Orígenes de Aragón, la cruz de Eneko Aritza
Aitzol Altuna Enzunza, Galdakao-Nabarra
http://es.groups.yahoo.com/group/estadodenabarra/message/745
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“La Vasconia septentrional se regía entonces por un príncipe (Sancho Lupo o Antso Otsoa 778-812) designado por el emperador (Carlomagno, rey de los francos), cuya autoridad se extendía teóricamente hasta la ribera del Ebro (…) Pero hay noticias de que la sumisión a Carlomagno había sido puramente formal y que, durante el reinado de su hijo Ludovico Pío, había continuado la resistencia vascona en forma de insurrecciones periódicas.
(…) Ya en el siglo IX los vascos de Pamplona pretenden emanciparse de la
tutela carolingia varias veces, en el 812 Ludovico Pío envía una expedición
punitiva; en el 816 a la muerte de Sancho Lupo fracasó una nueva tentativa y en
el 819 se sofoca por Pipinio (el hijo de Ludovico)” (…) “Historia del arte
vasco, Tomo I” Juan Plazaola (Edit.Ostoa).
En el año 824 el rey franco Pipinio, nieto de Carlomagno, armó un nuevo
ejército al mando de los condes Eblo y Aznar que cruzó los Pirineos con la
intención de “restaurar el orden”. Eblo y Aznar entraron en Pamplona sin
aparentes dificultades, escarmentaron con la horca a muchos habitantes para
evitar ser atacados por la retaguardia como el 15 de agosto del 778, la gran
derrota de Carlomagno infligida por los baskones y cantada en numerosos cantares
de gesta medievales. Tras la ocupación de Pamplona y escarnio contra la
población, nombraron los invasores nuevos clérigos y gobernantes fieles a ellos,
para volver acto seguido a su reino por el mismo camino que hiciera en el 778
Carlomagno, por el puerto de Ibañeta y por el término de
Orreaga-Roncesvalles.
Eblo y Aznar fueron atacados y apresados donde antes fuera derrotado el
ejército de Carlomagno, en la pronunciada bajada hacia Valcarlos-Luzaide y antes
de llegar a Garazi (Sant Jean de Pie de Port), las familias baskonas de los
Ximeno, Garsea o Belasko (éstos hasta entonces profrancos) fueron los que les
infligieron la derrota y los que en realidad dominaban el territorio, baskones
del sur del ducado de Baskonia llamados por los francos “nauarri”, nombrados así
por primera vez en las crónica francas en el 769.
Estamos en el año 824 y fue conocida como la “Segunda Batalla de
Roncesvalles”. En esta batalla destacó Eneko Aritza Ximeno, al que también se le
nombra como Eneko Enekones o Iñigo Iñiguez Aritza o “Arista”, al latinizar el
nombre, un veterano guerrero de alrededor de cincuenta años, que contará en la
batalla con sus hermanastros uterinos de religión musulmana del sur baskón, los
Banu Casi, antiguos terratenientes baskones desde la época romana que se
cambiaron de religión y que harán de tapón con el emir de Córdoba, lo que dio,
sin duda, un respiro a los “nauarri” para centrarse en su enemigo del norte, los
francos. El coetáneo Eulogio de Córdoba llama a Eneko Aritza "Christicolae
princeps" (príncipe cristiano), en las crónicas árabes se le nombra,
significativamente, como “Eneko Aresta, Dux vasconum”.
El Aznar o Aznar Galíndez que marchó al frente del ejército franco de Pipinio
era el antiguo conde del Aragón primigenio. Aznar, baskón y quizás pariente de
Eneko, fue dejado en libertad y mandado de vuelta al reino Franco, mientras que
Eblo fue entregado al emir de Córdoba, Abderramán II, como signo de alianza.
Desde al menos un siglo antes, en la época del último caudillo que quiso
hacerse con la corona visigoda, Don Rodrigo (principios del siglo VIII), ya
existían alcázares baskones a modo de avanzadilla en Sobrarbe, Roda en Ribagorza
y Ager en Pallars, lo que parece delimitar la frontera goda y baskona, siendo
después los francos quienes intentaron hacerse con el territorio mediante la
creación de una “marca” al modo de las “limes” romanas, tal y como habían hecho
con Barcelona[1]. Es conocido que Rodrigo, aspirante a rey visigodo, intentaba
tomar Pamplona cuando tropas musulmanas cruzaron el estrecho y entraron en la
península ibérica por Gibraltar en el 711, lo que produjo la debacle del reino
germánico de los escandinavos visigodos en un abrir y cerrar de ojos.
Los hallazgos de tumbas y restos humanos de entre los años 650 y 750
encontrados en la cueva de la Foratata, en Sobrarbe, no se trata de
enterramientos visigodos como podría creerse siguiendo la tradición histórica
española (visigodos cuya principal característica era que no se enterraban con
sus armas), sino que son similares a los encontrados en Buzaga e Iruña en Alta
Nabarra, Finaga, Argiñeta o Mesterika (todas en Bizkaia), Zornoztegi, Aistra,
Aldaieta en Legutiano o Alegria-Dulantzi en Alaba etc. atribuibles a los
baskones, pues no cabe olvidar que los arqueólogos franceses, entre los que se
encuentran N. Aberg, E. James o S. Lerenter, distinguen perfectamente en las
distintas excavaciones que han realizado, un conjunto de caracteres
arqueológicos definido como “facies vascona” o “akitana”, diferenciable de otra
calificada como “septentrional o franca”.
Fue el propio Iñigo o Eneko Aritza Ximeno, nacido sobre el año 770 y primer
rey de Pamplona-Nabarra, quien expulsó a Aznar Galíndez en el 820, el conde o
“marqués” nombrado por los francos siete años antes, en el 813, al que después
volverá a derrotar cuando trata de vengarse e imponerse en Pamplona con el
ejército franco junto a Eblo, el suceso bélico comentado de la Segunda Batalla
de Orreaga del 824. Fue además Eneko Aritza quien nombró a García Galindo, “el
Malo”, nuevo conde de Aragón, hijo de Galindo Belasko, nieto por tanto del
Belasko que dominó Pamplona y Alaba en los años 799-812, “Ibn Belaskot”, y que
ayudó a Eneko Aritza a derrotar al ejército franco de Eblo y Aznar. García
Galindo estaba casado con la hija de Aznar Galíndez llamada Matrona, a la que
repudió para poder casarse con la hija de Eneko, Ona (o Nunila), recibiendo el
título de conde. Por tanto, en el Aragón primigenio mandaría Eneko Aritza a
través de su yerno el conde García “el Malo” o Garsea Semein[2], conde de Aragón
entre el año 820 hasta el 833.
En un inicio, Aragón, sólo abarcaba el territorio existente entre el valle de
Echó y Canfranc[3] (jacetania, norte de Huesca), entre las dos ramas del río
Aragón -Aragón y Aragón Subordán-, del que toma el nombre, zona de habla vasca y
de costumbres vascas en ese siglo y sucesivos, tardíamente romanzados, con el
monasterio de San Pedro de Siresa como núcleo espiritual, y a la que se le
añadió después la comarca de Jaca con su ciudad como núcleo urbano más
importante. Probablemente las marcas de los valles de Ansó, Sobrarbe, Ribagorza
y Pallars también estarían bajo su mando o la influencia del condado aragonés y
por tanto bajo la influencia del reino nabarro. La frontera entre los baskones
de Aragón y musulmanes estaba en ese siglo en: Uncastillo, Murillo, Luesia, Biel
y Loharre.
La unificación de Aragón:
La reina Toda Aznar de Nabarra (926-970) era hija de la princesa nabarra
Oneka (femenino de Eneko) y de Aznar Sánchez de Larraun (conde de Aragón y primo
de su madre), gobernó con su marido Sancho I Garcés (905-925), tras la temprana
muerte de éste gobernó con su hermano Ximeno Garcés y al sobrevenirle la muerte
a su cuñado, gobernó sola.
Doña Toda casó a su hijo García Sánchez I con la heredera al condado de
Aragón Andregoto Galíndez (“andre” en euskera es “señora”, la señora Goto), su
primo carnal, pasando el condado de Aragón a la corona del reino de Pamplona al
unirse los títulos en el hijo de ambos, Sancho II “Abarka” nacido en el 970. El
matrimonio fue declarado nulo por ser los contrayentes primos y Andregoto abdicó
en su hijo. Además, Sancho I Garcés, por parte de su madre, era nieto del conde
de Pallars Ramón, era la rama “jimena”, una rama colateral de la familia de
Eneko Aritza, la cual arribó a la corona nabarra de forma pacífica sin que se
sepa el motivo (llamada la primera rama a su vez como “eneka”). Sancho I Garcés
tomó Sobrarbe en su mitad occidental a los musulmanes hasta el río Cinca y
Boltaña, Sancho II Garcés “Abarka”, su nieto, lo hará con la oriental.
Ribagorza y Pallars se integrarán en la corona real nabarra bajo el reinado
de Sancho III el Mayor (1005-1035), como hizo medio siglo antes Aragón. En
Ribagorza, otra antigua marca franca, murió su conde en el año 1003, Isarmo,
luchando contra los musulmanes. La condesa de Ribagorza, llamada Mayor, era tía
del conde de Castilla y por tanto de doña Munia, la mujer de Sancho III (además
de prima carnal de éste), estaba siendo acosada por el conde de Pallars que la
había repudiado como esposa y por los musulmanes; ya Almanzor y su hijo Abd Al
Malik habían llegado hasta Roda en el año 1005. Sancho el Mayor tomó las riendas
del condado desde 1018 y la condesa abdicó en 1025 junto al condado de Pallars.
Sancho el Mayor recuperó los territorios recién tomados por los musulmanes e
incluso amplió estos condados con territorios ganados por el sur así como la
vega del río Cinca.
Sancho III el Mayor dio la tenencia del condado de Ribagorza ese mismo año
1025 a su tercer hijo legítimo Gonzalo, dominó todo el alto Aragón pirenaico y
prepirenaico desde Arba de Luesia y Biel al Oeste hasta el valle de Isábena al
Este, con Ayerbe, Bolea, Huesca, Alquizar, Naval, Graus, Ejea, Barbastro y
Benabarre. Fortificó los castillos de Uncastillo, Luesia, Biel, Agüero, Murillo,
Cacabiello, Marcuello, Loarre, Buil, Boltaña, Morillo de Monclás y Abizanada.
Pidió numerosas “parias” o dinero a cambio de paz a los musulmanes. El castillo
de Loarre, éste mandado construir por el propio rey nabarro y hoy en día el
mejor conservado del siglo XI en toda Europa.
Las tenencias con Sancho III el Mayor son fronterizas de defensa y serían las
de: Bizkaia, Alaba, Sos, Uncastillo, Nájera, Vall de de Aragón o Ruesta, Sos en
la Valdonsella, Arbe (Suillas), Uncastillo, Cacabiello, Marcuello, Loarre, Valle
de Ayerbe, Atarés, Senegüé, Ara, Sabiñánigo (río Gallego), Secorún, (Valle
Gorga), Nocito, Boltaña, Monclús, Abizanda de Sobrarbe, la ribera del río Cinca
etc. hasta un total de unas 20 (“Sancho III el Mayor” Carmen Orcástegui y
Esteban Sarasa).
Sancho III el Mayor concedió en su testamento el gobierno de Aragón a su
segundo hijo, el bastardo Ramiro I, fruto del amancebamiento con Sancha de
Aibar, salvo Loarre con su castillo, Samitier, Ruesta y Petilla de Aragón que
quedaron fuera del condado, además le concedió otras tenencias nabarras fuera
del condado aragonés para implicarlo más en el gobierno del reino nabarro.
Ramiro se apoderó, tras la muerte por envenenamiento de su hermano Gonzalo
sobre el año 1038, de los condados de Sobrarbe y Ribagorza, más la ribera del
Cinca y Tierrantona, por tanto desde Matirero al Oeste hasta Llort (Espot) al
Este, lindero con el condado de Pallars. Por tanto, con Ramiro I se produjo la
unificación de los diferentes condados aragoneses tomando el nombre del
principal, Aragón. Tras pasar al patrimonio real, el condado aragonés siempre
tuvo un carácter diferente, al ser una tenencia dada a un hijo del rey y no a
simples “tenentes” o gobernadores, heredable a diferencia de éstos, pero bajo el
poder y bajo las leyes nabarras o derecho pirenaico común.
Ramiro era sólo “regulo” (hijo de rey) sujeto a su hermano el rey de
Pamplona- Nabarra Sancho Garsea o García IV el de Nájera. A veces se confunden
dos conceptos como son el "territorium" y la "potestas". Lacarra lo describe
así: "Ramiro recibió, en vida del padre (Sancho III el Mayor), unos territorios
para gobernar en "tenencia" o por delegación suya, que en parte coincidían con
el antiguo condado de Aragón, a los que se agregaron otras tierras y tenencias
repartidas también entre Pamplona y Castilla. Pero Ramiro (…) aún cuando podía
trasmitir estos bienes a sus descendientes, quedaba sometido a la suprema
autoridad y lealtad de su hermano primogénito García el de Nájera, a quien algún
documento designa como "príncipe por la gracia de Cristo en Pamplona", mientras
que a Ramiro y Gonzalo califica sencillamente de "regulos" en Aragón y Sobrarbe.
Otros documentos de Pamplona aplican tanto a Ramiro I como a su hijo Sancho
Ramírez, el calificativo de "a modo de rey" (quasi pro rege in Aragone), aunque
lo normal es que se les dé a ambos el título de rey, según era costumbre en la
dinastía pamplonesa dar a los hijos de los reyes", pero sujetos al rey de
Pamplona-Nabarra.
Ramiro I en los documentos que firmaba ya empleaba una cruz patada como
“signum regis”, sería la primera constatación documental de la Cruz de Eneko
Aritza.
La nobleza nabarra eligió como su rey al aragonés Sancho V Ramírez de
Pamplona-Nabarra (hijo de Ramiro I) por su demostrada valía en el campo de
batalla y por ser nieto de Sancho III el Mayor por línea bastarda, al quedar sin
descendencia directa el reino tras la muerte de Sancho de Peñalén en el 1076,
tras su asesinato mediante una conspiración de sus hermanos y el rey
castellano.
Según la tradición, Sancho V Ramírez de Pamplona-Nabarra sería alzado sobre
su escudo al grito de “real, real, real”. “En el reverso de las monedas acuñadas
en Aragón bajo el reinado de Sancho Ramírez aparece una cruz procesional sobre
vástago con florituras a los lados, imagen que en la Edad Moderna se asociará al
emblema de la encina de Sobrarbe, distinta de la cruz que empleaba su padre
Ramiro I como signum regis (…) En el Monasterio de San Juan de la Peña, cerca de
Jaca, en el Panteón Real mandado construir por Carlos III –de España- en el
siglo XVIII, se representan los símbolos de la historia de Aragón, incluyendo la
Cruz de Íñigo Arista” (Wikipedia).
Los reyes de origen aragonés que gobernaron ese condado y en el reino de
Nabarra entre los años 1076-1134 fueron Sancho V Ramírez de Nabarra, Pedro I que
tomó Huesca a los musulmanes en el 1094 y Alfonso I el Batallador que tomó
Zaragoza en el 1118. Aragón no se independizará de Nabarra hasta la muerte de
Alfonso I el Batallador en 1134, el último de los reyes que el condado de Aragón
dio al reino nabarro -se convertirá entonces realmente en reino o Estado
independiente-.
El
escudo de Eneko Aritza y el de Aragón
Un donostiarra experto en heráldica comenta que “La llamada Cruz de Eneko
Aritza (Inigo Arista) -cruz patada apuntada en su brazo inferior cuando es de
plata y figura sobre un francocuartel, sobre campo de azur-, está considerada,
según fuentes aragonesas, como el primer escudo de Aragón. Esta precisión
heráldica es técnicamente imposible, ya que esta ciencia histórica nace en
Normandía en la segunda mitad del siglo XII, por tanto sería más propio
referirse a ella como una señal real, todo lo anterior nace de la tradición, de
las antiguas crónicas y de los relatos legendarios. El Arzobispo y cronista
castellano Rodrigo Ximénez de Rada (1170-1247), atribuye a Eneko Aritza la
creación del reino de Aragón. Por otra parte el cronista Jerónimo de Zurita, en
su obra Anales de la Corona de Aragón, aparecida entre 1562 y 1580, dice que fue
este rey el que trajo esta famosa cruz, la cual se le apareció en el cielo en
una batalla contra los moros.
Parece ser que la documentación existente indica que su presencia como escudo
de Aragón es debida a Pedro IV el Ceremonioso. Un relato del año 1373 se refiere
a un rico paño enviado por el rey para cubrir la tumba de “Enyego Ariesta”, en
esta narración se describe en aragonés medieval esta señal de Eneko Aritza. A lo
anterior se puede añadir que los escudos de la zona llamada “Cinco villas de
Navarra”, es decir, Bera, Lesaka, Igantzi, Etxalar y Arantza, en el segundo
cuartel del escudo de todos ellos, también aparece una cruz en el cielo”.
Respecto al actual escudo de Aragón de cuatro cuarteles, se puede leer en www.nabarlur.com de Eneko del Castillo: “El
primer cuartel conmemora al legendario territorio de Sobrarbe, el árbol ha sido
para los vascones, primitivos habitantes de estas tierras un símbolo mágico que
representa las ansias de libertad (y lugar de reunión de Juntas que dan lugar al
derecho consuetudinario nabarro –basado en la costumbre-, derecho autóctono
pirenaico o Fueros). Aparece al menos desde el siglo X representado en monedas
navarras. La cruz sobre el árbol tiene una larga tradición. Hace alusión a los
Fueros de Sobrarbe y a la frase “antes fueron Fueros que reyes” que significa
que todos los gobernantes están bajo el imperio de las leyes y que antes de ser
proclamados reyes deben jurar los Fueros o leyes del reino. Esta es también la
razón de su colocación en el primer cuartel.
En el segundo figura la denominada Cruz de Eneko Aritza o Iñigo Arista,
considerada desde el siglo XIV como blasón del Aragón antiguo (…).
En el tercer cuartel aparece la Cruz de San Jorge, que según la tradición
recordaría la legendaria batalla de Alcoraz en 1096, en la que Pedro I de
Pamplona y Aragón ganó la ciudad de Huesca ante cuatro reyes moros
(zaragozanos), tras la aparición sobrenatural de San Jorge. Un sello del rey de
la corona de Aragón Pedro III de 1281 es la muestra más antigua conocida.
El cuarto cuartel representa el escudo familiar de los reyes de la corona de
Aragón. El Senyal Real es un escudo de armas de oro con cuatro palos de gules.
En heráldica la palabra “barra” se refiere a las franjas diagonales por lo que
correctamente hay que decir “palo”. Hay varias leyendas sobre su origen. La más
antigua es la del conde Barcelonés Wifredo el Velloso, que recibió de un rey
Franco (posiblemente Luis II), tras un combate contra los normandos, un escudo
amarillo en el que el mismo rey pinto con los dedos manchados de sangre de las
heridas del conde, los cuatro palos rojos. El conde de Barcelona Ramón Berenguer
IV utilizó unos sellos cuya impronta más antigua data de 1150 en los que se
hallan ya los palos en el escudo blocado de las representaciones ecuestres del
conde (es el conde que conspiró con el hermano de Alfonso I el Batallador,
Ramiro II “el monje”, para la separación de Aragón del reino nabarro). Hacia
finales del siglo XIV comenzó un proceso por el que pasó progresivamente a
considerarse señal territorial. Tuvo lugar especialmente en el principado de
Cataluña como en Valencia y, en menor medida en Aragón, debido a la competencia
con la cruz de Alcoraz o la cruz de Eneko Aritza”.
Los
euskaldunes de Aragón
El nombre de los primeros condes de Aragón están el “lengua navarrorum”,
vasco o euskera, el idioma de los baskones y de sus sucesores los nabarros, así,
Aznar es el nombre patronímico de “zorro” en el euskera del alto Aragón o de
Bortziriak (Cinco Villas de la montaña o de Nabarra), como están en euskera los
nombres de Garsea Xemein, su hijo Galindo Garsea o Andregoto como hemos ido
viendo, pero también el nombre de Aragón está en euskera: “Aran+goi”, “valle
alto”.
En el Pirineo aragonés el número de topónimos de pueblos en euskera según J.
Intxausti es de:
Cuenca Río Aragón: 48
Alto Aragón: 150.
Alta Ribagorza: 30.
Alto Pallars: 90.
Joan Corominas aún lo concreta:
Comarca río Aragón (Jaca): 67%
Comarca río Gallego: 50%
Comarca Sobrarbe: 30%
Comarca del Valle de Aran: 33% o 40%.
Comarca del Alto Ribagorza: 35%.
Comarca del Bajo Ribagorza: 15%.
Comarca del Alto Pallars: 54%.
Cuenca de Tremp o Bajo Pallars: 24%.
Es decir, las zonas Pirenaicas más al norte conservaron mejor el euskera que
las conquistadas por los godos y los hispano-musulmanes, donde tampoco se perdió
del todo su influencia.
Ejemplos de topómimos en euskera desde el valle nabarro del Ronkal al valle
de Arán (En Lleida), incluido Aragón:
Benabarre, Zoriza, Quinboa, Lujiarre, Lascuarre, Luparre, Bizberri, Astu,
Arbe, Axpe, Arbe, Cenarbe, Javierregay, Achar, Lizarra, Gistain, Eunate, Artaso,
Artasona, Barosa, Ayerbe, Bisauri, Loarre, Aisa, Besos, Acon, Larres, Biescas,
Escarrilla, Lanuza, Basaran, Bergua, Ara, Ecuain, Yaga, Arazas, Suelza, Barrosa,
Yna, Ainsa, Gerbe, Nabal, Arro, Benasque, Ariste, Chia, Serraduy, Isabena,
Barasona, Estada, Aren, Barruera, Escuñau, Esera, Espua, Isona, Cuarte, Gurea,
Biscarrués, Ardisa, Erla, Bolea, Arascués, Esquedas, Aniés, Sabayés, Belarra,
Hirbike, Mascún, Guarga, Basa, Estron, Escaldes, Engolasters, Esquella, Aranza,
Esabol, Escardars, Estana, Nabas, Cuart, Aña, Gurri, Maya, Bascara, Estiche,
Jubierre, Ballobar, Escarpe, Algerri, Ibars, Aytona, Asco, Estanga, Urria,
etc.
En Huesca, musulmana hasta la conquista de Pedro I en el año 1096, unas
ordenanzas de 1349 dicen: "Item nuyl corredor non sia usado que faga mercaduria
ninguna que compre ni vende ningunas personas, faulando en algaravia (árabe) ni
en abraych (hebreo) nin en bascúenç et qui lo fara pague por coto XXX sol".
Se repite esta fórmula en diferentes Ordenanzas hasta el siglo XIX. En una
entrevista a Bixente Latiegi en la revista “Ze Berri?” (nº 21, dic-1999), este
estudioso de la toponimia de Huesca, comenta que: en el documento “del siglo XVI
de la Cofradía del Vendedores y Compradores de Huesca de la segunda mitad del
siglo XVI, de 1567, se vuelve a prohibir a los corredores hacer mercadurías en
euskera”, Bixente Latiegi, comenta que incluso había un documento igual del
siglo XVII que se ha perdido y que no se encuentra hoy por hoy.
El matemático, cosmógrafo y licenciado en leyes Andrés de Poza y Yarza nacido
en Orduña (Bizkaia, 1547-1595), conocido como Licenciado Poza, dejó escrito que
en los alrededores de Jaca se seguía hablando euskera en su época y que existen
topónimos vascos con una alta frecuencia hasta el río Gallego.
Las danzas del Pirineo aragonés tienen un notable parecido con las vascas
pues su raíz cultural es la misma, todo el Pirineo ha formado, incluso en época
reciente, una misma unidad cultural, como enseña el gran conocedor y máxima
autoridad de las danzas vascas, Juan Antonio Urbeltz. En una de esas danzas, se
grita incluso: "¡Viva Sancho Abarka!", rey navarro y conde de Aragón que unificó
en la familia real nabarra ambos títulos como hemos visto.
En todos los valles altos fronterizos entre Alta Navarra y Aragón, se habló
euskera al menos hasta el siglo XVI, según la tesis doctoral del filólogo Juan
Carlos López-Mugartza (Universidad Pública de Navarra, El Periódico de Aragón
31/12/2007): "El euskera ha sido la lengua propia de los valles navarros
orientales y de los valles bearneses y aragoneses limítrofes hasta época
relativamente reciente" (…) en el Valle de Ansó "la presencia del euskera es
abrumadora”. Este valle contiguo al Ronkal, da nombre a una gran saga de reyes
nabarros, los Antso o Sancho.
El euskera de los baskones sobrevivió hasta épocas más recientes en Las Cinco
Villas de Aragón, territorio fronterizo con Alta Navarra, así en Uncastillo, por
ejemplo, se cantaba misa en euskera hasta mediados del siglo XIX.
También en Cinco Villas de Aragón, en Salvatierra de Esca, las autoridades pidieron una persona euskaldun como capellán en 1838: “ha de ser vascongado (que sepa euskera) para poder predicar, preguntar y confesar en vascuence, de otro modo no puede servir en esa villa”.
Como conclusión, y como dejó escrito el gran filólogo Joan Corominas
(Barcelona 1905-1997): “Los nombres de parentesco vasco en el Alto Aragón y en
el noroeste de Cataluña se encuentran en masa. Nos dedicaremos a estas comarcas:
Ribagorza, Valle de Arán, Pallars, Alto Urgell, Andorra y Cerdaña. En ellas y en
Aragón esos nombres (vascos) aparecen en masas tan grandes que ello nos da una
sensación de gran seguridad y nos aporta elementos de comparación lo bastante
numerosos para quitarnos a menudo todas las dudas” (…) “los vascos han
desempeñado un gran papel en el pastoreo pirenaico y no sólo los actuales vascos
de (Alta) Navarra, Soule (Zuberoa) y Vascongadas (Navarra Occidental) sino
también los antiguos pastores vascófonos nativos del Alto Aragón y los Altos
Pirineos gascones aún quizás del Pallars y el Valle de Arán, donde la muerte de
los idiomas prerromanos es mucho más moderna de lo que suele admitirse”.
[1] El primer conde de Barcelona impuesto por los francos fue el hispano-godo
Bera (801-820), que además era conde de Girona, Besalú (la Garrotxa), Rasés
(Rosellón-Limoux) y Conflent (Rosellón). El fundador de la dinastía que
gobernará la casa de Barcelona independiente de los francos será Wilfredo el
Velloso, con el que se independizan los catalanes de los francos, unificó los
condados catalanes y emitió moneda, murió en el año 898.
[2] Xemein “Garsea”, “el joven”, después transformado en Garcés o en el
romanzado García., descendiente de los Belasko, que sería, según K.Mitxelena, el
diminutivo (-ko) de “bele”, cuervo.
[3] Valle de Echó: Pueblos de Embún, Urdués y Siresa además de Santa Lucía,
hoy deshabitado. La primera noticia documental de este establecimiento se
encuentra en una donación de tierras efectuada en 833, concretamente el 25 de
noviembre, por Galindo Garcés (conde de Aragón entre el 833 y 844 hijo de García
Galíndez “El Malo”) y su esposa. El primer abad del monasterio fue Zacarías, que
organizó el monasterio de acuerdo con las reglas fijadas el 816 en un sínodo
celebrado en Aquisgrán (capital franca), inspiradas en la regla de Crodegando de
Metz. El Valle de Canfranc es conocido por el túnel de Somport que atraviesa los
Pirineos a Aspe (Ats-pe), Beárn, y las estaciones de Candanchú y Astún, Camino
de Santiago aragonés (Wikipedia).