Reescribir la historia
Joxe Iraurgi. Lekeitio (NABARRA)
“Debo empezar por afirmar, en primer lugar, que la visión de nuestros pueblos originarios, en nada, se identifica con ninguna de las lecturas de la historia oficial y, en segundo lugar, que a esa vieja historia contada y escrita por los colonizadores le faltan los capitulos que hoy están escribiendo los pueblos americanos y los procesos sociales de nuestro continente.” Julio Isaías Rodríguez. Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en el Reyno de España.
Reescribir la historia: Es lo que están haciendo ahora mismo varios países de “América Latina” en especial los integrantes del “ALBA”, hace unos meses estuvo en la Universidad de Leioa, Bizkaia ( NABARRA) para disertar sobre este tema el Sr. Julio Isaías Rodríguez de cuya ponencia realizada por el mismo he tomado como referencia para escribir el artículo en cuestión, aprovechando las similitudes en gran medida dadas en las conquistas y genocidios realizadas por el imperialismo tanto en los países del ALBA como en nuestra patria Nabarra.
Debo empezar por afirmar, en primer lugar, que la visión de nuestro pueblo originario, en nada, se identifica con ninguna de las lecturas de la historia oficial y, en segundo lugar, que a esa vieja historia contada y escrita por los conquistadores y colonizadores del imperio franco- español-vaticanista, le faltan los capítulos que casi mil años después florece a la realidad.
Hoy todavía la historiografía oficial, bien pagada por supuesto, mantiene la tesis de la integración voluntaria en una unión pacífica de un destino en lo universal. La realidad es otra muy diferente, fue una conquista y genocidio permanente cometido por el imperialismo franco-español-vaticanista, la destrucción de uno de los Reinos-Estado más avanzados de Europa y del mundo, y uno de los saqueos más aberrantes y despiadados de toda la historia de la humanidad.
En la historiografía oficial la resistencia de los nabarros fue borrada totalmente.- La conquista y la colonización fueron para España-Francia y el Vaticano actos pacíficos, donde supuestamente se respetaron todos los derechos humanos y presuntamente fue aceptada pacíficamente.
En todo caso, fue de esta manera como en Nabarra se implantó un régimen feudal que no encajó, substituyendo la legislación del “Derecho Pirenaico antes leyes y ciudadanos que reyes y vasallos” por el derecho romano verticalista hoy vigente. Algo que no encaja con la realidad de nuestro pueblo, es un lastre vergonzoso de la esclavitud.
La conquista por etapas del Reyno de Nabarra fue la salvación de esos restos del feudalismo que quedaban especialmente en España. La mejor apuesta para tratar de evitar que desapareciera. Pasó a ser el “santo grial” de esa atrasada sociedad española de aquel momento. Nabarra vino a cumplir entonces esa misión, y al mismo tiempo, a punta de espadas y de cruz, sirvió para impedir que las relaciones de servidumbre desaparecieran totalmente de la historia de Nabarra. Esto no lo cuenta la historia oficial.
Mientras tanto, ¿Qué sucedía en la Nabarra independiente y solidaria? Éramos un estado avanzado cuyo común denominador era una sociedad equitativa donde se podía diferenciar el “vivir bien” de esto que ahora se conoce como “vivir mejor”. La pureza de sus tradiciones y su vida, arraigadamente comunitaria, no les llevaba a competir individualmente. Para los nabarros de aquella época el “vivir bien” era actuar en comunidad y, en consecuencia, vivir con lo que se cree, vivir con lo que se siente, vivir en armonía con la naturaleza y ser recíprocos con ella.
Esta filosofía se contrapone al way of life capitalista de “vivir mejor” es una concepción lineal del “progreso capitalista” que transcurre entre la producción y la acumulación ilimitada de riquezas, obligándonos todo el tiempo a competir; a tener más, a compararnos unos con los otros, a tratar de ser mejores que nuestro prójimo y a colocarnos en una constante situación de tener que pasar eternamente por encima de los demás seres humanos, sin ética de ninguna clase.
Los fundamentos de esta actitud se encontraban en los sistemas de valores elaborados durante la Edad Media, en relación con la raza y religión. La Europa cristiana representaba no sólo un área religiosa sino un ámbito cultural. La palabra “cristianismo” representaba, más que una religión, una cultura, una filosofía que por lo demás adquirió su mayor rigor en España. Por ello el Estado Vaticano es el auténtico soporte intelectual e ideológico de los dos estados más absolutistas y genocidas de Europa como son España y Francia.
Consumados los despojos, los reyes de España y Francia pasan a ser los únicos que conceden derechos sobre las tierras. Pero no solo sobre las tierras, sino sobre todo lo que existiera sobre ella: bestias, bosques, ciudades, culturas, arte, belleza, naturaleza y, por supuesto, los seres humanos que se encontrarán encima de ella. La propiedad pasó a ser una gracia, una merced del rey. Este como estaba ungido por la gracia de Dios y el apoyo incondicional del Estado Vaticano y por su emperador el Papa además de la infabilidad del mismo.
Para terminar quiero destacar como era la visión cultural que nuestro estado tenia. La cultura en Nabarra era tal y como nos la explica nuestro compatriota y ex Profesor de la Universidad de Cambridge, Jon Oria Oses: "Cultura no es más que cultivar lo que ya existe, mantenimiento de lo que ya está, protección de lo que ya preexiste, que si va a avanzar, va a ser porque estamos protegiendo la historia, la literatura, protegiendo todo hasta las plantas y los animales del planeta, porque en esto, somos terriblemente anticulturales, cuando destruimos algo, lo que sea. Nabarra fue y es para mí nuestro Estado, el del Pueblo Baskón y su cultura, por ello vamos a proteger lo que sabemos, lo que tenemos, lo que funciona. A mí lo que más me extraña que algunas tribus americanas hayan funcionado veinte siglos simplemente protegiendo lo que tienen, hay que avanzar, sí, pero protegiendo. “SHAKESPEARE” afirmó en su día que Nabarra seria la maravilla del Mundo, simplemente porque tenía unas academias que estudiaban y traducían, que enfatizaban en lo que ya se conocía y que estaban sobre lo seguro y no por experiencia que no sabían lo que iba a pasar".
Traigo a colación esta pequeña serie de datos anecdóticos y muy significativos extraídos de la web de Nabarlur, sobre lo que supuso el Reyno de Nabarra que el imperialismo franco-español-vaticanista además de sus fieles colaboracionistas autóctonos impiden que sepamos nuestra verdadera historia.
1530-1620 Esplendor en la corte Nabarra de Pau.
1545 Etxepare con el apoyo de Enrique II publica el primer libro en euskara.
1550 Testamento de Carlos I de España que trata sobre la devolución de Navarra a sus legítimos reyes.
1567 Felipe II de España consigue ante el Papa Pió V, la segregación de la diócesis de Baiona de las poblaciones al sur del Bidasoa.
1571 Joanes Leizarraga publica el Nuevo Testamento en euskara con el patrocinio de la reina Joana III de Nabarra donde por primera vez hace referencia a Euskal Herria.
1572 Asesinato en Paris de la reina Joana III. Masacre de protestantes en “la noche de San Bartolomé”.
1589 Enrique III de Nabarra, tras la muerte de Enrique III de Francia se convierte al catolicismo para poder ser coronado como Enrique IV de Francia. Autor de la frase “París bién vale una misa”
1594 W. Shakespeare termina su obra “Trabajos de amor perdido” ambientada en la corte de Pau en la que su frase más célebre dice: “Navarra maravillara al mundo”.
1598 Edicto de Nantes. Enrique III (IV de Francia) proclama la libertad de religión y conciencia.
1602 Bilbao releva a Bermeo como capital de Bizkaia.
1610 Asesinato de Enrique III (IV de Francia) en Paris a manos del Jesuita Ravaillac. Le sucede su hijo Luis (XIII de Francia). Las cortes de Nabarra no lo consideran heredero legítimo por no haber sido educado en la corte Navarra.
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2010/12/30
2010/12/28
Iruinea, diciembre de 2010
Iñigo Saldise Alda
El Poder y su Memoria
Soberanía de Navarra
En el Archivo Real y General de Navarra existente en el solar donde en su día estuvo el Palacio Real de Nabarra de Iruñea, podemos visitar la exposición que lleva por título Poder y Memoria, en la cual se incluyen diferentes cartularios Reales provenientes de los archivos de Pau e Iruñea. Esta exposición está abierta desde el pasado 25 de noviembre de 2010, hasta el 6 de febrero de 2011. Esta exposición está relaciona de manera directa con las actividades organizadas desde las instituciones españolas impuestas en la Nabarra residual o reducida con motivo del V Centenario, en 2012, de la conquista ilegal del Reino de Nabarra por parte de los ejércitos españoles capitaneados por el Duque de Alba y el Arzobispo de Zaragoza.
La investigación científica de la misma, está centrada en el estudio de algunos cartularios Reales(1) que permanecen conservados en los archivos de Iruñea y de Pau, ciudades que en su día fueron capitales del Reino soberano de Nabarra y que hoy día, están sometidas por diferentes instituciones políticas y judiciales ajenas al Pueblo-Nación de Nabarra.
Esta investigación fue financiada por los fondos de la cooperación franco-española. Concretamente las ayudas que encauzan el Gobierno de la Comunidad Foral-y Española-de Navarra por un lado, y del Conseil Régional-Française-d´Áquitaine por otro. Este plan ha sido desarrollado desde las Universidades Públicas de Navarra, Pau et des Pays de l’Adour, el Archivo Real y General de Navarra, el Departamental de Pyrénées Atlantiques, sin olvidarnos también de la colaboración del Conseil General-Française-des Pyrénées Atlantiques y del Arzobispado de Pamplona, que ha dado como resultado esta exposición en la que se muestran 37 documentos cuidadosamente seleccionados y la urna del siglo XIX con el corazón del Rey Carlos II de Nabarra.
En esta muestra o exposición, si contamos con el necesario rigor crítico en materia política y somos capaces de leer entrelineas, lograremos comprobar que toda ella denota un importante signo o carácter nacionalista, principalmente español, pero también incluso francés. La exposición se centra el las Dinastías francesas que reinaron en Nabarra, la Champaña, la Capeta, la Evreux y las propias de nuestro País como la Foix-Grally y la de Albret, a las que también dan la nacionalidad francesa de forma intencionada en el último bloque de la exposición, como asi lo firman la historiadora francesa Véronique Lamazou-Duplan y la historiadora española Eloísa Ramírez Vaquero, en el pequeño librillo que podemos adquirir de forma gratuita en la entrada de dicha exposición:
“El último bloque presenta el final de las dinastías francesas en Navarra, punto de partida de memorias distintas, reivindicaciones y olvidos. En 1512, los últimos reyes privativos de Navarra conservaron en Pau una parte de sus archivos, aquellos relacionada con la reivindicación del reino o, sobre todo, con la gestión de sus posesiones francesas”.
Con este párrafo, estas historiadoras intentan justificar sus numerosos olvidos e incluso justificar sus pequeñas aportaciones en materia política dentro de la exposición, especialmente aquellas que están relacionadas con la ilegal conquista del Reino de Nabarra acaecida entre los años 1512-1530. Ocultan la unidad existente entre Nabarra-Bearne desde el año 1484(2) y ratificada en varias ocasiones hasta el año 1510(3), pero lo más llamativo y sangrante para nosotros los nabarros y nabarras, es el premeditado olvido de la Reina Juana III de Nabarra más que probable por su confesión protestante o mejor dicho nabarrista y de su hijo Enrique III de Nabarra, el cual accedería posteriormente al trono de Francia como Henri IV de France, pero sin unir nunca ambos Estados(4) a semejanza de la Dinastía Capeta y cuyos manuscritos y/o cartularios demostraran sin ningún tipo de duda, que nunca olvidaron el contencioso político, militar y jurídico existente contra el Reino de España por la brutal e ilegal conquista de las tierras surpirenaicas del Reino de Nabarra.
Con todo esto quiero dejar claro la intrínseca relación existente entre el Poder y la Memoria, y como es esta última manipulada por aquellos que ostentan en la actualidad el poder y el sometimiento a los nabarros y nabarras, exclusivamente para el mantenimiento de sus intereses imperialistas y colonialistas, ajenos siempre al bienestar y la política del Estado de Nabarra.
NOTAS
1. Cartularios Reales. Manuscritos medievales que pueden tener la forma de libro o de rollo, que contienen en su mayoría transcripciones de documentos originales relativos a la Fundación, los Privilegios y los Derechos legales de los establecimientos eclesiásticos, municipales, asociaciones, instituciones o familias.
2. “El matrimonio de Catalina de Foix, reina de Navarra, señora de Bearne y condesa de Foix, con Juan II de Albret, III de Navarra, celebrado en 1484, puso en sus manos los dominios de las Casas de Foix y Bearne añadidos al Viejo Reino”. Víctor Manuel Arbeloa Muru en la página 7 de su obra titulada LA CORTE PROTESTANTE DE NAVARRA (1527-1563); revista Panorama nº 20, 1992, la cual era promocionada y distribuida por el Fondo de Publicaciones del Gobierno de Navarra (Departamento de Presidencia).
3. Proyecto de confederación realizado en febrero de 1510 entre los Estados Generales de Bearne y las Cortes de Navarra. Anexo que aparece en la página 355 del libro de Álvaro Adot Lerga que lleva por título JUAN DE ALBRET Y CATALINA DE FOIX O LA DEFENSA DEL ESTADO NAVARRO (1483-1517), 2005; Editado por Pamiela.
4. “Enrique IV de Francia, III de Navarra, decide en Rouen el 31 de diciembre de 1596 no incorporar Navarra a los dominios de la corona de Francia”. Tomás Urzainqui Mina en la página 179 de su obra NAVARRA SIN FRONTERAS IMPUESTAS, 2002; Editorial Pamiela. “En julio de 1607, Enrique IV de Francia y III de Navarra, decidió incorporar sus dominios a la corona, salvo Navarra, Bearne, el Donezan y el país de Flandes”. Tomás Urzainqui Mina en la página 180 de su obra NAVARRA SIN FRONTERAS IMPUESTAS, 2002; Editorial Pamiela.
El Poder y su Memoria
Soberanía de Navarra
En el Archivo Real y General de Navarra existente en el solar donde en su día estuvo el Palacio Real de Nabarra de Iruñea, podemos visitar la exposición que lleva por título Poder y Memoria, en la cual se incluyen diferentes cartularios Reales provenientes de los archivos de Pau e Iruñea. Esta exposición está abierta desde el pasado 25 de noviembre de 2010, hasta el 6 de febrero de 2011. Esta exposición está relaciona de manera directa con las actividades organizadas desde las instituciones españolas impuestas en la Nabarra residual o reducida con motivo del V Centenario, en 2012, de la conquista ilegal del Reino de Nabarra por parte de los ejércitos españoles capitaneados por el Duque de Alba y el Arzobispo de Zaragoza.
La investigación científica de la misma, está centrada en el estudio de algunos cartularios Reales(1) que permanecen conservados en los archivos de Iruñea y de Pau, ciudades que en su día fueron capitales del Reino soberano de Nabarra y que hoy día, están sometidas por diferentes instituciones políticas y judiciales ajenas al Pueblo-Nación de Nabarra.
Esta investigación fue financiada por los fondos de la cooperación franco-española. Concretamente las ayudas que encauzan el Gobierno de la Comunidad Foral-y Española-de Navarra por un lado, y del Conseil Régional-Française-d´Áquitaine por otro. Este plan ha sido desarrollado desde las Universidades Públicas de Navarra, Pau et des Pays de l’Adour, el Archivo Real y General de Navarra, el Departamental de Pyrénées Atlantiques, sin olvidarnos también de la colaboración del Conseil General-Française-des Pyrénées Atlantiques y del Arzobispado de Pamplona, que ha dado como resultado esta exposición en la que se muestran 37 documentos cuidadosamente seleccionados y la urna del siglo XIX con el corazón del Rey Carlos II de Nabarra.
En esta muestra o exposición, si contamos con el necesario rigor crítico en materia política y somos capaces de leer entrelineas, lograremos comprobar que toda ella denota un importante signo o carácter nacionalista, principalmente español, pero también incluso francés. La exposición se centra el las Dinastías francesas que reinaron en Nabarra, la Champaña, la Capeta, la Evreux y las propias de nuestro País como la Foix-Grally y la de Albret, a las que también dan la nacionalidad francesa de forma intencionada en el último bloque de la exposición, como asi lo firman la historiadora francesa Véronique Lamazou-Duplan y la historiadora española Eloísa Ramírez Vaquero, en el pequeño librillo que podemos adquirir de forma gratuita en la entrada de dicha exposición:
“El último bloque presenta el final de las dinastías francesas en Navarra, punto de partida de memorias distintas, reivindicaciones y olvidos. En 1512, los últimos reyes privativos de Navarra conservaron en Pau una parte de sus archivos, aquellos relacionada con la reivindicación del reino o, sobre todo, con la gestión de sus posesiones francesas”.
Con este párrafo, estas historiadoras intentan justificar sus numerosos olvidos e incluso justificar sus pequeñas aportaciones en materia política dentro de la exposición, especialmente aquellas que están relacionadas con la ilegal conquista del Reino de Nabarra acaecida entre los años 1512-1530. Ocultan la unidad existente entre Nabarra-Bearne desde el año 1484(2) y ratificada en varias ocasiones hasta el año 1510(3), pero lo más llamativo y sangrante para nosotros los nabarros y nabarras, es el premeditado olvido de la Reina Juana III de Nabarra más que probable por su confesión protestante o mejor dicho nabarrista y de su hijo Enrique III de Nabarra, el cual accedería posteriormente al trono de Francia como Henri IV de France, pero sin unir nunca ambos Estados(4) a semejanza de la Dinastía Capeta y cuyos manuscritos y/o cartularios demostraran sin ningún tipo de duda, que nunca olvidaron el contencioso político, militar y jurídico existente contra el Reino de España por la brutal e ilegal conquista de las tierras surpirenaicas del Reino de Nabarra.
Con todo esto quiero dejar claro la intrínseca relación existente entre el Poder y la Memoria, y como es esta última manipulada por aquellos que ostentan en la actualidad el poder y el sometimiento a los nabarros y nabarras, exclusivamente para el mantenimiento de sus intereses imperialistas y colonialistas, ajenos siempre al bienestar y la política del Estado de Nabarra.
NOTAS
1. Cartularios Reales. Manuscritos medievales que pueden tener la forma de libro o de rollo, que contienen en su mayoría transcripciones de documentos originales relativos a la Fundación, los Privilegios y los Derechos legales de los establecimientos eclesiásticos, municipales, asociaciones, instituciones o familias.
2. “El matrimonio de Catalina de Foix, reina de Navarra, señora de Bearne y condesa de Foix, con Juan II de Albret, III de Navarra, celebrado en 1484, puso en sus manos los dominios de las Casas de Foix y Bearne añadidos al Viejo Reino”. Víctor Manuel Arbeloa Muru en la página 7 de su obra titulada LA CORTE PROTESTANTE DE NAVARRA (1527-1563); revista Panorama nº 20, 1992, la cual era promocionada y distribuida por el Fondo de Publicaciones del Gobierno de Navarra (Departamento de Presidencia).
3. Proyecto de confederación realizado en febrero de 1510 entre los Estados Generales de Bearne y las Cortes de Navarra. Anexo que aparece en la página 355 del libro de Álvaro Adot Lerga que lleva por título JUAN DE ALBRET Y CATALINA DE FOIX O LA DEFENSA DEL ESTADO NAVARRO (1483-1517), 2005; Editado por Pamiela.
4. “Enrique IV de Francia, III de Navarra, decide en Rouen el 31 de diciembre de 1596 no incorporar Navarra a los dominios de la corona de Francia”. Tomás Urzainqui Mina en la página 179 de su obra NAVARRA SIN FRONTERAS IMPUESTAS, 2002; Editorial Pamiela. “En julio de 1607, Enrique IV de Francia y III de Navarra, decidió incorporar sus dominios a la corona, salvo Navarra, Bearne, el Donezan y el país de Flandes”. Tomás Urzainqui Mina en la página 180 de su obra NAVARRA SIN FRONTERAS IMPUESTAS, 2002; Editorial Pamiela.
El Socialismo pirenaico frente al Social-imperialismo
El Socialismo pirenaico frente al Social-imperialismo.
Alots Gezuraga, Errigoiti (Nabarra)
La Revolución Industrial inglesa ahondó las diferencias entre las clases sociales, convirtiendo a la burguesía en modernos terratenientes industriales que poseían todos los medios de producción y a los obreros, convertidos éstos en modernos collazos o criados (el proletariado como los llamaba Marx, pues aportaban “la prole”, la mano de obra).
Frente a esta realidad, el socialismo preconizaba el interés colectivo frente al privado, la propiedad colectiva de los medios de producción para lograr una sociedad donde no existan diferencias económicas o sociales y donde todos los individuos se pudieran desarrollar como seres humanos con una educación, sanidad, etc., gratuita.
El socialismo se dividió en numeroso grupos, los más representativos son los utópicos (hoy inexistentes prácticamente), los científicos o comunistas (marxistas revolucionarios), los anarquistas y los socialdemócratas. Éstos últimos, de cariz moderado y reformista, aceptan el parlamentarismo plural del que participan con otras tendencias políticas como vía para acceder al poder político y transformar o atemperar las estructuras de la sociedad capitalista, partidos que el mismo Marx impulsó al reorientar la lucha comunista a la creación de partidos obreros; al llegar al poder, los socialdemócratas han actuado como simples reformistas moderados e incluso, en muchos casos, como verdaderos partidos de derechas.
En lo que respecta a nuestro país, pese a lo que se cree, la colonizadora izquierda socialista española –el “social imperialismo”- cuajó tardíamente y muy poco a poco entre su masa inmigrante de la margen izquierda de la ría bilbaína. En 1915 la afiliación del PsoE era de 710 miembros en Bizkaia, 216 en Gipuzkoa, 30 en Alaba y 12 en Alta Nabarra y en descenso, siendo inexiste otros partidos de izquierda españoles. Por tanto, los “social imperialistas” se introdujeron en nuestro país a través de la margen izquierda de la ría bilbaína y los colonos que en ella se asentaron, tras ser suprimidas militarmente las leyes forales tras la primera Guerra Carlista, pero tomaron fuerza muy tardíamente, en los tiempos en el que el gran caudillo español, Francisco Franco, decidió imitar políticas estalinistas basadas en la limpieza político-étnica mediante la inmigración masiva de colonos a las “provincias traidoras” de Bizkaia y Gipuzkoa, llegando a superar, en el caso de Bizkaia, el 50% de la población los inmigrantes de esa región en los años 70.
La izquierda siempre ha aceptado el derecho de autodeterminación de los pueblos, salvo la izquierda de los Estados imperialistas. El PsoE por ejemplo, además de negar el derecho de autodeterminación para nuestro pueblo, hoy dice que se debe de hablar de “ciudadanos” y no de “pueblos” pues estos ya no tienen sentido, demostrando así su verdadera cara: si no hay pueblo que haga de contrapeso al gobierno desaparece la dualidad democrática, no hay democracia o “gobierno del pueblo” (definición de democracia que intentan esconder), un gobierno sin pueblo y con “ciudadanos” es la base del fascismo.
En Lan Deia llamado “Eusko Lurra número 61” de 1961 se decía ya que en el País Vasco el llamado “internacionalismo” y el “socialismo” ha designado abusivamente una vulgar variante de cosmopolitismo burgués, engendro que constituye en nuestro país un puro y simple camuflaje del nacionalismo español. El internacionalismo del proletario acabó tras conseguir unas pequeñas concesiones del “capital”, y las Guerras Mundiales hicieron que los trabajadores lucharan entre ellos con los capitalistas de sus naciones, pues los pueblos, las naciones, siempre han sido en el ser humanos motivos de unión más poderosos que los económicos.
¿Está una persona de izquierdas más cerca de un imperialista que de otro ciudadano de su pueblo que lucha por nuestra libertad? ¿Hay algo más de “izquierdas” –progresista y democrático- que luchar por la libertad de un pueblo? Los partidos de una verdadera izquierda (que no es el caso del social-imperialismo), no olvidan que no se puede liberar a la clase trabajadora de un país colonizado sin primero liberar el país: el problema nacional es el primer problema social y el primer problema social es el problema nacional.
Un nabarro de izquierdas sólo podrá ser socialista-nabarro si primero libera a nuestro país del imperialismo, si antepone o iguala la lucha obrera a la liberación nacional, está engrosando las filas del social-imperialismo. Por tanto, luchar por la libertad nacional es luchar por el socialismo, pues la primera imposición y explotación que sufre un obrero nabarro, es la imposición y explotación del imperialismo.
En nuestro país, durante siglos, ha funcionado un socialismo popular, democrático y participativo que podríamos llamar “Socialismo pirenaico”, el cual no encaja con ningún otro pensamiento socialista más que en lo básico: participación democrática, justicia social y una mayor igualdad social. Su base era el ancestral derecho pirenaico que se convertía en la compilación de leyes que nuestros mayores llamaban Fueros.
El primer carlismo -foralista hasta el tuétano- es hijo de esa forma de socialismo del “auzolan”, de los Concejos, de una mayor igualdad social, de una mayor participación política del pueblo, por tanto, mucho más democrática que los posteriores modelos impuestos, sin que ello fuera contra las tradiciones, pues éstas ideas eran las tradiciones. El arraigo en toda la sociedad vasca de la época del Socialismo pirenaico era prácticamente del 100% (sólo en San Sebastián venció el liberalismo, pero incluso éstos eran foralistas entre los vascos).
Nadie más autorizado para hablarnos sobre este modelo social que el propio Karl Marx que en el año 1854 en el "New York Daily Tribune" comentaba: "El carlismo no es un puro movimiento dinástico y regresivo, como se empeñaron en decir y mentir los bien pagados historiadores liberales. Es un movimiento libre y popular en defensa de tradiciones mucho más liberales y regionalistas que el absorbente liberalismo oficial, plagiado por papanatas que copiaban a la Revolución Francesa. Los carlistas defendían las mejores tradiciones jurídicas españolas (sic), las de los fueros y las cartas legítimas que pisotearon el absolutismo monárquico y el absolutismo centralista del Estado liberal. Representaban la patria grande, como suma de las patrias locales. Con sus peculiaridades y tradiciones propias.
No existe ningún país en Europa que no cuente con restos de antiguas poblaciones que han sido atropellados por el devenir de la Historia, estos sectores son los que representan la contrarrevolución frente a la revolución que imponen las minorías del poder. En Francia lo fueron los bretones y en España de un modo mucho más voluminoso y nacional, los defensores de D. Carlos.
El tradicionalismo carlista tenía unas bases auténticamente populares y nacionales de campesinos, pequeños hidalgos y clero. En tanto que el liberalismo estaba encarnado en el militarismo, el capitalismo (las nuevas clases de comerciantes y especuladores), la aristocracia latifundista y los intelectuales secularizados, que en la mayoría de los casos pensaban con la cabeza francesa o traducían –embrollado- de Alemania"(1).
Una verdadera izquierda nacional nabarra, ha de confluir necesariamente con esas costumbres participativas y democráticas propias del derecho pirenaico, que fue el día a día de nuestro pueblo y que los nabarros conseguimos defender desde la invasión de nuestro Estado durante siglos frente al imperialismo, incluido el “social imperialismo” (socialista o comunista), y que no nos pudieron arrebatar los imperialistas franceses y españoles sino mediante un reguero de sangre en varias guerras y varias dictaduras.
El socialismo nabarro debe de tirar de este hilo si quiere tener raigambre en nuestra tierra sin perder su sentido nacional: el auzolan, una gran autogestión de barrios y municipios, los Concejos de los valles y de las tierras comunales, las Juntas de las merindades, incluso su versión más actual del cooperativismo impulsado por el foralista y “tradicionalista” Arizmendiarrieta…en fin, el socialismo nacional debe de basarse en el derecho pirenaico.
NOTA
1. Cita de Carlos Marx recogida de “La revolución en España 1.808-1843” traducida por Andrés Nin. Editorial Cénit, Compañía Iberoamericana de Publicaciones, Madrid 1.929 y que recoge las crónicas enviadas por el autor a los periódicos Nueva Gaceta Renana en 1.849 y al New York Dayli Tribune, en 1.854. Esta cita fue reproducida en el diario ABC de Madrid, en el contexto de un artículo firmado por el escritor fascista J. E. Casariego: Don Carlos y la Historia de España e Hispanoamérica, y por la revista Tradición de Santander, en un artículo firmado por Sagitarius, mayo-junio 1.961 (pág. 36).
Alots Gezuraga, Errigoiti (Nabarra)
La Revolución Industrial inglesa ahondó las diferencias entre las clases sociales, convirtiendo a la burguesía en modernos terratenientes industriales que poseían todos los medios de producción y a los obreros, convertidos éstos en modernos collazos o criados (el proletariado como los llamaba Marx, pues aportaban “la prole”, la mano de obra).
Frente a esta realidad, el socialismo preconizaba el interés colectivo frente al privado, la propiedad colectiva de los medios de producción para lograr una sociedad donde no existan diferencias económicas o sociales y donde todos los individuos se pudieran desarrollar como seres humanos con una educación, sanidad, etc., gratuita.
El socialismo se dividió en numeroso grupos, los más representativos son los utópicos (hoy inexistentes prácticamente), los científicos o comunistas (marxistas revolucionarios), los anarquistas y los socialdemócratas. Éstos últimos, de cariz moderado y reformista, aceptan el parlamentarismo plural del que participan con otras tendencias políticas como vía para acceder al poder político y transformar o atemperar las estructuras de la sociedad capitalista, partidos que el mismo Marx impulsó al reorientar la lucha comunista a la creación de partidos obreros; al llegar al poder, los socialdemócratas han actuado como simples reformistas moderados e incluso, en muchos casos, como verdaderos partidos de derechas.
En lo que respecta a nuestro país, pese a lo que se cree, la colonizadora izquierda socialista española –el “social imperialismo”- cuajó tardíamente y muy poco a poco entre su masa inmigrante de la margen izquierda de la ría bilbaína. En 1915 la afiliación del PsoE era de 710 miembros en Bizkaia, 216 en Gipuzkoa, 30 en Alaba y 12 en Alta Nabarra y en descenso, siendo inexiste otros partidos de izquierda españoles. Por tanto, los “social imperialistas” se introdujeron en nuestro país a través de la margen izquierda de la ría bilbaína y los colonos que en ella se asentaron, tras ser suprimidas militarmente las leyes forales tras la primera Guerra Carlista, pero tomaron fuerza muy tardíamente, en los tiempos en el que el gran caudillo español, Francisco Franco, decidió imitar políticas estalinistas basadas en la limpieza político-étnica mediante la inmigración masiva de colonos a las “provincias traidoras” de Bizkaia y Gipuzkoa, llegando a superar, en el caso de Bizkaia, el 50% de la población los inmigrantes de esa región en los años 70.
La izquierda siempre ha aceptado el derecho de autodeterminación de los pueblos, salvo la izquierda de los Estados imperialistas. El PsoE por ejemplo, además de negar el derecho de autodeterminación para nuestro pueblo, hoy dice que se debe de hablar de “ciudadanos” y no de “pueblos” pues estos ya no tienen sentido, demostrando así su verdadera cara: si no hay pueblo que haga de contrapeso al gobierno desaparece la dualidad democrática, no hay democracia o “gobierno del pueblo” (definición de democracia que intentan esconder), un gobierno sin pueblo y con “ciudadanos” es la base del fascismo.
En Lan Deia llamado “Eusko Lurra número 61” de 1961 se decía ya que en el País Vasco el llamado “internacionalismo” y el “socialismo” ha designado abusivamente una vulgar variante de cosmopolitismo burgués, engendro que constituye en nuestro país un puro y simple camuflaje del nacionalismo español. El internacionalismo del proletario acabó tras conseguir unas pequeñas concesiones del “capital”, y las Guerras Mundiales hicieron que los trabajadores lucharan entre ellos con los capitalistas de sus naciones, pues los pueblos, las naciones, siempre han sido en el ser humanos motivos de unión más poderosos que los económicos.
¿Está una persona de izquierdas más cerca de un imperialista que de otro ciudadano de su pueblo que lucha por nuestra libertad? ¿Hay algo más de “izquierdas” –progresista y democrático- que luchar por la libertad de un pueblo? Los partidos de una verdadera izquierda (que no es el caso del social-imperialismo), no olvidan que no se puede liberar a la clase trabajadora de un país colonizado sin primero liberar el país: el problema nacional es el primer problema social y el primer problema social es el problema nacional.
Un nabarro de izquierdas sólo podrá ser socialista-nabarro si primero libera a nuestro país del imperialismo, si antepone o iguala la lucha obrera a la liberación nacional, está engrosando las filas del social-imperialismo. Por tanto, luchar por la libertad nacional es luchar por el socialismo, pues la primera imposición y explotación que sufre un obrero nabarro, es la imposición y explotación del imperialismo.
En nuestro país, durante siglos, ha funcionado un socialismo popular, democrático y participativo que podríamos llamar “Socialismo pirenaico”, el cual no encaja con ningún otro pensamiento socialista más que en lo básico: participación democrática, justicia social y una mayor igualdad social. Su base era el ancestral derecho pirenaico que se convertía en la compilación de leyes que nuestros mayores llamaban Fueros.
El primer carlismo -foralista hasta el tuétano- es hijo de esa forma de socialismo del “auzolan”, de los Concejos, de una mayor igualdad social, de una mayor participación política del pueblo, por tanto, mucho más democrática que los posteriores modelos impuestos, sin que ello fuera contra las tradiciones, pues éstas ideas eran las tradiciones. El arraigo en toda la sociedad vasca de la época del Socialismo pirenaico era prácticamente del 100% (sólo en San Sebastián venció el liberalismo, pero incluso éstos eran foralistas entre los vascos).
Nadie más autorizado para hablarnos sobre este modelo social que el propio Karl Marx que en el año 1854 en el "New York Daily Tribune" comentaba: "El carlismo no es un puro movimiento dinástico y regresivo, como se empeñaron en decir y mentir los bien pagados historiadores liberales. Es un movimiento libre y popular en defensa de tradiciones mucho más liberales y regionalistas que el absorbente liberalismo oficial, plagiado por papanatas que copiaban a la Revolución Francesa. Los carlistas defendían las mejores tradiciones jurídicas españolas (sic), las de los fueros y las cartas legítimas que pisotearon el absolutismo monárquico y el absolutismo centralista del Estado liberal. Representaban la patria grande, como suma de las patrias locales. Con sus peculiaridades y tradiciones propias.
No existe ningún país en Europa que no cuente con restos de antiguas poblaciones que han sido atropellados por el devenir de la Historia, estos sectores son los que representan la contrarrevolución frente a la revolución que imponen las minorías del poder. En Francia lo fueron los bretones y en España de un modo mucho más voluminoso y nacional, los defensores de D. Carlos.
El tradicionalismo carlista tenía unas bases auténticamente populares y nacionales de campesinos, pequeños hidalgos y clero. En tanto que el liberalismo estaba encarnado en el militarismo, el capitalismo (las nuevas clases de comerciantes y especuladores), la aristocracia latifundista y los intelectuales secularizados, que en la mayoría de los casos pensaban con la cabeza francesa o traducían –embrollado- de Alemania"(1).
Una verdadera izquierda nacional nabarra, ha de confluir necesariamente con esas costumbres participativas y democráticas propias del derecho pirenaico, que fue el día a día de nuestro pueblo y que los nabarros conseguimos defender desde la invasión de nuestro Estado durante siglos frente al imperialismo, incluido el “social imperialismo” (socialista o comunista), y que no nos pudieron arrebatar los imperialistas franceses y españoles sino mediante un reguero de sangre en varias guerras y varias dictaduras.
El socialismo nabarro debe de tirar de este hilo si quiere tener raigambre en nuestra tierra sin perder su sentido nacional: el auzolan, una gran autogestión de barrios y municipios, los Concejos de los valles y de las tierras comunales, las Juntas de las merindades, incluso su versión más actual del cooperativismo impulsado por el foralista y “tradicionalista” Arizmendiarrieta…en fin, el socialismo nacional debe de basarse en el derecho pirenaico.
NOTA
1. Cita de Carlos Marx recogida de “La revolución en España 1.808-1843” traducida por Andrés Nin. Editorial Cénit, Compañía Iberoamericana de Publicaciones, Madrid 1.929 y que recoge las crónicas enviadas por el autor a los periódicos Nueva Gaceta Renana en 1.849 y al New York Dayli Tribune, en 1.854. Esta cita fue reproducida en el diario ABC de Madrid, en el contexto de un artículo firmado por el escritor fascista J. E. Casariego: Don Carlos y la Historia de España e Hispanoamérica, y por la revista Tradición de Santander, en un artículo firmado por Sagitarius, mayo-junio 1.961 (pág. 36).
2010/12/26
Iruinea, diciembre de 2010
Iñigo Saldise Alda
Dependencia política
Soberanía de Navarra
El término de dependencia es sinónimo al de subordinación. Así pues, cuando desde los diferentes ámbitos estatalistas nabarros nos referimos a dependencia en materia política, nos estamos refiriendo a la subordinación total que presentan ciertos agentes políticos existentes muchos de ellos dentro del ámbito denominado abertzale, con respecto a las leyes e instituciones impuestas dentro de nuestro territorio por los imperios español y francés. En lo referente a esas instituciones impuestas hay que saber que también dependen a su vez, de otras instituciones imperiales que ostentan mayor importancia y valor dentro de esos Estados.
Esta dependencia o subordinación a los imperios español y francés, al igual que cualquier otro tipo de dependencia, está íntimamente afectada con la debilidad ideológica en materia político-histórica dentro de nuestra sociedad, la cual genera o produce una gran y alarmante pasividad, la cual es falsamente denominada pactista, ya que realmente es colaboracionista, siendo incentivada y estimulada por los altos dirigentes de esos agentes políticos dependientes, que ocupan o quieren ocupar cargos en esas instituciones realmente extranjeras para los nabarros y nabarras-ya se sabe, dame pan y dime tonto-buscando continuamente la complicidad de sus respectivas bases, que en muchos de los casos permanecen engañadas bajo falsas promesas de independencia, sin olvidarnos de la alarmante inmadurez filosofo-política existente entre nosotros, más concretamente en la relacionada o concerniente a la materia de política suprema; es decir, la relacionada con nuestro Estado de Nabarra. Esto es debido en gran medida a la colonización mental existente entre nosotros tras la invasión y ocupación militar de nuestro territorio, junto a la consiguiente conquista con genocidio, más la colonización brutal que sufrió y sufre el Pueblo-Nación de Nabarra, tras la suplantación forzosa de nuestras leyes o Fueros y la eliminación violenta de nuestras Instituciones.
Así pues, esta dependencia política con respecto al Reino de España y/o la República de Francia, es una situación clara de entera sujeción, lo que supone un total estancamiento a cualquier ideario independentista, soberanista o estatalista nabarro. En esta actual situación de dependencia política, nuestra voluntad libertaria se encuentra totalmente limitada o quizás ciertamente anulada, ya que dentro de esas instituciones imperiales españolas y francesas, jamás podremos tomar decisiones fundamentales, incluida la de nuestra necesaria emancipación y anhelada independencia. Recordemos que el concepto político de dependencia se opone directa y frontalmente al de independencia.
Esta dependencia política, más concretamente en lo que corresponde a la interrelación asimétrica actual, existente entre los Estados español y/o francés con o esos agentes antes mencionados, queda parcial o mejor dicho totalmente al final subordinada a los dirigentes y a las conveniencias de las metrópolis de Madrid y Paris, con lo que sus recursos quedan siempre al servicio de dichos imperios. Para nosotros los nabarros y nabarras esta sangrante dependencia política actual que nos vemos obligados a soportar, como cualquier otro sistema de intercambio asimétrico, es totalmente inaceptable, ya que conlleva la consiguiente dependencia económica y cultural, que acelera de forma consciente o inconsciente nuestra colonización y sin ninguna duda legitima nuestra esclavitud.
Dependencia política
Soberanía de Navarra
El término de dependencia es sinónimo al de subordinación. Así pues, cuando desde los diferentes ámbitos estatalistas nabarros nos referimos a dependencia en materia política, nos estamos refiriendo a la subordinación total que presentan ciertos agentes políticos existentes muchos de ellos dentro del ámbito denominado abertzale, con respecto a las leyes e instituciones impuestas dentro de nuestro territorio por los imperios español y francés. En lo referente a esas instituciones impuestas hay que saber que también dependen a su vez, de otras instituciones imperiales que ostentan mayor importancia y valor dentro de esos Estados.
Esta dependencia o subordinación a los imperios español y francés, al igual que cualquier otro tipo de dependencia, está íntimamente afectada con la debilidad ideológica en materia político-histórica dentro de nuestra sociedad, la cual genera o produce una gran y alarmante pasividad, la cual es falsamente denominada pactista, ya que realmente es colaboracionista, siendo incentivada y estimulada por los altos dirigentes de esos agentes políticos dependientes, que ocupan o quieren ocupar cargos en esas instituciones realmente extranjeras para los nabarros y nabarras-ya se sabe, dame pan y dime tonto-buscando continuamente la complicidad de sus respectivas bases, que en muchos de los casos permanecen engañadas bajo falsas promesas de independencia, sin olvidarnos de la alarmante inmadurez filosofo-política existente entre nosotros, más concretamente en la relacionada o concerniente a la materia de política suprema; es decir, la relacionada con nuestro Estado de Nabarra. Esto es debido en gran medida a la colonización mental existente entre nosotros tras la invasión y ocupación militar de nuestro territorio, junto a la consiguiente conquista con genocidio, más la colonización brutal que sufrió y sufre el Pueblo-Nación de Nabarra, tras la suplantación forzosa de nuestras leyes o Fueros y la eliminación violenta de nuestras Instituciones.
Así pues, esta dependencia política con respecto al Reino de España y/o la República de Francia, es una situación clara de entera sujeción, lo que supone un total estancamiento a cualquier ideario independentista, soberanista o estatalista nabarro. En esta actual situación de dependencia política, nuestra voluntad libertaria se encuentra totalmente limitada o quizás ciertamente anulada, ya que dentro de esas instituciones imperiales españolas y francesas, jamás podremos tomar decisiones fundamentales, incluida la de nuestra necesaria emancipación y anhelada independencia. Recordemos que el concepto político de dependencia se opone directa y frontalmente al de independencia.
Esta dependencia política, más concretamente en lo que corresponde a la interrelación asimétrica actual, existente entre los Estados español y/o francés con o esos agentes antes mencionados, queda parcial o mejor dicho totalmente al final subordinada a los dirigentes y a las conveniencias de las metrópolis de Madrid y Paris, con lo que sus recursos quedan siempre al servicio de dichos imperios. Para nosotros los nabarros y nabarras esta sangrante dependencia política actual que nos vemos obligados a soportar, como cualquier otro sistema de intercambio asimétrico, es totalmente inaceptable, ya que conlleva la consiguiente dependencia económica y cultural, que acelera de forma consciente o inconsciente nuestra colonización y sin ninguna duda legitima nuestra esclavitud.
Estado de Nabarra. AQUÍ Y AHORA
J.M.Unzueta
Estado de Nabarra. AQUÍ Y AHORA
Soberanía de Navarra
“Cuanto más negra está la noche, más cerca está el amanecer.” Refrán árabe, muy utilizado por el que fuera líder carismático palestino, Yaser Arafat
Si hay algo que venimos insistiendo desde estas páginas, en aras de una política real para nuestro país, es en la necesidad de concentrar todas las fuerzas posibles en un solo punto estratégico: Su propio Estado independiente. Acción antagónica, obviamente, de cuanto pretenden las fuerzas ocupantes hispano-francesas.
Si observamos serenamente el panorama político nacional, reconocemos con rapidez un déficit creciente de nuestras posiciones, consecuencia lógica de una calamitosa aplicación del enorme potencial popular, como muy pocos pueblos pueden tener, abandonado a la espontaneidad y generosidad sin límites que exhibe repetidamente.
El nacionalismo hispano-francés, por su lado, prosigue sin reparo moral alguno, y con paso firme, el camino trazado hacia uno de sus objetivos prioritarios, esto es, la liquidación pura y simple de la identidad cultural y política de los vascos mediante la baja funcional de toda seña institucional derivada del único Estado que históricamente nos hemos dado: Nabarra. Uno de los medios que los estados invasores aplican con verdadera saña, apoyados en su poco cuestionado monopolio militar y de violencia, es el de la propaganda política basada en la desinformación. El desarrollo tecnológico de los mass-media hace el resto. Con suma facilidad convierten a buena parte de sus pueblos oprimidos, alienados con brutalidad y "olvidados" de sus intereses, en fuerza ciega y aliada a favor de objetivos que sólo buscan sacar dichos pueblos de la historia, haciéndoles perder hasta su otrora reconocida condición de respetables sujetos políticos. Esta "unidad" así lograda aparece con gran claridad cuando el conflicto desborda "sus fronteras" y se instala en escenarios tan amplios como lejanos.
Los tres o cuatro escenarios en guerra abierta que monopolizan el "bombardeo" mediático de los dos últimos años nos han aportado diariamente datos y más datos en el sentido apuntado. Es así que hemos presenciado, por ejemplo, cómo ha sido orientado nuestro pueblo en su totalidad a posicionarse de forma lineal, unitaria y tan incondicional como efímera. Cautivos de una explosiva mezcla de asombro e impotencia, hemos esperado vanamente que alguna voz pública, libre, joven, lozana , se pronunciase ofreciendo un análisis antiimperialista en profundidad como corresponde a un pueblo invadido, ocupado y ninguneado internacionalmente cual es el nuestro. ¿Es posible, desde nuestra situación, participar apasionadamente en cualquier conflicto con criterios tan maniqueos? ¿De verdad, hemos olvidado nuestra condición de colonizados?
Nuestros enemigos seculares, con más insistencia que la soportable, nos recuerdan también en estas ocasiones qué es la política. Simplemente en sus repetidas declaraciones diarias, ¡fíjense bien los lectores!, nunca confunden sus objetivos..., sus apoyos o participaciones directas en los citados conflictos sólo justificables por los negocios esperados, de hecho, cuanto de verdad buscan y mendigan políticamente es cualquier colaboración o ayuda que conlleve a la derrota total o de una parte de nuestro pueblo, por tanto, a su integración definitiva en los dos estados invasores que ocupan nuestro territorio, como una prioridad de su estrategia totalitaria.
Un pueblo como el nuestro debe exigir, porque se lo merece, unos dirigentes que sepan advertirle sobre la optimización de su esfuerzos, o sea, nunca perder de vista sus propios intereses; los cuales quedan diáfanamente expresados cuando el objetivo no es otro que el de recuperar nuestro propio Estado nabarro.
Una conducta como la indicada permite "identificar" con detalle los "solidarios" compañeros de viaje, razón suficiente para saber que no estamos con quienes cierran "Egunkaria", pero tampoco con el "progresismo" que abuchea a nuestro Muguruza. Por las mismas razones ninguna coincidencia con el imperialismo francés que sojuzga pueblos, además del nuestro, como el corso, bretón, kanaka, etc..., sin olvidar su decisiva colaboración para frenar la independencia saharaui. Con similares argumentos visualizamos el atropello imperialista ruso contra la heroica lucha del pueblo checheno. Sin olvidar el mismísimo imperialismo irakí sobre una importante zona del Kurdistán y otros vecinos. Y lo dejamos aquí, a modo de ejemplo, ya que nos obligaría a enumerar las, al menos, 100 guerras, declaradas o larvadas, que se contabilizan en el mundo. Por ello, nunca de mejor aplicación, aquello de "juntos pero no revueltos" aun en casos de aislada coincidencia con nuestros invasores sobre algún principio universal indiscutible... Concluyamos, pues, en afirmar la complejidad de la política internacional y, ante ella, ya que nadie nos llama para otra cosa, evitar que se convierta en cortina de humo para ser conducidos cual débil pelota de ping-pong en dirección contraria a la deseada.
Oportuno recordar, en este momento, la dura crítica que los dirigentes chinos y vietnamitas dirigían a los "revolucionarios" occidentales de los años 60-70 del pasado siglo, cuando decían que: "La única contribución positiva que los señoritos y universitarios occidentales pueden aportar a la causa antiimperialista universal será, ahora y siempre, su lucha contra los imperialismos de sus propios países, de los que, por cierto, tantas ventajas obtienen".
Sentencia sensata que la hacemos nuestra sin pestañear. Y... aquí y ahora, el apoyo vasco a la causa de la libertad en el mundo, su aportación al rechazo inequívoco, total, de todos los imperialismos, de todas las invasiones, sean del signo que sean, pasa ineludiblemente por el enfrentamiento diario a la ocupación hispano-francesa que alcanza su plenitud con la reactivación del único estado que reconocemos: el Estado europeo de Nabarra.
Este artículo extraído de la web www.osoa.net, es de hace algún tiempo, pero permanece en la máxima actualidad.
Estado de Nabarra. AQUÍ Y AHORA
Soberanía de Navarra
“Cuanto más negra está la noche, más cerca está el amanecer.” Refrán árabe, muy utilizado por el que fuera líder carismático palestino, Yaser Arafat
Si hay algo que venimos insistiendo desde estas páginas, en aras de una política real para nuestro país, es en la necesidad de concentrar todas las fuerzas posibles en un solo punto estratégico: Su propio Estado independiente. Acción antagónica, obviamente, de cuanto pretenden las fuerzas ocupantes hispano-francesas.
Si observamos serenamente el panorama político nacional, reconocemos con rapidez un déficit creciente de nuestras posiciones, consecuencia lógica de una calamitosa aplicación del enorme potencial popular, como muy pocos pueblos pueden tener, abandonado a la espontaneidad y generosidad sin límites que exhibe repetidamente.
El nacionalismo hispano-francés, por su lado, prosigue sin reparo moral alguno, y con paso firme, el camino trazado hacia uno de sus objetivos prioritarios, esto es, la liquidación pura y simple de la identidad cultural y política de los vascos mediante la baja funcional de toda seña institucional derivada del único Estado que históricamente nos hemos dado: Nabarra. Uno de los medios que los estados invasores aplican con verdadera saña, apoyados en su poco cuestionado monopolio militar y de violencia, es el de la propaganda política basada en la desinformación. El desarrollo tecnológico de los mass-media hace el resto. Con suma facilidad convierten a buena parte de sus pueblos oprimidos, alienados con brutalidad y "olvidados" de sus intereses, en fuerza ciega y aliada a favor de objetivos que sólo buscan sacar dichos pueblos de la historia, haciéndoles perder hasta su otrora reconocida condición de respetables sujetos políticos. Esta "unidad" así lograda aparece con gran claridad cuando el conflicto desborda "sus fronteras" y se instala en escenarios tan amplios como lejanos.
Los tres o cuatro escenarios en guerra abierta que monopolizan el "bombardeo" mediático de los dos últimos años nos han aportado diariamente datos y más datos en el sentido apuntado. Es así que hemos presenciado, por ejemplo, cómo ha sido orientado nuestro pueblo en su totalidad a posicionarse de forma lineal, unitaria y tan incondicional como efímera. Cautivos de una explosiva mezcla de asombro e impotencia, hemos esperado vanamente que alguna voz pública, libre, joven, lozana , se pronunciase ofreciendo un análisis antiimperialista en profundidad como corresponde a un pueblo invadido, ocupado y ninguneado internacionalmente cual es el nuestro. ¿Es posible, desde nuestra situación, participar apasionadamente en cualquier conflicto con criterios tan maniqueos? ¿De verdad, hemos olvidado nuestra condición de colonizados?
Nuestros enemigos seculares, con más insistencia que la soportable, nos recuerdan también en estas ocasiones qué es la política. Simplemente en sus repetidas declaraciones diarias, ¡fíjense bien los lectores!, nunca confunden sus objetivos..., sus apoyos o participaciones directas en los citados conflictos sólo justificables por los negocios esperados, de hecho, cuanto de verdad buscan y mendigan políticamente es cualquier colaboración o ayuda que conlleve a la derrota total o de una parte de nuestro pueblo, por tanto, a su integración definitiva en los dos estados invasores que ocupan nuestro territorio, como una prioridad de su estrategia totalitaria.
Un pueblo como el nuestro debe exigir, porque se lo merece, unos dirigentes que sepan advertirle sobre la optimización de su esfuerzos, o sea, nunca perder de vista sus propios intereses; los cuales quedan diáfanamente expresados cuando el objetivo no es otro que el de recuperar nuestro propio Estado nabarro.
Una conducta como la indicada permite "identificar" con detalle los "solidarios" compañeros de viaje, razón suficiente para saber que no estamos con quienes cierran "Egunkaria", pero tampoco con el "progresismo" que abuchea a nuestro Muguruza. Por las mismas razones ninguna coincidencia con el imperialismo francés que sojuzga pueblos, además del nuestro, como el corso, bretón, kanaka, etc..., sin olvidar su decisiva colaboración para frenar la independencia saharaui. Con similares argumentos visualizamos el atropello imperialista ruso contra la heroica lucha del pueblo checheno. Sin olvidar el mismísimo imperialismo irakí sobre una importante zona del Kurdistán y otros vecinos. Y lo dejamos aquí, a modo de ejemplo, ya que nos obligaría a enumerar las, al menos, 100 guerras, declaradas o larvadas, que se contabilizan en el mundo. Por ello, nunca de mejor aplicación, aquello de "juntos pero no revueltos" aun en casos de aislada coincidencia con nuestros invasores sobre algún principio universal indiscutible... Concluyamos, pues, en afirmar la complejidad de la política internacional y, ante ella, ya que nadie nos llama para otra cosa, evitar que se convierta en cortina de humo para ser conducidos cual débil pelota de ping-pong en dirección contraria a la deseada.
Oportuno recordar, en este momento, la dura crítica que los dirigentes chinos y vietnamitas dirigían a los "revolucionarios" occidentales de los años 60-70 del pasado siglo, cuando decían que: "La única contribución positiva que los señoritos y universitarios occidentales pueden aportar a la causa antiimperialista universal será, ahora y siempre, su lucha contra los imperialismos de sus propios países, de los que, por cierto, tantas ventajas obtienen".
Sentencia sensata que la hacemos nuestra sin pestañear. Y... aquí y ahora, el apoyo vasco a la causa de la libertad en el mundo, su aportación al rechazo inequívoco, total, de todos los imperialismos, de todas las invasiones, sean del signo que sean, pasa ineludiblemente por el enfrentamiento diario a la ocupación hispano-francesa que alcanza su plenitud con la reactivación del único estado que reconocemos: el Estado europeo de Nabarra.
Este artículo extraído de la web www.osoa.net, es de hace algún tiempo, pero permanece en la máxima actualidad.
2010/12/24
El "último" Rey de Nabarra
El “último” Rey de Nabarra
Raul Arkaia, Gasteiz-Nabarra
Algunas corrientes de opinión e incluso algunos políticos tienen la mala costumbre de decir que Nabarra perdió su soberanía de modo definitivo tras la conocida como Guerra de Navarra (1512-1529). Pues bien, yo les digo a ustedes que esa gente se equivoca. La independencia de Nabarra acabó en 1620, cuando la que muchos llaman Baja Navarra fue finalmente incorporada -como de costumbre, por la fuerza- a Francia.
Diez años antes, el que a la sazón era, además de Enrique IV de Francia, Enrique III de Navarra, fue asesinado por un fanático cuando contaba 57 años. Triste final para un hombre conocido por firmar el Edicto de Nantes, que supuso la libertad de culto en Francia en una época en la que confesar un credo diferente al defendido por los hombres fuertes que regían la cosa pública suponía prácticamente exponerse a una sentencia de muerte. Les recomiendo, a este respecto, que visionen la película la Reina Margot, filme muy ilustrativo de las salvajadas que se cometieron en nombre de una determinada creencia y cuya memoria hacen tan flaco favor hacen a la religión contemporánea.
Sea como fuere, Enrique III de Navarra era hugonote y aceptó abrazar la fe católica para ser proclamado rey de los franceses y, por tanto, convertirse en Enrique IV de Francia. El viejo adagio París bien vale una misa viene precisamente de ese avatar histórico. Podríase decir que su intercesión a favor de la tolerancia supuso un hito en lo que se conoce como ecumenismo o diálogo interreligioso.
Pero ya se encargó un indeseable en segar su vida en 1594. Fracasó, sin embargo, en el intento, cosa que no hizo François Ravaillac, un fanático católico, en 1610. Hay quien dice que no fue sino un asesino a sueldo pagado por España o quién sabe si por el Vaticano. Lo que sí está muy claro es que los planes de Enrique iban directos a la recuperación de los territorios que habían pertenecido a Nabarra desde tiempos inmemoriales y que perdieron su libertad en 1512. Desde mi parco conocimiento de la historia me pregunto si no será verdad que británicos y germanos -por nombrar a dos estados- sabrían algo de ello y que, a pesar de ello, no quisieron interceder a favor de uno de los Estados más antiguos de Europa. Al fin y al cabo, dejar sola a Nabarra o casi sola (que viene a ser lo mismo) es ya un clásico en la historiografía de aquel estado – nación.
La cuestión es que, muerto el Rey, su tumba fue profanada en tiempos de la Revolución Francesa. Un sans-culotte separó la cabeza de su tronco y ahí comenzó el periplo de una testa que no encontró la paz sino hasta hace unos días. Hallada en el domicilio de un coleccionista jubilado, los científicos han llegado a la conclusión de que perteneció al malogrado monarca.
Hace unos días, vi reflejada la noticia en un informativo de ámbito vasco y me horrorizó escuchar al presentador decir que habían encontrado la cabeza del Rey de Francia. Sea por mala fe o por mera ignorancia, obviar que sobre el mismo hombro recayó también la corona de Nabarra no contribuye a regenerar nuestra memoria histórica. Al parecer, en Francia el hallazgo de la cabeza sí gozó de una gran cobertura, pero también allí se encargaron de falsear la realidad al ocultar su faceta de Rey de Nabarra.
Para más “inri”, ni siquiera enterrarán la cabeza en tierras nabarras. Y que conste que nadie pide que traigan el codiciado cráneo a Pamplona. Basta con que lo devuelvan a la ciudad que vio nacer a éste nuestro gran prócer, la ciudad de Pau, cuyo equipo de baloncesto (Pau Orthez) acostumbra – de cuando en cuando – a medirse con nuestro querido Baskonia. Qué realidad más apasionante la de nuestro pueblo – nación: un auténtico derby nabarro… y los compañeros de la prensa deportiva sin enterarse…
Extraído del blog Salburua
Raul Arkaia, Gasteiz-Nabarra
Algunas corrientes de opinión e incluso algunos políticos tienen la mala costumbre de decir que Nabarra perdió su soberanía de modo definitivo tras la conocida como Guerra de Navarra (1512-1529). Pues bien, yo les digo a ustedes que esa gente se equivoca. La independencia de Nabarra acabó en 1620, cuando la que muchos llaman Baja Navarra fue finalmente incorporada -como de costumbre, por la fuerza- a Francia.
Diez años antes, el que a la sazón era, además de Enrique IV de Francia, Enrique III de Navarra, fue asesinado por un fanático cuando contaba 57 años. Triste final para un hombre conocido por firmar el Edicto de Nantes, que supuso la libertad de culto en Francia en una época en la que confesar un credo diferente al defendido por los hombres fuertes que regían la cosa pública suponía prácticamente exponerse a una sentencia de muerte. Les recomiendo, a este respecto, que visionen la película la Reina Margot, filme muy ilustrativo de las salvajadas que se cometieron en nombre de una determinada creencia y cuya memoria hacen tan flaco favor hacen a la religión contemporánea.
Sea como fuere, Enrique III de Navarra era hugonote y aceptó abrazar la fe católica para ser proclamado rey de los franceses y, por tanto, convertirse en Enrique IV de Francia. El viejo adagio París bien vale una misa viene precisamente de ese avatar histórico. Podríase decir que su intercesión a favor de la tolerancia supuso un hito en lo que se conoce como ecumenismo o diálogo interreligioso.
Pero ya se encargó un indeseable en segar su vida en 1594. Fracasó, sin embargo, en el intento, cosa que no hizo François Ravaillac, un fanático católico, en 1610. Hay quien dice que no fue sino un asesino a sueldo pagado por España o quién sabe si por el Vaticano. Lo que sí está muy claro es que los planes de Enrique iban directos a la recuperación de los territorios que habían pertenecido a Nabarra desde tiempos inmemoriales y que perdieron su libertad en 1512. Desde mi parco conocimiento de la historia me pregunto si no será verdad que británicos y germanos -por nombrar a dos estados- sabrían algo de ello y que, a pesar de ello, no quisieron interceder a favor de uno de los Estados más antiguos de Europa. Al fin y al cabo, dejar sola a Nabarra o casi sola (que viene a ser lo mismo) es ya un clásico en la historiografía de aquel estado – nación.
La cuestión es que, muerto el Rey, su tumba fue profanada en tiempos de la Revolución Francesa. Un sans-culotte separó la cabeza de su tronco y ahí comenzó el periplo de una testa que no encontró la paz sino hasta hace unos días. Hallada en el domicilio de un coleccionista jubilado, los científicos han llegado a la conclusión de que perteneció al malogrado monarca.
Hace unos días, vi reflejada la noticia en un informativo de ámbito vasco y me horrorizó escuchar al presentador decir que habían encontrado la cabeza del Rey de Francia. Sea por mala fe o por mera ignorancia, obviar que sobre el mismo hombro recayó también la corona de Nabarra no contribuye a regenerar nuestra memoria histórica. Al parecer, en Francia el hallazgo de la cabeza sí gozó de una gran cobertura, pero también allí se encargaron de falsear la realidad al ocultar su faceta de Rey de Nabarra.
Para más “inri”, ni siquiera enterrarán la cabeza en tierras nabarras. Y que conste que nadie pide que traigan el codiciado cráneo a Pamplona. Basta con que lo devuelvan a la ciudad que vio nacer a éste nuestro gran prócer, la ciudad de Pau, cuyo equipo de baloncesto (Pau Orthez) acostumbra – de cuando en cuando – a medirse con nuestro querido Baskonia. Qué realidad más apasionante la de nuestro pueblo – nación: un auténtico derby nabarro… y los compañeros de la prensa deportiva sin enterarse…
Extraído del blog Salburua
2010/12/19
Estado de Nabarra. Xabier Gorosterratzu Jaunarena
J.M.Unzueta
Estado de Nabarra. Xabier Gorosterratzu Jaunarena
Soberanía de Navarra
“Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.” Friedrich Nietzsche Filósofo alemán
Xabier Gorosterratzu Jaunarena: Xabier Gorosterratzu Jaunarena, nació en el año 1877 en Urrotz y como la mayoría de niños de esa época, trabajo en las labores ganaderas de la familia. Al llegar a los catorce años su familia intenta meterlo en los Capuchinos de Lekarotz, de donde es rechazado a pesar de mostrar gran interés por convertirse en religioso. Dos años después entra en los Redentoristas de su pueblo natal, siendo orientado a profesar como hermano coadjutor, ya que solo sabía comunicarse en euskara. El postulantazo lo realizó en España, concretamente en Astorga y el noviciado en Nava del Rey. En éste último sus superiores decidieron orientarle hacia el sacerdocio por su gran inteligencia. Ya como misionero redentorista, realizó estudios de Teología de vuelta en Astorga en el año 1896, siendo ordenado sacerdote en 1903, dando después clases de Filosofía y Ciencias hasta volver a Iruñea en el año 1913. Hombre de gran talento, profundo pensamiento y gran erudición, nunca llegó a dominar la lengua castellana en la conversación, algo que no le ocurría escribiendo, por eso predicó en euskara en misiones populares. Compuso un manual inédito de filosofía y también publicó dos obras históricas. Estando destinado en Madrid desde 1927, realiza la traducción y el prólogo de la obra de Arnald Oyenart, “Noticias de las dos Vasconias, la Ibérica y la Aquitana”. Vuelve a Iruñea en 1930, volviendo a ser destinado con carácter provisional a Cuenca en el año 1933.
Estando a punto de viajar a Roma, para estudiar los Archivos Secretos del Vaticano, estalla la Guerra Civil en España. Se esconde en el domicilio de un amigo de la comunidad de religiosos el día 22 de julio, trasladándose posteriormente al Seminario, pensando que era un lugar seguro, al igual que otros religiosos y sacerdotes. Las tropas leales a la II república española irrumpieron de madrugada en el Seminario, siendo apresado. Era el día 11 de agosto de 1936 siendo ejecutado a continuación, junto aún tal H. Victoriano, cerca de cementerio de Cuenca. Su cadáver fue trasladado y enterrado posteriormente en la Parroquia del Santísimo Redentor de Madrid. Es un mártir redentorista del 36 y para nosotros un mártir nabarro. La sociedad de estudios vascos en su revista de 1929, incluía un prólogo realizado por Xabier Gorosterratzu, traducido al castellano del latín, de la obra de Arnald Oyenart, titulada “Noticia de las dos Vasconias”, cuyo título originario es Notitia Utriusque Vasconiae(9), o al menos eso es lo que aparece en la portada de la primera edición realizada en el año 1638.
NOTA
9. Referencia a Arnald Oyenart en el prólogo: “(…) nació en 1592, en Mauleón, población principal de la sexta Merindad del antiguo Reino de Navarra, poblada exclusivamente por vascos, que todavía conservan con cariño y tesón su maravilloso idioma primitivo. Solo dos años había que figuraba como unida a Francia y esto únicamente por la persona del rey (…)”
Extraído del libro “NABARRA, Reflexiones de un Patriota” Iñigo Saldise Alda 2010
Estado de Nabarra. Xabier Gorosterratzu Jaunarena
Soberanía de Navarra
“Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.” Friedrich Nietzsche Filósofo alemán
Xabier Gorosterratzu Jaunarena: Xabier Gorosterratzu Jaunarena, nació en el año 1877 en Urrotz y como la mayoría de niños de esa época, trabajo en las labores ganaderas de la familia. Al llegar a los catorce años su familia intenta meterlo en los Capuchinos de Lekarotz, de donde es rechazado a pesar de mostrar gran interés por convertirse en religioso. Dos años después entra en los Redentoristas de su pueblo natal, siendo orientado a profesar como hermano coadjutor, ya que solo sabía comunicarse en euskara. El postulantazo lo realizó en España, concretamente en Astorga y el noviciado en Nava del Rey. En éste último sus superiores decidieron orientarle hacia el sacerdocio por su gran inteligencia. Ya como misionero redentorista, realizó estudios de Teología de vuelta en Astorga en el año 1896, siendo ordenado sacerdote en 1903, dando después clases de Filosofía y Ciencias hasta volver a Iruñea en el año 1913. Hombre de gran talento, profundo pensamiento y gran erudición, nunca llegó a dominar la lengua castellana en la conversación, algo que no le ocurría escribiendo, por eso predicó en euskara en misiones populares. Compuso un manual inédito de filosofía y también publicó dos obras históricas. Estando destinado en Madrid desde 1927, realiza la traducción y el prólogo de la obra de Arnald Oyenart, “Noticias de las dos Vasconias, la Ibérica y la Aquitana”. Vuelve a Iruñea en 1930, volviendo a ser destinado con carácter provisional a Cuenca en el año 1933.
Estando a punto de viajar a Roma, para estudiar los Archivos Secretos del Vaticano, estalla la Guerra Civil en España. Se esconde en el domicilio de un amigo de la comunidad de religiosos el día 22 de julio, trasladándose posteriormente al Seminario, pensando que era un lugar seguro, al igual que otros religiosos y sacerdotes. Las tropas leales a la II república española irrumpieron de madrugada en el Seminario, siendo apresado. Era el día 11 de agosto de 1936 siendo ejecutado a continuación, junto aún tal H. Victoriano, cerca de cementerio de Cuenca. Su cadáver fue trasladado y enterrado posteriormente en la Parroquia del Santísimo Redentor de Madrid. Es un mártir redentorista del 36 y para nosotros un mártir nabarro. La sociedad de estudios vascos en su revista de 1929, incluía un prólogo realizado por Xabier Gorosterratzu, traducido al castellano del latín, de la obra de Arnald Oyenart, titulada “Noticia de las dos Vasconias”, cuyo título originario es Notitia Utriusque Vasconiae(9), o al menos eso es lo que aparece en la portada de la primera edición realizada en el año 1638.
NOTA
9. Referencia a Arnald Oyenart en el prólogo: “(…) nació en 1592, en Mauleón, población principal de la sexta Merindad del antiguo Reino de Navarra, poblada exclusivamente por vascos, que todavía conservan con cariño y tesón su maravilloso idioma primitivo. Solo dos años había que figuraba como unida a Francia y esto únicamente por la persona del rey (…)”
Extraído del libro “NABARRA, Reflexiones de un Patriota” Iñigo Saldise Alda 2010
2010/12/16
Exigencia al Comité Especial de Descolonización de la ONU
Exigencia al Comité Especial de Descolonización de la ONU
Nabarrako Burujabetza Komisioa
La Organización de las Naciones Unidas celebró el pasado día 14 de diciembre de 2010, el cincuenta aniversario de la Resolución 1514 (XV). Esta Resolución es específica para la descolonización de todos los territorios ocupados en el mundo. Desde entonces y gracias a la Jurisprudencia Internacional, la gran mayoría de colonias sometidas por países invasores ha podido recuperar su libertad, pero, desgraciadamente, todavía quedan naciones subyugadas a la explotación colonial como lo es Nabarra, una de las colonias más antiguas del mundo que, además, fue tomada y usurpada su soberanía por la acción brutal militar llevada a cabo por España y Francia, unos países que en la actualidad no cumple los mandatos del Comité Especial de Descolonización de la ONU, ni respeta los Derechos Humanos, Civiles y Políticos relacionados con la grave situación civil, política, económica y por supuesto geopolítica del Estado de Nabarra.
Tanto el Estado español (Castilla-León y Barcelona) como el francés, cometieron crímenes de lesa humanidad durante los largos periodos de invasiones y ocupaciones realizados contra el Estado de Nabarra, entre 1136 y 1620, aniquilando las Instituciones propias nabarras en el año 1789 por Francia y 1841 por España, y siguen perpetuando la represión contra el Pueblo-Nación de Nabarra. Después de las ilegales y crueles conquistas junto a la labor represiva de la Inquisición Católica ampara por el Estado Vaticano, la lengua y cultura propia de los nabarros y nabarras comenzó a ser perseguida, tanto por España como por Francia, con la única intención de su exterminio y la colonización total de los habitantes naturales del Estado de Nabarra.
El grado de colonización ejercido desde las metrópolis de Madrid y Paris, a lo largo de estos largos siglos, ha sido tan enérgico que gran parte de los actuales habitantes de Nabarra están totalmente amilanados y mentalmente encadenados; ciudadanos y ciudadanas que en la actualidad no tienen nacionalidad propia y se sienten indefensos al carecer de fronteras y no poder establecerlas debido a la condición colonial de Nabarra, dividida y perteneciente ilegalmente a unos Estados imperialistas. Ciudadanos y ciudadanas que se sienten desamparados porque los diferentes Gobiernos existentes en las diferentes divisiones impuestas en nuestro territorio, representan sin ningún tipo de duda una falsa autonomía, actuando al servicio de la potencia imperialista y colonizadora, permitiendo que los Gobiernos español y francés recauden los impuestos más importantes y aumenten continuamente los cupos. Recaudaciones de la que nunca devuelven las cantidades correctas y necesarias para remediar el grave estado económico y social existente en la Nabarra Plena.
Las consecuencias de la situación actual no es el efecto de la crisis que comenzó en 2007, sino la abusiva y perpetuada explotación económica, lo que está provocando el incremento delicado y peligroso de gente que vive bajo el umbral de la pobreza, la aprobación de “eres” por parte de esas instituciones impuestas, el cierre de pequeñas y medianas empresas, incrementándose con ello finalmente el número de parados y paradas por toda la geografía política de Nabarra.
Por todas estas razones, y las otras expuestas en anteriores solicitudes llevadas a cabo durante el presente año, hacemos una nueva petición al Comité Especial de Descolonización, la cual está basada en el procedimiento de la Asamblea General de las Naciones Unidas, pues, según consta, "el Comité formula asimismo recomendaciones en relación con la difusión de información para movilizar a la opinión pública en apoyo del proceso de descolonización". En este sentido, denunciamos que en la totalidad del territorio de Nabarra existe eternizada la censura; motivo por el cual, salvo honrosas excepciones, los medios de comunicación se niegan a informar al Pueblo-Nación de Nabarra. Por consiguiente, solicitamos que se reconozca el innegable estatus colonial del Estado de Nabarra, algo que podrá comprobar el Comité Especial de Descolonización si llevara a cabo la investigación obligada correspondiente.
Nabarrako Burujabetza Komisioa
La Organización de las Naciones Unidas celebró el pasado día 14 de diciembre de 2010, el cincuenta aniversario de la Resolución 1514 (XV). Esta Resolución es específica para la descolonización de todos los territorios ocupados en el mundo. Desde entonces y gracias a la Jurisprudencia Internacional, la gran mayoría de colonias sometidas por países invasores ha podido recuperar su libertad, pero, desgraciadamente, todavía quedan naciones subyugadas a la explotación colonial como lo es Nabarra, una de las colonias más antiguas del mundo que, además, fue tomada y usurpada su soberanía por la acción brutal militar llevada a cabo por España y Francia, unos países que en la actualidad no cumple los mandatos del Comité Especial de Descolonización de la ONU, ni respeta los Derechos Humanos, Civiles y Políticos relacionados con la grave situación civil, política, económica y por supuesto geopolítica del Estado de Nabarra.
Tanto el Estado español (Castilla-León y Barcelona) como el francés, cometieron crímenes de lesa humanidad durante los largos periodos de invasiones y ocupaciones realizados contra el Estado de Nabarra, entre 1136 y 1620, aniquilando las Instituciones propias nabarras en el año 1789 por Francia y 1841 por España, y siguen perpetuando la represión contra el Pueblo-Nación de Nabarra. Después de las ilegales y crueles conquistas junto a la labor represiva de la Inquisición Católica ampara por el Estado Vaticano, la lengua y cultura propia de los nabarros y nabarras comenzó a ser perseguida, tanto por España como por Francia, con la única intención de su exterminio y la colonización total de los habitantes naturales del Estado de Nabarra.
El grado de colonización ejercido desde las metrópolis de Madrid y Paris, a lo largo de estos largos siglos, ha sido tan enérgico que gran parte de los actuales habitantes de Nabarra están totalmente amilanados y mentalmente encadenados; ciudadanos y ciudadanas que en la actualidad no tienen nacionalidad propia y se sienten indefensos al carecer de fronteras y no poder establecerlas debido a la condición colonial de Nabarra, dividida y perteneciente ilegalmente a unos Estados imperialistas. Ciudadanos y ciudadanas que se sienten desamparados porque los diferentes Gobiernos existentes en las diferentes divisiones impuestas en nuestro territorio, representan sin ningún tipo de duda una falsa autonomía, actuando al servicio de la potencia imperialista y colonizadora, permitiendo que los Gobiernos español y francés recauden los impuestos más importantes y aumenten continuamente los cupos. Recaudaciones de la que nunca devuelven las cantidades correctas y necesarias para remediar el grave estado económico y social existente en la Nabarra Plena.
Las consecuencias de la situación actual no es el efecto de la crisis que comenzó en 2007, sino la abusiva y perpetuada explotación económica, lo que está provocando el incremento delicado y peligroso de gente que vive bajo el umbral de la pobreza, la aprobación de “eres” por parte de esas instituciones impuestas, el cierre de pequeñas y medianas empresas, incrementándose con ello finalmente el número de parados y paradas por toda la geografía política de Nabarra.
Por todas estas razones, y las otras expuestas en anteriores solicitudes llevadas a cabo durante el presente año, hacemos una nueva petición al Comité Especial de Descolonización, la cual está basada en el procedimiento de la Asamblea General de las Naciones Unidas, pues, según consta, "el Comité formula asimismo recomendaciones en relación con la difusión de información para movilizar a la opinión pública en apoyo del proceso de descolonización". En este sentido, denunciamos que en la totalidad del territorio de Nabarra existe eternizada la censura; motivo por el cual, salvo honrosas excepciones, los medios de comunicación se niegan a informar al Pueblo-Nación de Nabarra. Por consiguiente, solicitamos que se reconozca el innegable estatus colonial del Estado de Nabarra, algo que podrá comprobar el Comité Especial de Descolonización si llevara a cabo la investigación obligada correspondiente.
Estado de Nabarra. Los nabarros occidentales en la conquista de 1512
J.M.Unzueta
Estado de Nabarra. Los nabarros occidentales en la conquista de 1512
Soberanía de Navarra
Si por un momento el imperialismo franco-español-vaticanista, sospechara que mediante la participación en las instituciones impuestas “Nabarra” consigue la independencia, suprimirían de facto dichas instituciones. Estatalistas nabarros
Fernando el Falsario se alió con Inglaterra donde gobernaba el cismático Enrique VIII. Quería, decía Fernando, ayudar a los ingleses a recuperar la Guyena, que era como llamaban al norte de Akitania que los ingleses perdieron en el siglo XV tras la Guerra de los Cien años contra Francia, para lo que solicitó el paso de sus tropas por Nabarra al rey Juan de Albert o Labrit. Francia era el enemigo principal de Fernando II de Aragón o el Falsario. Juan de Albert denegó el paso a las tropas de Fernando, no le hacía falta, las tierras invadidas de la Nabarra Occidental y las suyas de Aragón eran más que suficientes para llegar a Akitania; Juan de Albert no se fiaba, era lógico, ante la traición del líder beamontés, el Conde de Lerín III, y el manifiesto deseo de Fernando de gobernar toda Nabarra.
Curiosamente, era la misma excusa que casi tres siglos antes había puesto el rey castellano Alfonso VIII para invadir la Nabarra Occidental, en ambas ocasiones con el beneplácito del Emperador de Roma o Papa. Fadrique Álvarez de Toledo, duque de Alba, salió de Agurain-Salvatierra (Alaba) el 19 de julio, dejó de lado la ruta que conducía a Akitania y tomó con su ejército Pamplona el 25 de julio de 1512, sin previa declaración de guerra, con ayuda de los beamonteses. Fernando II de Aragón, “el Falsario”, instaló su corte en Logroño, desde donde dirigió la conquista de la Nabarra reducida (Alta y Baja Nabarra), sin correr peligro alguno, y nunca pisaría el reino por miedo a un nuevo alzamiento.
Los 10.000 ingleses enviados por el rey inglés Enrique VIII desembarcaron en Pasaia, pues la orden era hacer uno con las tropas castellanas y emprenderían la batalla contra los franceses en Baiona. Al observar las verdaderas intenciones del rey aragonés, levaron anclas, pues sólo les querían para mantener ocupados a los franceses mientras el rey Falsario invadía la Nabarra reducida; pero antes cometieron numerosos saqueos en Gipuzkoa: en San Sebastián, Irun, Hondarribia, Renteria, Hernani y Oiartzun. Enrique de Inglaterra fue consciente del engaño de Fernando el Falsario, como él mismo reconoció en una carta enviada a Maximiliano, rey germano y el otro abuelo del flamenco Carlos de Gante V de Alemania, según recoge el historiador Boissonnade en su libro “La conquista de Nabarra”: “gracias a mi auxilio conquistó el rey de España el reino de Nabarra”.
Por parte invasora, la decisión de atacar la Nabarra reducida fue de Fernando de Aragón el Falsario, el pueblo y las Cortes no tenían peso alguno (hecho permanente en la historia española). El Duque de Alba sitió Pamplona con 15.000 soldados. Con el duque español iban 2.500 jinetes, 12.000 infantes, 1.500 lanzas y 20 piezas de artillería concentrados en Vitoria. La Nabarra reducida contaba con una población aproximada de 100.000 personas en esta época, y su capital, desprovista de murallas, de entre 6.000 y 10.000 habitantes. Las Cortes de Nabarra convocaron a 300 caballeros y 4.000 soldados para defenderse de la invasión, las fuerzas enemigas eran por tanto varias veces superiores a las que defendían la Nabarra reducida. El pueblo nabarro apoyó unánimemente a sus reyes, tal y como recogen las Actas de las Cortes de Nabarra de 1511 y 1512. Para entonces la Nabarra Occidental (Gipuzkoa, Bizkaia, Alaba, La Rioja y Castilla Vetula básicamente), habían sido invadidas hacía tres siglos por Castilla, pese a ello seguía habiendo partidarios de volver a su Estado original y el mantenimiento de los Fueros, leyes del reino nabarro, era unánime entre la población. España tenía la clara intención de usar a los nabarros occidentales contra nuestros hermanos que permanecían libres en un futuro, como así fue.
Las autoridades y familias distinguidas de la Nabarra Occidental, habían medrado en Castilla a la sombra de sus reyes, encabezados por los Haro los primeros años, y sobre todo los “segundones” de las grandes familias que participaban gustosos de las conquistas a los musulmanes por los castellanos que suponían nuevos títulos y riquezas en la península y después por todo el mundo. Muy diferente era la situación del pueblo nabarro y su posicionamiento en esta invasión. Sirva como botón de muestra la orden de reclutamiento de alabeses por la asamblea de Alaba reunida en Vitoria para la conquista de la Nabarra reducida:
“QUE TODOS SE PRESENTEN CON SUS ARMAS DISPUESTOS A TIRAR, SIN RETRASO,
INMEDIATAMENTE, A LA CIUDAD DE ESTELLA, BAJO PENA DE VIDA Y LA PRIVACIÓN DE TODOS LOS BIENES, A FIN DE SERVIR EL SERVICIO DE SUS ALTEZAS CON EL SACO LLENO DE LAS PROVISIONES NECESARIAS PARA OCHO DÍAS”.
España reclutaba siempre por la fuerza gente en la Nabarra Occidental, sobretodo las “levas” o marinos, como después en Alta Nabarra, mandando tropas para tal efecto, pues las deserciones entre los nabarros eran masivas y con base en los Fueros o leyes Nabarras, donde se especificaba que la defensa de los nabarros se limitaba a su territorio de forma obligatoria (el mito del árbol Malato en Bizkaia) y a partir de ahí, y sólo los que quisieran, como mercenarios al servicio de la corona castellana-española. Durante los siglos XIV, XV y XVI, los reyes castellano-españoles tuvieron que pedir reiteradamente a sus Corregidores de Gipuzkoa, Bizkaia, Alaba y también en La Rioja, que reclutaran tropas contra la Nabarra reducida y otras guerras a pesar de ser un claro contrafuero, pues no podían cumplir las órdenes regias al oponerse el pueblo, con constantes amenazas.
Las clases dirigentes de la Nabarra Occidental se hallaban divididas en bandos, los favorables a Nabarra (los gamboínos) y los favorables a la todopoderosa Castilla (los oñacinos), creando pequeñas guerras civiles entre jauntxos, o entre éstos y labradores, que fueron perdiendo el sentido original con el transcurrir de los años hasta convertirse en una guerra abierta por bienes y tierras, hechos recogidos en sus crónicas por el primer historiador bizkaino Lope García Salazar en el siglo XV. Es revelador el texto redactado por el lingüista vallisoletano Dámaso de Frías en el mismo siglo XVI de la invasión de la Nabarra reducida: “los vizcaínos (se refiere a todos los “baskongados” o nabarros occidentales), como gente que de nadie confiesan haber sido jamás vencidos ni sujetos (…) dicen que eran nabarros, que debajo de este nombre estaban y se incluían”. Los propios alto nabarros fueron llevados por los españoles a luchar contra los “comuneros” castellanos alzados contra el rey flamenco Carlos V de Alemania, justo después de la invasión, en un intento claro de no gastar a su ejército y debilitar aun más al ejército nabarro recién conquistado. Esta política imperialista de usar nativos en las conquistas de los territorios de los que se iban apoderando los castellano-españoles era muy común y utilizada en la conquista de Flandes (que no se independiza hasta 1581), Estados de la península itálica, Portugal o en la conquista de América, donde el núcleo del ejército de Hernán Cortés eran amerindios “antiaztecas”.
La situación de los nabarros occidentales era comparable al de época romana. Tras ser invadido por las legiones romanas el territorio de los diferentes pueblos vascos, éstos pasaron a formar una parte importante del ejército romano, modo perfecto de eliminar su poder al sacar del territorio a los hombres más actos para la guerra, romanizarlos y aprovecharlos en beneficio del imperialismo (como después les ocurría a los cántabros, por ejemplo). Tácito menciona las cohortes baskonas contra Nerón (año 69 d.c.), las Cohors I y II Vasconum equitata civium romanorum que intervinieron en el Rhin, pero también en otras partes de Germania, Italia, África y en otras conquistas. Al siglo II D.c. pertenecen seis inscripciones, encontradas en muy diversos lugares del Imperio Romano, como Sydenham (Inglaterra), Budapest, Mauritania Tingitana, Alcalá del Río (Sevilla) y Nimes (Galia Narbonense), en todas ellas se alude a la Cohors II Hispanorum Vasconum. Esta habría sido destinada primero a Germania y muy posiblemente llevada después por Trajano a Britania, para ser trasladada más tarde a Mauritania. Destino parecido corrieron bardulos o calagurritanos, por ejemplo. Es absurdo pensar que los vascos tomamos voluntariamente en todas estas guerras imperialistas y no ver que éramos simples víctimas obligados a sobrevivir.
Esta táctica se volvió contra los imperialistas, así, fueron españoles la elite de intelectuales y altos cargos -y parte del pueblo claro está- favorables a la ocupación de España por Napoleón o franceses los colaboradores del gobierno de Vichy con la ocupación nazi de Francia. Si se quiere un ejemplo más reciente, Estados Unidos cuando ocupa Afganistán o Irak cuenta con estratégicos y necesarios aliados afganos (Liga Norte) e iraquíes. Lo mismo ocurrió con los oñaz o con los beamonteses en la conquista de Nabarra. Sirva de lo kafkiano de las situaciones en que nos han puesto a los nabarros los imperialistas españoles y franceses en su tendencia natural a la guerra, este verso de un bajo navarro, que al entrar en Madrid con su regimiento de las tropas napoleónicas en mayo del 1808 -en la “Guerra del Primer Imperio” como se llaman en Francia o la “Guerra de la Independencia” en España-, al ser preguntado por los madrileños que de dónde eran y responder que nabarros, los españoles pretendían que les ayudasen:
Arribatu ginenien Madrilgo hirian,
Begitarte egilia franko izaten ginian
Nafartarrak ginela erraiten zaukutenian,
Haren alde izanen ginela behartzen zenenian.
(Euskara Jendea, “Xamar”)
Si se prefiere un ejemplo más cercano en la historia y contado en primer persona, todos los nabarros peninsulares, tras perder la Guerras Carlistas y la supresión de los Fueros en el siglo XIX, éramos obligados bajo amenaza física por el Imperialismo a formar parte de su ejército hasta hace bien poco (la “mili”), obligados tanto los nabarros occidentales como alto nabarros a participar en todos los descabellados proyectos imperialistas de los españoles: Filipinas, Cuba, Sahara, Guinea e incluso, recientemente, en la primera guerra contra Sadam Hussein en Iraq. Situación que sirve igualmente para los nabarros de Iparralde tras la Revolución Francesa de 1789, obligados a participar en guerras imperiales y coloniales, internas o mundiales, de todo un poco y cada poco tiempo.
Nora zoaz, eskual semea,
harma hori eskutan?
Harmen hartzera deitzen naute
frantsen aldera (ber.)
Eskualerritik urrunduz,
ta atzerrira joanak,
a ze negarra entzunen duzu
Eskualerrietan! (ber.)
Morts pour la patrie,
morts pour la patrie,
eskuara baizik etzakiten haiek,
De la web http://www.osoa.net/ y titulado “Los nabarros occidentales en la conquista de 1512”de Aitzol Altuna
Estado de Nabarra. Los nabarros occidentales en la conquista de 1512
Soberanía de Navarra
Si por un momento el imperialismo franco-español-vaticanista, sospechara que mediante la participación en las instituciones impuestas “Nabarra” consigue la independencia, suprimirían de facto dichas instituciones. Estatalistas nabarros
Fernando el Falsario se alió con Inglaterra donde gobernaba el cismático Enrique VIII. Quería, decía Fernando, ayudar a los ingleses a recuperar la Guyena, que era como llamaban al norte de Akitania que los ingleses perdieron en el siglo XV tras la Guerra de los Cien años contra Francia, para lo que solicitó el paso de sus tropas por Nabarra al rey Juan de Albert o Labrit. Francia era el enemigo principal de Fernando II de Aragón o el Falsario. Juan de Albert denegó el paso a las tropas de Fernando, no le hacía falta, las tierras invadidas de la Nabarra Occidental y las suyas de Aragón eran más que suficientes para llegar a Akitania; Juan de Albert no se fiaba, era lógico, ante la traición del líder beamontés, el Conde de Lerín III, y el manifiesto deseo de Fernando de gobernar toda Nabarra.
Curiosamente, era la misma excusa que casi tres siglos antes había puesto el rey castellano Alfonso VIII para invadir la Nabarra Occidental, en ambas ocasiones con el beneplácito del Emperador de Roma o Papa. Fadrique Álvarez de Toledo, duque de Alba, salió de Agurain-Salvatierra (Alaba) el 19 de julio, dejó de lado la ruta que conducía a Akitania y tomó con su ejército Pamplona el 25 de julio de 1512, sin previa declaración de guerra, con ayuda de los beamonteses. Fernando II de Aragón, “el Falsario”, instaló su corte en Logroño, desde donde dirigió la conquista de la Nabarra reducida (Alta y Baja Nabarra), sin correr peligro alguno, y nunca pisaría el reino por miedo a un nuevo alzamiento.
Los 10.000 ingleses enviados por el rey inglés Enrique VIII desembarcaron en Pasaia, pues la orden era hacer uno con las tropas castellanas y emprenderían la batalla contra los franceses en Baiona. Al observar las verdaderas intenciones del rey aragonés, levaron anclas, pues sólo les querían para mantener ocupados a los franceses mientras el rey Falsario invadía la Nabarra reducida; pero antes cometieron numerosos saqueos en Gipuzkoa: en San Sebastián, Irun, Hondarribia, Renteria, Hernani y Oiartzun. Enrique de Inglaterra fue consciente del engaño de Fernando el Falsario, como él mismo reconoció en una carta enviada a Maximiliano, rey germano y el otro abuelo del flamenco Carlos de Gante V de Alemania, según recoge el historiador Boissonnade en su libro “La conquista de Nabarra”: “gracias a mi auxilio conquistó el rey de España el reino de Nabarra”.
Por parte invasora, la decisión de atacar la Nabarra reducida fue de Fernando de Aragón el Falsario, el pueblo y las Cortes no tenían peso alguno (hecho permanente en la historia española). El Duque de Alba sitió Pamplona con 15.000 soldados. Con el duque español iban 2.500 jinetes, 12.000 infantes, 1.500 lanzas y 20 piezas de artillería concentrados en Vitoria. La Nabarra reducida contaba con una población aproximada de 100.000 personas en esta época, y su capital, desprovista de murallas, de entre 6.000 y 10.000 habitantes. Las Cortes de Nabarra convocaron a 300 caballeros y 4.000 soldados para defenderse de la invasión, las fuerzas enemigas eran por tanto varias veces superiores a las que defendían la Nabarra reducida. El pueblo nabarro apoyó unánimemente a sus reyes, tal y como recogen las Actas de las Cortes de Nabarra de 1511 y 1512. Para entonces la Nabarra Occidental (Gipuzkoa, Bizkaia, Alaba, La Rioja y Castilla Vetula básicamente), habían sido invadidas hacía tres siglos por Castilla, pese a ello seguía habiendo partidarios de volver a su Estado original y el mantenimiento de los Fueros, leyes del reino nabarro, era unánime entre la población. España tenía la clara intención de usar a los nabarros occidentales contra nuestros hermanos que permanecían libres en un futuro, como así fue.
Las autoridades y familias distinguidas de la Nabarra Occidental, habían medrado en Castilla a la sombra de sus reyes, encabezados por los Haro los primeros años, y sobre todo los “segundones” de las grandes familias que participaban gustosos de las conquistas a los musulmanes por los castellanos que suponían nuevos títulos y riquezas en la península y después por todo el mundo. Muy diferente era la situación del pueblo nabarro y su posicionamiento en esta invasión. Sirva como botón de muestra la orden de reclutamiento de alabeses por la asamblea de Alaba reunida en Vitoria para la conquista de la Nabarra reducida:
“QUE TODOS SE PRESENTEN CON SUS ARMAS DISPUESTOS A TIRAR, SIN RETRASO,
INMEDIATAMENTE, A LA CIUDAD DE ESTELLA, BAJO PENA DE VIDA Y LA PRIVACIÓN DE TODOS LOS BIENES, A FIN DE SERVIR EL SERVICIO DE SUS ALTEZAS CON EL SACO LLENO DE LAS PROVISIONES NECESARIAS PARA OCHO DÍAS”.
España reclutaba siempre por la fuerza gente en la Nabarra Occidental, sobretodo las “levas” o marinos, como después en Alta Nabarra, mandando tropas para tal efecto, pues las deserciones entre los nabarros eran masivas y con base en los Fueros o leyes Nabarras, donde se especificaba que la defensa de los nabarros se limitaba a su territorio de forma obligatoria (el mito del árbol Malato en Bizkaia) y a partir de ahí, y sólo los que quisieran, como mercenarios al servicio de la corona castellana-española. Durante los siglos XIV, XV y XVI, los reyes castellano-españoles tuvieron que pedir reiteradamente a sus Corregidores de Gipuzkoa, Bizkaia, Alaba y también en La Rioja, que reclutaran tropas contra la Nabarra reducida y otras guerras a pesar de ser un claro contrafuero, pues no podían cumplir las órdenes regias al oponerse el pueblo, con constantes amenazas.
Las clases dirigentes de la Nabarra Occidental se hallaban divididas en bandos, los favorables a Nabarra (los gamboínos) y los favorables a la todopoderosa Castilla (los oñacinos), creando pequeñas guerras civiles entre jauntxos, o entre éstos y labradores, que fueron perdiendo el sentido original con el transcurrir de los años hasta convertirse en una guerra abierta por bienes y tierras, hechos recogidos en sus crónicas por el primer historiador bizkaino Lope García Salazar en el siglo XV. Es revelador el texto redactado por el lingüista vallisoletano Dámaso de Frías en el mismo siglo XVI de la invasión de la Nabarra reducida: “los vizcaínos (se refiere a todos los “baskongados” o nabarros occidentales), como gente que de nadie confiesan haber sido jamás vencidos ni sujetos (…) dicen que eran nabarros, que debajo de este nombre estaban y se incluían”. Los propios alto nabarros fueron llevados por los españoles a luchar contra los “comuneros” castellanos alzados contra el rey flamenco Carlos V de Alemania, justo después de la invasión, en un intento claro de no gastar a su ejército y debilitar aun más al ejército nabarro recién conquistado. Esta política imperialista de usar nativos en las conquistas de los territorios de los que se iban apoderando los castellano-españoles era muy común y utilizada en la conquista de Flandes (que no se independiza hasta 1581), Estados de la península itálica, Portugal o en la conquista de América, donde el núcleo del ejército de Hernán Cortés eran amerindios “antiaztecas”.
La situación de los nabarros occidentales era comparable al de época romana. Tras ser invadido por las legiones romanas el territorio de los diferentes pueblos vascos, éstos pasaron a formar una parte importante del ejército romano, modo perfecto de eliminar su poder al sacar del territorio a los hombres más actos para la guerra, romanizarlos y aprovecharlos en beneficio del imperialismo (como después les ocurría a los cántabros, por ejemplo). Tácito menciona las cohortes baskonas contra Nerón (año 69 d.c.), las Cohors I y II Vasconum equitata civium romanorum que intervinieron en el Rhin, pero también en otras partes de Germania, Italia, África y en otras conquistas. Al siglo II D.c. pertenecen seis inscripciones, encontradas en muy diversos lugares del Imperio Romano, como Sydenham (Inglaterra), Budapest, Mauritania Tingitana, Alcalá del Río (Sevilla) y Nimes (Galia Narbonense), en todas ellas se alude a la Cohors II Hispanorum Vasconum. Esta habría sido destinada primero a Germania y muy posiblemente llevada después por Trajano a Britania, para ser trasladada más tarde a Mauritania. Destino parecido corrieron bardulos o calagurritanos, por ejemplo. Es absurdo pensar que los vascos tomamos voluntariamente en todas estas guerras imperialistas y no ver que éramos simples víctimas obligados a sobrevivir.
Esta táctica se volvió contra los imperialistas, así, fueron españoles la elite de intelectuales y altos cargos -y parte del pueblo claro está- favorables a la ocupación de España por Napoleón o franceses los colaboradores del gobierno de Vichy con la ocupación nazi de Francia. Si se quiere un ejemplo más reciente, Estados Unidos cuando ocupa Afganistán o Irak cuenta con estratégicos y necesarios aliados afganos (Liga Norte) e iraquíes. Lo mismo ocurrió con los oñaz o con los beamonteses en la conquista de Nabarra. Sirva de lo kafkiano de las situaciones en que nos han puesto a los nabarros los imperialistas españoles y franceses en su tendencia natural a la guerra, este verso de un bajo navarro, que al entrar en Madrid con su regimiento de las tropas napoleónicas en mayo del 1808 -en la “Guerra del Primer Imperio” como se llaman en Francia o la “Guerra de la Independencia” en España-, al ser preguntado por los madrileños que de dónde eran y responder que nabarros, los españoles pretendían que les ayudasen:
Arribatu ginenien Madrilgo hirian,
Begitarte egilia franko izaten ginian
Nafartarrak ginela erraiten zaukutenian,
Haren alde izanen ginela behartzen zenenian.
(Euskara Jendea, “Xamar”)
Si se prefiere un ejemplo más cercano en la historia y contado en primer persona, todos los nabarros peninsulares, tras perder la Guerras Carlistas y la supresión de los Fueros en el siglo XIX, éramos obligados bajo amenaza física por el Imperialismo a formar parte de su ejército hasta hace bien poco (la “mili”), obligados tanto los nabarros occidentales como alto nabarros a participar en todos los descabellados proyectos imperialistas de los españoles: Filipinas, Cuba, Sahara, Guinea e incluso, recientemente, en la primera guerra contra Sadam Hussein en Iraq. Situación que sirve igualmente para los nabarros de Iparralde tras la Revolución Francesa de 1789, obligados a participar en guerras imperiales y coloniales, internas o mundiales, de todo un poco y cada poco tiempo.
Nora zoaz, eskual semea,
harma hori eskutan?
Harmen hartzera deitzen naute
frantsen aldera (ber.)
Eskualerritik urrunduz,
ta atzerrira joanak,
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Eskualerrietan! (ber.)
Morts pour la patrie,
morts pour la patrie,
eskuara baizik etzakiten haiek,
De la web http://www.osoa.net/ y titulado “Los nabarros occidentales en la conquista de 1512”de Aitzol Altuna
2010/12/15
LA POLÍTICA ES VIOLENCIA
LA POLÍTICA ES VIOLENCIA
Alots Gezuraga, Errigoiti (Nabarra)
«En vista de que la violencia en nuestro país parecía inevitable, sería incorrecto y poco realista que los líderes africanos siguiéramos predicando la paz y no-violencia en momentos en que el gobierno enfrentaba nuestras demandas pacíficas con la fuerza». Nelson Mandela “Discurso de Rivonia”.
“El poder” o fuerza es lo que define al pueblo como unidad de violencia suficiente para defender un territorio y las características diferenciadoras, las que sean en cada caso, frente a otros pueblos. La política, en último término, es violencia física y la gestión del poder conseguido mediante ella. En un principio, mediante la fuerza física, se domina al contrario, después se institucionaliza gracias a los instrumentos que dan forma a los Estados que gestionan a su vez el poder –policía, jueces, funcionarios, educadores, alcaldes, diputados, gobernadores etc.-. Como decía Clausewitz, “la guerra es la continuación de la política con otros medios”, aunque la frase puede ser un “palíndromo”: la política es la guerra por otros medios.
“Se denomina poder político a toda forma de organización de la violencia utilizada en el origen y el sostenimiento de la desigualdad social vigente en un determinado lugar y período históricos. De tal modo que la actividad política, inextricablemente ligada al uso de la fuerza física, bien podría caracterizarse como “la continuación de la guerra por otros medios”, es decir, por medios institucionales" Joseba Ariznabarreta “Pueblo y poder”.
La más notable y de las primeras referencias sobre la política se encuentra en el famoso diálogo "Gorgias" de Platón, donde Calicles sostiene la tesis de que el Derecho es la fuerza, el poder del que dispone de la capacidad de imponerse por medio de la violencia. Platón (siglos IV-V a.C) distinguía la política como la imposición mediante la violencia de la voluntad de un grupo a otro y lo diferenciaba claramente del diálogo. Su maestro Sócrates le demuestra que el Derecho es la ley positiva, la ley dada y mantenida por el poder del Estado (frente a una “ley natural” superior o de los dioses).
"El estado, desde su aparición, es una organización que mediante la violencia genera, mantiene y ahonda la división de la sociedad y establece un nuevo ordenamiento acorde con sus intereses o deseos particulares de quienes lo controlan. En un territorio que considera patrimonio o jurisdicción exclusivos, ha conseguido concentrar en sus manos los recursos armamentísticos y de otra índole suficientes para dotarse de una duradera ventaja comparativa en el uso de la fuerza física, ventaja de la que se sirve para doblegar y mantener a raya la resistencia -violenta también- de los que serán sus súbditos y obligarles a vivir bajo su ley, es decir, bajo SU organización y SU cultura. Dada su intrínseca naturaleza perversa sus avances hacia la tiranía están en relación inversa a la resistencia que se le ofrece” Joseba Ariznabarreta.
El propio sistema institucional, no es sino violencia socialmente corporizada, funciona automática y eficazmente más allá incluso de las normas explícitamente establecidas en el código penal.
En un Estado esta violencia “ad intra” si la ejerce un pueblo sobre sí mismo es “legítima”, lo que implica que es ejercida en democracia, es decir, cuando es aceptada y controlada por el pueblo para poder así conseguir sus objetivos del modo más eficaz –objetivos económicos, de defensa, culturales, sociales o los que determine en cada momento-, por lo que nombra o acepta un gobierno sobre él, la dualidad del Estado es democrática cuando estos dos sujetos políticos, pueblo y gobierno, están en equilibrio(1). Es decir, la violencia democrática en un Estado la ejerce sobre sí mismo un pueblo consciente de serlo y por tanto convertido en sujeto político y no un mero agente pasivo: “La libertad y la democracia son sólo posibles cuando la resuelta voluntad de una nación de no ser regida como una manada de borregos está permanentemente viva” Max Weber (1864-1920, filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán).
Normalmente la fuerza física no tiene por qué ejercerse, basta con la mera amenaza o la ley impuesta mediante unas elecciones donde participen las diferentes opciones o intereses internos, hoy en día esto es así, pero que haya votaciones no es suficiente para que podamos hablar de que hay una democracia. Para que sea una “violencia democrática”, todos los diferentes grupos de ese pueblo deben de tener los mecanismos para defender sus intereses y a la vez estar sometidos a la voluntad general o juegos de mayorías voluntariamente.
Por tanto, para que haya “democracia” es necesario una serie de mínimos: “La democracia es sinónimo de unanimidad y que el principio mismo del derecho de la mayoría no tiene otro fundamento posible que el previo y unánime acuerdo, implícito o explícito, del pueblo al respecto” (Joseba Ariznabarreta, Galdakano –Nabarra- 1936, en su libro “Pueblo y Poder” 2007).
Votamos por mayoría sí, pero decidimos todos que sea así, si se parte de una imposición inicial como la que hay sobre el reino de Nabarra, no caben votaciones por mayoría, pues el conquistador, siendo muy superior en número, siempre gana: “una ley que determina que es la mayoría quien decide en última instancia el bien de todos no puede edificarse sobre la base adquirida precisamente por esta ley; es preciso necesariamente una base amplia, y esta base es la unanimidad de todos los sufragios” Friedrich Nietzsche (1844-1900 Alemania).
Siempre caben gradientes, sin llegar nunca a la democracia perfecta, pero cuando menos ha de ser “la mejor posible”: “Caben grados en la democratización del Estado, sin que sea posible quizás jamás alcanzar el óptimo en tal dirección. Pero hay un mínimo de condiciones sin cuya presencia no cabe ya denominar a un Estado democrático. Por lo que respecta basta señalar dos de ellas para confirmar el carácter antidemocrático del Estado español: la primera y fundamental es el no reconocimiento político y legal de las naciones que ocupan el territorio sobre el que extiende su soberanía. Los tan cacareados derechos individuales de los miembros de las naciones oprimidas no pueden tener ninguna realidad en ausencia del mínimo de libertad nacional que los genera y garantiza (...)” Joseba Ariznabarreta.
Los Estados, por muy totalitarios que sean, recurren a la fuerza armada sólo en caso de extrema necesidad. Su objetivo actual e irrenunciable es gobernar y controlar la sociedad civil mediante el consentimiento de los sometidos. Desde la aparición del Estado-nación totalitario moderno, el objetivo básico del mismo –provisto además para ello de medios cada vez más refinados- es el de influir decisivamente en la configuración de las conciencias (medios de comunicación-colegios) y los hábitos de aquellos a los que denominará ciudadanos y que constituyen el asiento de su poderío, así se quieren basar en la “nación” o pueblo, creándolo primero desde arriba mediante toda la violencia que su Estado les permite.
“Es la vía por la que transita nuestro país y, por desgracia conduce inexorablemente a un único destino: su extinción. Fijar, pues, la estrategia general y las posibles tácticas a tenor de las circunstancias que un grupo social –el pueblo nabarro, en este caso- debe seguir a corto plazo, medio y largo plazo, es una tarea tan difícil como ineludible. Que las masas populares identifiquen con ella es igualmente imprescindible. Sólo la fusión de esos dos requisitos objetivo y subjetivo constituyen o conforman al sujeto político como tal. La existencia de tal sujeto es la garantía de la conservación de la identidad de un grupo social determinado. El abandono del ámbito político, es decir, del campo donde tienen lugar por definición la confrontación y la negociación políticas, conduce inexorablemente a la desaparición del grupo social que por uno u otro motivo comete el error” (Entresacado del libro mencionado de Joseba Ariznabarreta).
El dominio de un Estado a otro es el imperialismo, la “violencia armada” hacia otro Estado. Los imperios son muy antiguos en la historia de la humanidad, pero es durante los siglos XVIII-XIX cuando nacen las teorías justificadoras del mismo en base a una supuesta nación común. Se puede retrotraer sus enseñanzas a los imperios asiáticos, romano, franco, español, portugués etc. y los más potentes en el siglo XX de franceses y sobre todo ingleses. La riqueza de estos países imperialistas, es directamente proporcional a la violencia ejercida sobre su pueblo y sobre todo a la explotación mediante la coerción militar de los pueblos o Estados que ocuparon, como muestra de ello están el museo de Louvre o el "British museum" auténticas exposiciones de todos estos saqueos, el mismísimo Partenón de Atenas se encuentra íntegramente en éste último.
La palabra imperialismo tiene su origen en el vocablo latino "imperium", que quiere decir "dominio, mando, alteza, autoridad". Se caracterizada por las conquistas coloniales, el militarismo y el sojuzgamiento de otros Estados por la vía militar, son ejércitos permanentes al servicio del Estado imperial. En sentido económico, el término imperialismo supone "la fase superior y final del capitalismo", cuyas características generales son: la concentración de la producción y el capital en pocas manos en la metrópoli y la sustitución de la libre competencia o concurrencia por el dominio de los monopolios de Estado. “El imperialismo es: genocidio/etnocidio, expolio y explotación”, Joseba Ariznabarreta. El imperialismo es la violencia armada máxima contra un pueblo.
Recordemos tres de los episodios principales del imperialismo español y francés contra Nabarra: en la Nabarra Occidental, el rey invasor, Alfonso VIII, desde Burgos, sustituye la originaria soberanía Nabarra por la castellana en San Sebastián el 16 de agosto de 1202 y en Hondarribia en 1203 (después hará lo propio con el resto de villas gipuzkoanas y bizkainas), cambiando su Carta Puebla de Villa Nabarra por la castellana, siempre bajo la violencia armada del ejército invasor, dejando bien claro que: “si alguien actuare contra este mandato incurre en la regia indignación y pague 400 aureos” (1.000 en el caso de San Sebastián).
Sobre la brutalidad de la conquista española contra los alto nabarros en 1512 -violaciones, muertes, persecuciones sistemáticas, destrucción de sus murallas etc.-, comentaba Manex Goyhenetche en su libro “Historia General del País Vasco”: “Navarra fue el primer laboratorio de observación y aplicación del maquiavelismo” y el historiador Joseba Asiron comentaba al respecto en la presentación en noviembre del año 2010 del libro “1512. 500 años de conquista en Navarra”: “no fue una anexión, como todavía hoy se dice en los manuales escolares, sino una invasión en toda regla, que estuvo seguida de una larga guerra de 18 años en diferentes escenarios bélicos. Fue un hecho que se llevó a cabo contraviniendo la legalidad y el derecho de la época, que trajo la ruina a Navarra y llevó consigo un proceso de represión, persecución y ensañamiento, y en algunos casos de eliminación de personas que eran defensoras de la independencia, como el Mariscal Pedro de Navarra o Vélaz de Medrano".
En 1620, el rey francés Luis XIII de Francia, irrumpió a sangre y fuego en las Cortes de Pau (Beárn) y en los Estados Generales de Donapelau (reino de Nabarra), comentaba gráficamente el historiador coetáneo a los hechos André Favyn, en su libro «Histoire de Navarre»: “Los lobos aconsejaron a las ovejas que para vivir juntos en amistad habitual, éstas les tenían que entregar sus perros, y una vez estos estrangulados, dieron buena cuenta de las ovejas”.
Él objeto político colonizado, mientras tenga capacidad se defiende y por tanto también es sujeto político, en nuestro caso, nuestra capacidad de ejercer violencia contra la enorme violencia del imperialismo es muy pequeña al estar divididos y sin una clase dirigente, pero existe la posibilidad de ser libres y romper la violencia que nos somete mientras los vascos existamos y tengamos conciencia de serlo, es decir mientras seamos sujeto político.
El ateniense Pericles (siglo V a. C.) reconoce que el dominar a otros conlleva el ser odiado, pero añade: "El odio no dura mucho tiempo, mientras que el esplendor del presente y la gloria que se proyecta hacia el futuro perdurarán siempre en el recuerdo". Tras la brutal conquista inicial y la represión que le sucede, las personas terminan admitiendo la violencia y coerción que se ejerce sobre ellas convirtiéndose en mentes colonizadas, hasta que finalmente, el opresor consigue su objetivo y ya no hay resistencia engrosando las filas de los imperialistas hasta el último resistente, pero algunas conquistas pueden ser indigestas para el conquistador.
En lo que no hay que caer, es en el error de creer que la violencia sólo la ejercen pequeños grupos mal armados, las Fuerzas de Seguridad de un Estado propio y sus instituciones o el ejército imperialista y sus instituciones, al contrario, la violencia incluye a “Los pacifistas y no-violentos legales y oficiales que padecemos, y se cuidan muy bien de oponerse a toda violencia venga de donde venga. Demuestran así que no son tan tontos como parecen o como quieren aparentar. No incurren en riesgos desmesurados, pues su doctrina de “no-violencia” es la doctrina del poder de la violencia establecida que ejercen, sostienen y que les cubre las espaldas”. Es decir, la no denuncia del imperialismo español contra el pueblo nabarro, convierte al que calla en colaborador necesario de esa violencia armada o amenaza violenta permanente.
“Dar lecciones de no-violencia y al abrigo de las fuerzas armadas es el colmo de la caradura institucional. Quien rechaza la violencia venga de donde venga sin denunciar en primer término los monopolios fascistas de la violencia, es un imbécil o un farsante y, en ambos casos, un agente, consciente o inconsciente, del imperialismo”. Publicación Erresuma (Iñaki Aginaga).
Los que piden a los vascos que renuncien a pedir su libertad o a reclamar sus derechos como pueblo mientras grupos armados y con una violencia infraestratégica -al ser insuficiente para cambiar el tremendo desfase de fuerzas existentes- sigan matando “por no darles argumentos” o porque ello pueda llevar un apoyo implícito, son los mismos que jamás renunciaron a España mientras el régimen franquista mataba en su nombre (o cualquier rey o dictador antes o cualquier presidente del gobierno español en los numerosos conflictos en los que España ha tomado y toma parte en todos los confines del mundo), son los mismos que negaban todos sus derechos a los vascos desde las guerras de conquista del Estado de Nabarra y las guerras para crear la gran España-nación totalitaria (contrafueros, carlistadas, otras guerras y varias dictaduras), la diferencia entre ellos y los pequeños y mal pertrechados grupos armados, es el número de muertos, nada más, en lo que jamás superarán a los imperialistas.
“Si definimos “política” como hacen muchos interesados como “relación de fuerzas que rechazan a priori la violencia como instrumento de defensa se convierten ipso facto en cómplices de la violencia de los demás, para engrosar las filas de otra mayoría, la del imperialismo español en nuestro caso. El “pacifismo” no es más que el burdo traje carnaval o piel de cordero con que se reviste el imperialismo para disimular de maña manera sus permanentes intenciones y prácticas exterminadoras” Joseba Ariznabarreta.
El Estado totalitario desde su creación con los Estados despóticos asiáticos, cambia y se transforma para adaptarse, así pasa del franquismo a la socialdemocracia o a modelos liberales o a lo que haga falta para subsistir. España usa en cada momento la violencia que puede contra el pueblo vasco para “españolizarlo”, hoy los asesinatos masivos o la limpieza étnica del pasado no cabe en las sociedades europeas actuales (con excepciones como el GAL o grupos afines), por ello usan otros medios institucionales como el policial, judicial o el legislativo, incluyendo las votaciones y los partidos españolistas que en ellas participan –todos los que aceptan semejante marco totalitario e imperialista, sin excepción-, todo ello sirve también para Francia lógicamente, pero en un futuro, si la coyuntura internacional les es propicia, intentarán acabar la inconclusa españolización o afrancesamiento de los nabarros por la violencia de las armas de nuevo, planes para ello los ha habido y hay, sin olvidar que hoy también es por la amenaza permanente de su ejército por lo que pueden ejercer la violencia contra nuestro pueblo.
“El poder colonial quedaba así dueño absoluto del campo estratégico, su estructura política había alcanzado concentración y perfección si precedentes, sus monopolios jurídicos logrado una extensión y una penetración que nunca pudo pretender la rudimentaria dictadura del general Franco. Renovado, ampliado y reforzado de este modo el monopolio de la violencia social, podía continuar, a escala y con profundidad muy superiores, el programa de intoxicación ideológica, de subdesarrollo económico y cultural, de destrucción del pueblos sometido (el nabarro)” (“El proceso de reducción política” IPARLA abril 1989).
El pueblo poseedor del idioma que se pierde es un sujeto político o agente histórico debilitado por otro externo que es el que lo domina militarmente y le impone su idioma, el idioma del imperialista o del poder. Este es nuestro caso tras ser ocupado militarmente nuestro Estado, Nabarra. Un pueblo nunca ha abandonado en la historia de la humanidad su idioma sin que medie la violencia física. Del mismo modo, ningún territorio de ningún Estado del mundo se ha pasado a otro Estado voluntariamente, y menos si no tiene nada en común con él, siempre ha sido necesario el uso de la violencia armada. Todas las personas del mundo creemos que Dios repartió la inteligencia y las demás cosas inmateriales de la tierra y que a nosotros nos tocó la mejor parte.
“La libertad nacional es el primero de los derechos humanos y la condición de todos los demás. El Imperialismo es especie de totalitarismo” Iñaki Aginaga. El escritor uruguayo Jorge Majfu lo decía de forma similar: “Ninguna ley está por encima de los derechos humanos, y si así fuere, la violencia está justificada. La violencia no procede de la desobediencia, sino de quien viola un derecho fundamental”.
Somos una nación porque nos negamos a integrarnos en esos Estados Imperiales con la suficiente “violencia de respuesta” como para no perder nuestras características específicas como pueblo frente a la violencia primigenia de los imperialistas y sus colonos, características -sin ser mejores ni peores- que nos distinguen como un pueblo diferente a los pueblos ocupantes, el español y el francés, del mismo modo que estas naciones imperialistas no quieren ser alemanes, ingleses o marroquíes, por ejemplo.
La única unidad con sentido político nacional es la que nos lleve a liberar nuestro Estado: Nabarra, la estrategia para conseguirlo es el único debate que el pueblo vasco se puede permitir: el pueblo vasco unificada toda su fuerza o “violencia de masas” ejercida y dirigida como una flecha tensionada con su arco a su único objetivo, oportunidades las habrá como las ha habido todos los siglos desde la invasión sistemática y en diferentes etapas de nuestro Estado.
Sólo entonces podremos hablar de derechos como vascos, los que consigamos ganar día a día en equilibrio con nuestro gobierno, en democracia. Todo lo demás, ya sean partidos, uniones de partidos o plataformas para participar en elecciones imperialistas de españoles o franceses, sólo pueden conducir a la eliminación de nuestro pueblo mediante su asimilación, ya que la violencia imperialista que se ejerce contra el pueblo nabarro queda legitimada a ojos del mundo con nuestra participación en sus fraudulentas y totalitarias elecciones, totalmente antidemocráticas.
Conclusión:
“Si suecos o anglosajones pueden, por prudencia, sentido o cálculos políticos, abandonar territorios que obtuvieron o guardaron por la violencia, pero que superan su capacidad de gestión, ingestión y digestión, franceses y españoles son radicalmente incapaces de ello, mientras no han agotado hasta el último extremo los recursos de violencia de que disponen. Su incapacidad para aceptar el derecho de todos los pueblos a la libertad, sus incesantes guerras de conquista, exterminio o depravación los han condenando a ellos mismos, aparentemente con gusto, a también incesantes formas despóticas, absolutistas, asiáticas, militares o burocrático-administrativas de gobierno”. Publicación Erresuma (Iñaki Aguinaga).
Toda resistencia organizada constituye, de una forma u otra, la pervivencia de nuestro Estado. La existencia actual de nabarros y de nuestra idiosincrasia (idioma, cultura, derecho pirenaico, forma de ser etc.), sólo se explica porque creamos un Estado y por la violencia política que conseguimos acumular para no ser uniformizados por los imperialistas romanos, ingleses, españoles y franceses, quien renuncia a la violencia, renuncia a la política y está engrosando las filas de los imperialistas mientras con la misma mano cava la tumba de su pueblo.
"El poder político emanado y mantenido siempre a través de la violencia debe institucionalizarse para que sus efectos sean duraderos y eficientes ante cualquier intención expansionista e imperialista proveniente del exterior": por ello, tras unir toda la violencia del pueblo nabarro y dirigirla a la diana de la libertad, debemos de institucionalizarla de nuevo en nuestro Estado, eso sí, un Estado democrático.
NOTA
1. Se puede leer al respecto “La dualidad de la democracia y el totalitarismo” del mismo autor.
Alots Gezuraga, Errigoiti (Nabarra)
«En vista de que la violencia en nuestro país parecía inevitable, sería incorrecto y poco realista que los líderes africanos siguiéramos predicando la paz y no-violencia en momentos en que el gobierno enfrentaba nuestras demandas pacíficas con la fuerza». Nelson Mandela “Discurso de Rivonia”.
“El poder” o fuerza es lo que define al pueblo como unidad de violencia suficiente para defender un territorio y las características diferenciadoras, las que sean en cada caso, frente a otros pueblos. La política, en último término, es violencia física y la gestión del poder conseguido mediante ella. En un principio, mediante la fuerza física, se domina al contrario, después se institucionaliza gracias a los instrumentos que dan forma a los Estados que gestionan a su vez el poder –policía, jueces, funcionarios, educadores, alcaldes, diputados, gobernadores etc.-. Como decía Clausewitz, “la guerra es la continuación de la política con otros medios”, aunque la frase puede ser un “palíndromo”: la política es la guerra por otros medios.
“Se denomina poder político a toda forma de organización de la violencia utilizada en el origen y el sostenimiento de la desigualdad social vigente en un determinado lugar y período históricos. De tal modo que la actividad política, inextricablemente ligada al uso de la fuerza física, bien podría caracterizarse como “la continuación de la guerra por otros medios”, es decir, por medios institucionales" Joseba Ariznabarreta “Pueblo y poder”.
La más notable y de las primeras referencias sobre la política se encuentra en el famoso diálogo "Gorgias" de Platón, donde Calicles sostiene la tesis de que el Derecho es la fuerza, el poder del que dispone de la capacidad de imponerse por medio de la violencia. Platón (siglos IV-V a.C) distinguía la política como la imposición mediante la violencia de la voluntad de un grupo a otro y lo diferenciaba claramente del diálogo. Su maestro Sócrates le demuestra que el Derecho es la ley positiva, la ley dada y mantenida por el poder del Estado (frente a una “ley natural” superior o de los dioses).
"El estado, desde su aparición, es una organización que mediante la violencia genera, mantiene y ahonda la división de la sociedad y establece un nuevo ordenamiento acorde con sus intereses o deseos particulares de quienes lo controlan. En un territorio que considera patrimonio o jurisdicción exclusivos, ha conseguido concentrar en sus manos los recursos armamentísticos y de otra índole suficientes para dotarse de una duradera ventaja comparativa en el uso de la fuerza física, ventaja de la que se sirve para doblegar y mantener a raya la resistencia -violenta también- de los que serán sus súbditos y obligarles a vivir bajo su ley, es decir, bajo SU organización y SU cultura. Dada su intrínseca naturaleza perversa sus avances hacia la tiranía están en relación inversa a la resistencia que se le ofrece” Joseba Ariznabarreta.
El propio sistema institucional, no es sino violencia socialmente corporizada, funciona automática y eficazmente más allá incluso de las normas explícitamente establecidas en el código penal.
En un Estado esta violencia “ad intra” si la ejerce un pueblo sobre sí mismo es “legítima”, lo que implica que es ejercida en democracia, es decir, cuando es aceptada y controlada por el pueblo para poder así conseguir sus objetivos del modo más eficaz –objetivos económicos, de defensa, culturales, sociales o los que determine en cada momento-, por lo que nombra o acepta un gobierno sobre él, la dualidad del Estado es democrática cuando estos dos sujetos políticos, pueblo y gobierno, están en equilibrio(1). Es decir, la violencia democrática en un Estado la ejerce sobre sí mismo un pueblo consciente de serlo y por tanto convertido en sujeto político y no un mero agente pasivo: “La libertad y la democracia son sólo posibles cuando la resuelta voluntad de una nación de no ser regida como una manada de borregos está permanentemente viva” Max Weber (1864-1920, filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán).
Normalmente la fuerza física no tiene por qué ejercerse, basta con la mera amenaza o la ley impuesta mediante unas elecciones donde participen las diferentes opciones o intereses internos, hoy en día esto es así, pero que haya votaciones no es suficiente para que podamos hablar de que hay una democracia. Para que sea una “violencia democrática”, todos los diferentes grupos de ese pueblo deben de tener los mecanismos para defender sus intereses y a la vez estar sometidos a la voluntad general o juegos de mayorías voluntariamente.
Por tanto, para que haya “democracia” es necesario una serie de mínimos: “La democracia es sinónimo de unanimidad y que el principio mismo del derecho de la mayoría no tiene otro fundamento posible que el previo y unánime acuerdo, implícito o explícito, del pueblo al respecto” (Joseba Ariznabarreta, Galdakano –Nabarra- 1936, en su libro “Pueblo y Poder” 2007).
Votamos por mayoría sí, pero decidimos todos que sea así, si se parte de una imposición inicial como la que hay sobre el reino de Nabarra, no caben votaciones por mayoría, pues el conquistador, siendo muy superior en número, siempre gana: “una ley que determina que es la mayoría quien decide en última instancia el bien de todos no puede edificarse sobre la base adquirida precisamente por esta ley; es preciso necesariamente una base amplia, y esta base es la unanimidad de todos los sufragios” Friedrich Nietzsche (1844-1900 Alemania).
Siempre caben gradientes, sin llegar nunca a la democracia perfecta, pero cuando menos ha de ser “la mejor posible”: “Caben grados en la democratización del Estado, sin que sea posible quizás jamás alcanzar el óptimo en tal dirección. Pero hay un mínimo de condiciones sin cuya presencia no cabe ya denominar a un Estado democrático. Por lo que respecta basta señalar dos de ellas para confirmar el carácter antidemocrático del Estado español: la primera y fundamental es el no reconocimiento político y legal de las naciones que ocupan el territorio sobre el que extiende su soberanía. Los tan cacareados derechos individuales de los miembros de las naciones oprimidas no pueden tener ninguna realidad en ausencia del mínimo de libertad nacional que los genera y garantiza (...)” Joseba Ariznabarreta.
Los Estados, por muy totalitarios que sean, recurren a la fuerza armada sólo en caso de extrema necesidad. Su objetivo actual e irrenunciable es gobernar y controlar la sociedad civil mediante el consentimiento de los sometidos. Desde la aparición del Estado-nación totalitario moderno, el objetivo básico del mismo –provisto además para ello de medios cada vez más refinados- es el de influir decisivamente en la configuración de las conciencias (medios de comunicación-colegios) y los hábitos de aquellos a los que denominará ciudadanos y que constituyen el asiento de su poderío, así se quieren basar en la “nación” o pueblo, creándolo primero desde arriba mediante toda la violencia que su Estado les permite.
“Es la vía por la que transita nuestro país y, por desgracia conduce inexorablemente a un único destino: su extinción. Fijar, pues, la estrategia general y las posibles tácticas a tenor de las circunstancias que un grupo social –el pueblo nabarro, en este caso- debe seguir a corto plazo, medio y largo plazo, es una tarea tan difícil como ineludible. Que las masas populares identifiquen con ella es igualmente imprescindible. Sólo la fusión de esos dos requisitos objetivo y subjetivo constituyen o conforman al sujeto político como tal. La existencia de tal sujeto es la garantía de la conservación de la identidad de un grupo social determinado. El abandono del ámbito político, es decir, del campo donde tienen lugar por definición la confrontación y la negociación políticas, conduce inexorablemente a la desaparición del grupo social que por uno u otro motivo comete el error” (Entresacado del libro mencionado de Joseba Ariznabarreta).
El dominio de un Estado a otro es el imperialismo, la “violencia armada” hacia otro Estado. Los imperios son muy antiguos en la historia de la humanidad, pero es durante los siglos XVIII-XIX cuando nacen las teorías justificadoras del mismo en base a una supuesta nación común. Se puede retrotraer sus enseñanzas a los imperios asiáticos, romano, franco, español, portugués etc. y los más potentes en el siglo XX de franceses y sobre todo ingleses. La riqueza de estos países imperialistas, es directamente proporcional a la violencia ejercida sobre su pueblo y sobre todo a la explotación mediante la coerción militar de los pueblos o Estados que ocuparon, como muestra de ello están el museo de Louvre o el "British museum" auténticas exposiciones de todos estos saqueos, el mismísimo Partenón de Atenas se encuentra íntegramente en éste último.
La palabra imperialismo tiene su origen en el vocablo latino "imperium", que quiere decir "dominio, mando, alteza, autoridad". Se caracterizada por las conquistas coloniales, el militarismo y el sojuzgamiento de otros Estados por la vía militar, son ejércitos permanentes al servicio del Estado imperial. En sentido económico, el término imperialismo supone "la fase superior y final del capitalismo", cuyas características generales son: la concentración de la producción y el capital en pocas manos en la metrópoli y la sustitución de la libre competencia o concurrencia por el dominio de los monopolios de Estado. “El imperialismo es: genocidio/etnocidio, expolio y explotación”, Joseba Ariznabarreta. El imperialismo es la violencia armada máxima contra un pueblo.
Recordemos tres de los episodios principales del imperialismo español y francés contra Nabarra: en la Nabarra Occidental, el rey invasor, Alfonso VIII, desde Burgos, sustituye la originaria soberanía Nabarra por la castellana en San Sebastián el 16 de agosto de 1202 y en Hondarribia en 1203 (después hará lo propio con el resto de villas gipuzkoanas y bizkainas), cambiando su Carta Puebla de Villa Nabarra por la castellana, siempre bajo la violencia armada del ejército invasor, dejando bien claro que: “si alguien actuare contra este mandato incurre en la regia indignación y pague 400 aureos” (1.000 en el caso de San Sebastián).
Sobre la brutalidad de la conquista española contra los alto nabarros en 1512 -violaciones, muertes, persecuciones sistemáticas, destrucción de sus murallas etc.-, comentaba Manex Goyhenetche en su libro “Historia General del País Vasco”: “Navarra fue el primer laboratorio de observación y aplicación del maquiavelismo” y el historiador Joseba Asiron comentaba al respecto en la presentación en noviembre del año 2010 del libro “1512. 500 años de conquista en Navarra”: “no fue una anexión, como todavía hoy se dice en los manuales escolares, sino una invasión en toda regla, que estuvo seguida de una larga guerra de 18 años en diferentes escenarios bélicos. Fue un hecho que se llevó a cabo contraviniendo la legalidad y el derecho de la época, que trajo la ruina a Navarra y llevó consigo un proceso de represión, persecución y ensañamiento, y en algunos casos de eliminación de personas que eran defensoras de la independencia, como el Mariscal Pedro de Navarra o Vélaz de Medrano".
En 1620, el rey francés Luis XIII de Francia, irrumpió a sangre y fuego en las Cortes de Pau (Beárn) y en los Estados Generales de Donapelau (reino de Nabarra), comentaba gráficamente el historiador coetáneo a los hechos André Favyn, en su libro «Histoire de Navarre»: “Los lobos aconsejaron a las ovejas que para vivir juntos en amistad habitual, éstas les tenían que entregar sus perros, y una vez estos estrangulados, dieron buena cuenta de las ovejas”.
Él objeto político colonizado, mientras tenga capacidad se defiende y por tanto también es sujeto político, en nuestro caso, nuestra capacidad de ejercer violencia contra la enorme violencia del imperialismo es muy pequeña al estar divididos y sin una clase dirigente, pero existe la posibilidad de ser libres y romper la violencia que nos somete mientras los vascos existamos y tengamos conciencia de serlo, es decir mientras seamos sujeto político.
El ateniense Pericles (siglo V a. C.) reconoce que el dominar a otros conlleva el ser odiado, pero añade: "El odio no dura mucho tiempo, mientras que el esplendor del presente y la gloria que se proyecta hacia el futuro perdurarán siempre en el recuerdo". Tras la brutal conquista inicial y la represión que le sucede, las personas terminan admitiendo la violencia y coerción que se ejerce sobre ellas convirtiéndose en mentes colonizadas, hasta que finalmente, el opresor consigue su objetivo y ya no hay resistencia engrosando las filas de los imperialistas hasta el último resistente, pero algunas conquistas pueden ser indigestas para el conquistador.
En lo que no hay que caer, es en el error de creer que la violencia sólo la ejercen pequeños grupos mal armados, las Fuerzas de Seguridad de un Estado propio y sus instituciones o el ejército imperialista y sus instituciones, al contrario, la violencia incluye a “Los pacifistas y no-violentos legales y oficiales que padecemos, y se cuidan muy bien de oponerse a toda violencia venga de donde venga. Demuestran así que no son tan tontos como parecen o como quieren aparentar. No incurren en riesgos desmesurados, pues su doctrina de “no-violencia” es la doctrina del poder de la violencia establecida que ejercen, sostienen y que les cubre las espaldas”. Es decir, la no denuncia del imperialismo español contra el pueblo nabarro, convierte al que calla en colaborador necesario de esa violencia armada o amenaza violenta permanente.
“Dar lecciones de no-violencia y al abrigo de las fuerzas armadas es el colmo de la caradura institucional. Quien rechaza la violencia venga de donde venga sin denunciar en primer término los monopolios fascistas de la violencia, es un imbécil o un farsante y, en ambos casos, un agente, consciente o inconsciente, del imperialismo”. Publicación Erresuma (Iñaki Aginaga).
Los que piden a los vascos que renuncien a pedir su libertad o a reclamar sus derechos como pueblo mientras grupos armados y con una violencia infraestratégica -al ser insuficiente para cambiar el tremendo desfase de fuerzas existentes- sigan matando “por no darles argumentos” o porque ello pueda llevar un apoyo implícito, son los mismos que jamás renunciaron a España mientras el régimen franquista mataba en su nombre (o cualquier rey o dictador antes o cualquier presidente del gobierno español en los numerosos conflictos en los que España ha tomado y toma parte en todos los confines del mundo), son los mismos que negaban todos sus derechos a los vascos desde las guerras de conquista del Estado de Nabarra y las guerras para crear la gran España-nación totalitaria (contrafueros, carlistadas, otras guerras y varias dictaduras), la diferencia entre ellos y los pequeños y mal pertrechados grupos armados, es el número de muertos, nada más, en lo que jamás superarán a los imperialistas.
“Si definimos “política” como hacen muchos interesados como “relación de fuerzas que rechazan a priori la violencia como instrumento de defensa se convierten ipso facto en cómplices de la violencia de los demás, para engrosar las filas de otra mayoría, la del imperialismo español en nuestro caso. El “pacifismo” no es más que el burdo traje carnaval o piel de cordero con que se reviste el imperialismo para disimular de maña manera sus permanentes intenciones y prácticas exterminadoras” Joseba Ariznabarreta.
El Estado totalitario desde su creación con los Estados despóticos asiáticos, cambia y se transforma para adaptarse, así pasa del franquismo a la socialdemocracia o a modelos liberales o a lo que haga falta para subsistir. España usa en cada momento la violencia que puede contra el pueblo vasco para “españolizarlo”, hoy los asesinatos masivos o la limpieza étnica del pasado no cabe en las sociedades europeas actuales (con excepciones como el GAL o grupos afines), por ello usan otros medios institucionales como el policial, judicial o el legislativo, incluyendo las votaciones y los partidos españolistas que en ellas participan –todos los que aceptan semejante marco totalitario e imperialista, sin excepción-, todo ello sirve también para Francia lógicamente, pero en un futuro, si la coyuntura internacional les es propicia, intentarán acabar la inconclusa españolización o afrancesamiento de los nabarros por la violencia de las armas de nuevo, planes para ello los ha habido y hay, sin olvidar que hoy también es por la amenaza permanente de su ejército por lo que pueden ejercer la violencia contra nuestro pueblo.
“El poder colonial quedaba así dueño absoluto del campo estratégico, su estructura política había alcanzado concentración y perfección si precedentes, sus monopolios jurídicos logrado una extensión y una penetración que nunca pudo pretender la rudimentaria dictadura del general Franco. Renovado, ampliado y reforzado de este modo el monopolio de la violencia social, podía continuar, a escala y con profundidad muy superiores, el programa de intoxicación ideológica, de subdesarrollo económico y cultural, de destrucción del pueblos sometido (el nabarro)” (“El proceso de reducción política” IPARLA abril 1989).
El pueblo poseedor del idioma que se pierde es un sujeto político o agente histórico debilitado por otro externo que es el que lo domina militarmente y le impone su idioma, el idioma del imperialista o del poder. Este es nuestro caso tras ser ocupado militarmente nuestro Estado, Nabarra. Un pueblo nunca ha abandonado en la historia de la humanidad su idioma sin que medie la violencia física. Del mismo modo, ningún territorio de ningún Estado del mundo se ha pasado a otro Estado voluntariamente, y menos si no tiene nada en común con él, siempre ha sido necesario el uso de la violencia armada. Todas las personas del mundo creemos que Dios repartió la inteligencia y las demás cosas inmateriales de la tierra y que a nosotros nos tocó la mejor parte.
“La libertad nacional es el primero de los derechos humanos y la condición de todos los demás. El Imperialismo es especie de totalitarismo” Iñaki Aginaga. El escritor uruguayo Jorge Majfu lo decía de forma similar: “Ninguna ley está por encima de los derechos humanos, y si así fuere, la violencia está justificada. La violencia no procede de la desobediencia, sino de quien viola un derecho fundamental”.
Somos una nación porque nos negamos a integrarnos en esos Estados Imperiales con la suficiente “violencia de respuesta” como para no perder nuestras características específicas como pueblo frente a la violencia primigenia de los imperialistas y sus colonos, características -sin ser mejores ni peores- que nos distinguen como un pueblo diferente a los pueblos ocupantes, el español y el francés, del mismo modo que estas naciones imperialistas no quieren ser alemanes, ingleses o marroquíes, por ejemplo.
La única unidad con sentido político nacional es la que nos lleve a liberar nuestro Estado: Nabarra, la estrategia para conseguirlo es el único debate que el pueblo vasco se puede permitir: el pueblo vasco unificada toda su fuerza o “violencia de masas” ejercida y dirigida como una flecha tensionada con su arco a su único objetivo, oportunidades las habrá como las ha habido todos los siglos desde la invasión sistemática y en diferentes etapas de nuestro Estado.
Sólo entonces podremos hablar de derechos como vascos, los que consigamos ganar día a día en equilibrio con nuestro gobierno, en democracia. Todo lo demás, ya sean partidos, uniones de partidos o plataformas para participar en elecciones imperialistas de españoles o franceses, sólo pueden conducir a la eliminación de nuestro pueblo mediante su asimilación, ya que la violencia imperialista que se ejerce contra el pueblo nabarro queda legitimada a ojos del mundo con nuestra participación en sus fraudulentas y totalitarias elecciones, totalmente antidemocráticas.
Conclusión:
“Si suecos o anglosajones pueden, por prudencia, sentido o cálculos políticos, abandonar territorios que obtuvieron o guardaron por la violencia, pero que superan su capacidad de gestión, ingestión y digestión, franceses y españoles son radicalmente incapaces de ello, mientras no han agotado hasta el último extremo los recursos de violencia de que disponen. Su incapacidad para aceptar el derecho de todos los pueblos a la libertad, sus incesantes guerras de conquista, exterminio o depravación los han condenando a ellos mismos, aparentemente con gusto, a también incesantes formas despóticas, absolutistas, asiáticas, militares o burocrático-administrativas de gobierno”. Publicación Erresuma (Iñaki Aguinaga).
Toda resistencia organizada constituye, de una forma u otra, la pervivencia de nuestro Estado. La existencia actual de nabarros y de nuestra idiosincrasia (idioma, cultura, derecho pirenaico, forma de ser etc.), sólo se explica porque creamos un Estado y por la violencia política que conseguimos acumular para no ser uniformizados por los imperialistas romanos, ingleses, españoles y franceses, quien renuncia a la violencia, renuncia a la política y está engrosando las filas de los imperialistas mientras con la misma mano cava la tumba de su pueblo.
"El poder político emanado y mantenido siempre a través de la violencia debe institucionalizarse para que sus efectos sean duraderos y eficientes ante cualquier intención expansionista e imperialista proveniente del exterior": por ello, tras unir toda la violencia del pueblo nabarro y dirigirla a la diana de la libertad, debemos de institucionalizarla de nuevo en nuestro Estado, eso sí, un Estado democrático.
NOTA
1. Se puede leer al respecto “La dualidad de la democracia y el totalitarismo” del mismo autor.
2010/12/14
Estado de Nabarra. Navarrais
J.M.Unzueta
Estado de Nabarra. Navarrais
Soberanía de Navarra
“No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.” Friedrich Nietzsche Filósofo alemán
Navarrais: Un diez de octubre, del año 1810, nacía en la pequeña localidad xiberotarra de Atharratze-Sorholüze, Joseph Agosti Xaho, hijo de Rose Lagarde y André Xaho. Muy joven se trasladó a Paris donde fue presentado al profesor Charles Nodier, quien sería su mentor y la persona que le estimularía, le ayudaría en sus estudios de literatura y política, además de inculcarle, en gran medida, el romanticismo existente de la época. Agosti Xaho, el cual también estudiaría lenguas orientales, fue un escritor de renombre, tanto para sus obras en euskara, como en francés. En el año 1834 escribiría Azti-beguia. Coincidió en Paris con Antoine d’Abbadia, con el cual llegaría a escribir Études grammaticales sur la langue euskarienne(5), sin olvidarnos de su obra más patriótica y fogosa, Viaje a Nabarra durante la insurrección de los vascos, donde defiende al carlismo como movimiento revolucionario e incluso independentista del pueblo vasco, estando en torno al Reino de Nabarra.
Mientras su amigo d’Abbadia se encontraba en Etiopía, Xaho desarrolló a mediados de siglo, una actividad intelectual y política infatigable, desarrollando una serie de obras divulgativas sobre la historia y la lengua de los vascos, anuncia en la revista bayonesa fundada en el año 1844, Trilhy(6), dedicada a las bellas artes, a la literatura, al teatro, y los viajes, donde asoma un cancionero vasco de cuya tenencia se jactaba, ya que lo consideraba el más rico de los existentes hasta esa época. Establecido ya en Baiona, colabora con el vizconde Belzunce en la redacción de Histoire primitive des Euskariens- Basques. El año 1844, Xaho funda su propio periódico, al cual titula L’Ariel es decir, el ángel mensajero que rige la magia y la imaginación, y al cual, en sucesivas fases llama: Le Courrier des Pyrénées, Le Courrier de Cantabrie et de Navarre, Le Courrier de Vasconie, hasta que finalmente le pone el nombre de Le Répuhlicaine de Vasconie. Cuatro años después de crear su primer periódico, Xaho creó otro, pero esta vez enteramente en euskara, cuyo nombre fue Uscal Herrico Caseta, que por desgracia no tuvo más que la impresión de dos números. Xaho fue Gran Maestro de la masonería, enciclopedista y liberal revolucionario, incluso izquierdista(7), manteniendo una constante pugna en la prensa contra las fuerzas conservadoras, llegando a encabezar la revolución del año 1848 en Baiona, siendo posteriormente nombrado, tras unas elecciones, miembro del Consejo Municipal de Baiona, comandante de la Guardia Nacional y también miembro del Consejo General de los Bajos Pirineos, como miembro del partido republicano radical, existente en la república de Francia. Pero tras el golpe de estado contra la segunda república francesa, realizado por Napoleón III el 2 de diciembre del año 1851, su periódico Le Répuhlicaine de Vasconie, sería suprimido, y Xaho expulsado al exilio. Después de que Bélgica le rehusase la entrada en su territorio, Xaho pasaría un año en Gazteiz, donde escribió varias novelas y cartas, para retornar a Baiona, bajo la promesa y la palabra de retirarse totalmente de la política.
Este compromiso lo cumplió rigurosamente, dedicando totalmente su tiempo a una obra gigantesca, un diccionario, que dejaría inconcluso, tras llegar a la letra L de la parte neológica, ya que al faltarle el aire de la lucha política y al ver rotos algunos de sus sueños y proyectos más predilectos, moriría en su buhardilla de Baiona a la edad de cuarenta y siete años, un el 22 de octubre del año 1858, siendo la primera persona en ser enterrada de la forma civil en Baiona, tras dejarnos, no se nos olvide, el mito de Aitor(8) muy arraigado posteriormente entre los vascos.
NOTAS
5. Zazpi Uskal-Herrietako Uskalduner; su amigo Antoine d’Abbadia, acuña en esta obra la expresión Zazpiak bat.
6. Fundado por Lespés, que según Vinson era: Le soutien, l'espoir el le refuge de l'esprit liberal et indépendant, París, 1891, Bibliogrrafhie de la lungue basque.
7. Es un socialista revolucionario, llegando a ser incluso pro-carlista, porque se da cuenta de que los carlistas defienden los fueros y por tanto la independencia vasca; definición realizada por la historiadora Eukeni Goyhenetxe.
8. Aitoren seme; expresión suletina que sirvió a Agustin Xaho para su creación literaria Patriarca Aitor. Otras variantes que podremos encontrar es aitunenseme, como se dice en la vieja y popular canción de Bereterretche: Enian uste erraiten ziela Aitunen semek gezurrik. El nuevo mito, Aitor, pasó al dominio popular a través de la novela histórica de Navarro Villoslada, Amaya o los vascos en el siglo VIII.
Extraído del libro “NABARRA, Reflexiones de un Patriota” Iñigo Saldise Alda 2010
Estado de Nabarra. Navarrais
Soberanía de Navarra
“No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.” Friedrich Nietzsche Filósofo alemán
Navarrais: Un diez de octubre, del año 1810, nacía en la pequeña localidad xiberotarra de Atharratze-Sorholüze, Joseph Agosti Xaho, hijo de Rose Lagarde y André Xaho. Muy joven se trasladó a Paris donde fue presentado al profesor Charles Nodier, quien sería su mentor y la persona que le estimularía, le ayudaría en sus estudios de literatura y política, además de inculcarle, en gran medida, el romanticismo existente de la época. Agosti Xaho, el cual también estudiaría lenguas orientales, fue un escritor de renombre, tanto para sus obras en euskara, como en francés. En el año 1834 escribiría Azti-beguia. Coincidió en Paris con Antoine d’Abbadia, con el cual llegaría a escribir Études grammaticales sur la langue euskarienne(5), sin olvidarnos de su obra más patriótica y fogosa, Viaje a Nabarra durante la insurrección de los vascos, donde defiende al carlismo como movimiento revolucionario e incluso independentista del pueblo vasco, estando en torno al Reino de Nabarra.
Mientras su amigo d’Abbadia se encontraba en Etiopía, Xaho desarrolló a mediados de siglo, una actividad intelectual y política infatigable, desarrollando una serie de obras divulgativas sobre la historia y la lengua de los vascos, anuncia en la revista bayonesa fundada en el año 1844, Trilhy(6), dedicada a las bellas artes, a la literatura, al teatro, y los viajes, donde asoma un cancionero vasco de cuya tenencia se jactaba, ya que lo consideraba el más rico de los existentes hasta esa época. Establecido ya en Baiona, colabora con el vizconde Belzunce en la redacción de Histoire primitive des Euskariens- Basques. El año 1844, Xaho funda su propio periódico, al cual titula L’Ariel es decir, el ángel mensajero que rige la magia y la imaginación, y al cual, en sucesivas fases llama: Le Courrier des Pyrénées, Le Courrier de Cantabrie et de Navarre, Le Courrier de Vasconie, hasta que finalmente le pone el nombre de Le Répuhlicaine de Vasconie. Cuatro años después de crear su primer periódico, Xaho creó otro, pero esta vez enteramente en euskara, cuyo nombre fue Uscal Herrico Caseta, que por desgracia no tuvo más que la impresión de dos números. Xaho fue Gran Maestro de la masonería, enciclopedista y liberal revolucionario, incluso izquierdista(7), manteniendo una constante pugna en la prensa contra las fuerzas conservadoras, llegando a encabezar la revolución del año 1848 en Baiona, siendo posteriormente nombrado, tras unas elecciones, miembro del Consejo Municipal de Baiona, comandante de la Guardia Nacional y también miembro del Consejo General de los Bajos Pirineos, como miembro del partido republicano radical, existente en la república de Francia. Pero tras el golpe de estado contra la segunda república francesa, realizado por Napoleón III el 2 de diciembre del año 1851, su periódico Le Répuhlicaine de Vasconie, sería suprimido, y Xaho expulsado al exilio. Después de que Bélgica le rehusase la entrada en su territorio, Xaho pasaría un año en Gazteiz, donde escribió varias novelas y cartas, para retornar a Baiona, bajo la promesa y la palabra de retirarse totalmente de la política.
Este compromiso lo cumplió rigurosamente, dedicando totalmente su tiempo a una obra gigantesca, un diccionario, que dejaría inconcluso, tras llegar a la letra L de la parte neológica, ya que al faltarle el aire de la lucha política y al ver rotos algunos de sus sueños y proyectos más predilectos, moriría en su buhardilla de Baiona a la edad de cuarenta y siete años, un el 22 de octubre del año 1858, siendo la primera persona en ser enterrada de la forma civil en Baiona, tras dejarnos, no se nos olvide, el mito de Aitor(8) muy arraigado posteriormente entre los vascos.
NOTAS
5. Zazpi Uskal-Herrietako Uskalduner; su amigo Antoine d’Abbadia, acuña en esta obra la expresión Zazpiak bat.
6. Fundado por Lespés, que según Vinson era: Le soutien, l'espoir el le refuge de l'esprit liberal et indépendant, París, 1891, Bibliogrrafhie de la lungue basque.
7. Es un socialista revolucionario, llegando a ser incluso pro-carlista, porque se da cuenta de que los carlistas defienden los fueros y por tanto la independencia vasca; definición realizada por la historiadora Eukeni Goyhenetxe.
8. Aitoren seme; expresión suletina que sirvió a Agustin Xaho para su creación literaria Patriarca Aitor. Otras variantes que podremos encontrar es aitunenseme, como se dice en la vieja y popular canción de Bereterretche: Enian uste erraiten ziela Aitunen semek gezurrik. El nuevo mito, Aitor, pasó al dominio popular a través de la novela histórica de Navarro Villoslada, Amaya o los vascos en el siglo VIII.
Extraído del libro “NABARRA, Reflexiones de un Patriota” Iñigo Saldise Alda 2010
2010/12/12
Pueblo, Nación, Estado y nacionalidad
Pueblo, Nación, Estado y nacionalidad
J.J. Labiano, Arazuri-Nabarra
Hay cuestiones en la política, dejando circunstancialmente a un lado su filosofía, que son concluyentes y clarificadoras. Lo que se pretendo resaltar con este escrito como en otros realizados por otros autores, es que de la misma manera que existen actualmente Naciones sin Estado, al parecer es inadmisible de que se dé el caso contrario, o lo que es lo mismo, un Estado sin Nación. Naciones hay por el Mundo unas cuantas, que están definidas por el simple hecho de compartir una misma cultura, una misma lengua, que es definitivamente lo que las sustenta conceptualmente y diferencia de las demás. Y otras en cambio no tanto, sino que permanecen a un imaginario colectivo, dispuestas a pasar al plano político su terso de realidad lingüística y cultural, pues en general corresponden a los que viven dentro de un fijado territorio.
Estas cuestiones que se describen se pueden entender y es más que posible que no tienen vuelta de hoja. El problema y la confusión comienza cuando, alejándonos brevemente de estos dos conceptos socio-políticos, Nación y Estado, que es una contingencia, aparece el tibio y ambiguo término de "nacionalidad".
Pero… ¿Qué es una nacionalidad? ¿Es realmente lo mismo que Nación?
Hay que tener siempre presente que el principio de cualquier Nación, está enmarcado en la perenne búsqueda de su institucionalidad como Estado, algo que ya lograron nuestros antepasados a comienzos del siglo IX.
¿Y el de la nacionalidad hacia dónde se dirige?
Cuando los padres de la Constitución española llevaron este asunto a su Parlamento español, en un apartado nos dice el reino de España es un Estado plurinacional, el cual está conformado por diversas naciones-esto los padres de la república francesa nada de nada, ya que en dicha Constitución solo existe la nación francesa-, armaron la Marimorena y algunos de ellos, eludiendo el compromiso o responsabilidad con España, faltaron en su día cuando esto se debatía, porque ni creían en ello, ni realmente les interesaba, al ser reductos de arcaicos tufillos históricos falsarios, ya que ciertamente estaban en contra de que el Reino de España fuera (considerado) un Estado plurinacional, ya que la única Nación aceptada es la castellano-leonesa o española, heredera “legítima” de los Visigodos.
Si la Nación es un cuerpo pequeñito, azulado (color de los Borbones) de frío que busca el ropaje del Estado para sobrevivir como objeto y estructura política, ¿Qué es lo que busca la nacionalidad? Habrá que deducir que la nacionalidad española, se debate entre la indolencia y la inamovilidad de sus planteamientos, sumado al ejercicio de la fuerza o violencia para ir aniquilando otras nacionalidades bajo las garras de su imperio, como es el caso de la nuestra, la nacionalidad nabarra, y además no solo cuando les dejan sus aliados en la ONU, sino indudablemente lo seguirá haciendo porque les interesa y les place. Por ello no dudemos que ejercerán como los franceses, sus competencias judiciales serán modificadas siempre en su beneficio sin importarles para nada el Derecho Internacional, logrando así sentir que vive y respira su nación española por sí sola.
Actualmente la nacionalidad apenas es un cuerpo, un ser que intenta resurgir de sus cenizas en la Europa del siglo XXI. Pero la nacionalidad nabarra a día de hoy, serenamente me atrevo a afirmar que es una impresión vacía de contenido político al no contar con un Gobierno Propio e Independiente, que a la cual se le da algo de respiro en unos momentos esporádicos determinados que incluso se compraban que buscan el beneficio personal, partidista o empresarial. Esto lo que hace es depreciar y entretener la verdadera esencia de los Pueblos, entre ellos el nuestro, el Pueblo nabarro.
Por otro lado, la nacionalidad que se acepta desde la no confrontación política o para propiciar un espacio sin fondo para el Pueblo y la Nación, es un síntoma donde la contundencia operativa de un territorio se encuentra comprimida por uno o varios agentes exteriores, normalmente por uno o dos imperios como en el Caso Nabarro y a un muy bajo ejercicio de la política en los denominados agentes internos o autóctonos. Nación y nacionalidad no son sinónimos ni iguales.
La Nación sin Estado es definitivamente una promesa, una obstinación que solo igualmente, más tarde o más temprano, puede que se vea realizada. La nacionalidad ajena a las metrópolis, por el contrario, seguirá siendo una imprecisión en el espectro de las políticas imperiales, y si se pretende su afirmación sin la consecución del Estado, ésta será un puro espejismo ya que continuará como un eslabón más de una cadena cuasi perpetua, así que a modo de conclusión debemos acelerar la creación de un Gobierno Propio y Soberano, el cual, gracias a su pluralidad obligada, trabaje con todos los agentes políticos nabarros y aproveche el trabajo internacional llevado a cabo por los mismos, declare de nuevo la independencia y nuestro Pueblo nabarro, nuestra Nación nabarra recupere cuanto antes su Estado Propio y su verdadera nacionalidad.
J.J. Labiano, Arazuri-Nabarra
Hay cuestiones en la política, dejando circunstancialmente a un lado su filosofía, que son concluyentes y clarificadoras. Lo que se pretendo resaltar con este escrito como en otros realizados por otros autores, es que de la misma manera que existen actualmente Naciones sin Estado, al parecer es inadmisible de que se dé el caso contrario, o lo que es lo mismo, un Estado sin Nación. Naciones hay por el Mundo unas cuantas, que están definidas por el simple hecho de compartir una misma cultura, una misma lengua, que es definitivamente lo que las sustenta conceptualmente y diferencia de las demás. Y otras en cambio no tanto, sino que permanecen a un imaginario colectivo, dispuestas a pasar al plano político su terso de realidad lingüística y cultural, pues en general corresponden a los que viven dentro de un fijado territorio.
Estas cuestiones que se describen se pueden entender y es más que posible que no tienen vuelta de hoja. El problema y la confusión comienza cuando, alejándonos brevemente de estos dos conceptos socio-políticos, Nación y Estado, que es una contingencia, aparece el tibio y ambiguo término de "nacionalidad".
Pero… ¿Qué es una nacionalidad? ¿Es realmente lo mismo que Nación?
Hay que tener siempre presente que el principio de cualquier Nación, está enmarcado en la perenne búsqueda de su institucionalidad como Estado, algo que ya lograron nuestros antepasados a comienzos del siglo IX.
¿Y el de la nacionalidad hacia dónde se dirige?
Cuando los padres de la Constitución española llevaron este asunto a su Parlamento español, en un apartado nos dice el reino de España es un Estado plurinacional, el cual está conformado por diversas naciones-esto los padres de la república francesa nada de nada, ya que en dicha Constitución solo existe la nación francesa-, armaron la Marimorena y algunos de ellos, eludiendo el compromiso o responsabilidad con España, faltaron en su día cuando esto se debatía, porque ni creían en ello, ni realmente les interesaba, al ser reductos de arcaicos tufillos históricos falsarios, ya que ciertamente estaban en contra de que el Reino de España fuera (considerado) un Estado plurinacional, ya que la única Nación aceptada es la castellano-leonesa o española, heredera “legítima” de los Visigodos.
Si la Nación es un cuerpo pequeñito, azulado (color de los Borbones) de frío que busca el ropaje del Estado para sobrevivir como objeto y estructura política, ¿Qué es lo que busca la nacionalidad? Habrá que deducir que la nacionalidad española, se debate entre la indolencia y la inamovilidad de sus planteamientos, sumado al ejercicio de la fuerza o violencia para ir aniquilando otras nacionalidades bajo las garras de su imperio, como es el caso de la nuestra, la nacionalidad nabarra, y además no solo cuando les dejan sus aliados en la ONU, sino indudablemente lo seguirá haciendo porque les interesa y les place. Por ello no dudemos que ejercerán como los franceses, sus competencias judiciales serán modificadas siempre en su beneficio sin importarles para nada el Derecho Internacional, logrando así sentir que vive y respira su nación española por sí sola.
Actualmente la nacionalidad apenas es un cuerpo, un ser que intenta resurgir de sus cenizas en la Europa del siglo XXI. Pero la nacionalidad nabarra a día de hoy, serenamente me atrevo a afirmar que es una impresión vacía de contenido político al no contar con un Gobierno Propio e Independiente, que a la cual se le da algo de respiro en unos momentos esporádicos determinados que incluso se compraban que buscan el beneficio personal, partidista o empresarial. Esto lo que hace es depreciar y entretener la verdadera esencia de los Pueblos, entre ellos el nuestro, el Pueblo nabarro.
Por otro lado, la nacionalidad que se acepta desde la no confrontación política o para propiciar un espacio sin fondo para el Pueblo y la Nación, es un síntoma donde la contundencia operativa de un territorio se encuentra comprimida por uno o varios agentes exteriores, normalmente por uno o dos imperios como en el Caso Nabarro y a un muy bajo ejercicio de la política en los denominados agentes internos o autóctonos. Nación y nacionalidad no son sinónimos ni iguales.
La Nación sin Estado es definitivamente una promesa, una obstinación que solo igualmente, más tarde o más temprano, puede que se vea realizada. La nacionalidad ajena a las metrópolis, por el contrario, seguirá siendo una imprecisión en el espectro de las políticas imperiales, y si se pretende su afirmación sin la consecución del Estado, ésta será un puro espejismo ya que continuará como un eslabón más de una cadena cuasi perpetua, así que a modo de conclusión debemos acelerar la creación de un Gobierno Propio y Soberano, el cual, gracias a su pluralidad obligada, trabaje con todos los agentes políticos nabarros y aproveche el trabajo internacional llevado a cabo por los mismos, declare de nuevo la independencia y nuestro Pueblo nabarro, nuestra Nación nabarra recupere cuanto antes su Estado Propio y su verdadera nacionalidad.
2010/12/11
Iruinea, diciembre de 2010
Iñigo Saldise Alda
Nabar Herria sí que es un sujeto de Derecho político
Soberanía de Navarra
Había pensado escribir un artículo relacionado con el título que aquí presento, pero me he dado cuenta que es mejor en este caso “fusilar” estos datos que presento a continuación, los cuales están sacados de documentos históricos, documentos oficiales a día de hoy del Estado de Nabarra y datos del jurista e historiador nabarro, Tomás Urzainqui Mina.
“(…) Amplió...ciertamente el reino de los Francos... Ya que, sin anteriormente este se limitaba a la parte de la Galia que se extiende entre el Rhin y el Loira, y el Poniente y el mar baleárico, y parte de Germania..., él, mediante las guerras referidas, se anexionó Aquitania y Vasconia y toda la altura del monte Pirineo, y hasta el río Ebro, el que naciendo en territorio de los Navarros y tras discurrir por los fertilísimos campos de Hispania, se derrama en el mar baleárico bajo las murallas de la ciudad de Tortosa; luego toda la Italia…”. Crónicas francas del año 769 de nuestra era.
“El territorio vasco es el integrante del histórico Reino de Navarra”. Artículo 5 del anteproyecto de Constitución redactado por Manuel de Irujo, dirigente del P.N.V., para el Consejo Nacional Vasco.
“En base al Derecho Internacional, el Estado de Nabarra tiene Derecho a la independencia. Este Derecho también está reconocido en el artículo 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, hecho en New York, el 16 de diciembre de 1966, ratificado por el reino de España el 13 de abril de 1977 y revalidado por la república de Francia el 4 de noviembre de 1980, que preceptúa que todos los Pueblos, incluido el Pueblo Nabarro, tienen el Derecho de libre determinación, y de establecer libremente su condición política y proveer su desarrollo económico, social y cultural”. Primer punto de la Demanda interpuesta por la Comisión Soberanista de Nabarra ante las Naciones Unidas en febrero de 2010.
”Todo Pueblo, también el Pueblo Nabarro, tiene Derecho al respeto de su identidad estatal, nacional y cultural”. Artículo segundo de la Declaración Universal de los Derechos del Pueblo Nabarro realizada por la Comisión Soberanista de Nabarra junto a la Casa Real de Nabarra, la cual fue enviada a las Naciones Unidas en septiembre de 2010.
"Todo Pueblo tiene el Derecho de conservar en paz la posesión de su territorio y de retornar allí en caso de expulsión. En el caso que nos ataña al Pueblo Nabarro: La territorialidad del Estado de Nabarra es la concordada y aceptada al norte por los Jefes de Estado de Francia y de Nabarra, éste en nombre de su Pueblo, concordia de Saint-Jean d’Angély de 1010; mientras que al sur es la pactada y aceptada por los Jefes de Estado de Castilla (hoy España) y de Nabarra, éste de nuevo en nombre de su Pueblo, pacto de Támara de 1127, pues jamás se ha firmado ni reconocido otra territorialidad. Sólo un Jefe de Estado Nabarro, elegido libremente por nuestro Pueblo, tiene capacidad para alterar la territorialidad original de Nabarra con el consentimiento previo de nuestro Pueblo, el Pueblo Nabarro". Artículo tercero de la Declaración Universal de los Derechos del Pueblo Nabarro. C.S.N. y C.R.N., septiembre de 2010
“El Pueblo Nabarro tiene Derecho a un régimen democrático, amparado en el ancestral Derecho Pirenaico, que represente al conjunto de los ciudadanos, sin distinción de raza, sexo, creencia o color, y capaz de asegurar el respeto efectivo de los Derechos del Hombre y de las libertades fundamentales para toda la Humanidad”. Artículo siete de la Declaración Universal de los Derechos del Pueblo Nabarro. C.S.N. y C.R.N., septiembre de 2010.
“La remisión -a la hora de delimitar la territorialidad vasca- a las fronteras, no impuestas del Estado europeo de Navarra, es evidente que no solo viene favorecida por la aparente dificultad de fijarlas sobre los límites lingüísticos y culturales, sino sobre todo como consecuencia de la aplicación del criterio existente en el derecho internacional para los casos semejantes, que vincula el espacio de la sociedad política, o ciudadanía, con el ámbito territorial histórico del Estado propio. (…) El sujeto político solo puede ser la sociedad política concreta que ha sufrido una conquista violenta, lo que le ha privado de su Estado propio. Este sujeto político viene definido por su territorialidad y estatalidad, que se le ha negado, de ahí que Navarra es la más exacta concreción del objeto del derecho a decidir. Euskal Herria es una comunidad lingüística y como tal no es un sujeto político. Euskal Herria sola no es el sujeto político y por ello no tiene el derecho a decidir. La reivindicación lingüística y cultural no sirve, no basta, no es suficiente, por sí sola para ejercer el derecho a decidir, éste necesita previamente la fijación del sujeto político en el conjunto de la sociedad dominada". Tomás Urzainqui Mina, historiador y jurista nabarro.
Nabar Herria sí que es un sujeto de Derecho político
Soberanía de Navarra
Había pensado escribir un artículo relacionado con el título que aquí presento, pero me he dado cuenta que es mejor en este caso “fusilar” estos datos que presento a continuación, los cuales están sacados de documentos históricos, documentos oficiales a día de hoy del Estado de Nabarra y datos del jurista e historiador nabarro, Tomás Urzainqui Mina.
“(…) Amplió...ciertamente el reino de los Francos... Ya que, sin anteriormente este se limitaba a la parte de la Galia que se extiende entre el Rhin y el Loira, y el Poniente y el mar baleárico, y parte de Germania..., él, mediante las guerras referidas, se anexionó Aquitania y Vasconia y toda la altura del monte Pirineo, y hasta el río Ebro, el que naciendo en territorio de los Navarros y tras discurrir por los fertilísimos campos de Hispania, se derrama en el mar baleárico bajo las murallas de la ciudad de Tortosa; luego toda la Italia…”. Crónicas francas del año 769 de nuestra era.
“El territorio vasco es el integrante del histórico Reino de Navarra”. Artículo 5 del anteproyecto de Constitución redactado por Manuel de Irujo, dirigente del P.N.V., para el Consejo Nacional Vasco.
“En base al Derecho Internacional, el Estado de Nabarra tiene Derecho a la independencia. Este Derecho también está reconocido en el artículo 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, hecho en New York, el 16 de diciembre de 1966, ratificado por el reino de España el 13 de abril de 1977 y revalidado por la república de Francia el 4 de noviembre de 1980, que preceptúa que todos los Pueblos, incluido el Pueblo Nabarro, tienen el Derecho de libre determinación, y de establecer libremente su condición política y proveer su desarrollo económico, social y cultural”. Primer punto de la Demanda interpuesta por la Comisión Soberanista de Nabarra ante las Naciones Unidas en febrero de 2010.
”Todo Pueblo, también el Pueblo Nabarro, tiene Derecho al respeto de su identidad estatal, nacional y cultural”. Artículo segundo de la Declaración Universal de los Derechos del Pueblo Nabarro realizada por la Comisión Soberanista de Nabarra junto a la Casa Real de Nabarra, la cual fue enviada a las Naciones Unidas en septiembre de 2010.
"Todo Pueblo tiene el Derecho de conservar en paz la posesión de su territorio y de retornar allí en caso de expulsión. En el caso que nos ataña al Pueblo Nabarro: La territorialidad del Estado de Nabarra es la concordada y aceptada al norte por los Jefes de Estado de Francia y de Nabarra, éste en nombre de su Pueblo, concordia de Saint-Jean d’Angély de 1010; mientras que al sur es la pactada y aceptada por los Jefes de Estado de Castilla (hoy España) y de Nabarra, éste de nuevo en nombre de su Pueblo, pacto de Támara de 1127, pues jamás se ha firmado ni reconocido otra territorialidad. Sólo un Jefe de Estado Nabarro, elegido libremente por nuestro Pueblo, tiene capacidad para alterar la territorialidad original de Nabarra con el consentimiento previo de nuestro Pueblo, el Pueblo Nabarro". Artículo tercero de la Declaración Universal de los Derechos del Pueblo Nabarro. C.S.N. y C.R.N., septiembre de 2010
“El Pueblo Nabarro tiene Derecho a un régimen democrático, amparado en el ancestral Derecho Pirenaico, que represente al conjunto de los ciudadanos, sin distinción de raza, sexo, creencia o color, y capaz de asegurar el respeto efectivo de los Derechos del Hombre y de las libertades fundamentales para toda la Humanidad”. Artículo siete de la Declaración Universal de los Derechos del Pueblo Nabarro. C.S.N. y C.R.N., septiembre de 2010.
“La remisión -a la hora de delimitar la territorialidad vasca- a las fronteras, no impuestas del Estado europeo de Navarra, es evidente que no solo viene favorecida por la aparente dificultad de fijarlas sobre los límites lingüísticos y culturales, sino sobre todo como consecuencia de la aplicación del criterio existente en el derecho internacional para los casos semejantes, que vincula el espacio de la sociedad política, o ciudadanía, con el ámbito territorial histórico del Estado propio. (…) El sujeto político solo puede ser la sociedad política concreta que ha sufrido una conquista violenta, lo que le ha privado de su Estado propio. Este sujeto político viene definido por su territorialidad y estatalidad, que se le ha negado, de ahí que Navarra es la más exacta concreción del objeto del derecho a decidir. Euskal Herria es una comunidad lingüística y como tal no es un sujeto político. Euskal Herria sola no es el sujeto político y por ello no tiene el derecho a decidir. La reivindicación lingüística y cultural no sirve, no basta, no es suficiente, por sí sola para ejercer el derecho a decidir, éste necesita previamente la fijación del sujeto político en el conjunto de la sociedad dominada". Tomás Urzainqui Mina, historiador y jurista nabarro.
Estado de Nabarra EL RAPTO DEL CONCEPTO DE ESPAÑA
J.M.Unzueta
Estado de Nabarra EL RAPTO DEL CONCEPTO DE ESPAÑA
Soberanía de Navarra
“Artículo 5 del Anteproyecto de Constitución, redactado por el Consejo Nacional Vasco en 1940: «El territorio vasco es el integrante del histórico Reino de Navarra»”. Manuel de Irujo. Dirigente del P.N.V.
El rapto del concepto España: El tema de Castilla con respecto a Nabarra, se puede iniciar con el dicho castellano de que "Castilla es un rincón que tiene a los montes de Oca por mojón", como queriendo decir que era muy pequeñita y que tampoco tiene legitimidad para asimilar o para dominar a los demás territorios que no estaban comprendidos en ese rincón. La pregunta es quién les ha dado permiso, quién les ha legitimado o autorizado para autodenominarse o para convertirse en España (Hispania) por antonomasia.
Porque España, prácticamente hasta los siglos XIV o XV, es todavía una idea geográfica. Hay que tener en cuenta que están el Reino de Portugal, el Reino de Cataluña-Aragón, el Reino de Nabarra, el Reino de Castilla y León y, por otro lado, estaba el Reino de Granada. Es muy presuntuoso afirmar por parte de Castilla que ellos son España. Esa especie de rapto del concepto de España, y de asumirlo solamente los castellanos, creo que está en el fondo de los problemas que han ido surgiendo a lo largo de la historia.
En realidad, Castilla, cuando dice que tiene a los montes de Oca y Atapuerca por mojón se lo debería de creer de verdad, porque esos son los límites culturales, políticos e históricos. Y Nabarra de forma libre jamás ha renunciado a ellos. Hay que tener en cuenta a Nabarra con Castilla en una relación de nación a nación, una relación internacional, como la de dos Estados europeos, de tú a tú, Estados independientes y soberanos.
Lo que ocurre es que la serie de tratados internacionales que se firmaron antes de la conquista fueron incumplidos y violados unilateralmente por Castilla. Por lo que hoy en día es verdaderamente tragicómico que se pretenda decir que van a ser respetados los supuestos pactos políticos internos, cuando jamás se respetaron los tratados internacionales, en los que ambas entidades políticas soberanas, libres y sin ninguna supeditación de una a la otra, pudieron acordar. Hoy en día existe una relación desigual, no es una relación entre iguales, los acuerdos que se puedan tomar entre el Estado gran-nacional español o francés y una provincia o autonomía, son realmente de un valor ínfimo.
Castilla incumplió los tratados internacionales de límites de los años 1016, 1127 y 1177; y otros muchos en los que siempre se sostenía que los límites de Nabarra con respecto a Castilla eran los montes que limitan la cuenca del Ebro con la cuenca del Duero, esas sierras que aparecen recogidas en los tratados como límites, y que sin embargo Castilla no respetó, ni tampoco tuvo argumentos de peso para conquistarlos. Hay que tener en cuenta que tras la conquista tampoco hubo un cambio de población, simplemente hubo una dominación militar y política sobre esos territorios que luego son sometidos a un proceso de asimilación cultural e institucional.
EL RESURGIR DE VASCONIA En el contexto europeo los Estados van surgiendo paulatinamente, no existen desde la prehistoria. El Estado vasco se crea con la Vasconia posterior a la época romana, y se convierte sucesivamente en el Reino de Pamplona y en el Reino de Nabarra. Se puede remontar en sus orígenes precisamente a esa época, el siglo VI, dado que es cuando va surgiendo esa concepción nacional diferenciada de los otros pueblos y va organizándose con sus instituciones, con su sistema de poder y de autodefensa. Esto es muy esclarecedor, puesto que Vasconia, después de setecientos años de vivir dentro del Imperio romano, resurge otra vez; curiosamente será uno de los pocos pueblos europeos que una vez pasada la época romana vuelva a organizarse resurgiendo con bastante energía además.
Extraído de la web: http://www.osoa.net/
Estado de Nabarra EL RAPTO DEL CONCEPTO DE ESPAÑA
Soberanía de Navarra
“Artículo 5 del Anteproyecto de Constitución, redactado por el Consejo Nacional Vasco en 1940: «El territorio vasco es el integrante del histórico Reino de Navarra»”. Manuel de Irujo. Dirigente del P.N.V.
El rapto del concepto España: El tema de Castilla con respecto a Nabarra, se puede iniciar con el dicho castellano de que "Castilla es un rincón que tiene a los montes de Oca por mojón", como queriendo decir que era muy pequeñita y que tampoco tiene legitimidad para asimilar o para dominar a los demás territorios que no estaban comprendidos en ese rincón. La pregunta es quién les ha dado permiso, quién les ha legitimado o autorizado para autodenominarse o para convertirse en España (Hispania) por antonomasia.
Porque España, prácticamente hasta los siglos XIV o XV, es todavía una idea geográfica. Hay que tener en cuenta que están el Reino de Portugal, el Reino de Cataluña-Aragón, el Reino de Nabarra, el Reino de Castilla y León y, por otro lado, estaba el Reino de Granada. Es muy presuntuoso afirmar por parte de Castilla que ellos son España. Esa especie de rapto del concepto de España, y de asumirlo solamente los castellanos, creo que está en el fondo de los problemas que han ido surgiendo a lo largo de la historia.
En realidad, Castilla, cuando dice que tiene a los montes de Oca y Atapuerca por mojón se lo debería de creer de verdad, porque esos son los límites culturales, políticos e históricos. Y Nabarra de forma libre jamás ha renunciado a ellos. Hay que tener en cuenta a Nabarra con Castilla en una relación de nación a nación, una relación internacional, como la de dos Estados europeos, de tú a tú, Estados independientes y soberanos.
Lo que ocurre es que la serie de tratados internacionales que se firmaron antes de la conquista fueron incumplidos y violados unilateralmente por Castilla. Por lo que hoy en día es verdaderamente tragicómico que se pretenda decir que van a ser respetados los supuestos pactos políticos internos, cuando jamás se respetaron los tratados internacionales, en los que ambas entidades políticas soberanas, libres y sin ninguna supeditación de una a la otra, pudieron acordar. Hoy en día existe una relación desigual, no es una relación entre iguales, los acuerdos que se puedan tomar entre el Estado gran-nacional español o francés y una provincia o autonomía, son realmente de un valor ínfimo.
Castilla incumplió los tratados internacionales de límites de los años 1016, 1127 y 1177; y otros muchos en los que siempre se sostenía que los límites de Nabarra con respecto a Castilla eran los montes que limitan la cuenca del Ebro con la cuenca del Duero, esas sierras que aparecen recogidas en los tratados como límites, y que sin embargo Castilla no respetó, ni tampoco tuvo argumentos de peso para conquistarlos. Hay que tener en cuenta que tras la conquista tampoco hubo un cambio de población, simplemente hubo una dominación militar y política sobre esos territorios que luego son sometidos a un proceso de asimilación cultural e institucional.
EL RESURGIR DE VASCONIA En el contexto europeo los Estados van surgiendo paulatinamente, no existen desde la prehistoria. El Estado vasco se crea con la Vasconia posterior a la época romana, y se convierte sucesivamente en el Reino de Pamplona y en el Reino de Nabarra. Se puede remontar en sus orígenes precisamente a esa época, el siglo VI, dado que es cuando va surgiendo esa concepción nacional diferenciada de los otros pueblos y va organizándose con sus instituciones, con su sistema de poder y de autodefensa. Esto es muy esclarecedor, puesto que Vasconia, después de setecientos años de vivir dentro del Imperio romano, resurge otra vez; curiosamente será uno de los pocos pueblos europeos que una vez pasada la época romana vuelva a organizarse resurgiendo con bastante energía además.
Extraído de la web: http://www.osoa.net/
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NABARRAKO ERESERKIA
Nabarra, reflexiones de un Patriota
ASKATASUNA = Baskoinak x Nafar Paradigma
"PRO LIBERTATE PATRIA GENS LIBERA STATE"
"Aberri askearen alde jende librea jaiki"
"De pie la gente libre a favor de la libertad de la patria"
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Navarre shall be the wonder of the world
by WILLIAM SHAKESPEARE