Iñigo Saldise Alda Por qué soy soberanista
Soberanía de Navarra
Soberanía de Navarra
“La soberanía y dignidad de un Pueblo no se discute con nadie”. Fidel Castro
Muchas veces mis amigos y amigas me preguntan por qué soy soberanista. A decir verdad, si las cosas y la conducta del ser humano fueran como físicamente tienen que ser, no tendrían que preguntarlo, porque la soberanía y la independencia de una Nación -y yo hablo de mi Nación que es Nabarra- es ciertamente equivalente a la libertad personal u original. Así como podemos decir que no hay persona si no hay libertad, tampoco hay verdadera Nación con personalidad jurídica propia, sin poseer ésta una plena soberanía.
La libertad, la soberanía, es decir, el derecho indiscutible e inalienable de un Pueblo a asumir o tomar la responsabilidad de su destino, con la capacidad de poder tomar sus propias decisiones, no es sólo una materia de Derecho, sino es el signo auténtico y verdadero de que ese Pueblo ha alcanzado realmente su plenitud, la lucidez moral y una elevada claridad civil. Nabarra hoy día es una mera colonia del reino de España y la república de Francia; de eso no cabe la menor duda. Los autodenominados nabarros que lo niegan, palpablemente o están engañados, o enredados, o evidentemente involucrados con el colonizador o simplemente, y por desgracia para la Nación Nabarra, desean o quieren estarlo. La libertad, la soberanía, hay que decir que es una necesidad moral y concluyentemente es una cuestión de honor; porque sin independencia, sin soberanía y sin compromiso, no hay dignidad verdadera, pues el honor palpablemente es fruto de la dignidad y de la virtud.
Soy soberanista porque quiero para mi Nación, para mi amada Patria Nabarra -que indudablemente son un solo y mismo cuerpo- ese Derecho, esa responsabilidad, esa madurez consciente, ese título Estatal, esa plenitud real que sólo se da en el ejercicio de la libertad, en el deleite y en la acción absoluta de la plena soberanía. Efectivamente, he sido soberanista desde el mismo instante en el que por primera vez atesoré razón de ser y de existir, en el preciso momento que me sentí parte de mi Pueblo, siendo solidario y responsable con la historia de nuestro Estado, Nabarra, con su milenaria cultura pirenaica y también Europea. Por ello, no solo me siento parte de la Nación Nabarra, sino que seriamente estoy comprometido con su futuro o destino. Por eso me hice en su día de Nabarralde y por eso soy actualmente miembro de la Comisión Soberanista de Nabarra.
Estoy plenamente convencido de que los soberanista somos los que decimos ecuánimemente la verdad a la totalidad del Pueblo Nabarro, asimismo de patrocinar y amparar la verdadera justicia y a nuestro antiquísimo Derecho Pirenaico. Somos los que estamos concienciados en nuestro trabajo patrio y además sabemos absolutamente que tenemos la razón histórico-política de nuestro lado, y estas palabras no solo son pasionales -aunque la haya, no hay porque negarlo, siendo yo una persona y no un simple muñeco- sino verdaderamente esta es un reflexión con fuerte carga intelectual, basada en unos conocimientos facilitados por las numerosas lecturas, e incentivadas por las experiencias de haber vivido estos años atento a la marcha y a los sucesos de la historia política de mi Pueblo, que por cierto, tanto me incumbe y me importa.
Para concluir, decir que nuestro problema más urgente y dificultoso a día de hoy, es evidentemente el independizarnos políticamente de las metrópolis colonialistas y romper así las cadenas que nos subordinan económica, política, lingüística y culturalmente, obligándonos con ello a permanecer dóciles, sumisos, en definitiva, sometidos por la maquinaria imperial española y francesa. Sólo así y de ese modo, será posible el progreso auténtico y definitivo de nuestro Pueblo y no ese inexistente avance que seriamente beneficia a nuestros explotadores, ya sean estos colonizadores o colonizados.
En resumen: Soy soberanista porque soy nabarro.
