Union aeque principaliter
Iñigo Saldise Alda
Se conoce y nombra con el término latino de union aeque principaliter, a una unión de igual a igual, mediante la cual eran tratados los Reinos tras su alianza, asociación, federación, confederación o coalición bajo el mandato de un solo rey o soberano, pero siempre como entidades diferenciadas con la supuesta y consiguiente supervivencia de sus privativas leyes, fueros y privilegios. Este es la base con la cual el nacionalismo español intenta una y otra vez, al más puro estilo del jefe de propaganda nazi, Josef Goebbles, justificar una invasión y ocupación militar, conquista con genocidio y colonización, jurídicamente ilegítima, llevada a cabo por el Falsario Fernando de España. Todo ello a través de preparar diferentes y diversas legitimaciones, realizadas siempre de forma exclusiva por parte española y contando el implícito colaboracionismo necesario de ciertos naturales del País que están indudablemente colonizados, a lo largo de estos siglos oscuros para la verdadera libertad nabarra, llegando incluso dicha defensa y justificación hasta hoy día.
El máximo defensor de esta falacia en la actualidad es un abogado, político y escritor español, el señor don Jaime Ignacio del Burgo, el cual siempre se encuentra en la vanguardia del entorno nacionalespañolista, en su defensa de la forzada unidad del Reino de España, llegando incluso a dejar a un lado su ideología conservadora si fuera menester, siempre y cuando sea por el beneficio exclusivo de su única y verdadera Patria, la española. Este señor se basa precisamente en esta fórmula, union aeque principaliter, para argumentar la supuesta existencia remota en el tiempo, de un "pacto" de igual a igual entre la actual Comunidad Foral de Navarra y el Reino de España, pilastra de la mal llamada Ley Paccionada del año 1841 y de su "Amejoramiento" del año 1982, que constituyeron la quintaesencia de la ideología "navarrista" contemporánea, la cual está totalmente al extremo contrario del auténtico Nabarrismo histórico existente en el sobreviviente Reino soberano de Nabarra al norte del Pirineo, tras la invasión y ocupación militar española realizada entre los año 1512 y 1524. Por consiguiente, rizando el rizo este señor español, la denominada disposición transitoria cuarta de la Carta Magna de la Constitución del Reino de España del año 1978, sería a modo adicional, "una garantía para la libertad de Navarra", lo cual, concluyentemente está muy alejado o distante de la realidad, ya que nuestra libertad fue secuestrada hace ya más de cinco siglos por la violencia de las armas españolas y francesas.
Pese a que el nacionalismo español ha bombardeado reiteradamente a la sociedad navarra con la milonga de la unión de igual a igual entre España y Navarra, en la escritura del año 1515, con la cual el Falsario Fernando de España otorgaba sin aprobación nabarra alguna el Reino de Nabarra a la Corona de Castilla, ya que según él, éste País había sido conquistado para su hija Juana, apareciendo dicha unilateral e ilegal incorporación como un mero cambio dinástico, nada más, por lo que creemos que es interesante saber cuando aparece realmente el término union aeque principaliter. Por ello hoy, los navarros no debemos aceptar la personal apreciación nacionalista española realizada por ese señor o cualquier otro de sus compatriotas, que han hecho, hacen y seguirán haciendo si es necesario a los intereses del imperio español, no solo para justificarse ante los navarros, sino incluso también ante el resto mundo.
Realmente, la expresión de unión de igual a igual o principal, aparece en un documento de Ley español del año 1645, una vez ya que el Reino de Nabarra había sido eliminado de los mapas políticos tras otra unilateral e ilegal incorporación de mismo, esta vez a la Corona de Francia por el rey francés Luis XIII de Bourbon. En dicho documento se nos dice que “no fue por modo de supresión, sino por el de unión principal”, pero el hecho real, es que la incorporación fue llevada a cabo a sangre y fuego, realmente sin fórmula alguna y ya en el siglo XVII para la Navarra ibérica, reducida y residual, una vez perdido el referente soberano del norte del Pirineo y a continuación de pasar el periodo más caldeado de la post-incorporación, estando realmente los patriotas nabarros proscritos de todos los cargos públicos, de los puestos en los castillos que continuaron en pie tras el mandato de destrucción del cardenal Cisneros, etc. Es decir, cuando la situación se fue “normalizando” se experimentó una especia de repunte identitario en el siglo XVII, pero a su vez contando con una alta influencia españolista debido a la tenaz colonización.
Este
repunte en la identidad propia, al cual no le vamos a llamar ni
nacionalista, ni patriótico y ni siquiera navarrista, si lo podemos
considerar como el germen del posterior movimiento fuerista, que
incluso posteriormente también influyó en el regionalismo
pro-español, al tratarse de un intento de recuperación de las señas
de identidad propias, que con la violenta incorporación a la Corona
de Castilla se habían esfumado, porque los cargos públicos, sobre
todo entre el clero, obispos, etc., todos habían pasado a ser
castellanos, señales principales y plausibles del Contrafuero
existente en las tierras ocupadas por los españoles.
Es pues en el siglo XVII cuando, al calor de este repunte de la identidad propia pero amparado en las labores patrias realizadas por el jurista español Juan de Solórzano y Pereyra, las cuales concluyentemente estaban encuadradas en la legitimación de la unión de las Indias americanas y el Reino de España y por consiguiente nada que ver con el Reino de Nabarra, surgió en el fuerismo el sintagma de unión principal, mientras que el término latino de union aeque principaliter nació realmente dos siglos después, concretamente en el siglo XIX, siendo acuñado por los fueristas de ese siglo y esto naturalmente, pasó a todas las enormes compilaciones de jurisprudencia existentes en la Navarra colonial, reducida y residual, convertida ya a una mera provincia más del Reino español. También a todos los libros que se han publicado, etc., y que esgrimen actualmente como verdad suprema los denominados regionalistas del entorno nacionalespañolista, que dogmáticamente son auténticos patriotas españoles intentando demostrar con dicho regimiento que el Reino de Nabarra se “incorporó” voluntariamente en el siglo XVI a la monarquía castellana, mejor dicho, a España a secas, con una fórmula de unión principal de igual a igual; y de eso nada de nada.