que demuestra que fuimos un estado. Eso es debido, en gran parte, a que verían mermados sus recursos estatales e imperiales. Siempre buscando esa falsa legitimidad y apropiación de sus conquistas, basadas en sus acciones militares y políticas.
Con esta división de nuestro territorio logran el desequilibrio en la ordenación del mismo. Cada pieza del puzzle de nuestra sociedad realiza diferentes políticas en su ordenación territorial, lo que crea que existan, por un lado, servicios repetidos a escasos kilómetros, como ejemplo en materia de aeropuertos o la falta de comunicación directa de nuestras ciudades, por falta de una política global de todas la piezas de ese puzzle.
Por otro lado, abandonar el control de organización territorial puede conllevar una perdida de nuestra identidad. Claro ejemplo de ello lo tenemos, sin ir más lejos, en la Navarra reducida o Comunidad Foral de Navarra. Desde el Parlamento de esta Comunidad, los políticos mal llamados navarros realizan una organización del territorio que encaja dicha provincia en el Reino de España, por ejemplo en materia lingüística, según unos intereses que nos son extraños. La lengua de los navarros sólo es oficial en una parte reducida de esta comunidad.
La posibilidad de la creación de una euro-región, que englobe a todas las piezas de nuestro puzzle, parece una solución correcta. Con ella, el marco donde todas las piezas se unan puede ser alcanzado. La realidad, por el contrario, nos dice que tanto el estado francés como el español han conseguido que las euro-regiones no tengan el poder de actuar en la ordenación de su territorio, ya que con ella generarían condiciones propicias para alcanzar la independencia o recuperar la soberanía, como es nuestro caso.
Con todo esto, la única conclusión a la que he podido llegar es que debemos seguir luchando por recuperar la soberanía. Pero esta búsqueda de nuestra soberanía también puede llegar realizando una presión, aunque actualmente pueda parecer simbólica, en la organización existente de las diferentes competencias territoriales, buscando la globalidad o unidad de nuestro territorio.
La difusión de la correcta información en torno a nuestra historia en todas las piezas del puzzle, que evidencie la realidad geográfico-política y reconozca nuestro marco natural, puede llegar a frenar e incluso coartar las ansias imperiales de los estados español y francés. La investigación y divulgación de la realidad propia y el trabajo en el ámbito de la organización territorial de nuestro país nos puede servir de vía para alcanzar la soberanía de nuestro estado, Navarra.
2007/09/28
Iruñea, Septiembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Imperios (IV)
Nabarralde
De los francos a la Gran Francia
Este pueblo germánico que formó parte del Imperio Romano, en su última etapa en forma de foederati, lo que actualmente podríamos llamar de una forma federal, se asentó en la actual Bélgica y norte de Francia en el siglo IV.
A comienzos del siglo VI expulsan a los visigodos a la Península Ibérica y comienzan su presión contra los vasco-aquitanos. La dominación militar de esta parte del pueblo vascón ocasiona una diferenciación para los francos: los vascones dominados del norte de los Pirineos y los vascones libres del sur, a los que llaman navarros.
El emperador Carlomagno, invencible en innumerables campos de batalla, es derrotado en Orreaga en el 778, por los vascones, que llegados de todos los territorios, libres u ocupados, acuden a la llamada para vengar la destrucción de la principal ciudad vascona, Iruñea. Esta derrota hizo que en el siglo XII, apareciera La Chanson de Roland, poema épico y primera pieza importante de la literatura francesa, la cual oculta el hecho de que los vascones fueron los triunfadores, dando falsamente esa atribución a los árabes.
Hacia mediados del siglo X un cronista franco señala al Conde de Gascuña como dux Navarrae, destacando la unidad de los vascones o navarros de ambas vertientes de los Pirineos. Durante el reinado del “señor de los vascones” o Sancho III “El Mayor”, en sus relaciones con el rey de Francia, los cronistas franceses nos indican la unidad de las dos Navarras, la del norte y la del sur de los Pirineos en torno al Reino de Pamplona.
Pero a finales del siglo XI, los duques de Aquitania rompen con Navarra debido a las presiones del Reino de Francia. Pero otra vez con “El Batallador” se recupera esta unidad, de nuevo en torno al Reino de Pamplona. La presión francesa en la Navarra del norte de los Pirineos se vio mitigada por la presencia de un nuevo imperio, el británico, durante aproximadamente tres siglos.
La entrada de dinastías francesas en la corona de Navarra ocasiona diferentes disturbios y rebeliones entre la población local. La destrucción y aniquilación de los burgos, por tropas francesas, sobre todo en la Navarrería, o las Juntas de Infanzones navarros, esos que se reunían normalmente en Obanos, son muestras significativas de ello.
La llegada de las Dinastías de Foix y Albret a la corona provoca una nueva unidad de las dos Navarras. Gascuña y Foix forman parte de Navarra, como lo comunica la reina Catalina I a las Cortes. Navarra continuaría independiente y soberana al norte de los Pirineos tras la invasión militar española.
El ascenso del rey de Navarra, Enrique III “el Bearnés”, al trono francés, no supone una unidad con el Reino de Francia. Es su sucesor, el rey Luis XIII de Francia, influenciado por el Cardenal Richelieu, quien realiza el decreto de la Unión, anexionando unilateralmente al Reino de Navarra. Los franceses le llaman “el Justo”.
BIBLIOGRAFÍA
ADOT, Álvaro. Juan de Albret y Catalina de Foix o la defensa del Estado navarro, 2005
ESARTE, Pedro. Los infanzones navarros ( s.XIII y XIV ), 2007
ESARTE, Pedro. Derecho a rebelión, 2007
SORAUREN, Mikel. Historia de Navarra, el Estado Vasco, 1999
URZAINQUI, Tomás. Navarra sin fronteras impuestas, 2002
Imperios (IV)
Nabarralde
De los francos a la Gran Francia
Este pueblo germánico que formó parte del Imperio Romano, en su última etapa en forma de foederati, lo que actualmente podríamos llamar de una forma federal, se asentó en la actual Bélgica y norte de Francia en el siglo IV.
A comienzos del siglo VI expulsan a los visigodos a la Península Ibérica y comienzan su presión contra los vasco-aquitanos. La dominación militar de esta parte del pueblo vascón ocasiona una diferenciación para los francos: los vascones dominados del norte de los Pirineos y los vascones libres del sur, a los que llaman navarros.
El emperador Carlomagno, invencible en innumerables campos de batalla, es derrotado en Orreaga en el 778, por los vascones, que llegados de todos los territorios, libres u ocupados, acuden a la llamada para vengar la destrucción de la principal ciudad vascona, Iruñea. Esta derrota hizo que en el siglo XII, apareciera La Chanson de Roland, poema épico y primera pieza importante de la literatura francesa, la cual oculta el hecho de que los vascones fueron los triunfadores, dando falsamente esa atribución a los árabes.
Hacia mediados del siglo X un cronista franco señala al Conde de Gascuña como dux Navarrae, destacando la unidad de los vascones o navarros de ambas vertientes de los Pirineos. Durante el reinado del “señor de los vascones” o Sancho III “El Mayor”, en sus relaciones con el rey de Francia, los cronistas franceses nos indican la unidad de las dos Navarras, la del norte y la del sur de los Pirineos en torno al Reino de Pamplona.
Pero a finales del siglo XI, los duques de Aquitania rompen con Navarra debido a las presiones del Reino de Francia. Pero otra vez con “El Batallador” se recupera esta unidad, de nuevo en torno al Reino de Pamplona. La presión francesa en la Navarra del norte de los Pirineos se vio mitigada por la presencia de un nuevo imperio, el británico, durante aproximadamente tres siglos.
La entrada de dinastías francesas en la corona de Navarra ocasiona diferentes disturbios y rebeliones entre la población local. La destrucción y aniquilación de los burgos, por tropas francesas, sobre todo en la Navarrería, o las Juntas de Infanzones navarros, esos que se reunían normalmente en Obanos, son muestras significativas de ello.
La llegada de las Dinastías de Foix y Albret a la corona provoca una nueva unidad de las dos Navarras. Gascuña y Foix forman parte de Navarra, como lo comunica la reina Catalina I a las Cortes. Navarra continuaría independiente y soberana al norte de los Pirineos tras la invasión militar española.
El ascenso del rey de Navarra, Enrique III “el Bearnés”, al trono francés, no supone una unidad con el Reino de Francia. Es su sucesor, el rey Luis XIII de Francia, influenciado por el Cardenal Richelieu, quien realiza el decreto de la Unión, anexionando unilateralmente al Reino de Navarra. Los franceses le llaman “el Justo”.
BIBLIOGRAFÍA
ADOT, Álvaro. Juan de Albret y Catalina de Foix o la defensa del Estado navarro, 2005
ESARTE, Pedro. Los infanzones navarros ( s.XIII y XIV ), 2007
ESARTE, Pedro. Derecho a rebelión, 2007
SORAUREN, Mikel. Historia de Navarra, el Estado Vasco, 1999
URZAINQUI, Tomás. Navarra sin fronteras impuestas, 2002
2007/09/20
Iruñea, Septiembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Imperios (III)
Nabarralde
El estado Vaticano. El Imperio nacido de un pesebre.
Hace más de 2000 años, en un pesebre de Belén nacía el hijo de María y José, llamado Jesús de Nazaret. Este profeta judío se nombra hijo de dios, siendo éste su dogma de fe. Asesinado en torno a los treinta años de edad por medio de la crucifixión, sus discípulos continuarían con su doctrina y formaran una nueva religión, de la cual surgió un estado, gobernado por el "representante" de dios en la Tierra.
Durante más de tres siglos sufrieron persecuciones, y condenas, entre las cuales estaba la de ser el alimento de los leones del circo. Estos martirios por motivos de su fe no acabaron con ellos, mejor dicho, no acabaron con la fe cristiana, ya que consiguieron subsistir en las catacumbas de la ciudad de Roma y así conservar el dogma de Jesucristo.
Un emperador romano, conocido por "el Grande", legaliza e implanta la religión de Cristo en todo su Imperio a comienzos del siglo IV. Posteriormente se producen las invasiones bárbaras que consiguen apoderarse de un decadente Imperio romano, pero estos bárbaros respetaron y asimilaron la religión cristiana, llegando incluso a una alianza basada en lo espiritual y militar, con el emergente reino del "descendiente" de Pedro, en la iglesia de Roma.
La influencia de dicho estado en la política se va incrementando con el paso de los años, con el paso de los siglos. La amenaza que representa otra religión para mantener la hegemonía de su fe, en la que se sustentaba su poder en toda Europa, origina las Cruzadas o Guerra Santa contra el poder del Islam.
La política del estado de la iglesia de Roma con los vascones, integrados en el Reino de Navarra, tuvo consecuencias desastrosas para éstos. Navarra era un reino cristiano y como tal acudía a los concilios generales de la Iglesia, lo que otorgaba un reconocimiento internacional a nuestro estado.
Pero un testamento de Alfonso I "El Batallador", nefasto, donde otorga el Reino de Pamplona y Aragón a tres órdenes religiosas y militares, desencadena por un lado la restauración del Reino por parte de los navarros, y por otro las iras del gobernador de Roma.
La iglesia de Roma, irritada ante esos sucesos, toma, a modo de represalia, la decisión de negar el título de rex a los gobernantes navarros, relegándolos a mero dux. Con ello daban la oportunidad a cualquier reino cristiano para conquistar por la vía militar el reino. Navarra quedaba así en el punto de mira del mejor postor, gracias a dios o, mejor dicho, gracias a los hombres de Roma.
En 1198, Roma vuelve a reconocer el título de rey a los soberanos navarros. Con ello pretendía que el rey y el Reino de Navarra participaran en las cruzadas contra los musulmanes. A pesar de ello, el Imperio castellano insiste en su conquista de Navarra, amparado por el estado pontificio.
En la conquista de 1512 de lo que quedaba del reino navarro, el católico Fernando II urde una versión falsa y anterior a la del Tratado de Blois, en la que se especifica una falsa alianza de Francia y Navarra contra la Santa Liga de la Iglesia. Esta versión fue presentada al papa Julio II y éste dictó las bulas de excomunión contra los reyes de Navarra, otorgando una legitimidad artificial a la invasión y conquista de los restos del territorio vasco(n) que permanecía soberano.
Tras la invasión y conquista comienza un sometimiento político y militar de la población, pero también este sometimiento se da en materia eclesiástica en Navarra. Los altos puestos de la iglesia del país son para los extranjeros, en su mayoría de España. Esta imposición continúa en la actualidad.
La continuidad de la independencia al norte de los Pirineos conllevó una Corte en la cual entra la reforma de Lutero. Los reyes de Navarra se hacían protestantes, pero incluso en esos delicados tiempos, los intentos por recuperar las tierras navarras del sur hacen que la Reina Juana III de Albret y el rey Antonio de Borbón envíen a través del embajador francés en la Santa Sede una oración solemne de adhesión al Papa Pío IV, buscando la restauración de todo el Reino.
BIBLIOGRAFÍAS
ARBELOA Víctor Manuel, La corte protestante de Navarra (1527-1563), 1992.
ASIMOV Isaac, El Imperio Romano, 1967.
BOISSONNADE P., Batalla de Noain, pérdida de la independencia de Navarra, Separata de la Obra La conquista de Navarra, 1981
CROSSAN, John Dominic: Jesús, vida de un campesino judío, 1994.
ESARTE Pedro, Navarra, 1512-1530. Conquista, ocupación y sometimiento militar, civil y eclesiástico, 2001.
ESARTE Pedro, Vasconia en el siglo XII. De Reino de Pamplona a Reino de Navarra, 2004.
SORAUREN Mikel, Historia de Navarra, el Estado Vasco, 1999.
URZAINQUI Tomás, Navarra, sin fronteras impuestas, 2002.
URZAINQUI Tomás, Navarra Estado europeo, 2003.
Imperios (III)
Nabarralde
El estado Vaticano. El Imperio nacido de un pesebre.
Hace más de 2000 años, en un pesebre de Belén nacía el hijo de María y José, llamado Jesús de Nazaret. Este profeta judío se nombra hijo de dios, siendo éste su dogma de fe. Asesinado en torno a los treinta años de edad por medio de la crucifixión, sus discípulos continuarían con su doctrina y formaran una nueva religión, de la cual surgió un estado, gobernado por el "representante" de dios en la Tierra.
Durante más de tres siglos sufrieron persecuciones, y condenas, entre las cuales estaba la de ser el alimento de los leones del circo. Estos martirios por motivos de su fe no acabaron con ellos, mejor dicho, no acabaron con la fe cristiana, ya que consiguieron subsistir en las catacumbas de la ciudad de Roma y así conservar el dogma de Jesucristo.
Un emperador romano, conocido por "el Grande", legaliza e implanta la religión de Cristo en todo su Imperio a comienzos del siglo IV. Posteriormente se producen las invasiones bárbaras que consiguen apoderarse de un decadente Imperio romano, pero estos bárbaros respetaron y asimilaron la religión cristiana, llegando incluso a una alianza basada en lo espiritual y militar, con el emergente reino del "descendiente" de Pedro, en la iglesia de Roma.
La influencia de dicho estado en la política se va incrementando con el paso de los años, con el paso de los siglos. La amenaza que representa otra religión para mantener la hegemonía de su fe, en la que se sustentaba su poder en toda Europa, origina las Cruzadas o Guerra Santa contra el poder del Islam.
La política del estado de la iglesia de Roma con los vascones, integrados en el Reino de Navarra, tuvo consecuencias desastrosas para éstos. Navarra era un reino cristiano y como tal acudía a los concilios generales de la Iglesia, lo que otorgaba un reconocimiento internacional a nuestro estado.
Pero un testamento de Alfonso I "El Batallador", nefasto, donde otorga el Reino de Pamplona y Aragón a tres órdenes religiosas y militares, desencadena por un lado la restauración del Reino por parte de los navarros, y por otro las iras del gobernador de Roma.
La iglesia de Roma, irritada ante esos sucesos, toma, a modo de represalia, la decisión de negar el título de rex a los gobernantes navarros, relegándolos a mero dux. Con ello daban la oportunidad a cualquier reino cristiano para conquistar por la vía militar el reino. Navarra quedaba así en el punto de mira del mejor postor, gracias a dios o, mejor dicho, gracias a los hombres de Roma.
En 1198, Roma vuelve a reconocer el título de rey a los soberanos navarros. Con ello pretendía que el rey y el Reino de Navarra participaran en las cruzadas contra los musulmanes. A pesar de ello, el Imperio castellano insiste en su conquista de Navarra, amparado por el estado pontificio.
En la conquista de 1512 de lo que quedaba del reino navarro, el católico Fernando II urde una versión falsa y anterior a la del Tratado de Blois, en la que se especifica una falsa alianza de Francia y Navarra contra la Santa Liga de la Iglesia. Esta versión fue presentada al papa Julio II y éste dictó las bulas de excomunión contra los reyes de Navarra, otorgando una legitimidad artificial a la invasión y conquista de los restos del territorio vasco(n) que permanecía soberano.
Tras la invasión y conquista comienza un sometimiento político y militar de la población, pero también este sometimiento se da en materia eclesiástica en Navarra. Los altos puestos de la iglesia del país son para los extranjeros, en su mayoría de España. Esta imposición continúa en la actualidad.
La continuidad de la independencia al norte de los Pirineos conllevó una Corte en la cual entra la reforma de Lutero. Los reyes de Navarra se hacían protestantes, pero incluso en esos delicados tiempos, los intentos por recuperar las tierras navarras del sur hacen que la Reina Juana III de Albret y el rey Antonio de Borbón envíen a través del embajador francés en la Santa Sede una oración solemne de adhesión al Papa Pío IV, buscando la restauración de todo el Reino.
BIBLIOGRAFÍAS
ARBELOA Víctor Manuel, La corte protestante de Navarra (1527-1563), 1992.
ASIMOV Isaac, El Imperio Romano, 1967.
BOISSONNADE P., Batalla de Noain, pérdida de la independencia de Navarra, Separata de la Obra La conquista de Navarra, 1981
CROSSAN, John Dominic: Jesús, vida de un campesino judío, 1994.
ESARTE Pedro, Navarra, 1512-1530. Conquista, ocupación y sometimiento militar, civil y eclesiástico, 2001.
ESARTE Pedro, Vasconia en el siglo XII. De Reino de Pamplona a Reino de Navarra, 2004.
SORAUREN Mikel, Historia de Navarra, el Estado Vasco, 1999.
URZAINQUI Tomás, Navarra, sin fronteras impuestas, 2002.
URZAINQUI Tomás, Navarra Estado europeo, 2003.
2007/09/19
Iruñea, Septiembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Recuperando nuestra memoria, recuperaremos la soberanía
Nabarralde
Desde hace ya algunos años, el movimiento cultural vasco se encamina a recuperar nuestra memoria histórica, a la par de la lengua y cultura, a pesar de las dificultades que plantean las instituciones actuales, herederas de la dictadura franquista, dificultades en principio económicas, que frenan el rápido avance de asociaciones como Nabarralde, un avance que busca la divulgación de cuál debería ser nuestro Estado, una divulgación con la que se continúa haciendo camino, pasos lentos, pero seguros mirando hacia delante, sin retroceder. En definitiva: pasico a pasico.
La tarea es difícil y no solo por motivos económicos que limitan la información y divulgación, sino porque la propia memoria del ser humano es selectiva. Esta selección muchas veces nos es inconsciente. Tenemos ejemplos en nosotros mismos, por ejemplo en el recordar cómo era una población por la que pasábamos cuando íbamos a la playa o a recolectar setas a uno de nuestro valles o montañas, por aquella carretera anterior a la variante o autovía, donde veíamos las casas, la evolución demográfica y a los habitantes de esos bellos pueblos.
Aún es más difícil recordar cuál era el Estado que nos representaba ante Europa o el mundo conocido en otros siglos. El desconocimiento de las continuas invasiones militares a lo largo de nuestra historia, realizadas por muchos pueblos, la extensión territorial donde en un principio se asentaron nuestros antepasados… es algo que desconoce la inmensa mayoría de nuestra comunidad, promovida por quienes nos someten, por el impedimento a acceder a muchos datos y documentos que ocultan. Por la negación continua de nuestra existencia a través de los años, de los siglos, a lo largo de la historia de la humanidad.
La negativa de ayudas y subvenciones es permanente por parte de las diferentes instituciones, tanto francesas como españolas, intentando frenar la información de nuestra historia, para impedir que conozcamos quiénes somos y cuál es nuestra patria. Mantienen las divisiones que ocasionaron sus continuas agresiones militares, imponiendo sus leyes y su historia, negando y ocultando la nuestra.
De la Vasconia histórica a lo que muchos consideran la Euskal Herria actual hay mucha diferencia. La más evidente es la del territorio que abarcan las gentes que hablaban el euskera. Pero el elemento principal de organización política que han tenido los vascones, término con el que se designaron los visigodos a nuestro pueblo, fue un Reino, primero con el nombre de Pamplona y después con el nombre de Navarra.
El Reino de Navarra fue la expresión política de los vasco(ne)s ante el resto de Europa. Ese Reino no sólo acogía a los vascones, fundadores del mismo, sino que integraba otros pueblos o naciones, que también defendían dicho estado, donde por los avatares de la historia se encontraban. Todos estos pueblos o naciones eran lo que ahora nosotros somos; eran navarros.
Lo que debemos hacer desde los medios que poseemos las diferentes asociaciones culturales es informar de cuál debería ser nuestro estatus político. Para ello tendremos que trabajar muchas veces con delicadeza, con pedagogía, tratando no herir los sentimientos de otros compatriotas, que desconocen que todos los vascos son navarros.
Este desconocimiento de que los vascos son navarros se debe a la labor propagandística de los estados que nos someten. Existen entre nosotros opiniones que curiosamente se repiten, de unos lugares a otros, entre personas en principio no informadas, pero que coinciden. Algunos de nuestros compatriotas llegan a afirmar que consiguieron liberarse del yugo de los reyes navarros. La verdad es que cayeron en el yugo de los reyes españoles, a causa de las invasiones militares de Castilla y la colaboración de funcionarios navarros que facilitaron dichas agresiones; por supuesto, estos matices históricos desaparecen en la historia oficial del Reino de España. La poca presencia del euskara o lingua navarrorum en la actual Navarra reducida hace pensar a algunos vascos que las autoridades navarras (los reyes, se dice) no cuidaron su lengua. Lo cierto es que el primer libro en euskera lo mandó escribir una reina de Navarra, de la Navarra soberana del norte de los Pirineos.
Conociendo y difundiendo la historia de nuestro país, recuperaremos el término político para la palabra navarro. Con ello sabremos que la soberanía de los vascos pasa por recuperar el Estado de Navarra. Un estado del siglo XXI, donde las monarquías están abocadas a su desaparición. Donde el pueblo coja las riendas de la economía, de la política, de la cultura y los idiomas... En nuestro caso, saber y reivindicar que somos navarros y que nuestro estado es Navarra.
Recuperando nuestra memoria, recuperaremos la soberanía
Nabarralde
Desde hace ya algunos años, el movimiento cultural vasco se encamina a recuperar nuestra memoria histórica, a la par de la lengua y cultura, a pesar de las dificultades que plantean las instituciones actuales, herederas de la dictadura franquista, dificultades en principio económicas, que frenan el rápido avance de asociaciones como Nabarralde, un avance que busca la divulgación de cuál debería ser nuestro Estado, una divulgación con la que se continúa haciendo camino, pasos lentos, pero seguros mirando hacia delante, sin retroceder. En definitiva: pasico a pasico.
La tarea es difícil y no solo por motivos económicos que limitan la información y divulgación, sino porque la propia memoria del ser humano es selectiva. Esta selección muchas veces nos es inconsciente. Tenemos ejemplos en nosotros mismos, por ejemplo en el recordar cómo era una población por la que pasábamos cuando íbamos a la playa o a recolectar setas a uno de nuestro valles o montañas, por aquella carretera anterior a la variante o autovía, donde veíamos las casas, la evolución demográfica y a los habitantes de esos bellos pueblos.
Aún es más difícil recordar cuál era el Estado que nos representaba ante Europa o el mundo conocido en otros siglos. El desconocimiento de las continuas invasiones militares a lo largo de nuestra historia, realizadas por muchos pueblos, la extensión territorial donde en un principio se asentaron nuestros antepasados… es algo que desconoce la inmensa mayoría de nuestra comunidad, promovida por quienes nos someten, por el impedimento a acceder a muchos datos y documentos que ocultan. Por la negación continua de nuestra existencia a través de los años, de los siglos, a lo largo de la historia de la humanidad.
La negativa de ayudas y subvenciones es permanente por parte de las diferentes instituciones, tanto francesas como españolas, intentando frenar la información de nuestra historia, para impedir que conozcamos quiénes somos y cuál es nuestra patria. Mantienen las divisiones que ocasionaron sus continuas agresiones militares, imponiendo sus leyes y su historia, negando y ocultando la nuestra.
De la Vasconia histórica a lo que muchos consideran la Euskal Herria actual hay mucha diferencia. La más evidente es la del territorio que abarcan las gentes que hablaban el euskera. Pero el elemento principal de organización política que han tenido los vascones, término con el que se designaron los visigodos a nuestro pueblo, fue un Reino, primero con el nombre de Pamplona y después con el nombre de Navarra.
El Reino de Navarra fue la expresión política de los vasco(ne)s ante el resto de Europa. Ese Reino no sólo acogía a los vascones, fundadores del mismo, sino que integraba otros pueblos o naciones, que también defendían dicho estado, donde por los avatares de la historia se encontraban. Todos estos pueblos o naciones eran lo que ahora nosotros somos; eran navarros.
Lo que debemos hacer desde los medios que poseemos las diferentes asociaciones culturales es informar de cuál debería ser nuestro estatus político. Para ello tendremos que trabajar muchas veces con delicadeza, con pedagogía, tratando no herir los sentimientos de otros compatriotas, que desconocen que todos los vascos son navarros.
Este desconocimiento de que los vascos son navarros se debe a la labor propagandística de los estados que nos someten. Existen entre nosotros opiniones que curiosamente se repiten, de unos lugares a otros, entre personas en principio no informadas, pero que coinciden. Algunos de nuestros compatriotas llegan a afirmar que consiguieron liberarse del yugo de los reyes navarros. La verdad es que cayeron en el yugo de los reyes españoles, a causa de las invasiones militares de Castilla y la colaboración de funcionarios navarros que facilitaron dichas agresiones; por supuesto, estos matices históricos desaparecen en la historia oficial del Reino de España. La poca presencia del euskara o lingua navarrorum en la actual Navarra reducida hace pensar a algunos vascos que las autoridades navarras (los reyes, se dice) no cuidaron su lengua. Lo cierto es que el primer libro en euskera lo mandó escribir una reina de Navarra, de la Navarra soberana del norte de los Pirineos.
Conociendo y difundiendo la historia de nuestro país, recuperaremos el término político para la palabra navarro. Con ello sabremos que la soberanía de los vascos pasa por recuperar el Estado de Navarra. Un estado del siglo XXI, donde las monarquías están abocadas a su desaparición. Donde el pueblo coja las riendas de la economía, de la política, de la cultura y los idiomas... En nuestro caso, saber y reivindicar que somos navarros y que nuestro estado es Navarra.
2007/09/12
Iruñea, Septiembre de 2007
Iñigo Saldise Alda
Imperios (II)
Nabarralde
Aragón: De Condado navarro a Corona de España.
La historia de Aragón está íntimamente ligada a la historia de los comienzos del Reino de Pamplona, posterior Reino de Navarra. En la creación del Reino de Navarra por parte de los vascones, es la continuación política de los sucesos acaecidos a finales del siglo VIII, como la batalla de Orreaga . Este pequeño Condado, promovido en su día por los Carolingios (como nos indica Mikel Sorauren en su libro Historia de Navarra, el Estado Vasco), es desde el principio parte del Reino vasco(n).
La histografía española nos indica, no sin gran e intencionada malicia, la división del Reino de Pamplona a la muerte del “señor de los vascones”. El conde de Aragón controla ciertamente dicho Condado, pero supeditado a la autoridad del rey de Pamplona. A pesar de un suceso rocambolesco, ocurrida en 1043 en Tafalla (ver Pierre Narbaitz, Navarra o cuando los vascos tenían reyes), la división del Condado y el Reino vasco(n) no es efectiva.
Ante las primeras agresiones a la frontera occidental, por parte del todavía Condado de Castilla, el conde de Aragón acude en defensa de dicha frontera pactada en 1016 entre castellanos y navarros. Pero ante el cruel asesinato de Peñalen en 1076, promovido por Castilla y llevado a efecto por hermanos del rey navarro, la defensa del Condado de Aragón evita la total conquista del Reino vasco(n).
De nuevo la histografía española nos dice que estos “reyes” de Aragón son de la dinastía de Navarra, mientras que la realidad histórica nos dice que estos reyes navarros gobernaban en Pamplona y Aragón. Es cierto que uno de estos reyes otorga el título de Reino al Condado, sin ir más lejos el primero Sancho V Ramírez.
Pero el rey conocido como “El Batallador” consigue expulsar y reconquistar de las garras imperiales castellanas todas las tierras navarras hasta Montes de Oca, además de cumplir el mandato del Papa y dedicarse a guerrear contra los musulmanes, bajo el manto religioso de la Cruzada. Se firma un nuevo Tratado, ratificando el de 1016, el Tratado de Támara de 1127 (ver Tomás Urzainqui Mina, Navarra sin fronteras impuestas).
Tras la muerte de este rey guerrero, el testamento que lega es nefasto para la unidad del Reino pirenaico. Los Condados de Gascuña y Toulouse se apartan de Navarra, perdiéndose así la antigua unidad de los vascones a ambos lados del Pirineo, antes de la invasión del Imperio romano. Pero no sólo desaparece esta unidad, sino que el Conde de Barcelona, un templario, junto con el rey de Castilla, aprovechan la ocasión, con el beneplácito del estado pontificio y provocan la división del Reino.
La frontera, no siempre sin sobresaltos, se mantiene prácticamente inamovible hasta la invasión de Castilla en 1512. El Reino de Aragón se expande por la Península, incluso por el Mediterráneo.
En numerosas ocasiones las coronas de Castilla y Aragón firman Tratados en los cuales se reparten el Reino de Navarra. La obsesión es absoluta por los restos del Reino de los vasco(ne)s. Pero dicha conquista tenía que esperar, ya que la carrera imperial continuaba por la Península, por el mandato “divino” y la ambición desmedida de gobernantes castellanos y aragoneses.
El Reino de Aragón se convierte en Corona, y vía matrimonial se une a la Corona de Castilla, formando el Reino de España. La unión de ambos Imperios se complementa con la conquista de Navarra. En ella toman parte tropas aragonesas, comandadas por el obispo de Zaragoza, hermano del falsario. Su implicación es determinante en la conquista de Tutera y otras plazas fuerte navarras (ver Peio Esarte Muniain, Navarra 1512-1530.Conquista, ocupación y sometimiento militar, civil y eclesiástico, título muy expresivo que podríamos trasladar a las acciones sufridas por otros países a manos del Imperio español).
Imperios (II)
Nabarralde
Aragón: De Condado navarro a Corona de España.
La historia de Aragón está íntimamente ligada a la historia de los comienzos del Reino de Pamplona, posterior Reino de Navarra. En la creación del Reino de Navarra por parte de los vascones, es la continuación política de los sucesos acaecidos a finales del siglo VIII, como la batalla de Orreaga . Este pequeño Condado, promovido en su día por los Carolingios (como nos indica Mikel Sorauren en su libro Historia de Navarra, el Estado Vasco), es desde el principio parte del Reino vasco(n).
La histografía española nos indica, no sin gran e intencionada malicia, la división del Reino de Pamplona a la muerte del “señor de los vascones”. El conde de Aragón controla ciertamente dicho Condado, pero supeditado a la autoridad del rey de Pamplona. A pesar de un suceso rocambolesco, ocurrida en 1043 en Tafalla (ver Pierre Narbaitz, Navarra o cuando los vascos tenían reyes), la división del Condado y el Reino vasco(n) no es efectiva.
Ante las primeras agresiones a la frontera occidental, por parte del todavía Condado de Castilla, el conde de Aragón acude en defensa de dicha frontera pactada en 1016 entre castellanos y navarros. Pero ante el cruel asesinato de Peñalen en 1076, promovido por Castilla y llevado a efecto por hermanos del rey navarro, la defensa del Condado de Aragón evita la total conquista del Reino vasco(n).
De nuevo la histografía española nos dice que estos “reyes” de Aragón son de la dinastía de Navarra, mientras que la realidad histórica nos dice que estos reyes navarros gobernaban en Pamplona y Aragón. Es cierto que uno de estos reyes otorga el título de Reino al Condado, sin ir más lejos el primero Sancho V Ramírez.
Pero el rey conocido como “El Batallador” consigue expulsar y reconquistar de las garras imperiales castellanas todas las tierras navarras hasta Montes de Oca, además de cumplir el mandato del Papa y dedicarse a guerrear contra los musulmanes, bajo el manto religioso de la Cruzada. Se firma un nuevo Tratado, ratificando el de 1016, el Tratado de Támara de 1127 (ver Tomás Urzainqui Mina, Navarra sin fronteras impuestas).
Tras la muerte de este rey guerrero, el testamento que lega es nefasto para la unidad del Reino pirenaico. Los Condados de Gascuña y Toulouse se apartan de Navarra, perdiéndose así la antigua unidad de los vascones a ambos lados del Pirineo, antes de la invasión del Imperio romano. Pero no sólo desaparece esta unidad, sino que el Conde de Barcelona, un templario, junto con el rey de Castilla, aprovechan la ocasión, con el beneplácito del estado pontificio y provocan la división del Reino.
La frontera, no siempre sin sobresaltos, se mantiene prácticamente inamovible hasta la invasión de Castilla en 1512. El Reino de Aragón se expande por la Península, incluso por el Mediterráneo.
En numerosas ocasiones las coronas de Castilla y Aragón firman Tratados en los cuales se reparten el Reino de Navarra. La obsesión es absoluta por los restos del Reino de los vasco(ne)s. Pero dicha conquista tenía que esperar, ya que la carrera imperial continuaba por la Península, por el mandato “divino” y la ambición desmedida de gobernantes castellanos y aragoneses.
El Reino de Aragón se convierte en Corona, y vía matrimonial se une a la Corona de Castilla, formando el Reino de España. La unión de ambos Imperios se complementa con la conquista de Navarra. En ella toman parte tropas aragonesas, comandadas por el obispo de Zaragoza, hermano del falsario. Su implicación es determinante en la conquista de Tutera y otras plazas fuerte navarras (ver Peio Esarte Muniain, Navarra 1512-1530.Conquista, ocupación y sometimiento militar, civil y eclesiástico, título muy expresivo que podríamos trasladar a las acciones sufridas por otros países a manos del Imperio español).
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NABARRAKO ERESERKIA
Nabarra, reflexiones de un Patriota
ASKATASUNA = Baskoinak x Nafar Paradigma
"PRO LIBERTATE PATRIA GENS LIBERA STATE"
"Aberri askearen alde jende librea jaiki"
"De pie la gente libre a favor de la libertad de la patria"
"De pie la gente libre a favor de la libertad de la patria"
Navarre shall be the wonder of the world
by WILLIAM SHAKESPEARE