S. Garcia Lopis de Roncheva
Iñigo
Saldise Alda
Heráldica:
Escudo cuartelado en cruz. 1º y 4º de
gules lobo de sable. 2º y 3º de azur panela de plata.
Nacido
entorno al año 1363 en el poblado de San Nicolás de Iruinea-Pamplona, dentro del
seno de una familia burguesa, enriquecida por el comercio y bien situada en el
ámbito social, además de próxima a la Corona de Nabarra. Por ello, Garcia Lopez
de Roncesvalles fue instruido por su padre, el Colector de la Caridad de
Iruinea-Pamplona Lope de Roncesvalles, desde muy temprana edad en el arte del
comercio y del dinero. El origen de su linaje familiar se encuentra en la villa
o burgo de Roncesvalles, en Auritz-Burguete.
A
comienzos de la década de los años 80 de ese siglo XIV, Garcia Lopez de Roncesvalles
se casó con Maria Motza, hija-heredera de un importante burgués y comerciante, también
del poblado de San Nicolás, llamado Pascual Motza.
En el año 1386, Garcia Lopez de Roncesvalles ejercía
ya como lugarteniente de su suegro, en la ocupación de
sus funciones como recibidor de la Merindad de las Montañas.
El propio Pascual
Motza, Oidor de Comptos y Consejero Real desde el año 1390, acabó de introducir
a Garcia Lopez de Roncesvalles en las altas esferas en el privilegiado círculo de
la administración de la Corona de Nabarra.
Gracia Lopez de Roncesvalles fue nombrado Tesorero del Reino de Nabarra el día 4 de diciembre del año 1403 por el rey Carlos III de Nabarra; cargo que mantuvo hasta su muerte.
Ya como Tesorero Real,
Garcia Lopez de Roncesvalles tuvo que confeccionar los distintos volúmenes de
Comptos correspondientes a los años de su gestión. Como prólogo al volumen de
Comptos del año 1404, el que inauguraba su labor y que finalmente fue confeccionado
en el año 1405, incluyó a modo de prólogo una Crónica del Reino de Nabarra. Ese
libro fue presentado en la Cámara de Comptos el día 30 de abril del año 1409,
ante los oidores de los Comptos del rey Carlos III de Nabarra Pascual Motza,
Juan de Athaondo y Pedro Garcia Eguirior
Su gran labor y
entrega en el cargo, le permitió disfrutar de la confianza de los monarcas,
Carlos III, Blanca I y Juan II. Por sus trabajos recibió copiosos salarios, o
donativos en metálico por parte de los reyes nabarros. También poseyó el
palacio de Oriz, el cual legó a su hija Maria Garcia Motza, pero debido a sus
deudas tuvo que enajenar sus heredades de Celigueta, Izco y Mugueta en el año
1415, para que con sus beneficios, poder liquidar sus deudas.
La procedencia de sus
honorarios por el desempeño del cargo de Tesorero del Reino de Nabarra, era desde
el año 1417 las rentas del bailío de Artaxona, que constaba de 100 sueldos de
carlines prietos anuales, las de la escribanía del Rey de Nabarra en
Iruinea-Pamplona, unas 50 libras carlines, y las de la pecha de los labradores
de Tiebas, que anualmente eran 6 libras, 3 sueldos, 1 dinero de carlines prietos,
20 cahíces de trigo y 30 de avena.