Propósito y táctica
Iñigo Saldise Alda
Podemos afirmar, que un propósito u objetivo es el resultado final que esperamos lograr o alcanzar, al rematar un determinado proceso de acciones que estaban encaminadas a ello mediante un táctica o estrategia. Por eso es necesario tener muy claro cual es el objetivo que queremos conseguir; siendo en el caso que nos concierne a los vascos de esta parte de Europa, es como resultado la recuperación de nuestro estatus político, libre e independiente.
Tras varios siglos de sometimiento militar, político, judicial, económico, cultural y lingüístico, los vascos y las vascas continuamos buscando el método más adecuado con el cual recuperar nuestra libertad. Para ello, estamos en la obligación de repasar nuestra historia soberana extendida a lo largo de VIII siglos; pero también la vivida bajo imposición francesa y española, estudiando detenidamente aquellos pasajes en los cuales, nuestros antepasados han salido triunfantes unas pocas veces y derrotados en la mayor parte, adecuando las victorias a los tiempos presentes y aprendiendo de los errores cometidos, poniendo especial atención en aquellos que no han logrado alcanzar el objetivo o propósito marcado y que de nuevo, en el primer cuarto del siglo XXI, seguimos persiguiendo.
Una vez haciendo este paso imprescindible, en el cual espero que ya hayas aprendido de la necesidad de crear y seguir a un frente común, llamase gobierno propio o similar, aparcando necesariamente nuestras diferencias ideológicas y sin desechar ninguna vía histórica propia, nos corresponderá a nosotros, los vascos y las vascas del siglo XXI, la preparación de una táctica o estrategia correcta, con carácter definitivo para solventar este conflicto, anquilosado en el tiempo y que está aniquilando a nuestro Pueblo, indiscutiblemente el más antiguo de Europa.
Esta táctica o estrategia debe de ser fuerte y cohesionada. Es decir, sin fisuras. Sin despreciar alcanzar cualquier cota de poder cuando nos sea posible, aunque ésta, actualmente, esté en unas instituciones impuestas a este Pueblo, bien por españoles y/o bien por franceses. Los esfuerzos que tendremos que realizar, deben ser estudiados y ordenados, siempre desde una institución propia, a día de hoy clandestina, común a la totalidad de este País, donde todas las necesidades convenientes estén cubiertas, contando con la consiguiente fidelidad de todos los agentes políticos, sindicales, económicos, culturales y lingüísticos de este País, con los que se deberá mantener una relación fluida y provechosa, actuando así nuestro Pueblo y de una vez por todas como un ente político propio.
Estamos obligados a ser y trabajar como un solo ente político, moviéndonos en una única dirección bien definida y marcada, siendo fieles a la misma y rechazando las falsas promesas provenientes desde las instituciones y agentes políticos pertenecientes a la República de Francia y/o al Reino de España.
La verdad, todo hay que decirlo, es una tarea complicada, pero si hay algo de lo que estamos seguros, que no es imposible. De nosotros, solo de nosotros, depende única y exclusivamente el poder alcanzar nuestro deseado, noble y legítimo propósito o objetivo. Las claves para ello son la unidad, una estrategia correcta y respetada por todos, donde se compaginen si es necesario varias vías, propias e impuestas, manteniendo siempre el norte y donde nuestra prioridad no puede ser otra más que la de recuperar la libertad, únicamente posible, mediante la recuperación para este Pueblo de nuestro Estado, Nabarra.