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2014/10/24
2014/10/20
Desencuentros entre patriotismo y nacionalismo
Desencuentros entre patriotismo y nacionalismo
Tomás Urzainqui Mina,
jurista e historiador nabarro. Iruinea-Nabarra
http://www.noticiasdenavarra.com/2014/10/18/opinion/tribunas/desencuentros-entre-patriotismo-y-nacionalismo
El discurso político profesional está constituido habitualmente con subterfugios y eufemismos, pero esta práctica alcanza niveles de auténtica sustitución de la realidad cuando se trata de camuflar la situación de subordinación que sufre esta sociedad conquistada, lo que genera la aparición de verdaderas incongruencias.
El discurso político profesional está constituido habitualmente con subterfugios y eufemismos, pero esta práctica alcanza niveles de auténtica sustitución de la realidad cuando se trata de camuflar la situación de subordinación que sufre esta sociedad conquistada, lo que genera la aparición de verdaderas incongruencias.
Desde el nacionalismo ha habido autores que confunden el reemplazo de los Fueros propios por unos fueros de privilegio, o concesiones de la conquistadora Castilla, luego autonomía foral, con los Fueros de soberanía y políticos, que son los Fueros navarros. Así, el nacionalista Leizaola metió en el mismo saco a la obra jurídico política del patriota navarro Sagaseta de Ilurdoz y a la del fuerista liberal vizcaíno Navia de Salcedo, cuando ambos se referían a realidades objetivas diferentes, el primero a la constitución independiente navarra con su propio sistema jurídico y ordenamiento legal, mientras que el segundo se refería a la normativa foral vigente en las provincias de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, supuestamente pactada tras la conquista de la Navarra marítima y la consiguiente suplantación allí por los reyes de Castilla de los Fueros de soberanía navarros.
El ocultamiento de la causa patriótica, la de la libertad de Navarra, que se manifestó unida hasta principios del siglo XX, está relacionado no sólo con el acoso desde las posiciones de los conquistadores españoles y franceses, sino también desde el combate iniciado en 1895 de un cierto nacionalismo contra el fuerismo, en principio vascongado, llegando a confundir el significado de los fueros. El nacionalismo no ha querido tener en la consideración debida el máximo contenido patriótico que tiene la defensa del sistema jurídico propio de Navarra, o Fueros. Es decir, la defensa del Estado independiente de Navarra, concretado en su ordenamiento jurídico, también llamado Fueros.
Se sigue sin tener en cuenta la existencia del verdadero sujeto político de nuestra sociedad. Así, mientras se ha visto que, junto al catalanismo cultural estaba el catalanismo político, en cambio no se quiere ver que además del vasquismo cultural (Euskal Herria) está el sujeto político estatal de Navarra y su consiguiente patriotismo soberano e independiente. Falta visualizar a la sociedad política, conquistada y dividida, social y territorialmente, que es la de la Navarra entera. Los prejuicios ideológicos lo dificultan, como lo demuestra que se haya llegado en las encuestas de identidades nacionales a que no se pregunte sobre la consideración de identidad o pertenencia y existencia de la ciudadanía navarra en la Navarra occidental (Araba, Bizkaia y Gipuzkoa ) y en la continental; y todavía más si tenemos en cuenta que en todas las encuestas sobre este tema realizadas en los últimos tiempos, en lo que se refiere a la Alta Navarra, el porcentaje de los que se consideran solamente navarros supera con diferencia a las demás opciones: navarros y vascos, navarros y españoles, solo vascos o solo españoles.
La valoración que hizo el que después sería el fundador del nacionalismo vasco, Sabino Arana, sobre la Gamazada, a la que fue invitado por patriotas navarros, es muy esclarecedora. Escribió que Navarra había sabido movilizar a toda su sociedad, sin distingos de ninguna clase, en defensa de los derechos nacionales. Pero después de hacer aquella afirmación confesaba que le parecía impensable aplicar el modelo de aquel patriotismo cívico en Bizkaia y se inclinó por crear un partido nacionalista que se pudiera enfrentar a los partidos dinásticos españoles hegemónicos entonces en Bizkaia.
Sin embargo, el patriotismo navarro que tiene muchos siglos de independencia a la espalda, tras la Gamazada de 1893-1894, fue confundido con el del origen del nacionalismo vasco en 1895, desde el ámbito de los seguidores de Sabino Arana, cuando, aun siendo aquel anterior y haber influido en el surgimiento de este, existe un desencuentro fundamental, precisamente en la fijación del sujeto político nacional, mientras en el primero es la liberación de la ya existente sociedad estatal independiente navarra ahora conquistada, para el segundo se trata del proyecto de un nacionalismo partidista, de inspiración inicialmente étnica-religiosa-lingüística, que tiene como objetivo crear una nueva nación, olvidándose de liberar a la sociedad, y al estado propio, que aunque conquistados, ya existen.
Ha habido tantos fuerismos como ideologías de partido se han afincado en el país. Para los nacionalistas sin Estado propio, sería recomendable un poco de conocimiento de nuestra historia nacional y de que hoy estamos conquistados por España y Francia, así partirían de la realidad de que el sujeto político nacional es Navarra y no de ensoñaciones vestidas de ropajes puristas.
No se consigue llegar a un análisis suficiente del sujeto político, prefiriendo el espejismo fundamentalmente culturalista. Por otro lado, tampoco contempla la realidad contemporánea de la sociedad y su Estado propio de Navarra, pues no quieren ver que yacen subordinados por la conquista continuada a manos de España y Francia.
Los conquistados, ahora -conscientes o inconscientes- colaboradores de los conquistadores, se sienten muy incómodos ante lo que ellos ven como amenaza para sus intereses, la posibilidad de que la nación conquistada recupere el ejercicio de la independencia. Así, aquellos que usufructúan una parte del poder en los territorios navarros conquistados, orientales u occidentales, y del norte o del sur, están nerviosos ante la eventualidad de tener que devolver el poder a la sociedad conquistada. Los partidos nacionalistas se hallan ante la tesitura patriótica de abrirse a la desconquista y al Estado navarro que es el propio, o por el contrario seguir encastillados en unas supuestas instituciones forales falsamente pactadas con el conquistador.
Fuentes del nacionalismo han señalado las posibles fases para un nuevo estatus político. Estas fases aparecen con una clara influencia del politólogo español Herrero de Miñon. En mi libro Soberanía o subordinación (2005) ya analicé este tipo de planteamientos que resultan negacionistas de la realidad de esta sociedad conquistada y de su Estado.
Otra tendencia reduce la cuestión al ejercicio del derecho a la necesaria
consulta, o derecho a decidir, ocultando lo fundamental, que antes de conseguir
la independencia externa con respecto a los demás estados hay que
desconquistarse internamente. Algunos, como Ibarretxe, no lo dicen porque
piensan que ocultando la realidad de la Navarra entera pueden saltarse el
primer paso -la fijación del objeto social independiente o sujeto
cívico-político- e ir directamente al referéndum de autodeterminación. Un salto
porque no se quiere hacer los deberes que sí han hecho los catalanes y
escoceses, pues ellos han dejado asentado que son estados independientes que
ahora están dominados por otros estados.
2014/10/17
Nabarra según Dante Alighieri
José Joaquín Saldias
…Dichosa Nabarra
Si se defendiese con el monte que la rodea!
Dante Alighieri
(Paradiso XIX)
La divina Comedia es una de las obras fundamentales de la literatura universal, es un poema que pudo ser compuesto entre los años 1304 y 1320. Se divide en tres grandes partes (Infierno, purgatorio y paraíso) éste último compuesto entre los años 1313 y 1321, año del fallecimiento del autor Dante Alighieri.
¿Qué circunstancias llevaron al poeta a escribir semejante sentencia?
Resulta difícil indagar la cantidad y el grado de información de la política internacional a principios del siglo XIV, de lo que podemos estar seguros es que el Dante era una persona con acceso a esa información. Hacía un siglo que el Estado de Nabarra era noticia en la política europea, para intentar caracterizar aquellas razones debemos recordar el contexto histórico del periodo que estamos mencionando, en particular en lo referente a la conquista de la Nabarra marítima. La conquista castellana de los territorios navarros occidentales respondió, en primer lugar, al proyecto político expansionista castellano, motivado por el afán invasor de sus gobernantes que orientaron sus esfuerzos hacia un colonialismo (alentado por las ambiciones, jamás colmadas, de sus clases dirigentes) que concretó manu militari el inicio de su hegemonía peninsular.
En segundo lugar la apropiación castellana del litoral cantábrico nabarro significó la inaccesibilidad del Reino de Nabarra al mar, de nefastas consecuencias para este último, en su doble dimensión (geopolítica y económica).
En tercer lugar el acceso a los recursos naturales y la utilización de una cultura marítima antiquísima, favoreció la utilización por parte de castilla de las rutas navales de los vascos (en particular las de los bancos de ballenas y bacalaos del Atlántico norte, pero también las del mediterráneo como describe Benjamín de Tudela) y de su reputada autoridad en la materia (allí se encontraban los astilleros más importantes de la región). Con ese dominio Castilla accede a la caza de la ballena (el aceite de ballena era considerado el petróleo de la época); a una marina mercante; a una armada militar; incluso a los corsarios vascos, muy experimentados y con una larga trayectoria.
A esta tragedia, brevemente explicada, debemos añadir otro hecho de nefasta
memoria, me refiero a la denominada “Guerra de la Navarrería” acontecida
durante el año 1276. Jimeno Jurío describe los acontecimientos con descarnado
realismo afirmando que “los hospitales son incapaces de albergar a tanto
herido”. Una vez más los intereses foráneos de dinastías extranjeras causaban
estragos entre el pueblo nabarro. En este sentido los versos del Dante parecen
predicciones para la criminal conquista que Castilla llevará a cabo de dos
siglos después.
2014/10/13
Doctor Jaso
Doctor Jaso
Iñigo Saldise Alda
Heráldica
Jaso: Escudo en campo de plata árbol de sinople
con un jabalí de sable pasante sobre el mismo.
Heráldica
Atondo (de Pamplona): Escudo
cuartelado, 1º de gules cuarto de carbunclo pomelado de oro que es de Nabarra
por privilegio otorgado por el rey de
Nabarra Juan de Trastámara, 2º y 3º de azur dos bandas de oro con dos lunas en
menguante de oro entre ellas que son propias del linaje de Atondo, 4º de gules
grifo de oro armado y membrado de sables que son de los Caritates (Carite).
Juan de Jaso y Atondo nació en
Donibane Garazi. Su padre Arnalt Peritz de Jaso fue oidor de Comptos de la
Cámara Real y Maestre de Finanzas en Pamplona, pese a tener sus orígenes en la
denominada nobleza baja al ser considerado el linaje de Jaso como de los infanzones
campesinos, algo que cambió en el año 1435 cuando Pedro de Jaso, abuelo de Juan
de Jaso y Atondo, subió en el escalafón de nobleza nabarra al otorgarle el rey consorte
de Nabarra, Juan de Trastámara, un cargo menor en la administración real. Esto propició el matrimonio de Arnalt de Jaso con
Guillerma de Atondo en el año 1441; mujer de un importante linaje de la nobleza
alta de la vertiente administrativa.
El padre de Juan de Jaso y Atondo
sirvió al príncipe de Biana, Carlos de Evreux y Trastámara, hasta que éste se
alzara en armas contra su padre Juan II de Nabarra, conocido como el usurpador. Antes de ello el propio
Carlos de Biana le había nombrado en el año 1447 Maestre de la Cámara de
Comptos y Contador Mayor de su Casa, reafirmado así a Arnalt Peritz de Jaso en su
nuevo papel dentro de la nobleza alta, en su rama administrativa, es decir, nobles
de servicios o de toga.
Por ello Juan de Jaso y Atondo,
ambos apellidos son de linajes afiliados al partido agramontés, fue dirigido en
sus estudios hacia la carrera de Leyes, estudios que cursó en la Universidad de
Bolonia, donde se graduó el 16 de noviembre del año 1470 con el título de
doctor de Derecho Canónico. En dicho acto estuvieron presentes Pedro de Arbués,
famoso inquisidor y obispo de Rieux, junto al obispo de Pamplona Pedro de Foix,
hijo éste último de la Lugarteniente del Reino de Nabarra, la princesa Leonor
de Trastámara y de Gastón de Foix. Desde entonces fue nombrado como doctor
Jaso.
Con el fracaso agramontés del año
1471 en su intentona de abrir las puertas de Pamplona a los agramonteses y con
ello expulsar a los beaumonteses, Arnalt
de Jaso, Juan y su hermano Pedro de Jaso y Atondo tuvieron que huir de la
ciudad, pasando a residir en Tafalla, ciudad próxima al casillo de Olite.
En el año 1472 accedió al cargo de
maestre de las Reales Finanzas, tras ser nombrado en Lescar por la Regente,
Lugarteniente y Gobernadora de Nabarra, Leonor de Trastámara y el marido de
esta, Gastón de Foix. Y en el año 1476 fue nombrado, también por la Regente, presidente
del Consejo Real de Nabarra y alcalde de la Corte Mayor. Ese mismo año Juan II
de Nabarra, el usurpador, dijo de él:
“(…) egregio, fiel
y bien amado servidor, alcalde de la Corte Mayor y maestre de Finanzas”.
En el año 1478 el usurpador Juan II de Nabarra y Aragón
hizo merced de los cuarteles e imposiciones reales sobre la villa de Idocin.
Los habitantes de dicha villa eran beaumonteses convencidos odiaban al señor
agramontés de Idocin y por ello fueron levantisco contra el doctor Jaso. Pero
éste y en señal de pleno señorío, hizo levantar en Idocin un palacio con su
correspondiente torre fuerte.
En el año 1483, Juan de Jaso y
Atondo llevó dos importantes negociaciones. Por un lado con la regente de
Nabarra, Magdalena de Francia y la princesa de Biana, Catalina de Foix. Por
otro con los reyes Isabel de Castilla y León y su marido Fernando II de Aragón.
La idea era concertar un matrimonio entre la princesa de Biana y el príncipe de
Asturias y Gerona. Para ello se desplazó a la Corte española, pero las
negociaciones, finalmente, no llegaron a buen término. Esto le valió ganarse la
simpatía y confianza por parte de la familia real nabarra, junto al respeto de
los reyes y nobles españoles.
Estos años de leal trabajo a la
Corona, donde el prestigio y la vida del doctor Jaso fueron mejorando notablemente,
tuvieron su colofón con su matrimonio con María de Azpilkueta y Aznarez de
Sada. Esta joven mujer era la más
cotizada de la Corte, pues en ella confluían las herencias de dos de más importantes
familias de la nobleza militar.
Tras el matrimonio el doctor Jaso,
señor de Idocin, a modo de consorte, ostentó también el título de señor de Xabier,
al formar parte de la dote de María de Azpilkueta y Aznarez de Rada. Su fama no
paró de aumentar en la Corte de Nabarra. En el año 1494 fue incluso el
encargado de recibir el juramento de los tres Estados de Nabarra a Catalina de
Foix y Juan de Albret, tras el juramente de estos de los Fueros y Leyes de
Nabarra en la catedral de Pamplona. Dicho juramento lo realizó bajo el cargo en
funciones de Canciller ausente.
Todo esto le valió en sumo para
convertirse en el embajador de confianza de los reyes de Nabarra, siempre al
frente de mismas, siendo dichas misiones diplomáticas muy complicadas. La
primera fue en el mismo año de su contrato matrimonial.
Por aquellos días la
política internacional del Reino de Nabarra pretendía una alianza con el
incipiente Reino de España tras la conquista de Granada por parte de los reyes
católicos. Así pues se concertaron los tratados de Pamplona y de Medina del
Campo. La base de ellos era el casamiento de la princesa Ana de Foix y Albret,
primogénita de los Reyes de Nabarra, con el príncipe D. Juan, heredero de las
Coronas de España, Castilla-León y Aragón. Además y si a aquéllos les nacía un hijo
varón, el casamiento de éste debía llevarse a cabo con alguna de las hijas o parientes
de los reyes católicos españoles. El Doctor Jaso dejó en la Corte española el
grato recuerdo que merecían sus dotes de negociador y su sagaz patriotismo
nabarro.
Al año siguiente también
estuvo presente en la confirmación de nuevos tratados firmados entre España y
Nabarra, siendo reafirmado en el importante cargo de presidente del Consejo
Real de Nabarra.
En el año 1499 y
mediante el pago de importantes sumas, adquirió para su linaje los términos de
Subiza, Ibiricu, Cicur Mayor y otros lugares. En el año 1502 y tras la muerte
de su suegro, accedió al título de señor de Azpilkueta, también a modo de
consorte.
En año 1507 el doctor Jaso se puso al frente de
una nueva comitiva diplomática. Su misión era tratar de enderezar las
relaciones con el Reino de Francia. Había que conseguir que Luis XII de Francia,
que estaba empeñado en confiscar el vizcondado de Bearno, junto a los condados
de Bigorra y Foix, dejase de patrocinar los inventados derechos al trono
nabarro de su sobrino el duque de Nemours, de nombre Gastón de Foix, el cual
era primo carnal de la reina de Catalina I de Nabarra.
En el año 1510 negoció un tratado de alianza e
integración plena para Bearno, Bigorra y Foix con Nabarra. Esta unión serviría para
defenderse mutuamente del rey de Francia, que por aquel entonces pretendía
dividir la Corona pirenaica según la línea divisoria de los puertos secos, y
otorgar, por sorteo, una de las partes al ambicioso Gastón de Foix.
Ya en el
año 1512 tuvo lugar la embajada más acongojadora. El rey español Fernando II de
Aragón, exigía que el Estado de Nabarra violase su neutralidad en beneficio de
él, permitiendo el paso a las tropas españolas que habían de atacar al Reino de
Francia. Las negociaciones fueron muy tensas y se rompieron con estas amenazadoras
palabras del falsario español a los distinguidos diplomáticos nabarros, En los
que se encontraban Mariscal del Reino de Nabarra y el doctor Jaso, Presidente
del Consejo real de Nabarra:
“(…) tomaré
de fuerza lo que me niegan de buen grado”.
Al poco tiempo de las truncadas negociaciones,
el rey español ordenó invadir y ocupar el Estado neutral de Nabarra. Juan de
Jaso y Atondo formó parte del séquito que acompañó a los legítimos reyes de
Nabarra hasta el vizcondado del Bearno.
Tras el fallido intento militar llevado a cabo
por los nabarros buscando la recuperación de la Nabarra invadida por los
españoles, ese mismo año 1512, el rey consorte de Nabarra Juan de Albret,
ordenó a Juan de Jaso y Atondo, junto al resto de legítimos consejeros y alcaldes
del Reino, el retorno a las tierras ocupadas, concretamente a Olite. Pero las
pretensiones libertarias en Derecho fueron rápidamente combatidas por el
invasor español. Fernando de Aragón, tras recibir el juramento de los
beaumontes en su ilegítima titulación como rey de Navarra, nombró a
continuación a Luis IV de Beaumont presidente de su Consejo Real para la
colonia española de Navarra.
El doctor Jaso ferviente católico junto a su
mujer, jamás rindió pleitesía y juramento de lealtad a Fernando el falsario, pese a sufrir la amenaza de
pena y condena de excomunión como esgrimían las falsarias bulas papales que
realizó y manejó el uñas largas rey
español. Juan de Jaso y Atondo sufrió la confiscación de sus bienes, además de
sufrir las burlas de los beaumonteses. Su viaje a Medina del Campo del año 1513
fue para pleitear por haciendas robadas. Su negativa a rendir obediencia al rey
español le valió el destierro a las tierras de Aragón.
Escapó del destierro en el año 1514, reuniéndose
en Pau con Catalina y Juan, reyes legítimos de Nabarra, los cuales le
mantuvieron en la legítima presidencia del Consejo Real de Nabarra. Allí les
informó de los desmanes realizados por los invasores españoles y también por
los traidores beaumonteses.
En el año 1515 es cuando murió el ilustre Juan
de Jaso y Atondo en Pau. Noble y patriótico nabarro, fue doctor en Derecho
Canónico, señor de Idocin, de Xabier y de Azpilkueta, presidente del Consejo
Real de Nabarra, alcalde de la Corte Mayor y maestre de las Finanzas del Reino.
Hombre de gran inteligencia y de firmes convicciones. Fue inmune a la traición
beaumontesa, estudioso de la historia, guardián potente de sus derechos y de
gran dignidad personal. De él es la realización de los escudos que se ven en la
puerta del castillo de Xabier y la obra Relación de los descendientes de los Reyes de Navarra y de
las demás cosas principales de dicho Reyno.
Heráldica del castillo
de Xabier
Juan de Jaso y Atondo, señor de Xabier:
Escudo cuartelado. 1º y 4º de gules una
faja jaquelada doble de oro y negro, en la parte superior del campo un
menguante de plata sobrepuesto a otro mayor jaquelado doble de oro y negro, con
las puntas hacia abajo; campaña de plata con un ceñidor o divisa superior de
una fila de jaqueles de negro y oro opuestos a los de la faja, que son de
Aznarez de Sada en Xabier. 2º y 3º de plata árbol de sinople con un jabalí de sable pasante sobre el mismo que trae
de Idocin y son de Jaso.
Señorío de Xabier:
Escudo de gules una faja jaquelada doble de oro y negro, en la parte superior
del campo un menguante de plata sobrepuesto a otro mayor jaquelado doble de oro
y negro, con las puntas hacia abajo; campaña de plata con un ceñidor o divisa superior
de una fila de jaqueles de negro y oro opuestos a los de la faja que son de
Aznarez de Sada.
María de Azpilkueta y Aznarez de Sada, señora de Xabier:
Escudo cuartelado. 1º y 4º de gules una
faja jaquelada doble de oro y negro, en la parte superior del campo un
menguante de plata sobrepuesto a otro mayor jaquelado doble de oro y negro, con
las puntas hacia abajo; campaña de plata con un ceñidor o divisa superior de
una fila de jaqueles de negro y oro opuestos a los de la faja, que son de
Aznarez de Sada en Xabier. 2º y 3º jaquelado de sable y plata que son de
Azpilkueta, las cuales trae de Baztan.
2014/10/04
Dionis de Eza y Mauleon
Dionis de Eza
y Mauleon
Iñigo Saldise Alda
Armas del nabarro Dionis de Eza y Mauleon |
Heráldica: Escudo cuartelado. 1º de oro tres bandas de sable (otros dicen cuatro
bandas de azur) que son de Eza. 2º de oro león de gules que trae de Mauleon. 3º
de oro león de azur (otros dicen león de gules) que trae de Agramont. 4º de oro
rastrillo de azur que trae de Sarasa (otros enmiendan tachando Sarasa y
poniendo Berayz Mayor añadiendo al rastrillo tres lises nacientes del mismo).
En todo, bordura de gules cargada con seis bezantes de plata (otros dicen hasta
doce bezantes de plata, incluso otros dicen bordura de sinople con ocho
bezantes de plata).
Señor de Eza. Fue biznieto por vía paterna del
célebre obispo de Pamplona Sancho Sánchez de Oteiza. Mientras que por vía
materna fue biznieto de Ojer de Mauleon, miembro destacado de las Compañías
Nabarras formadas por Carlos de Evreux, II de Nabarra. Todo ello situó a Dionis
de Eza y Mauleon, junto a sus familiares directos, dentro de la nobleza media
de Nabarra. Además estuvieron afiliados al bando agramontés.
En el año 1508 en un Estado de
Nabarra en paz tras la expulsión un año antes del líder beaumontés Luís III de
Beaumont junto a familiares y partidarios, una vez desnaturalizados de la
condición nacional de Nabarra, Dionis de Eza y Mauleon poseyó el cargo de
alcalde del castillo de Tutera, también llamado castellano, por concesión
directa junto al cargo de Justicia de la ciudad, por el propio rey consorte de
Nabarra, Juan de Albret.
Al ser deudo o familiar de la Casa
agramontesa de Peralta tras su matrimonio con Leonor Pérez de Verayz y Peralta,
fue el encargado de defender heroicamente la ciudad y el castillo de Tutera
frente al ataque de las tropas invasoras españolas, las cuales estuvieron capitaneadas por el hijo bastardo de Fernando
II de Aragón, el arzobispo de Zaragoza Alonso
de Aragón.
Repelió todos los ataques de los
españoles desde el 26 de julio del año 1512 hasta 9 de septiembre del mismo
año. Fueron 45 días de sitio en los cuales Dionis de Eza y Mauleon, junto al
resto de tudelanos, carecieron de toda ayuda.
En el año 1514 el invasor rey
español Fernando II de Aragón confirmó al señor de Eza las gracias concedidas
por Catalina I de Nabarra y su esposo Juan de Albret, buscando así el posicionamiento
a su favor de Dionis de Eza y Mauleon, el cual, pese a todo, continúo fiel a
los legítimos reyes de Nabarra en la clandestinidad.
El emperador Carlos I de España y
V de Alemania, le colocó como miembro de su guardia personal con el mismo
interés que su abuelo, el cual no era otro que el posicionamiento político del
héroe de Tutera y gentilhombre de Nabarra, hacia el lado español.
El señor de Eza retó por motivos
de pastos al señor consorte de Fontellas, Antonio de Gante, al cual se le puede
considerar uno de los primeros colonos españoles de la Merindad de Tutera. El
consorte señor de Fontellas era un caballero castellano que participó en la
invasión española del año 1512 a las órdenes del duque de Nájera, el cual se
convirtió en el ilegítimo virrey español de la Nabarra ocupada, además de ser
el gran valedor del de Gante.
Las rencillas originarias entre el
señor de Eza y el señor de Fontellas se remontaban hasta el año 1508. Estas
fueron reavivadas al estar un español al frente del señorío de Fontellas; es
decir, mantenían un trasfondo político de índole nacional. Así tras la
ocupación ilegal del Reino de Nabarra, el español se negó a permitir el pasto
al ganado del nabarro, pese a que en el contrato original realizado por Juan II
de Nabarra y Martín de Peralta, constaba claramente con los derechos que
poseían sobre los mismos los de Tutera, concretamente en poder llevar a pastar su
ganado al monte de Fontellas.
De las palabras se pasaron a los
hechos y los hombres del español mataron a uno de los hombres del nabarro.
Se generó por tanto causa de
Justicia contra el español por parte de un procurador del señor de Eza. Esta se
llevó a cabo en el año 1519 y fue en la ciudad de Tafalla.
Por su parte el español y en
ausencia del nabarro, denunció al señor de Eza ante los alcaldes del Real
Consejo de Navarra sito en la ocupada Pamplona. En él, el español dijo que
había que ahorcar al nabarro antes de un año.
La defensa legal del nabarro se
hace imposible al ser considerado en rebeldía hacia España. Todo por mostrar
abiertamente su defensa de la legalidad de la dinastía legítima de Albret sobre
la Corona de Nabarra. Incluso se vio obligado a desempolvar una Ley nabarra de
tiempos de Sancho el Fuerte, sucintamente
del año 1230, referente a la ilegalidad de sentenciar a muerte a un noble de
Nabarra por parte de otro, en teoría también nabarro, sin la presencia del
condenado en un juicio para poder defenderse. Y eso que la primera muerte fue
provocada por los hombres de armas del caballero español.
Comenzó entonces un envío de
cartas entre ambos, el cual llevó a la exposición pública, mediante un cartel
en la iglesia de San Cernin de Pamplona, de un desafío a duelo por parte del
nabarro. Las misivas no paraban de ir entre uno y otro. Entre todas ellas el
español aceptaba el desafío del nabarro, al cual le instó a buscar lugar y notificar
cuales debían ser las armas, iguales para ambos.
Según lo acordado, el desafío
debía llevarse a cabo en Pau. Al final solo acudió el valeroso nabarro, mientras
que el colono español no se presentó al no contar con el permiso del emperador
Carlos I de España y V de Alemania. El juez de campo dictó sentencia a favor
del nabarro y condenando al español por cobardía. A su vuelta a Tudela el nabarro
arrastró las armas del español al son de tambor batiente. Por otro lado, el español,
Antonio de Gante, se vengó ahorcando una efigie del señor nabarro de Eza en
Fontellas.
Armas del español Antonio de Gante |
Heráldica: Antonio de Gante: Escudo cuartelado en cruz, 1º y 4º de azur
cinco estrellas de ocho puntas de plata en sotuer. 2º y 3º de plata tronco en
barra con seis bezantes de oro. Bordura de dieciséis piezas, ocho de oro con
filete en orla y cruz de sable y ocho de plata con haz de tres flechas de sable
que es propio de Gante.
Todavía en el año 1519 y desde la
ciudad condal de Barcelona, Carlos I de España y V de Alemania hizo que no
valiese el desafío y dictó sentencia al respecto. En dicha sentencia el emperador
español considera traidor a Dionis de Eza y Mauleon al haber ido a Pau, capital
del Reino de Nabarra por la ilegal y violenta ocupación de Pamplona, buscando
amparo del legítimo rey Enrique II de Nabarra.
Esta sentencia demuestra el
carácter político de la misma, por cuanto se limitó el ejercicio de Derecho del
señor de Iza, como así los Fueros del Reino le concedían. En dicho dictamen se
favorecieron los intereses de un colono
extranjero, español para más información, en detrimento de los Derechos estipulados
en el Fuero del autóctono nabarro.
Así pues, el señor de Eza fue
obligado, junto a otros gentileshombres y señores nabarros reconocidos como
leales a los Albret, a formar parte del ejército que combatió contra los libertarios
Comuneros de Castilla, contrarios al emperador de España y Alemania. Así mismo, al enviar a partidarios de la
soberanía de Nabarra fuera de las fronteras naturales del Reino o Estado, se
pretendió por parte imperial atenuar a las fuerzas de la resistencia nabarra
contra los soldados invasores españoles.
Estos nabarros no solo fueron
obligados bajo pena de muerte a luchar contra los comuneros castellanos, sino
que fueron utilizados para englobar las tropas imperiales españolas contra los
intereses libertarios de Nabarra. Primero fueron colocados en retaguardia, al
no ser fiables sus acciones en combate contra los lealistas nabarros o su más
que probable unión a los mismos. Posteriormente los pusieron junto al resto de
tropas españolas que cercaron la fortaleza de Hondarribia, la cual desde el año
1521 hasta el año 1524 estuvo bajo el estandarte colorado del Estado de
Nabarra.
2014/10/01
Nabarrèncs, un paseo por su historia bearno-nabarra
Nabarrèncs,
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Une promerade à travers l'historie Bearno-Navarre
Une promerade à travers l'historie Bearno-Navarre
Nabarra con B https://www.facebook.com/NaBarraconB
Foto gentileza de Goalhart D'Eslayoó |
Nabarrenkoxe, Nabarrenkoze,
Nabarrenkose, Nabarrengose, en diversas formas o dialectos de la lengua más
antigua o autóctona del lugar, el euskara o lingua navarrorum. Nabarrèncs en la
lingua d’Oc. Navarrenx en lingua française y Navarrensis en lingua latina, en
todas esas lengua significa lo mismo, naturales de Nabarra.
Foto gentileza de Goalhart D'Eslayoó |
Las primeras noticias
escritas que tenemos de la ciudad de Nabarrèncs se sitúan sobre el año 1085.
Concretamente en una carta se
menciona dicha población hasta cinco veces, siempre bajo la forma latina de civitas Navarrensis (ciudad de naturales
de Nabarra). En dicho documento se firmó la paz entre el vizconde de Bearno y
de Oloron, conde de Bigorra con el vizconde de Xiberoa, ante los daños
ocasionados por los suletinos a los bearneses. Esto fue mediante la aplicación de
justicia por juramento, por pago o bien por ordalía o juicio divino mediante
duelo. Finalmente el duelo se llevó a cabo a orillas de río Gave, en el término
de Navarrensis.
Nabarrèncs se consolido como una
ciudad de paso para el Camino de Santiago, volviéndose en una ciudad fronteriza
ante los avatares políticos de la historia. En el año 1188 el puente
primogénito de madera fue sustituido por uno de piedra por mandato de Gastón IV
del Bearno, asentándose a la par un importante mercado. Dicho puente contó una
torre defensiva y de peaje. Para entonces Nabarrèncs ya contaba con una
fortaleza defensiva conocida como la Casterrasse y que pertenecía a los vizcondes
del Bearno.
En el año 1316 la ciudad recibió
el título de casa de campo por parte de la vizcondesa Margarita de Bearno,
quien mandó construir un palacio en el centro de la ciudad, una ciudad amurallada
con plaza central, estando las calles en perpendicular. Las casas eran de 6 a 7
metros contando amplio jardín detrás de las casas y los callejones las separan.
En el año 1343
Nabarrèncs es cabeza de una senescalía comunal formada también por Araujuzon,
Audaux, Dognen, Gurs, Méritein, Sus, Laàs, Ossenx y la aldea de Geup.
En el año 1385 el
senescal o gobernante feudal era vasallo directo del vizconde del Bearno. Tres
años más tarde, el vizconde del Bearno y conde de Foix Gastón Phoebus,
encarceló al regidor de la ciudad hasta que los habitantes de la misma se
pusieran de acuerdo en vistas de reparar la planta del puente sobre el río
Gave. Estas reparaciones se repitieron posteriormente entre los años 1412 y
1415.
En el año 1507 la
ciudad de Nabarrèncs rindió homenaje a la reina Catalina I de Nabarra, duquesa
de Gandia, de Montblanc y de Peñafiel, vizcondesa del Bearno y Castelbó,
condesa de Foix, de Bigorra y de Ribagorza, además de baronesa de Farfaña,
frente a las ilegítimas pretensiones de su tío Juan de Foix, vizconde de Narbona
y padre a su vez de Germana de Foix, mujer del rey español Fernando II de
Aragón, de Sicilia y Nápoles, conde de Barcelona, del Rosellón y de la Cerdeña,
que por aquel entonces también era gobernador regente del Reino de Castilla y
León, el cual manifestaba abiertamente unas oscuras y serias intenciones para
apoderase ilegalmente del Reino de Nabarra.
Dicho posicionamiento político
de carácter nacional es llevado a cabo por toda la población, quedando
representado bajo la legalidad de la época, mediante la entrega a la Corona de
Nabarra de las pechas o ganancias generadas por el molino existente sobre el
río, siendo estas además, a modo de perpetuidad.
Los españoles
invadieron y ocuparon de forma violenta e ilegal gran parte del Reino de
Nabarra en el año 1512, salvándose inicialmente el vizcondado de Bearno y con
ello permaneciendo libre la ciudad de los nabarros o Nabarrèncs.
Pero en el año 1524 las tropas imperiales de
Carlos I de España y V de Alemania, ilegítimamente auto-titulado también IV de
Navarra, arrasaron la ciudad de Nabarrèncs. Dichas tropas invasoras españolas
estuvieron capitaneadas por Philibert de Chalon, príncipe de Orange, señor de
Arlay y Nozeroy.
La no entrega de la
ciudad llevada a cabo por sus moradores, fue recompensada por Enrique II de
Nabarra, copríncipe de Andorrra, vizconde de Bearno, Tursan, Gabardan, Tartas y Limoges, conde de Foix, Périgord, Albret y Bigorra, con la devolución a sus
habitantes de las pechas del molino. Además, por mandato del rey nacido en
Sangüesa se procedió a la reconstrucción de la ciudad, siendo amurallada con
posterioridad entre los años 1538 y 1549. Dicho amurallamiento fue realizado
por el arquitecto italiano Fabricio Siciliano. Esta muralla es similar a la
ciudadela de Lucca en la Toscana.
En el año 1563 la
iglesia de Sant-German en Nabarrèncs, que había sido construida entre los años
1551 y 1562, fue consagrada al culto hugonote por la mismísima reina Juana III
de Nabarra, coprincesa de Andorra, duquesa de Albret, vizcondesa del Bearno, Marsan y Tartás, condesa
de Foix, Limoges, Périgord, Armañac y Bigorra. En dicho lugar fue donde la reina de Nabarra profesó
públicamente su apego al calvinismo reformista o nabarrismo, similar al
denominado anglicanismo al estar la cabeza de la iglesia en la jefatura del
Estado nabarro y no en el Estado Pontificio de Roma.
Las murallas de
Nabarrèncs se convirtieron en inexpugnables,
resistiendo todos los ataques católicos, tanto de súbditos nabarros como
de extranjeros españoles y franceses, durante las guerras de religión en las
que se posicionó la reina nabarra Juana de Albret.
Posiblemente la
resistencia más destacable fue la
ocurrida en el año 1569. Dicha resistencia se llevó a cabo frente al asedio de
las tropas francesas del católico Antoine de Lomange, comúnmente conocido como
Terride.
En el año 1620 y ante
las noticias de la sanguinaria toma de las Cortes nabarras situadas en Pau,
Nabarrèncs abrió sus puertas al rey de Francia Louis XIII, el cual ya había
proclamada la ilegal unión del Estado de Nabarra y Bearne al Reino de Francia. El
rey de los franceses impone la religión católica en todas las tierras nabarras;
pese a ello, Nabarrèncs se mantuvo en la clandestinidad como uno de los pocos
lugares que protegieron a los hugonotes.
Nabarrèncs-----------------------------------------------------------------------------Navarrenx Escudos realizados por Iñigo Saldise |
Así pues Nabarrèncs,
al igual que el resto de las tierras vasconas norpirenaicas tras la invasión y
ocupación ilegal francesa, paso a formar parte de la colonia de Navarre en las
garras del imperio francés, y con ello, no cabe duda, se perdió cualquier
atisbo de libertad al perderse su natural Estatalidad nabarra.
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Nabarra, reflexiones de un Patriota
ASKATASUNA = Baskoinak x Nafar Paradigma
"PRO LIBERTATE PATRIA GENS LIBERA STATE"
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"De pie la gente libre a favor de la libertad de la patria"
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by WILLIAM SHAKESPEARE