TREVIÑO DE UDA, LA INVASIÓN CONTINÚA
Aitzol Altuna Enzunza,
Galdakao-Nabarra
Un Treviño burgalés y
castellano, sólo tiene sentido como enclave medieval español en tierra del
Estado de Nabarra, buscado debilitar una futura recuperación del Estado baskón,
es por tanto reflejo de la invasión militar que continúa.
Los Belasko eran una
de las familias baskonas fundadoras del reino nabarro, que en la Alta Edad
Media controlaban las comarcas de Pamplona, Estella y Alaba entre otras. Los
Belasko derrotaron al ejército musulmán en las Conchas de Arganzón al sur del
valle de Uda en el año 801, quedando en sus manos lo que se llamará:
"Alaba y Al Quila". Durante los siglos VIII y IX Alaba era conocida
como "la puerta de la cristiandad" y fue atacada constantemente en
razzias menores por tropas musulmanas entre los años 791 y 878. En el año 816
los Belasko, con gentes venidas de la Sakana, Burunda y Alaba, derrotaron al
ejército musulmán del emir de Córdoba en el valle de Orón (río Orancilo, al sur
de Miranda de Ebro) y en el desfiladero de Pancorbo. Esa fue la frontera musulmana.
El hijo del primer rey
de Nabarra, Eneko Garçea II (860-882), cerró casi definitivamente Alaba a los
musulmanes, con los castillos de Zaldiaran que controlaba el paso norte del
valle de Uda hacia la Llanada alabesa y el de las Conchas de Arganzón que
controlaba el paso sur, lo que marcaría también el inicio de la recuperación
del reino baskón frente a los musulmanes. Reinando Sancho III el Mayor, en el
documento del monasterio de San Millán de la Cogolla de La Rioja conocido como
“la Reja de San Millán” del año 1025, aparece la población de “Rigo de Ivita”,
se trata una población de la comarca del río Uda, hoy deformado como río Ayuda
(ibai-Uda). En “De Rebus Hispaniae” de Ximénez de Rada de principios del siglo
XIII, aparece escrito “Ibida”, donde “ibi” es “vado”, por tanto vado del río
Uda, el cual desemboca en el Zadorra a la salida del valle y pocos kilómetros
después en el Ebro.
Tomás Urzainki en su
libro “La voluntaria conquista” comenta que el “Rey Sancho el Sabio comenzó la
reorganización jurídica en Araba con un gran desarrollo concejil y con la
promulgación jurídica del Fuero de Laguardia, que le otorgó en 1164. Continuó
en 1172 al otorgar el Fuero a la plaza de San Vicente de la Sonsierra. Siguió
en fecha no determinada con el Fuero de Treviño, situado en el acceso hacia el
interior de Navarra por el valle del río Ayuda. Éste quedó en 1163 en el
Realengo del Rey de Navarra, no pasando a poder de Castilla hasta el año 1204.
El otorgamiento de Treviño parece una adaptación del Fuero de Laguardia,
coetáneo de los de Antoñana y Bernedo (para entonces ya lo habría recibido
Lagran). No se ha conservado el texto de este Fuero que sirvió des¬pués de
modelo al que se extendió a Labastida. En septiembre de 1181 continuó la
organización jurídica con la promulgación del Fue¬ro de Vitoria”.
La tenencia de Uda fue
creada en el siglo XI por los reyes de Navarra y Sancho el Sabio dio carta de
villa en la segunda mitad del siglo XII al término que se denominó Treviño de
Uda, allí donde el río Arrieta se une con el río Uda, probablemente sobre la
población de Ibida. Fue su hijo Sancho VII el Fuerte el que mandó construir el
castillo de Treviño de Uda, sobre una fortaleza anterior, quedando dentro del
patrimonio real de la corona nabarra. Además, Sancho VI otorgó carta de villa a
otras muchas poblaciones de la frontera sur del reino como a Guarda de Nabarra
(Laguardia), Antoñana, Bernedo o Lagran, con ello quería reforzar la frontera
ante los ataques castellanos. El experto en historia alabesa Iñigo Domaika
explica que: “La Tierra de Uda (hoy Treviño) sería todo el valle del río Ayuda
incluyendo la zona de Urizaharra-Peñacerrada, salvo la zona de Markinez
(Bernedo), nacedero del río Ayuda, que pertenecería a la Tierra de Izki”.
Los tenentes eran
recaudadores de impuestos, ejecutores de justicia y defensores del reino de
Nabarra en nombre del rey, normalmente encabezaban varias tenencias de las
cuales podrían ser movidos por la corona según las necesidades del reino. Los
tenentes nabarros documentados que gobernaron el valle de Uda fueron: Albaro
Munioz (1182 en Trevíno), Albaro Vetus (1184 Trevínno) o Semen de Burueta (1189
Trevinium y Trevenno).
El rey de Castilla
Alfonso VIII retomó la conquista de Nabarra en 1199. Alfonso VIII atacó por
Pancorbo y cercó la villa de Vitoria. No pudo tomar los castillos de Portilla,
Treviño de Uda, Toloño, Laguardia y las cuevas de Arana, tampoco se rindieron a
sus pretensiones los castillos de Ausa y Ataun (los dos últimos hoy en Gipuzkoa
y los demás en Alaba), por lo que dirigió el invasor castellano sus tropas
hacia los castillos de San Sebastián (la Mota), Hondarribia, Aitzorrotz
(Arlaban, Alto Deba), Beloaga (Oiartzun) y Mendikute (Arzorozia).
El coetáneo Ximénez de
Rodríguez de Rada, historiador del invasor Alfonso VIII, en su crónica latina
laudatoria de nombre “De Rebus. Hispaniae”, lo narra: "Así, pues, el noble
rey Alfonso obtuvo (sic) Vitoria, Ibida (tenencia de Uda), Alaba y Gipuzkoa y
sus lugares fortificados y castillos, a excepción de Treviño (la villa y el
castillo) que le fue entregado más tarde a cambio de Inzura. Asimismo entregó
Miranda a cambio de Portilla. Adquirió (sic) San Sebastián, Fuenterrabia,
Beloaga, Zeguitagui, Aizcorroz, Aslucea, Arzorocia, la vieja Vitoria, Marañón,
Aussa, Athavit, Irurita y San Vicente”.
Los soldados nabarros
junto con los habitantes de Treviño de Uda y su castillo, resistieron 4 años a
los castellanos, así como la cercana fortaleza de Portilla que intentaban
cerrar el paso por el sur de las tropas castellanas. Portilla fue cambiada por
Miranda de Arga. Portilla aparece en el escudo de Alaba, remarcando que era la
“puerta” o “portilla” fiel al reino nabarro. Aunque controlaban militarmente el
valle, sólo consiguieron los invasores castellanos hacerse con el castillo de
Treviño y la villa mediante un trueque con el rey de Nabarra Sancho VII el
Fuerte a cambio de la fortaleza de Inzura en las Ameskoas. Peñacerrada-Urizarra
que estaba dentro de la tenencia de Uda y la Sonsierra de Nabarra (territorios
actuales de Rioja alabesa, San Vicente de la Sonsierra-Ábalos y las tierras de
Bernedo), continuaron dentro del reino baskón: "En 1222 Sancho el Fuerte
nombró tenente de Peñacerrada a Martin Yeneguez” .
La lucha por su
libertad de los baskones debió de ser encarnizada, según describe en el libro
“Sancho III el Mayor” el doctor en historiar José Luis Orella Unzué. “Las
tropas de Alfonso VIII y tras un asedio prolongado y sangriento de la ciudad,
se apropiaron de Vitoria y de las restantes villas burguesas fundadas por los
reyes navarros, a excepción de Portilla, Treviño y Laguardia”
El nombre de Treviño
no aparece documentado hasta finales del siglo XII como hemos visto, en el
siglo XIII aparece en el libro “De Rebus Hispaniae” de Ximénez de Rada y en la
nueva carta de villa que le dará Alfonso X Castilla en 1254 (no se conserva el
fuero original nabarro), pero al principio se usará muchas veces el nombre
compuesto de “Treviño de Uda”.
En la crónica del rey
castellano Alfonso XI (del s. XIV) podemos leer el siguiente texto:
"Acaesció que antiguamente desde que fue conquistada la tierra de Álava y
tomada a los navarros, siempre tuvo señorío apartado (...). Y en todos los
tiempos pasados ningún rey no tuvo señorío en esta tierra, ni puso en ella
oficiales para hacer justicia, salvo en las villas de Vitoria y Treviño que
eran suyas". Por tanto, la tenencia nabarra de Uda así como la villa de
Treviño de Uda, pasó al patrimonio particular de los reyes de Castilla tras su
sangrienta conquista.
En 1366 Enrique II rey
de Castilla entregó el realengo de Treviño al adelantado Mayor de Castilla
Pedro Manrique como pago a los servicios prestados en la expulsión de los
musulmanes de la península ibérica. La familia de los Manrique convirtió
Treviño en condado en 1453. Los condes de Treviño se hicieron duques de Nájera
desde 1482, Virreyes de Navarra tras la conquista de 1512-24 de parte central
del reino baskón y Grandes de España desde 1520, pero nunca habitaron en el
condado treviñés.
En 1417 Treviño de Uda
formó parte de la primera Hermandad de Alaba junto con las villas de
Vitoria-Gasteiz y Salvatierra-Agurain para el control de malhechores, contra el
abuso de los señores y para impartir justicia, Hermandad de la que se ve
separada en 1458. En 1832, cuando se crearon la provincias españolas que hoy
conocemos se repartieron los enclaves, Treviño fue de las pocas excepciones (de
los 9 “exclaves” o “enclaves” totales, siendo el segundo territorio más extenso)
y quedó adscrito administrativamente a la provincia castellana de Burgos contra
la voluntad de sus habitantes, los cuales nunca pertenecieron a Burgos hasta
entonces, e intentarán los treviñeses volver a Alaba tanto en 1940 como en
1958, con el plebiscito favorable de más del 95% de la ciudadanía, voz del
pueblo treviñés desoída por las autoridades españolas.