NABARRAKO ARMARRIA/ ESCUDO DE NABARRA
Aitor Alzorriz
Irigarai
Desde que en el 2012
se conmemorasen los 500 años de conquista en Nabarra, reivindicando la
soberanía perdida y desmintiendo totalmente la versión oficial del estado
español que asegura sin ningún tipo de problema que Nabarra se anexiono
libremente en la corona española, son muchas las personas que se han interesado
por el pasado de su pueblo, ya que por desgracia, a nosotros, es decir, al
pueblo vasco, se nos ha negado nuestra historia, manipulándola y
ocultándonosla.
Ese interés ha llevado
a muchas personas a leer libros o a acudir a conferencias sobre historia de
Nabarra y a muchos se les a echo extraño ver en esos lugares la bandera de
Nabarra de una forma que nunca habían visto y que no tenía nada que ver con las
cadenas que hoy en día representan el escudo de Nabarra.
Por ello, mediante
este escrito, intentare analizar y explicar cuál es el origen y la evolución
del escudo de Nabarra.
Para empezar a
explicar la evolución del símbolo nacional de los vascos, no podemos dejar de
ninguna manera a un lado el sol de ocho brazos, también conocido como “estrella
vascona”. Este peculiar símbolo aparece al menos desde el siglo X relacionado
con el reino de Pamplona y por ello, se encuentra esculpido en diferentes
lugares.
Además, no hay que
olvidar que este símbolo también aparece en monedas y documentos reales, demostrando
así la importancia de él. Por ello, no es de extrañar que hoy en día, algunos
municipios nabarros mantengan ese símbolo en sus escudos concejiles, como es el
caso de Lizarra-Estella o Illumberri-Lumbier.
Con el tiempo el sol
de ocho brazos evolucionaria y se daría como hoy en día se conoce “la variante
del crismón”, que en mi modo de ver, no es más que una estilización de la
estrella vascona. El crismón, será un brazo horizontal atravesando el centro en
el que se dibujara un “carbunclo”. Este símbolo aparece en numerosas portadas
del siglo XII, con ello, demostrando desde mi punto de vista, la evolución del
símbolo nacional del pueblo vasco, ya que como bien he mencionado antes, el sol
de ocho brazos o estrella vascona se verá a partir del siglo X y la variante
del crismón desde el siglo XII, siendo en este últimos siglo donde los ocho
brazos formaran y tomaran formas flamígeras y florales.
El carbunclo será una
piedra preciosa a la que se le atribuirán propiedades mágicas, entre ellas, la
capacidad de iluminar la noche. Y es en este apartado, donde yo veo la
importancia de las antiguas creencias vascas, porque el carbunclo estará lleno
de simbología, ya que el sol, aparte de iluminar la noche, era sinónimo de
grandeza.
Como bien menciona
Tomas Urzainqui en su gran libro “Nabarra
estado europeo” algunos autores y heraldistas han mantenido este símbolo
propio de Nabarra entre los enigmas, para así evitar y no reconocer su
identificación con Nabarra ya que por desgracia, los intereses de los
intelectuales del nacionalismo español despojan al carbunclo de cualquier
carácter representativo, asegurando sin ningún tipo de problema que no era más
que un simple refuerzo metálico del escudo.
Además, para estas personas
el emblema más antiguo de Nabarra será el “arrano beltza” de Sancho VII el
Fuerte VII pues no quieren reconocer la existencia de un símbolo nacional propio de
ocho brazos anteriormente al reinado de este rey, ya que estas personas serán
fieles defensores de las Navas de Tolosa de 1212 y las supuestas cadenas
conseguidas por el “merito” de los Nabarros.
Aun así, como
muchísimos de los argumentos de la historiografía española, la idea
anteriormente mencionada se cae por sí sola, ya que son muchos los lugares
donde se representan el escudo estatal de Nabarra anteriores en su totalidad a
la mitificada batalla de las Navas de Tolosa. Y esos lugares, entre otros,
serán los siguientes: San Miguel de Estella (1160), Catedral de Chartres
(1180), Monasterio de Monreale en Sicilia (1183), Biblia de Pamplona (1189)…
Y es que la catedral
de Tudela, donde por cierto esta ciudad seria la residencia real de Sancho VII,
es el ejemplo más claro de la evolución del símbolo de Nabarra.
Con Sancho VI ya se
utilizaría el mismo escudo de campo rojo con barras lisas. Es cuando los
Teobaldos gobiernan en Nabarra, más concretamente con Teobaldo I, donde
comienzan a representarse las barras con formas pomeladas, es decir, círculos,
monedas o bezantes y que se mantendrán intactas en Nabarra hasta después de la
conquista, puesto que a partir de la mitad del siglo XVI, se empezaran a
representa las cadenas en el escudo de Nabarra, consecuencia directa del
sometimiento del imperialismo español.
Para terminar y no
queriendo alárgame más, quisiera decir que es irritante y humillante como a los
Nabarros se nos ha manipulado nuestro propio símbolo y que le pese a quien le
pese, la variación del sol de ocho brazos en el carbunclo de ocho brazos con
sus respectivas barras pomeladas, ha sido el único símbolo que ha representado
a todos los vascos del estado Nabarro.