Escudo
museo de Navarra
Iñigo
Saldise Alda
En
la portada del museo de Navarra nos encontramos un renacentista
blasón, que rápidamente interpretamos como el escudo de Navarra.
Esta portada está fechada en el año 1556, cuando aún era el
Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia. Dicho hospital fue
patrocinado por Remiro de Goñi y Gurpedi, siendo la portada
realizada por Juan de Villareal.
Remiro
de Goñi y Gurpide
Remiro
de Goñi y Gurpide nació en Peralta en el año 1481. Hijo de
una familia agramontesa, adinerada, que estuvo formada por un noble
caballero, infanzón, palaciano y preferido, montero Real del monarca
de Nabarra, conde de Foix y Bigorra, además de vizconde de
Biarno-Bearne, de la casa de Foix, Francisco I Phebus y
de su hermana la reina Catalina I de Nabarra, alcaide mayor de las
fortalezas de Tafalla y Dicastillo, capitán de los valles de
Guessallaz, Yerri y Goyni, señor y palaciano de Tirapu, Goyni,
Anburzia-Salinas de Oro, Peralta, Bidaurre y Muez, llamado Martin de
Goñi y Garro, que estuvo casado con una noble dama llamada María de
Gurpide.
También fue hermano del
palaciano
Martín de Goñi y Gurpide.
Remiro
de Goñi y Gurpide obtuvo el grado de bachiller en Derecho Civil y Canónigo en la Universidad de Cahors en
el año 1502. En el año 1505 cobraba las rentas de Peralta, teniendo
dicha concesión familiar por un periodo de seis años. Remiro de
Goñi y Gurpide estudió Derecho Canónico y Civil en
Universidad de Tolosa-Toulouse doctorándose en ambos. A continuación
pasó a ejercer de profesor en la misma y posteriormente en la
Universidad de Caors-Cahors. Desarrolló dicha faceta de la docencia
hasta el año 1511, eso sí, de forma conjunta a las
responsabilidades contraídas desde el año 1509 con la sede
metropolitana pamplonesa, momento en el cual entró a integrarse de
forma definitiva en el cabildo de Iruinea-Pamplona.
Fue
nombrado tesorero de la catedral iruñesa en el año 1510, al mismo
tiempo de ser ordenado sacerdote. Un año antes la reina Catalina I
de Nabarra le nombró miembro de su consejo Real y ordinario de su
Casa.
Ante
la invasión española del Reino de Nabarra, por pare de tropas
españolas,Remiro de Goñi y Gurpide permaneció en la capital del
Estado de nabarro a la expectativa ante la agresión extranjera y con
la misión de informar de los movimientos de la soldadesca española
a los reyes de Nabarra, copríncipes de Andorra, duques de Nemours,
Gandía, Montblanc y Peñafiel, condes de Foix, Bigorra-Bigorre,
Ribagorza y Peiregòrd, vizcondes del Biarno-Bearne,
Nebosan-Nebouzan, Tursan, Marsan, Gabardan, Limòtges, Castellio de
Farfanya y Tartas, además de señores de Albret, Catalina de Foix y
Valois, y su esposo Juan de Albret y Rohan.
Remiro
de Goyni y Gurpide fue uno de los habitantes de Iruinea-Pamplona,
cuya población era de entre 6.000 y 10.000 personas, que pudo
contemplar, desde las murallas de la ciudad, al ejército ocupante
español formado por más de 15.000 hombres de armas, bien
pertrechados y con una veintena de piezas de artillería de gran
calibre, junto a un buen número de armas ligeras, estando entre
ellos el marqués de Huéscar Luis IV de Beaumont.
El
doctor en Derecho Canónico y Civil Remiro de Goñi y Gurpide, no
solo pudo comprobrar, sino que realmente lo sufrió en sus propias
carnes, como el Consejo del Reino de Nabarra, del cual era un
importante miembro con la misión de llevar a cabo su modernización
por orden de los reyes de Nabarra, quedaba suspendido por imperativo
imperialista y colonial español, por mandato explícito del rey
invasor católico y español Fernando de Trastámara y Enríquez,
el uñas
largas y falsario,
llevado a cabo forma indudable e incontestable según los Fueros,
Costumbres y Leyes del Estado de Nabarra, de manera totalmente
ilegal, basada en la violencia, la coacción y el terror.
Ese
mismo año, Remiro
de Goñi y Gurpide fue expulsado de la capital nabarra junto a otros
200 lealistas y patriotas nabarros, marchando en busca de su hermano
Martin de Goñi y Gurpide, el cual se encontraba en Tafalla para
unirse a él. Ante la acometida del ejército español, los hermanos
Goñi y Gurpide, junto a sus hombres y algunos vecinos de Tafalla, se
replegaron al castillo de San Martin de Unx.
El
6 de diciembre del año 1512 y tras conocer la noticia del repliegue
del ejército de liberación nabarro y de sus aliados franceses
al vizcondado de Biarno-Bearne, Martin y Remiro de Goñi y Gurpide se
reunieron en el castillo de Murillo el Fruto con otros nobles
patriotas nabarros. Estos fueron el vizconde de Zolina León de
Garro, el señor de Eza Dionisio de Eza y Mauleon, el merino de
Lizarra-Estella, alcaide del castillo de Monjardin y de Santacara,
señor de Learza, Iguzquiza, Agos, Orendain y Arroniz Juan Belaz de
Medrano, el caballero Jaime Belaz de Medrano, el merino de
Erriberri-Olite, ricohombre de Nabarra y vizconde de Valderro León
de Ezpeleta, el alcaide del castillo de Peña Frantzes de Ezpeleta,
el alcaide de las Cortes del Reino de Nabarra, doctor en Derecho
Canónico y prior de Uxue-Ujué Martin de Rada, el ricohombre y
alcaide del castillo de Murillo el Fruto Pierres de Rada, el señor
de Lezaun Sebastián de Rada, el alcaide del castillo de San Martin
de Unx Johan de Bergara, el alcaide del castillo de Miranda de Arga y
señor de Rada Carlos de Mauleon y Nabarra, el almirante del valle de
Erronkari-Roncal Juan Bereterra, el caballero Pedro de Nabarra y de
las Cuevas, los secretarios Miguel de Alli y Juan de Boneta,...
Ante
el cariz que iban tomando los acontecimientos, claramente contrarios
para la causa patriótica nabarra, estos nobles, caballeros,
religiosos y funcionarios nabarros, tanto agramonteses como
beaumonteses, firmaron una carta que daban poderes al alcaide del
castillo de Burgi Ladrón de Mauleon, padre de Carlos de Mauleon y
Nabarra, junto al protonotario Martin de Jaureguizar, para prestar,
en su nombre juramento de fidelidad al católico rey español
Fernando II de Aragón y de Corsica-Córcega, I de Sicilia y
de غرناطة-Granada
y III de Napoli, regente de la Corona de Castilla y León, además de
conde de Barcelona, como rey de Navarra, buscando solamente que no
fueran confiscados sus bienes y posesiones, e incluso evitar algo
peor, como ser torturados y asesinados por las fuerzas de ocupación
españolas.
Mientras
que Martin de Goñi y Gurpide se encaminó al vizcondado de
Biarno-Bearne, junto a un grupico de nobles patriotas nabarros para
presentarse de nuevo al servicio del rey consorte Juan III de
Nabarra, Remiro de Goñi y Gurpide, junto al resto de nobles, los
otros eclesiásticos y funcionarios, marchó a Iruinea-Pamplona.
El
18 de febrero del año 1513, Remiro de Goñi y Gurpide fue incluido
en un nuevo perdón, con las caras intenciones de atraer a los
patriotas nabarros para la causa española. Entre los que se
encontraban también su hermano Martin de Goñi y Gurpide, Ladrón de
Mauleon, Dionisio de Eza y Mauleon, el señor de Traibuenas Fernando
de Baquedano, Juan Belaz de Medrano, el protonotario Martin de
Jaureguizar, el secretario Real Miguel de Alli y el consejero Martin
de Rada entre otros.
Cuando
Remiro de Goñi y Gurpide fue nombrado miembro del Consejo Real de
Nabarra por la reina Catalina I de Nabarra y su esposo el rey
consorte Juan III de Nabarra, estos le dieron la misión de llevar a
cabo una profunda restructuración del mismo. Sin embargo este
incipiente proceso de modernización no pudo culminarse, debido a que
tras la invasión militar española del año 1512, el católico rey
de España rehusó en modificar de forma sustancial las instituciones
nabarras, exclusivamente por motivos y razones de su conveniencia
política colonialista.
Así
pues, pese al perdón y entrado ya el año 1513 y para asegurase el
control absoluto del mismo, el católico rey de España supeditó y
finalmente suplantó las funciones de la figura de un nabarro como
presidente del Consejo, poniendo por encima del mismo la figura de un
regente español, para con ello colonizar el Consejo, vigilarlo y
controlarlo, además e impedir las labores patrióticas nabarras de
Remiro de Goñi y Gurpide y la de otros nabarros miembros del Consejo
Real, hasta ser prácticamente apartados del mismo. Remiro de Goñi y
Gurpide se centró entonces en su labor de tesorero de la catedral
pamplonesa, especialmente en la ejecución de diversas obras en la
misma.
El
virrey español y por tanto extranjero para los nabarros, reunió
Cortes en Iruinea-Pamplona el 23 de marzo. El brazo eclesiástico,
primero en orden de llamamiento, debía estar encabezado por el
obispo de Iruinea-Pamplona, pero éste se encontraba ausente al estar
al lado de los reyes de Nabarra en el vizcondado de Biarno-Bearne.
También por dicha diócesis debía acudir a Cortes como vicario
general de sede metropolitana iruñesa Remiro de Goñi y Gurpide;
pero fue censurada su presencia por los españoles, poniendo en su
puesto a un nuevo vicario, por supuesto extranjero, cuyo nombre era
Joanes Paulus Oliverius, siendo esto un ejemplo claro e inequívoco
de Contrafuero e ilegalidad.
En
el año 1516 hay un nuevo intento de liberación del Reino de
Nabarra, mediante la expulsión de los españoles. Las villas de
Erriberri-Olite, Tafalla y Zangotza-Sangüesa ya se habían
confederado contra el invasor español. Entre los principales
cabecillas de la rebelión nabarra realizada casi al unísono,
estuvieron Miguel de Alli, el tesorero de la catedral de
Iruinea-Pamplona Remiro de Goñi y Gurpide, Carlos de Mauleon y
Nabarra, el vizconde de Valderro y barón de Ezpeleta León de
Ezpeleta y Echauz, junto a los miembros del consejo de
Erriberri-Olite; el alcaide y los jurados de Tafalla con Charles de
Nabatz, Martin de Oregatz; además de los jurados sangüesinos Miguel
de Aynues, Pedro de Lumbier y el maestre Lope de Liedena. Tras este
alzamiento patriótico nabarro de esas villas, llegaron varios nobles
a las mismas para conspirar en favor de la legitimidad nabarra. Entre
ellos estaban Juan Belaz de Medrano, Alonso Carrillo de Peralta y
Acuña, el embajador nabarro en la Corte del rey de España Ladrón
de Mauleon, Fernando de Baquedano, Martin de Jaureguizar, y llegado
desde el vizcondado de Biarno-Bearne Martin de Goñi y Gurpide.
El
día 7 de febrero Alonso Carrillo de Peralta y Acuña, acompañado de
los hermanos Goñi y Gurpide, junto a otros nobles nabarros, marchó
a la ciudad de Iruinea-Pamplona con la intención de reunirse con
Luis IV de Beaumont que la tenía bajo su control. La misión era la
de convocar las Cortes del Estado de Nabarra y restituir a los
legítimos reyes Catalina I y Juan III de Nabarra.
Alonso
Carrillo de Peralta y Acuña se instaló prudentemente en Barasoain,
concretamente en la casa de la familia Azpilcueta y Jaureguizar.
Martin de Goñi y Gurpide continuo la marcha al norte para unirse al
ejército de liberación comandado por el marischal de Nabarra Pedro
de Nabarra y Lacarra. Entre otras cartas, portaba una de Alonso
Carrillo de Peralta y Acuña, destinada a su hijo Antonio Carrillo de
Peralta y Velasco, para que éste intercediera ante el rey consorte
Juan III de Nabarra para su nombramiento como condestable del
Reino. Remiro de Goñi y Gurpide se acercó a la ciudad de
Iruinea-Pamplona para concertar los detalles de la reunión con Luis
de Beaumont y Aragón-Álvarez. Pero para entonces la ciudad vascona
volvía a estar bajo el control militar de las tropas invasoras
españolas, capitaneadas por el sanguinario coronel Cristóbal de
Villalba y González. Luis IV de Beaumont mostró entonces su
adhesión a los españoles, y secundado por algunos de los miembros
del consejo Real, proclamaron, ilícita, ilegal e ilegítimamente, a
la
loca
reina española Juana de Trastámara-Aragón y Trastámara-Castilla,
como reina de Navarra. Tras ello se retiró cobardemente a
Gares-Puente la Reina.
Tras
fracasar esta nueva intento legitimista y patriòtica nabarra, Remiro
de Goñi y Gurpide conseguió “esconderse” dentro de la sede más
episcopal que metropolitana ya al estar sometida a los designios
coloniales españoles, de Iruinea-Pamplona. Mediante la utilización
de correos mantuvo el contacto con su hermano.
En
el año 1517, un licenciado español nacido en Granada de nombre
Gonzalo de Salazar, realizó en la Navarra ocupada por los españoles
un manuscrito, en el cual, señaló a Martin y Remiro de Goñi y
Gurpide, entre otros, como dos de los principales cabecillas del
levantamiento patriótico nabarro llevado a cabo el año
anterior.Dicho manuscrito lleva por título: Memorial
de las pesquisas que el licenciado Salazar hizo contra los navarros
que entendieron en la Rebellion e Reboltamiento del Reyno de navarra
contra olite tafalla sangüesa en general.
El
licenciado español recomendó el inmediato encarcelamiento de
aquellos que no se habían ido al vizcondado del Biarno-Bearne, pero
Remiro de Goñi y Gurpide que vivía en Iruinea-Pamplona, no fue
encerrado. Es más, ya en el año 1518, Remiro de Goyni y Gurpide fue
nombrado arcediano de la Tabla de la catedral de iruñesa.
El
5 de febrero del año 1519 tuvo lugar en Iruinea-Pamplona el primer
pleito que demandaba la validez de matrimonio en base esponsal de
futuro con coito; esto es según el Derecho Pirenaico, realizar coito
bajo promesa de matrimonio, ratificado a los ocho días con otro
coito. Esta solicitud se realizó ante el doctor en Derecho Canónico
y Civil, tesorero, vicario general y arcediano de la tabla de la
catedral de Iruinea-Pamplona Remiro de Goñi y Gurpide. La súplica
fue presentada por María de Arce contra Miguel de Artozqui. Remiro
de Goñi y Gurpide, conocedor de las Leyes y Costumbres nabarras, se
mostró a favor del matrimonio por coito que pedía María de Arce,
pero un vicario extranjero, el español-veneciano Juan Rena,
sentenció que no hubo matrimonio y de haberlo habido, éste quedaba
anulado.
Ya
a finales del año 1520, en un clima de rebelión patriótica
nabarra, quedó vacante la sede episcopal pamplonesa tras la muerte
del cardenal y obispo Amadeo de Albret y Châtillon
(Blois-Bretagne). El día 17 de diciembre el virrey español de
Navarra, duque de Nájera, conde de Teviño y señor de Amusco
Antonio Manrique de Lara y Castro, junto a todos los clérigos (pro)
españoles postularon al clérigo y arcediano de la tabla de la
catedral de Iruinea-Pamplona Juan de Beaumont y Urtubia para el
cargo. Diez días después hizo lo mismo el almirante de Castilla y
León, conde de Melgar y señor de Medina de Rioseco Fabrique
Enríquez de Velasco, cuando ya el día 20 de diciembre se había
elegido obispo para la sede episcopal pamplonesa. El consejo
episcopal iruñes, creyéndose metropolitano, tomó parte en un
intento de elegir obispo al creerse en total autonomía pese a la
ocupación militar y colonial española, como un Reino independiente
con respecto al Reino de España vamos, saliendo legalmente elegido
por votación el regidor de la diócesis pamplonesa Remiro de Goñi y
Gurpide, que aceptó con las típicas protestas habituales de
humildad.
Pero
esta elección fue censurada casi inmediatamente por el imperialismo
colonial español. Desde el Reino de España fue ilegitimada e
invalidada por el emperador de los Romanos, augusto rey V de
Deutschland-Alemania, rey I de España, de las Islas Canaryas, de las
Indias y de las Islas y Tierras firmes del Mar Océano, Jerusalen,
Magyarország-Hungría, usurpador de Navarra (IV), Sardìnnia-Cerdeña,
Corsica-Corcega, Due Sicilie-Dos Sicilias, Dalmacija-Dalmacia,
Hrvatska-Croacia, príncipe de Catalunya-Catalonha-Cataluña y
Suevie, archiduque de Österreich-Austria, duque titular de
Bourgogne, duque de Brabante, Limburg, Lëtzebuerg-Luxemburgo,
Lothoringia, Corintia, Lothier-Herzogtum Niederlothringen-Baja
Lorena, Carniola, Gueldres, Athenas y Neopatria, margrave del
Heiliges Römisches Reich-Sacro Imperio Romano Germánico,
marqués de Namur, Bourgogne, Oristán y Gociano, conde palatino del
Franco Condado de Bourgogne, Henao, Olandia, Zelandia, Ferrete,
Friburg, Hanurg, Rosellón, Hutfania y Langrave de Alsacia, conde de
Barcelona, Flandes, Bourgogne, Artois, Auspurg, Charolais,
Holland-Holanda y Zeeland-Zelanda, Vlaanderen-Flandes,
Henegouwen-Henao, Tirol, señor de Vizcaya, de la Marcha
Esclavonia, Puerto Haon, Molina, Salins, Triplo,
Mechelen-Malinas, Friesland-Frisia, (…) gran maestre y
caballero de la orden del Toisón de Oro Carlos de Gante o de
Habsburgo, conocido como el emperador Carlos I de España y V de
Alemania o simplemente el
Cesar,
el cual dio supremamente el obispado de Iruinea-Pamplona, escudándose
en su privilegio como rey católico de España, ajeno eso en
cualquier caso a la legalidad del Estado de Nabarra, al cardenal de
Santa Romana de Chiesa, cardenal diácono de los Santos Sergio y
Baco, protonotario apostólico y arzobispo de Cosenza, el romano
Alessandro Cesarini, quien fue “ordenado” en calidad de
administrador apostólico el día 27 de diciembre, mientras continuó
potenciando el enfrentamiento en el cabildo pamplonés con la ayuda
del virrey español de Navarra.
Con
la nueva intentona legitimista y patriótica nabarra del año 1521,
la salida del virrey o jefe colonial español de la ciudad de
Iruinea-Pamplona, provocó una rebelión espontánea y patriótica
entre todos los nabarros que la habitaban, incluido en la persona de
Remiro de Goñi y Gurpide, ante los recelos de los (pro) españoles.
Remiro
de Goñi y Gurpide, acudió a Atarrabia-Villava para presentarse ante
el jefe del ejército de liberación. Concretamente ante el capitán
general de los reyes de Francia y de Nabarra, conde de
Montfòrt-Monfort y señor de Lesparre-Lesparrou-Asparroz-Asparrots
André de Foix y Aidia de Lescun. Remiro de Goñi y Gurpide, como
miembro de la catedral de Iruinea-Pamplona y del brazo eclesiástico,
tomo juramento de los Fueros al lugarteniente en nombre de rey
Enrique II de Nabarra.
El
30 de junio, domingo, en las campas de Noain, Ezkirotz-Esquiroz y
Barbatain, tuvo inicio a las 14:00 horas una la batalla campal entre
el ejército invasor del Reino imperial español de 30.000 hombres de
armas españoles, frente al ejército de resistencia formando por
nabarros y sus aliados franceses de apenas 8.000 patriotas nabarros y
sus aliados franceses. En las tropas nabarras estuvo Remiro de Goñi
y Gurpide.
Tras
la derrota del ejército nabarro y sus aliados franceses, algunos
pudieron escapar de la muerte o a la prisión, gracias a la ligereza
de sus caballos,.Pedro de Nabarra y de la Cueva, Fabrique de Nabarra,
Arnault de Agramont, Miguel de Jaso y Azpilcueta, Juan de Azpilcueta
y Jaso, Martin de Goñi y Gurpide, Remiro de Goñi y Gurpide, Jaime
Belaz de Medrano, Victor de Mauleon, Jaime de Iturmendi, Juan Urra,
Juan Fernandiz de Egües, Valentin de Jaso y Lerroux-Lerrutz, junto a
algunos otros más, que se refugiaron al norte del Pirineo tras pasar
por diversos puertos de montaña, incluso por pasos
bearno-aragoneses.
Ante
una nueva intento legitimista y patriótica nabarra, Remiro de Goñi
y Gurpide permaneció en la Corte de los nabarros en el vizcondado de
Biarno-Bearne junto al legítimo rey Enrique II de Nabarra a modo de
consejero, al ser buen conocedor de las Leyes y Costumbres del
Estado de Nabarra.
En
el año 1523 ante el ataque español de las Tierra de vascos y del
vizcobdado de Biarno-Bearne, Remiro de Goñi y Gurpide, junto a
aquellos patriotas nabarros que estaban junto al rey Enrique II de
Nabarra, prepararon las defensas de Ortheze-Ortès y Paue-Pau, para
hacerse fuerte y resistir la invasión española, consiguiendo con
ello frenar la acometida imperial española.
El
29 de febrero del año 1524, el emperador Carlos I de España y V de
Alemania, decretó un “perdón universal” para todos los
nabarros. Eso si, con la condición de su sometimiento y la entrega
de la fortaleza nabarra cantábrica de Hondarria-Fuenterrabia. En
dicho “perdón” estaba incluido Remiro de Goñi y Gurpide.
Remiro
de Goñi y Gurpide regreso a la ciudad de Iruinea-Pamplona en el año
1525, tras conocer en la ciudad de Paue-Pau el encarcelamiento del
rey Enrique II de Nabarra, suceso ocurrido tras caer derrotado el
monarca nabarro junto al rey François I de France en la batalla de
Pavia. Pero allí dejó escritos diversos apuntes sobre el Derecho
vascón y pirenaico, que sirvieron de bases para el futuro Fuero del
Biarno-Bearne, el cual fue publicado años después, concretamente en
el año 1551.
Ya
de regreso a la ciudad de Iruinea-Pamplona, Remiro de Goñi y Gurpide
se hizo cargo de la administración de la diócesis pamplonesa,
ostentando nuevamente los cargos de tesorero y arcediano de la tabla
de la catedral iruñesa. Siendo su primera labor la realización y/o
copia de los estatutos de los vicarios tras el sínodo convocado por
el administrador apostólico Alessandro Cesarini.
En
abril del año 1530, Remiro de Goñi y Gurpide permutó con Juan Rena
la tesorería de la catedral de Iruinea-Pamplona, por el arcedianato
de Ursun. Un año después, intercedió e influyó por Franzes de
Jaso y Azpilcueta, para que éste, familiar suyo, obtuviera una
canonjía en la sede episcopal de Iruinea-Pamplona.
Remiro
de Goñi y Gurpide fue el ejecutor de la bula tripartita en el
monasterio y hospital de la Real Colegiata de Santa María de
Orreaga-Roncesvalles. En Peralta construyó una capilla en honor a
Santa Bárbara. Hasta su muerte tomó parte en numerosos procesos
judiciales eclesiásticos y también civiles; aunque estos últimos,
eso sí, siempre subordinados a los gobernantes españoles para la
región de Navarra.
Remiro
de Goñi y Gurpide siempre fue un hombre preocupado por la
res-pública, como lo demuestra el que fuera el promotor y un
cooperador decisivo, en la construcción privada del Hospital General
de Nuestra Señora de la Misericordia. Para ello aportó desde los
inicios de la construcción en el año 1545, hasta su conclusión en
el año 1551, la cantidad de 7.000 ducados.
Publico
dos obras, las cuales fueron editadas en Tolosa-Toulouse y en
Lion-Lyon, en los años 1549 y 1550. La más importante fue la que
trató sobre el subsidio caritativo, donde Remiro de Goñi y Gurpide
reflexionó sobre de la inmunidad eclesiástica, destacando su
defensa de la dispensa de las iglesias y los clérigos con respecto a
las cargas tributarias de la autoridad civil, independientemente de
la nacionalidad de esta última.
Remiro
de Goñi y Gurpide murió en el año 1554 sin ver colocada la nueva
fachada del hospital que él mismo había encargado. Fue enterrado en
la capilla existente en el mismo edificio.
Juan
de Villareal
Nacido
como San Juan de Altuna y Alzola hacia el año 1517 en
Urretxu-Villareal de Urrechua dentro del Reino de España. Hijo de
Pedro de Altuna y María de Alzoza. Algunas veces firmaba como Juan
de Villareal y Altuna, e incluso con los apellidos troncados. El 4 de
febrero del año 1542, contrajo matrimonio con Juana de Iturbe.
Tuvieron seis hijos, cuatro varones y dos féminas, todos ellos
nacidos en Urretxu-Villareal de Urrechua.
Es
en el año 1556 cuando se trasladó a Iruinea-Pamplona, donde realizó
la portada renacentista del Hospital de Nuestra Señora de la
Misericordia, diseñada en un principio por Remiro de Goñi y
Gurpide. En la orden de pago se le denomina como artillero del
ejército español y entallador de la piedra, con residencia en la
ciudad iruñesa.
Ostentó
el cargo de veedor de obras de la catedral de Iruinea-Pamplona con
carácter vitalicio desde el año 1563, que lo vanaglorió durante
toda su vida y le obligó a recorrer la diócesis examinando,
ordenando, trazando, realizando, corrigiendo y tasando, las variadas
y diversas obras del obispado pamplonés.
Así,
realizó diferentes planos y trazados para la construcción en el año
1564 de la parroquia de Santa Fe de Caparroso. En el año 1569 de la
Natividad de Nuestra Señora de Garinoain. En el año 1571 la iglesia
de San Miguel de Larraga, las capillas y la sacristía de San Esteban
de Villanueva de Yerri, iglesia de Olza, parroquia de Eugui, iglesia
de San Esteban de Oiartzun. Además de iglesias diseñó trazas para
la construcción de varios cementerios, como los de Hirriberri
Deierri-Villanueva de Yerri, Ezkaba-Ezcaba u Oskotz-Oscoz, y para las
torres de las de la parroquia de Monteagudo, Arre o
Antxoritz-Anchóriz.
Entre
las tasaciones que llevó a cabo se encuentran las de los retablos de
las parroquias de Piedramillera en el año 1565, Mues-Mués en el año
1566, Sarría en el año 1574, Otsagabia-Ochagavía en el año 1578,
Amunarritz-Munárriz en el año 1579, Santsomain-Sansomáin en el año
1580 y Legaria en el año 1582.
Además
de ejercer su cargo como veedor, contrató obras propias, como las
realizadas en la parroquia de San Salvador de Lacunza en el año
1566, en la sacristía de la catedral de Pamplona en el año 1572 o
en la capilla mayor de la iglesia de San Juan Bautista de Ibiricu en
el año 1582.
Falleció
en Iruinea-Pamplona el 7 de octubre del año 1584.
¿Es
el escudo de Nabarra?
A
pesar de la primera impresión, veo dos opciones para la inserción o
no, de las cadenas en este blasón. La primera es que el autor de la
portada, a modo particular, labrara dichas cadenas en memoria de las
Navas de Tolosa, para ello debería ser conocedor de la leyenda o
historia, en la cual Sancho VII el fuerte de Nabarra rompió
las cadenas con las estaban encadenados los esclavos en el palenque
que protegía a Miramamolin.
Otra,
es que el promotor del hospital diseñara dicho escudo con las
cadenas de la leyenda de Teodosio de Goñi, encadenado por orden
papal como penitencia por el asesinato de sus padres. Estando vagando
por Aralar, en una cueva se le apareció un dragón, lo que le hizo
implorar al arcángel San Miguel, el cual bajó del cielo y mató al dragón, rompiéndose a continuación las cadenas que portaba, quedan
liberado.
Además,
por otro lado, este escudo lleva por bordura la cadena de Nabarra,
según está dispuesto en el Privilegio de la Unión de Iruinea-Pamplona
del año 1423, que heráldicamente es sobre gules filete pomelado de
oro.