LO QUE TODO NABARRO DEBE SABER (parte 3ª)
21. ¿Qué vínculos tenían las Provincias Vascongadas con los reyes de Nabarra?
Como hemos visto
originariamente pertenecía al Reino de Nabarra y estaban gobernadas por
representantes reales o tenentes. Tras la ocupación militar ilegal de esas
comarcas nabarras, llevada a cabo por el Reino de Castilla (y León), debemos
decir sin ningún tipo de duda que hasta el siglo XV todavía hubo partidarios de
la soberanía nabarra, pero finalmente la coacción, la imposición y especialmente
la colonización, hizo que se perdiera dicha política libertaria en la memoria
de sus habitantes. (…)
22. ¿Volvieron a depender de los monarcas nabarros?
Esta pregunta ya está
respondida con las anteriores, creemos que los lectores serán lo
suficientemente sabios como para responderla ellos mismos, pero… desde
Nabartzale Bilduma creemos que no desde el siglo XIV o XV, si contamos a la
Sonsierra de Nabarra.
23. ¿Hasta cuándo duró esta situación?
Ya está respondido con
anterioridad, pero repetimos que hasta el siglo XIV o XV.
24. Los nacionalistas vascos dicen que la separación de las Provincias
Vascongadas fue por la violencia de las armas, ¿ocurrió realmente así?
Indudablemente debemos
afirmar que sí, al menos en la mayoría de los casos, siendo en su totalidad ya
que otras fueron realizadas por la coacción bajo amenazas y otras mediante
sobornos.
25. También alegan los nacionalistas vascos que los reyes de Nabarra
fundaron varias ciudades en las actuales Provincias Vascongadas.
Eso es indudable, ya que
no solo lo hacen los nacionalistas vascos, sino también los soberanistas,
estatalistas, independentistas y legitimistas nabarros. Y no solo todos estos,
sino que también y más importante, lo hacen innumerables y diversos
historiadores, salvo claro está, aquellos que están en el reconocido entorno
colonial e imperial español.
26. ¿Por qué llaman los nacionalistas vascos a estos sucesos "criminales
actos de rapiña”?
Porque evidente lo son.
Incluso desde el estatalismo, soberanismo, independentismo y legitimismo
nabarro, creemos que son bastante benévolos o indulgentes con dicha explicación,
ya que fueron acciones ilegales, ilegítimas, criminales, violentas,
sanguinarias e imperialistas no carentes de genocidio explícito.
27. ¿Cómo se portaron las Provincias Vascongadas después de la definitiva
incorporación a Castilla?
Aterradas y sometidas se
puede afirmar que hubo de todo, incluso tuvieron pasajes de rebeldía como ya
hemos visto, que inclusive se ejecutaron con sanas intenciones de volver a
estar bajo el amparo de la soberanía de Nabarra.
Comenzando por el caso
de Bizkaia, el ya mencionado Diego López II de Haro titular del señorío de
Vizcaya, llegó a poseer los señoríos y gobiernos de la Bureba, Errioxa, La
Vieja Castilla de las Merindades, Belorado y otras tierras que junto a la
prestamería de Naiara, las cuales estaban antiguamente englobados dentro del
Reino de Nabarra. Bien, éste personaje histórico mostró una nueva cara en el
año 1201, se puede decir más pronabarra o quizás valdríamos decir
independentista, al renegar del Reino de Castilla y buscar refugio en la corte
de Sancho VII el Fuerte, rey de
Nabarra.
Esta sedición del Reino castellano le valió la confiscación de todos sus bienes, y tuvo como consecuencia directa para el Reino de Nabarra que las tropas castellanas sitiaran la ciudad de Lizarra, donde se encontraba el señor de Vizcaya bajo la protección del monarca nabarro durante el año 1202. La dama nabarra Blanca, intentó, sin conseguirlo, mediar con el rey castellano Alfonso VIII, realizando diversas vistas a la villa de Alfaro en el año 1203 y posteriormente a Campillo de Tarazona en el año 1204. Pero el monarca castellano no aceptó nada de lo expuesto por Blanca de Nabarra.
Finalmente, Diego
López II de Haro tuvo que dejar el Reino Pirenaico y buscar refugio con sus
parientes de León, mientras que las tropas castellanas tomaban el Señorío de
Vizcaya en el año 1205. Ya en el año 1212, con el perdón del rey de Castilla
bajo el brazo, el señor de Vizcaya encabezó un tercio del ejército cristiano en
la famosa batalla de Las Navas de Tolosa. Concretamente el tercio central, el
cual estaba formado por las tropas de Reino de Castilla.
Su hijo Diego López III de Haro, sobrino del rey Fernando III, sirvió con fidelidad al rey de Castilla y León entre los años 1237 y 1240. Intentó rebelarse en el año 1240 contra el rey Fernando III de Castilla y León desde su señorío de Vizcaya, de donde fue desterrado por dicho levantamiento. Después de distintas oposiciones, el rey de Castilla y León le perdonó, y nuevamente regresó al señorío de Vizcaya donde acabaría sus días, no sin antes realizar una nueva sublevación, siendo apresado por Alfonso hijo del monarca de Castilla y León. Posteriormente, lograría por segunda vez el perdón del rey de Castilla y León, manteniéndose al lado del castellano Fernando III hasta la muerte de éste, ocurrida en mayo del año 1252. El rey Alfonso X de Castilla y León, conservó para Diego López III de Haro el mismo cargo que le había devuelto su padre, que era el importante cargo de Alférez del Estandarte Real del Reino de Castilla y León, demostrándose de nuevo su sumisión al imperio castellano-leonés.
En abril del año 1282, Sancho IV fue nombrado rey de Castilla, estando casado con una hermana de la mujer del nuevo señor de Vizcaya, Lope Díaz IV de Haro, por lo cual, el titular del señor de Vizcaya se emparentaba con el titular del Reino de Castilla y León. Esto no impidió, que el nuevo señor de Vizcaya mostrara un continuo enfrentamiento con el rey de Castilla y León, que le conllevaría finalmente morir a manos de un caballero castellano, tras intentar asesinar al mismísimo rey de Castilla y León, en una reunión que mantuvieron en Alfaro durante el año 1288.
Tras la muerte dada a Lope Díaz IV de Haro, los ánimos bélicos entre el señorío de Vizcaya y el Reino de Castilla y León, no se calmaron por parte castellana. Así, su hijo Diego López IV de Haro se unió a los Reinos de Nabarra y de Aragón para combatir al rey Sancho III de Castilla y León, posicionándose junto a estos por Alfonso de la Cerda, pero la campaña militar contra las fortalezas castellanas no le fue propicia para Diego López IV de Haro, y estas fueron cayendo en manos castellanas junto a varios pueblos enmarcados en el señorío de Vizcaya, siendo los más destacables Labastida, Orduña y Balmaseda.
Durante el reinado de Alfonso
XI de Castilla y León, éste intentó hacerse con la propiedad del señorío de
Vizcaya a base cuantiosas sumas de dinero sin lograrlo. María Díaz I de Haro,
renunció en el año 1334 al señorío de Vizcaya en beneficio del marido de su
nieta María Díaz II de Haro, llamado Juan Núñez de Lara. Ese mismo año Alfonso
XI de Castilla y León, intentó apoderarse del señorío de Vizcaya, declarándose
en la práctica una verdadera guerra civil entre los partidarios del Reino y los
del señorío.
Definitivamente las tropas del señor de Vizcaya tuvieron que retirarse hasta San Juan de Gaztelugatxe. Esta era una posición estratégica que servía para vigilar y controlar el mar. El señor de Vizcaya, Juan Nuñez de Lara, junto a varios caballeros y sus mesnadas se atrincheraron en la fortaleza a orillas del Cantábrico. Entre ellos se encontraban los bermeanos Juan de Mendoza y Martín de Arostegi. Resistieron una y otra vez las feroces y violentas acometidas del rey castellano durante más de un mes, lo que obligó al monarca castellano-leonés a retirarse, pero eso sí, dejando a su ejército en pie de guerra. Pero la seriedad y osadía de los sitiados, obligó la posterior retirada, de manera definitiva, de las tropas castellanas.
Juan Núñez de Lara y Alfonso XI de Castilla y León, firmaron la paz a efecto de concertaron, abdicando el rey castellano de sus pretensiones sobre el señorío de Vizcaya en María Díaz II de Haro, mujer de Juan Núñez de Lara. La hija de estos, Juana Núñez I de Lara, estaba casada con el hijo natural del rey castellano, Tello, y sería la titular del señorío de Vizcaya al morir su hermano a los cinco años. Su enlace matrimonial facilitó la paz dentro del señorío de Vizcaya hasta la guerra civil que se produjo por el trono de Castilla y León, entre Enrique y Pedro, algo que ya hemos comentado anteriormente.
En enero del año 1367, teniendo como telón de fondo la guerra civil dentro del Reino de Castilla y León, Carlos II de Nabarra y el príncipe Negro, Eduardo de Gales, como ya hemos dicho, firmaron una alianza con Pedro I de Castilla y León en Libourne. El apoyo anglo-nabarro en la defensa de los derechos de Pedro I como rey de Castilla-León, tenía como contraprestación, recordemos, la devolución de las comarcas de Araba, Errioxa y Gipuzkoa al Reino de Nabarra, mientras que algunos lugares de la costa de cantábrica (vizcaína y cántabra) fueron prometido al inglés Eduardo de Woodstock, más conocido como el príncipe Negro. Por otro lado Tello alcanzaría la independencia del Reino de Castilla y León para el resto de Bizkaia bajo protección inglesa. Como ya hemos matizado antes, Pedro I de Castilla y León incumplió parte de lo pactado en Libourne. Concretamente al señor Tello de Vizcaya. Dicho incumplimiento le supuso la retirada del apoyo militar de nabarros e ingleses.
También hubo fricciones
y enfrentamientos entre las gentes castellanas de Gipuzkoa y las gentes
nabarras a lo largo de esa frontera impuesta por el imperialismo castellano
entre los siglo XIII y XV. Esto fue debido a que se ocasionaron fuertes problemas sociales al tener que dividir los
ancestrales pastos comunales entre dos Estados. A la frontera de esa época se
le llamó y se le sigue apodando como la
frontera de malhechores. Las familias más poderosas de la comarca de
Gipuzkoa en ese periodo se dividieron en
dos, oñacinos y ganboinos. Los primeros eran los partidarios de mantenerse
dentro de Castilla y León, estando encabezados por los Oñaz, los cuales
progresaron en esa Corte. Por otro lado los adeptos a volver a su Estado
original, Nabarra, encabezados por los Ganboa, como ya hemos visto en la
pregunta número 20.
Ya en el siglo XVI todos
los nobles castellanos de las comarcas de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, están al
servicio del incipiente Reino de España y carecen totalmente de un sentido
político patrio propio, o sencillamente nabarro. Por otro lado no debemos
olvidar que las gentes llanas de esas comarcas originariamente nabarras, que se
encuentraban bajo innegable coacción imperial española, se vieron obligadas un
gran número de ellas a invadir el Reino de Nabarra en el año 1512 junto al
resto de tropas españolas, bajo el
mandato directo de sus señores, los cuales claramente son fieles y leales a la cruzada
española en ese siglo.
28. ¿No pertenece a esta época lo ocurrido en la famosa batalla de
Beotíbar?
Así es. La Batalla
de Beotibar fue uno de los episodios más sangrientos entre nabarros y
guipuzcoano-castellanos en la conocida como frontera de malhechores. Los
guipuzcoano-castellanos, oñacinos ellos, habían ocupado en el año 1321 la
población nabarra de Gorriti y su castillo. El gobernador de Nabarra, que por
aquel entonces era el francés Ponz de Mortagne, quiso recuperarlo y a la vez
escarmentar a los guipuzcoano-castellanos con numerosa huestees encabezadas por
el merino de las Montañas, Juan López de Urroz, y el merino de Tierra Estella, el
francés Dru de Saint Pol, a las que se unieron las huestes de varios ricoshombres y
gentes de concejos. Tras recuperar Gorriti la
expedición nabarra remontó los puertos de Urto y San Antón entrando en
Guipúzcoa (Reino de Castilla y León), e incendiaron Berastegi. Cuando se acercaban al valle del Oria, concretamente
en el desfiladero de Beotibar, las tropas franco-nabarras fueron derrotadas por
los hombres oñacinos de Gil López de Oñaz. Perecieron en la batalla el alférez
del Reino de Nabarra, Martín de Aibar y dos de sus
hijos. También los dos merinos, junto a muchos nabarros y franceses.
Esta victoria guipuzcoano-castellana,
dio lugar a numerosas canciones populares posteriores, aún conservadas, y a la
danza que se baila todavía hoy día en la villa de Tolosa en el día de San Juan.
29. ¿Tuvo después grandes reyes Nabarra por su calidad humana y política?
El Estado de Nabarra,
constituido políticamente como un Reino, ha tenido innumerables reyes. Todos
ellos, en mayor o menor medida, han tenido cosas buenas y malas, siempre
encuadradas o enmarcadas a cada periodo histórico que les tocó vivir. Pero por
otro lado, desde Nabartzale bilduma si queremos destacar a dos reinas de
Nabarra. Estas reinas son Margarita de Nabarra, reina consorte de Enrique II de
Nabarra (1516-1555) y a su hija Juana III de Nabarra (1555- 1572), ya que el gran
trabajo humanista y nabarrista que llevaron a cabo desembocó en la aparición
del primer libro escrito en la lengua de los nabarros, la Lingua Navarrorum o euskara. Este reconocimiento es necesario y
obligado para cualquier patriota nabarro, pero sin dejar de lado a todos
aquellos Jefes de Estado que reivindicaron la devolución de las tierras
ocupadas por los españoles, ya que con esa seria política territorial quisieron
recuperar la total unidad del Pueblo vascón o nabarro. Tampoco podemos, ni
debemos, olvidarnos de aquellos reyes que mantuvieron la independencia del
Reino de Nabarra ante las continuas agresiones militares de los imperios
colonialistas vecinos.
30. ¿Cómo perdió Nabarra su independencia?
Por las acciones
militares, obviamente violentas e ilegales, llevadas a cabo por los Reinos de
España (inicialmente Castilla y León junto a Barcelona y Aragón) y de Francia,
las cuales en la mayoría de los casos fueron amparadas por el cristiano Estado
Pontificio de Roma o Vaticano.