Como los borbones no son reyes de Nabarra ni príncipes de
Biana
Aitzol Altuna Enzunza,
Galdakao-Nabarra
http://arturorojillo.blogspot.com.es/2014/06/como-los-borbones-no-son-reyes-de.html
El testamento de Enrique III de Nabarra y IV de Francia, está en los archivos
de Versalles. En él, el bearnés deja bien claro que el Reino de Nabarra es de
sus mayores y lo diferencia en el mismo, yendo la sucesión legítima a Isabel de
Albret y Foix, hermana de Enrique II el Sangüesino. Información facilitada por Valentín
Ciaurriz.
Manifiesto del rey Enrique III de Nabarra y IV de Francia: En el año 1607, según un documento del Parlament de Paris.A.N. Registre X1A-8646 Fº 43, Enrique III de Nabarra y IV de Francia decide no incorporar Nabarra, Bearne, Donezan y Flandes a la Corona francesa.
“(…) Y sin embargo la sincera afección que nosotros portamos hace nuestra muy querida y amada única, y el cuidado de pagar a nuestros acreedores a los cuales nosotros y nuestro predecesores reyes de Nabarra y duques de Vedome habíamos vendido e hipotecado varias partes y porciones del patrimonio para poseer nuestra casa y futuro particular nosotros hemos retenido declarar esta unión; al contrario por nuestras cartas patentes del 13 de abril de 1590 hemos ordenado que nuestro dominio antiguo tanto de nuestro reino de Nabarra, soberanía de Bearne y de Donezan, país bajo de Flandes que nuestros ducados, condados, vizcondados, tierras y señorías enclavadas en este reino fuese y permaneciese desunido, distraído y separado de nuestra corona de Francia sin poder entrar comprendido ni mezclado si no es ordenado más tarde, o que Dios nos halla hecho esta gracia de darnos linaje y quisiéramos poder y a este fin para no cambiar el orden y formas observadas en a conducta y mantenimiento de el nuestro dominio habíamos declarado nuestra intención que fuese llevado y administrado por personas distintas, así que como había estado antes de nuestro advenimiento a la Corona. Y sobre las dificultades que nuestra corte del Parlamento de París hacía de proceder a la verificación de dichas cartas.”
Negativa indiscutible de Louis de Bourbon (Luis XIII de Francia e hijo Enrique III “el bearnés” o el “nabarro”): El día 19 de septiembre del año 1610, Louis de Bourbon efectúa públicamente en el parlamento de Nabarra-Bearne, su negativa incuestionable e irrefutable, de aceptar el rango de príncipe de Biana. Dicho acto, le hizo perder a él y sus descendientes, el derecho a posterior de ser monarcas de Nabarra.
Por ello, “(…) Viéndose y cumplido las leyes emanadas
por la monarquía Nabarra, el rango de Príncipe de Biana queda en la dinastía de los
Albret. Es demostrable, que el rango de Príncipe de Biana obtenido por el
monarca Enrique III de Nabarra, lo fue por herencia de su madre Juana de
Albret, titular de la monarquía Nabarra”. Internacional Court of Justice;
The Hague, Netherlands, 9 page, May 2005.
El llamado Tratado de
Paz de los Pirineos se produjo después de 24 conferencias llevadas a cabo entre
Luis de Haro (familia de los traidores a Nabarra) y el Cardenal italiano
Mazarino en 1659 (que era la persona que realmente mandaba esos años en
Francia, la primera potencia mundial para entonces); el Tratado fue ratificado
por el compromiso matrimonial contraído entre el rey Luis XIV de Francia, “el
rey Sol” (nieto de Enrique III “el bearnés”), y la infanta española Mª Teresa
hija del rey Felipe IV de España (primo-hermano suyo por doble línea).
Fue Monseñor de Olce el obispo que ofició la boda en la iglesia de Donibane Lohitzune o San Juan de Luz -en poder de Francia-, cuya puerta de salida se tapió para que nadie más pasara por ella. Para sellar el pacto-boda, se celebró por poderes en la Iglesia de Hondarribia -en poder de España- una segunda ceremonia.
En el mismo tratado, el rey de Francia, que también lo era, supuestamente, de Nabarra, renunció a sus derechos sobre el viejo reino y aceptó la actual frontera pirenaica, pero siguió usando el título de “rey de Francia y Nabarra” hasta casi la Revolución Francesa.
El primer Borbón en gobernar España, Felipe V de Anjou tras una lucha por lo
corona, en el Tratado de Utrecht de 1714 que puso fin a la sucesión dinástica,
renunció ante su abuelo el rey Luis XIV de Francia a sus posibles derechos
sobre las coronas de Francia y Nabarra para ser reconocido como rey de “las
Españas”, aunque estos supuestos derechos eran inexistentes en el caso de
Nabarra, separados ambos reinos por su tatarabuelo Enrique III “el bearnés”,
siendo la soberanía francesa como la española una simple invasión y
colonización para ambos reyes, que no les daba derecho sucesorio alguno.