La importancia documental del archivo Rena
Pello Esarte Muniain, Elizondo-Nabarra
El Archivo General de Navarra acaba de publicar en su web los documentos que
conservó Juan Rena, el otrora vicario de la reina Isabel la Católica por sus
apoyos en la conquista de Orán y otras plazas africanas; posteriormente
abastecedor militar del Ejército español que ocupó Navarra y, finalmente, obispo
de su diócesis. El presente texto responde a las extravagantes declaraciones de
los responsables de una consejería del gobierno y un jefe de archivo del
AGN.
La existencia y conservación del fondo Rena, a mi juicio, se ha debido más a
la fortuna de no haberse tenido en cuenta su importante aportación a la historia
propia de Navarra y no considerar los ocupantes su valor (ya se llevaron otros
documentos en parte devueltos). Si en algo se aprecia la importancia de la
documentación de Rena es en la falta de documentación propia de Navarra.
Es obligado echar en falta un recuerdo para el señor Imaz (desconozco su
nombre) que en la década de los 70 y 80, alternó presidir la sala de
investigación con una primera ordenación documental de estos y otros índices, lo
que me facilitó (yo todavía profano) acceder certeramente a la investigación que
iniciaba en aquellos años. Paralelamente a la publicación de dichos documentos,
también se debería aportar la nomenclatura anterior (seguramente todavía se está
a tiempo), para confrontar los documentos ya consultados por los investigadores
según aquella datación, y evitar a los nuevos investigadores duplicarles el
trabajo.
Según un periódico local, que alude a la noticia como proveniente de
Europa Press, la documentación hecha pública corresponde a 3.258
documentos entre los años 1512 y 1539, que fueron conservados por Rena, y que
constituye su arsenal de relaciones personales, políticas y militares. Podría
desdoblarlo, además, en las económicas y religiosas, pero en aras a la brevedad,
diré que éstas estuvieron constreñidas a los apartados anteriores.
Se denomina al nuevo catálogo como Fondo de Juan Rena y se le califica como
"el más rico de la institución, no sólo por su antigüedad, sino también por su
magnitud, su valor testimonial y porque da huella de primera mano de los
momentos históricos de la conquista de Navarra". Este archivo del veneciano Rena
corresponde a su participación en la conquista (1512), en la reconquista (1521)
y en el correspondiente sometimiento de la sociedad navarra en los casi 30 años
que se dedicó a ello. Vivió habitualmente en el reino entre 1512-1539, con
servicios importantes al emperador en Bélgica e Italia, ocupado en los
abastecimientos de naves, mientras mantenía sus oficios de Navarra a base de
criados.
Ya la dejé reflejada en su día la importancia de Rena, que no solo tuvo cargo
de pagador de obras y gastos militares y extraordinarios de Navarra, sino que
fue el estratega militar que expolió los bienes navarros desde todas las formas
posibles. Aplicó las recaudaciones de cuarteres y alcabalas de Navarra
(obtenidas vía otorgamiento), exigió préstamos obligados a ciudades y
particulares, requisó bestias y carruajes en diferentes momentos, obligó a
trabajos a las vecindades de los pueblos, exaccionó los frutos religiosos y
aplicó bulas, impuso estancias de soldados y obligó a avituallamientos con
promesas de compensarlos que nunca llegaba a cumplir.
Que el consejero Sánchez de Muniain afirme ahora que "gracias a estos
documentos vamos a conocer datos nuevos de este importante periodo de la
historia de Navarra y España, y además también se puede conocer cómo algunos
estereotipos se desvanecen y afloran otras versiones que son plenamente válidas
y que complementan la visión general de la historia de Navarra", no resulta ni
aclaratorio ni imparcial.
Y añade que no es iniciativa para "provocar que cualquier ciudadano pueda
desde su casa o desde donde esté enfrentarse al conocimiento directo de los
documentos originales que acreditan la historia de Navarra, sin intermediarios y
sin interpretaciones", cuando él se posiciona en ese acto publicitario.
La mejor prueba de la manipulación que se pretende con la documentación de
Rena son sus propias declaraciones. Con esta iniciativa el Ejecutivo foral -dice
Sánchez- "culmina las acciones que ha llevado a cabo con motivo de la
conmemoración del V centenario de la conquista de Navarra en las que han
apostado por el rigor histórico, por la documentación original y por la plena
facilidad de trabajo a los historiadores". Cinismo y hueca terminología, cuando
llevamos cinco años de analistas monocordes del oficialismo y ninguno de ellos
ha tocado dicha temática, que ahora viene a toro pasado tras silencio analítico
y conferenciante.
Además, en la información que ahora se ofrece, el monopolio del análisis se
mantiene en toda su ortodoxia. Al pie de cada página se hace referencia al lugar
de los hechos, se añade en mayúsculas como a una carta de correos,
"Navarra-España". El jefe de Sección del Archivo General de Navarra, Félix
Segura, sostiene que "la documentación de Juan Rena volcada en la red refleja la
gestión del dinero invertido por Castilla en el reino de Navarra destinado a la
modernización de las estructuras defensivas, las indemnizaciones por tropas y
derribos, los suministros del ejército y el servicio de correos y espionaje",
cuando los titulares documentales obvian el origen de los pagos. Que quien
sostiene eso tenga cargo en el AGN, refleja la degradación histórica con una
manipulación consentida, que obvia hechos y se presta a la tergiversación
interpretativa.
Los propios documentos de Rena revelan las ínfimas y obligadas cantidades de
dinero invertido en Navarra por Castilla, frente al expolio cometido, con la
obligación de alimentar a la tropa ocupante y costear su estancia y
fortificación. Pero para Segura, Juan Rena "se ocupó de gestionar la inversión
económica (…) (y) la Corona de Castilla inyectó en Navarra una considerable
cantidad de dinero que llegó a duplicar las rentas disponibles por el
reino".
De ahí pasa Segura a la existencia de "documentos sobre el número de navarros
que acudieron a la conquista de Amaiur y (…) la nómina y cantidades que cobraron
algunos guipuzcoanos por levantar fortificaciones por cuenta del Reino de
Castilla en Navarra, (o de que Rena) se ocupó de gestionar la inversión
económica de la Corona de Castilla en el reino de Navarra". Pero en un total de
56 funciones diferentes que ejerció Rena, y que no cita, esa conclusión equivale
a hacer pasar las excepciones como si se trataran de los hechos generales.
Y como, frente a lo expuesto por el señor Segura, mantengo que los documentos
de Rena demuestran que la Hacienda de Navarra tuvo que cargar con los costes de
la conquista española, le invito a celebrar una mesa, en la que los dos
expongamos nuestros planeamientos ante un público interesado, contrastemos
nuestras hipótesis y un moderador coordine las preguntas de los oyentes. Es lo
mínimo que podemos hacer, frente a los cinco años de versión única pagada con
dinero público, con nuestro dinero.