Reflexión personal
Iñigo Saldise Alda
Los insurgentes de este País se han levantado de diferentes formas y de manera continuada a lo largo de los siglos, contra la imposición franco-española. Cada levantamiento ha tenido un carácter específico, siempre influenciado según el contexto histórico-político de cada época en la que surgió. Aparcando los enfrentamientos militares y por tanto violentos, que realmente no ha conseguido el objetivo final, lo más importante para nuestro futuro ha sido la insurgencia realizada por pensadores basados en la historia, la cual han buscado transmitir al Pueblo de Nabarra, su verdadera historia política. Una historia que palpablemente se nos ha ido ocultando en el devenir de los años y siglos, por españoles y franceses. Insistentemente estos insurgentes intelectuales, han aparecido en todas las épocas. Todos ellos nos han emplazado a indagar en nuestra memoria para no estar adormecidos, narcotizados, colonizados mentalmente y por consiguiente sometidos y dominados.
Continuadamente nos incitan para que no nos veamos con unos ojos verdaderamente extraños o ajenos, que ciertamente moldean nuestras vidas alienadas en una sociedad impuesta por los imperios colonialistas, tanto el español como el francés, los cuales siempre han contado con el apoyo el emperador de Roma de turno o Papa, todo hay que decirlo. Nos indican que vivimos en una sociedad forzada y enclaustrada donde no hay justicia posible para nosotros, los nabarros. Tal vez por esto, estos insurgentes a nivel científico nos han regalado unos textos donde se armonizan la historia de nuestro Estado, con la política y la filosofía, siempre recordemos adaptada a los tiempos que les ha tocado vivir. Los insurgentes nabarros, bien sean estos historiadores, cronistas, escritores, políticos, filósofos,…, siempre se han mostrado incansables. A día de hoy están de nuevo destapando el modelo de una vida hegemónica e imperial que nos está aniquilando día a día, tanto a los nabarros del norte del Pirineo, como los que nos encontramos al sur del mismo. Son de ese tipo de personas que nos enamoran con sus brillantes palabras y sus profundas reflexiones, que cuentan con profundo pensamiento patriótico, el cual es además rotundamente correcto, pero en abundantes casos sin mostrarnos claramente cual es el camino más viable con el cual alcanzar la ansiada libertad, añorada por todos nosotros. Una libertad arrebatada a nuestros mayores por la fuerza de las armas desde los Estados español y francés.
Es preciso, justo, obligado y necesario, por el bien del actual Movimiento Soberanista Nabarro, que muchos de estos insurgentes nabarros del presente, que poseen ligeras y brillantes plumas, con incluso capacidad de acceso a determinados foros que a otros se nos niegan, estudien detenidamente vías alternativas a la política encerrada en los Estados francés y español. Historiadores, pensadores, filósofos, políticos,…, insurgentes en general, deben analizarla en su justa medida la desobediencia civil, política y fiscal, y no aparcarla(s) o desecharla(s) de ante mano, debido a una mente que podíamos considerar en cierto modo colonizada. Pero una mente colonizada por las falsedades de españoles y/o franceses, mediante falsas democracias que impiden la liberación de la Patria nabarra de las garras imperialistas españolas y francesas, que es lo primero. Así sus claros pensamientos soberanistas nabarros quedan eliminados o más bien atrapados en una política contraproducente al objetivo libertario, en una creencia de que desde las instituciones políticas españolas y francesas se puede alcnazar la independencia.
Pero me gustaría repetir una vez más, que todos somos necesarios en este largo camino hacia nuestra libertad, pero que debemos y tenemos que aparcar protagonismos personales y partidistas, trabajando así y de forma real como un bloque sólido, juntos exclusivamente como patriotas nabarros, indistintamente de si somos monárquicos o somos republicanos, si somos de izquierdas o somos de centro o somos de derechas, importado muy poco nuestra filosofía política consevadora o progresista, creando un Gobierno provisional hasta ser libres, pero recordando todos asimismo el amparo que nos otorga nuestro milenario Derecho Pirenaico. Para que esto ocurra de una vez, es necesario ir descolonizando nuestras mentes partidistas y unirnos físicamente, hombro con hombro, ante los verdaderos enemigos de nuestra libertad e independencia que están en el Reino de España y la República de Francia, en esas instituciones falsamente democráticas.
Una manera interesante, siempre bajo mi humilde parecer, de reafirmarnos en la necesidad de la unión entre compatriotas del Estado de Nabarra, es comprobando la filosofía oriental, más concretamente en la noción fundamentada en la dualidad de todo lo existente en el universo, El yin y yang. Dicho símbolo dual sirve para describir las dos fuerzas esenciales y globales, aparentemente opuestas, pero ciertamente complementarias, que se encuentran en todas las cosas. Luz y oscuridad, vida y mente, masculino y femenino, tierra y cielo,… Concretamente el yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción,…, mientras que el yang es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad, la penetración, etcétera.
Basándonos esta idea metafísica, cada ser, cosa o pensamiento, posee un complemento en el que depende para su propia existencia y que a su vez incluso existe dentro de él mismo; por ello se puede deducir que nada existe en estado puro, ni en absoluto equilibrio, sino que está en una continua evolución. Este pensamiento filosófico puede ser aplicado a cualquier aspecto de nuestra vida, incluido a materias como la política.
Actualmente, el Pueblo nabarro esta forzosamente dividido entre dos Estados, los cuales están estructurados de una manera muy distante o sencillamente diferente. Uno es un Reino y el otro es una República, pero en ambos se realiza una feroz política colonialista, con la que buscan mediante el sometimiento militar, político, jurídico, lingüístico, económico, sociológico y cultural, el exterminio la Nación más antigua y por ello nativa de Europa, los vascones.
La República en un sentido amplio del término, es un sistema político caracterizado por basarse en la representación de toda su estructura mediante el derecho al voto. El electorado constituye la raíz última de su legitimidad y por ende sustenta la soberanía. La Enciclopedia Británica del año 1911, resalta también la importancia de la autonomía y del Derecho como partes fundamentales para una República. Habitualmente, se ha definido la república como una forma de régimen de los países en los que el Pueblo tiene la soberanía o potestad para el ejercicio del poder, aunque finalmente este sea encomendado por el pueblo soberano a unos gobernantes que elige de un u otro modo. Pero lo realmente cierto en la actualidad, es que cualquier República existente hoy en este planeta, está cimentada en el imperio de la ley y no en donde debía ser, el imperio de los hombres. Un claro ejemplo de esto lo encontramos tranquilamente en la República de Francia y sino que se pregunten a los nabarros del norte del Pirineo que sufren las consecuencias de su terrible imposición y en cuya constitución se impide la autodeterminación.
El Reino o monarquía, por el contrario, es una forma de gobierno para un Estado o forma de Estado en la cual, la jefatura del mismo es personal y estrictamente unipersonal, vitalicia y designada según un orden heráldico determinado, que en la mayoría de los casos hace que esta sea hereditaria, aunque esto último no es estrictamente necesario. El Reino de España es un claro ejemplo de ello. En el Estado español nos encontramos este sistema de gobierno monárquico a lo largo de su historia. Aparte de ser actualmente una monarquía parlamentaria, hay que decir que en el pasado tuvo diferentes modelos, siendo los más significativos el feudal, el autoritario, el absolutismo, el despotismo ilustrado, hasta la actual y ya mencionada monarquía parlamentaria. Ésta última, esta limitada constitucionalmente, pero a su vez sirve de sustento del Estado español bajo la corona de don Felipe de Borbón y Grecia, VI de España, como nos indica claramente la constitución de ese Estado, del año 1978, la misma que impide bajo constante amenaza militar, cualquier intento de recuperar la libertad por parte de los nabarros del sur del Pirineo.
Actualmente, en los planteamientos Estatalistas de los nabarros, existen y están presentes una mayoritaria defensa del sistema republicano, pero también otra de carácter monárquico propio. También están los progresistas frente a los conservadores. Desde ambas premisas, desde ambos planteamientos se busca poder alcanzar la recuperación de la libertad arrebatada militarmente por franceses y españoles, pero a su vez se producen enfrentamientos, trifulcas y pugnas ideológicas entre nabarros que tienen el mismo objetivo final. La censuras, las mofas, los desprecios, sumados a los burdos intentos de descrédito, hasta llegar a lamentables insultos entre nosotros, debemos tener presente que solo favorecen y en gran medida, la labor imperialista de franceses y españoles, pues nuestra división siempre será fomentada e incentivada por nuestros enemigos, ya que nuestra fragmentación les facilita enormemente sus labores coloniales y explotadoras.
Por ello, creo firmemente que los nabarros nos debemos centrar meramente en la recuperación de la soberanía plena para nuestro Estado, Nabarra. Incluso debemos hacer de tripas corazón para trabajar unidos, cediendo en nuestras pretensiones personales o ansias de protagonismo, da igual la ideología política que tengamos, repasando y analizando constantemente los numerosos errores políticos, tanto actuales como pasados, que realmente no han servido más que para dividirnos, mostrando recelos por nuestros verdaderos compatriotas, para así corregirlos e intentar no volver a cometerlos; en definitiva, trabajar como Nación, como un equipo sólido y eficaz ante la maquinaria agresiva española y francesa.
La mayoría de los nabarros, como yo, somos ideológicamente republicanos, al considerar a la República como la forma más adecuada con la que estructurar nuestro Estado, el único al cual reconocemos, el cual fue creado por nuestros antepasados, en el cual se organizaron, Nabarra; pero como nos dejo escrito el filósofo Aristóteles, un montón de gente no es una república, es decir, actualmente no tenemos Estado propio que estructurar, por mucho más que lo deseemos y para tenerlo no debemos desaprovechar, aparcar o incluso eliminar, cualquier opción que nos lleve a poseerlo, bien sea ésta monárquica, ya que aunque no lo tenemos, ciertamente existe, aunque indudablemente con la soberanía secuestrada desde París y Madrid.
Tal vez, habría que ir pensado en unir nuestros esfuerzos y trabajar definitivamente por el común, afanados en alcanzar nuestro leal y noble objetivo, mediante la mandada unión, encajando nuestras respectivas ideologías, aparcando principios realmente secundarios hasta recuperar la plena soberanía del Estado de Nabarra; mostrándonos así ante el Mundo como una auténtica Nación. Pero teniendo presente además, que incluso estamos necesitados de un órgano propio organizativo, donde convivamos todos los patriotas. Es decir, agilizando esta vez si y de una vez por todas, la creación de un frente común, previo paso para instaurar un gobierno propio, el cual momentáneamente deberá estar en el exilio ante más que probables represalias imperialista españolas y francesas, pero aglutinando las fuerzas necesarias con las cuales tener el poder suficiente para organizar una gestión conjunta y consensuada, que nos permita ser libres. Para concluir, dejar bien claro que estas reflexiones, pensamientos y opiniones, son exclusivamente personales, aunque positivamente están basadas en mis estudios autodidactas de la realidad histórico-política de nuestra amada Patria Nabarra, gracias a la encomiable labor de la insurgencia intelectual del País; por ello, como patriota que soy, siempre estaré atento a nuevos pensamientos dentro del amplio espectro del Movimiento Soberanista de Nabarra, que podrán aumentar mis actuales conocimientos y generar nuevas reflexiones e ideas, ya que igual, es fácil, algunas del presente trabajo no tienen que ser apropiadas para alcanzar definitivamente nuestro objetivo libertario.
“Quedan asimismo derogadas cuantas leyes y disposiciones supongan una recepción expresa de las normas impositivas y colonizadoras de los imperios español y francés, pues se hallan en contradicción, siguiendo a la neutral Jurisprudencia Internacional, con la Constitución Nabarra Histórica y del Ordenamiento Jurídico propio o Derecho Pirenaico”. Estatalistas nabarros.