Iruinea, febrero de 2010

Iñigo Saldise Alda
Sin soberanía no somos nada
Soberanía de Navarra

"Son Derechos irrenunciables e inalienables de la Nación Nabarra, la soberanía, la libertad, la independencia, la inmunidad, la paz, la unión e integridad total del territorio, junto a una estructuración democrática estatal acordada y conforme con la jurisprudencia propia que nos otorga el Derecho Pirenaico”.

Hay que decir, que los pocos nabarros convencidos de que el futuro inmediato de esta tierra nuestra, pasa por recuperar la plena soberanía del Estado de Nabarra, les habrán admirado las manifestaciones realizadas en el hotel Albret, el pasado sábado 6 de febrero del año 2010, por la Comisión Soberanista de Nabarra. Sin embargo, creo que me equivoco al afirmar que son pocos. Soy consciente de que ya somos muchos y cada vez más, los nabarros que pensamos como dicha Comisión; es decir, que aspiramos a vivir en libertad, sin ataduras, sin cadenas, realmente siendo dueños de nosotros mismos, nabarros de la Nación Nabarra y no españoles o franceses de tercera o cuarta categoría.

Insisto: cada vez somos más, por ello evidentemente me alegra afirmarlo, porque es la verdad. Lo vuelvo a repetir: no queda ni un solo nabarro auténtico que no se haya convencido que la recuperación plena de la soberanía del Estado de Nabarra, es la única salida para su amada tierra. Una tierra que no tiene por qué seguir atada a las Metrópolis española y francesa. Indiscutiblemente ya no hay vuelta atrás.

Todos nosotros sabemos, porque conscientemente somos realistas -ilusionados pero con los pies en el suelo- que todavía nos queda un largo camino por recorrer. El reino de España y la república de Francia harán cuanto esté en su mano para no perder una de las últimas colonias que les quedan. De hecho, ya lo están haciendo. Tanto el gobierno de Madrid, como el de Paris, están desplegando toda su influencia política y diplomática para impedir que al final del año 2010, como muy tarde, se hayan iniciado las conversaciones para el proceso de descolonización de Nabarra.

Esto significa que los gobernantes españoles y franceses están transgrediendo y vulnerando un acuerdo internacional que suscribieron en su día, como es la Resolución 1.514 del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas. El Ejecutivo español y también el francés, están medrando para que la ONU no incluya al Estado de Nabarra en la lista de países que deben ser descolonizados, como muy tarde el 31 de diciembre de este año, fecha en la que se consume la segunda y definitiva década convocada por la Asamblea General de esa Organización, para poner fin a la colonización, que junto con la esclavitud, ha sido y sigue siendo una de las mayores lacras o imperfecciones de la humanidad.

El principal argumento de los monárquicos españoles para oponerse a nuestra soberanía, está basado en una historiografía falsificada y realmente apañada para su propio beneficio, mientras que los republicanos franceses utilizan otros métodos, como intentos de soborno a la Casa Real de Nabarra intentando comprar los Derechos Históricos que ésta posee, según los ordenamientos jurídicos antiguo y moderno, sobre la Nabarra norpirenaica; pero dicha Casa Real nunca ha aceptado vender Nabarra. Hay que decir bien alto y claro, que ambas acciones realizadas por las Metrópolis española y francesa son una auténtica barbaridad, tanto por parte de quien las esgrimen, como incluso podríamos decir del lado de quienes si quiera se plantean aceptarlas.

La ONU, no debe ni puede admitir los planteamientos y acciones realizadas por los estados español y francés. En nuestro caso del Estado de Nabarra, está por medio un genocidio perpetrado durante varios siglos de invasiones y ocupaciones. Esto obliga al gobierno español y al gobierno francés, no sólo a liberar el Estado de Nabarra, sino incluso a indemnizar a sus habitantes por el crimen de lesa humanidad que cometieron los violentos invasores.

La descolonización y la soberanía, llevan implícitas la indemnización a nuestro pueblo por extracción humana y material durante más de cinco siglos. Somos un territorio subyugado y administrado por unas potencias extranjeras, y llevamos más de 500 años esclavizados y sometidos al poderío metropolitano español y francés; es más, nos expropiaron geográficamente nada más apoderarse de nuestro País, repartiéndose los extranjeros nuestras tierras, racionada entre las diferentes personas poderosas de la época y, cómo no, también hubo algún trozo para nuestros propios traidores; acontecimientos y circunstancias que después de más de cinco siglos aún subsisten.

También quiero realizar una precisión a todos los jóvenes y valientes soberanistas o incluso independentistas, cuando llegan a afirmar lo siguiente: "Nabarra es la colonia más antigua del planeta y la única que se ha mantenido sumisa a sus invasores". Sumisa, no; sometida por la fuerza de las armas, sí. Por la fuerza, la violencia y unas políticas sibilinas realizadas desde las Metrópolis española y francesa, consistentes por un lado, en narcotizar a la población o ciudadanía para que no vuelva a sublevarse y por otro, en convencerla de que el único futuro posible para esta tierra pasa por seguir bajo el resguardo o la tutela, de los españoles o franceses. Mentira infame esta, porque la realidad apunta a todo lo contrario. Nabarra posee un gran futuro como territorio soberano e independiente. Un futuro lleno de oportunidades, del que carecemos si seguimos atados a España y Francia por el yugo de la esclavitud colonial. Nos asfixian con sus erróneas políticas económicas, por lo que debemos recuperar la soberanía ahora, mañana puede ser demasiado tarde.

Hasta el día de hoy, realmente, no había pasado gran cosa para la causa soberanista nabarra. Más concretamente hasta la aceptación de la demanda realizada por la Casa Real de Nabarra y la presentación de la Comisión Soberanista de Nabarra como co-demandante, no había pasado ciertamente nada para que alcancemos nuestra ansiada e irrevocable libertad, porque a ciencia cierta, los desafortunados partidos políticos, que innegablemente aceptan la constitución del reino de España y de la república de Francia, pero que se autodenominan incluso sin ningún rubor como independentistas, siguen de brazos cruzados. En lugar de alzar su voz contra los que nos esclavizan, siguen tan contentos haciéndoles el juego a los estados español y francés.

Qué desgracia para esta tierra tener realmente unos auténticos pseudos políticos-como personas seguro que son muy respetables- debido a una continuada acción seudo política, alineada con el colonizador extranjero y completamente desafortunada para la recuperación plena de la soberanía del Estado de Nabarra. Concluyentemente su ambición personal y partidista les ciega y finalmente les pierde, arrastrándonos a todos al abismo. Objetivamente para el interés soberanista de los nabarros, hay que decir que ellos no son nada.