De nabarro
a portugués, pero siempre vasco
Iñigo Saldise Alda
El próximo día 3 de diciembre se celebra un
nuevo día de más de la colonial Comunidad
Foral y española de Navarra, coincidiendo con la festividad cristiano-católica
de San Francisco Javier.
San Francisco Javier nació el 7 de abril de 1506
en el Estado de Nabarra y su nombre original fue el de Frantzes de Jasso. Miembro
de una familia noble, era hijo del presidente del Real Consejo de Reino de Nabarra,
Juan de Jasso y de la que posteriormente firmaría como la triste María de Azpilkueta.
A su vez era hermano de Magdalena, Ana, Miguel y Juan. Estos dos últimos fueron
destacados combatientes por la libertad de la Patria nabarra. Por tanto, no
cabe ninguna duda de cuál era su nacionalidad.
Durante la guerra de Nabarra comprendida entre los años 1512 y 1530, sus hermanos Miguel de Xabier y Juan de Azpilkueta atacaron en el año 1521 el castillo que había construido el rey español Fernando II de Aragón en la Iruñea ocupada y sojuzgada. Esta fortaleza española en el corazón de Nabarra fue defendida por las tropas invasoras españolas, entre las que se encontraba un soldado con rango de capitán, Iñigo López de Loyola o de Recalde. En el transcurso del combate cayó herido y fue enviado a su Azpeitia natal por los propios caballeros nabarros que le habían herido, una vez liberada la capital del Estado de Nabarra. Allí se recuperaría de sus heridas abandonando posteriormente su vocación militar, sustituyéndola finalmente por la religiosa.
Con la ocupación española asentada en el Reino
de Nabarra tras la debacle de la batalla de Noain, este se traslada a estudiar
a la Universidad de Sorbona de París en el año 1525. Allí coincide con Iñigo de
Loyola con quien finalmente fundaría la Compañía de Jesús, más conocida como
los jesuitas. Pero antes de formarla sus discusiones se centraron en la
política, pues uno era nabarro y el otro español. Indiscutiblemente ambos
poseían una cultura común, como así lo demuestra el idioma que utilizan en sus
debates, que no podía ser otro más que el euskara o vascuence, vamos la lingua navarrorum.
En París definitivamente, Iñigo siendo ya Ignacio convence a Frantzes de su proyecto religioso, lo que les lleva a presentarse en el año 1537 por primera vez ante el Papa, emperador de Roma o Jefe Supremo de la Religión Cristiano-Católica; esto fue tres años después de realizar votos de castidad junto a sus hermanos de la Compañía de Jesús. Ese mismo año es ordenado sacerdote. Posteriormente y ante un viaje frustrado a Tierra Santa por la guerra existente entre la República de Venecia y el imperio Otomano de Turquía, Frantzes ya como Javier, le pide al Papa permiso para ir de misionero.
Pero en lugar de elegir ir bajo pabellón
español, Francisco de Javier parte a Lisboa en el año 1540. Su itinerario le
hace pasar por Azpeitia, pueblo natal de Ignacio, para entregar unas cartas de
éste a la familia. Evita
intencionadamente pasar por Xabier, donde fue “desahuciado” por los españoles a
los 10 años, tras ser desmochado su hogar, el castillo familiar, y su foso
rellenado el año 1516 por orden del Cardenal español Cisneros. Sus viajes le
llevarán hasta Japón, muriendo en una lengua desconocida para el chino Santa
Fe, un 3 de diciembre del año 1552 en una pequeña isla de la China imperial.
Frantzes de Jasso nació nabarro y podemos afirmar decir que murió como portugués bajo el nombre de Francisco de Javier, pero nunca dejó de ser vasco. Así podemos deducir de la relación que tuvo con el también vasco Iñigo de Loyola, el cual nació como castellano, es decir español, y murió como tal en Roma en el 1556.
Detrás de un viaje espiritual más allá de sus
misiones religiosas, Frantzes cambió su nombre por Francisco, sin dejar nunca de
ser vasco, cambió incluso su nacionalidad nabarra por la portuguesa. Eso sí,
nunca por la española, ya que él sufrió la violencia y sanguinaria acción
militar española contra los suyos y el resto de nabarros.