PATRIMONIO BASKÓN Y NABARRO EN EL DURANGUESADO II (ABADIÑO,
BERRIZ, ATXONDO Y ELORRIO)
Aitzol Altuna Enzunza,
Galdakao-Nabarra
http://lehoinabarra.blogspot.com.es/2014/12/patrimonio-baskon-y-nabarro-en-el.html
Una de las leyendas más conocidas del duranguesado cuenta como Doña Urraca,
hija del rey de Nabarra Sancho VI “el Sabio”, se casó en el año 1172 con D.
Pedro Ruiz, señor de la casa de Muntsaratz de Abadiano, municipio cercano a la
villa de Durango, a medio camino entre Elorrio y el puerto de Kanpazar,
puerto que conecta el duranguesado con el alto Deba, la antigua tenencia
nabarra de Aitzorrotz. El hijo mayor de Doña Urraca y D. Pedro, de nombre Ibon,
era el destinado a ser el heredero, pero era odiado por su hermana menor,
Mariurrika. Un día, en el que ambos hermanos se encontraban en el monte Anboto,
mientras Ibon dormía después de comer, movida por el odio y la envidia,
Mariurrika arrojó a su hermano con la ayuda de una criada por las verticales
paredes de la montaña. A su regreso, Mariurrika aseguró que su hermano se había
despeñado él solo. Acosada por la conciencia, una noche se presentaron en
Muntsarantz los Ximelgorris o genios diabólicos, desde entonces desapareció y
se dice que habita en las cuevas del monte Anboto, morada de la Dama o diosa
madre.
Escudo linaje Muntsaratz en su palacio renacentista, siglo XVI. |
Existe otra leyenda nabarra en el duranguesado sobre una bella doncella repudiada por leprosa por el pueblo y encerrada en el pozo maloliente de Zaldibar, la cual fue curada de la lepra por las propias aguas medicinales y salvadas finalmente del pozo por el infante Ramiro, hijo de Sancho de Nabarra.
EL patrimonio baskón y nabarro de la comarca es muy interesante y abundante (s. VI-XII):
1. Torre de Muntsaratz (Abadiño): Casa-torre del siglo IX, totalmente transformada en un palacio renacentista. Su primera referencia es precisamente el testamento de Doña Urraca del 2 de octubre de 1212:
“...y mando la mi torre Palacio y Solar al mi fijo Pero Ruiz con todas dibisas, Señorío y maiora del dicho Solar, y con las ferrerías, moleras, montes, castaños, manzanales, losas, casales, tributos con huertas parros, con rentas, casas de Alaba, y viñas de Treviño...”. En este palacio nació Fray Juan de Zumarraga (1468-1548), primer obispo de México.
2. Ermita Andra Mari de Muntsaratz (Abadiño): Una estela tabular procedente de la ermita San Vicente de Bikendi del fondo del valle que se conserva en la ermita Andra Mari de Muntsaratz, empotrada en uno de sus altares laterales con texto inscrito y representaciones antropomorfas de las pocas que hay en Bizkaia. Se ha datado del siglo X. En la ermita de Andra Mari hay otra estela procedente de la ermita de Santa Eufemia.
3. Ermita de Santa Eufemia Irazola (Abadiño): Ermita en ladera frente a las sepulturas de Argiñeta, Etxeberria, Mendraka o Berrio. Se hallaron losas al arar las tierras que nos indican la existencia de una necrópolis.
4. San Miguel de Irure (Abadiño): En la misma vertiente que la de Santa Eufemia se encontraba la ermita de San Miguel de Irure, de la que hoy sólo quedan los escombros tras demolerse en 1795. En 1634 Gonzalo Otalora escribió que en dicha ermita: “hay muchos sepulcros de piedra en lomas y altos de los campos y uno entre todos con una piedra grande con una inscripción sobre el allí enterrado como en las anteriores”.
5. San Torcuato de Abadiño: Iglesia donde se halló una estela tabular labrada de piedra arenisca de forma trapezoidal, con una inscripción y una cruz latina encima. Otros sepulcros se han perdido, como el descrito por José Ramón Iturriza y Garate (Berriz 1741-Munitibar 1812) con su fecha de construcción: MCCXXXII de la Era Hispana, que nos lleva a 1194, época del capitel de la ermita. Hay varios abades de San Torcuato o “San Torcax” de Abadiño (donde el topónimo remarca que era una abadía) confirmando documentos desde el siglo XI: en el de 1051 en la donación de Santa María de Axpe (“Munius Abadiensis”), aparece otro abad en 1082 en un documento de San Vicente de Ugarte (“Albaro de Abadiano”) y el abad Sancho en 1093 en la donación de la ermita de Alboniga (Bermeo) de doña Triclo.
6. San Martín de Gaztelua (Abadiño): Se ubica en Gaztelumendi en Santamañazar, en el barrio de Gaztelua. En los alrededores de la ermita de San Martín se localizaron 4 estelas epigráficas similares a las demás encontradas en el duranguesado. Según denota el topónimo, en la cima pudo haber un castillo de paso entre Elorrio y Zaldibar. No se han excavado una posible necrópolis en función de las sepulturas en lajas aparecidas al arar la tierra.
7. San Agustín de Etxebarria (Elorrio): Construida por D. Munio Sancio y Doña Leguntia sobre el año 1053, la primera iglesia o “monasterio” (de construcción laica) en un valle en toda Bizkaia: “ecclessia quod dicitur monasterio varria”, y a la que dotan de manzanales, agros, campos, montes, fuentes y pastos desde “Olabeeçar” a “Marcoçubi” e incluso le dan la ermita de Memaia. Con estas construcciones de iglesias en los llanos, el reino baskón trató de hacer bajar a parte de la población de las laderas donde vivían -cerca de los mejores pastos-, así como de potenciar el tamaño de las anteiglesias, para aumentar la población, el comercio y la defensa del reino.
8. San Adrián de Argiñeta (Elorrio): Alrededor de esta ermita se han depositado estelas de los siglos VII y VIII y sepulturas monolíticas desde el siglo IX recogidas de diferentes lugares del duranguesado. Se está excavando en la actualidad un poblado altomedieval en sus cercanías.
9. Ermita Andra Mari de Gazeta (Elorrio): Monte Intxorta. Ermita renacentista, pero con sepulturas de fosa simple con piedras verticales altomedievales.
10. San Esteban de Berrio (Elorrio): Monte Santamañazar -Santa Marina Zahar-, Santa Gallega relacionada con el Camino de Santiago, en este caso secundario. Ermita actual de San Esteban del siglo XVI, tiene restos de sepulturas altomedievales de los siglos X al XII. Algunas losas y un sepulcro monolítico fueron llevados a Argiñeta. En el documento de 1053 de San Agustín de Etxebarria de Elorrio aparece confirmado entre otros por “Acenari Sançoiz e Berrio”. El berriztarra José Ramón Iturriza (s. XVIII) nos dio testimonio de toda la arquitectura de la comarca conservada en su tiempos, en esta ermita nombra 2 sepulcros y una veintena de lápidas altomedievales.
11. Santa Catalina de Berriozabal (Elorrio): En el monte Santamañazar. Existen de época baskona dos sepulcros descritos por José Ramón Iturriza y una lápida mojonera cerca de la ermita de Santa Catalina (de estilo neoclásico).
12. Santa Eufemia de Santamañazar (Elorrio): En otra ermita del mismo barrio y dedicada también a Santa Eufemia, hay otra lápida datada del siglo X con la inscripción más habitual en la comarca de “in dei nomine ego”, más el nombre correspondiente (“Centule” en este caso).
13. San Bartolomé de Miota (Elorrio): También en Santamañazar. En el documento de 1053 de San Agustín de Etxebarria de Elorrio aparece confirmado entre otros por “Nnuto Miotaco” y su mujer “Urrana”. En el lado sur de la ermita hay dos sepulcros monolíticos de arenisca y otros dos en el oeste. En el altar se recuperaron en unas obras de reconstrucción dos bloques de arenisca, uno era una estela discoidal de motivo astral, quizás una trísquela de época romana, y un altar cuadrangular altomedieval.
14. Santa Cruz de Memaia (Elorrio): Entre Elorrio y Atxondo en el monte Santa Marina o Santamañe está la ermita de Santa Cruz de Memaia junto a otra de Santa Marina, cercana ésta última a la original derruida. En el documento de 1053 se menciona un “monaterium quod dicitur Memaia”. Ambas ermitas parecen datar del siglo X tras unas excavaciones llevadas a cabo por Agustín Azkarate y en función de una necrópolis hallada con sepulturas en lajas, solas o con muro y de fosa simple, bajo la iglesia medieval de la ermita de Santa Cruz. Un sillar de arenisca con cruz griega incisa y escritura de cuatro líneas rescatada que fue datado del siglo X. También apareció una ventana tosca monolítica. En Santa cruz de Memaia los lugareños de finales del siglo XX aseveraban que usaron muchas de las lajas para la construcción de aguas desde la “nevera" a la fuente de la plaza del pueblo.
Esta tradición de la “Santa Cruz” esconde otro rito pagano anterior. El hecho es que a finales de abril los mozos de muchos pueblos talan aún hoy un haya, lo podan y lo colocan en lugar determinado para que permanezca allí el mes de mayo, se llama la “maiatza” (también se hace lo mismo el 8 de septiembre). Se cree que así se preservan tierras y viviendas de posibles daños, sobre todo del pedrisco y de las tormentas que descargan sus temibles rayos contra el haya, suelen ser lugares de las llamadas “líneas ley” relacionadas con el magnetismo terrestre.
15. Santa Marina de Memaia (Elorrio): En el monte Santa Marina-Santamañe (Elorrio), a 200 metros de la anterior. Según el historiador José Ramón Iturriza, de la misma provienen varios sepulcros usados en la cañería de la plaza de Elorrio como en el caso anterior y una lápida que se conserva en la ermita de San Roque en arenisca e inscrita.
16. Santo Tomás de Mendraka (Elorrio): Cerca de San Adrián de Argiñeta, hay otras 43 sepulturas de fosas variadas excavadas en tierras: tumbas labradas, tumbas con lajas verticales, sin tapa y con una tapa a dos aguas como en Argiñeta o con más de una lajas a modo de cubierta. Altomedievales.
17. San Miguel Arcángel (Garai): Construida en el siglo XVI sobre otra anterior, tiene categoría de parroquia pero depende de la de San Torcuato de Abadiño. En ésta ermita de las primeras advocaciones baskonas llegada desde Aralar en el siglo XI, se ha hallado a su alrededor una necrópolis, la cual es el paradigma de las “necrópolis de Oiz”. Una variedad de todo tipo de sepulturas de fosa cubierta con una o varias losas, sepulturas en lajas etc. En 1793, según el historiador Juan Ramón Iturriza tenía 29 sepulturas en su interior.
18. San Juan Bautista de Momoitio (Garai): En la zona de la ermita de San Juan Bautista del siglo IX (reconstruida totalmente siglos después), se han hallado 113 sepulturas de los siglos II al XIV. En ellas se han hallado 14 estelas funerarias e incluso terra sigilata de época romana, también 3 anillos y 25 cuentas de collar, con ritos paganos (hogueras y cenizas sobre todo) y cristianos. En época romana, sobre el siglo II después de Cristo, en este entorno de San Juan de Momoitio se asentó una población probablemente tras la desocupación del cercano recinto fortificado de Tromoitio, sito sobre el actual Garai, que hasta ese momento les había servido de poblado, según comenta la propia página del ayuntamiento. Sería una de las necrópolis altomedievales más importantes del duranguesado y de Bizkaia. Gracias a las estelas que señalaban las tumbas, conocemos los nombres de algunos de los primeros pobladores de Durango: Aostarri, Hoitarri, Munnio, Sempronio o Anterazoni. Uno de los sarcófagos de San Juan Bautista está en la cercana ermita de Santa Catalina.
19. San Pedro de Apatamonasterio: Valle de Atxondo, en las faldas del monte Anboto. En tiempos de Iturriza existían 4 sepulcros monolíticos en los alrededores del templo de San Pedro (uno de ellos era doble), de los que sólo se conservan dos altomedievales: uno trapezoidal y cabecera interior redondeada y un segundo reutilizado en el cementerio de la iglesia.
20. San Martín de Marzana (Atxondo): Ermita en Axpe-Marzana del siglo XVI. Pero tiene una estela discoidea con el nombre de un difunto en euskera, “Enego”, de los siglos X-XI.
21. Ermita de Santiago Axpe (Atxondo): Cerca de la ermita de Santiago, a 200 metros, Juan E. Delmas, Iturriza y otros, señalaron la existencia de un sepulcro de arenisca aún existente similar a los descritos, sería trapezoidal con la cabecera interior redondeada.
22. San Juan de Axpe (Atxondo): En la ermita de San Juan existe otra sepultura similar a la anterior, trapezoidal con la cabecera interior redondeada.
El mencionado historiador Iturriza en su libro “Historia general de Bizkaia” dice que la casa solar de Marzana fue fundada por Ordoñez en tiempos de Sancho Abarca que reinaba en Nabarra (s. X), casándose Dª Mª de Belasko con Juan Martínez de Leiba. El primer historiador bizkaíno García Salazar (s. XV) atribuye el origen al solar de Ibarguen, de donde venían los Marzana casados con los Leiba después.
23. San Juan Bautista de Murgoitio (Berriz): En Santamañazar y próxima a Miota. Ermita de San Juan Bautista del siglo XVI. Existen noticias diversas del siglo XVII sobre restos funerarios en su entorno como sepulcros dobles similar a uno de los existentes en Argiñeta. No está excavada.
24. San Juan Evangelista de Berriz: Iglesia parroquial en el monte Oiz. El historiador Juan E. Delmas (1820-1892 Bilbao) e Iturriza señalan que hay sepulcros y lápidas en sus alrededores. Iturriza señala la construcción y la fundación de la iglesia por los feligreses del siglo XII de la que apenas quedan algunos detalles como una “impostilla taqueada”.
25. Santa María de Andikona (Berriz): ermita del Monte Oiz. Iglesia en estilo gótico tardío. Las lápidas sepulcrales descritas por Iturriza, así como losas funerarias llevadas a los caseríos del lugar, nos retrotraen a la Alta Edad Media. Según Bernardo Estornés Lasa en la “Enciclopedia Ilustrada del País vasco Auñamendi”, nuestra señora de Berriz de Andikona es también una virgen románica, podría ser la quinta de Bizkaia junto a las arratianas de Arantzazu y Artea, la de Galdakano y la de Lekeitio.
26. La ermita de San Pedro y San Fausto en Eiatua en Berriz sería también altomedieval, pero no se ha excavado.
27. San Pedro de Legaño (Berriz): Unas recientes excavaciones en el 2011 han encontrado restos altomedievales en esta ermita, los más antiguos posiblemente del siglo XI, se trata de una cubierta monolítica horadada, una parte de un sarcófago, unas tapas de un sepulcro, una estela, sepulturas de lajas, un encajonado y dos ataúdes de madera.
En esta misma ermita, en 2014 han aparecido otras 19 sepulturas de entre los
siglos IX y XII, por tanto de cuando los baskones occidentales aún estábamos
dentro de nuestro Estado. Asegura el arqueólogo de la excavación que: “Los cuerpos estaban enterrados con la
cabeza hacia el oeste, en dirección a donde sale el sol, y los pies hacia el
este. Estamos hablando de una época precristiana, en la que regían unas
creencias concretas hacia el fuego. Prueba de ello es que a la altura de la
cabeza de los enterrados hemos encontrado piedras con un orificio por el que
introducían cenizas dentro de la sepultura. No sabemos por qué, pero se repite
en todas”.