La ignominia
del sistema colonial que padecemos
J.X. Mauleon, Cadreita-Nabarra
Lo que están haciendo con la colonia de Nabarra,
tanto el Gobierno de España como el Gobierno de Francia, es una política
infame, indigna y vergonzosa. El trato que está recibiendo la Nación Nabarra no
es propio de Países civilizados y mucho menos de Naciones que pretender ser
europeas. Mientras otros Estados europeos han sabido darle un trato justo a sus
diferentes colonias, España y Francia siguen arrasando a nuestra tierra más de seis
siglos después de que se produjese una conquista ilegal, violenta y genocida.
Los gobernantes españoles y franceses se han propuesto acabar con lo que queda
de esta colonia y por desgracia para el Pueblo nabarro lo están consiguiendo.
La crisis en las que nos vemos inmersos desde el
primer día de sufrir la invasión española y francesa, la seguimos padeciendo y está
provocada por el colonialismo español y francés, pero también por los pseudogobernantes existentes en las
diferentes divisiones geopolíticas a las que se ha visto obligado nuestro País,
sin el consentimiento de nativos o autóctonos. Todos estos gobiernuchos regionales, autónomos o departamentales están
finalmente supeditados a las directrices coloniales de Madrid y Paris; esa es
la cruda verdad.
Nabarra con independencia y sin la esclavitud
colonial, a su vez libres de esos pseudogobernantes
y sus tiranías políticas basadas en la
infamia del cortijo privado, el Estado de Nabarra sería uno de los países más
ricos del Mundo. Esta es una verdad como un templo aunque muchos nabarros sigan
sin creérsela definitivamente porque los españoles y franceses los han narcotizado
desde su infancia. Durante siglos les han hecho creer a este Pueblo, a esta
Nación de naturaleza hacendosa y emprendedora -como lo ha demostrado allí donde
han tenido que emigrar sus hijos-, que no podría vivir sin la tutela bien de
España o bien de Francia, algo que es mentira como nuestra historia soberana de
aproximadamente 8 siglos nos demuestra.
Incluso hay gentes de nuestra Nación que apelan
a la comprensión de los políticos españoles y franceses, para que de una vez
por todas tengan un gesto con esta tierra, yo no, pues ahí tenemos la historia
política. A pesar de ello, esto supondría, si realmente son demócratas
españoles y franceses, una decisión que algunos pueden considerar como generosa,
que los exoneraría en parte del atroz, salvaje y violento crimen cometido por
sus sanguinarios antepasados. Una actitud que no puede ser otra que la
iniciación desde Madrid y Paris del proceso para la descolonización de Nabarra,
como lo hizo en su momento Portugal con Angola, Mozambique y Cabo Verde; claro
está, para eso hay que ser demócratas y aceptar a la Jurisprudencia
Internacional.
Sabiendo que el párrafo anterior no es más que
la ilusión de personas soñadoras pertenecientes a nuestra Nación, debemos gritar
bien alto que somos nabarros; somos naturales del Pirineo, del Ebro y del
Atlántico, por lo tanto somos europeos.
Tantos cientos de años de injustificable esclavitud
colonial y del robo sistemático de nuestros recursos Nacionales y personales, llevados
a cabo tanto por parte del Reino de España como de la República de Francia, son
más que suficientes. Ya está bien de tanta represión infame.
No cabe duda de que España y Francia son unos Países
moralmente decadentes. Una decadencia que nos trasladan a Nabarra mediante las
cadenas coloniales, que para colmo nos las impusieron en nuestro escudo tras
sus ilegales ocupaciones de nuestra tierra, que acabaron con la soberanía de
nuestro Estado.
Los nabarros deseamos recuperar la independencia
y a través de ella mantener relaciones políticas y comerciales con España,
Francia, Europa y el resto del Mundo, pero eso sí, en igualdad de condiciones.
Relaciones entre Naciones libres, no entre el
amo de la plantación y su esclavo, el cual siempre ha de arrodillarse a sus
pies, como sucede en la actualidad.
Nuestra aspiración libertaria como Nación, es sistemáticamente
perseguida por los imperialistas que nos colonizan y sojuzgan. El que los
nabarros busquemos ser libres de nuevo, para que así podamos vivir con nuestra
propia identidad y además con dignidad, es motivo de delito para las
imperialistas Constituciones española y francesa. Pero también son muchos los
que nos critican e inclusive censuran a nosotros, estatalistas, soberanistas,
legitimistas e independentistas nabarros, de forma lamentable, incluidos miembros
de nuestro propio Pueblo. Que tristeza.
Si quienes están llamados a luchar,
pacíficamente por supuesto, para que Nabarra sea nuevamente una Nación soberana
no lo hacen, ¿quién lo va a hacer pues? Lo más triste de esas personas y sus
compinches, no es que solo hagan dejación de sus obligaciones patrias, sino que
también persigan constantemente a los diversos grupos, comisiones, como se estructuren
o llamen y demás, todos ellos reales entes políticos de carácter Nacional
nabarro, por abanderar la obtención de esa libertad que les fue arrebatada a
nuestros antepasados mediante la violencia armada. Una libertad a la que
finalmente renuncian claramente ellos, porque prefieren ser colonos dominados y
subordinados, vamos como el tío Tom de la novela de Harriet Beecher Stowe, que
hombres libres y orgullosos de su identidad Nabarra.