SF 2013; más que una bandera
Iñigo
Saldise Alda
El
imputado por presuntos delitos de corrupción con respeto a los sucesos
acaecidos con la CAN y la auto imposición de dietas múltiples y continuas con
las cuales un parado o parada puede subsistir incluso más de un año, solo ha
encontrado tres problemas a corregir para los San Fermines del año 2014. Estos
son la introducción, nuevamente y esta vez de una forma impresionante, de la
bandera de la etnia cultural vasca la cual es oficial de la Comunidad Autónoma
Vasca, las quejas y represalias lingüísticas hacia su persona y a sus
compañeros y compañeras de presuntas fechorías durante el acto de la procesión
del día 7, junto a la falta de seguridad en el encierro; concretamente esto
último en lo referente al acceso al coso pamplonés.
Desde mi
punto de vista, como irunsheme que es uno y con mi derecho a la libre opinión,
creo que ha habido más problemas. Podemos comenzar a enumerar dichos problemas por
las más que vergonzosas, despreciables y mezquinas agresiones sexistas realizadas
durante la espera al lanzamiento del txupinazo en la plaza Consistorial, que
han sido permitidas por el entorno y la misma persona del imputado que incluso
quiere ocultarlas al mundo llamando a practicar la censura o autocensura en los
medios de comunicación, pero no llevar a cabo las pertinentes denuncias y
sanciones como es necesario y debido. Además todo esto ocurría mientras agentes
de la Policía Foral y Municipal boicoteaban e impedían a base de porrazos y
agresivos modos, el acceso a personas que portaban la bandera de la etnia
cultural vasca, por mandato de ese señor imputado y su entorno presuntamente
criminal, tanto de extrema derecha como de la falsa izquierda, eso sí, todos
ellos y ellas constitucionalistas españoles que odian y no respetan
institucionalemente la bandera de la Comunidad vecina, la cual es legal para su
propia Constitución.
El retaso
del lanzamiento del txupinazo también fue un problema desde mi punto de vista, ya
que ante el numerosísimo público que se agolpaba en la plaza Consistorial pudo
haber provocado numerosos heridos por el golpe de calor y la masificación.
Además, personalmente creo que ese retraso fue injustificado, ya que la bandera
desplegada frente a la balconada municipal no impedía de modo alguno dicho
lanzamiento, ya que hay otras cuatro banderas más próximas a donde se prende la
mecha del cohete y nunca han sido retiradas por seguridad. Personalmente creo
que dicho imputado y su entorno, presuntamente criminal, que mantienen la Casa
de los pamploneses y de las pamplonesas como un cortijo privado y particular,
se mostraron contrariados ante la imposibilidad de salir por la TV y en las
fotos. Su injustificable protagonismo y su odio
visceral a lo vasco les jugaron, siempre desde mi parecer, una mala y
antidemocrática pasada, incluso desde dentro de su marco Constitucional.
Por otro
lado, durante el mismo txupinazo se produjo otro incidente, a mi parecer grave
como pamplonés, que gracias al capotico de San Fermín como no se cansas de
repetir mucha gente a lo largo de las fiestas de Iruñea, pudo haber ocasionado
varios heridos al caer descontrolado sobre el gentío uno de los cohetes que se
lanzaron tras las 12 y 19, no lo olvidemos, del pasado día 6 de julio.
Durante
la procesión dicho imputado y su entorno supuestamente criminal, recibieron el
reproche verbal de gran parte de la ciudadanía pamplonesa y del resto de la
Comunidad Foral ante sus supuestos delitos, los cuales están bien definidos y
aclarados con diversas y firmes pruebas periciales. Así pues, si hubiese
dimitido dicho imputado y su entorno, como es menester en cualquier sociedad
verdaderamente democrática, estoy convencido que dicho ¿ataque? vale acepto
pulpo como animal de compañía, no se hubiera producido.
Antes de
llegar al encierro hay que recordar que ha habido innumerables hurtos,
sustracciones y robos, de los cuales normalmente siempre esos delincuentes,
también presuntos como el imputado y su entorno, salen bien parados al estar
preocupadas la Policía Municipal y la Policía Foral en otros detalles; valga de
ejemplo la continuada vigilancia que los números o agentes de la Policía Foral
llevaron a cabo durante todas las fiestas de los tendidos de sol, esos donde se
posicionan las peñas de esta bella ciudad, ante la posibilidad de que
apareciesen esa odiada y perseguida bandera.
Ni que
hablar de la suciedad generalizada, olor a orina incluido y demás, que
lamentablemente sufrimos y padecemos durante esos nueve días festivos.
El
peligro del encierro, como hemos podido ver por la TV, aparte del que ocasionan
naturalmente unos bichicos de más de 500 kg, fue propulsado en gran medida por
las policías Municipal y Foral, las cuales cumplían nuevamente órdenes del
imputado, la futura imputada y su entorno. El mismo día del terrorífico montón,
mi aita me comentaba que no entendía los tapones que realizaba la Policía
Municipal, ya que era preferible dejarles entrar al coso taurino, pues no son
corredores. Incluso tras el gravísimo incidente, comentamos que no entendíamos
como estaban las puertas entreabiertas, mientras a los comercios y portales del
recorrido les exigen, por seguridad, estar bien cerrados.
Así pues,
para finalizar, creo que gracias a la irresponsabilidad manifiesta de las
policías encargadas de la seguridad en el encierro y en el resto de la ciudad,
tanto la que está bajo el mando del imputado, la Municipal, como la Foral que
está bajo el mando de una de sus más ilustres compañeras en las presuntas
estafas a la ciudadanía pamplonesa y al resto de la Comunidad Foral de Navarra,
más que posible también en un futuro estará imputada, sean producido graves incidentes
y problemas para la integridad de la mujer por agresiones sexistas, indudablemente
también para los corredores del encierro y para la ciudadanía en general que
convivimos en Iruñea desde el 6 a las 12 y 19, esta vez, hasta la medianoche
del día 14 de julio.
¡Ah! Mi
enhorabuena al Colectivo 15 de julio por recuperar esa esencia cachonda y
siempre festiva del encierro de la Villavesa; grandes “Indurain y su entorno
siempre jotero”. Por cierto, un encierro sin incidentes ante la ausencia
policial en este evento; mira, aquí ha estado bien el imputado y su entorno
presuntamente criminal. En fin, una de cal entre tanta arena.