Sumando en
la Nación Nabarra
J.J. Labiano, Arazuri-Nabarra
Este próximo 15 de agosto nos brinda una nueva
oportunidad de reflexionar sobre la Nación Nabarra ya existente, junto a la posible
y deseable en la perspectiva política del siglo XXI, en un contexto de
confrontación contra el Estado español y el francés, dentro de una Europa en gran convulsión económica, pero también en palpable refundación, en la que debemos
evitar quedar arrinconados y sojuzgados por esos imperios colonialistas.
Para alcanzar la libertad la Nación Nabarra,
en primer lugar debemos edificar puentes para lograr una cohesión amplia en materia
social, con la cual cimentar la convivencia política necesaria y favorable a
nuestra lucha, pacífica, nuevamente emancipadora. Esto solo es posible
integrando el colorido de la sociedad ideológica nabarra; es decir, haciendo
que la identidad patriótica nabarra sea un lugar de encuentro del pluralismo
identitario étnico-cultural, político-ideológico, lingüístico, económico y por
qué no, también religioso. Se trata de concebir la identidad Nacional Nabarra como proyecto definitivo que descansa en la libre adhesión de la ciudadanía, y de entender los
Derechos colectivos inseparables a la construcción Nacional como acompañantes
necesarios de los Derechos individuales, que por supuesto deben ser preservados
y respetados.
Ciertamente, hoy día, la construcción Nacional mama
imprescindiblemente de la construcción social. En la actualidad, la construcción Nacional
requiere atender unos valores patrióticos plenos, pero a su vez agrupando las
diferentes ideologías surgidas durante estos siglos de sometimiento y
esclavitud. Pero eso sí, a día de hoy, ni el europeísmo y ni el pactismo los debemos considerar
como opciones prioritarias, ya que nunca ha existido el pactismo con el Reino de España y la República de Francia. Además, el denominado europeísmo
es un arma más del arsenal represivo que utilizan esos colonizadores imperios, a
los cuales les importa supremamente su territorio con sus sucesivas y ilegítimas conquistas, siempre violentas.
La sociedad nabarra tiene la unidad territorial como
algo primordial; no hay debate en la misma, pues solo la sangrienta acción
militar, ilegal y continuada a lo largo de los siglos, nos amputo de nuestros
hermanos, separándonos y poniéndonos incluso unos contra otros. La aspiración territorial
de la Nación Nabarra es absolutamente legítima, e ir contra ella es ir en
contra de nuestra Patria.
Indudablemente es la voluntad Patriótica y Nacional
de las personas nabarras no colonizadas a día de hoy, liberar el territorio que
les fue usurpado violenta e ilegalmente a nuestros ancestros, pues ello nos
implica nuestra independencia política en materia territorial, algo
imprescindible para volver a ser soberanos.
Manifiestamente, para ello, es imprescindible
una descolonización metal suprema, como suele indicarnos nuestro compatriota
Iñigo Saldise, pues finalmente en la actualidad política de este siglo, la
fortaleza de nuestra acción política libertaria depende en gran medida de la
Nación Nabarra y de su absoluta cohesión y adhesión de la ciudadanía al
proyecto Nacional, significado en la recuperación de la Estatalidad Nabarra.
Un proyecto donde quede de manifiesto, mejor
incluso ante un notario internacional, su carácter democrático entorno al
realmente libertario, individualistas y colectivista Derecho Pirenaico.
No hay que decirlo, pero todos vemos como este mundo está
velozmente cambiando. Por ello, la actual sociedad nabarra, sojuzgada y
esclavizada por españoles y franceses, ha de hacer frente a nuevos desafíos para que
Nabarra recupere su esplendor, el cual solo es posible en independencia, democracia y finalmente libertad. Para
ello debemos trabajar en independencia desde la libertad que solo actualmente nos
da el tener unas mentes descolonizadas, solo equiparables a las mentes de nuestros
ancestros vascones, nabarros, que derrotaron a los francos en Orreaga. Ahora es nuestro momento...
¿Estamos preparados y dispuestos a luchar contra los que nos esclavizan? Yo sí.