Lancelot de Nabarra y
Esparza
Iñigo Saldise Alda
Heráldica: Escudo cuartelado en cruz. 1º y 4º de gules carbunclo de oro cerrado y
pomelado que es de Nabarra. 2º y 3º de plata tres bandas de gules.
Llamado también
Lanzarot, nació en abril del año 1386 siendo hijo bastardo del rey Carlos III
de Nabarra y de Maria Miguel de Esparza. Fue separado de su madre a los cuatro
años tras ser obligada ésta a ingresar en un convento de mujeres de la Orden de
los Hospitalarios de San Juan de Jerusalem, situado en Bargota.
Lancelot de Nabarra y
Esparza fue entonces puesto bajo la tutela o responsabilidad de Garcia Lopiz de
Lizasoain, tesorero del Reino de Nabarra y nombrado ayo del bastardo Lancelot
de Nabarra y Esparza, en cuya casa y también en el castillo de Garaino-Saldise,
vivió su infancia junto a su nodriza la marquesa de Ostas. Su iniciación en los
estudios y las letras fue llevada a cabo por el abad de Zubiurrutia Garcia
Ximenez de Ballarin, el cual había sido nombrado capellán del bastardo por el
rey Carlos III de Nabarra.
Ya en el año 1397, fue
enviado a la Escuela de Gramática de Iruinea-Pamplona, que estaba dirigida,
como maestro de estudio, por Andreu de Aibar.
Entrado ya el año 1403,
el rey Carlos III de Nabarra envió a su hijo bastardo Lancelot de Nabarra y
Esparza a la Universidad de Tolosa-Toulouse, donde tradicionalmente estudiaban
la mayor parte de los hijos de la nobleza del Reino de Nabarra de la época,
respondiendo así a los deseos formulados por su padre en su primer testamento,
en los cuales le ordenó a Lancelot de Nabarra y Esparza seguir la carrera eclesiástica,
a lo que contribuyó el monarca nabarro con el envío de grandes cantidades de
libros, doctrinales y dogmáticos en la fe cristiana católica.
“Item, queremos et ordenamos que
Lancelot, nuestro fijo bastart,
el quoal nos cognoscemos et tenemos por tal, et lo habemos inviado a Estudio
sea ordenado a ser clerigo,
et por aprender et continuar su dicto estudio hasta que eill parta de todo,
que eill haya cada ainno la suma de dineros que li habemos ordenado
cada aino por su estudio.
Et cada que el obispado de Pomplona acaesca vacar,
eil seyendo digno para eillo, procuren et tracten li sea proveido del dicto obispado”
el quoal nos cognoscemos et tenemos por tal, et lo habemos inviado a Estudio
sea ordenado a ser clerigo,
et por aprender et continuar su dicto estudio hasta que eill parta de todo,
que eill haya cada ainno la suma de dineros que li habemos ordenado
cada aino por su estudio.
Et cada que el obispado de Pomplona acaesca vacar,
eil seyendo digno para eillo, procuren et tracten li sea proveido del dicto obispado”
A partir de ese deseo
personal del rey de Carlos III de Nabarra, tanto el monarca del estado vascón como
su hijo bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza, comenzaron una labor muy
afanosa por lograr la sede obispal y metropolitana de Iruinea-Pamplona, la cual
duró largo tiempo.
Pero el Papa Luna
Benedicto XIII de Avignon, rechazó la petición del rey de los nabarros y solo
le otorgó al bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza los cargos de notario
apostólico, arcediano de Calahorra y sacristán de Vich en el año 1404. También
le concedió el privilegio de altar portátil y una pensión anual de 1.500
florines sobre la mesa episcopal de Iruinea-Pamplona, así como la rectoría de
San Pedro de Monfort perteneciente a la diócesis de Rouen.
A la hora de tomar
posesión del arcedianato de Calahorra por parte de Lancelot de Nabarra y
Esparza, surgieron diversos problemas con el Reino de Castilla y León, que
tardará dos años en dar el consentimiento.
Obtenido éste de los
regentes del niño rey de dos años Juan II de Castilla y León, fue en el año 1407
cuando el consejero del rey Carlos III de Nabarra Juan Garcia de Larraya, y el
notario nabarro Martin Miguel de Elzaburu, marcharon a tomar posesión del
puesto para el bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza, pero fracasando de nuevo
ante la belicosa actitud de los castellanoleones de Calahorra.
Finalmente sería un
nuevo enviado llamado Guillemot del Rin quien, tras ser obstaculizado en un
primer momento, consiguió finalmente el objetivo marcado por el rey del Estado
de Nabarra y el mandado del Papa Luna.
Un año antes, concretamente
en agosto del año 1406, murió en Mónaco el iruinsheme
cardenal Miguel de Çalba, titular de la mitra pamplonesa. El rey Carlos III de
Nabarra envió inmediatamente al Papa Luna sucesivos mensajeros en pos de la
mitra para su hijo bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza.
Primero envió a Juanco
de Lizasoain y siete meses después, por medio de Sancho García de Artajo, que
fue al encuentro del Papa Luna a la ciudad de Marsella, obteniendo el mismo resultado
negativo para las pretensiones del rey Carlos III de Nabarra.
Ya en agosto del año
1408, una embajada del Estado de Nabarra formada por el propio Lancelot de
Nabarra y Esparza, Per Arnaut de Garro, Diego de Baquedano y Pierres de Peralta,
se presentó en Perpignan-Perpinyá. Ya por entonces, la situación de Benedicto
XIII de Avignon era muy difícil, se encontraba prácticamente aislado de todos,
ya que incluso hasta los cardenales que le habían seguido más decididamente
apoyaban ahora a Gregorio XIV de Roma y se encontraban preparando el concilio
en Pisa.
El rey Carlos III de
Nabarra, quería aprovechar la difícil posición del Papa Luna, haciendo le ver
el temor de perder el único apoyo verdaderamente cierto o real que tenía, el de
los nabarros. Por ello Benedicto XIII de Avignon no tiene entonces otra opción
que conceder la silla pamplonesa al bastardo Lancelot de Nabarra y Esparza, si
bien con la estricta condición de que no recibiera la consagración episcopal.
Así pues, Lancelot de
Nabarra y Esparza gobernó la diócesis metropolitana de Iruinea-Pamplona a
título de vicario general, nuncio, colector apostólico y administrador perpetuo
de la diócesis.
A estos productivos y
beneficiosos cargos, Lancelot de Nabarra y Esparza tuvo que añadir el decorativo
y fastuoso título de Patriarca de Alexandria.
Durante su episcopado
se transformaron las dependencias del cabildo, construidas primitivamente por el
obispo Arnalt II Barbazan, entre los años 1317 a 1355, convirtiendo la casa del Arcediano de la
cámara en auténtico palacio episcopal, adyacente al templo catedralicio y más
cómodo como tal que el primer palacio, el conocido como de San Pedro.
En el año 1412
Lancelot de Nabarra y Esparza figuraba como testigo en el segundo y definitivo
testamento de su padre, fechado en Gares-Puente la Reina en septiembre de este
año.
Lancelot de Nabarra y
Esparza asistió junto a su hermano consanguíneo y también bastardo, el
marischal de Nabarra Godofre de Nabarra, a la coronación del rey Fernando I de
Aragón llevada a cabo en Zaragoza en el año 1414. También junto a ellos se
encontraban el barón de Luxa Arnaut de Luxa, el vizconde de Baigorry-Baiguer Jean
de Echauz, Oger de Mauleon, Guillén Arnaut de Santa María, Beltrán de
Ezpeleta y Juan de Ezpeleta, el merino de La Ribera Martin Henriquiz de
Lacarra, y el maestrehostal del rey de Nabarra Pierres de Bergara. Esto le
impidió asistir a las Cortes de Erriberri-Olite, donde fue representado por el
vicario general de la diócesis de Iruinea-Pamplona Martin de Eusa.
En el año 1415 marchó
junto con su hermano el marischal de Nabarra Godofre de Nabarra, al vizcondado
de Bearno, en apoyo del conde de Foix, aportando personalmente Lancelot de
Nabarra y Esparza numerosos hombres de armas.
En el año 1418,
Lancelot de Nabarra y Esparza amplió el castillo de Arazuri con ayuda del rey
Carlos III de Nabarra, recibiendo 1.000 florines para dichas obras.
El patriarca de
Alexandria, vicario general, nuncio, colector apostólico y administrador
perpetuo de la diócesis metropolitana de Iruinea-Pamplona, notario apostólico,
arcediano de Calahorra y sacristán de Vich Lancelot de Nabarra y Esparza falleció en Erriberri-Olite
el día 8 de enero del año 1420.