Los
Marischales de Nabarra (VI)
Iñigo Saldise Alda
Felipe II de
Nabarra, VI Mariscal de Nabarra
Heráldica: Escudo partido, de gules un carbunclo de oro que es
de Nabarra, de plata con tres fajas de gules que es de la Casa de Eusa
mantelado de azur con dos leones de plata afrontados que son propios del
linaje.
Tras el asesinato de su padre,
Felipe II de Nabarra y Lacarra fue hecho prisionero por los hombres de armas
del II conde de Lerin, estando cautivo durante cuatro años en la fortaleza de
Luis III de Beaumont, ya claramente posicionado a favor de Fernando II de
Aragón, rey consorte de Castilla y León. Tras liberarse, regreso a su Casa de
Eusa, donde la princesa Gobernadora de Nabarra, Leonor de Trastámara y Evreux,
le empleó en el cargo de Mariscal del Reino al igual que lo había sido su
padre.
La primera acción militar que
llevó a cabo fue la de tomar por sorpresa el castillo de Biana. Esta plaza
tradicionalmente beaumontesa, estaba bajo la tenencia de un caballero de la
Casa de Góngora, fiel vasallo del II conde de Lerin. Para ello actuó con
inteligencia con los vecinos que estaban descontentos con el II conde de Lerin
por sus desafectos con el rey Juan II el
usurpador y por el recargo de las pechas a los labradores. Felipe II de
Nabarra y Lacarra contó además con el apoyo de Lope de Dicastillo y otros
caballeros agromonteses. Luis III de Beaumont juró públicamente vengarse del
Mariscal de Nabarra.
Tras la muerte de Leonor I de
Nabarra y la entrada del príncipe Francisco Febo de Foix, conde de Foix, conde
de Bigorre y vizconde de Bearne, para su coronación como rey de Nabarra,
provocó un estallido de júbilo entre toda la población llana de Nabarra,
esperando que ello conllevaría la paz entre las facciones agramontesa y beaumontesa.
Antes de su coronación, la
regencia fue asumida por su madre la princesa Magdalena de Francia, que contó
con la colaboración del Cardenal infante Pedro de Foix. Estos intentaron
alcanzar la paz llegando a prestar juramente a los lugartenientes del Reino en
las Cortes de Tafalla del año 1479, donde estuvo presente el bando agramontés
con el Mariscal de Nabarra a la cabeza, mientras que la ausencia del bando
beaumontes fue absoluta por orden del II conde de Lerin.
Si estuvo presente como invitado
Fernando II de Aragón, consorte de Castilla y León, quien cuando se abordó el
tema de la no presencia beaumontesa, propuso un acuerdo para subsanar las
diferencias entre los bandos. El español recomendaría al conde de Lerin
sumisión a la persona del rey de Nabarra, siempre y cuando los gobernadores de
Biana, Zangoza, Tafalla y Tutera, que eran agramonteses, deberían rendir
vasallaje al rey consorte de Castilla y León. El Mariscal de Nabarra y otros
caballeros agramonteses desaconsejaron al Niño
Rey y a su madre Regente dicha opción.
Finalmente se logró alcanzar la
paz mediante la denominada tregua de Aoiz, mediante un acuerdo con los Beaumont
que lograron la totalidad de sus exigencias, sin oposición palpable del jefe de
la facción agramontesa, el Mariscal de Nabarra.
Pero la tregua fue corta, ya que
apenas duró seis meses. La reanudación de la guerra entre agramonteses y
beaumonteses fue aún más violenta que en el pasado. En ese contexto, el Viernes
Santo del año 1480, a instancias de un monje dominicano llamado Abarca de Jaca,
se concertó el matrimonio de Felipe II de Nabarra y Lacarra con la hija del II
conde de Lerin.
Al día siguiente el Mariscal de
Nabarra se dirigió de Zangoza a Villafranca, con una pequeña escolta al estar
confiado tras alcanzar una nueva tregua. En eso que apareció el cortejo
amenazante de Luis III de Beaumont.
El Mariscal de Nabarra se sintió
en peligro y dio media vuelta, pero su caballo hizo un mal movimiento
descabalgando a Felipe II de Nabarra y Lacarra, dejándolo a los pies del II
conde de Lerin, al cual saludó cortésmente:
-¡Ah! Señor
primo, que Dios esté con usted.
-Y con usted
y en Biana, innoble caballero.”
Le contestó Luis III de Beaumont
mientras insertaba su lanza en el cuerpo del Mariscal de Nabarra, de forma
reiterada hasta matarlo.
BIBLIOGRAFÍA
Annales
del Reyno de Navarra, José de Moret y Francisco de Aleson.
Diccionario
de antigüedades del Reino de Navarra, José Yanguas y Miranda.
El
Ilmo. y Rvmo. Señor Don Francisco de Navarra, de la Orden de San Agustín,
Mariano Arigita y Lasa.
Felipe
II de Navarra, Genealogía Familiar, linaje Ordoñez en Navarra, digital.
Felipe
II de Navarra, Geneanet, digital.
Guerreros,
historias de mil años, Jesús Javier Corpas Mauleón.
Historia
de Pamplona y sus lenguas, José María Jimeno Jurio.
La
Casa de los Navarra, la Casa de los Mariscales, Historia Medieval del Reyno de
Navarra, Carlos Sánchez-Marcos, digital.
Nabarra
en su vida histórica, Arturo Campión.
Nabarra
o cuando los vascos tenían reyes, Pierre Narbaitz.
Lo
que todo nabarro debe saber, VV.AA.
HERÁLDICA
Libro
de Armería del Reino de Nabarra. Notas de sellos.