Señales de un síndrome
Iñigo Saldise Alda
Los patriotas nabarros
de la Nabarra reducida, no dejábamos de observar el continuo deterioro que
sufre nuestra tierra en todos los órdenes. Algo que tenemos claro al comprobar la
real y vil colonización llevada a cabo por el imperio de España desde inicios del
siglo XVI.
La narcolepsia que padece
este Pueblo, ha llegado a tal grado de paranoia colonial, que le lleva a negar
sur orígenes, llegando a negarse quién es al no saber de dónde viene y muchos
menos a dónde va de las garras imperiales españolas. Este Pueblo se encuentra absolutamente
perdido en la vorágine de la impuesta militarmente españolidad de Nabarra, concretamente
la reducida a una Comunidad inexistentemente Foral.
Continuamente desde la
ilegal invasión y ocupación de esta tierra, los reyes, políticos y dictadores
que ha tolerado España, han tratado desesperadamente de borrar del mapa toda
seña de identidad propia de los nabarros, especialmente nuestra lengua, el
euskara, y nuestra originaria cultura vascona o vasca. Y esta brutal
colonización ha tenido gran calado en parte de nuestro Pueblo.
Un auténtico genocidio
es lo que está cometiendo de forma perenne el Estado de España, contra los
partes del Pueblo nabarro, la combativa y la resignada. Al igual que cualquier
otro genocidio padecido por nuestro Pueblo en otras tierras de Baskonia, o
sufrido por cualquier Pueblo del Mundo, inclusive el español, es un grave
delito y está considerado como crímenes de lesa humanidad. Dicha violación continuada
de los Derechos de nuestro Pueblo, es un delito imprescriptible en la Corte
Internacional de Justicia.
España es culpable
convicta y confesa, por todas las brutalidades y perversidades cometidas en sus
acciones terroristas, sanguinarias y depredadoras, enmarcadas exclusivamente en
enfermiza política imperial y colonial.
Estas acciones violentas
llevadas a cabo por el Estado español, al igual que las llevadas a cabo por el
Estado francés en la Nabarra norpirenaica, han producido en nuestro Pueblo una epidemia,
señalada como Síndrome del colonizado, socavando incluso la salud mental de los
nabarros, que desgraciadamente hay quienes afirman que puede ser ya
irreversible.
Ha sido y es, una
práctica consistente del enfermizo colonialismo español, el borrar las señas de
identidad de los Pueblos y las etnias que han sufrido su violencia militar. Su afán
por la destrucción de nuestra cultura y no tienen previsto que tenga un fin, hasta
que consigan sustituir totalmente la cultura
nabarra por la suya, la española. Una cultura que es inequívoca y totalmente
diferente. Esta importantísima acción imperial española, es llevada a cabo para
así tener absolutamente controlados, esclavizados, sometidos y subyugados a los
habitantes de los distintos territorios que invadió y ocupó a lo largo de los
siglos, siempre de forma ilegal y perpetuamente llevada a cabo por la fuerza de
las armas. Este es el caso incontestable de todas las tierras pertenecientes legítimamente al Estado de
Nabarra, que se encuentran al sur del Pirineo.
El intenso control de
nuestras mentes pretendido desde la metrópoli de Madrid, especialmente mediante
la falsedad histórica sobre nuestro Pueblo, nuestra Nación o nuestro Estado, es
lo que en términos sociológicos y psicológicos se llama el ya mencionado Síndrome
del colonizado.
Este síndrome lleva
patentes e intrínsecas una falta de personalidad y autoestima, al considerar el
individuo colonizado que todo lo que viene de fuera es mejor, y ansioso deseo,
ciertamente irrefrenable, de copiar al colonizador.
Tal vez, incluso, lo
más grave de todo es que el navarro no solo es preso del síndrome del
colonizado, sino también del conocido como síndrome de Estocolmo. Muchas veces
vemos como hay navarros que no solo se identifica con sus verdugos, los
colonizadores españoles, sino que además se figura con ellos, posicionándose incluso
frente a los deseos libertarios del Pueblo nabarro. Por esa razón, al serle hurtada
su propia historia, estos navarros se sienten españoles, quiere ser como los
españoles, y/o disculpan, y/o comprenden, y/o participan en su salvajes fechorías.
Es como si estos navarros fueran masoquistas y les gustara que lo mandaran y
dirigieran otros ajenos y distantes, concretamente desde Madrid. De todo esto
saca provecho el Reino de España, para seguir firme en su política
exterminadora y saqueadora, por estas tierras y contra nuestra gente.
Una España imperialista
y colonialista, pero también decadente y decrépita, que se niega sistemáticamente
a descolonizar Nabarra tal y como determina la Resolución 1514 (XV) de la
Organización de las Naciones Unidas, de 14 de diciembre del año 1960.
Por otro lado, debemos
de auto-imponernos una descolonización personal. La cual debe llevar implícitamente
el conocimiento de nuestra historia, la verdadera. Esa que ha sido rescatada al
cabo de años e incluso siglos, por distintos nabarros, sin olvidarnos de la
lingua navarrorum, nuestra maravillosa cultura y nuestros Fueros o Leyes entre
otras, pues solo y de ese modo, podremos hacer los movimientos políticos
necesarios para recuperar la libertad.