Los paradigmas foral, aranista y nabarro
Iñigo Saldise Alda
Paradigma es sinónimo de ejemplo, ejemplar. También es la teoría o incluso conjunto de teorías, cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar, suministrando la base y el modelo para resolver problemas a la vez de avanzar en el conocimiento.
En la sociedad que nos ha tocado vivir a los habitantes de esta parte de Europa, han llegado a día de hoy, octubre del año 2025, tres prototipos para nuestra organización política. Son tres modelos diferentes a tener inicialmente premisas dispares en su mayoría, aunque compatibles en algún grado pese a la primera impresión que causan.
1º El paradigma foral: este es el primero ateniéndonos a su orden de aparición cronológico. Con él se nuestra las primitivas relaciones supuesta mente pactadas entre el Reino de España y las Provincias Vascongadas y, por otro lado con residual y reducido Reino de Navarra tras la invasión y conquista del año 1512, mostrado como una adhesión aeque principaliter, es decir de un supuesto igual a igual, el cual también, por supuesto, habría sido acordado o pactado. Desde la perspectiva de las Provincias Vascongadas un importante representante defensor de este paradigma ya en el siglo XVI es Esteban de Garibay y Zamalloa. Ya en el siglo XVIII lo fue también Manuel de Garagorri y Larramendi, así como el posterior pensamiento de la tradicional carlista durante los siglos XIX y también durante gran parte del XX, principalmente en la provincia española de Navarra.
A día de hoy, este paradigma ha dejado de esgrimirse casi en su totalidad en las Provincias Vascongadas o Euskadi, teniendo una evolución y transformación en una defensa acérrima de la unidad española para la Comunidad Autónoma Vasca y especialmente para la Comunidad Foral de Navarra, desde donde este última región se perversa una doctrina foral para defenderse de invasión del unionismo Euzkadiano o Euskalherríaco proveniente principalmente de Euskadi (C.A.V.), siendo su máximo exponente y defensor Jaime Ignacio del Burgo Tajadura, propulsor de un malintencionado navarrismo foral y plausiblemente español, surgido en los inicios de la década de 1970, en contraposición al paradigma aranista o bizkaitarra y la adhesión del C-F. deNavarra a la C.A.V. siguiendo esos si, las premisas y pautas esgrimidas en la Transitoria cuarta de la Constitución del Reino de España.
2º El paradigma aranista: también llamado paradigma bizkaitarra, ya sea esto al tomar para dicho paradigma el nombre al autor, o referirse al territorio o comarca inicialmente al cual iba aludido el mismo.
A mediados del siglo XIX, la comarca de Bizkaia era un territorio con una mayoría abrumadora de euskaldun parlantes, pero en escasas dos o tres décadas, principalmente a causa de la explotación minera y la posterior industrialización que se derivó de ella, dicho territorio recibió una masiva llegada de inmigrantes o colonos, cuya lengua de expresión era la castellana.
En aquellos años la población de la provincia de Bizkaia-Vizcaya era muy inferior a la actual y alcanzó a la de la actual C. F. Navarra a raíz de la 1ª Guerra Mundial. En la actualidad Bizkaia dobla en habitantes a C.F.N. Este incremento poblacional, que como ya hemos dicho fue debido a la afluencia ingente de emigrantes, unido a la industrialización de la zona, provocó una auténtica revolución social en la comarca vizcaina.
Los movimientos de trabajadores, tanto euskaldunes como no, revindicaron mejoras en las duras condiciones laborales que sufrían a diario. Pero para los colonos castellano parlantes la cuestión nacional vasca era un tema sin sentido alguno. Eran españoles y actuaban como tales, aunque no se libraban de las pésimas condiciones de trabajo que soportaban, al igual que los oriundos bizkainos. Así, Sabino P. Arana Goiri vió cómo en un abrir y cerrar de ojos el País que conocía desaparecía por momentos. Esto le llevó a reclamar la vuelta a un utópico origen, según él, que no correspondía en absoluto a la existencia de su época, ni tampoco a la realidad histórica del Estado vasco.
Sabino Arana, consciente de los movimientos nacionalistas existentes en la Europa de su época, no rechazó el modelo foral carlista, sino que lo superó con una visión nacional que lo abarca. Sabino Arana, desde una perspectiva bizkaitarra y con escasa reflexión sobre la realidad navarra, dió sin embargo un paso de gigante al afirmar rotundamente que los vascos no somos españoles ni franceses, somos sencillamente vascos y tenemos derecho a nuestra independencia, a nuestro Estado propio.
El territorio originario vizcaíno, independiente, mítico, que pactó de tú a tú con el Reino de España, es algo rotundamente falso, por lo que lo mejoró al crear el término de Euzkadi para las comarcas vascas. Pero este erróneo planteamiento deriva de su enseñanza carlista y del desconocimiento histórico de Sabino Arana debido en parte a la inexistencia, en su época, de una historiografía recogida y publicada, como hoy existe.
3º El paradigma nabarro: Ésta teoría está basada principalmente, en la centralidad política que nos otorga el Estado de Nabarra para la totalidad del territorio de Vasconia. Mediante este paradigma podemos llegar a comprender y conocer mejor nuestra realidad política actual, por los diferentes sucesos histórico-políticos que a vivido Euskal Herria a lo largo de estos siglos.
Así pies, el paradigma nabarro se basa por tanto en el conocimiento y la difusión de nuestra historia política Nacional, junto a la aceptación jurídica, geográfica y política que nos otorga nuestro histórico País, fortaleciendo en gran medida las legítimas pretensiones de Euskal Herria de tener un Estado propio en el actual marco internacional, pues la historia nos demuestra que realmente ya lo tenemos, aunque actualmente se encuentre ocupado, incluso podíamos afirmar casi colonizado por la República de Francia y el Reino de España.
A habido muchos exponentes del paradigma nabarro desde incluso la I guerra carlista y por supuesto los hay hoy. Enumerarlos sería alargar mucho estas lineas, pero pongamos unos pocos para reconocerlos. Estos son Pello Esarte, Tomás Urzainqui Mina, Mikel Sorauren, Bixente Serrano Izko, Aitor Pescador, Eneko del Castillo, Álvaro Adot Lerga, Peio J. Monteano Sorbet, Aitzol Altuna Enzunza, Iñaki Sagredo, etc.