Juan Goñi
Pedro de Navarra RIP 24 de
noviembre de 1522: A vueltas con la Historia.
"No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como
ser incesantemente niños." Cicerón.
Pedro de Navarra fue el VII gran Mariscal perpetuo de Navarra, jefe supremo de los ejércitos de Navarra en los tiempos de la Conquista y líder del bando agramontés. La familia de los Navarra descendía de Leonel de Navarra, hijo natural del Rey Carlos II y Catalina de Lizaso. Estaban muy ligados a Pamplona, pero se establecieron en Tafalla, donde construyeron un gran palacio. En ese palacio, conocido como el Palacio de los Mariscales, es donde hoy está situada la Biblioteca de Tafalla. Tras emparentar con los Arellano, los Navarra se hicieron cargo del castillo de estos, en Estella, y seducidos por la belleza de la Ciudad del Ega, decidieron construir una cripta en San Pedro de la Rúa, una de las iglesias más bellas del Reino, donde decidieron ser enterrados.
Como se ha dicho, Pedro de Navarra, era el jefe del ejército de Navarra durante la Conquista de 1512. Cuando el Duque de Alba tomó Pamplona, Don Pedro, junto con otros muchos caballeros navarros, acompañaron a los reyes Catalina de Foix y Juan de Albret en su huida a sus territorios del norte, cruzando los Pirineos por Isaba y Belagua.
El 23 de enero de 1516 muere Fernando II de Castilla y V de Aragón, apodado el Católico. En su testamento justifica la conquista de Navarra por "la notoria cisma conspirada contra la persona del Sumo pontífice y Sede Apostólica y contra el patrimonio de aquella...". Hay que recordar que la Bula de excomunión que dictó el papa Julio II fue dictada el 21 de julio de 1512, cuando ya había comenzado la conquista, y que no llegó a conocerse por estas tierras hasta un mes después, por lo que la excusa que presenta a la Historia Fernando el Católico es totalmente injusta e ilegítima.
Durante años, por orden de los Reyes de Navarra, Don Pedro de Navarra realiza intensas negociaciones con la Santa Sede para anular dicha injusta Bula de Excomunión, que resultan infructuosas. Ante esta situación, Don Pedro recibe la orden de los Reyes de recuperar militarmente el reino, por lo que prepara una ofensiva que tendrá lugar el 17 de marzo de 1516. En este segundo contraataque, los ejércitos de Navarra se dividen en tres columnas. La primera de ellas, con el rey Juan III de Albret al frente, sitia San Juan de Pie de Puerto. La segunda, al mando del Vizconde de Baigorri, toma Roncesvalles y controla este importante paso pirenaico. La tercera, al mando de Pedro de Navarra, entra por Roncal y Salazar y sus tropas se robustecen con el alistamiento de numerosos roncaleses y salacencos. Al mismo tiempo, numerosas localidades de Navarra se alzan contra los invasores castellanos. El alcaide de Sangüesa es detenido por Miguel de Jasso, hermano de San Francisco de Javier; mientras tanto, Juan, otro de sus hermanos lucha con Pedro de Navarra en Roncal.
Las tropas de Pedro de Navarra son derrotadas estrepitosamente en Isaba por los castellanos, ayudados por algunos caballeros navarros como Miguel de Donamaria, al que se habían unidos algunas decenas de aezkotarras. Esta segunda ofensiva navarra fracasa definitivamente. El Cardenal Cisneros ordena la inmediata destrucción de las fortalezas navarras, y son desmochados los castillos de Javier, del Eslava, de Tafalla… en definitiva la gran mayoría de los castillos del reino son derruidos. Don Pedro cae preso y trasladado a la fortaleza de Atienza, donde el nuevo rey de España Carlos I le conmina a jurarle fidelidad a cambio de perdón, a lo que el Mariscal replica:
“Una vez más suplico, con toda humildad posible a su Majestad, se sirva demostrar conmigo la magnificencia que ha de esperarse de semejante Majestad, devolviéndome la libertad entera y el permiso de ir servir a quien estoy obligado. La fidelidad, la limpieza que su Alteza quiere y estima de sus servidores, yo podré guardarla a los míos, y por ello me tornaré cautivo y esclavo de su servicio.”
Tras su negativa a deponer su lealtad a los reyes Juan III de Albret y Catalina de Foix, Pedro de Navarra es trasladado a los calabozos de Simancas, hoy Archivo Nacional de España, donde un día como hoy, 24 de noviembre de 1522 es asesinado en extrañas circunstancias; mientras su hijo y heredero, Pedro, lucha en el Castillo de Fuenterrabía (hoy Hondarribia) en un nuevo intento de recuperar la libertad e independencia del Reino de Navarra. La victoria castellana en estas hostilidades en Irún y Hondarribia, que pasaron a la Historia con el nombre de la Batalla de San Marcial, todavía se conmemoran en las fiestas de estas dos localidades con sendos “Alardes”. El Castillo de Fuenterrabía cae el 29 de abril de 1524, poniendo fin a los intentos de reconquista de la Navarra peninsular por parte de los legítimos Reyes de Navarra.
Don Pedro de Navarra, VII Mariscal de Navarra, está enterrado en la Cripta de los Mariscales, al pie del altar mayor de San Pedro de la Rúa, en Estella.
Nota: Don Pedro de Navarra tuvo un hijo natural en Tafalla con Doña Mayor de la Cueva: Don Francisco de Navarra y Hualde, nacido en 1498 en el Palacio de los Mariscales. Con el tiempo, este tafallés llegó a ser Prior de Roncesvalles, y posteriormente Rector de la Universidad de Salamanca, obispo de Ciudad Rodrigo y de Badajoz y Arzobispo de Valencia. Participó muy activamente en el famoso Concilio de Trento y a él se le atribuye una extensa obra teológica y una “Historia General de España”. Murió en Torrente (Valencia) el 14 d abril de 1563. Está enterrado en la Catedral de Valencia. La plaza mayor de Tafalla lleva su nombre.