Iñigo Saldise Alda
La libertad tiene varias definiciones. Para el presente trabajo nos atendremos y atenderemos a las siguientes:
1ª. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
2ª Estado o condición de quien no es esclavo.
3ª Estado de quien no está preso.
4ª Falta de sujeción y subordinación.
5ª En los sistemas democráticos, derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas.
6ª Condición de las personas no obligadas por su Estado al cumplimiento de ciertos deberes.
Por otro lado la salud mental es un estado de bienestar emocional, psicológico y social que afecta cómo pensamos, sentimos, actuamos y manejamos el estrés, permitiendo a las personas trabajar de forma productiva y contribuir a su comunidad.
Para tener una buena salud mental, el ser humano debe realizar un continuado ejercicio de autocuidado. En él, debe consultar con psicólogo y psiquiatras y seguir sus instrucciones. Si fuera necesario llevar a raja tabla las prescripciones médica y tomar los medicamentos indicados por los profesionales. Además debe de evitar en consumo de sustancias tóxicas, como el alcohol y/o las drogas.
Así bien, el hombre o la mujer, desde su individualismo, es libre de no perseguir los pasos mencionados con respecto a su salud mental, pero debe hacerse finalmente responsable de las consecuencias que conlleva el no seguirlos, pues son actos indudablemente contrarios a su salud mental.
También, siguiendo al misma premisa, una persona es libre de realizar el ejercicio de votar o no. Pero si vota debe ser consecuente con la legitimación que dicho acto conlleva; es decir, si un vasco vota en unas urnas sancionadas por el rey de España, está legitimando el sistema monárquico y al Estado español, siendo con ello un monárquico vascoespañol. Si por otro lado vota en unas urnas sancionadas por el presidente de Francia, legitima el sistema republicano y al Estado francés, siendo por ello un republicano vascofrancés.
Esto es debido a su estado permanente de esclavitud, sometimiento y subordinación con el que ha nacido, aspectos realmente contrarios a la libertad. Lo cual influye en la salud mental del individuo que posee de forma latente el o los Síndrome del tío Tom, Síndrome del colonizado y/o Síndrome de Estocolmo. Debido a estos Síndromes al sujeto político la perenne sojuzgación al amo o al Estado imperial y colonial que soporta, le pasa factura en su salud mental, generándole unos miedos entre los que se encuentra el de caer preso si va en contra del sistema político impuesto desde la metrópoli de turno, tuyo estatus político es contrario al de la democracia que con su primordial Derecho al ejercicio de la autodeterminación de los Pueblos mediante la determinación de las personas, beneficia a la salud mental.
Pues con todo ello, podemos afirmar rotundamente que sin libertad no hay salud mental.